1. Crushing on the Enemy

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Crédiuos Moderadora: Steffanie, Elena Ashb, MaryLuna, Sol Brillante, Brenda Carpio, nElshIa

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Traductoras

Correctoras

Steffanie

Sttefanye

Elena Ashb

Angeles Rangel

MaryLuna

Aldebarán

Sol Brillante

Brenda Carpio

Brenda Carpio

Carito

nElshIa

Carosole

Mir Mona Nelly Vanessa Paloma Axcia

Recopilación y Revisión Sttefanye

Diseño MaryJane♥

Índice

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Sinopsis

Capítulo 13

Capítulo 1

Capítulo 14

Capítulo 2

Capítulo 15

Capítulo 3

Capítulo 16

Capítulo 4

Capítulo 17

Capítulo 5

Capítulo 18

Capítulo 6

Capítulo 19

Capítulo 7

Capítulo 20

Capítulo 8

Capítulo 21

Capítulo 9

Capítulo 22

Capítulo 10

Capítulo 23

Capítulo 11

Capítulo 24

Capítulo 12

Sinopsis

A

lyssa comienza su último año viviendo la vida que toda adolecente sueña. Está rodeada de amigos, es la capitana del equipo de porristas, y el chico que le gusta la acaba de invitar a salir. Las cosas en casa están un poco raras, ¿pero acaso no les sucedía a todos? Las ilusiones de felicidad de Alyssa son rápidamente destruidas cuando las personas que creyó eran sus amigos se vuelven en su contra. No está segura de cómo logrará sobrevivir el resto del año, hasta que se encuentra con dos aliados improbables. Un hace tiempo olvidado amigo de la escuela y el capitán del equipo de fútbol americano de una escuela rival, pero los problemas de Alyssa están lejos de estar resueltos. Aún tiene que mantener las notas altas, aguantar a su déspota padrastro, y lidiar con el ser señalada como traidora por salir con un chico de otra escuela.

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El padre de Jake es un hombre roto, y constantemente le advierte a su hijo no salir con nadie hasta después de terminar el bachillerato. Más que una advertencia es una regla que obliga a su hijo que cumpla. “Hijo, si quieres llegar a la universidad, tienes que hacerme caso”, le ha dicho su padre una y otra vez. Jake logra seguir las reglas de su padre hasta que se encuentra con la hermosa porrista de una escuela rival llorando en el estacionamiento después de un juego de fútbol. Después de eso todo se vale. Alyssa instantáneamente le roba el corazón, ¿pero sobrevivirá su carrera de fútbol o la relación de ellos? Si no se mantiene enfocado va a perder la única oportunidad que tiene de ir a la universidad: obtener una beca de fútbol ¿Podrá su joven amor ser capaz de sobrevivir a la tormenta de drama adolecente y espíritu escolar llamado último año?

Capíutlo 1 Alyssa Traducido por Nelly Vanessa Corregido por sttefanye

A

lyssa se detuvo en el camino sin dejar de sonreír. La práctica de porrista siempre la hacía sentir mejor, incluso en los peores días, pero hoy sería el segundo mejor día de su vida. Sería sólo el segundo mejor, porque mañana estaba lleno de la promesa de ser mucho mejor. Después de pasar la mayor parte de su carrera en la secundaria con un amorío por Ryan Matthers, ¡por fin la había invitado a salir! Cuando le había pedido que fuera su cita para la cena después de la fiesta de mañana, Alyssa apenas había podido contener los gritos de alegría que amenazaban con burbujear en su vientre. Las cosas finalmente estaban cayendo en su lugar.

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Estaba sentada en su auto durante unos minutos simplemente disfrutando de la tranquilidad de la puesta del sol. Una vez dentro, el mundo se convertiría en un campo de batalla. Alyssa se vería obligada a sentarse a cenar con su madre y su padrastro, Cody, quién desde que se habían casado hace tres años había sido la causa de la mayor parte del drama que parecía una plaga en la vida de Alyssa. El problema era simple. Cody quería actuar como si fuera su padre, y no lo era. Su padre había muerto después de una larga batalla contra el cáncer hace seis años y nunca nadie lo sustituiría. Su estómago gruñó y Alyssa sabía que si quería irse a la cama a tiempo tenía que entrar. Suspirando apagó el motor y agarró su mochila. Su peso le recordaba la tarea de matemáticas y el informe de un libro que debía presentar el lunes. No había disfrutado de la escuela desde que su padre murió, pero Alyssa se obligaba a mantener sus calificaciones altas para que no la pudieran sacar del equipo de animadoras. Las horas de su vida se consumían, era un pequeño precio a pagar para mantener la actividad que le traía una alegría inmensa. Mientras iba por el camino, pensó en la promesa que le había hecho a su padre. La pre-adolescente Alyssa le había prometido que iría a la universidad, y todavía estaba en sus planes. Ya había conseguido una beca para estudiar en la universidad estatal y recibiría otra si podía mantener su perfecta nota de puntaje medio el resto del año. La madre de Alyssa le había dicho una y otra vez que le ayudaría a pagar lo que las becas no cubrían, pero con Cody en la imagen no creía que su madre mantuviera la promesa. Después de todo, ¿no había

prometido amar a su padre para siempre? Bueno, para siempre no había terminado y Cody estaba sentado en el lugar de su padre en la mesa de la cocina aportando la prueba de que su madre no estaba manteniendo su palabra. Llevó su mochila a su habitación y se quitó los zapatos antes de unirse a ellos en la mesa. —Llegas tarde otra vez —dijo Cody. Alyssa se encogió de hombros, optando por no responderle verbalmente. No estaba de humor para discutir con él esta noche. Mientras llenaba su plato, trató de concentrarse en cómo los ojos de Ryan se habían iluminado cuando había accedido a ir a una cita con él. Podía ver su futuro. Sería un gran esposo y ella sería una esposa fiel. Rogó que no la dejara como su padre había hecho, pero aunque lo hiciera, no podría volver a casarse, sobre todo con un idiota como Cody. —No le respondiste a Cody, Alyssa —dijo su madre con el ceño fruncido mientras llenaba su plato con brócoli. —No es de su incumbencia el por qué llegué tarde —dijo tratando de mantener la calma y mirar indiferente la conversación que se estaba desarrollando.

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—Hemos pasado por esto antes, Alyssa —suspiró su madre—. Cody se preocupa por ti tanto como yo. —Ese es un sentimiento agradable, pero no es cierto —suspiró Alyssa y trató de concentrarse en comer. Su estómago estaba gruñendo, pero mentalmente la comida estaba perdiendo su atractivo. La ira siempre había tenido una forma de matar el apetito de Alyssa. —¿Por qué no puedes simplemente llegar a casa a tiempo? —preguntó Cody—. ¿No sabes cómo levantar un teléfono y llamar si vas a llegar tarde? Una vez más, Alyssa no le hizo caso. Su cólera amenazaba con desbordarse y sacar lo mejor de ella, pero no les dejaría ver lo mucho que la lastimaban. Respondería a las mismas preguntas que le hacía Cody, si sólo su madre se las hacía. Frustraba a Alyssa que su madre dejara eso en manos de Cody, porque nunca sería su padre. —Respóndele, Alyssa —dijo su madre. El tono en la voz de su madre lastimó a Alyssa, ya que le hizo saber que una vez más su madre estaba eligiendo el lado de Cody. Suspirando, apartó el plato a un lado y se levantó. Por un momento, miró con nostalgia el pastel de carne y brócoli, pero decidió que no valía la pena. Su hambriento estómago tendría que esperar hasta el desayuno.

—¿A dónde vas? —le preguntó su madre sonando más frustrada que nunca. —A mi cuarto —dijo Alyssa y subió corriendo las escaleras. Una vez dentro de la seguridad de su habitación, cerró la puerta y se desvistió rápidamente. Estuvo agradecida de tener su propio cuarto de baño, completo con una ducha para refugiarse dentro. Mientras estaba bajo el agua tratando de relajar sus doloridos músculos, Alyssa trató de contener las lágrimas que amenazaban con caer, pero no fue lo suficientemente fuerte. Sus lágrimas cayeron libremente mientras se duchaba. Incluso en el agua podía oír los gritos de abajo. Estaban discutiendo sobre ella. Tratando de decidir qué hacer con ella. ¿Por qué no podían dejarla sola? Si a su madre no le importaba lo suficiente como para hacer las preguntas por sí misma, por lo menos podía dejarla ser.

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El único consuelo de Alyssa era una simple verdad y se aferró a ella, más que nada. Este era su último año de secundaria. Si jugaba bien sus cartas y trabajaba su trasero, estaría en la universidad el próximo otoño. Entonces sería libre de su madre y de Cody, y sería libre de ella también. No lo admitía para sí misma, pero quería obtener suficiente dinero de la beca para no tener que ir a su madre en busca de ayuda. Si podía hacerlo por su cuenta, podría dejar a la mujer que se casó con el hombre que la había hecho miserable. Después de la ducha, Alyssa se puso su pijama preferida de color rosa suave y se acomodó con su libro de matemáticas. La alegría que había sentido antes había disminuido, pero se obligó a seguir adelante. Mañana era el primer partido de fútbol de la temporada y tenía que estar en plena forma. Esperaba ver a Ryan en la escuela mañana para que la hiciera sonreír y verse más como si estuviera llena de espíritu escolar. Después de terminar su tarea de matemáticas, Alyssa firmó en línea y redactó sus anuncios de mañana. Como jefa de las animadoras era su trabajo hacer el juramento y hacer los anuncios de la mañana. El director le había asegurado que mantenía el espíritu de secundaria, pero Alyssa se preguntó si realmente funcionaría. Claro, muchos de sus compañeros de estudios se presentaban en cada juego, pero se preguntó cuántos de ellos estarían allí por el juego y cuántos para escapar de sus padres. Para ella, era ambos. Amaba su escuela y a sus amigos. Adoraba animar a los chicos, mientras derrotaban al equipo contrario. Para ella, la temporada de fútbol era como una guerra, donde sólo una “tribu” podría salir victoriosa, y en los últimos siete años había sido su tribu. Su escuela había llevado el título del campeonato del estado durante casi la última década, y la idea de añadir un año más a su cuenta la hizo sonreír.

Cuando terminó de escribir los anuncios, los imprimió y los puso en su mochila para asegurarse de no olvidarlos por la mañana cuando saliera de la casa. Su mamá y Cody todavía estaban discutiendo por lo que Alyssa perdió la esperanza de llegar pronto a la cama y se sentó en su asiento de la ventana y miró hacia las estrellas. Era una noche clara y la luna estaba casi llena. Su visión casi completa de su vientre la hizo sonreír. Entre las chicas del equipo había una superstición que decía que si la luna estaba llena, sus hijos tendrían una victoria fácil. El calendario decía que mañana por la noche era día de luna llena. Los Panthers aplastarían a los Rattlesnakes bajo sus pies una vez más. Los Rattlesnakes no habían tenido un campeonato estatal desde finales de los años sesenta, por lo que Alyssa decidió que debían estar acostumbrados a perder. Además, para algunas personas los otros ganadores tenían que vivir su vida en la derrota.

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Alyssa se acurrucó en el asiento de la ventana y esperó a que las airadas voces pararan, pero continuaron fuerte cuando el agotamiento finalmente la alcanzó y la llevó a un sueño profundo. Cuando se despertó por un momento, no pudo recordar por qué se sentía tan horrible, pero como siempre los recuerdos de la pelea de anoche volvieron a ella. Echó un vistazo a su reloj de alarma, que decía que eran las cinco. Tenía quince minutos para hacer ejercicio antes de su loca mañana y llegar a tomar el desayuno el día del juego.

Capíutlo 2 Jake Traducido por Elena Ashb Corregido por Aldebarán

J

ake apagó el motor de su camioneta y recogió las bolsas de comida rápida que yacían en el suelo del auto. A él no le gustaba cuando los chicos dejaban su basura en la camioneta, pero era bastante fácil de limpiar. El sol se había ocultado hace mucho y su papá ya se debería haber dormido, pero la luz de la cocina estaba encendida. Jake suspiró cuando vio a su padre sentado en la mesa de la cocina con su cabeza entre las manos. ―Parece que estoy para otra larga noche ―suspiró, agarró sus cosas y se dirigió a la casa.

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―¿Dónde estabas? ―preguntó su padre tan pronto como la puerta se abrió. Jake cerró la puerta y la bloqueó con llave, antes de girar para responder. Respiró profundamente preparándose para ser llamado mentiroso. ―Los chicos y yo fuimos a ver la nueva película de miedo que se estrenó ayer por la noche ―dijo. ―Tú y los chicos, ¿eh? ¿Seguro que no eras tú y Betty? He visto cómo te mira ―dijo su padre, cruzando sus brazos. A la mayoría le parecería que a su padre le hacía gracia que una chica esté loca por él. Pero para Jake eso era un interrogatorio. Había pasado los últimos cuatro años diciéndole una y otra vez que estuviera alejado de las chicas hasta que terminara el colegio. Que una chica sólo se interpondría en sus sueños y echaría su vida a la cuneta. Jake había seguido el consejo de su padre incluso aunque lo hacía sentir como un hombre raro afuera. Era el único que estaba en el equipo que no había tenido novia. Sus compañeros de equipo conocían los motivos detrás de sus acciones, pero todavía enojaba a Jake. Desde que su madre lo había dejado el verano antes de su primer año en la escuela, su padre había cambiado. Se enojaba más rápido y se irritaba fácilmente. Jake nunca estaba seguro de cómo manejarlo, pero hizo lo mejor que pudo.

Después de todo, una vez que obtuvo la beca de fútbol en la Universidad estatal, el único que quedaría para escuchar sus conferencias del mal de las relaciones sería Cally, el pastor alemán. ―No habían chicas allí papá ―suspiró Jake, tratando de no dejar que su papá se enterara de como eso lo molestaba. ―Es tú vida la que se está desperdiciando, Jake ―suspiró su padre. ―Sí papá ―dijo, mientras se dirigía a su habitación. Jake tuvo que luchar contra las ganas de cerrar la puerta de golpe. Sería una forma sencilla de sacar sus frustraciones, pero eso sólo llevaría a gritos. Además, Jake no quería convertirse en un amargado como su padre. ―Un año más ―dijo su reflexión cuando se miró en el espejo. Dirigió sus manos a través de su cabello rubio antes de tirarse en la cama. Sacó su IPod del bolsillo y se puso los auriculares. Al instante la música llenó sus oídos y la estimulación le permitió ignorar al enojado de su padre. Esa ira va a matarte, viejo, pensó ya que se saltó a una canción más fuerte.

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A Jake le habían dicho varios de sus amigos que le dijera a su papá que no se metiera en su vida, pero a Jake no lo criaron para ser grosero con sus padres. Sabía que su papá creía que hacía lo mejor para él, pero era difícil de tratar. Apestaba que su papá no pudiera ver que él tenía que vivir su propia vida, pero la situación era únicamente por un año más. Después de quedarse dormido durante unos minutos, dio un puntapié a sus zapatos y se dirigió a la cocina para tomar un refrigerio. Su estómago estaba gruñendo y no iba a ser lo suficientemente paciente para esperar la mañana. Se deslizó fuera de su habitación silenciosamente rezando para que su padre estuviera en su cama. Un suspiro de alivio escapó de sus labios cuando entró en la cocina vacía. Se sirvió un vaso de leche y agarró un plátano. Jake encendió la luz encima de la estufa y se sentó en la mesa. Frunció el ceño cuando descubrió un álbum de fotos abierto sobre la mesa. Su padre debió haber estado mirando nuevamente a través de las páginas antiguas. Jake intentó mantener el álbum oculto porque no pensaba que fuera bueno para su padre obsesionarse con el pasado. Abrió el álbum y empezó a ojear las páginas. Sus ojos se ampliaron y se le cayó el plátano y el inacabado vaso de leche cuando se dio cuenta que su padre había cortado a su madre del interior de cada foto. Su sorpresa y dolor se transformaron en un ataque de ira que lanzó el álbum a través del cuarto. Golpeando un florero y partiendo el vidrio en un millón de

pedazos. El ruido hizo eco en su cráneo mientras trataba de controlar el temblor de sus manos. Jake volvió su cabeza a la sala de estar. La luz acababa de encenderse y podían escucharse los enojados pies de su padre pisando fuerte a través de la casa. ¡No tenía derecho a estar enojado! ¡No después de lo que había hecho! Jake recuperó el álbum y encontró a su padre en la sala. ―¿Cómo pudiste hacer esto? ―demandó, empujando en el rostro de su padre―. ¡Esto es mío! ¿Cómo pudiste hacer esto? ¡No tienes derecho de arruinar mis cosas! No tienes derecho, ¿me oyes? ―Tu madre se ha ido, Jake ―gritó su padre―. ¡SE HA IDO! ¡Nos dejó a ambos! ¡No sólo me abandonó cuando salió corriendo, Jake! ¡También te abandonó! ¡No se ha molestado en llamar para ver si aún estamos vivos! La ira rugió caliente en el estómago de Jake cuando trató de morderse sus palabras, pero su furia jugó con su corazón y dejó a su padre tenerla. Había cosas en la vida de Jake que su padre no sabía. Cosas que guardaba de él, porque no quería lastimarlo.

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―¡Estás equivocado! ―gritó Jake―. ¡EQUIVOCADO! ¡Sabía que se iba! La hacías sentir que se ahogaba. ¡No puedes hacerle eso a una persona y esperar a que sigan por ahí, y ahora que se ha ido me lo estás haciendo a mí! ¡Elegí quedarme contigo, porque sabía que necesitabas a alguien para cuidar de ti! ―¡Fuera de mi vista! ―gritó su padre. ―¡Con mucho gusto! ―gritó Jake y pisó fuerte hacia su habitación. Se cambió a su pijama y se arrastró bajo las sábanas. La ira mantuvo sus pensamientos agitados en su cerebro. Amaba a su padre, pero no sabía cuánto más podía soportar esto. Cuando el sueño finalmente lo reclamó, sus manos todavía se apretaban en puños enojados a su lado.

Capíutlo 3 Alyssa Traducido por Elena Ashb Corregido por Angeles Rangel

L

os ánimos de Alyssa se levantaron en cuanto caminó a la escuela. El edificio estaba decorado con los colores de la escuela y muchos de los estudiantes llevaban sus camisas con orgullo escolar. Una sonrisa se extendió en su rostro mientras caminaba a la cafetería. Sus ojos echaron una rápida mirada alrededor en busca de Ryan, pero no pudo encontrarlo. Suspiró y caminó hacia la mesa que compartía con el resto del equipo.

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El día pasó en un borrón y pronto estaba en su uniforme, esperando el momento de salir. Sus manos se sacudieron con anticipación y apenas podía permanecer quieta. Había visto a Ryan en los pasillos algunas veces, pero no había podido hablar con él. Su mente divagó en de qué podían hablar durante la comida después del partido. —Mira eso —escuchó que Chelsea le decía a Lisa. Su cabeza giró en la dirección en la que la otra chica señalaba y su corazón cayó en su estómago. Ryan estaba jugando con uno de los perfectos rizos de Katie y sonreía abiertamente como un tonto. ¿De qué podrían estar hablando? El entrenador gritó para que Ryan llegara a los vestuarios y Katie se reincorporó al equipo. Alyssa quiso preguntarle de que habían estado hablando, pero el ruido de la multitud en las tribunas por encima de ellos era demasiado fuerte para permitir la conversación. No tenía otra opción que quitar el temor de su mente y poner su sonrisa de espíritu escolar cuando ellos salieron corriendo a tomar sus puestos. La multitud rugió en agradecimiento cuando el equipo apareció y Alyssa fue llevada inmediatamente al lugar feliz que sólo una multitud rugiente le podría proveer. Saludó al público centrándose en las caras que reconoció. Por un momento sintió una punzada de culpabilidad cuando vio el lugar de Mattie.

Mattie había sido su mejor amiga en la escuela primaria y en su primer año de escuela secundaria, pero desde entonces, se habían separado. Mattie y Alyssa habían probado para el equipo juntas, pero Mattie no había sido elegida. Casi al instante su amistad se había derrumbado. Mattie se sentó sola en la parte superior de las gradas viendo cómo su-una vez mejor-amiga, ovacionaba al equipo. Alyssa sintió su sonrisa vacilar por un segundo y se obligó a mirar lejos. Se permitió esconderse detrás de la sonrisa y el ánimo que le habían conseguido estar donde estaba ahora: conducir el equipo. Alyssa y las otras chicas aclamaron hasta quedar roncas. Los Panthers hicieron touchdown después del aterrizaje, pero los Rattlesnakes se mantenían arriba. Su corazón golpeo en su pecho cuando el reloj marcó hacia abajo. Sólo faltaban treinta segundos para el final y los Panthers estaban por delante con un touchdown. El juego ya se había ido a tiempo extra y si los Rattlesnakes marcaban otro touchdown, los equipos se verían obligados a llamar un empate y tendrían una revancha. Alyssa suspiró, porque eso no sería bueno para la moral.

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El mariscal de campo estaba en posesión de los Rattlesnakes, pero los muchachos iban ganando terreno rápidamente hacia él. El equipo había renunciado a sus aclamaciones regulares y volvió a sus gritos de aliento. Alyssa dejó escapar un ronroneo fuerte que las chicas habían adoptado debido a su mascota felina. —SÍ —gritó cuando los muchachos abordaron al mariscal de campo contrario justo antes de que sonara el timbre. Una fuerte lluvia de aplausos sonó de la multitud y abrazó a las otras chicas. No podía dejar de gritar su alegría a pesar de que su garganta ya estaba adolorida. Su sonrisa se hizo aun mayor cuando descubrió que Ryan se escapaba del campo, seguramente corriendo hacia ella por lo que podrían celebrar la victoria juntos. Se liberó de los brazos y apretones de los otros miembros del equipo y comenzó a andar hacia él. Alyssa se congeló en su pista cuando él tiró de Katie a sus fuertes brazos y puso uno en ella. Vio con horror como sus labios se encontraron y su lengua entraba como una flecha en la boca de la otra chica. ¿Cómo podían hacerle esto a ella? ¡Katie sabía cuánto le gustaba Ryan! ¡Oh! ¿Ryan la había invitado a salir? ¿Había sido una broma? Su sonrisa se convirtió en un ceño fruncido cuando la realidad la venció. Podía sentir varios pares de ojos mirando, preguntándose qué haría. Alyssa respiró profundamente y reunió sus desechados pompones en sus brazos. Sonrió a las

otras chicas y caminó tranquilamente fuera del estadio. Tan pronto como dio la vuelta a la esquina y estuvo fuera de la vista, lanzó sus pompones a la tierra y corrió al estacionamiento. Estaba cerca de su auto cuando sus silenciosas lágrimas se convirtieron en sollozos. Alyssa podía sentir su maquillaje perfecto, corriendo por su cara, pero no le importaba. Ya no importaba. Nada de eso importaba. Ryan no solo la había lastimado sino que la había puesto en ridículo delante de cada persona en el equipo. Él y sus compañeros de equipo fueron muy probablemente al vestuario a reírse de ella ahora mismo. Alyssa se hundió en el suelo y se apoyó contra la parte delantera de su auto. Se esforzó por respirar ya que los sollozos siguieron viniendo. —Contrólate —gritó para sus adentros—. No puedo permitir que mamá y Cody me vean así. Tengo que tranquilizarme. —Alyssa consiguió levantarse cuando vio a uno de los jugadores de los Rattlesnakes llevando sus pompones. ¡La cólera que había logrado suprimir estalló en su vientre y no podía creer que se atreviera a tocar sus pompones!

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¡Ni siquiera era de su escuela! Este idiota no tenía razón alguna para tocar lo que le pertenecía a los Panthers. Corrió a través del estacionamiento y se los arrebató. —Esos son míos —gritó —Los encontré allí atrás e iba a dejarlos así los podrían encontrar… —intentó explicar el chico. —Seguro, como sea —dijo y se dio la vuelta para alejarse. —¿Estás bien? —preguntó él. —¡Eso no es de tu incumbencia! —Dio vuelta y gritó—. ¿No tienes un partido de compasión al que llegar? Estoy segura de que ustedes las serpientes ya están acostumbrados a estar perdiendo. Alyssa no le dio tiempo para contestar antes de que ella se metiera a su auto y se fuera. Encendió la radio para ahogar sus emociones, pero no funcionó. Por un momento consideró parar por una hamburguesa porque había estado demasiado nerviosa como para comer antes del partido, pero cambió de opinión cuando se dio cuenta de que pronto todo el mundo estaría allí. —Podría ir a casa de Mattie —suspiró, pero antes de que las palabras salieran de su boca, Alyssa sabía que no iba a ir. Esa amistad era historia.

—¿Cómo voy alguna vez a mirar a alguien a los ojos después de esto? —gritó y giró el auto hacia su casa. Su madre la felicitó por llegar a tiempo, pero ella no respondió. Pateó sus zapatos, tiró sus pompones por la puerta antes de correr arriba al santuario de su dormitorio. Su cuerpo entero tembló con sollozos y medio esperó que su mamá viniera a hablar con ella. Afinó sus oídos para escuchar si subía las escaleras, pero el sonido nunca llegó.

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Capíutlo 4 Jake Traducido por Elena Ashb Corregido por Brenda Carpio

J

ake rodó sus ojos cuando la chica se alejó. Era bonita, pero su actitud definitivamente dejaba mucho que desear. ¿Qué demonios creyó que quería hacer con sus pompones de todos modos?

―Ninguna buena acción queda sin castigo ―suspiró cuando cojeó a través del estacionamiento a su auto.

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Su pie todavía lo estaba matando y sólo quería una ducha caliente. Hoy había sido un desgaste total. Se había quedado dormido y despertado con un dolor de cabeza que podría haber sacudido a los muertos, como si sus palpitantes templos no fueran suficientes había pisado un pedazo de vidrio del florero roto cuando se lanzó a través de la casa para prepararse para la escuela. Jake sabía que tenía que haberle dicho al entrenador y haberse sentado en el juego, pero su orgullo no lo dejó. Además, ¿qué clase de bebé llorón parecería? ―Lo siento entrenador, no puedo jugar porque me corté el pie. Sí, eso sería ir muy bien. Los debiluchos no consiguen becas deportivas. Había sufrido varias lesiones en el campo y jugado a través de ellos. Es lo que hacían los atletas. Se subió a su camioneta y se quitó los zapatos. Jake ni siquiera tenía que mirar hacia abajo para saber que su pie estaba sangrando otra vez. Suspirando, lanzó su casco en el asiento de pasajero e inclinó su cabeza hacia atrás. Iba a ser un gran problema cuando llegara el lunes por la mañana. El entrenador lo iba a regañar por no permanecer para la charla después del juego, pero a Jake no le importaba. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para estar encerrado en el vestuario con sus compañeros de equipo, sobre todo después de haberlos defraudado. Su entrenador le dijo una y otra vez que si quería esa beca deportiva el equipo lo necesitaba para ir a las estatales este año. Que es donde están los talentos universitarios. Jake había tenido esperanzas, pero la temporada había empezado tan mal como todas las demás.

¿Qué demonios iba hacer si no obtenía la beca? ¿Vivir como su padre por el resto de su vida? ―Voy a tener que trabajar más duro ―refunfuñó Jake determinadamente. El estacionamiento estaba comenzando a cobrar vida con los primeros signos de personas abandonando el juego. Jake dio vuelta a la llave y encendió. No quería estar atascado en el lío que habría tan pronto todos intentaran dejar el juego. Usualmente, Jake tardaría en marcharse con sus compañeros de equipo, pero esta noche solo necesitaba algo de tiempo a solas para pensar. Por primera vez se dio cuenta que podría no obtener la beca y tuvo que idear un plan de reserva. Pensó en hablar con su papá, pero decidió que no. Jake no creyó que pudiera manejar el decirle a su padre que ellos habían perdido otro juego y era por su culpa. Bueno, técnicamente fue por el álbum fotográfico, pero había roto el florero. Así que, al final de la noche, todavía era su culpa. Jake condujo a través de la unidad y a través de la ventana vio una tienda de hamburguesas y comenzó el paseo hacia la casa. Usualmente, esto solo tomaría treinta minutos, pero el tráfico por el juego estaba grueso y parecía avanzar lentamente.

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Bajo condiciones normales Jake estaría enfurecido e impaciente, pero esta noche no estaba en condiciones normales. Esta noche todo parecía diferente. Su una vez cierto futuro parecía estar resbalando a través de sus dedos. Su teléfono sonó y el ojeó hacia abajo para ver el número del entrenador. Jake estacionó en el estacionamiento vacío de la tienda de comestibles y respondió. ―Oye ―dijo. ―¿Dónde demonios estás, Jake? ―demandó el entrenador. ―Casi en casa ―explicó Jake. ―Todavía deberías estar aquí ―dijo el entrenador―. Sé que estás molesto, pero eres parte de un equipo, y como equipo soportamos juntos, Jake. ―Sólo tengo muchas cosas en mi mente ―dijo. ―Bueno, mejor sacas lo que sea que tengas fuera de tu mente, Jake, si quieres esa beca ―espetó el entrenador. Jake miró su teléfono por un minuto y luego lo cerró finalizando la llamada. Trataría con eso el lunes, pero ahora sólo quería ir a casa. Había planeado entrar a hurtadillas a través de su ventana, pero su papá estaba situado en el frente de la entrada cuando se estacionó en la calzada. La frente de Jake se surcó en confusión. Su papá lo miró feliz. ¡Oh Dios, él piensa que

ganamos el juego! Jake suspiró y respiró profundamente antes de salir de su auto. Él casi olvida apagar el motor en su prisa por alejarse de su padre. ―Así que, ¿cómo está el campeón? ―preguntó su papá. ―Perdimos el juego ―dijo Jake eludiendo los ojos de su padre. ―¿Qué hiciste de malo para que perdieran el juego? ―demandó―. ¿Y por qué estás cojeando? Después de un momento de silencio su papá habló otra vez. ―¿El entrenador te dio una patada en la espinilla por fastidiarlo o algo? ―Rió su papa. ―¡Estás loco! ―replicó Jake y pisoteó fuerte a su dormitorio. No cerró la puerta y volvió a la cocina. Arrebató los anuncios de la mesa y volvió a su habitación. Sabía que debía dirigir su ira en algo útil o tendría que soportar otra noche de inquieto sueño.

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Miró a través de los anuncios y encerró con un círculo todo lo que veía como algo que podría ser capaz de hacer. Aunque tuviera que trabajar hasta tarde en las noches y fin de semanas, iba a tener el dinero para poder salir de esta ciudad cuando se graduara del colegio.

Capíutlo 5 Alyssa Traducido por MaryLuna Corregido SOS por sttefanye

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os sueños de Alyssa se llenaron con imágenes de Ryan, Katie, y más sorprendentemente el jugador de los Rattlesnake que había recuperado sus pompones. Su cabello rubio y ojos azules la perseguían. Alyssa sabía que debería estar agradecida de que había recuperado sus pompones antes de que fueran destruidos por la estampida de fans, haciendo su camino a sus autos. En silencio, se levantó de la cama y se deslizó silenciosamente por las escaleras para conseguirlos. Su madre ya estaba levantada y preparando el desayuno. —Hola, cariño —dijo en voz baja.

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—Hola, mamá —bostezó. —¿Estás bien? —preguntó su madre. —Estoy bien —dijo dirigiéndose a las escaleras para volver arriba. —¿Han perdido el juego? —preguntó. —No, hemos ganado —dijo Alyssa y corrió escaleras arriba. Si su madre hubiera venido anoche y preguntado qué le pasaba, Alyssa hubiera derramado su corazón, pero esta mañana la herida se sentía en carne viva. No quería pensar en ello, y mucho menos hablar de ello. De hecho, había decidido que iba a vivir el resto de su vida fingiendo que no sucedió. Alyssa dejó caer sus pompones en el fregadero y los limpió lentamente, asegurándose de que hasta la última hebra estaba perfectamente limpia. Si tuviera que pagar para reemplazarlos, su madre la mataría. Los pompones eran bastantes caros después de todo. Después de que terminó con ellos, volvió su atención a su uniforme. El extremo de su falda estaba sucio por sentarse en el concreto. Por lo general su madre se ocupaba de su uniforme, lavándolo a mano para ella, pero esta vez Alyssa quería hacerlo por sí misma. Después de todo, si animaba en la universidad su madre no iba a estar allí para hacerlo por ella.

El trabajo ocupó las manos de Alyssa, pero no su mente. Cálidas lágrimas caían por sus mejillas mientras los recuerdos de la noche anterior volvían. —¡Estúpida! ¡Estúpida! ¡ESTÚPIDA! —dijo, y cerró el agua. Se deslizó por la pared y envolvió sus brazos alrededor de sus rodillas. Había pasado tres años soñando con el día en que Ryan la invitara a salir y solamente había sido una broma. —Apuesto a que Katie le dio la idea —dijo sollozando—, está enojada porque soy la cabeza de la escuadra y no ella. Un golpe en la puerta de su dormitorio la sobresaltó. —¡No tengo hambre! —gritó. —Te lo he traído —respondió su madre a través de la puerta. —¡Muy bien! —suspiró Alyssa y se obligó a levantarse.

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Se arregló el cabello marrón y se secó las lágrimas lo mejor que pudo. Era inútil tratar de actuar como si no estuviera molesta, porque su madre no era tan estúpida. En realidad, no creía que su madre fuera estúpida en absoluto. Optó por ignorar cuando Alyssa la necesitaba. La idea hizo que el comienzo de la ira se agitara dentro de su vientre. Esto no es culpa de ella, suspiró mientras caminaba hacia la puerta. Así que, no te desquites con ella. —Gracias, mamá —dijo tomando el plato de huevos revueltos, tocino y tostadas. —¿Puedo pasar? —preguntó su madre. —No es un buen momento —dijo Alyssa. —Estoy preocupada por ti, cariño —respondió. —Estoy bien —le dijo. —Entonces dime lo que está pasando —suplicó su madre. —Ryan me hizo quedar en ridículo —dijo tratando de no llorar. —¿Es por eso que estás peleando con Cody? —preguntó arqueando una ceja canosa. —¿Qué? —exigió Alyssa—. ¡Esto no tiene nada que ver con él! El mundo no gira alrededor de ese idiota. —No es un idiota, Alyssa —replicó su madre—. Espero que le des el mismo respeto que me das.

—¡El respeto se gana! —replicó—. ¡No es mi padre! ¡Tan pronto como dejaste que se mudara, trató de dar un paso directamente en los zapatos de papá! —No lo hizo —espetó su madre—. ¡Él está tratando de ser un buen padre! —Entonces tal vez deberías tener un bebé, ¡porque él no es mi papá! —dijo Alyssa y entregó el plato de comida de nuevo. Cerró la puerta y se encerró de nuevo en el cuarto de baño. Este fin de semana iba a ser largo. Tomó su teléfono celular de la encimera y pensó en intentar con el viejo número de Mattie para ver si todavía era el mismo, pero no se atrevía a hacerlo. Se había metido ella misma en este lío y sabía que tenía que solucionarlo sola. Alyssa pasó casi toda la mañana haciendo su informe del libro y terminando su otra tarea. Sus dedos golpeando las teclas como si pudiera librarse de su dolor escribiendo lo suficientemente rápido.

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La tarde parecía nunca acabar y Alyssa paseaba. Pensó en ir al campo dar algunas vueltas, pero ¿qué pasa si alguien más estaba allí? ¿Podía mirarlos a los ojos? Finalmente se obligó a vestirse y se dirigió al campo. Alyssa se negaba a pasar el próximo año evitando a la gente sólo porque Katie tuvo un poco de diversión a costa de ella. Su venganza sería vivir como si nada hubiera sucedido, incluso si sentía que se estaba muriendo por dentro. Para su consternación, Katie y Ryan ya estaban juntos en el campo dando vueltas. Podía oír su risa sin aliento desde la verja. Alyssa casi perdió los nervios y se fue a casa, pero no podía imaginar pasar el resto del día encerrada en su habitación, evitando a su mamá y a Cody. Correr generalmente aclaraba su mente y esperaba que la carrera de hoy no fuera la excepción. Corrió disfrutando de la sensación de sus zapatos para correr golpeando el pavimento. El sonido que hacían era un alivio para su corazón herido. Algo todavía era normal y la hizo sonreír. Aceleró el paso hasta que estuvo corriendo a toda velocidad, pero pronto se arrepintió. Sus caminos se cruzaron con Ryan y Katie que estaban juguetonamente empujándose entre sí. Rodó los ojos y corrió pasándolos. Alyssa mantuvo la cabeza baja mientras comenzaba su segunda vuelta. Cuando pasó la pareja de nuevo, apenas habían hecho ningún progreso. Por un momento Alyssa pensó en hacer tropezar a Katie, pero luego decidió no hacerlo. No quería caer al nivel de Katie. —Escuché que estabas en el estacionamiento con uno de las serpientes, Alyssa — la llamó Katie desde atrás. —¡Lárgate! —dijo Alyssa de vuelta.

—Supongo que tiene sentido. Eres una perdedora, él es un perdedor, ¡por lo que deberían hacerlo bien juntos! —Se echó a reír Katie. Alyssa se estremeció y les mostró el dedo medio cuando la risa de Ryan se unió con las risitas de Katie. Aceleró aún más forzando sus músculos cansados para correr más rápido. Cálidas lágrimas corrían por su rostro mientras corría hacia su auto. ¿Qué más iba a salir mal? Se dirigió a su casa y estacionó su auto. Alyssa vaciló antes de salir porque podía oír voces airadas procedentes del interior. ¿Qué demonios estaban discutiendo ahora? —Voy al centro comercial —le dijo a su reflejo sonrojado en el espejo retrovisor. Se maravilló alrededor del centro comercial durante unas horas antes de que su estómago comenzara a gruñir. Alyssa se abrió paso entre la multitud del sábado a la zona de restaurantes. Mientras estaba sentada sola comiendo sus tacos se dio cuenta de que era el primer fin de semana que había pasado sola desde que se convirtió en una animadora. Esto apesta, pensó para sí misma.

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Mattie pasó con su madre, pero no hizo contacto visual con Alyssa. Le dolía, pero no culpó a su ex-mejor amiga por ignorarla. Después de todo, pensó, lo que se siembra se cosecha. Estaba a punto de salir cuando un chico se unió a su mesa. Los ojos de Alyssa se abrieron como platos cuando se dio cuenta que era el chico del estacionamiento. —¡Vete! —dijo entre dientes. —¿Siempre eres tan malhumorada? —Se rió. —¡No! —espetó—. Sólo vete. —¿Por qué? —preguntó. —Porque todo el mundo está diciendo que ya somos un tema —dijo Alyssa. —¿Por qué te importa lo que piensen? —preguntó. —Debido a que es malo para el espíritu de la escuela que nos vean juntos — suspiró Alyssa. Respiró hondo y se fue pisoteando dejando su basura atrás. Por lo general, tenía mejores modales que eso, pero hoy parecía estar empeorando por momentos. Alyssa fue a su casa y se dirigió hacia las escaleras. Podía ver que su madre había registrado sus cosas. Por lo general, ella irrumpía la planta baja y levantaba el infierno, pero hoy estaba muy cansada y se sentía muy derrotada para hacer nada más que llorar. No entendía por qué su madre sintió la necesidad de

registrar sus cosas. Nunca causó problemas en la escuela y siempre mantuvo sus calificaciones. Nunca se escabulló para conocer chicos o ir a fiestas, pero sin embargo, su madre y Cody la hacían sentir como un criminal todos los días de su vida.

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Capítulo 6 Jake Traducido por Steffanie Corregido SOS por sttefanye

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ake estaba más confundido que nunca sobre el comportamiento de la chica. Estaba feliz de ver un rostro familiar, aunque no fuera uno amistoso. Usualmente el centro comercial no era un lugar que Jake disfrutara, pero en un día como hoy cualquier lugar era mejor que su casa. Es entretenido que lo único que hizo falta eran unos segundos para hablar con alguien en el estacionamiento para que la gente suponga que estaba saliendo con ella. Se rió para sus adentros. —Podría ser peor —reflexionó.

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A pesar de que no estaba buscando salir con una chica que estaba atrapada en lo que sus “amigos” dijeran de ella. Aunque, supuso que no estaba siendo muy justo con ella. Había sido muy molesta la noche anterior y sabía por observar a su madre que las chicas no se recuperan de situaciones emocionales tan rápido como lo hacen los chicos. De todos modos, la chica, no es su problema. Probablemente estaba metida en una pelea con su novio y ellos se darían un beso y lo disfrazarían para el lunes, o al menos Jake esperaba que fuera así, porque si era honesto consigo mismo, odiaba ver a una chica bonita llorar. Ordenó unos tacos y se los comió lentamente. No le había dicho a su padre, pero las compras y tacos no eran su verdadero motivo para venir al centro comercial hoy. Estaba poniendo solicitudes de trabajo en la tienda de artículos deportivos y un par en algunos restaurantes. Jake sabía que su padre no sería feliz por ello, pero tendría que aprender a lidiar con eso. Jake podía escuchar las preguntas de sondeo de su padre, incluso ahora antes de que hablaran de ello. ¿A qué chica le estás tratando de comprarle un anillo? ¿Estas ahorrando para huir con…? ¿Realmente vale la pena, hijo?

Jake odiaba la forma en que su padre reflejaba sus emociones hacia él. El hecho de que hubiera estado loco por una chica cuando era adolecente no significa que Jack también. Actualmente, la mayor parte del tiempo las chicas lo confunden. No tenía comprensión del género femenino. En el pasado algunas chicas habían mostrado interés en él, pero rápidamente se desvanecía cuando descubrían que él no tenía interés de tomar a nadie en serio hasta después del bachillerato. Una había quedado destrozada y llorando. Era un negocio sucio tratar con las chicas y sus emociones. Todavía era temprano por la tarde cuando Jake terminó de comer y no quería regresar a casa todavía. Le envió un rápido mensaje de texto a Craig para ver lo que él y los chicos iban hacer esta noche. Su respuesta hizo reír a Jake, porque seguramente era una broma. —¡¡¡¡¡Vamos a TP estadio de fútbol de las Panthers!!!!! LOL. —¿En serio? —le mandó un texto de vuelta. —Sí, deberías venir con nosotros —contestó Craig. —No lo creo —contestó, sacudiendo la cabeza.

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¡Sus compañeros habían enloquecido si Craig hablaba en serio! ¡Podrían ser arrestados por vandalismo! —¡¡Vamos, gallina!! —mandó de vuelta Craig. —¡No! —respondió. Dejó su teléfono y se fue del centro comercial, en dirección a la casa de Craig, donde los chicos normalmente pasan los fines de semana. Por lo general, sus padres trabajaban la mayor parte del tiempo, así que era un lugar adecuado para que el equipo pudiera relajarse. Las luces estaba apagadas y la puerta estaba cerrada, que por lo general significaba que no había nadie en casa, pero Jake llamó de todos modos. Al no recibir respuesta, golpeó más duro. Golpeó hasta que sus nudillos estaban adoloridos antes de rendirse. —Maldita sea, chicos —juró en voz baja—, el entrenador va a matarlos si se entera de esto. Jake regresó a su camioneta y se dirigió de nuevo hacia el territorio de los Panthers. Solo tendría que llegar al estadio de fútbol antes que el resto de sus compañeros de equipo para asegurarse de que llegaba a tiempo para detenerlos, ¡Jake no entendía como alguien podría ser tan estúpido! Le temblaban las manos mientras conducía y se contuvo de acelerar varias veces.

—Despacio —dijo en voz baja—, todo lo que necesitas es conseguir el camino para detener un crimen. Se le ocurrió a Jake que podía llamar al entrenador e impedirle al equipo cometer un acto tan contundente de vandalismo, pero no quería ser calificado como un soplón por el resto del año. Su vida familiar era bastante mala sin crear un desastre en la escuela. Además, no tenía amigos que no fueran sus compañeros de equipo. Entró en el estacionamiento cuando el sol se estaba poniendo. Era sábado, así que estaba vacío en su mayoría para que Jake estacionara en la sección de los profesores y evitar ser visto. No quería que nadie supiera lo que su equipo estaba hacienda. Jake llamó a su padre y le dijo que iba a llegar tarde. Inició su charla normal, pero Jake colgó el teléfono antes de que pudiera ponerse a platicar sobre el tema. Algunas cosas eran más importantes que la opinión de su padre, uno de los cuales era el futuro de sus compañeros de equipo. Todos habían trabajado hasta el límite para mantener buenas calificaciones y practicado duro para permanecer en el equipo. Su entrenador no permitía vagos.

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Jake esperó nerviosamente a que su equipo apareciera. Alrededor de las nueve se quedó dormido, pero despertó unas horas más tarde cuando un carro pasó por delante y echó un vistazo a su teléfono y vio que eran pasadas la media noche. —¡Maldita sea! —maldijo. Miró a su alrededor y vio que el carro de Craig ya estaba estacionado un par de filas abajo. La llegada más reciente parecía ser de la chica de los pompones, y él parecía observarla a ella. ¿Podría ser que haya descubierto el plan de Craig? ¿Estaría en su carro su novio y compañeros de equipo? Si fuera posible podría ponerse más feo de lo que Jake había pensado al principio. Para alivio de Jake se bajó sola del carro y parecía estar vestida para salir a correr. Tenía que rodear la escuela rápidamente con la esperanza, de que los chicos no hayan hecho nada aún. ¡Jake no podía creer que se haya dormido estando de guardia! Esperó a que la chica de los pompones se perdiera de vista antes de que saliera de su camioneta, silenciosamente como pudo. Jake corrió alrededor de la escuela, que era más grande de lo que parecía desde el estadio. Cuando estaba cerca de allí, escuchó a la chica de los pompones chillar y amenazar con llamar a la policía. —¡Maldita sea! —dijo entre dientes y aceleró el paso. ¡Era demasiado tarde! Jake sabía que tenía que salir antes de que la policía se presentara, ¿pero y si uno de los chicos decidió tratar de evitar que ella llamara

a la policía? ¿Le harían daño por tratar de quitarle su teléfono de inmediato? Seguramente, no lo harían, pero por otra parte no estaban actuando normal, en todo el día. Corrió más rápido para ver a Craig discutir con ella. —Dame el maldito teléfono —dijo él, dando un paso hacia ella. —¡NO! —gritó ella y se mantuvo firme. Esta chica, pensó para sí mismo. No va a retroceder ante Craig, él está más enojado que antes. —Ven —dijo Craig. Se miraba más frustrado que antes. Jake podía decirle a su compañero de equipo que no pensaba ser atrapado. —¡No! ¡Este es nuestro estadio y mira lo que le has hecho! —gritó la chica. —¡No es como si tú tuvieras que limpiarlo! —replicó Craig. Los otros chicos se reían de él ahora.

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—¡No, pero la escuela tendrá que pagar a la gente para que limpie esto! —gritó ella. —Vámonos —gritó uno de los chicos—. Solo vámonos. Será su palabra contra la nuestra. —Los tengo en la cámara —dijo ella con valentía. —¿Qué? —dijo Craig frunciendo el ceño enojado. Jake miró en estado de shock como la chica pompones rápidamente comenzó a marcar el nueve-uno-uno. —Por favor, no —dijo antes de que pudiera detenerse. —¿Qué? —dijo ella mirando hacia tras. Craig aprovechó la distracción y le arrebató el teléfono de las manos y lo pisoteó. Ella chilló sorprendida y dio un paso largo hacia Craig. Actuando con rapidez, Jake corrió hacia ellos antes de que ella pudiera golpear a Craig. No quería que la situación se pusiera más violenta de lo que había sucedido con el teléfono. —Váyanse chicos —le gritó a Craig—. ¡Váyanse ahora!

Sus compañeros de equipo no necesitaban que lo repitiera dos veces, corrieron como perros con el rabo entre las patas. Una vez que estuvo seguro de que se habían ido tomó lo que quedaba del teléfono. Ella se lo arrebató y examinó el daño. Para el caso se veía bastante bien, por lo que observó Jack la pantalla solo estaba rota. —Todavía estoy llamando a la policía —dijo ella. —Está bien. —Asintió Jake en señal de derrota. —¿No vas a tratar de detenerme? —preguntó ella. —No, les dije que no vinieran aquí esta noche —dijo Jake siguiéndola. Ella se acercó a las gradas y se sentó —¿Entonces por qué estás aquí? —preguntó. —Iba a tratar de detenerlos, pero me quedé dormido en mi camioneta —admitió Jake. —¿Cómo sé que dices la verdad? —preguntó ella.

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—No lo puedes saber, no al menos que ellos miren las cámaras de seguridad mañana —dijo—. Espera un minuto, ¿qué estás haciendo tú aquí? —Vine a correr. Me ayuda a despejar mi mente —dijo ella—. Pudiste irte antes de que llamara a los policías. —No, quiero quedarme. Puedo dar nombres —dijo él. —¿Así que eres un soplón? —dijo ella arqueando una ceja. —No. —Jake movió su cabeza—. Solo no quiero cargar con toda la culpa. —Me parece bien. —Se encogió de hombros. Jake miró nervioso mientras ella llamaba de nuevo al nueve-uno-uno y denunciaba el delito. La operadora le pidió que se quedara allí, así la policía podía tomar su declaración. Esperaron en un incómodo silencio. —Apuesto a que tu novio se va enojar —dijo Jake tratando de encontrar algo de qué hablar. —¿Qué? —preguntó la chica pompones. —Sobre el estadio —añadió Jake. —Me estas confundiendo con otra persona —dijo ella—. No tengo novio. —¿En serio? —preguntó, sonriendo un poco más de lo que pretendió.

Ella le dio una mirada extraña y luego se puso a reír. —No parezcas tan feliz por mi miseria —rió ella. —No es eso, es solo que... —Jake no estaba seguro de lo que iba a decir, pero la conversación fue interrumpida por la llegada de dos agentes de la policía. Estuvo quieto mientras la chica pompones hablaba con el policía. Explicó que habían acordado reunirse tarde en la noche para ir a correr. Uno de los agentes le dio una sonrisa de complicidad. Por un segundo pensó que ellos no podían creer que eran pareja. Le dio al policía una sonrisa tímida y miró hacia otro lado. Mientras escuchaba, aprendió cosas nuevas sobre la chica de los pompones. Su nombre es Alyssa. El oficial del interrogatorio dijo que había conocido a su padre antes de que muriera de cáncer. Había sido policía también. Ella les dio a los oficiales una sonrisa que la mayoría de las porristas llevaba a las reuniones para animar y los juegos de fútbol, podrías pensar que eran genuinas.

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Mientras la observaba, el corazón de Jake golpeaba contra su pecho. Tardó un momento en darse cuenta de que le estaba empezando a gustar la extraña porrista de la escuela rival. Sacudió la cabeza, sacudiendo la imagen de ellos dos tomados de la mano y actuando como una pareja. Eso nunca iba a suceder. Ella venia del lado rico y además era una Panthers. Cuando los oficiales terminaron de hablar con Alyssa, volvieron su atención hacia él. Le dolía tener que dar los nombres de sus compañeros, pero se obligó a dar los nombres de los que habían participado. Le temblaban las manos mientras hablaba. Los oficiales eran pacientes y le dieron tiempo para llegar a un acuerdo por cada nombre que les dio. Alyssa le puso una mano en el hombro y con un nudo en la garganta se obligó a tragar saliva y dar el apellido. —Craig Semmons —dijo él. Salvó a Craig para al final entregarlo a pesar de haber sido el cerebro de la operación. A través de su trayecto en el bachillerato Craig había sido su mejor amigo, pero está pensando que eso terminó esta noche. —¿Es el que arruinó el teléfono de la joven señorita? —preguntó el policía. —Sí, señor —respondió Jake mirando sus pies. —Gracias por ayudarnos —dijo el oficial con una sonrisa—. Sé que no es fácil pero hay que hacer lo que hay que hacer.

Jake asintió sin atreverse hablar. La mano de Alyssa estaba ahora apoyada fácilmente contra su brazo y estaba tratando de concentrarse en otra cosa que no fuera lo suave que se sentía su piel contra la suya. —Ustedes chicos, váyanse a casa —dijo el otro oficial. —Sí, señor —dijo él. Alyssa deslizó su mano junto a la suya y juntos caminaron hasta el estacionamiento. La mente de Jake corrió haciendo preguntas, pero no era lo suficientemente valiente para preguntar. ¿Por qué estaba ella sosteniendo su mano? Oh, sí, había dado a entender que eran novios. Jake reprimió una sonrisa. —¿Qué? —preguntó Alyssa. —Nada. —Negó con la cabeza. —Está bien. —Sonrió y se alejó—. Vamos a mi auto. Miró encima de su hombro y Jake siguió su línea de visión hacia los oficiales que aún estaban observándolos. Jake sintió que se ruborizaba cuando Alyssa tocó su mejilla y la rozó con sus labios antes de entrar a su auto.

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Se levantó torpemente y se quedó quieto observando su auto. No había sido un beso de verdad, y no era uno que los chicos contarían de todos modos, pero era la primera vez que lo había besado una chica. El sonido de los oficiales riendo instó a Jake a moverse. Una vez en el interior de su camioneta se dio cuenta de que estaba sosteniendo un pequeño trozo de papel. Estudió la escritura por un momento antes de que se diera cuenta de que era un número de teléfono. Alyssa le había dado su número. Jake no recordaba mucho de su viaje camino a casa, pero se encontró a si mismo sonriendo cuando estacionó en frente de su casa. Todas las luces estaban apagadas y se deslizó en silencio sin despertar a su padre. Tal vez, solo tal vez, su suerte estaba cambiando.

Capíutlo 6 Alyssa Traducido por nelshia Corregido por carosole

A

lyssa se detuvo en la cafetería abierta toda la noche y comió una hamburguesa. Estaba hambrienta y necesitaba un poco de tiempo para enderezar sus pensamientos antes de dirigirse a casa. Jake, el chico que había rescatado sus pompones llenó sus pensamientos. El corazón le latía con fuerza contra su pecho cuando pensaba en cuan valientemente lo besó. Era la primera vez que había besado a un chico. La mayoría de las otras chicas en el equipo han tenido al menos un novio, pero ella había estado esperando por Ryan.

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Ryan Matthers. Parecía a un mundo de distancia. Sabía que esa realidad se vendría abajo el lunes, pero por ahora lo que Ryan y Katie le habían hecho no importaba. Alyssa trató de decirse que sólo lo había besado para mantener su coartada, pero ¿realmente habían necesitado una? Podía haberles dicho la verdad. De todos modos había dicho que ambos habían salido a escondidas de sus casas. Así que, ¿por qué había mentido? Alyssa no estaba segura. Al menos, estaba detrás de ella ahora. Alyssa parpadeó por un momento y se sintió como una tonta. Atrapada por el momento y sus emociones, le había dado a Jake su número de teléfono. Seguramente, no la llamaría, ¿o lo haría? Recordó cómo sus ojos se habían iluminado cuando le dijo que era soltera. Alyssa sintió sus mejillas volverse rosas. —Basta ya —se dijo en silencio—, ese chico es un Rattlesnakes. Alyssa manejó a casa por las calles vacías tratando de averiguar cómo iba a escabullirse a la casa sin ser descubierta. Su madre iba a estar lo suficientemente enojada como para tener gatitos y Cody tendría un día de campo con el comportamiento de "delincuente". —Supongo que volveré a trepar el árbol —suspiró mientras apagaba el motor.

Lentamente, para no hacer ruido, Alyssa se impulsó sobre las fuertes ramas del árbol que estaba fuera de su ventana. Se puso a sí misma en el panel sobre el alféizar de la ventana antes de derrumbarse jadeando silenciosamente. La luz del techo se encendió, sorprendiéndola. —Nada de animación por el resto del año —dijo Cody, mirándola. —Púdrete —jadeó. —Lo digo en serio, Alyssa, y estoy seguro de que tu madre estará de acuerdo conmigo —agregó. —Déjala en paz, Cody —suspiró su madre entrando en la habitación. —No voy a seguir tolerando su comportamiento bajo mi techo —dijo. La ira retorció el vientre de Alyssa y se obligó a ponerse en pie. —Esta no es tu casa, nunca lo fue —le gritó. Lágrimas de rabia calientes cayeron por sus mejillas y aterrizaron en la suave alfombra azul mientras hablaba.

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—Esta es la casa de mi padre. La compró. Él pagó la hipoteca, no tú —gritó Alyssa. —Tu padre no está aquí, nunca más, Alyssa, ya lo sabes —dijo con enojo. —Y tú no deberías estar tampoco —le escupió. —Cody, simplemente déjala en paz —dijo su madre deteniéndose entre ellos. —¿Entonces de verdad vas a dejar que se salga con la suya? —preguntó. —Salirse con la suya, ¿con qué, Cody? ¿Diciendo la verdad? —Su madre chasqueó volviéndose hacia él—. Esta no es tu casa. Es mía, y es la casa de Alyssa. ¡Así que solo déjala estar! —¡Bien! —dijo Cody y salió enfurecido de la habitación. —¿Estás bien? —le preguntó su madre Alyssa asintió y se sentó en la cama. Podía oír a Cody enfureciéndose por el pasillo y luego bajando las escaleras. Escucharon juntas como la puerta principal se abrió y luego se cerró de golpe. Alyssa no estaba segura de qué pensar. —El oficial Bryant me llamó —su madre suspiró—, era el mejor amigo de tu padre. —Lo recuerdo —asintió Alyssa.

—Dice que está preocupado por ti —dijo ella. ─¿Porque me estoy escabullendo para conocer chicos? ─Alyssa arqueó una ceja. ─No, dice que lucías destrozada ─respondió su madre. ─Estoy destrozada, mamá ─le dijo Alyssa. ─Dime que está pasando ─dijo. Alyssa miró a los ojos de su madre y rompió en sollozos. No quería hablar de nada, pero poco a poco le contó lo que pasó con Ryan Matthers. ─Los adolescentes pueden ser tan crueles ─dijo su madre cuando terminó de hablar. Alyssa no estaba segura que estaba pasando, pero sabía que las cosas estaban cambiando, o al menos esperaba que lo hicieran. Quería que su madre fuera feliz, pero Cody había sido su opresor, desde que se mudó con ellas.

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El domingo pasó en una bruma perezosa. Alyssa mantuvo su teléfono en su bolsillo mientras descansaba en el asiento de su ventana. Seguía esperando que Jake la llamara. Su mente iba y venía entre anhelando que su teléfono sonara y esperando que hubiera perdido su número. Nada tenía sentido para ella, así que no hizo nada. El lunes por la mañana durmió durante su alarma y se dirigió a la escuela tarde. Su madre se había ido a trabajar y no había señales de Cody. No había vuelto a casa el domingo tampoco. Alyssa estaba demasiado asustada con la esperanza de que se hubiera ido para siempre, porque no creía que pudiera sobrevivir si sus esperanzas se derrumbaban de nuevo. Alyssa sabía que algo andaba mal en cuanto entró en su clase del segundo periodo. Por lo general, sería recibida por las chicas de su escuadrón y los chicos del equipo, pero nadie la reconoció. Ninguno de ellos incluso le dirigió una mirada. Oyó una chica riendo y se volvió para mirar. Era Katie riendo tontamente en la distancia mientras garabateaba a Alyssa con una cerradura en el labio con una Rattlesnakes. La ira hervía en sus venas, pero se obligó a tomar su asiento. ─Sólo saca adelante el día de hoy ─ suspiró en silencio. La mañana transcurrió dolorosamente lenta y la comida fue un evento angustioso. Alyssa había intentado sentarse con las chicas en el almuerzo, pero cada vez que trató de dejar su bandeja del almuerzo en la mesa, aparecía un objeto en su camino. Al final, tiró la comida intacta y pasó el resto de su periodo de descanso llorando en una casilla del baño.

Alyssa logró manejarlo a través de sus clases de la tarde sin romperse en lágrimas otra vez, pero eso no estaba diciendo mucho. Por primera vez en su vida estaba temiendo su práctica de animación. Por lo general, se refugiaba en estar con su escuadrón, pero todo había cambiado repentinamente. Ya no era su líder, de alguna manera era su enemigo. Las manos de Alyssa temblaban mientras caminaba a su casillero. Se sentía pesada y deprimida, pero trató de mantener su sonrisa de espíritu escolar pegada en su cara. Su sonrisa se convirtió en un ceño fruncido y luego en una mueca cuando llegó a su casillero. Alguien había escrito la palabra "TRAIDORA" en grandes letras negras en la superficie roja de su casillero. Tuvo que morderse el labio con fuerza para no llorar. Unas risas provenían de los casilleros más cercanos al de ella y Alyssa cerró sus manos en puños apretados a sus costados. Respiró hondo y puso su combinación en el casillero. Abrió el casillero con cuidado, asegurándose dar un paso atrás, porque no se fiaba que el vandalismo no fuera más lejos de lo marcado en el casillero.

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Un suspiro de alivio escapó de sus labios cuando se encontró con que sus pertenencias estaban a salvo y en buen estado. Colocó sus libros dentro y la cerró de golpe. Caminó enérgicamente a la oficina de su entrenadora, porque quería una oportunidad para hablar con la señora Bowens antes que el resto de las chicas. Estaba siendo tildada de traidora por informar de un crimen contra la escuela y eso la enfureció. Con cada paso Alyssa se volvía más determinada. Cuando llegó a la oficina de la señora Bowens, la mujer mayor la saludó con un ceño. ─Tengo que hablar contigo, Alyssa ─dijo. Alyssa se sentó frente a ella y respiró hondo. El tono en la voz de la mujer no presagia nada bueno para ella, y lo sabía. Alyssa ya podía sentir que todo lo que había trabajado se deslizaba entre sus dedos. ─Algunas de las chicas dicen que tienen razones para creer que ayudaste a destrozar el campo y sólo llamaste a la policía cuando te asustaste que pudieras ser arrestada ─dijo la señora Bowens. ─¡Eso es ridículo, me encanta ese campo! Es mi segunda casa ─dijo Alyssa sintiéndose indignada. ─No creo que estuvieras involucrada, pero creo que los rumores pueden dañar el espíritu escolar. Tú conservarás tu título, como líder de escuadrón, Alyssa, pero estoy dejándote fuera de la animación del próximo partido. No puedo evitarlo, Alyssa, no voy a tener esto dañando el espíritu escolar, muchos futuros están en la línea ─dijo la entrenadora. ─¿Qué pasa con mi futuro? ─preguntó—, ¿qué hay de mí?

─Vas a estar bien, Alyssa, esto es sólo la escuela secundaria ─suspiró la señora Bowens─. Obtendrás más becas académicas. ─¿Cree que no voy a animar en la universidad? ─preguntó Alyssa. Un sentimiento de traición escoció en su vientre y temía que volviera una vez más a disolverse en lágrimas. ─ Este escándalo podría dañar tu reputación, querida. ─ Frunció el ceño la Sra. Bowens. ─ ¡Esto no es justo! ¡No he hecho nada malo! ─ espetó Alyssa. ─ Algunas veces las cosas no son justas, pero hay que sacar lo mejor de ellas. Deberías haber sabido que salir con un chico de los Rattlesnakes tendría consecuencias, Alyssa ─suspiró la entrenadora. Abrió la boca para decir que no estaba saliendo con Jake, pero luego recordó lo que le había dicho al oficial Bryant. En su mayor parte, le había mentido, porque quería que creyera que la hija de su difunto mejor amigo era una adolescente normal y feliz. Bueno, eso y como que de algún modo le gustaba Jake. Tenía un encanto sureño que la atraía, aún si eso hacía que su madre se avergonzara.

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─Ve a cambiarte para la práctica, Alyssa ─dijo la entrenadora, despidiéndola. Alyssa se cambió rápidamente en su uniforme para la práctica y salió hacia el campo. Estaba agradecida de que fuera la primera en llegar, porque sus ojos se abrieron como platos al ver a Jake y los otros miembros del equipo de fútbol de los Rattlesnakes limpiando el terreno. Así es como se libraron de ser arrestados, pensó para sí, deben de haber llegado a un acuerdo con nuestro consejo escolar. Me pregunto si van a ser expulsados por el resto de la temporada. Sus ojos se fijaron en Jake, que estaba trabajando duro junto a sus compañeros de equipo a pesar de que no era parte del delito. Espero que no, frunció el ceño para sí misma. Un par de chicos se fijó en ella y le volcó un gesto obsceno sacándole el dedo, pero Alyssa no respondió. En su lugar, comenzó sus estiramientos sin apartar los ojos de Jake. Sus ojos se encontraron por un momento y él le dedicó una sonrisa de complicidad antes de regresar a su tarea. El corazón le dio un vuelco y se sonrojó. La sonrisa de Alyssa sólo se desvaneció cuando la entrenadora Bowens y el resto del escuadrón llegaron a la pista. Con un suspiro, se resignó a tres horas de tortura.

Alyssa se esforzó por dirigir a las chicas en su práctica normal, pero ninguna de ellas parecía interesada en escucharla. En su lugar, se dividieron en grupos pequeños y practicaron de forma individual. Renunciar no era algo a lo que Alyssa estaba acostumbrada por lo que pasó el tiempo practicando por su cuenta y luego realizó una carrera continua durante la última hora. Se fue quince minutos antes, esperanzada en evitar al resto del escuadrón, pero ya se habían encargado ellos mismos de sus pertenencias. Los pantalones y la camiseta que había llevado a la escuela ahora estaban cubiertos de rotulador rojo. ¡TRAIDORA! y ¡AMANTE DE SNAKE! Estaban escritos en cada centímetro de su ropa. Por un momento pensó en decirle a la entrenadora, pero no se atrevía a admitir lo mucho que sus acciones le habían hecho daño. Se acercó a su auto evitando hacer contacto visual con nadie. Jake sonrió mientras pasaba, pero fingió no verlo. Alyssa corrió hacia su auto, temiendo que lo hubieran destrozado también, pero por suerte sólo había una pequeña nota atorada bajo el limpiaparabrisas. Lo agarró y lo miró con incredulidad.

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Sigue sonriendo, decía la nota en letras grandes onduladas y terminó en una cara sonriente. El corazón de Alyssa dio un vuelco cuando se dio cuenta que era la letra de Mattie. ¿Era consciente de lo que estaba pasando? Por supuesto que lo era, la mayor parte de la escuela tenía que ser consciente. Al menos Mattie parecía estar todavía de su lado, aunque no se lo mereciera. Alyssa no se detuvo para recoger algo para comer en el camino a casa, porque no quería correr el riesgo de encontrarse con alguien más que se burlase de ella. Suspiró de alivio cuando se dio cuenta de que el auto de Cody todavía no estaba estacionado en la entrada. Por lo menos tendré una noche tranquila para ponerme al día con las tareas, suspiró y apagó el motor. En el interior encontró a su madre llorando en la mesa de la cocina. Sus manos temblaban mientras cruzaba la habitación y se ponía a su lado. ─¿Estás bien, mamá? ─le preguntó en voz baja. ─Sí, cariño, estoy bien ─dijo su madre y trató de enjugar las lágrimas que habían caído libremente por sus mejillas. ─Entonces, ¿por qué estas llorando? ─preguntó, y puso una mano gentilmente en el hombro de su madre. ─Presenté los papeles para el divorcio hoy ─dijo.

─¿Qué? ─preguntó Alyssa. ─No quiero hablar de eso en este momento, cariño ─dijo su madre. ─Te daré un poco de tiempo a solas ─asintió Alyssa. A escondidas tiró la ropa arruinada en el bote de la basura sin decirle a su madre. Cody se ha ido de sus vidas para el bien ahora, pero ¿su madre lo superará? Alyssa no había visto la mirada de su madre tan destrozada desde que su padre murió. ─Te extraño papá ─suspiró reclinándose contra la papelera─, me gustaría que estuvieras aquí. Creo que te gustaría Jake y me hubieras dicho lo idiota que Ryan Matthers era antes de que gastara tres años encaprichada con él. Alyssa sacó su teléfono de su bolsillo y se quedó mirando su pantalla rota. ─¿Alguna vez me vas a llamar, Jake? ─preguntó. ─Es muy probable que todavía este limpiando el campo ─contestó una voz a su espalda.

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Alyssa se sobresaltó y casi dejó caer su teléfono mientras se volvió hacia el dueño de la voz. —Mattie ─dijo, con los ojos abiertos. ─Pensé que alguien tenía que salvarte de las divas ─sonrió Mattie. Alyssa echó sus brazos alrededor de la otra chica y lloró lágrimas de alivio que pronto se convirtieron en lágrimas de dolor y tristeza. Le dijo a Mattie todo lo que había sucedido desde que Ryan la invitó a salir, con meticulosamente lentos detalles. Alyssa sabía que Mattie probablemente conocía los hechos, pero estaba agradecida por el oído atento. ─Así que, ¿cuándo conoceré a tu novio? ─ bromeó Mattie. ─No es mi novio. ─Se rió Alyssa. ─Todavía no. ─Rió Mattie.

Capíutlo 7 Jake Traducido por Brenda Carpio Corregido por sttefanye

J

ake se había ofrecido a ayudar a sus compañeros a limpiar el campo de los Panthers con la esperanza de que lo perdonaran, pero no estaba funcionando. Los chicos todavía se negaban a hablar con él, pero Jake trató de mantener una buena actitud al respecto. Después de todo, él no es el que hizo el lío, pero estaba ayudando a limpiar.

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Lo que él no le había dicho a el entrenador o a sus compañeros de equipo es que tenía otro motivo para ayudar con la limpieza. Quería ver a Alyssa de nuevo. Jake había pasado la mayor parte del domingo tratando de reunir el valor para llamarla, pero al final se pasó la tarde discutiendo consigo mismo en el espejo. En el momento en que fue a la cama tenía un dolor de cabeza y no quería pensar más en ello, pero esa noche había soñado con ella. Su corazón saltó cuando ella entró a la cancha. Él le sonrió, pero podía decir que estaba teniendo un tiempo mucho más difícil que él. Jake siempre había estado tranquilo con dejar que la mayoría de las cosas pasaran, pero al ver su molestia le hizo querer cambiar la situación. Quería abrazarla y decirle que el tiempo pasaría y estaría bien, pero sabía que hablar con ella delante de los demás sólo haría las cosas más difíciles para ambos. Su padre no estuvo feliz cuando llegó a su casa la madrugada del domingo. Sus gritos se habían prolongado durante más de una hora, antes de que Jake finalmente se rindiera y se fuera a la cama. Las cosas empeoraron cuando toda la ciudad comenzó a hablar de él saliendo con la chica rica. Estaba tratando de entender la extraña verdad acerca de los pueblos pequeños y la gente que vivía en ellos. La mayoría no le importaba la verdad o los nombres de los involucrados, sólo querían algo de qué hablar. Recuerda como ellos hablaron de su mamá por más de un año después de que se fuera. —Más de un año. —Se recordó a sí mismo, mientras terminaba de limpiar el último papel de baño de la cancha. Dejó la cancha sin despedirse de los chicos, porque esperaba poder encontrar a Alyssa por el pueblo antes de que llegara a su casa. Jake duró una hora y media

conduciendo en círculos y estaba a punto de darse por vencido cuando vio su auto entrando al restaurante chino. Su corazón palpitó, hizo una ilegal vuelta en U y se puso detrás de ella. Él estaba sonriendo como un idiota cuando ella abrió la puerta y salió del auto. —Hola. —Sonrió él. —Hola. —Alyssa pestañeó hacia él—. ¿Me seguiste hasta aquí? —No exactamente —dijo Jake nervioso—. Pero esperaba encontrarte. Alyssa lo miró por un segundo y Jake temió que le dijera que se fuera otra vez, pero no lo hizo. Sonrió emocionada de que él la haya seguido. Jake nunca ha sido fan de la comida chica, pero ordenó pollo agridulce sin salsa sólo porque tenía que comer algo. —¿No te gusta la comida china? —preguntó. —Nunca. —Sacudió la cabeza. —Eres muy extraño. —Se rió ella.

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—Mira quién habla, chica pompones. —Sonrió. El silencio incomodo se estableció entre ambos mientras comían. Jake no estaba seguro de qué hablar una vez que se dio cuenta que en realidad no conocía a Alyssa. —Así que, ¿por qué ayudas con la cancha? —preguntó. —Soy parte del equipo. —Se encogió de hombros. —Justo lo suficiente. —Asintió. Su teléfono sonó y Jake se sorprendió. Tenía miedo de que su cita pudiera ser tan corta. —Voy a comer aquí, Mattie —dijo ella. Hubo una pausa mientras la otra persona hablaba. —Estoy con Jake —dijo Alyssa. Sonrió y dejó de mirarlo por un momento—. Te veo pronto. —Rió y colgó—. Se supone que cenaría con una amiga y mamá — admitió. —Siento haberte mantenido. —Jake frunció el ceño. —No, nunca tuve oportunidad de darte las gracias —dijo Alyssa. —¿Por qué? —preguntó Jake.

—Por guardar mis pompones —dijo ella. —No hay problema. —Rió Jake. Ella actuó como si estuvieran hechos de oro o algo así, pero Jake tenía que admitir que él era protector con su equipo de fútbol. —¿Quieres venir y pasar el rato? —preguntó ella—. Sólo seremos Mattie y yo. Mi mamá tiene que trabajar esta noche. —Claro. —Sonrió ampliamente. Terminaron de comer y Alyssa ordenó comida para su mamá y amiga antes de irse. Jake condujo detrás de Alyssa hasta su casa. Temía que lo abandonara en el camino. En su experiencia la mayoría de las animadoras les gustaba divertirse a expensas de otros, y él no quería ser una víctima en una de sus trampas. Jake sabía que no tenía que temer, porque sabía que Alyssa era diferente. Al menos lucía diferente. Incluso las animadoras de su equipo sabían eso y por eso estaba siendo cruel con ella. Mattie se fue tan pronto como la mamá de Alyssa se fuera a trabajar. Jake y Alyssa estaban sentados en el sofá sintiéndose incómodos.

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—¿Quieres ver una película o algo? —preguntó Alyssa. —Eso suena bien —dijo él. Puso el DVD, pero ninguno de los dos estaba prestando mucha atención. Como a los 15 minutos de la película el teléfono sonó, pero Alyssa lo ignoró luego de ver el identificador de llamada. —¿No vas a tomar la llamada? —preguntó Jake. —No. —Sacudió su cabeza. Jake no quiso preguntar nada más al respecto, pero Alyssa empezó a divagar muy rápido para él mantener el ritmo. —Es Cody, el pronto ex esposo de mi mamá. Es un verdadero imbécil y no sé por qué mi mamá se casó con él. Ha estado extraña desde que mi padre murió —dijo ella. Alyssa se detuvo sonrojada. —Lo siento, no te interesa nada de eso —suspiró—. Hablemos de deportes o algo.

—En realidad, deporte es de la última cosa que quiero hablar ahora mismo — admitió—. Si no logramos ir a las estatales no tengo ninguna oportunidad de conseguir la beca. —Estarás ahí. —Sonrió. —Lo dudo. —Rió entre dientes. —Sólo tienes que cambiar la forma en que lo ves. No pienses acerca de los fondos de inversión. Sólo ve y hazlo —dijo Alyssa mirando hacia él. —Es fácil para ti decirlo. —Rió—. Tu escuela ha ganado los últimos 7 años. —Es porque tenemos espíritu. —Rió ella. —Creo que es más que eso —dijo Jake dudoso. —Quizás, pero tienes que sumergirte en las exclamaciones y rugidos de la multitud —dijo Alyssa. Jake observó como la luz bailaba a través de sus ojos azules cuando ella hablaba de las exclamaciones y ganar. No estaba seguro de creer en lo que decía, pero ella lucía muy linda cuando lo decía.

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—Trataré. —Rió él. —Será lo mejor. —Sonrió. —¿O qué? —preguntó juguetonamente. —Le diré al mundo que estabas haciendo porras con mis pompones. —Rió fuertemente. —Sólo trataba de robar algo de espíritu de tu escuela. —Rió. Alyssa le dio una palmada juguetona en el brazo y ambos se sobresaltaron cuando sonó el timbre. —No espero a nadie. —Frunció el ceño. Corrió a la puerta y antes de que abriera Jake podía oír la voz furiosa de su padre. —¿Dónde está? —gritó su padre. —¿Qué demonios estás haciendo aquí, papá? —exigió Jake al saltar sobre el sofá. —¡Estoy salvando tu futuro! —dijo su padre mientras empujaba a Alyssa sorprendido—. ¡Conoces su tipo, Jake! —¡Vete a casa, papá! —suspiró Jake.

—Vienes conmigo —dijo. —Lo siento —suspiró, mientras su padre lo empujaba fuera de la casa. —Jake —escuchó decir a Alyssa cuando entraba en la camioneta. No podía creer que le avergonzara de esa manera. ¿Por qué no podía simplemente dejarlo vivir su vida? El hecho de que la vida de su padre se fuera por la alcantarilla no significaba que tuviera que llevarlo en el viaje. Jake no estaba prestando atención a la carretera y se pasó una señal de stop. Una camioneta apareció frente a él y pisó el freno, deteniéndose a pocos centímetros de distancia del otro vehículo. Él salió de la carretera y respiró hondo. Jake sabía que tenía que calmarse y dejar de ser imprudente. Su teléfono móvil sonó y esperaba que fuera Alyssa hasta que se dio cuenta de que ella no tenía su número de teléfono. Jake no reconoció a la persona que llamaba, pero contestó de todos modos. —Hola —respondió Jake. —Hola, ¿estoy hablando con Jake? —dijo el hombre al otro lado de la línea.

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—Sí, ese soy yo —dijo rodando los ojos. —Soy David, de los comentarios de Dave Artículos Deportivos, y me gustaría que vinieras a una entrevista mañana por la tarde. ¿Podría ser a las cuatro y media bueno para ti? —preguntó David. —¡Cuatro treinta sería excelente! —dijo Jake con una sonrisa de oreja a oreja. Al menos algo bueno estaba ocurriendo en la actualidad.

Capíutlo 9 Alyssa Traducido por nelshia Corregido por Aldebarán

A

lyssa suspiró mientras se ponía su uniforme. Se sentía extraño estar vistiéndose para un juego para el que no iba a animar, pero ella tenía una reputación que mantener. Se maquilló perfectamente y le sonrió a su reflejo. La sonrisa se parecía más a una mueca, pero tendría que servir.

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No había oído de Jake desde que su padre se presentó en su casa, pero no había esperado oír de él después de eso. Era muy probable que estuviera castigado o demasiado avergonzado para hablar con ella después de que su padre hizo una escena así. Ella lo habría estado, pero por otra parte si su padre estuviera vivo nunca habría reaccionado de esa forma. Siempre había sido un hombre muy ecuánime. Alyssa entendía cómo Jake debió sentirse, sin embargo, desde que Cody se mudó ella no había invitado a nadie para pasar el rato. Siempre había estado demasiado preocupada de que él comenzaría un drama en frente de sus invitados, y habría muerto de vergüenza si alguien en el equipo sabía lo horrible que era la situación en su casa. Alyssa pensó que era mejor no hablar de esas cosas con las personas que no estaban involucradas. Echaba de menos a Jake, pero no tenía ninguna forma de ponerse en contacto con él. Deseó haberle preguntado su número de teléfono antes de que se fuera, pero en realidad no había habido tiempo para preguntarle nada. Alyssa frunció el ceño ante su reflejo y en silencio rezó para que Jake estuviera bien. Alyssa condujo a la escuela y estacionó su auto. Llegó temprano, pero Mattie había prometido recoger unos tacos y reunirse antes del partido. Por lo general, Alyssa no comería antes de un partido, pero como no estaba animando había decidido romper su propia regla. Mattie ya estaba sentada en el capó de su auto comiendo cuando Alyssa llegó. Agitó un saludo amistoso y le indicó a Alyssa que se uniera a ella. Comieron en silencio, pero Alyssa se deleitaban con la presencia familiar de Mattie. Había algo reconfortante en tener a su mejor amiga de regreso. ─ Entonces, ¿has oído de Jake? ─ preguntó Mattie.

─ No. ─ Alyssa frunció el ceño y sacudió la cabeza. ─ Espero que esté bien. ─ Frunció el ceño Mattie. ─ Yo también ─ dijo Alyssa─ . Nunca he visto a nadie tan enojado como su padre se veía. ─ Estoy segura de que te llamará pronto. Tal vez está castigado o algo así. ─ Mattie se encogió de hombros. ─ Ojalá. Como que lo extraño ─ admitió Alyssa. Mattie la abrazó y Alyssa se dirigió hacia el campo. Se esperaba que sentara con el resto del escuadrón, incluso si ella no estaba animando. La entrenadora dijo que sería bueno para el espíritu escolar. Alyssa no estaba segura de que algo podría mejorar el deprimente sentimiento que se había apoderado de la escuela esta última semana. Todo el mundo estaba en desacuerdo, tomando uno u otro lado, pero al parecer la mayoría de la gente creía que Alyssa estaba obteniendo lo que se merecía. Mucha gente pensó que no debería ni siquiera permitírsele usar su uniforme de animadora.

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Alyssa se sentó en silencio mirando a las otras chicas animando al equipo, pero no le importaba realmente si los Panthers ganaban o no. Todo parecía un poco tonto mientras miraba desde la línea de banda. Hace apenas una semana había animado hasta quedarse afónica alentando a los chicos, pero eso fue antes cuando eran sus chicos y no sus verdugos. Esperaba que Ryan se resbalara y perdiera el juego. Tan pronto como el pensamiento cruzó su mente Alyssa se sintió mal por pensarlo. Algunos de los chicos también contaban con el campeonato para llamar la atención de los cazatalentos universitarios. Suspiró sin estar segura de lo que debía pensar. Los Panthers perdieron el partido por dos puntos. Tan pronto como el marcador final fue anunciado Alyssa salió y se dirigió hacia su auto. Había querido pasar el rato con Mattie esta noche, pero Mattie tenía que terminar su informe de historia sobre la guerra civil francesa. Alyssa frunció el ceño ante la idea de ir a casa y pasar el resto de la noche con su deprimida madre, pero era mejor que quedarse por aquí. Estaba metiéndose en el auto cuando vio a Jake caminando. Su corazón dio un vuelco y sintió una sonrisa extendiéndose por su cara. ─ Oye —dijo, y bajó la ventanilla del auto. ─ Hola. ─ Sonrió Jake.

Alyssa abrió la puerta y echó sus brazos alrededor de Jake, pero rápidamente se alejó. ─ Estaba preocupada por ti ─ dijo─ . ¿Por qué no me has llamado? ─ Pensé que después de lo que mi padre despotricó nunca hablarías conmigo otra vez ─ admitió Jake. ─ Los padres pueden ser raros a veces. ─ Sonrió ella. ─ Así que, sí, me preguntaba si querías ir a pasear un rato. ¿Tal vez una pizza o algo así? ─ preguntó esperanzado. Alyssa se detuvo un segundo para actuar como si estuviera considerando su pregunta. No quería aparentar que le gustaba demasiado, demasiado pronto. ─ Está bien. ─ Finalmente asintió. —¿Quieres manejar o podríamos tomar mi camioneta? ─ ofreció Jake. ─ Vamos a tomar tu camioneta ─ asintió Alyssa.

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Jake entrelazó sus dedos con los de ella mientras caminaban. Alyssa sintió que se ruborizaba, pero no se apartó. Había algo en sostener la mano de Jake que se sentía como en casa. ─ No tienes que decirme si no quieres ─ dijo Alyssa mientras comían─ , pero ¿por qué estaba tu padre tan enojado? ─ Porque él cree que voy a tirar mi vida ─ suspiró Jake. Alyssa tomó un bocado de pizza y reflexionó sobre lo que había dicho. ¿Su padre creía que ella era una mala influencia? ¿Cómo era eso incluso posible? El hombre ni siquiera la conocía. ─ Desde que mi mamá se fue ─ continuó Jake─ , él ha sido raro. Ella se fue porque ya no estaba enamorada de él, y puedo entender eso. Nadie debería ser obligado a permanecer donde no son felices, pero mi papá parece que no puede superarlo. Cree que voy a involucrarme con alguien y no voy a ir a la universidad. ─ Creo que muchos de los padres se preocupan de eso por varias razones ─ dijo Alyssa. ─ Bueno, me voy a la universidad. Es la única oportunidad que tengo de irme lejos de aquí. Quiero ir a la universidad estatal y nada va a cambiar eso ─ dijo Jake. Alyssa sonrió. Había llegado rápidamente a admirar su determinación y ambición. Era algo que podía relacionar fácilmente.

─ ¿Has intentado decirle eso? ─ preguntó. ─ Lo he hecho ─ suspiró Jake─ , pero él no quiere escuchar. ─ Bueno, mi padre solía decir, ver para creer. ─ Se rió Alyssa─ . Así que supongo que sólo vas a tener que demostrárselo. ─ ¿Y ser miserable mientras tanto? ─ se preguntó. ─ No. ─ Alyssa negó con la cabeza─ . Es sólo otro obstáculo, y cualquier obstáculo puede ser superado. ─ Eso espero. ─ Sonrió Jake. ─ Sé que así es. ─ Sonrió Alyssa. Cuando terminaron de comer Jake condujo a Alyssa a recoger su auto. Se quedaron en el estacionamiento entre sus vehículos diciendo torpemente buenas noches. ─ Espero verte pronto. ─ Sonrió Alyssa. ─ Lo harás ─ le aseguró Jake─ . Tengo que trabajar este fin de semana, pero ¿quizá el lunes por la tarde?

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─ Voy a tener que aguantarme hasta eso, Jake ─ dijo, y se inclinó cerca de él. Sus labios se encontraron con los suyos sólo por un momento y luego se alejó. Mientras conducía a casa de Mattie pensó en el beso y besarse en general. La mayoría de las chicas de su edad habían besado muchas veces, pero Alyssa siempre había estado demasiado nerviosa para besar a cualquiera. Parecía ser complicado y contener promesas que no estaba segura de que estuviera preparada para hacer. No había conocido a Jake por mucho tiempo y no lo conocía lo suficiente. Ryan le había enseñado lo importante que era realmente conocer a alguien antes de arriesgar tu corazón en ello. Alyssa sabía que debería haber esperado hasta mañana y no interrumpir la tarea de Mattie, pero se sentía como si estuviera a punto de explotar con secretos y tenía que decírselo a alguien. Afortunadamente, Mattie ya había terminado su informe de historia y estaba viendo algún programa de televisión cuando Alyssa llegó, saltando sobre sus talones. ─ ¡Cuéntamelo todo! ─ chilló Mattie. ─ Lo haré ─ dijo ella cayendo en el sofá junto a su amiga. ─ ¿Ustedes se besaron de nuevo? ─ preguntó Mattie. ─ Sí, creo, pero no creo que fuera un beso de verdad ─ suspiró Alyssa.

─ ¿Sus labios se juntaron? ─ preguntó. ─ Sí. ─ Asintió Alyssa. ─ Entonces era un beso de verdad. No fue hasta que Alyssa se dirigía a su casa cuando se dio cuenta de que había dejado su bufanda favorita en la camioneta de Jake. ─ Maldita sea ─ dijo y suspiró─ . Todavía no he conseguido su número. Supongo que tendré que vivir sin ello hasta después de la escuela el lunes. Llegó a casa para encontrar a su mamá todavía viendo la televisión. ─ Cody vino por sus cosas ─ dijo. Alyssa y se unió a su madre delante de la televisión. No estaba segura de qué decir, así que se sentó allí en caso de que su madre quisiera hablar.

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Capíutlo 10 Jake Traducido por Axcia Corregido por Angeles Rangel

E

l primer fin de semana de Jake trabajando en los artículos deportivos de Dave pasaron como un vago recuerdo. Le encantaba el ambiente y la gente que contenía, pero su mente estaba en la tarde del lunes cuando iba a ver a Alyssa de nuevo. No le había mentido a su padre acerca de su cita y el anciano no estaba feliz. No es que estuviera listo para ir en serio con nadie, pero realmente disfrutaba estando con Alyssa.

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Los chicos todavía se negaron a hablar con él el lunes, pero Jake disfrutaba de la tranquilidad inusual que le rodeaba. Estaba más cansado que nunca de trabajar todo el fin de semana, pero había valido la pena. Jake andaba en su casillero matando el tiempo antes de abandonar la escuela aquella tarde. Habían acordado reunirse en la escuela de Alyssa y Jake quería asegurarse de que la mayor parte de los otros habrían desaparecido para el momento en que llegara. No quería lidiar con el drama montado de las animadoras. Tuvo bastante de eso en el almuerzo de hoy, cuando las chicas estuvieron riéndose tontamente. Una muchacha incluso había tenido la desfachatez de sugerir que quizás a Jake le gustaba Alyssa porque tenía dinero. Jake había rodado sus ojos y se negó a responder a su insistencia. Se pasó las manos por el cabello rubio e hizo una nota mental para conseguir pronto un corte de pelo. Después de echar un vistazo a su reloj y de confirmar que había esperado lo suficiente, Jake salió. Al descubrir la bufanda olvidada de Alyssa que había guardado en la guantera, la sacó y la tiró en el tablero, para no olvidar dársela. Alyssa estaba esperando sola fuera de la escuela cuando Jake llegó. Llevaba una falda hasta la rodilla y un suéter verde que hacía que sus ojos se vieran aún más azules. Jake sonrió y le tendió la mano para ayudarla a subir a la camioneta. Se dio cuenta de que sus uñas estaban pintadas para que coincidieran con el suéter y sonrió. Era la primera vez que una chica se había vestido para impresionarlo. Jake decidió que es algo a lo que podía acostumbrarse. —Hola —dijo.

—Hola —dijo Alyssa, recuperando su bufanda y colgándosela sobre sus hombros. —Entonces, ¿adónde? —preguntó Jake. —A cualquier lugar, menos aquí. —Se rió Alyssa. —Mal, ¿eh? —preguntó. Alyssa asintió, pero no ofreció ninguna información. —Había pensado en ir a comer pizza en Givi esta noche —dijo Jake, al salir de la zona de aparcamiento. —Nunca he estado allí, así que estaría bien —dijo Alyssa. —La pizza es la mejor de cualquier otro lugar —dijo Jake. —Vamos a ver eso —bromeó. En el camino a Givi, Alyssa habló de su día. A Jake le pareció que las chicas eran mucho más mezquinas que los chicos. Claro que los chicos del equipo lo ignoraban, pero al menos no marcaban su casillero o destruían su reputación o sus pertenencias.

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—No sabía que las chicas pudiesen ser tan malas —dijo Jake, sacudiendo la cabeza. —Así es, nunca pensé que se volverían en mi contra. Si no fuera por ti y por Mattie, creo que perdería el juicio —suspiró Alyssa. —Estoy seguro que lo dejarán pronto —dijo Jake tratando de sonar tranquilizador. —No lo creo —dijo ella—. Katie quiere ser jefe de escuadra y estoy a punto de decirle que se puede quedar con ello. —No hagas eso. —Jake negó con la cabeza—. Has trabajado demasiado duro como para dejarlo a causa de un pimpollo sin cerebro. Alyssa se rió y Jake le sonrió a través del espejo retrovisor. —Y pensaba que yo tenía algunas palabras selectas para ella —dijo riendo. —Bueno, es verdad. —Se rió Jake entre dientes—. Ella conseguirá lo suyo. Apuesto a que en diez años Ryan será gordo. He oído lo mucho que le gusta beber. —¡Eww! —Rió Alyssa. —¿Qué te gusta poner en tu pizza? —preguntó Jake cambiando de tema.

—Sólo queso —respondió Alyssa. —¿Sólo queso? Eso es algo aburrido —bromeó. —No lo es. —Se rió Alyssa. —Demasiado, pero te voy a mostrar lo bueno esta noche. —Se rió Jake entre dientes. *** Jake aparcó su camioneta y apagó el motor. Alyssa tomó su asiento y Jake pidió su pizza suprema favorita. No estaba muy seguro de que ella la disfrutara, por lo que ordenó una segunda pizza de queso. Había visto a su padre imponer sus gustos a su madre por mucho tiempo y sólo había que mirar a dónde los había llevado. —Me olvidé de preguntarte —dijo Alyssa cuando se unió en la mesa—. ¿Cómo fue tu primer fin de semana de trabajo? —¡Me encantó! —dijo Jake—. Los chicos con los que trabajo sobre todo practican deportes en la universidad y los clientes son muy buenos.

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—Me alegro de que te guste. —Sonrió Alyssa. Se turnaban entre sí haciendo preguntas mientras esperaban su comida. Él descubrió que el color favorito de ella era la plata y su comida favorita era el helado, mientras que ella supo que él no tenía ni idea de las clases que quería tener en la universidad. —Estoy totalmente perdida en eso —admitió. —Bueno, ¿qué te gustaría hacer, es decir, además de animar? —preguntó. —No sé, pasar el rato, ir de compras, ir a conducir —dijo riendo. —¿Tiene alguna clase que te guste? —preguntó Jake. —La historia y el arte, pero eso es sólo porque casi nunca me dan tarea — admitió Alyssa. —Siempre puedes tomar historia del arte y trabajar en un museo —bromeó Jake. —Eh, eso sería aburrido —dijo riendo. —Bueno, tú no me diste mucho con qué trabajar. —Se rió entre dientes. Cuando llegó la comida Jake convenció a Alyssa de probar una porción de su favorita. Pudo decir por la forma en que ella arrugó la nariz que no le gustó.

—Siempre he sido muy quisquillosa. —Se rió. —Siempre puedes ser un chef —dijo Jake—, entonces podrías influir en el mundo para comer lo que te gusta. —No creo querer pasar todo el día sudando en la cocina —dijo riendo—. Es muy parecido a ser ama de casa. —Tal vez, pero de todos modos la mayoría de los chefs son hombres —bromeó. —La mayoría de los cocineros son hombres gordos. —Se rió Alyssa. —Viene de hacer todas las pruebas de sabores —dijo Jake. —Deberían ser comedores quisquillosos. —Asintió Alyssa. Cuando terminaron de comer se dirigieron al parque caminando por el sendero. —Se está tan agradable aquí —dijo Alyssa, tomando la mano de Jake. —Vengo aquí a menudo para escapar de mi padre —dijo Jake.

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—Cuando era pequeña mi padre me llevaba al parque todos los domingos por la tarde —dijo Alyssa—. Fuimos todos los domingos hasta que murió. Incluso cuando estaba mal, se negó a perder el viaje. —Debe ser el lugar donde tú encuentras su espíritu. —Sonrió Jake. —Definitivamente no estará donde mi madre —dijo riendo. Ella suspiró y Jake la observó mientras ella se quedaba pensativa por un momento. —No es que la odie ni nada —dijo finalmente—. Ella parece haber tomado muy malas decisiones. —Un montón de gente hace eso después de ser herido. —Asintió Jake. —Es por eso que no quiero ser como ella —dijo Alyssa—. Quiero decir que ella perdió a su marido, pero él era mi padre. Me las arreglé para vivir totalmente sin tirar mi vida. —Algunas personas son más fuertes que otras. —Jake se encogió de hombros—. Y nunca vas a ser como ella. Eres muy fuerte. Alyssa se detuvo y al principio Jake pensó que la había ofendido, pero entonces ella le sonrió y apoyó la cabeza en su hombro durante unos pocos segundos. —Eres muy dulce —dijo y siguió caminando.

Jake no estaba seguro de cómo responder por lo que no lo hizo. Sabía que tenía que corresponderla, pero, ¿qué decías a algo así? Cada respuesta que le venía a la mente sonaba muy rara. —Entonces, ¿cómo van las cosas con tu padre? —preguntó Alyssa rompiendo el silencio. —Lo mismo. —Jake se encogió de hombros. —Lo siento. —Frunció el ceño Alyssa. —No pasa nada —suspiró Jake—. Ya estoy acostumbrado a ello y él también. Lo superará. —Eso espero. —Sonrió Alyssa—. Te pones tenso cuando se habla de él. —Lo siento —dijo Jake, sonrojándose. —No lo sientas —dijo Alyssa.

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Ella se detuvo poniendo las manos sobre sus hombros. Jake vio ascender la punta de sus pies y envolvió con los brazos su cintura y se inclinó. Sus labios se encontraron por un segundo antes de que el sonido de un perro ladrando los hiciera separarse dando un salto. Una pareja de ancianos se acercó dándoles una sonrisa de complicidad. —Amor joven —suspiró la mujer de más edad cuando pensó que estaban fuera del alcance de nuestros oídos. Unos segundos más tarde Jake y Alyssa estallaron en un ataque de risa. Jake no sabía por qué se estaban riendo, pero se sentía bien, como el primer soplo de aire que recibes en la superficie después de estar en el fondo del mar. Cuando el sol empezó a ponerse emprendieron el camino de regreso a la camioneta de Jake. Sabía que iba a perder el toque de queda de nuevo, pero valía la pena. —Me gustaría que este momento pudiera durar para siempre —dijo Alyssa haciendo una pausa al final del camino—. Aquí es tan tranquilo. —Volveremos —le aseguró Jake. —Eso espero. —Sonrió Alyssa. Jake abrió la puerta y esperó a que entrara. Ella comenzó a moverse y luego se detuvo. Un segundo después, ella le dio un rápido beso y luego corriendo entró a la camioneta. El corazón de Jake latía acelerado en su pecho mientras caminaba hacia el lado del conductor. Le estaba realmente empezando a gustar Alyssa.

—Tengo la práctica de mañana, el trabajo el miércoles y luego un partido este jueves, pero podría salir el viernes si quieres —sugirió Jake. —Suena bien —Sonrió Alyssa—, pero creo que también iré al partido. Jake no estaba seguro de qué pensar al respecto. Quería verla de nuevo tan pronto como fuera posible, pero sabía que los chicos nunca le dejarían vivir en paz. Jake sacudió las preocupaciones, ya que después de la escuela secundaria si las cosas iban bien, con mucha probabilidad no los vería muy a menudo. —Necesitas una porrista mejor. —Sonrió—. Así que pensé que te gustaría que te llevara un poco de ese espíritu. —Me gustaría eso. —Sonrió Jake. Jake había planeado pasar el rato durante un tiempo en el estacionamiento con Alyssa, pero en cuanto se detuvieron, vio una chica que estaba en la ventana de Alyssa. Mirándonos con los ojos desorbitados y llenos de pánico. —El auto de Cody está en el camino de entrada —gritó la chica. —¿Qué? —exigió Alyssa.

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Jake se dio cuenta de que Alyssa estaba cerca de las lágrimas, pero no estaba seguro de qué hacer. —También los oí discutir cuando pase la última vez —gritó la chica—. Me tengo que ir, Jake —dijo ella volviéndose hacia él. —Por si acaso puedo ir contigo en el auto también —ofreció. Una sonrisa se dibujó en su cara cuando sus ojos se iluminaron. —Gracias —dijo y le dio un rápido abrazo. Una vez de vuelta en casa de Alyssa se encontró con que el auto de Cody se había ido, pero antes de irse Jake esperó hasta enterarse de que su madre estuviera bien. Cuando regresó a donde estaba él se podía ver que había estado llorando. —Ellos discutieron como siempre —dijo en voz baja. Jake no estaba seguro de qué decir, así que sólo atrajo a Alyssa hacia él. Ella apoyó la cabeza contra su pecho y lloró. Le acarició el pelo mientras buscaba las palabras para decir. —¿Va a volver? —preguntó Jake—. ¿Ella va a dejar que se mude de nuevo? Alyssa se apartó y dijo:

—Está pensando en ello. Jake suspiró mientras miraba a Alyssa. —Es mi cumpleaños en dos semanas. Voy a cumplir dieciocho años —dijo Alyssa—, la madre de Mattie me dijo que podía quedarme con ellos hasta el final del año escolar. Voy a ir allí esta noche. No soporto a mi madre en estos momentos. Jake asintió volviéndola a abrazar. —Tengo que ir a casa —suspiró—. Mi padre va a estar enojado. —¡Oh! —dijo ella—. Lo siento mucho por entretenerte hasta tarde. —No es un problema. —Sonrió. Estaba a punto de inclinarse y besarla cuando Mattie salió. —Mamá dice que nos tenemos que ir ya, si vas a pasar la noche —dijo Mattie. Jake sonrió y sacudió la cabeza. —Nos vemos el jueves. —Sonrió Alyssa.

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—Jueves —repitió Jake y se metió en su camioneta.

Capíutlo 11 Alyssa Traducido por Paloma Corregido por Brenda Carpio

A

lyssa tenía problemas para dormir en el sofá lleno de bultos de la familia de Mattie, pero tomó lo mejor de ello sin quejarse. Mattie le había ofrecido a Alyssa su cama, pero ella no quería entrometerse más de lo que ya estaba.

Su mente daba vueltas sobre qué hacer acerca de su madre. Ella no quería irse todavía, pero no quería aguantar a Cody tampoco. Seguro, sólo se marcharía unos meses antes de lo que planeaba, pero estaba asustada. ¿Y si empezaba a llevarse bien con el equipo otra vez? ¿Quería hacerlo? ¿Podrían seguir siendo amigas Mattie y ella si lo hacía? Luego estaba Jake.

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Alto, guapo, dulce, increíblemente amable, Jake. A ella le gustaba mucho, pero estaba aún más ocupado de lo que ella estaba y luego estaba su padre. —Tal vez esas cosas no importan —suspiró Alyssa rodando sobre su espalda—. Tal vez sólo tenemos que seguir adelante. Cuando Alyssa finalmente se quedó dormida soñó que estaba corriendo una carrera contra las otras chicas de su equipo. Corrió pasando persona tras persona, cada una de ellas actuando raro. El padre de Jake estaba haciendo un baile raro que parecía ser un tango de una persona, su madre estaba vestida de luto cantando ópera, Mattie estaba tratando de animarla, pero fallando miserablemente. Jake hacía malabares mientras montaba un monociclo. Incluso en su sueño se detuvo para admirarlo mientras mantenía cada objeto moviéndose en perfecta sincronía. El sueño cambió de repente y ella estaba en los vestuarios pero en vez de con las chicas de su equipo, estaba lleno de chimpancés vestidos con uniformes de niñas. Alyssa se despertó riéndose. Sus sueños habían sido siempre extraños, pero los chimpancés la enviaron más allá del límite de lo raro. Después de terminar de reír recordó que algo la había despertado, pero ¿qué? Vio la luz parpadeante de su teléfono celular. ¿Quién sería así de tarde enviándole un mensaje? Después de todo era medianoche y tenía escuela en la mañana. —Eh, ¿estás despierta? Es Jake. —Decía el texto.

—Sí, ¿qué pasa? —Le envió un mensaje de vuelta adormilada. —No podía dormir —respondió él. —Yo tampoco —mintió, porque no quería dejarle saber que él la había despertado de un sueño muy divertido. —¿Quieres reunirte conmigo en alguna parte? ¿Sólo para hablar? —respondió él. —¿Dónde? —preguntó. —En cualquier lugar pero no aquí — respondió él, utilizando la línea anterior de ella. —¿Otra pelea con tu padre? —tecleó Alyssa. —Sí —respondió. —¿Parque? —preguntó ella. —Suena bien —dijo él. —Estaré allí pronto —dijo ella.

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Silenciosamente se vistió y agarró su mochila. Alyssa no pensaba que volvería a tiempo para recoger sus cosas de la escuela por lo que tenía que llevarlas con ella. Pensó en despertar a Mattie para decirle, pero no quería arruinar su sueño también. Alyssa se detuvo en la estación de gas 24/7 y consiguió una taza de café. Ella iba a necesitar cafeína si planeaba pasarla en vela. Haciendo una pausa, también tomó un par de refrescos y se dirigió a la registradora. La cajera estaba torciendo el chicle alrededor de su dedo, por lo que Alyssa le dijo que guardara el cambio. Ella tomó una vuelta equivocada y tuvo que regresar en el camino, por lo que le tomó más tiempo para llegar al parque de lo que había previsto. Cuando llegó, Jake ya estaba allí esperándola. Estaba sentado en el capó de su camioneta tomando una bebida rehidratante. —Hola —dijo acercándose a él. —Hola —dijo él. Durante unos minutos se quedó apoyada en su camioneta y ninguno de los dos habló. Ella podría decir que Jake estaba tan cansado como ella. Alyssa se encontró extrañando el sofá con bultos en la casa de Mattie, pero había algo emocionante acerca de estar afuera en la oscuridad.

Ella levantó la vista al cielo y sin el brillo de las luces de la ciudad las estrellas eran más brillantes de lo que había visto antes. —Es agradable esta noche. —Le sonrió Alyssa. —Sí —suspiró. —¿Quieres hablar de ello? —preguntó. —En realidad no, es sólo la mierda de siempre —respondió Jake. —Está bien. —Asintió—. Vamos a hablar del espíritu escolar. —Ja, ja —dijo él. —No, en serio —dijo ella. —¿Qué pasa con eso? —preguntó Jake. —Esa es la parte complicada —suspiró. —¿Qué quieres decir? —preguntó. —He perdido el mío, ¿lo has visto? —Se rió ella.

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—No, pero voy a comprobar la guantera en un minuto. —Se rió él entre dientes. —Supongo, no lo sé, solo parece que todo lo que yo pensaba de mi escuela, mis amigos, era una mentira. —No. —Jake negó con la cabeza—. Tu escuela siempre ha tenido un montón de espíritu. —Es cierto, pero he perdido el mío. —No, tú solo tienes que re direccionarlo —dijo él. —¿Eh? —preguntó, arqueando una ceja. —Tú tienes otras cosas en que estar ocupada, como tu mamá, Mattie, averiguar lo que quieres hacer después de la escuela secundaria —dijo él. —Es cierto, pero lo echo de menos —suspiró—. Echo de menos ser parte de ellos. —¿Qué perdiste? —preguntó él—. Suenas como un montón de aspirantes a superestrella. Alyssa suspiró y guardó silencio durante un momento. Él no entendía. Tal vez los chicos eran incapaces de entender lo que ella quería decir, pero eso no era justo, porque Mattie no entendía tampoco. —¿Por qué quieres ser parte de eso? —preguntó él.

—Porque no tengo otro sitio donde pertenecer —dijo Alyssa apartándose. Ella no sabía por qué, pero temía que fuera echarse a llorar justo sobre la hierba. No había estado pensando en el equipo en esa forma, y no había planeado sacar el tema en absoluto. Ella estaba aquí porque el padre de Jake lo había disgustado de nuevo. Alyssa estaba sorprendida por lo cómoda que se sentía en torno a Jake. Ella le había dicho la verdad, y ni siquiera le había dicho mucho a Mattie. —Nadie pertenece a la escuela secundaria —dijo Jake—. Quiero decir, son sólo cuatro años y no se supone que debe durar para siempre. No creo que averigüemos en dónde pertenecemos hasta que nos demos cuenta de eso y dejamos las ideas tontas atrás. —¿Ideas tontas? —preguntó y se giró para mirarlo. Sus palabras picaron más de lo que a Alyssa le hubiera gustado admitir. —No quiero decir que eres tonta —suspiró—. Quiero decir que el espíritu escolar es todo. Las ideas de como si tú no eres popular en la escuela secundaria no irás a ninguna parte en el mundo real tampoco.

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—Oh, sí. —Asintió ella. No le dijo a Jake, pero a veces ella realmente creía esas cosas. Cuando veía a los adultos a su alrededor en situaciones sociales siempre iguales. Las personas populares y luego los demás. —Incluso los adultos tienen un orden social —añadió ella. —Tal vez, pero tienes que recordar que no somos lobos, ni cazadores y recolectores nunca más —dijo Jake—. Podemos sobrevivir sin la tribu. —Eso suena solitario. —Frunció el ceño. —No, eso suena a liberación para mí. —Se rió entre dientes—. Quiero decir, si escuchamos a los demás no estaríamos pasando el rato en absoluto. —Verdad. —Se rió ella. El resto de la noche transcurrió rápidamente y pronto estaban viendo la salida del sol. —El sol debería haberse quedado abajo. —Se rió Alyssa. —¿Por qué? —preguntó Jake. —Porque eso significa que tenemos que irnos —dijo Alyssa. —Oh, sí, la escuela. —Asintió.

—Sí, de vuelta a nuestras propias tribus. —Se rió.

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Capíutlo 12 Jake Traducido por Mir Corregido SOS por sttefanye

L

a noche del jueves llegó y se fue. Jake cayó en su cama eufórico ya que su equipo había ganado el partido y había estado con Alyssa después. No podía creer que ella había aparecido con los colores verdes de su equipo y lo había alentado. Podía oír su voz animándolo una y otra vez.

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Jake no podía recordar la última vez que se había sentido tan bien. Había hablado con su padre antes de caer exhausto en la cama y él había accedido a conocer a Alyssa. Jake estaba aterrorizado de que su padre pudiera hacer otra escena, pero tenía la esperanza de que podría sobrevivir la cena sin ser un tarado. Sorprendentemente su padre se había presentado al juego y al parecer había quedado impresionado por la explosión de entusiasmo de Alyssa. Al día siguiente se encontró con Alyssa en su escuela y condujeron de vuelta a la casa de él. —Estoy nerviosa por conocer a tu papá —admitió ella. —No deberías estarlo. —Jake se rió—. Creo que se calmó un poco. —¿Y si no le gusto? —preguntó. —Lo harás —le aseguró Jake. De hecho, Jake no podía imaginar a nadie que no le gustara Alyssa. Ella era hermosa, con una personalidad deslumbrante que podría hacer que el diablo se comportara. Su padre actuó normal durante la cena para alivio de Jake. —Entonces, ¿qué hace tu padre para ganarse la vida? —preguntó. Jake se puso pálido. Se había olvidado de decirle sobre el padre de Alyssa. —Mi padre era un oficial de la policía —dijo Alyssa con una sonrisa amable—. Pero ahora creo que es mi ángel de la guarda a tiempo completo.

Jake dejó escapar un suspiro de alivio porque Alyssa no había sido ofendida por la pregunta de su padre. Ella le dedicó una sonrisa tranquilizadora y supuso que debía estar acostumbrada a responder preguntas como esa a estas alturas. —Bueno, odio abandonarlos chicos, pero tengo una encantadora señora que me espera en el cine —dijo su padre. —¿Qué? —preguntó Jake. —No eres el único que tiene citas, Jake. —Su padre se rió y abandonó la mesa. —Eso es extraño —dijo Jake cuando él se había ido. —Tal vez es por eso que se siente mejor —bromeó Alyssa. —Tal vez —estuvo de acuerdo Jake—. Sólo espero que funcione. —¿Quieres ir al parque antes de que tenga que irme? —preguntó ella. —Sí —dijo Jake con una sonrisa. No dijeron mucho al caminar el sendero, pero sí se tomaron de la mano. Jake ya estaba cansado y tenía que llevar a Alyssa de nuevo a su auto pronto. Bostezó y Alyssa sonrió.

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—Tal vez deberíamos regresar —dijo ella. —Lo siento —dijo Jake, tratando de reprimir otro bostezo sin éxito. —No te preocupes —sonrió ella—. Yo también estoy cansada. Ha sido una semana muy larga. —Oh, quería preguntarte, ¿quieres venir al baile conmigo? —preguntó Jake. —Me encantaría, ¿pero me lo permitirán? —preguntó ella. —Sí, podemos llevar estudiantes de otras escuelas. —Jake asintió—. Lo comprobé dos veces hoy. —Entonces, me encantaría. —Sonrió. —También será el último partido antes de que nos enteremos quién irá al campeonato. —Sonrió Jake. —Quieres decir que será el último partido, antes de que vayas al campeonato — bromeó ella golpeando juguetonamente su brazo. —Me gustaría estar tan seguro de eso como tú. —Se rió Jake. —Deberías. —Sonrió—. Apuesto a que eres el único futbolista de la historia de tu escuela que tiene su propia animadora personal.

—Tal vez —dijo riendo. —Vas a ir al campeonato de este año, Jake. —Sonrió—. ¡Voy a estar en cada uno de tus juegos para asegurarme!

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Capíutlo 13 Alyssa Traducido por Axcia Corregido por Carito

A

lyssa mantuvo su promesa de ir a cada uno de los partidos de Jake conforme avanzaba la temporada. Incluso había saltado a animar en uno de los juegos de los Panthers para mantener su palabra. Las cosas se habían calmado en la escuela, o por lo menos Alyssa ya no notaba las persistentes miradas del resto del escuadrón. Pasaba la mayor parte de las noches saliendo con Mattie o viendo a Jake cuando sus horarios se lo permitían.

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Su madre había dejado que Cody se mudara de nuevo, pero se fue solo tres días después, cuando ella le dijo que no lo quería. Alyssa estaba empezando a pensar que era una especie de rebote de relación a largo plazo para su madre, pero al menos pudo pasar finalmente de ella. Su madre parecía mucho más feliz ahora que él se había ido para siempre. Mattie estuvo decepcionada por no estar viviendo juntas, pero Alyssa estaba agradecida de no tener que pasar los próximos tres meses acampando en ese sofá con grumos. No creía que su espalda pudiese manejarlo. Si las Rattlesnakes ganaban este juego irían al campeonato. El único problema era que estaban jugando contra los Panthers. Alyssa se mordía los labios cada vez que pensaba en los escrúpulos de lealtad que se le presentaban. Ella no se sentía bien animando a los Panthers, porque ya no se sentía como uno de ellos. No era que se sentía como una Rattlesnakes, porque no lo era. Ella simplemente se sentía como una adolescente muy confusa que quería que su novio tuviese una oportunidad con la beca deportiva que tanto deseaba. Alyssa decidió que iba a animar a los Panthers si el entrenador lo permitía, pero sabía que su corazón no estaría en ello. —No sé por qué simplemente no sales del equipo —suspiró Mattie mientras miraba a través de otro estante de vestidos. Faltaba solo dos días para el baile de graduación de la escuela de Jake y Alyssa todavía no se había decidido por un vestido. Quería lucir perfecta y a cada vestido parecía faltarle algo. —Porque tengo una responsabilidad con ellos —suspiró.

—No, tienes la responsabilidad de asegurarte de estar feliz —replicó Mattie. —Sin embargo estoy muy contenta —dijo Alyssa. —No acerca de animar, no lo estás —dijo Mattie. —Lo sé, pero todo lo demás va bien —suspiró Alyssa. —Entonces, ¿por qué no dejar de lado lo único que te está estresando? — preguntó Mattie. —No sé —dijo Alyssa—. Supongo que no estoy lista aún. —Está bien, Alyssa —suspiró Mattie—. ¿Qué tal este negro? —No quiero usar un vestido negro —suspiró—. No soy una viuda afligida. —¿Qué tal éste de color verde claro? —preguntó Mattie. —No soy una brizna de hierba —suspiró Alyssa. —No, pero eres un dolor en el trasero. —Se rió Mattie.

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—Lo siento, Mattie, solo quiero lucir perfecta —dijo—. Ya voy a estar lo suficientemente nerviosa sin preocuparme de si mi vestido es lo bastante impresionante. —Te ves increíble en cualquier cosa —le dijo su amiga—. Y si no me crees, sólo hay que preguntarle a Jake. He visto cómo te mira. —Lo sé. —Sonrió Alyssa. —Entonces, ¿qué tal este plata? —preguntó. —¿Plata? —preguntó Alyssa desviando su cabeza para ver el vestido que su amiga tenía en la mano. Era un hermoso vestido hasta la rodilla de color plata que Alyssa siempre había amado, con cuello de corte V y la cintura ceñida. —¡Es perfecto, Mattie! —chilló. —¡Lo sé! —Rió Mattie—. Ahora a probarlo. Alyssa tomó el vestido y corrió hacia el vestuario. Se miró a sí misma ante el espejo antes de salir a mostrárselo a Mattie. —¡Me encanta! —Aplaudió Mattie. —Lo sé, es tan bonito. —Sonrió—. ¡Lo tengo que conseguir! —dijo Alyssa.

Dos noches más tarde se puso de pie en su alegre uniforme con las manos temblorosas. Ella sólo había podido ver a Jake durante unos cinco minutos antes de tener que entrar en el vestuario. Estaba más nerviosa que él. Sus manos habían temblado mientras hablaban. Ella trató de actuar con calma, pero sus nervios se habían apoderado de ella. Era mucho lo que estaba en juego. ¡Jake tenía que ganar! Las otras chicas no la esperaron para salir, pero estaba bien para Alyssa. No quería hablar con nadie en este momento. El partido comenzó bastante bien con Jake anotando un touchdown, pero fue cuesta abajo desde allí. Por media jornada, las Rattlesnakes fueron doce puntos por detrás. Alyssa vio que los entrenadores llamaban a sus jugadores. Se paseaba nerviosamente hacia atrás y hacia adelante. Había pasado solo un minuto cuando ella decidió moverse. Corrió a través del campo a donde estaban reunidos las Rattlesnakes. Alyssa agarró a Jake por el brazo y tiró de él hacia ella. Se habían estado viendo durante unos meses, pero se lo habían tomado más lento que la mayoría, todavía no habían compartido un beso de verdad.

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Alyssa envolvió sus brazos alrededor de los hombros de Jake y puso sus labios sobre los suyos. Ella se aferró a él mientras el beso continuaba y sólo lo soltó cuando oyó el timbre llamando a los jugadores de vuelta al campo. —¡Puedes hacer esto, Jake! —gritó mientras corrió de vuelta a su lugar en la línea lateral. —Besadora de Serpientes —siseó Katie cuando regresó. —Mejor una besadora de serpientes que una maniquí —dijo Alyssa y arrojó sus pompones a las otras chicas. —¡VAMOS, JAKE! —gritó. ¡Su beso realmente pareció cambiar el rumbo del juego! —Tal vez soy su amuleto de la buena suerte. —Se rió Alyssa para sus adentros. Ignoró las miradas sucias que el entrenador Bowens le estaba tirando cuando dejó de participar en animar a los Panthers. En cambio, mantuvo los ojos fijos en el número cuarenta y dos del jersey de Jake. —¡VAMOS, JAKE! ¡PUEDES HACER ESTO! ¡LLÉVALOS AL CAMPEONATO, BEBÉ! —le animó. El último cuarto estaba casi terminado y las Rattlesnakes sólo necesitaban un touchdown más para ganar el juego. El corazón de Alyssa latió con fuerza contra su pecho y sus manos temblaban.

—Vamos, Jake —dijo ella en voz baja—. ¡Esto es tuyo! ¡Esto es tan increíblemente tuyo! Alyssa dejó escapar un suspiro de alivio cuando Jake anotó justo antes de que sonara el timbre del final. —¡SÍ! —Aplaudió saltando sobre el suelo. Corrió hacia el campo empujando en su camino por delante a Ryan y los otros Panthers. Jake la encontró a mitad de camino en el campo y tiró de ella hacia otro largo beso, pero terminó abruptamente cuando llegaron los compañeros de equipo de Jake. Alyssa se apartó para dejar que el equipo celebrara. Ella se quedó mirando un momento antes de correr hacia su auto, recordando que tenía menos de una hora para prepararse para el baile. Afortunadamente, la tía de Mattie vivía cerca de la escuela y había ofrecido su casa para que se preparara para el baile. Conducía como una loca tratando de evitar el tráfico después del partido.

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Alyssa nunca antes se había duchado y vestido con tanta rapidez. Afortunadamente, Mattie se había ofrecido a venir y ayudarle con sus cabellos. Mientras Mattie hacia girar su cabello en rizos perfectos, Alyssa se maquillaba. —Me gustaría que vinieras conmigo esta noche. —Sonrió Alyssa. —Yo también. —Rió Mattie—. ¡Algunos de los muchachos de Rattlesnakes son calientes! —No es lo que quería decir, pero tengo que estar de acuerdo. —Se rió Alyssa. —Mejor, o podrías herir los sentimientos de Jakie-poo. —Se rió Mattie. —No lo llames así —dijo Alyssa. —¿Por qué no? ¿No estás en la etapa del apodo cariñoso aún? —bromeó. —Nunca voy a llamar a Jake, Jakie-poo, me hace pensar en un caniche o algo así. —Se rió Alyssa. —Sí, y nunca he visto un caniche rubio antes —dijo Mattie riendo tan fuerte que estuvo a punto de dejar caer el rizador. —¡Ten cuidado! —chilló Alyssa. —Lo siento —dijo Mattie mirando avergonzada. Alyssa condujo a la escuela de Jake con Mattie montada a la fuerza. Se iría al baile con Jake y él la traería de vuelta a casa de la tía de Mattie más tarde.

—Ten cuidado con mi auto, Mattie, ¡lo digo en serio! —advirtió Alyssa antes de salir. —Lo tendré —dijo Mattie—. Nunca he tenido un accidente. —Lo sé —suspiró Alyssa. Jake la estaba esperando en la puerta. Se veía impresionante con el esmoquin y la corbata. —Te ves hermosa esta noche —dijo, ofreciéndole su brazo. —Gracias. —Se sonrojó. Jake siempre la piropeaba, pero Alyssa no estaba todavía acostumbrada totalmente a ello. Mattie decía que la mayoría de las niñas pagarían para recibir piropos como los que Jake le daba. Eso hizo que se pusiera nerviosa. ¿De verdad creía que era increíble o era adulación? Alyssa negó con la cabeza para ahuyentar sus dudas. No era el momento para contemplar la dinámica de su relación. Esta noche era acerca de celebrar la victoria y el hecho de que Jake iba al campeonato estatal.

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Ella había ido a bailar con chicos antes, pero la mayoría de las veces terminaba hablando con las otras chicas. Alyssa generalmente era demasiado tímida para bailar delante de los demás, pero estar cerca de Jake la hizo sentirse con más confianza. —¿Te gustaría bailar? —le preguntó cuándo una canción lenta comenzó. —Me encantaría. —Sonrió Alyssa—. Has jugado muy bien esta noche —dijo mientras bailaban. —No podía defraudarte. —Se rió entre dientes. —Las chicas me van a odiar cuando vuelva el lunes, pero estoy de acuerdo con eso. —Sonrió—. Creo que voy a dejar el equipo de todos modos. —¿Eh? —preguntó Jake. —Bueno, tengo que estudiar para mis exámenes de SAT y empezar a trabajar en aplicaciones de la universidad y simplemente ya no lo estoy disfrutando — explicó. El baile de bienvenida terminó demasiado pronto para Alyssa, pero tenía que admitir que estaba agotada. Las piernas y los pies le dolían de los vítores y del baile, pero ella no quería que la noche se terminara.

Ella y Jake dejaron a sus compañeros de equipo atrás, para tomar hamburguesas y conducir hasta el parque. Alyssa se sorprendió de lo natural que se sentía llevar su traje caro y sentarse en el parque con Jake comiendo hamburguesas. Se quitó los tacones y se subió en el portón detrás de Jake. Cuando terminaron de comer, Alyssa apoyó la cabeza en su hombro y miró hacia las estrellas. No se había dado cuenta de que se había dormido hasta que se despertó abrazada a Jake en la cama de su camioneta. Su teléfono estaba sonando, pero no quería ir a buscar su bolso. —El teléfono está sonando —susurró Jake. —Ese es el tono de llamada de Mattie —suspiró y se sentó—. Es probable que esté preocupada por mí. ¿Qué hora es? —Casi las cuatro —dijo Jake mirando su teléfono. —¡Maldita sea! —dijo entre dientes y se deslizó fuera de la cama de la camioneta. —Lo siento —dijo Jake.

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—No, yo también me quedé dormida —suspiró ella. —Ha sido un día largo —dijo—. Vamos, te llevaré de vuelta. Cuando el camión se detuvo en la entrada, Alyssa se había dormido de nuevo. —Estamos aquí —susurró. —Oh. —Sonrió. —¿Dónde has estado? —La voz enojada de Mattie llegó desde el porche. —Creo que tengo una nueva mamá. —Se rió Alyssa en voz baja.

Capíutlo 14 Jake Traducido por Mir Corregido por carosole

D

urante las siguientes semanas Jake apenas tuvo tiempo para dormir o ver a Alyssa. Corriendo ida y vuelta entre el trabajo, la escuela y la práctica de fútbol estaba empezando a sentirse como un perro persiguiendo su propia cola. Jake estaba sentado solo durante una cena tardía cuando su padre entró por la puerta. —Usualmente te regañaría por llegar tarde, pero ya que me ganaste voy a dejarlo pasar. —Rió su padre.

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Jake asintió somnolientamente y trató de concentrarse en su comida. Sus párpados continuaban tratando de cerrarse, pero el gruñido de su estómago lo mantenía despierto. —Tengo algo que quiero decirte, Jake —dijo su padre. Jake parpadeó por un momento, tratando de sacudirse la niebla del agotamiento de su cerebro. —Está bien —dijo. —Quería decírtelo antes, pero decidí esperar, en caso de que las cosas no funcionaran —dijo su padre. —¿En caso de qué cosas no funcionaran, papá? —preguntó. —Tu madre y yo hemos estado hablando de nuevo —dijo. —¿Qué? ¿Has estado saliendo con mamá? —Se rió Jake. —Sí. —Asintió. —¡Eso es genial! —dijo. La inesperada noticia le dio un nuevo viento de energía. Metió la mano en su bolsillo y sacó su teléfono.

—¿A quién llamas? —le preguntó su padre. —Voy a enviarle un mensaje de texto a Alyssa y contarle la buena noticia. — Sonrió Jake. —Ahora, estamos tomando las cosas con calma, por lo que podría pasar un tiempo antes de que se mude de nuevo con nosotros —dijo. —Lo sé, pero sólo quiero decirle. —Sonrió Jake. —Puedo entender eso, hijo. —Su padre se echó a reír—. ¿Han estado hablando sobre a qué universidad vas a ir? —No, me imagino que vamos a hablar de ello después del campeonato. —Jake se encogió de hombros—. Quiero esperar y ver qué ofertas recibo. —Bueno, es posible que desees escuchar el contestador automático —dijo su padre. —¿Eh? —Tu entrenador llamó hace unas horas y los reclutadores de la Universidad de Georgia quieren hablar contigo el lunes por la tarde. —Sonrió su padre.

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—¿Cómo sabes eso? —preguntó Jake—. ¿No acabas de llegar a casa? —Nos encontramos con tu entrenador en el bar —dijo. —Oh —dijo Jake. Era extraño pensar en sus padres o el entrenador en un bar. Parecían demasiado viejos para esas cosas. La idea casi le hizo reír. —Voy a terminar por hoy —dijo su padre y salió de la cocina. —Buenas noches, papá —dijo, y marcó el número de Alyssa. —Hola —dijo ella. Jake podía oír a Mattie riendo en el fondo. —Siento interrumpir. —Rió entre dientes. —No, está bien, me alegra que hayas llamado —dijo ella. —Yo también, te he echado de menos —dijo Jake. Oyó a Alyssa levantarse y caminar a otro cuarto antes de sentarse de nuevo. —Tuve que salir de allí —dijo riendo—. Mattie me estaba haciendo caras de besos otra vez.

—Ella es algo. —Se rió Jake. —Lo es. —Estuvo de acuerdo—. Estoy tan feliz de escuchar acerca de tus padres, Jake. —¡Yo también! Estaba tan emocionado que casi me olvidé de eso. —Rió. —¿Qué podría ser más emocionante que eso? —preguntó. —El entrenador llamó y dijo que los reclutadores de la Universidad de Georgia quieren hablar conmigo el lunes por la tarde —dijo él, esperando que Alyssa estuviera tan emocionada como él. Cuando el silencio cayó en la conversación Jake tuvo que asegurarse de que la llamada no se había caído. —¿Alyssa? —preguntó. —Estoy aquí —dijo. —¿Estás bien? —preguntó Jake. —Sí, pensé que íbamos a ir a Ohio State, ya que, vivimos en Ohio —dijo ella.

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El corazón de Jake se cayó en su estómago. Los reclutadores eran de una escuela que se destacaba en el fútbol, era un sueño hecho realidad, pero no había considerado que Alyssa podría no querer mudarse tan lejos de casa, hasta ahora. —Apuesto a que nada saldrá de todos modos. —Se encogió de hombros. —No, Jake, estoy segura de que algo saldrá —dijo ella. Jake podía oír la tensión en su voz y eso le dolía. —Ya veremos —suspiró—. Estoy cansado, así que creo que voy a terminar por hoy. ¿Quieres salir mañana? —Claro —dijo Alyssa. —Te llamo en la mañana para hacer planes —dijo Jake. —Buenas noches, Jake —dijo Alyssa. —Buenas noches —dijo él y terminó la llamada. Esto es sobre lo que su padre había estado hablando. ¿Podría realmente irse a otro estado si Alyssa no iba con él? Estaba seguro de que podía hacerlo. Era más que capaz, pero ¿quería? Ellos realmente se habían hecho cercanos en los últimos meses y no quería perderla. Por otra parte, si algo surgía de la reunión con los reclutadores, no quería perder eso tampoco.

Jake puso sus platos sucios en el fregadero y se dejó caer en el sofá. ¿Qué demonios iba a hacer? Una parte de él pensaba que sólo debería ver lo que los reclutadores tenían que decir antes de pensar demasiado en ello. Se preguntó si Alyssa estaba pensando en lo mismo. ¿Estaría hablando con Mattie al respecto? Si lo estaba haciendo, ¿qué le diría? Jake y Alyssa fueron al parque la tarde siguiente, pero un enorme silencio incómodo colgaba entre ellos mientras caminaban por el sendero. A mitad del camino Alyssa se detuvo y le dio un beso. Sus brazos se envolvieron alrededor de su esbelta cintura e instintivamente la atrajo hacia sí. Cuando el beso se rompió Alyssa parecía más apenada que nunca. —Jake, si la Universidad de Georgia te quiere, quiero que vayas —dijo ella, evitando sus ojos. —¿Qué? —preguntó. —¡Lo digo en serio! No quiero ser la razón por la que no seas feliz dentro de diez años —dijo. Jake podía ver que Alyssa estaba luchando por contener las lágrimas.

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—Puedes venir también —dijo mientras limpiaba una lágrima que había caído sobre su mejilla. —No puedo dejar a todo el mundo —exclamó—. No puedo ir tan lejos. —Podríamos volver de visita —dijo. —Ya lo sé, pero… —dijo. —No quieres ir. —Frunció el ceño—. ¡Bien! No voy a ir —dijo lanzando sus manos en el aire. —¡Sí, lo harás Jake! —espetó Alyssa—. ¡Has trabajado condenadamente duro para esto! —No lo hice solo —suspiró. —No, tu entrenador y compañeros de equipo te ayudaron mucho. —Asintió. —No fueron ellos, Alyssa, fuiste tú —dijo tomando sus dos manos entre las suyas. —No, no lo fui. Claro, yo te animé, pero ¡tú lo hiciste, Jake! —dijo. —No podría haberlo hecho sin ti —dijo—. Tú lo has dicho antes, es el espíritu y los aplausos lo que hacen grande al equipo. Se mordió el labio y Jake suspiró.

—Jake, no puedo hacerte esto y si puedes, tienes que ir —dijo, y corrió de regreso hacia donde se habían estacionado. Jake la siguió, pero ella era más pequeña y más rápida que él. Llegó a su auto y se fue antes de que él saliera del sendero. Jake se volvió y le dio una patada al árbol más cercano. El dolor le atravesó el dedo gordo del pie y al instante se arrepintió. Se sentó en el suelo y puso su cabeza entre las manos mientras esperaba que el dolor pasara. Ahora entendía por qué Alyssa había insistido en conducir hasta el parque en lugar de que pasara a recogerla, como era su costumbre. ¿Cuánto tiempo había estado planeando su ruptura? ¿Habían roto oficialmente o simplemente habían tenido una pelea? Jake sacó el teléfono de su bolsillo y trató de llamarla, pero Alyssa no respondió. —¡Maldición! —insultó mientras cojeaba hacia su camioneta.

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Capíutlo 15 Alyssa Traducido por Brenda Carpio Corregido por sttefanye

A

lyssa logró llegar a la casa de Mattie antes de descomponerse en agitados sollozos. Mattie estaba esperando que fuera por ella y le ayudó a salir del auto. Trató de abrazarla, pero Alyssa la alejó.

—Sólo necesito tiempo a solas —dijo y se sentó en las escaleras. —Está bien, estaré dentro si me necesitas —dijo Mattie con el ceño fruncido. —Gracias —dijo Alyssa.

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Envolvió sus brazos alrededor de sus rodillas y lloró hasta que las lágrimas dejaron de salir. Su cuerpo se sacudió y trató de reunir su ingenio. —Hice lo correcto —se dijo una y otra vez. Yacía en el piso de madera del porche y se enfocó en su respiración. Alyssa sabía que no sería fácil, pero no había pensado que cada pulgada de su cuerpo iba a doler. Jadeó y se apresuró para entrar a la casa cuando Jake estacionó, pero no tenía la energía. —Alyssa —dijo tan pronto como se sentó a su lado. Ella se movió hasta que su cabeza se posicionó en su regazo. —Podemos hacer que esto funcione —suspiró él. —No te quitaré esto —sollozó Alyssa. —No me estás quitando nada —dijo él—. Quiero estar contigo. Te amo. Incluso si vamos a diferentes universidades eso no cambiará. Podemos hacer que funcione. Vamos. Alyssa permitió que Jake la ayudara a incorporarse y se apoyó contra él. —¿Qué serán, 4 años? —preguntó. —Tal vez más —dijo ella.

—Podemos seguir viéndonos. Podría conducir o tú podrías volar —dijo Jake. Alyssa miró a Jake y estaba sorprendida de ver que él estaba molesto. Tocó suavemente su cara quitando una solitaria lágrima que él no pudo contener. —Y, de todos modos —dijo él—. No sabré nada hasta el lunes en la tarde. Alyssa asintió, pero no dijo nada. —No quiero perderte —dijo él. —Y yo tampoco quiero perderte, pero las relaciones a larga distancia nunca funcionan. ¿Nunca has leído una revista? —preguntó ella. —En realidad no leo revistas de chicas, pero eso no importa —dijo Jake sacudiendo su cabeza—. No importa lo que ellos digan, si llegamos a esto, haremos que funcione. Alyssa asintió y le dio una media sonrisa. Ella no estaba segura de creerle, pero quería que funcionara. Su madre le dijo que ella había caído tan fuerte, porque él era su primer amor, pero el por qué no importaba para ella. Amaba a Jake, más de lo que nunca pensó que amaría a alguien.

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—Te amo, Jake —susurró. —También te amo —dijo, tocando suavemente su cara. Se dieron un breve beso y Jake le sonrió. Se quitó su anillo de clases y lo deslizó en el dedo de ella. —Te prometo que haré todo lo que esté en mi poder para hacer que esto funcione —dijo, sosteniendo las manos de ella. Una sonrisa se extendió en la cara llena de lágrimas de Alyssa y Jake suspiró de alivio. Las manos de Alyssa aún temblaban, pero en algún lugar de su interior una pequeña partícula de esperanza brilló. Recostó su cabeza en el pecho de Jake y simplemente disfrutó el momento. Había visto chicas de su equipo romper con sus novios por tonterías y ella no quería ser una de esas chicas. Su sonrisa se amplió cuando un plan empezó a formarse en su mente. A su madre no le gustaría y Mattie posiblemente nunca la perdonaría, pero sabía que tenía que vivir su vida por ella misma y ser feliz. Esperaba que ellas eventualmente entendieran. Si tuviera que definir la felicidad en este momento, simplemente respondería: Jake. Por suerte nadie le preguntó.

El sol empezó a ocultarse y Jake fue a casa. Mattie salió y se sentó en el porche con ella, pero no hablaron mucho. Alyssa podía sentir alrededor una nueva separación empezando entre ella y su mejor amiga. No le gustaba, pero pensó que era una parte normal de su crecimiento. —¿Qué sucedió? —preguntó Mattie. Alyssa podría decir que ella había mantenido la pregunta desde que Jake se fue y no pudo contener más la curiosidad. Ella levantó su mano para mostrarle el anillo de Jake. —¿Qué pasó con la Universidad y el fútbol? —preguntó Mattie. —Lo haremos funcionar. —Se encogió de hombros. —¿Cómo? —preguntó. —Tengo un plan. —Sonrió Alyssa. —¿Un plan que no compartirás? —preguntó ella luciendo herida. —Te lo dejaré saber pronto, pero no hasta que tenga el coraje de seguir adelante con esto. —Se rió Alyssa.

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—Si toma tanto coraje es mejor que lo discutas antes —dijo Mattie, tratando de obtener más información. —Iré a casa, Mattie —dijo, mientras se puso de pie—. Todo esto de llorar me dio hambre. —Podríamos conseguir comida china y tú podría contarme acerca de tu plan — sugirió Mattie. —Estoy exhausta. —Sonrió—. Te veo el lunes en la escuela, Mattie. —Está bien, chao —suspiró Mattie y descansó en el porche. Alyssa llegó a su hogar a una casa vacía e inmediatamente estuvo aliviada. No estaba segura de cómo le explicaría las cosas a su madre, y ahora que Cody se había ido, ella haría más preguntas que antes. No quería mentirle a su madre, así que no podría mencionar su pelea. A parte de Mattie, nadie más podría saber, y ella sabía que Mattie sabía cómo mantener la boca cerrada. Al menos, Alyssa esperaba que Mattie aún poseyera esa habilidad.

Capíutlo 18 Jake Traducido por Sol Brillante Corregido por Aldebarán

J

ake pasó el resto del fin de semana trabajando en Dave, pero su mente estaba en asuntos más graves que las rodilleras eran mejores para los pequeños jugadores de la liga. Él nunca había estado en una reunión con un reclutador y no estaba seguro de qué esperar. Deseó haber podido hablar con el entrenador la noche que llamó.

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Las manos de Jake temblaban sólo de pensar en la reunión. Ni siquiera estaba seguro de qué esperar con el resultado de lo que iba a ser. De por vida sería mejor si el reclutador quería reclutarlo, pero a pesar de lo que le había dicho a Alyssa, ese resultado podría significar el fin de su relación. No era como si quisiera una ruptura con ella si iba a Georgia, pero él también había oído historias de lo mal que las relaciones de larga distancia podrían ir. Una parte de él estaba enojado con ella por no querer ir con él. Sabía que no habían estado saliendo mucho, pero en algún lugar de alguna manera él había comenzado a ver su futuro como un futuro, juntos. No estaba seguro si una cosa así podría existir si pasaran los próximos años en diferentes estados. ―Consigue tu cabeza en el juego. ―Se rió Dave. ―Lo siento ―suspiró Jake. ―No hay problema, este momento del día siempre es lento ―dijo Dave―. Pero, ¿qué hay en tu mente, chico? Jake le habló de la reunión con los reclutadores del lunes, pero no sobre la pelea con Alyssa. No quería que su jefe pensara que lo que estaba dejando que le distrajera de su trabajo fuera su relación, incluso si lo fuera. ―¡Esa es una gran noticia! ―Sonrió Dave, su voz resonando por toda la tienda y sorprendiendo dos hombres mayores que miraban palos de golf―. ¡Es porque te estas yendo al estado! Ver que reconocen el talento, y que tome las Rattlesnakes allí después de esa larga racha perdedora significa algo para ellos. ―Fue un esfuerzo de equipo. ―Se rió Jake entre dientes, sin querer sonar demasiado lleno de sí mismo.

―Asegúrate de decirles a los reclutadores eso, les va a encantar el espíritu de equipo. ―Se rió Dave―. Siempre comen esas cosas. ―Voy a tener que recordarlo ―asintió Jake. ―Te diré algo, chico, ¿por qué no te tomas el resto de la tarde libre? Tal vez llevar a tu novia a un sitio bonito ―dijo Dave. ―Gracias, señor ―dijo Jake y marcó fuera de la caja registradora. ―Mi nombre es Dave, no Señor. ―Se rió Dave. ―Gracias, Dave ―dijo Jake y salió de la tienda. Incluso antes de irse Jake sabía que no iba a llamar a Alyssa para pasar un rato con él. Estaba demasiado nervioso por la reunión y no quería parecer un cobarde. Jake se preocupaba también que si hablaba de los reclutadores, podría entrar en otra pelea. Por un momento pensó en llamar a Craig o uno de los otros chicos. El tiempo había resuelto sus problemas y no había intentado ningún delito más, por lo que se llevaban de nuevo, pero Jake no estaba seguro de cómo iba a reaccionar a su buena noticia.

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El mensaje no le había dado suficiente información. El entrenador no dijo si los reclutadores estaban hablando con alguno de los otros chicos, o si le había dicho a cualquiera de sus compañeros de equipo acerca de los reclutadores en absoluto. No quería hacer nada que pudiera dañar alguna moral del equipo. Estaban demasiado cerca de la celebración del título del campeonato del estado, no podría meter la pata ahora. Se hundió en una mesa vacía en el patio de comidas para tratar de calmar sus nervios antes de que condujera a casa. Jake miró a los puestos de comida, pero nada tenía buena pinta. ―¿Te ha dicho Alyssa su plan? ―le preguntó Mattie apareciendo de la nada y sentándose frente a él. Jake se sobresaltó y luego suspiró con frustración. Había visto cosas como esta obrar varias veces. Jake rodó los ojos. No había pensado que Mattie sería el tipo de persona que intentara sabotear la relación de su amiga pero a lo mejor había leído que estaba equivocada. ―¿Qué? ―preguntó Jake. ―¿Qué si Alyssa te ha contado su plan? ―preguntó Mattie de nuevo. ―No sé de qué estás hablando ―suspiró Jake.

―Yo tampoco, por eso es que te lo estoy pidiendo ―dijo Mattie. ―¿Qué estás tratando de obtener con esta conversación? ―le preguntó. ―Sólo estoy tratando de averiguar lo que no me dice Alyssa ―suspiró Mattie. ―Bueno, si ella no te lo dijo, no es asunto tuyo, ¿no? ―preguntó Jake, arqueando una ceja rubia. ―¿Entonces no te lo dijo tampoco? ―preguntó Mattie―. ¿No te molesta? ―No es como si estuviéramos casados ―dijo Jake. ―Todavía no ―dijo Mattie―, pero si ella guarda secretos ahora, ¿no te parece que va a mantenerlos entonces también? ―Estoy harto de esta conversación ―suspiró―. Voy a dejar que Alyssa sepa lo que tú tenías que decir. ―Ahora, vamos —se quejó Mattie―. Tú no tienes que decirle. Sólo quiero saber lo que está haciendo. ―Jake sacudió la cabeza y se alejó. ¿Por qué eran tan entrometidas las niñas?

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―Parece que voy a llamar Alyssa, después de todo ―suspiró mientras subía a su camioneta. ―Hola, bebé ―dijo Alyssa. Jake sonrió ante el sonido de su voz. Sonaba mucho más alegre de lo que estaba la última vez que habló con ella. Estuvo a punto de cambiar de idea y no le dijo acerca de su conversación con Mattie, pero que no quería a la chica cotilla para cambiar las cosas en él. ―Oh, Jake ―suspiró―. Lo siento mucho. Ella esta sólo siendo rara. ―¿Así que tú no tienes un plan de alto secreto, entonces? ―Se rió Jake. ―No exactamente ―dijo Alyssa―. Cuando ella preguntó cómo planeamos hacer para que funcione, le dije que dejara de hablar de ello. ―Bueno, se convirtió en un interrogatorio de un escuadrón de la mujer ―bromeó. ―Voy a hablar con ella ―dijo Alyssa―. No debería molestarte en el trabajo. ―Estaba en mi hora de almuerzo ―mintió Jake. ―Bueno, al menos no marchó a tu tienda y empezó a preguntar ―suspiró de alivio.

―Es una pena, podría haber divertido a mi jefe. ―Se rió Jake. ―Voy a dejar que vuelvas a trabajar ―dijo Alyssa―. No quiero que te metas en problemas. ―Sí ―dijo Jake, recordando que ella pensó que todavía estaba en el trabajo. ―Gracias por avisarme, bebé ―dijo Alyssa. ―No hay problema. ―Jake sonrió y colgó el teléfono.

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Capíutlo 16 Alyssa Traducido por MaryLuna Corregido por Angeles Rangel

A

lyssa acababa de terminar el ensayo de admisión que debía adjuntar a su aplicación para la Universidad de Georgia. Golpeó su cuaderno cerrándolo y suspiró. ¿En qué demonios estaba pensando Mattie?

—No tiene ningún derecho —dijo Alyssa en voz alta. —¿Quién no tiene derecho, cariño? —preguntó su madre. —Nadie —dijo Alyssa—. Estaba pensando en voz alta. Saldré y terminaré de meter los comestibles.

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—Gracias, cariño —dijo su madre y se sentó a la mesa de la cocina. Alyssa se metió el cuaderno bajo el brazo y salió corriendo para conseguir los alimentos. Llenó sus brazos y sus manos bajando todas las bolsas restantes para no tener que hacer varios viajes. El peso tiró de ella hacia el suelo, pero con un poco de esfuerzo se las arregló para llegar adentro. Después de que Alyssa dejara su carga corrió a las escaleras a su habitación y cayó sobre su cama. ¿Por qué Mattie estaba actuando como una de las chicas del equipo? ¿Por qué demonios tenía que involucrarse en su relación? ¿Estaba tratando de conseguir que Jake rompiera con ella? —¡De mí! —dijo Alyssa—. ¡Mattie está celosa de mí! ¡Es una pequeña bruja celosa! Pensó en llamar a Mattie para enfrentarse a ella, pero decidió que era algo que se maneja mejor cara a cara. Esa noche Alyssa no durmió bien. Daba vueltas, golpeando las almohadas y las mantas fuera de la cama. Cuando sonó el despertador Alyssa dormitó tres veces antes de que su madre asomara la cabeza para decirle que iba a llegar tarde. Alyssa sacó las piernas de la cama con un suspiro. Hoy estaba por su cuenta, porque incluso Mattie se había vuelto en su contra. Se vistió rápidamente y se cepilló los dientes. Su madre tenía el desayuno esperando por ella, pero no tenía hambre. La ira se revolvía en su estómago y lo

único que quería hacer era enfrentar a Mattie sobre su comportamiento escandaloso. Alyssa llegó a su lugar de estacionamiento y apagó el motor. No demasiado lejos podía ver a las chicas de su equipo reunidas alrededor del auto de Katie. Su boca se abrió y sus ojos se agrandaron cuando se dio cuenta que de pie en medio del grupo estaba Mattie. Estaba sonriendo y hablando animadamente con sus manos. —¡Esa pequeña traidora! —murmuró en voz baja y se dirigió hacia el lugar donde el grupo estaba de pie. —Así que creo que ella va a romper con él y por eso no me contó cuál era su plan —dijo Mattie. Hizo pequeños movimientos de comillas en el aire con sus manos mientras decía la palabra plan. —¿Después de que aceptó su anillo de graduación? —dijo Katie en shock simulado. —Sí. —Asintió Mattie.

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—¿Qué demonios está pasando aquí? —exigió Alyssa mientras se abría paso entre las chicas hacia Mattie. —Sólo estoy diciéndoles a tus amigas acerca de tu pelea con Jake. —Sonriendo. —¿Por qué haces esto, Mattie? —preguntó Alyssa. —¡Porque las amigas no deben guardar secretos! —dijo Mattie. Alyssa agarró a Mattie por el brazo y la llevó lejos de las chicas del equipo. —¿Primero interrogas a Jake y ahora estás mintiendo acerca de nuestra relación con esas brujas del equipo? —exigió Alyssa. —Recuerda, Alyssa, eres una bruja de equipo también —se burló Mattie. —Mattie —amenazó Alyssa—. ¡Se supone que debes ser mi amiga! —Entonces, ¿por qué no me dices lo que estás haciendo? —preguntó Mattie. —¿Lo que estoy haciendo? —preguntó Alyssa—. ¿Quieres saber lo que estoy haciendo? Lo que estoy haciendo es llenar una solicitud para la Universidad de Georgia, ¡así puedo alejarme de brujas celosas como tú! —¿Qué? —gritó Mattie—. ¿Pensé que te quedarías aquí? —Bueno, ¡pensaste mal! —gritó Alyssa de vuelta—. ¡Nunca me quedaría aquí sólo para ser amiga de una bruja mentirosa como tú!

Alyssa no le dio tiempo a Mattie para replicar. Entró a la escuela y la evitó el resto del día. Cuando la campana sonó indicando el final de su última clase Alyssa sólo quería irse a casa y esconderse debajo de las mantas, pero todavía tenía dos cosas muy importantes que hacer. Recogió sus uniformes y pompones antes de dirigirse a la oficina del entrenador Bowen. —Tenga —dijo. —Alyssa, ¿qué estás haciendo? —preguntó el entrenador Bowens. —¡Ya he terminado! ¡Renuncio! No voy a ser parte de un equipo que actúa como un montón de tontas que cacarean y son unas brujas celosas —dijo Alyssa y cruzó los brazos —Espera un minuto —suspiró el entrenador—. ¿Me estás diciendo que después de todo lo que te hemos ayudado a lograr? ¿Nos abandonas? —Usted me abandonó hace mucho tiempo. —Alyssa rodó los ojos. —¿Qué se supone que significa eso? —preguntó.

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—Cuando me envió a la banca por reportar un crimen —dijo Alyssa. —¡Era un juego! —replicó el entrenador. —Demasiado para un juego —dijo Alyssa y giró sobre sus talones. Se dirigió a su auto sin mirar atrás para ver la expresión del rostro del entrenador Bowen. Permitiría que Katie tuviera todo el drama que viene junto con ser la cabeza del equipo. Alyssa no quería más. Tras llamar a casa para decirle a su madre que llegaría tarde esta noche dejó su aplicación en la Universidad de Georgia en la oficina de correos y salió a la autopista. El tráfico de la tarde se mantuvo estable y llegó a la escuela de Jake en un tiempo récord, lo que significaba que tenía que esperar más de una hora. Alyssa sacó su libro de texto de historia política y comenzó a leer los capítulos que su maestra había asignado como tarea. Clavó las uñas en la portada del libro mientras esperaba impaciente a Jake. Alyssa no estaba segura de cómo de esperanzada debería estar, pero quería estar aquí por Jake, no importando el resultado de la reunión.

Capíutlo 17 Jake Traducido por Paloma Corregido por Brenda Carpio

J

ake estaba esperando con nerviosismo en la oficina del entrenador para que aparecieran los Georgia Scouts. Oyó al entrenador hablar con ellos al otro lado de la puerta cerrada de la oficina, pero no podía entender la conversación. Se reclinó en la silla tratando de parecer despreocupado, pero su estómago estaba practicando gimnasia.

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Su corazón se saltó un latido cuando oyó girar el picaporte. Jake tragó duro despejando el nudo que se había formado en su garganta. El primer Scout era alto y desgarbado y Jake nunca podría imaginarlo poniéndose el equipo de fútbol, pero él debe saber algo sobre el juego si era un Georgia Scout. El segundo hombre medía una buena cabeza más baja que él y tenía la constitución robusta que Jake estaba acostumbrado a ver en el campo. Tenía una leve cojera en la rodilla izquierda y Jake se preguntó si era de una vieja lesión de fútbol. —Señores, me gustaría que conocieran a Jake Taylor —dijo el entrenador sonriendo. Ambos estrecharon la mano de Jake a su turno y se presentaron. —Soy Larry Nettles, uno de los entrenadores asistentes —dijo el hombre alto. —Soy Harry Stilles —dijo el hombre más bajo—. Y una vez me senté en esta misma sala esperando para hablar con los scouts de la misma escuela. —Es un placer conocerlos a ambos —dijo Jake. —¿Nervioso, muchacho? —preguntó Harry. —Como el infierno —admitió Jake. —Bueno. —El hombre mayor rió entre dientes—. Los nervios de juego son siempre buenos. Ellos te mantienen alerta.

Cuando la reunión continuó Jake se vio obligado a admitir que no tenía ni idea de lo que quería llevar en la universidad, pero los Scouts no parecían demasiado molestos por su indecisión. —La mayoría de las personas cambian sus carreras poco después que empiezan de todos modos. —Rió entre dientes Harry. Las esperanzas de Jake eran altas para el final de la reunión. —Estaremos observándote en el estatal —dijo Larry—. Y si puedes traerlo a casa para tu escuela, te prometo un lugar en nuestro equipo el próximo año. Jake dejó la reunión con sensación optimista y con un nuevo salto encontrándose a su paso. Casi pasó de largo el auto de Alyssa sin darse cuenta. —Hola, Jake —llamó. —Oh, hola. —Rió él. —Así que, ¿tomo de esa sonrisa que llevas que salió bien? —preguntó ella inclinándose por la ventana. Jake corrió a su auto y le dio un beso rápido.

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—Todo salió perfectamente. —Sonrió—. Me dijeron que si podemos traer a casa el título de campeón estatal, voy a estar jugando para ellos el próximo año. —¡Esa es una gran noticia! —Alyssa aplaudió cuando salió de su auto y le echó los brazos al cuello. Al estar cerca de ella, Jake recordó que si su equipo gana en el estatal él no vería a Alyssa muy a menudo. La abrazó y aspiró el aroma de su champú. Olía a alguna fruta exótica, aunque Jake no podía recordar cuál. —Tengo algunas noticias también. —Sonrió Alyssa. —Sí —preguntó Jake, dirigiéndole una sonrisa cuando ella se apartó. —Dejé el equipo —dijo ella vacilante. —¿Cómo te sientes? —preguntó. —¡Estupenda! —Rió—. Mejor de lo que tengo en mucho tiempo, en realidad. —Siempre y cuando estés segura. —Sonrió Jake. —Estoy muy segura —dijo Alyssa. —Bien —dijo Jake. —Tengo una cosa más que decirte. —Alyssa sonrió abiertamente.

—¿Qué es? —preguntó Jake. —Envié mi solicitud para Georgia U hoy —dijo riendo. —¿Qué? —preguntó Jake. Al principio él pensó que la escuchó mal, porque hace apenas unos días ella había estado firmemente en contra de ir a una universidad fuera del estado. —Sólo pensé que haría las cosas más fáciles. —Se encogió de hombros. —Ni siquiera sé si voy a ir allí todavía —dijo Jake, tratando de no mostrar su confusión. —¡Lo harás! —Sonrió—. ¡Porque vas a ganar en el estatal! Jake no estaba seguro de qué pensar sobre nada de eso. No quería que Alyssa sintiera como que tenía que seguirlo mientras él intentaba cumplir sus sueños. Ni siquiera era como si quisiera jugar fútbol para siempre. —No quiero que te sientas como si tuvieras que venir conmigo si me voy —dijo él.

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—No. —Frunció el ceño—. Quiero ir contigo y a partir de hoy sé a ciencia cierta que no tengo ninguna razón para quedarme. —¿Qué quieres decir? —preguntó Jake. Alyssa suspiró y le dijo sobre su pelea con Mattie. —Pensé que ella no estaba haciendo nada bueno. —Jake frunció el ceño. —Nunca pensé que ella actuaría así. —Alyssa negó con la cabeza. —Estoy seguro de que ustedes dos lo resolverán —dijo Jake, tratando de sonar tranquilizador. —No sé si quiero, Jake —suspiró Alyssa. —Ella sólo está molesta porque se siente excluida —dijo Jake recostándose contra el auto. —Bueno, una relación es de dos personas, no dos personas y la mejor amiga — dijo Alyssa. —Verdad —suspiró. Jake y Alyssa fueron por una pizza, pero Alyssa fue inusualmente tranquila. Jake sabía que estaba más molesta por la pelea con Mattie de lo que dejaba ver, pero él no sacaría el tema de nuevo.

Después él dejó a Alyssa fuera en su auto, Jake condujo al parque y caminó el sendero solo. Debería estar feliz de que Alyssa quería ir con él, pero no podía dejar de preguntarse si ella lo odiaría por ello más tarde.

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Capíutlo 19 Alyssa Traducido por Steffanie Corregido por Caamille

E

l siguiente mes Alyssa evitó a Mattie. Llegaba temprano a la escuela y se iba tarde para evitar encontrársela en el estacionamiento. Mattie había tratado de llamarla un par de veces, pero Alyssa se negó a contestar. Mattie había cruzado una línea de la que Alyssa sentía que no había vuelta atrás.

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Discutió con su madre todas las noches que estuvo hasta tarde observando jugar a Jake en el campeonato estatal. Sólo quedaba un juego y si ganaban, el título sería suyo. Ignoró las suplicas de su madre de que llegara a casa más temprano, porque no iba a perderse su último partido por nada. El anillo en su dedo simbolizaba una promesa entre ellos. Una promesa de un futuro brillante, un futuro que Alyssa no podía esperar para que comenzara. Su madre todavía no sabía nada de su aplicación a la Universidad de Georgia, pero Alyssa sabía que era sólo cuestión de tiempo antes de que se enterara. Si recibía una carta de aceptación su madre tendría que aprender a vivir sin ella, porque se iría en otoño, si es que no se iba antes. Ella y Jake habían discutido sobre sus planes para el verano. Si él era aceptado en el equipo tendría que irse más temprano de lo que lo haría ella, para la práctica de verano y la formación. Alyssa no estaba segura si iba a hacer el viaje con él o si esperaría a que iniciara el semestre. Alyssa no estaba segura de lo que iba hacer, porque estaba nerviosa de mudarse a un nuevo estado en el que no conocía a nadie. Sabía que Jake iba hacer amigos fácilmente debido a que iba estar en el equipo, pero ¿dónde la dejaba a ella? Le dio vuelta al anillo de Jake en su dedo. Podía perderlo y no lucía apropiadamente bien, pero había pensado en colocarlo en una cadena para no olvidarlo. No puedo hacer esto, pensó mientras terminaba el resto de su cena de pan con carne. No, realmente no quiero ir a ninguna parte. Sus pensamientos se dirigieron a lo que iba a ponerse mañana. El equipo de Jake había terminado las prácticas, lo que significaba que tendrían la mayor parte de la mañana para estar juntos antes del último juego de Jake.

Tal vez mi falda rosa, pensó mientras enjuagaba su plato y lo ponía en el lavaplatos. O podría usar la nueva de color verde espuma de mar. Es realmente linda y Jake no la ha visto todavía. Pensar en la ropa que podría ponerse hacía que Alyssa estuviera triste, porque hasta su pelea con Mattie ella le había ayudado a decidir qué ponerse. Ahora que no se hablaban, la extrañaba muchísimo. Quejarse de la ropa no era divertido hacerlo sola. Alyssa abrió la puerta de su armario y suspiró. —Necesito ir de compras —suspiró. —Tal vez podríamos ir juntas mañana —dijo su mamá apareciendo de repente. —No puedo mañana, mamá, te dije que mañana en la noche es el gran juego de Jake —suspiró Alissa. —Eso es mañana en la noche —dijo su mamá—. ¿Qué tal mañana por la tarde? —Voy a estar con Jake —suspiró—. Sé que te sientes sola pero tengo cosas que hacer.

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—¿No estás siendo muy amable? —preguntó su madre y salió del cuarto. Debiste haber pensado eso cuando dejaste que Cody fuera mi dolor en el culo durante un año, pensó para sí misma y volvió a mirar dentro de su armario. Unos minutos más tarde su madre apareció de nuevo en la puerta. —¿Y ahora qué? —preguntó. —Está Mattie abajo —dijo. —No quiero hablar con ella —dijo Alyssa, rodando sus ojos. —Creo que deberías hacerlo —dijo su mamá. —¡Bien! —suspiró Alyssa—. ¡Envía a la bruja aquí arriba! Alyssa cerró la puerta de su armario y se sentó en el asiento frente a la ventana. —Está bien, estás aquí, ¿qué quieres? —preguntó en cuanto Mattie entró en el cuarto. —Sólo quería decir… —dijo Mattie, pero se detuvo antes de decir algo más. —¿Querías decir qué? —preguntó Alyssa, cruzando los brazos. —Que lo siento, ¿de acuerdo? —Mattie frunció el ceño. —Bueno, deberías —dijo Alyssa.

—¡Tú también! —replicó Mattie. —¿Por qué? —exigió Alyssa. —Por no decirme lo que estabas haciendo, Alyssa —suspiró Mattie. —¡No eres mi dueña! —espetó Alyssa. —No estoy tratando de ser tu dueña —suspiró Mattie—. Me preocupo por ti. —¿Así que sólo te volviste en mi contra y revelaste mis secretos personales a cada persona simplemente porque estabas preocupada por mí? —preguntó Alyssa. —Sé que fue algo horrible, pero estaba enojada —dijo Mattie—. Primero entras al equipo y luego me dejas fuera de tu círculo de amistades tan pronto te conseguiste un novio. —¿Así qué estás celosa porque tengo novio? —preguntó. —¡No! —suspiró Mattie—. ¡No estoy celosa de ti! ¡Sólo no quiero perderte de nuevo! —¡Estoy aquí! —señaló Alyssa.

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—Vas a estar en Georgia el próximo año —dijo Mattie. —Tal vez, pero seguiremos siendo amigas —dijo Alyssa. —¿De verdad? —preguntó Mattie. —Sí, de verdad —dijo Alyssa. —Está bien, y ¿ahora qué? —preguntó Mattie. —Ahora me ayudas a elegir qué ponerme mañana para cuando salga con Jake y sus amigos antes del juego. —Sonrió Alyssa. —¡Genial! —Sonrió. Juntas decidieron que Alyssa podría ponerse la falda verde espuma de mar y un top blanco. Mattie también dejó a Alyssa usar la cadena que por lo general llevaba su medallón hasta que tuviera una para poner el anillo de Jake. Mattie durmió ahí y las chicas se quedaron hasta tarde para ponerse al día. Mattie estaba preocupada de que fuera a reprobar Literatura Inglesa, y su hermana mayor venía de visita este verano. Alyssa recordaba a Samantha y comprendió por qué su amiga estaba asustada ante la inminente visita.

Alyssa se durmió preguntándose cómo podría ayudar a Mattie para que evitara ver a su hermana. Desafortunadamente, si estaba en Georgia no sería capaz de hacer algo, además de prestarle un oído simpático a través del teléfono. A la mañana siguiente las chicas durmieron hasta casi las diez, lo que le dejó a Alyssa sólo dos horas para prepararse. Estaba muriendo de hambre, pero estaría comiendo con Jake, así que sólo comió las tostadas de desayuno, mientras su mamá y Mattie comían salchichas, tocino y huevos revueltos. Se duchó y se secó el cabello. Alyssa consideró encrespárselo, pero parecía un poco exagerado para un partido de fútbol. Se puso la ropa que eligió y estaba lista con tiempo de sobra. Se sentó en el porche con Mattie, nerviosa e inquieta. —¿Qué ocurre contigo? —preguntó Mattie. —¡Estoy nerviosa! —espetó Alyssa. —¿Por qué? —preguntó Mattie.

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—Nunca he salido con Jake y sus amigos antes, y la última vez que los vi estaban destruyendo nuestro estadio de fútbol —dijo Alyssa, sintiendo como si le estuviera diciendo lo obvio a Mattie. —Oh, sí —dijo su amiga—. Me había olvidado de eso. —Yo no —suspiró Alyssa cuando la camioneta de Jake se detuvo en la entrada. —Mira, está aquí —dijo Mattie acariciándole el brazo. —Sí, a enfrentar al pelotón de fusilamiento —dijo Alyssa. —Buena suerte. —Sonrió Mattie. —La voy a necesitar. —Se rió Alyssa. Alyssa se subió a la camioneta de Jake y le dio un rápido beso antes de abrocharse el cinturón de seguridad. —¿Entonces, Mattie y tú se reconciliaron? —preguntó Jake. —Síp, ella se disculpó —dijo Alyssa. —Ya era hora. —Rió Jake. —Sí, ¡ni me lo digas! —aseguró Alyssa. Las manos de Alyssa temblaban cuando bajó de la camioneta. La entrada de la casa de Craig estaba llena de autos y su patio estaba cubierto de personas. Vaciló

por un momento, pero Jake le dio un apretón tranquilizador y Allysa no se dio la vuelta y corrió. Se aferró a Jake cuando le presentó a sus compañeros de equipo y sus otros amigos. Alyssa reconoció algunos de ellos de la noche en que se encontró con ellos en el estadio de fútbol. Craig, el bruto que le pisoteó su pobre teléfono estaba en la puerta trasera, que pensó Alyssa era una cosa extraña para hacer en su propia fiesta. Él fue la última persona que le presentó. Se dio cuenta que Jake estaba nervioso por esta presentación en particular. —Mira sobre esa noche, hice algo terrible —dijo Craig—. Lo siento por tu teléfono. —También yo. —Sonrió nerviosa Alyssa—. Me gustaba ese y tuve que comprarme uno nuevo ya que la pantalla nunca fue la misma después de eso. —Me sorprendió que el teléfono sobreviviera. —Rió Jake. —¿Sobrevivió a mi pie? —preguntó Craig.

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—Síp, ¡tenía una gran carcasa! La carcasa aún está entre los vivos, así que sólo mantente alejado de ella —bromeó Alyssa. Una vez que la tensión sobre el pasado estaba fuera del camino, Alyssa sintió que sus hombros se relajaban. Devoró las deliciosas alitas de pollo a la barbacoa del papá de Craig y la ensalada de papas de su madre. Hubo un aire de emoción durante toda la fiesta, pero mientras el tiempo se acortaba cada vez más para el partido, Alyssa pudo ver que Jake y los otros chicos estaban nerviosos. Pasó sus dedos por el cabello rubio de Jake de forma juguetona tratando de distraer su atención del partido, pero pronto los chicos se reunieron en sus autos y camionetas para ir al juego. Tenían que estar temprano para prepararse. Alyssa había sido invitada para irse al partido con la novia de Craig y aceptó de buen gusto. Tenía que admitir que ella era mucho más agradable de lo que había pensado de cualquier chica que saliera con un bruto así. Una hora en auto desde el otro lado de la ciudad llamó a Mattie para decirle que iba a llegar con un grupo distinto de personas y describió el pequeño auto azul de Julie para que Mattie fuera capaz de encontrarla. —Ves, sabía que ibas a estar bien. —Rió Mattie en el teléfono. —Síp, nos vemos ahí —dijo terminando la conversación antes de que Julie pudiera darse cuenta lo nerviosa que había estado en la fiesta.

Capíutlo 20 Jake Traducido por Brenda Carpio Corregido SOS por sttefanye

E

l estómago de Jake se sentía como si estuviera escondiendo una bandada de pájaros listos para volar. Tuvo que forzarse a concentrarse en la carretera mientras iba hacia el estadio.

Trató de pensar en otra cosa, pero el juego. Por un momento se enfocó en el alivio que sintió cuando Craig se disculpó con Alyssa y lo mucho que ella disfrutó en la fiesta. Ella sonrió todo el tiempo en que él la observaba y su corazón aleteaba.

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Su mente volvió a Georgia. Imaginó cómo iban escuchar la radio y hablar durante el largo viaje. Jake no pudo evitar, pero pensar acerca de lo bonita que luciría Alyssa con su cabello volando a su alrededor de su cabeza por la brisa. De alguna manera la mayoría de los otros chicos habían llegado al estadio, pero todavía era temprano. Ellos estaban en el estacionamiento hablando de lo importante que era este juego. Este sería su último juego como equipo. Luego de esta noche, sus vidas irían en diferentes direcciones y al final del año escolar tal vez no volverían a verse. —Nah —dijo Craig. Nos veremos en las reuniones. —Al menos que algunos de nosotros se haga profesional y se olvide de los Rattlesnake —bromeó uno de los chicos. Jake pudo sentir a todos sus compañeros mirándolo. —¿Crees que no sabemos? —Rió Craig—. ¿Por qué otra cosa estarías en la oficina del entrenador cuando estábamos practicando? —No quería… —Jake empezó a explicar. —No te preocupes por eso, hombre —dijo Craig—. Estamos contentos por ti, ¿cierto, chicos?

Hubo un murmullo de aprobación a través de equipo. Jake estuvo a punto de contarle acerca de Alyssa aplicando para ir a Georgia con él, cuando el entrenador apareció. —Espero que ustedes no estén muy llenos de alitas de pollo para jugar esta noche —murmuró e hizo señas para que lo siguieran. Una vez dentro de los vestidores rápidamente Jake se puso su uniforme y se sentó tranquilo esperando que el entrenador dijera el discurso pre-juego. —Ustedes, chicos, han jugado muy duro este año —dijo el entrenador, señalando a todos los chicos que estaban cerca—. Esta ha sido la mejor temporada que he entrenado. Demonios, tal vez el mejor equipo. Antes de dar el discurso pre-juego solo quiero agradecerles por eso, chicos. ¡Ha sido un año brutal, pero siempre lo hemos disfrutado! Ustedes tienen más espíritu que cualquier otro equipo que he entrenado y eso es un hecho. —No se vuelva muy sentimental con nosotros, entrenador. —Rió Craig.

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—Cállate, Craig. —El entrenador sonrió y continuó con el discurso—. Pienso que hasta ahora han escuchado todo lo que tengo que decir de fútbol. Saldrán esta noche al campo y jugarán duro, pero disfrutaran también. ¡Porque, no importa que pase ahí afuera esta noche, esta ha sido su temporada! Jake y los demás chicos no tuvieron mucho tiempo de pensar en el partido, porque tan pronto como el entrenador les habló tuvieron que alinearse para la llamada. A medida que el equipo pisó el campo el público estalló en aplausos desde las gradas. ¡Muchos del cuerpo de estudiantes habían venido para este juego, tenían la mayoría de los partidos de las temporadas en casa! Rápidamente Jake vio Alyssa sentada al lado de Mattie y Julie y saludó. Ella lanzó un beso hacia él y no pudo dejar de reír, no fue hasta que estaba tomando su posición que pudo ver a su mamá con su papá. El entrenador había estado en lo cierto, esta era su temporada. El juego fue más rápido de lo que Jake le hubiese gustado. Sentía como que apenas había empezado cuando el timbre de medio tiempo sonó. Sentía como que apenas había empezado cuando el timbre de medio tiempo sonó.

Capíutlo 21 Alyssa Traducido por Mona Corregido por carosole

A

lyssa organizó a las chicas en un mini escuadrón de animación para los Rattlesnakes e incluso hizo participar a Mattie. —No sé cómo animar —lloriqueó Mattie.

—¡Todos pueden animar, solamente muestra tu espíritu! —gritó Alyssa sobre el rugido de la multitud.

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La campana sonó y el juego se reanudó. Alyssa abandonó las ovaciones para los Rattlesnakes y solamente gritó ánimos a Jake. Sabía que, muy probablemente, no podía escucharla por encima de la multitud, pero gritó de todos modos. Estaban tan cerca de ganar y Alyssa no podía contener su entusiasmo. Mattie cubría sus orejas cada vez que Jake anotaba, porque no podía dejar de chillar. Alyssa se relajó cuando el cuarto final estaba casi terminado, ya que los Rattlesnakes tenían una amplia ventaja sobre el otro equipo. ¡Todavía alentaba a Jake, pero sabía que lo tenían en la bolsa! ¡Iban a ir a Georgia! Al menos, si era aceptada, pero con su GPA eso no debería ser un problema tampoco. —¡Vamos a estar libres de este lugar, Jake! —gritó ella a pesar de que no podía escucharla—. ¡Libres! Incluso los locutores aclamaban a los Rattlesnakes cuando la campana sonó. Alyssa saltó por encima del pasamano que separaba a la multitud del campo y fue una de las primeras espectadoras en encontrarse con el equipo. Jake lanzó a un lado su casco y la estrechó entre sus brazos. Sus labios se encontraron y Alyssa se permitió disfrutar del momento, sin preocuparse de quien miraba. —Esperamos con impaciencia verte en Georgia este verano, hijo —dijo un hombre mientras caminaba junto a ellos. —¿Era ese uno de los cazatalentos? —preguntó Alyssa. —¡Sip! —Jake se rió.

Cuando el equipo finalmente fue capaz de salir del campo, Jake y Alyssa se unieron a los otros chicos y sus novias para ir por pizza. Alyssa estaba agradecida de que nadie le tomara el pelo sobre cuán aburrida era su pizza solo de queso. Alyssa y Mattie no regresaron a su casa hasta mucho después de la medianoche. Su madre ya estaba dormida y las chicas estaban demasiado cansadas para hablar. Alyssa había planificado arrastrarse a sí misma en la ducha, pero al final solamente lavó su cara y cayó en la cama. La mañana siguiente las chicas se despertaron por su madre pisando muy fuerte en la habitación de Alyssa. —¿Qué es esto? —gritó ella sacudiendo un montón de papeles a su hija. —Papel, Sra. H., papel —dijo Mattie dándose vuelta y poniendo su almohada sobre su cabeza. —Sí, lo que dijo. —Alyssa se rió. —¡No, esta es una carta de la Universidad de Georgia, tu carta de aceptación! — dijo su madre.

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El corazón de Alyssa dio un vuelco, se sentó y le arrebató el papel a su madre. —¡MATTIE! ¡MATTIE, DESPIERTA! ¡VOY A GEORGIA CON JAKE! ¡OH MI DIOS NO PUEDO CREERLO! —chilló Alyssa. —¡Yay! ¡Ve tú! Tú celebra, yo dormiré —dijo Mattie sin salir de debajo de su almohada. —¿Entonces es por eso que tratas de ir a Georgia? ¿Por ese chico? ¡No voy a pagar para que vayas a Georgia! —gritó su madre. —No tendrás que hacerlo, mamá —dijo—, lo que mis becas no cubran lo conseguiré con préstamos para estudiantes. Alyssa metió la carta de aceptación en su bolso y se vistió rápidamente. No se preocupó por cómo lucía, pero en cambio, simplemente se deslizó en sus jeans favoritos y la primera camiseta que pudo agarrar. —¡Regresaré, Mattie! —dijo—. ¡Tengo que ir a contarle a Jake! —Bien —murmuró Mattie sin abrir sus ojos. Alyssa bajó corriendo la escalera y salió por la puerta. Sabía que tendría que tratar con su mamá más tarde, pero este momento era hora de celebrar. En el camino hacia donde Jake, se detuvo a recoger un desayuno para llevar en uno de los restaurantes a los que él la había llevado.

Sabía que todavía estaría dormido y esperaba sobornarlo despertándolo con comida. Alyssa estaba sorprendida cuando una mujer le abrió la puerta. —¿Hola, está Jake aquí? —preguntó ella. —Todavía está en la cama, cariño —dijo ella. —Acabo de conseguir mi carta de la aceptación y quería contarle. —Alyssa frunció el ceño. —Oh, tú debes ser Alyssa. —La mujer sonrió—. Soy la mamá de Jake. Entra y veré si puedo convocarlo de regreso al mundo de los vivos. —Gracias —dijo Alyssa—, dígale que traje el desayuno. Aquel burrito de tocino que le gusta de aquel pequeño restaurante. —Lo haré. —Sonrió la mujer mayor. Alyssa se dirigió a la cocina y dispuso la comida. Caminaba de un lado al otro mientras esperaba que alguien regresara.

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—Saldrá en un minuto, creo —dijo su mamá—, olvidé felicitarte por tu carta de aceptación. —Gracias. —Sonrió Alyssa. Unos momentos más tarde Jake apareció luciendo más dormido que despierto, pero Alyssa saltó sobre él de todos modos. —Fui aceptada —susurró en su oído. —¡Sí! —gritó Jake, de repente pareciendo más despierto. —¡Vamos a Georgia, bebé! —vitoreó Alyssa. —Y trajiste comida —se burló Jake. —Eso hice. —Sonrió. Cuando casi habían terminado el desayuno, el celular de Alyssa sonó. Lo ignoró pensando que era su madre. —Creo que es tu teléfono, cariño —dijo la mamá de Jake. —Oh sí —dijo, fingiendo que no lo había escuchado. Echó un vistazo al identificador de llamadas y sonrió cuando vio que el número de teléfono era de Mattie. —Oye —contestó Alyssa. —¿Estaba soñando o fuiste aceptada para ir a Georgia? —preguntó Mattie.

—¡Lo fui! —chilló Alyssa en el teléfono. Tuvo que alejar el teléfono de su cabeza cuando Mattie comenzó sus declaraciones de enhorabuena gritando. —Nos vemos más tarde —dijo Alyssa y terminó la llamada. —Suena más feliz de lo que esperaba. —Se rió Jake. Alyssa asintió en acuerdo y terminaron su desayuno. La única cosa que tenía que hacer era convencer a su mamá de que esto era algo bueno, al menos, esto era algo bueno para ella.

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Capíutlo 22 Jake Traducido por Mona Corregido por sttefanye

E

l resto del último año parecía moverse lentamente, pero entonces de repente Jake estaba caminando a través del escenario para recibir su diploma. No lo golpeó que la escuela realmente había terminado hasta ese momento. Su paso vaciló durante un momento, pero la multitud no pareció notarlo. Ellos estaban demasiado ocupados alentándolo.

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Inmediatamente después de la ceremonia de graduación él y Alyssa se unieron al resto de su clase de graduación para la fiesta, pero se marcharon temprano porque algunos chicos trajeron cerveza y ninguno de ellos quería estar implicado con esas cosas. Ellos condujeron hacia el parque y observaron la puesta del sol. Jake no podía dejar de sonreír y notó que Alyssa tenía el mismo problema. Él jugó con un mechón de su cabello, girándolo alrededor de sus dedos. —No puedo creer que nosotros vayamos a Georgia el próximo mes —suspiró Alyssa. —Lo sé. —Jake asintió—. El tiempo se mueve tan rápido. Siento que está tratando de correr delante de mí. —Invité a Mattie a quedarse conmigo hasta que comience el semestre. Su hermana mayor viene y ella no quiere verla. Yo podría ser su único escape de un verano miserable. —Se rió Alyssa. —Me alegro que la invitaras. Así tendrás a alguien con quien pasar el rato mientras estoy en la práctica. —Asintió Jake. Jake todavía encontraba a Mattie ligeramente molesta, pero él la toleraba por el bien de Alyssa. La madre de Alyssa había suavizado la presión sobre ellos acerca de vivir juntos, al haber acordado con Alyssa alquilar un apartamento fuera del campus, mientras los chicos no vivieran juntos hasta que estuvieran casados. Jake sabía que Alyssa simplemente había estado tan aliviada como él lo había estado, aunque ninguno de ellos lo había dicho en voz alta.

Lentamente durante las siguientes dos semanas Jake dijo adiós a sus amigos y empacó su habitación. No se había dado cuenta de la cantidad de cosas que había acumulado mientras crecía. Tuvo que batallar para decidir que llevar y que dejar atrás. Ya que iba a vivir en un dormitorio él no podía llevar todo. Lo que, era una cosa buena porque ya había prometido que ayudaría a Alyssa a mudar sus cosas. Lo que era justo, ya que ella necesitaba más cosas para llenar su apartamento. Dos días antes de que ellos se marcharan los chicos de su equipo les hicieron una fiesta de despedida. Alyssa casi se olvidó de ello y él tuvo que pasar y recogerla en el último minuto. —¡Estoy tan estresada! —dijo ella de camino a la fiesta—. Tengo muchas cosas que empacar antes del viernes. —No tienes que marcharte cuando yo lo haga —dijo Jake por decimotercera vez esta semana. —Sí, lo sé —suspiró ella—. Tengo que firmar el contrato el lunes y luego voy a necesitar el resto del verano para desempacar mis cosas. —Todo estará bien. —Se rió Jake.

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Capíutlo 23 Alyssa Traducido por Nelly Vanessa Corregido por Angeles Rangel

A

lyssa consiguió empacar todo, ella, Jake, su mamá y Mattie cargaron sus cosas al asiento trasero del auto y a la cama de la camioneta de Jake. Ella se alegró por la ayuda de Jake, porque no sabía nada sobre empacar sus cosas en forma para que nada se rompiera. En su última noche en Ohio asaron malvaviscos y se quedaron hasta tan tarde como se atrevieron. Cuando Jake se dirigió a casa para despedirse de sus padres y conseguir una buena noche de sueño, Mattie desapareció también, dejando a Alyssa a solas con su madre, mientras limpiaban la cocina.

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—Quiero que tengas cuidado en Georgia —dijo su madre—, y quiero que me llames al menos una vez a la semana, más a menudo sería bueno también, sin embargo. —Lo haré, mamá. —Suspiró Alyssa. —Lo digo en serio, Alyssa —dijo su madre—. Sé que no siempre he sido la madre más grandiosa, pero quiero que estemos en contacto. No quiero que te olvides de mí. —No lo haré —dijo Alyssa—. ¿De verdad crees que podría olvidarme de ti? —Me olvidé de mis padres por un tiempo cuando estaba en la universidad —dijo su madre. —Si no te llamo, entonces tú me llamas —dijo Alyssa y le dio a su madre un abrazo—. Sólo recuerda eso si comienzas a ignorar mis llamadas. —Su madre se echó a reír.

**** A la mañana siguiente las manos de Alyssa temblaban tanto que no pensaba que podría conducir. Cuando había soñado salir de Ohio no creía que iba a ser tan difícil. También pensó que estaría en la cresta con Jake, pero ambos necesitaban sus vehículos cuando llegaran a Georgia.

Todos llegaron a la casa de Alyssa para el desayuno antes de partir en su viaje. Alyssa estaba demasiado nerviosa para comer mucho, pero se sentó con los otros mientras cuchicheaban. —Te quiero, mamá —dijo ella después de que doble comprobó que todo estaba listo para irse. —Yo también te quiero, cariño, llámame si necesitas algo —dijo su madre. —Lo haré. —Sonrió Alyssa. Se abrazó a la madre y al padre de Jake, también antes de pasar a Jake. Él la tomó en sus brazos y le dio un rápido beso. Ella apoyó la cabeza en su pecho por un momento para tomar consuelo. —Trataré de asegurarme de que las chicas se queden conmigo, pero si te pierdes llámame y entraré en un área de descanso cercana —le dijo Jake. —Lo haré, pero de todos modos sé leer un mapa. —Se rió Alyssa. —Lo sé, pero quería decirte algo en caso de que pasara. —Sonrió Jake.

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—Está bien, ustedes tres —dijo el padre de Jake—, fuera de aquí. Están perdiéndose la luz del día y esperamos que se detengan si se les hace de noche antes de llegar allí. —Sí, señor. —Se rió Mattie. Hubo una última ronda de abrazos y luego comenzó su viaje. Las manos de Alyssa temblaban cuando encendió el contacto, pero no sabía si se trataba de excitación o de sus nervios. Ambas emociones tenían a su mente corriendo en círculos. —¡Finalmente somos libres! —gritó Mattie mientras salían a la carretera. —Por fin podré empezar mi vida —suspiró Alyssa. —Entonces, ¿cuándo se casarán tú y Jake? —bromeó Mattie—. ¿Iremos a Las Vegas por primera vez para la ceremonia? —No —se rió Alyssa—, no vamos a casarnos por un tiempo. —Esa es una mierda, quería ser dama de honor —se rió Mattie. —Cuando me case, podrás serlo entonces —bromeó Alyssa. —He tenido la intención de preguntarte, ¿qué es lo que estudiarás en la universidad? —preguntó Mattie. —Historia del Arte —se rió.

—¿En serio? —preguntó Mattie. —Sí —Alyssa sonrió—. No pude pensar en ninguna otra carrera importante en la cual anotarme. —Siempre has sido una loca —se rió Mattie. —Tal vez. —Estuvo de acuerdo Alyssa.

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Capíutlo 24 El Futuro Traducido por Steffanie Corregido por carosole

A

lyssa cambio su especialidad por medicina del deporte durante su segundo semestre en la Universidad. No participó como porrista durante sus años de estudiante, pero aun así asistió a todos los partidos que Jake jugó.

Jake eventualmente se estableció en la especialidad de educación, para que pudiera entrenar jugadores de fútbol después de la Universidad. Le ofrecieron posiciones en varios equipos profesionales, pero todas las declinó porque su interés se volvió en formar pronto una familia.

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Después de que ambos obtuvieron sus diplomas universitarios, volaron de vuelta a Ohio para su boda. Como prometió, Mattie fue su dama de honor. Después de tomar un año de descanso, ambos regresaron a la Universidad para continuar su educación. Cuando Alyssa caminó por el pasillo cuando se graduó de la escuela de medicina, estaba de dos meses de embarazo de su primer hijo, pero no se lo había dicho a nadie en ese entonces. Siete meses después dio a luz a un niño sano, a quien llamaron Steven Andrew Michael Taylors, por el padre de Alyssa, el padre de Jake, y su entrenador de secundaria.

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1. Crushing on the Enemy

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