INCUBO LIBRO

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INCUBO Ana María Olarte González

2017

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prologo Me siento asfixiado...no respiro, mi cuerpo no responde y lo siento a él de nuevo sobre mi cuerpo. Sollocé provocando que él me tapara la boca con sus bruscas manos entre la oscuridad, lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Su frenética respiración contra mi cuello me hizo estremecer y comenzaba a desesperarme. Traté de gritar pero él apretó mi muñeca con fuerza y su oscura mirada me paralizó, era como ver el infierno dentro de sus ojos. Sus manos comenzaron a escabullirse con destreza por debajo de mi camisa y comenzaba a acariciar mi cuerpo, me sentía aún más peor y no dejaba de llorar. —P-por favor detente —supliqué con mi voz totalmente débil y quebrada. Escuché su profunda y suave risa que no me dejaba escapar de este sueño que ahora era real. Recorrió con sus manos mi entrepierna y me mordí los labios con fuerza. —Shhh, no llores, ambos sabemos que en el fondo de tu corazón lleno de mentiras me deseas y deseas esto—susurró entre la oscuridad. Apreté las sabanas con fuerza y sentí que cubría mis ojos de nuevo con ese vendaje que me hacía sentir aún más vulnerable. Se acomodó de nuevo encima de mi cuerpo y sentí frío, pero rápidamente el calor de sus labios hizo que mi corazón se acelerara. No podía, no debía caer en la tentación, no podía dejar caerme en sus brazos porque sabía que al momento de que me atrapara me soltaría de nuevo y me dejaría caer en el infierno. En su propio infierno. Cuando sentía que mis oscuros deseos me estaban ganando, le pregunté algo. — ¿Qué eres? Sentí su macabra sonrisa cerca de mi rostro. —Tú propio infierno Jimin. — ¿Y yo qué soy? Besó mis labios dejándome sin aire y provocando que comenzara a arder todo mi cuerpo. —Mi propio cielo en la tierra. 3

Y fue en ese mismo instante que me di cuenta de que estaba perdido. "Él sólo quería el placer físico, pero pronto sentiría que necesitaba algo que llenara su endemoniado corazón."

-Íincubo.

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capitulo 1 Chuncheon, Corea del Sur. Sentí un fuerte golpe en mi cabeza haciéndome despertar asustado y avergonzado al darme cuenta de que el profesor de química me había despertado de nuevo golpeándome en la cabeza con un libro y que todo el mundo me estaba mirando divertido. Incluso el castaño de mi mejor amigo quien estaba que se aguantaba la risa mordiéndose el labio con fuerza, si él hacía ruido también estaría muerto como yo ahora. — Señor Park, ¿Cuántas veces le dije que no se duerma en mi clase? Si tiene tanto sueño, vaya a detención y duerma ahí donde no incomode a los estudiantes que si quieren aprender — me reprendió el molesto anciano con olor a libros viejos y ropa guardada. Hice un puchero y miré mi escritorio — Pero si no dejara esos horrendos trabajos, al menos podría dormir. Taehyung se puso rojo y vi sus ojos aguarse, explotó llenando el silencioso e incómodo salón con su ruidosa risa. — ¡¿Qué es lo que dijo?! — el hombre frente a mi golpeó con una regla mi escritorio. Otros estudiantes no evitaron ponerse de acuerdo conmigo, sin embargo mi otro amigo Jin que estaba detrás de mí me dio un golpe en la cabeza por haber dicho eso. El resto de los estudiantes comenzaron a murmurar entre sí y cuando sentí aquella mirada sobre mí, me sentí molesto y apreté el bolígrafo que tenía en mi mano con fuerza. Aleja tu inmunda mirada de mí, Min. Pensé apretando levemente los dientes, me saca de quicio ese chico y no lo soporto, sé que va a decir algo estúpido para burlarse de mí. — Park, a detención — me ordenó el maestro señalando la puerta. Jin me reprochó y casi me asesina dos veces con la mirada, Taehyung no dejaba de reír y el peli-gris del señor perfecto y cara de "ni tú me llegas a los talones" no despegaba mi mirada de mi junto a esa endemoniada sonrisa. Porque sí, ese chico de seguro debía ser un ayudante del diablo, cómo lo odio.

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Me levanté sin protestar con algo de sueño aún y con mi cuerpo tenso por la posición en la que había dormido y escuché al profesor golpear el escritorio de Taehyung con su regla. — ¿Usted también quiere ir a detención, señor Kim? Taehyung se puso pálido y se quedó en silencio en ese mismo instante, él y yo no somos chicos muy problemáticos o que son muy vagos, simplemente en esta clase era la excepción. Yo me quedaba dormido en clase por haber tenido pesadillas en las noches y no haber podido dormir y Taehyung se agarraba de mi brazo y se tiraba conmigo al abismo, prácticamente él terminaba de una u otra manera conmigo en detención junto a Jin. Quien voluntariamente se levanta y se iba con nosotros, tengo los mejores amigos que podría tener. Jin, Taehyung y yo salimos del salón siendo despedidos con la irritante sonrisa de Yoongi y nos encontrábamos caminando por los largos y elegantes pasillos del internado. Jin y yo no dijimos nada porque ya habíamos discutido sobre mi descuidado hábito de dormir y Taehyung no paraba de hablar. Unos pocos estudiantes pasaron con libros en sus manos y los tres no pudimos sentirnos fastidiados con tan solo cruzarnos con ellos, eran los más populares de familias ricas, inteligentes, atractivos que te hacían sentir inferior y además perfectos según algunos de mis compañeros gays. Porque ese era otro detalle, estaba en un internado sólo de hombres, un internado corrompido, estricto, odioso y lleno de depravados que se hacían los necesitados por la ausencia de chicas. Esos chicos son los más irritantes de todo el internado y algunos le dicen "Príncipes de Porcelana" y cabe que aclarar que Min Yoongi era uno de esos odiosos chicos. — Ya Jimin tranquilízate, vas a un día ir a detención por golpear a uno de esos cara de porcelana — me regañó Jin al ver que apretaba mis puños con fuerza. — Supera lo que pasó ese verano, no todos son iguales a Min Yoongi. Suspiré frustrado tratando de liberar mi ira y dejarla en el aire, pero el recuerdo de lo que me hizo ese chico el verano pasado me hizo mal. Yo había tenido que tomar clases de verano y quedarme en el internado ya que mis padres habían ido de viaje a Namiseom, una isla cerca de Chuncheon con un gran puerto y algo turístico, y no me llevaron con la excusa de que era su aniversario y querían estar a solas... ¡Su supuesto aniversario duró tres meses! Sé que en el fondo no están orgullosos de mí, así que simplemente tengo a mis amigos y mi vida aquí en el internado.

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Después de haberme quedado en el internado ese verano, Jungkook: mi compañero de habitación se había ido de viaje, asignaron a alguien temporalmente en mi habitación y ese era Min Yoongi. Cuando lo conocí era muy diferente a lo que era a comparación de ahora, nos habíamos convertido en buenos amigos y nos habíamos conocido muy bien...hasta que al volver de vacaciones de verano, se rompió nuestra relación. Él había creado rumores sobre mí haciéndome sufrir mucho y odiarlo con mi alma, además después de eso recibí muchos maltratos y abusos que por culpa de él al tacharme de un necesitado que cualquiera podría tocarme, media clase casi me viola. De no ser por Jungkook no sé qué habría sido de mi vida. Luego de unos meses había conseguido mi reputación de nuevo y ya nadie me molesta, por lo menos preguntaban adecuadamente si quería salir con ellos o algo por el estilo, la mayoría éramos gays eso nadie lo puede negar, incluyéndose Yoongi. Ahora Min Yoongi y yo nos odiábamos a muerte, yo, por haberme apuñalado por la espalda y él ni se por qué. Taehyung apretó mi mejilla con fuerza sacándome de mis pensamientos y él me miraba asombrado. — ¡Pero si Jimin se ve tan tierno cuando se enoja! — no otra vez... — Eres tan lindo e inocente — canturreó feliz. Aparté su mano y lo miré molesto — Cállate. No me gusta que me traten de niño tierno con personalidad amable hasta el punto de ingenuo, muchas veces he tratado de que me vean de otra manera y no como... — Tienes cara de pasiva a kilómetros — agregó Jin con los ojos en blanco. Taehyung se rió y yo acorralé a Jin contra uno de los casilleros para asesinarlo con la mirada, había despertado de mal humor y ahora arruinaron mi día. — Tú no digas nada, porque aquí todos sabemos que te acuestas con el profesor de literatura — le susurré articulando cada palabra. Taehyung me miró boquiabierto y dijo un "golpe bajo" haciéndome sonreír ampliamente. Jimin: 1 –Jin: 0. Jin apretó sus puños con fuerza y cuando iba a protestar o a lanzar otro ataque el nombrado de hace unos momentos salió por el salón que estaba a nuestra derecha haciendo que Jin se congelara y se pusiera rojo de la vergüenza. Taehyung lo miró asombrado y yo le dediqué una sonrisa tratando de ser amable El profesor Kim Namjoon se dio cuenta de nuestra presencia y se detuvo en seco viéndonos a los tres. 7

— Señores Park, Kim y SeokJin, ¿Se puede saber que hacen en el pasillo? Mi clase va a empezar y no quieren que yo llegue antes que ustedes ¿O sí? Me reí internamente, a Jin lo debilita que él lo llame por su apellido y que le hable de una manera formal. Taehyung lo vio incrédulo y ninguno nos dimos cuenta de que habían tocado el timbre para el cambio de clase. Solté a Jin de la camisa dejando que él mirara el suelo sin la valentía de ver a la cara a ese hombre alto de piel morena. — Profesor Namjoon, ¿No escuchó nada? — preguntó nervioso Jin. El castaño lo miró extrañado y arqueó una ceja — ¿Debería haber escuchado algo? Ya todos a clase, tendrán que hacer un trabajo extra del libro que estamos leyendo hoy. Todos asentimos — Si profesor Namjoon — dijo Taehyung. — Profesor Kim para ti — creo que voy a reírme en la cara de Taehyung. Aguanté la risa y confirmé mi sospechas de la confianza entre Jin y el profesor de literatura, igual lo dejé ir. Ahora solo quería que acabara el día para irme a mi habitación y tratar de dormir esperando a que el rostro de ese chico no volviera aparecer en mis sueños. Estoy cansado de tener insomnio por tu culpa Min Yoongi.

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Capitulo 2 Un año antes. —Hijo perdón pero tendrás que quedarte este verano en el internado, tú padre y yo iremos de viaje por nuestro aniversario—fue lo que me dijo mi madre aquel verano cuando la llamé por teléfono. Hice una "o" con mi boca y me quedé en silencio, ¡No quería pasar el verano aquí solo y aburrido! Es un infierno este lugar en los solitarios veranos. Debí haber aceptado la oferta de Jungkook para irme con él a Liverpool a visitar su familia. —Pero mamá, no quiero pasar el resto de vacaciones aquí encerrado —me quejé molesto. Además en las noches parece una mansión embrujada. —Lo siento cariño, pero tu padre y yo ya compramos los tiquetes de viaje y la reservación del hotel. Salió muy caro, tú sabes cómo es tu padre en eventos especiales—rió mi madre por el otro lado de la línea. Ignoré lo que dijo—Ese hombre no es mi padre mamá y nunca lo será. Mi madre había quedado viuda cuando tenía trece años y se había vuelto a casar por dinero, simplemente no soportaba que me dijera que él era mi padre. Es mi padrastro y siempre lo sería, nada cambiaría, ni la relación entre mi madre y yo. Definitivamente sólo tenía a mis amigos en mi vida, especialmente a Jin y Taehyung. Suspiré pesadamente—Jimin, deja de hablar así acerca de tu padre. El hombre que te tuvo era un desquiciado. Me hirvió la sangre y exploté. —Ya, ambos sabemos que no querías traerme al mundo eso ya lo tengo claro, pero al menos deja de insultar a todas las personas que están a tu alrededor. Sé que no estás orgullosa de mi y lo tengo aún más claro, pero al menos tengo amigos que si me aceptan tal y como soy —tomé una bocanada de aire para continuar —Acepta de una vez por todas que tu hijo es gay, si me amaras en realidad no tratarías de conseguirme novia siempre que voy a visitarlos. Solté todo lo que tenía reprimido en mi corazón con algo de dolor, ella se quedó en silencio y yo enojado colgué golpeando con fuerza el teléfono de cabina.

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Me apoyé contra una pared, cerré los ojos y suspiré frustrado, ahora mi verano estaba más que arruinado. Aguantando las ganas de llorar y con un sabor amargo en la boca, decidí ir a mi habitación a dormir, no quería pensar esa tarde y además no podía hablar con Jin o Taehyung, ellos se habían ido de viaje también. Subí unas cuantas escaleras hasta llegar al cuarto piso del instituto donde eran las habitaciones y me dirigí a la mía. Abrí la habitación y la luz de las persianas abiertas hizo que cerrara los ojos con fuerza, caminé a través de la habitación algo perdido y en ese instante me tropecé con algo y me caí de cara golpeándome la frente. Grité del dolor y me sentí vulnerable, entonces comencé a llorar como un niño pequeño, lloraba del dolor y por la frustración de al no ser aceptado por mi madre. Me sentía estúpido. Escuché pasos acercarse a mí con rapidez y alguien me levantó del suelo, me senté en mi cama y no veía su rostro, mi vista estaba nublada y no dejaba de llorar. Sentí una mano posarse en mi hombro —Oye chico, ¿Qué te sucede? — escuché una ronca voz totalmente desconocida para mí. Me limpié las lágrimas de los ojos con dificultad, de seguro mi rostro estaba rojo y mis labios temblaban levemente. Me di cuenta de que había un chico peli-gris frente a mí de rasgos delicados y oscuros ojos que me miraban con preocupación, no sabía quién era ese chico pero me sentí avergonzado al notar que estaba viendo mi lado llorón. Yo me tapé el rostro levemente con mi mano ocultando mi sonrojo por la vergüenza y no pude sentir que ese chico frente a mí era atractivo. Traté de decir algo pero las palabras no salían de mi boca, me sentía nervioso y simplemente quería que alguien me consolara. Él como si hubiera leído mis pensamientos sin decir nada me abrazó y me apoyó contra su cálido pecho que me hizo ponerme aún más rojo al tocar su blanca y suave piel desnuda, ignoré su estado y dejé que la calidez de aquel desconocido me acogiera. Dolía, dolía sentirte rechazado e incapaz. Me quedé unos minutos tratando de tranquilizarme y cuando me sentí mucho mejor enfrenté al desconocido, aunque me quedé anonadado por su belleza. Él me miró con una mueca y yo iba a decir algo pero él me ganó. —No tienes porqué agradecerme, no sé por qué estabas llorando pero no tienes que dar explicaciones—su voz era tan suave que me tranquilizaba. Hice un puchero y vi que él se mordió los labios levemente sin despegar mi mirada de mí. 10

—Mi familia no acepta el hecho de que sea gay —susurré tímido y vi su sonrisa asomarse por su rostro. —Vaya, eso no es nuevo—dijo sin quitar aquella impecable sonrisa. Hice una mueca y él se sintió nervioso. —Lo siento, a lo que me quería referir es que no eres el único qué pasó por algo así. Yo también soy gay y no ando llorando como un niño pequeño porque personas ignorantes me dicen cosas horribles. Arqueé una ceja por su comentario y él se avergonzó de nuevo, creo que no es bueno tratando de consolar a alguien con palabras. —Lo que quiero decir... Yo me reí frente a tal incómoda y extraña situación, sus ojos se fijaron en los míos por unos segundos provocando que él también sonriera. Me limpié las lágrimas de alivio y felicidad con la manga de mi camisa y me había dado cuenta de que él estaba en ropa interior. ¿Pero qué... —Me llamó Min Yoongi, voy a ser tu compañero de cuarto durante este verano, ¿Vas a quedarte aquí en el internado o vas a salir? —se presentó ahora el chico jugando con su cabello mientras me miraba como si no estuviera semidesnudo frente a mí. Fijé la mirada en mis manos, su cuerpo era tan delgado y perfecto que me sentía que si lo veía mi mirada podría desviarse a otro lugar. Soy un pervertido. —Ehhh, mi nombre es Park Jimin, me quedaré este verano aquí —tartamudeé nervioso. Él rió — ¿Por qué estás nervioso? Yo pasé saliva aún más nervioso—Pues ¿Cómo actuarías si te encontrarás con un desconocido en tu habitación que te vio llorar y que está semidesnudo frente a ti? Él rió aún más fuerte y pude ver que se tocaba el abdomen por la risa, yo me puse aún más rojo. Entonces él entre risas tomó una camiseta de la cama que ahora era suya, se la colocó y pude verlo al fin a la cara con algo de alivio. — Lo siento, pero estaba a punto de tomarme una ducha y al escuchar tus llantos me sorprendieron un poco — explicó dirigiéndose hacia el baño de nuevo y dándome la espalda. Yo suspiré algo aliviado y me acosté en mi cama mirando el techo pensando en lo que había pasado, pero el rostro de aquel chico vino a mi mente. Lo acaba de conocer pero 11

de algún modo sabía que ese verano algo iba a suceder y esperaba a que fuera algo bueno. — Oye Jimin — llamó él y se asomó por el marco de la puerta. Yo lo miré y me congelé, su sonrisa... — ¿Si? — susurré perdiéndome en su perfecta sonrisa mostrando sus encías y sus pequeños labios. — Espero que pasemos un buen verano juntos — dijo mirándome a los ojos y luego se fue dejándome un nudo en la garganta y mariposas en mi estómago. Algo había cambiado dentro de mí y aun así no sabía lo que ese chico estaría a punto de hacer. Él cambiaria mi vida, de eso estaba seguro.

No sabes con quién te habías metido y cuando por primera vez vi tu sonrisa ya no era mía, me había dado cuenta de que te deseaba aún más y sabia a la perfección que desde un inicio quería sólo tú cuerpo. Pero después me daría cuenta de la realidad. — Te haré sólo mío Park Jimin...

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Capitulo 3 La ruidosa y molesta alarma de mi despertador me salvó de aquel sueño de nuevo, abrí los ojos de golpe y me levanté de mis sabanas asustado y agitado. El frío de la mañana chocó contra mi cara, apagué la alarma y me metí entre las cobijas de nuevo tratando de calentarme un poco, sin embargo el grito de mi compañero de cuarto no me dejó descansar un poco más. — ¡Jimin a levantarse! — gritó Jungkook entrando a la habitación y cerrando la puerta con fuerza. Me quejé y gemí de dolor y molestia al sentirme cansando, no había dormido nada...de nuevo. Y todo por culpa del trabajo extra que el profesor Kim nos dejó por encontrarnos en el pasillo y por los sueños ocurrentes en los que el señor "Mírame, soy perfecto" (Yoongi), aparecía en mis sueños y me ahorcaba hasta morir, tal vez soñaba ese tipo de cosas porque lo odio hasta morir, pero también recordaba esos momentos que pasamos juntos en el verano y no puedo evitar despertar con tristeza y melancolía. ¿Qué pasó entre nosotros ese verano? ¿Qué hizo que él cambiara tan drásticamente? — Jimin, ve a cambiarte que te quedarás sin desayunar — dijo Jungkook sacándome de mis pensamientos. Reaccioné del trance en el que me encontraba y no sabía cómo, pero ya estaba de pie con mi uniforme en la mano y de pie en la puerta del baño inmóvil. ¿Tanto tiempo me había sumergido en mis pensamientos? Me molesté aún más y maldije por millonésima vez a ese chico, y Jungkook no pudo evitar preguntar lo obvio. — ¿Estabas pensando en él? Lo miré de reojo y asentí apretando los puños, él se dejó de guardar sus libros en su mochila y junto a un suspiro me miró. — Jimin mira, a mí no me cae tampoco bien Min Yoongi, ambos también nos odiamos a muerte pero es por una razón lógica. Pero el hecho de que tú y él se odien para mí no tiene sentido, creo que estas siendo un poco rencoroso e infantil, deberías perdonarlo y dejar de darle tantas vueltas a él, así podrías olvidarlo.

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Me quedé en silencio y reflexioné sobre lo que él había dicho comparándolo como me sentía y con mis acciones, y era verdad. Yo odiaba a Min Yoongi por un sentimiento infantil de rencor por lo que me había hecho, debería ya superarlo, no me sirve de nada seguir odiándolo, eso hace que lo piense aún más y no pueda dormir. Me había enamorado de él en el pasado y ya me había dado cuenta como era en realidad y no tenía ganas de amarlo de nuevo. — Sigue mi consejo por favor, no me gusta verte casi dormido todos los días y si no duermes bien tus calificaciones pueden bajar — dijo Jungkook haciéndome sentir algo mal al ver que él se preocupaba por mi salud y mi academia. Podría decirse que Jungkook aunque era de mi misma edad era como mi guardián para mí, siempre me cuidaba y se preocupaba de lo que hiciera, me aconsejaba y trataba de que hiciera todo bien. No sabía la razón muy bien porque lo hace, pero sabía que era una muy buena persona y podía confiar en él. — Está bien, tienes razón, hoy lo dejaré atrás definitivamente — el peli-castaño de mi compañero sonrió — Gracias. — Bueno, ahora vístete o te lanzo una cubeta de agua fría otra vez — me amenazó junto a una sonrisa. Lo fulminé con la mirada y recordé lo que él hizo una vez cuando estaba tan dormido que creí que parecía un sonámbulo y Jungkook me lanzó una cubeta con agua helada. Me enojé tanto que no le hablé en todo el día y me peleé con mis demás amigos. — Vuelves a hacer eso y estás muerto, te lo advierto Jeon — le dije señalándolo con el dedo índice. Él rió — Tú no puedes matar ni a una mosca, por favor Jimin no me hagas reír — se burló él. — Eres hombre muerto dientón — dije para luego cerrar la puerta del baño y dejando nuestra pelea de niños de primaria para después. Finalmente luego de darme una corta ducha que fue interrumpida por el dientón de mi compañero de cuarto al abrir la llave de agua fría, nos dirigimos a la cafetería para desayunar. Había estudiantes caminando de un lado a otro con sus mochilas y hablando con sus amigos y me sentía por primera vez en meses feliz y aliviado, lo que Jungkook me había dicho me hizo entrar en razón y me sentía algo animado. Jungkook y yo caminamos juntos hasta la entrada de la cafetería y ahí nos separamos ya que él se había levantado más temprano porque hacia guardia en los pasillos del internado y ahora tenía que ir a su práctica de baloncesto del instituto. Yoongi también 14

participa en ello pero en el equipo contrario, de ahí su rivalidad y yo obviamente apoyaba a Jungkook. Suspiré y al verlo alejarse de mí, seguí con mi camino para llegar a la cafetería y me senté en la misma mesa de todos los días con mis mejores amigos. — Buenos días — saludé junto a una sonrisa quitándome mi mochila y sentándome junto a Jin y a Taehyung, quienes estaban estudiando para un examen. O mejor dicho Jin le estaba explicando a Taehyung. Mis amigos me miraron por un momento pero luego se me quedaron viendo sorprendidos como si tuviera algo pegado en la cara. — Jimin... Los miré confundido y aparté un mechón de mi cabello. — ¿Qué sucede? — pregunté animado mientras comenzaba a comer mi desayuno. Taehyung me señaló y entrecerró los ojos — Ya no tienes ojeras. Me detuve y puse los ojos en blanco — Eso tenían... — Luces más animado y despierto — me interrumpió Jin. — Tu sonrisa otra vez apareció y estas comiendo el doble de comida que comías antes — agregó Taehyung. Arqueé una ceja aún más confundido — ¿Y eso qué tiene? Taehyung se me quedó viendo por unos segundos fijamente junto a una sonrisa que me comenzaba a asustar, tengo un amigo demasiado raro. — ¡Nuestro Jiminnie volvió otra vez! — gritaron Jin y Taehyung emocionados, haciendo que yo los ignorara. Entonces ambos de mis extraños y bipolares mejores amigos comenzaron a gritar y a festejar, Jin comenzó a reírse como un limpia vidrios y a contar sus chistes malos mientras Taehyung comenzó a bailar como nuestro otro amigo Hoseok. Yo los miraba junto a una sonrisa, feliz y aliviado, hasta que un comentario que hizo Taehyung arruinó el momento. — Vamos a tener a nuestro Jimin con cachetes regordidos otra vez, ¡Sí! — dijo Taehyung llevado por la emoción sin recordar lo sensible que me hacía al escuchar cualquier cosa que estuviera relacionado con aquel tema deja vú: mi peso.

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Jin dejó de reír y yo solté el tenedor haciendo que Taehyung se sobresaltara por el ruido mientras trataba de retractarse y perdonarse tratando de remediar su error, pero era demasiado tarde. Ya se me había ido el apetito. Taehyung me miró preocupado y sostuvo mis manos entre las suyas, Jin también me miró fijamente y yo me sentí asqueado, el recuerdo de lo que muchas personas me habían dicho, hizo que me dieran ganas de vomitar al pensar en mí mismo. — Jimin lo siento no era mi intención...no quería... Los impulsos de salir corriendo me estaban comenzando a invadir y sentía que los demás a mí alrededor me veían con asco y con aires de grandeza, Jin sabía lo que era capaz de hacer y ellos no querían que volviera a hacer eso. Había encontrado una solución para dejar de odiar a Yoongi y no quería echarme hacia atrás. Mi respiración se hizo más pesada y Jin apretó mi mano levemente para que lo mirara al rostro — Jimin, ¿Te sientes bien? Iba a responder que no, pero dos manos se posaron en mis hombros bruscamente asustándome y haciéndome reaccionar un poco. Hoseok se sentó junto a nosotros y nos saludó alegremente. — ¡Hola chicos! ¿Cómo están en esta hermosa mañana? — saludó el amigo de Jungkook que de vez en cuando nos saludaba con una sonrisa y lleno de optimismo todos los días. Él también se preocupaba de mí y trataba de animarme cuando estaba de mal humor y con sueño por mis noches de insomnio. Todos se preocupaban por mí y yo simplemente ignoraba eso. Apreté los puños y me tranquilicé dejando pasar por alto lo del tema respecto a mi peso y mi aspecto, sin embargo algo más me estaba molestando y mi consciente me jugó una mala pasada. Todos se preocupan por ti, pero tú simplemente quieres la atención de él ¿No? Quieres que Min Yoongi se preocupe por ti, ¿No es así? Y así fue como mis pensamientos egoístas y masoquistas me hicieron salir corriendo de allí dejando a todos atrás y yendo a mi lugar secreto donde nadie me iba a ver, simplemente iba allí cuando estaba triste o enojado. Ese árbol de tronco seco escondido en un lugar del gran jardín que teníamos en la escuela fue el testigo de mis lamentos y lágrimas cuando había entrado a este internado hace tres años y comenzaba la dura etapa de un adolescente que aun más peor: estaba solo y dudaba de su orientación sexual. 16

Caminé de largo entre el prado sin mirar atrás o a los lados por si había alguien allí, pero para mí estaba lo suficientemente desolado y simplemente me senté en un lado del tronco viejo y seco, apoyé mi cabeza en este y miré el despejado y azul cielo que a veces deseaba tocar con las yemas de mis dedos. Cerré los ojos y todo estaba en total silencio, hasta que mis sollozos y lágrimas luchaban contra el viento de otoño que chocaba contra mi rostro. No tenía algo con que abrigarme, pero sentía un calor en mi pecho que se convertía en dolor y no me importó. Me sentía confundido y abrumado, tal vez quería desahogarme por todos los sentimientos y estrés acumulado, no sabía que pensar y me estaba comenzando a dar cuenta de que mis pensamientos aunque no quisiera estaban en torno a él y hasta que no lo viera en persona y dejara en claro mis sentimientos hacia él. No podría estar tranquilo. Lágrimas empapaban mi rostro, mis labios y piernas temblaban por el frío y mi cabeza era un lio, hasta que escuché una voz dejándome helado. — No creí que alguien como tú viniera a este lugar — escuché aquella tan familiar voz que en ese mismo instante deseé estar muerto. Me asusté y miré hacia arriba, como era de mi mala suerte: aquel demonio llamado Min Yoongi estaba de pie con sus manos en sus bolsillos y mirándome inexpresivamente. Me puse rojo y limpié mis lágrimas rápidamente, me sentí avergonzado y quería esconderme de él al notar que me había encontrado llorando de nuevo. — ¿Qué haces aquí? Pensé que nadie conocía este lugar — susurré con la voz débil y cortada que me dio lastima a mí mismo, incluso a él, porque hizo una mueca. Él dio un paso hacia mí y yo retrocedí aunque ya tuviera al árbol en mi espalda. — Pues lamento decirte que no eres el único que usa este lugar como escondite — apreté los puños. Idiota. Tapé con mis manos mi rostro para no verlo — Déjame solo. — ¿Por qué siempre que estoy haciendo algo, un sentimiento en mi pecho me dice que tú estás llorando y cuando decido averiguarlo es verdad? — Comentó el peli-gris arrodillándose frente a mí y retirando mis manos de mi rostro haciendo que lo mirara a los ojos — ¿Ahora qué sucedió? Lo miré mal y al sentir su cálido contacto con mi piel, lo golpeé y aparté su mano bruscamente. 17

— No actúes como si te importara, déjame sólo. — ¿Por qué piensas que no me importas? — preguntó él dejándome sorprendido. Lo miré a los ojos y me hirvió la sangre, el odio se apoderó de mi cuerpo. — ¡Si te importara en realidad no me hubieras mentido ese verano y no me hubieras apuñalado por la espalda! — le grité enojado — ¡Si te importara en realidad no hubieras ocultado esa horrible personalidad que tienes dentro de ti! ¡No me hubieras abrazado cuando me encontraste llorando! ¡No te hubieras alejado de mí! Él se quedó en silencio y yo suspiré aún más molesto, sin embargo su seria mirada me hacía enojar más. ¡Como lo odio! — Oye idiota, quita esa expresión de tu rostro...me haces enojar aún más — él sonrió y se acercó un poco más hacia mí — ¡Te odio tanto! — le grité empujándolo con fuerza. Me levanté rápidamente y cuando iba a salir a correr, él me tomó del brazo y me detuvo. Apretó mi muñeca y me miró con una amplia y oscura sonrisa. — ¿Acaso tanto me odias, Jimin? — susurró suavemente mirándome directo a los ojos. — Sí, ¡Ahora suéltame! — grité. Él se apoyó de mi mano y se levantó quedando frente a mí a unos centímetros de mi rostro haciéndome estremecer. Sin embargo ambos nos mirábamos de una manera desafiante. — ¿Quieres deshacerte de mí, Jimin? — preguntó haciendo que su respiración chocara contra mi rostro. Ahora yo lo tomé de la muñeca con fuerza y me acerqué más a él haciendo que nuestras narices se rozaran. — Si — respondí seguro. Él rió levemente y se acercó aún más a mí haciendo que nuestros ojos se perdieran en los del contrario y que nuestras frentes chocaran levemente. — Si quieres olvidarte de mí tendrás aguantarme una vez más, dime Jimin... — suspiró e hizo una pausa — ¿Quieres jugar? En el fondo no sabía a lo que se refería, pero estaba tan enojado y dolido que lo miré aún más desafiante y apreté su brazo con fuerza. — Si me vas a dejar en paz, entonces sí. 18

Él sonrió siniestramente y su mano comenzó a subir lentamente. — Veremos que tanto puedes soportar...ya veremos quién necesita a quién — susurró contra mis labios — Dulces sueños Jimin. Fue lo último que recuerdo porque lo demás se volvió oscuro a mí alrededor, haciéndome caer en un profundo y largo sueño del que no podía despertar. Donde él estaba en la oscuridad y entonces me había dado cuenta de lo que había hecho era peor de lo que imaginé.

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Capitulo 4 La luz del atardecer iluminaba mi habitación y de inmediato me sentí aturdido y confundido al despertar en mi habitación. Estaba confundido de saber cómo había llegado allí, entonces fue cuando recordé haber salido corriendo de la cafetería por la mañana y supongo que me metí en mi habitación y me salté todas las clases de hoy. Me levanté con la incomodidad de tener el uniforme aún puesto y decidí cambiarme de ropa para salir por algo de comer y buscar a mis amigos. Supongo que ellos estarán preocupados por mí, aunque es un poco extraño que no me hayan despertado y más a los gritos. Me metí en el baño y comencé a desvestirme frente al espejo para colocarme ropa más cómoda y así evitando que el frío del otoño y del aire acondicionado no me afectara. Aún tenía algo de sueño, así que mis movimientos eran lentos y me sentía tranquilo y relajado, sin embargo mi mente al estar en blanco me aturdió porque sentía que algo faltaba...algo faltaba en mi memoria, pero no sabía qué. Cuando estuve listo, tomé las llaves de la habitación y me dirigí hacia la cafetería caminando por los pasillos mirando alrededor y lo más extraño era que no había nadie. Todo estaba en silencio y desolado. Mis pasos se escuchaban por todo el salón de suelo de mármol y con mesas totalmente vacías que me hacían sentir en una especie de película de terror o algo por estilo al ver que no había nadie. Caminé hacia una de las máquinas expendedoras y recorrí con la mirada la diversidad de productos que ofrecía, oprimí los botones correspondientes a un paquete de pretzels y cuando iba a poner el dinero, mi vista se fijó en el cristal y vi una sombra cruzar detrás de mí. Me volteé rápidamente y no había nadie. Me puse más nervioso y como el cobarde y miedoso que era, apuré mis acciones mientras millones de películas que había visto se reproducían en mi cabeza y mi imaginación iba a más allá. Estaba tan concentrado en esperar que la máquina me diera mis preciados pretzels para salir corriendo, pero dos manos se posaron en mis hombros haciéndome saltar del susto. — ¡Ah! —grité y me moví hacia atrás chocando con alguien. —Hey Jimin, tranquilo soy yo —escuché la voz de Jin detrás de mí. 20

Me volteé con el corazón palpitando con rapidez por el susto y pude ver su rostro junto a una gran sonrisa de burla. Llevé una mano a mi pecho y suspiré aliviado. —Me asustaste. Él rió—Miedoso—se burló él. Lo miré mal y tomé el paquete con el pasa bocas en mis manos. —Todos los pasillos estaban desiertos y no había ni un alma, ¿Cómo quieres que no me asuste? —Miras muchas películas de terror—comentó Jin mirando sus manos. Hice un puchero—Yo no tengo la culpa de que Taehyung me obligue a verlas con él, además me sentía solo ¿Dónde estabas? Él me miró arqueando una ceja—Eso debería preguntar yo, faltaste todo el día. Apreté los puños e hice una mueca—Me quedé encerrado durmiendo en mi habitación porque me sentí enfermo. Jin suspiró y colocó su mano en mi cabeza como si fuera un niño pequeño y podía ver su brazalete de plata que le dio su familia colgando de su muñeca frente a mis ojos. —Jimin, tienes que dejar de pensar en ti de ese modo. Tú vales más que cualquier cosa, eres apreciado por muchos, no permites que alguien hiera a otra persona y siempre tratas de dar lo mejor de ti. Además eres muy atractivo Jimin. Yo sonreí y me sentí un poco mejor. Jin hizo una mueca—Aunque no eres mi tipo. Rodeé los ojos y yo puse mis manos en sus hombros—A ti los que te gustan son los ancianos—dije refiriéndome al profesor Kim. Él me empujó —Cállate, no es tan viejo, tiene sólo treinta. Hice una mueca —Y tú tienes dieciocho. — ¿Y? —me miró amenazaste que hizo que me quedara callado. —Nada, espero que sean felices —sonreí falsamente evitando que él se molestara. Si seguía llevándole la contraria, no sería bueno para mí. Suspiré y llevé otro de los pretzels salados a mi boca mientras miraba a mí alrededor. —Bueno... ¿Y dónde están todos?

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Jin me quitó unos cuántos pretzels —Hoy hay partido de basquetbol, las eliminatorias para las olimpiadas de invierno son hoy. Dejé de masticar y lo miré asustado —Ay no... —No me digas que lo olvidaste—dijo Jin y pude ver que por las paredes habían posters de dicho evento tan importante en el que participaba Jungkook. Pasé saliva nervioso —Jungkook me matará —susurré. Jin sonrió y me jaló de la camiseta—Vamos, aún queda tiempo para ver el partido. Juntos íbamos caminando rápidamente y yo estaba que me atragantaba comiendo. —Por favor dime que no ha jugado Jungkook—supliqué. —Cuando me fui, estaban en el primer tiempo, Jungkook te estuvo buscando por todas partes y Taehyung no ha dejado de pensar en ti por lo que te había dicho está mañana. Hice una mueca y me sentí algo mal por haber dejado a mis amigos así. En especial a Taehyung, no sé qué habrá sido de mi vida si no lo hubiera conocido. No dije nada y Jin y yo continuamos nuestro camino al gimnasio donde estaba la cancha de baloncesto que se usaba cuando comenzaba el invierno. Cuando Jin abrió la puerta una oleada de calor chocó contra mí y sentí el ambiente más húmedo y caluroso, supongo por la emoción de todas los estudiantes y profesores que habían en las gradas gritando y animando los dos grandes equipos de nuestra escuela mientras ellos jugaban salvajemente para ganar un puesto en las olimpiadas. Además se encontraba Jungkook jugando y en el equipo opuesto estaba aquel chico de tez pálida, cabello gris, delgada figura, fuertes manos que se marcaban sus venas y mirada oscura que siempre lograba intimidarme, Min Yoongi. Todos los puestos estaban llenos, había un caos total y me sentí aturdido por el escándalo que armaban todos los que estaban allí al animar a sus compañeros. Jin me guío entre la multitud y con algo de dificultad lo seguí sin poder evitar sentirme incómodo al caminar en tan estrecho espacio donde todos se amontonaban para casi llegar a la cancha. Llegamos a un lugar donde podía respirar algo de aire, fue cuando divise a Taehyung sentado en una de las bancas sin mirar el partido, me acerqué hacia él y al notar mi presencia sonrió ampliamente. — ¡Jimin! Le sonreí también y sin poder decir nada, él se me lanzó a abrazarme y me pedía perdón por lo que había dicho y no dejaba de fingir como si estuviera sollozando. 22

—Lo siento tanto, te prometo que no volveré a decir algo que te hiera —me apretó más entre sus brazos. Yo reí levemente y toqué su cabeza con cariño—Tranquilo Tae, sé que no fue tu intención, deberías disculparme a mí por ser tan sensible y llorón. Taehyung me apartó y sostuvo mis mejillas entre sus manos molesto. —No vuelvas a decir eso Park Jimin, no eres ningún llorón. —Pero si... Jin colocó sus manos entre nosotros y nos separó, impidiendo que siguiéramos una pelea algo infantil entre nosotros. —Ya, dejen ese tema atrás y disfruten el partido—dijo Jin sentándose en la banca y concentrándose en mirar al partido, o mejor al profesor Namjoon que se encontraba en el otro extremo de la cancha observando el partido. Taehyung y yo nos miramos entre sí y él se sentó para disfrutar del juego ahora con una sonrisa. Yo iba a tomar asiento pero al recorrer con mi mirada los chicos que estaban jugando, mi mirada y la suya se conectaron de inmediato dejándome inmóvil y dejando que él me intimidara con la mirada. El chico peli-gris tenía la camiseta de su equipo pegada al cuerpo por el sudor y su cabello también se pegaba a su frente, su respiración se veía que era agitada por estar corriendo tratando de encestar, su pálida piel estaba pintada levemente con un color rojizo en sus mejillas por el calor y sentí como si estuviera viendo una obra de arte frente a mí que me hacía sentir extrañamente atraído hacia él. Se veía aún más atractivo así sudando y jadeando con su camiseta que llevaba el apodo de "Suga" en letras blancas sobre la tela roja. Algo era diferente en él y sentía que algo en mí también. Nuestras miradas fueron interrumpidas por un fuerte empujón que Jungkook le dio a Yoongi, haciéndolo caer hacia adelante y que se sostuviera con sus manos. Yo tomé asiento y Jin y Taehyung hicieron una mueca al ver que Jungkook había cometido falta por hacer tropezar a Yoongi. Me quedé observando a esos dos y Jungkook miraba a Yoongi con odio y rivalidad, se dijeron algo entre sí y luego el peli-gris salió caminando con el balón rebotando en sus manos junto a una sonrisa triunfal. Jungkook giró y me vio entre la multitud. Levanté la mano junto a una sonrisa como saludo y él me regresó el gesto. — ¡Esto se va a descontrolar! —gritó Taehyung emocionado. 23

Me quedé en silencio y mi mirada se centró en aquellos dos chicos pero por alguna razón, me fijaba aún más en ese chico que me hacía sentir extraño y diferente, porque él con tan sólo mirarme a los ojos cambiaba mis pensamientos, mis sentimientos y mi forma de ver el mundo. Apreté los puños y pasé saliva al escuchar los gritos de todos al mí alrededor al ver que Yoongi había encestado de nuevo y su mirada me atrapó de nuevo en sus ojos por unos segundos para después ser abrazado y animado por sus compañeros. Taehyung y Jin junto a los demás que apoyábamos al equipo de Jungkook tenían una mueca en su rostro y se quedaban en silencio mientras que los otros estudiantes gritaban con fuerza. Sin embargo mis manos comenzaron a sudar y me sentía ansioso al esperar que aquel chico encestara de nuevo y que me derritiera con su mirada. Porque me había dado cuenta de que él siempre me miraba al encestar como si tratara de llamar mi atención. — ¡Vamos Jungkook, reacciona! — le gritó Taehyung a un molesto Jungkook que asesinaba con la mirada a Yoongi y que lo miraba desafiante como si estuviera a punto de apretar el balón entre sus manos con fuerza provocando que se toteara. — ¡Despiértate Jungkook! — gritó Jin con fuerza. — ¡Jeon Jungkook! — comenzaron a animarlo otros chicos al unísono. Entonces comenzaron a gritar de nuevo haciéndome marear un poco, hasta que enviaron a otros jugadores que estaban en la banca y Taehyung se movió a mi lado con emoción y comenzaba a aplaudir y a gritar. — ¡Jung Hoseok! — gritó él a todo pulmón — ¡Hoseok, patéales el trasero! Jin y yo reímos frente a los gritos locos de su fan número uno literalmente, porque Taehyung era aficionado de ver los partidos de baloncesto y se había vuelto fan de Hoseok desde hace tres años que habíamos entrado al internado. Podría decirse que mi mejor amigo sufría también de un rechazo constante de su ídolo favorito, Taehyung amaba a Hoseok, pero él sabía que no era gay y eso le dolía en el fondo de su corazón cuando tenía que fingir sonreír frente a él como si no le importara esos abrazos entre amigos que él le daba después de un partido. Observé de reojo a Taehyung y sentí algo de pena por él al ver como miraba a aquel chico de amplia sonrisa con una mirada de enamorado, le di una palmada a su espalda tratando de quitar aquel sentimiento de rechazo y tristeza. Él suspiró y siguió con su papel de fan número uno alentando a Hoseok. Jin por otro lado se la pasaba viendo al profesor de literatura y juro que se lo comía ahí mismo con la mirada. Le di un codazo y me acerqué a él para que me escuchara. 24

— ¿Qué tanto piensas cuando lo ves? Jin se enderezó un poco en su asiento, no dejó de mirar hacia al frente y una sonrisa que no había visto hasta ahora me dio un poco de miedo. — ¿Cómo sería verlo sin camisa mientras beso aquellos carnosos labios y.... Le tapé la boca rápidamente —Tranquilo ya entendí — reí y quité mi mano de su boca. Él apartó su mirada de él y suspiró mientras apoyaba sus codos en sus rodillas y me miraba junto a una sonrisa. Yo arqueé una ceja, Jin era algo predecible y pervertido cuando se trataba de hablar de aquel hombre, lo desea tanto que hace que pierda la cabeza por él. — ¿Por qué te interesa tanto él? — le pregunté curioso. El acoso constante de Jin y su actuación de hacerse pasar por inocente y niño bueno frente a él había comenzado meses atrás. — Pues... — Escuché que se va a casar el otro año con una chica de Liverpool — dijo Taehyung metiéndose en nuestra conversación e interrumpiendo a Jin. Yo abrí los ojos sorprendido y Jin no tenía expresión alguna en su rostro, seguro que era algo impactante la noticia. Iba a decir algo para regañar a Taehyung por ser tan imprudente, pero el comentario que Jin hizo me dejó aún más sorprendido. — Eso no será un obstáculo para mí — Tae y yo arqueamos una ceja al escuchar a Jin decir eso con una total seriedad y decisión. Yo le sonreí y apoyé una mano en su hombro — Sí que estás enamorado de él, suerte — Jin me regresó una sonrisa. Los tres continuamos viendo como los dos equipos corrían tras el balón y trataban de quitárselo al otro para poder ganar, esa noche el juego estaba algo intenso y se había convertido más en futbol americano por los fuertes golpes y empujones que Yoongi y Jungkook se daban, parecía como si Jungkook quisiera matar a Yoongi a punta de balonazos y empujones. Aunque exagerara un poco, eso era lo que me hizo sentir. Sin embargo lo más extraño para mí era que no podía despegar mi mirada de él, no podía dejar de ver como aquel chico sonreía maliciosamente, apartaba los mechones grises de su frente, como manejaba la pelota entre sus manos con destreza y determinación, a la vez que llevaba la botella de agua a sus rosados labios e incluso se echaba el agua sobre su cuello.

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No sabía si era por el calor que sentía al hacer ejercicio o lo hacía a propósito porque él sabía que lo estaba observando. Por primera vez no me daba vergüenza el que se diera cuanta que lo espiaba, quería que él supiera que se veía atractivo esa noche. Tal vez por estar enfermo o las hormonas me hicieron mal esa noche, porque no era que sentía amor hacia él, era deseo. — Oye Jimin — Taehyung me dio un codazo sacándome de mi estado de ensueño al verlo. — ¿Qué pasa? — juro que por poco y babeo al verlo. — ¿Ya arreglaste las cosas con Min? — preguntó Taehyung poniéndome algo tenso. Iba a responder pero alguien se sentó a mi lado bruscamente y Taehyung y yo vimos a Jackson Wang sentado entre Jin y yo. Lo miramos algo confundido y él pasó su brazo por los hombros de Jin atrayéndolo hacia él, haciendo que todas las miradas de su molesta pandilla se fijara en nosotros. — Hola Jin, ¿Me extrañaste? — preguntó molestándolo. Jin hizo una mueca y se apartó de él provocando que casi me pegara con su brazo, me moví un poco y Lee Taemin estaba frente a nosotros. Me miró y me sonrió, aunque ese chico perteneciera a una de los grupos de los "Perfectos" las pocas veces que habíamos hablado como compañeros para hacer algún trabajo, me agradó su sonrisa que me hacía sentir algo tranquilo. Sin embargo no tenemos muchas oportunidades para hablar. — ¿Qué quieres? Estás molestando a mis amigos — se quejó Jin y miró a Yugyeom quien estaba frente a él — Y tú, quítate que me bloqueas la vista. Jackson rió divertido, los demás estaban totalmente serios que hasta me molestaba su expresión, a excepción de Taemin que no dejaba de sonreír y hablaba un poco con Taehyung mientras yo estaba pendiente de lo que Jin y el rubio hablaban. Jackson agarró del brazo a Jin — Necesito hablarte — dijo con una gruesa voz que inspiraba peligro. Jin se quedó unos momentos pensando, le sonrió y se separó de su agarre — Me lo hubieras dicho de mejor forma. — Vamos — se levantó Jackson. — Nos vemos mañana chicos, me dicen quién gana — nos dijo Jin junto a una sonrisa y se fue de allí entre la multitud con aquellos chicos que no me inspiraban confianza. 26

Aunque no me preocupaba del todo, Jin es una persona bastante fuerte y no se deja de nadie, además pelea con tal de conseguir lo que quiere. Suspiré y Tae y yo seguimos disfrutando del juego mientras hablábamos, comíamos, reíamos y gritábamos. Todo era muy divertido e interesante, hasta que ambos equipos llegaron al empate y todo el mundo se había vuelto loco por animar su equipo, en estos momentos Taehyung daba mucho miedo al defender a Hoseok. Pero aun así ese sentimiento en mi pecho que me dejaba sin aire no se iba, porque juraba que mi corazón explotaría en cualquier momento si Yoongi encestaba y ganaba el juego. Sentí que mis manos hormigueaban junto a mi garganta e increíbles ganas de pararme a gritar el nombre del peli-gris me invadieron, tuve que abstenerme de hacer semejante estupidez al estar rodeado de personas que odiaban ese equipo, hubiera muerto ahí mismo. — ¡J-hope! — gritaba a todo pulmón Taehyung el apodo de Hoseok. Jungkook corría con todas sus fuerzas por la cancha evadiendo a todos los que se cruzaban en su camino como si su vida dependiera de ello, los demás del equipo entre ellos Hoseok estaban más delante de él esperando a que le pasaran el balón, pero Jungkook se veía muy decidido y quería encestar la victoria él mismo. Cuando estaba a unos cuantos pasos de llegar no sé cómo pero se distrajo, provocando ahora que en un abrir y cerrar de ojos Yoongi le quitara el balón de las manos...unos minutos más y todo el gimnasio estaba lleno de gritos. Ellos habían ganado y Jungkook había perdido.

— Taehyung, ¿Sabes dónde está Jungkook? — le pregunté a mi amigo mientras buscaba a un deprimido Jungkook entre la multitud donde todo el mundo estaba saliendo. — No — respondió mientras buscaba a Hoseok. — ¡Taehyung! — escuchamos el grito de alguien junto a nosotros. Hoseok se encontraba allí junto a una sonrisa todo sudado de pies a cabeza, me dio algo de asco al ver que a Taehyung no le importó y le dio un pequeño abrazo de saludo. Ellos comenzaron a hablar mientras yo me quedaba en silencio y los observaba, Hoseok le sonreía a Taehyung y aunque yo sabía que no era su intensión enamorarlo más o herirlo, él estaba perdidamente enamorado de Hoseok y sus sentimientos no cambiarían. 27

Me alegro por mis mejores amigos que están enamorados y tienen a alguien que quieren conquistar. Yo estoy solo y no quisiera enamorarme, no de nuevo de él. O eso creía hasta que lo vi caminando por el pasillo mientras se secaba con una toalla el sudor. Sin querer hacerlo, mis piernas comenzaron a moverse por sí solas y de nuevo algo hacia que lo mirara fijamente. ¿Qué es lo que me pasa hoy? ¿Por qué lo miro tanto? Caminé hacia su dirección sin importar que los otros me vieran y cuando estábamos a unos pasos del otro, él se detuvo y levantó la mirada haciendo que nuestros ojos se chocaran. ¿Por qué siento que voy a morir por este chico? Me dio de repente algo de timidez al mirarlo al rostro y el impulso de venir a hablarle se fue. Él lo notó y me miró con una expresión de seriedad en su rostro, sin embargo no me sentí mal, molesto u ofendido. — Jimin... — susurró — ¿Te sientes mejor? Te desmayaste esta mañana cuando te vi por uno de los pasillos, estabas demasiado pálido así que te llevé a la enfermería — quedé sorprendido por lo que dijo. — ¿Cómo? — pasé saliva — ¿Cómo llegué a mi habitación? Él desvió la mirada a un lado y apartó la toalla de su cabeza — Busqué tu nombre en la lista de habitaciones después de darme cuenta de que no había nadie en la enfermería. Me quedé en silencio, sentía que algo no encajaba e iba a reclamarle o decirle algo, pero su mirada me lo impidió. Sin darme cuenta los pasillos habían quedado desolados y sólo estábamos los dos. — No tienes que decir nada. Sus palabras me dejaron aturdido, pero aún más cuando su mano tocó mi cabeza y me miró intensamente a los ojos haciendo que mis piernas temblaran, sentía que me derretía en su mirada. — Buenas noches Jimin — susurró haciéndome temblar. Lo que no sabía era que algo había cambiado entre nosotros. Algo había cambiado desde esa noche y la luna junto a las estrellas, mi habitación y mis sueños eran los únicos que eran testigos de ello. Min Yoongi se convertiría en mi delirio.

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Capitulo 5 La campana sonó y la clase terminó dándome por fin un respiro frente aquel día tan pesado y estresante. Suspiré y me estiré en mi silla para así soltar el lápiz en mi mano, hasta hora era la segunda clase de la mañana y ya estaba agotado y estresado. Por haber faltado ayer tendría que adelantar apuntes y trabajos que habían dejado, Taehyung trataba de ayudarme pero la voz de Min Yoongi leyendo el libro de literatura en voz alta para la clase, no ayudaba para nada. Su voz era tan profunda, suave y armoniosa para mis oídos que provocaba que mi estómago doliera y que me sintiera embriagado por su voz. Aunque Min Yoongi siguiera igual de frio, aburrido, determinado y serio como siempre, sentía que algo en él me hacía sentir mal...me hacía sentir sediento por él. Y eso era un problema. Mientras recogía mis cosas junto a Taehyung para cambiar de clase, el peli-gris salió primero que nosotros junto a unos cuantos estudiantes y así respiré tranquilo retomando el aire que era mío, porque estaba sintiendo que él incluso estaba robando mi aire, mi atención y mi mirada. No lo volvería a ver hasta clase de gimnasia. Aunque de tan sólo pensar en tenerlo a unos cuantos casilleros del mío en los vestidores, cambiándose de ropa y dejando ver su blanca piel es... Apreté los labios con fuerza y saqué aquellos pensamientos de mi cabeza. En serio que estaba muy hormonado esa mañana, además había despertado algo agitado e incómodo con una erección entre las piernas. Aunque una ducha fría sirvió, ahora sentía que si volviera a ocurrir tendría al culpable frente a mis ojos. — ¿Ya estás listo, Jimin? — Taehyung llevó su mochila al hombro. Asentí y me levanté, pasando junto al escritorio del profesor Kim, quien se veía igual de profesional y concentrado como siempre. Sin embargo una pregunta que me hizo me detuvo. — Señor Park, ¿Ha visto a el estudiante SeokJin? — sus lentes de marco negro y grueso me miraron algo interesado. Taehyung hizo una mueca — Hoy no lo vimos en el desayuno. — ¿No fue a su clase de la primer hora? — pregunté yo algo confundido.

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El moreno detrás del escritorio negó, dejó un libro que tenía en su escritorio a un lado para luego apoyar sus codos sobre la mesa y nos miró a mi amigo y a mí. — Si ven a su compañero díganle que no es bueno faltar mucho a las clases, en esta época ha comenzado a faltar muchos estudiantes en las clases. Si pierden las seis clases que tienen en todo el día quedarían atrás de los estudios y los trabajos quedan acumulados — explicó el profesor. — Eso lo sabemos — comentó Taehyung sin interés. — ¿Entonces por qué no evitan que estudiantes se queden en sus habitaciones o que se queden en otras? El moreno suspiró — Está prohibido que estudiantes se queden en habitaciones que no son suyas, para eso está la cafería o la sala principal, pero ya hay estudiantes que no siguen esa regla — Taehyung y yo nos miramos entre sí — Además no podemos controlar su vida privada o sus decisiones por fuera del aula de clases, por eso no podemos hacer eso. Taehyung suspiró y se cruzó de brazos —No entiendo a qué quiere llegar ¿Acaso se preocupa por Jin? Miré de reojo a Taehyung molesto y le di un codazo, ambos nos miramos entre sí, se supone que no deberíamos ayudar a su retorcido plan de conquistar a Namjoon. Además no quiero meterme en problemas, por eso me quedo con gente del rango de mi edad. Y no, no es Yoongi. Namjoon se rió por un momento y se dirigió a una de las ventanas del edificio que daba vista a aquella oscura y lluviosa mañana. A veces me sentía en una película de Harry Potter por el frío y gris paisaje, los largos pasillos, las miles de escaleras y habitaciones del instituto, los apagados uniformes de los estudiantes y el misterio que este lugar había comenzado a tener. Misterio sobre aquel chico de voz de fuego, que hacia derretir mi corazón y calentaba mi cuerpo. Taehyung y yo nos quedamos allí de pie esperando a que el hombre dijera algo, pero el segunda timbre alertando de que llegaríamos tarde a nuestra clase, nos asustó. — No importa, nos tenemos que ir — dijo Taehyung apurado — ¡Nos vemos señor Kim! — ambos salimos corriendo de su salón y comenzamos a correr por nuestras vidas si queríamos llegar a tiempo a la clase de química.

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Aunque nuestra charla fue corta con el profesor Kim sobre los estudiantes que faltan a clases, me dio algo de curiosidad. Tal vez quería decirnos que había otras razones por las que los estudiantes estaban comenzando a faltar, pero supongo que por ahora no hay nada de qué preocuparse. Ahora lo que me preocupa es de mi constante pensamiento e interés hacia Yoongi.

El fuerte pitido del silbato resonó en mis oídos haciéndome desorientar un poco, el maestro de gimnasia tocó su silbato indicándonos que ya habíamos terminado la clase y que podíamos cambiarnos o jugar algún deporte. En este caso como tenía clase con Jungkook y estaba Yoongi, significaba una batalla (partido) de baloncesto entre los dos equipos. Suspiré algo agotado y me acosté en el tibio suelo del gimnasio mientras agitaba mi camisa para refrescarme un poco y trataba de que mi corazón volviera a su estado natural. ¡Pero como el chico perfecto te está mirando no se puede! ¿No? Desvié mi mirada a un lado para evitar sus oscuros ojos y gruñí algo fastidiado. No se puede estar tranquilo en estos días. — ¿Quieres algo de agua, Jimin? — preguntó mi compañero sentado junto a mí y ofreciéndome una botella de agua. — Si, gracias — respondí cerrando los ojos sin verlo. Ahora lo que quería era esconderme de todos y de él, ¡Sentía que su mirada quemaba! Le escuché a Jungkook suspirar y los golpes de los balones rebotando contra el suelo interrumpieron el silencio del gimnasio y me sentía un poco más incómodo. — ¿Vas a jugar en el partido de hoy o sólo vas a mirar? — me preguntó Jungkook. Yo me quedé inmóvil con los parpados cerrados y no dije nada. Hubo un silencio entre nosotros por un momento, él esperando a que respondiera algo. — Bueno, me iré a practicar — dijo por último Jungkook alejándose de mí, supongo que debe estar con ánimos de jugar y desquitarse con todos por el partido de ayer. Aunque ese partido era muy importante para él y había perdido, pensé que él estaría deprimido por varios días, sin ganas de jugar, reprochándose sus errores y maldiciendo a Yoongi. Pero simplemente anoche me dijo: ¿Min Yoongi? ¿Quién es ese? Para mí está muerto, ¡La próxima vez que lo vea le patearé el trasero! Pasé mis manos por mi rostro al sentir que esa tención en todo mi cuerpo había desaparecido y que ya no había peligro, porque Min Yoongi inspiraba y era peligro. 32

— ¿No crees que es un lugar un poco incómodo para dormir? — escuché una voz cerca de mí. Abrí los ojos lentamente y vi una silueta algo borrosa mirándome desde arriba, pero al abrir los ojos lentamente, mi vista se aclaró y me asustó a quien vi frente a mí. Yoongi estaba de pie mirándome junto a una sonrisa con el cabello sudado, el uniforme de gimnasia y el balón a un lado de su brazo. Sentí un nudo en mi garganta y lo miré algo asustado, quería levantarme del suelo para salir corriendo a los vestidores y alejarme de él. Pero por alguna razón no me podía levantar, me sentía inmóvil e impotente frente a sus ojos. Lo miré directo a los ojos y fruncí el ceño — ¿Qué quieres? — dije lo más tosco y frio que pude. Él se movió de su lugar dejando que la luz del salón chocara contra mi rostro, se hizo a mi lado derecho y se arrodillo provocando que su calor y su cuerpo estuviera un poco más cerca del mío, que su mano estuviera a centímetros de tocar la mía. Que su piel estuviera a centímetros de entrar en contacto con la mía. — ¿Vas a ver la práctica de hoy? — preguntó apoyando su mentón en el balón y sin despegar sus ojos de mí. Fruncí el ceño y pude levantarme un poco, apoyándome así en mis codos y poder ver su rostro con más claridad. ¿Por qué se veía tan bien después de hacer ejercicio? Todo empapado de sudor y sonrojado por el calor, pero en especial ¡¿Por qué ahora se ve malditamente adorable con sus mejillas haciendo un pequeño puchero mientras sostenía el balón entre sus manos?! Dios, este chico me tiene mal. ¿Qué te pasa Park Jimin? Ni te gusta, se supone que lo odiabas y ya te reconciliaste con él ¡Pero no tampoco para amarlo a él! Recuerdo que una vez cuando Jin y yo estábamos peleando por una última porción de Pie de manzana en la cafetería, Jin peleaba porque simplemente ama la comida y es muy glotón y yo porque ese era mi postre favorito. Taehyung dijo: "Hagan el amor, no la guerra". El pie terminó en la cara de Taehyung por aquel comentario estúpido. Ahora en este caso, no sabía si quería la primera o la segunda opción. Me levanté un poco más y sus ojos chocaron de nuevo con los míos haciéndome sentir torpe y débil. — Eh...yo — susurré.

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Él se sentó ahora en el suelo provocando que sus piernas chocaran un poco con mis muslos y me miró atento haciendo un mohín con sus labios — Es está tarde, no hay problema que vayas, hay pocas personas que pueden ir y puedes ir de espectador. Hice una línea con mis labios, aun sin estar seguro. — Si tienes mucho trabajo puedes ir y sentarte en un lado de las gradas a hacer tus deberes o si es mucha desconcentración, puedes ir mañana — continuó él tratando de convencerme. Lo miré algo extrañado, ¿Acaso quiere que vaya a verlo practicar para estar mirándome cuando encesta y hacerme derretir con su mirada? ¿Qué es lo que planeas Min? — Yo... — mi voz se quebró y pasé saliva — Trataré de ir, no sé si tenga tiempo, pero trataré — le dije y él se levantó mostrando una limpia sonrisa. Lo miré algo embobado al ver que me ofreció su mano para levantarme. — Genial, gracias — agradeció él. Mi mirada recorrió su pálido brazo desde su muñeca donde se marcaba sus venas hasta sus fuertes manos que trazaban delgadas y delicadas líneas en la palma de su mano. Acepté el gesto y mi mano pequeña a comparación a la suya al entrar en contacto hizo que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo y sentí que iba a colapsar en cualquier momento. Cuando estuve de pie su cálida mano me transmitía calidez y la respiración se me iba, pero su mano rápidamente se apartó de la mía. Él tomó el balón entre sus manos — Nos vemos luego, Jimin — dijo para luego alejarse de mí, dejándome sin aire y con las palabras en la boca, con el corazón acelerado y con unas inmensas ganas de gritar por no entender lo que este chico provocaba en mí.

— ¡Ah, odio esto! — grité rendido para luego dejarme caer en mi escritorio sobre los miles de papeles y cuadernos que tenía encima. Estaba haciendo los trabajos que nos habían dejado y como siempre el maestro de química dejaba unas horrorosos trabajos que duraban horas para mí y me dejaban agotado. Suspiré y miré el reloj en la pared de mi habitación, eran las 5:30 de la tarde y hasta ahora estaba comenzado, no creo poder ir a ver la práctica de Yoongi hoy.

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Hice un puchero algo desilusionado y me enderecé en mi asiento, haciendo que mi concentración se desviara hacia la pared frente a mí donde juraba que veía el rostro de ese chico frente a mí. Sus intensos ojos, su voz, su pálida piel, sus suaves manos junto a sus delgadas muñecas en las que se marcaban sus venas, su sonrisa, sus labios... ¿Ese chico que tenia de especial para mí antes? Nada, pero ahora no sabía que era lo que me hacía sentir como un imán hacia él, no podía dejar de verlo y sentirme extraño. Grité algo frustrado y apoyé mi frente en el escritorio para tratar de tranquilizarme. No sabía lo que él quería conmigo exactamente, no me podía fiar tampoco, de eso estaba seguro porque sabía en el fondo que Yoongi era una persona peligrosa y no te podía tomar enserio. Pero no podía evitar desearlo a él. No podía evitar desear tanto algo por primera vez en mi vida. Tal vez estaba comenzando a desear y elegir la primera opción, y todo porque él me provocaba.

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Capitulo 6 Gotas de agua recorrían mi cuerpo desde mi rostro, torso y piernas, bajo mis pies había un pequeño charco del agua de la piscina y yo me mantenía concentrado en posición, listo para saltar de la banqueta de salida cuando el silbato sonara. Mi respiración era profunda y trataba de controlarla para evitar que cuando estuviera nadando me cansara muy rápido o me ahogara, sin embargo sentía mi cuerpo arder por la emoción y la adrenalina en mi cuerpo. Todos mis compañeros nos mirábamos entre si desafiantes y competitivos, aunque no pudiera ver muy bien con las gafas de natación, sabía que Taemin me sonreía y Minho no dejaba de hacer comentarios de burla hacia mí. Simplemente tenía envidia de que yo le ganara siempre en tiempo en los campeonatos o cuando yo era más rápido en los relevos. — ¡¿Hasta cuándo va a tocar el silbato, entrenador?! — exclamó uno de mis compañeros ansioso. Yo reí y rápidamente oculté un mechón de mi cabello negro en mi gorro. El hombre alto y fornido que teníamos de entrenador nos miró y bajó su silbato que estaba a punto de llevar a sus labios. — ¿Cuántas veces les he dicho que tienen que dejar de ser tan competitivos? La natación no sólo es una actividad individual, tienen que colaborar también en grupo — dijo el entrenador con una voz seria y gruesa, que a veces parecía de un entrenador del ejército. — ¡Esa va para ti Minho! — gritó alguien rompiendo el silencio entre nosotros, haciendo que nuestra concentración se desviara un poco. El nombrado dejó su posición y miró con enojo al que le gritó — ¡¿Qué dijiste?! El chillido del silbato resonó en mis oídos, tomándonos desprevenidos y yo sin pensarlo más salté hacia la piscina, haciendo que mi cuerpo entrara en contacto con agua. Comencé a nadar moviendo mis piernas y brazos, a la vez que me centraba sólo en mirar hacia mi objetivo y controlaba mi respiración para tomar aire del exterior, mi corazón latía con fuerza y en mis oídos escuchaba el ruido sordo de los demás nadando con fuerza y rapidez. Sentí mi cuerpo un poco pesado cuando estaba unos metros de llegar al otro extremo de la piscina y mi pecho ardía un poco, pero era lo normal al sentir algo de cansancio. 36

Seguí nadando y cuando llegué a mi objetivo, toqué con mis manos la pared de la piscina y rápidamente impulsé mi cuerpo para que mis pies tocaran este y así impulsarme para ahora nadar de nuevo al otro extremo. Había comenzado a practicar este deporte desde que había entrado en este internado, siempre me había gustado el agua y siempre que iba a piscinas públicas en el verano o a un lago en Namiseom podía pasar horas y horas en el agua y nadie me sacaría de allí. Para mí esta hora del día era algo relajante, me encantaba mejorar cada día y competir, pero en especial me encantaba la sensación de mi cuerpo estar en el agua, es una calidez y tranquilidad increíble que hace que me olvide de todo, de mis problemas, de mis amigos, del estudio e incluso de él. Estiré mi brazo sacándolo del agua y tocando la banca de salida, haciendo que el entrenador detuviera su temporizador y cuando sabía que había terminado, respiré tranquilo. — ¡Muy bien Jimin! — dijo el hombre — Rompiste otro record. Yo sonreí aliviado y me apoyé en el borde la piscina, sentía que mis piernas pesaban y todos mis músculos estaban tensos y dolían un poco. Otra razón por la que practico natación es porque es un gran modo de ejercitar tu cuerpo y mantener mi figura, sé que Jin envidia mi abdomen. Los demás llegaron a su meta y también estaba algo agotados que yo. El entrenador nos indicó que nos cambiáramos y salí de nuevo con un sentimiento de tranquilidad hacia las duchas, esa era la última clase del día y ya podría irme a descansar un poco, después de todo hoy era viernes. Cuando ya estaba listo y con ropa algo cómoda que no era el uniforme ya que después de clases se permitía usar ropa que no fuera el uniforme, abrí mi casillero y saqué mi mochila. Cuando iba a cerrar la puerta de metal y poner el candado, vi que una nota de papel había caído en el suelo, curioso la recogí y la leí. "Lo hiciste muy bien hoy, buen trabajo. Espero algún día ser como tú, nos vemos el lunes Jimin." Fruncí el ceño y vi que no tenía nombre, tampoco reconocía esa letra y no sabía quién habría podido escribir algo así. Miré a mi alrededor en los vestidores y estaba solo, así que salí y junto el sonido del timbre salí de la piscina que estaba totalmente cubierta para evitar el frío. Guardé mi nota en mi bolsillo pensando quien habría sido el responsable y en ese instante mi mente fue más allá y pensé en quien no quería pensar: Min Yoongi.

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Me detuve en secó asustado y algo pálido al pensar esa posibilidad, entonces si ese chico tuvo la valentía de buscar mi clase, colarse en la mía, espirarme mientras nado e ir hasta mi casillero para dejarme eso. ¿Es posible? Negué para mí mismo esa posibilidad, Min Yoongi no sería tan arriesgado y no se tomaría el tiempo para hacer eso, además no le importa verme, sólo mis amigos saben que practico natación por mis abdominales, pero simplemente pensar en el hecho de que ese chico estuviera observándome mientras estuviera sentado en una de las bancas, mirándome fijamente y mordiéndose el labio con concentración...me pone los nervios de punta. Sonaba algo tentador, aunque también sabía que él tenía esa costumbre de morderse los labios cuando estaba concentrado en algo o cuando le gustaba algo. ¿Cómo lo sabía? ¡Porque me la he pasado viéndolo siempre en clase! Estoy perdido... Suspiré con algo de frustración y me dirigí a la biblioteca — Mejor me voy donde Jin y Taehyung — dije para mí mismo. Cuando llegué a la gran biblioteca con mesas en todos lados, escritorios, sillones y estantes llenos de libros, encontré a mis amigos detrás de unos computadores susurrando cosas entre ellos y observando algo al otro lado del escritorio. Me acerqué a ellos y me quedé viendo a Jin, quien tenía una mirada de idiota enamorado y Taehyung tenía una mirada de curiosidad mientras se ocultaba detrás de unos cuantos libros. — ¿Qué hacen? — pregunté lo suficientemente alto provocando que Taehyung se asustara. Jin me ignoró y mi otro amigo me miró indignado y asustado — Jimin, llegaste... Me senté junto a ellos y miré hacia el punto que Jin observaba, no pude evitar suspirar frustrado, Jin estaba mirando de nuevo a Namjoon. ¡Aburrido! Ignoré al enamorado y saqué mis libros de texto y junto a Taehyung hicimos nuestros deberes para así tener el fin de semana despejado, los fines de semana aquí eran algo aburridos aunque podías ir a tus prácticas de algún deporte, dormir, estudiar o ir a la ciudad en tren. En este caso Taehyung, Jin y yo iríamos hoy a la ciudad a ver una película y luego volveríamos, pero al parecer Jin tenía otros planes. — Oye Jin, ¿Vas a ir con nosotros hoy a la ciudad? — preguntó Taehyung sacando de trance a Jin. Él nos miró y se mordió el labio algo nervioso — Lo siento chicos, tengo un examen que presentar por haber faltado la vez pasada. 38

Ambos suspiramos decepcionados, pero aun así Taehyung y yo queríamos ir, así que Jin nos alentó para que fuéramos los dos y así pasamos la tarde lo más rápido posible para ir a la estación del instituto. Y sí, el internado era tan grande que tenía conexión con algunos de las estaciones de tren y ofrecía viajes al centro de la ciudad, después de todo es el internado de hombres más famoso de Corea del Sur, tanto que además ofrecía intercambios al extranjero, por eso hay mucha diversidad de culturas, pero lo que nadie sabe es que tiene fama de ser uno de los institutos con más estudiantes gays en el país. Cuando ya habíamos todos terminado nuestras tareas, nos despedimos de Jin deseándole suerte en su examen y Taehyung y yo nos dirigimos a la estación, tomamos el tren de las siete de la noche hacia el centro de Chuncheon y así aproveché un poco para tomar una siesta durante el trayecto.

Mis pasos resonaban en el silencio de los vacíos pasillos del instituto, estaba subiendo las escaleras de aquel estrecho lugar que para mí iba arriba y más arriba que creí que no tenía fin, no miraba hacia atrás y mi vista estaba fija en aquella nube negra que era la oscuridad y que ahora me consumió, dejándome en total oscuridad. Me sentí algo desorientado y confundido, sentía que estaba arriba y era una habitación más grande, pero se sentía amplia y vacía que si hablaba podría escuchar mi eco. Hasta que vi una puerta de madera a unos pasos de mí y una luz iluminaba el interior. La puerta era vieja y se veía antigua, tal vez no inspiraba algo de confianza entrar, pero al girar el pomo de la puerta y ver el interior era todo lo contrario. Había una habitación amplia y algo elegante, era como una habitación de hotel al que fui una vez, una gran cama y una chimenea, a la vez una ventana pero no se veía nada que no fuera vacío. Entré en la habitación y le di un vistazo al lugar. Sin embargo cuando sentía que estaba completamente solo, dos brazos me rodearon por la cintura atrayéndome hacia un cuerpo desconocido para mí, me sobresalté un poco pero al ver que no era ningún desconocido sino él, dejé que sus brazos calentaran mi frío cuerpo. Al sentir su contacto contra mi piel oliendo mi cuello mientras recorría con sus manos mi abdomen y mis muslos, observé el fuego ardiendo en la chimenea y no evité comparar mi cuerpo con el fuego.

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Estaba que ardía por dentro y él lo sabía, él también lo hacía pero yo me hacía pasar como el hielo en el exterior, pero él podía derretirme y así devorarme dejándome caer en el vacío de sus labios. — ¿Estás listo para jugar, Jimin? — susurró contra mi oído levantando mi mentón levemente dejándome sin aire. Pasé saliva nervioso y cerré los ojos algo cegado ya por el deseo que le tenía. — ¿Qué clase de juego? — susurré. Escuché su leve risa ahora frente a mi rostro y sentí sus labios recorrer mi cuello y lamerlo descaradamente, causándome escalofríos y excitación ahora al sentir sus labios contra los míos con fuerza y deseo, sus labios eran muy suaves y su lengua jugando con la mía me dejaba débil y con ganas de más. Respiré hondo y apoyé mi frente contra su pecho, mi corazón estaba latiendo con fuerza y él de nuevo había logrado cambiar mi mundo, en el que ahora sólo estaba él. — ¿P-Por qué...me siento así? — pregunté con dificultad y levanté mi mirada para verlo a los ojos — ¿Por qué mi cuerpo actúa de esa manera hacia ti? — pasé saliva fuertemente al sentir sus manos en mis caderas y al ver su lengua acariciar sus labios — ¿Por qué te deseo tanto?

Él rió y me pegó más a su cuerpo haciéndome sentir aún más embriagado por su cuerpo. — Porque decidiste jugar conmigo pequeño, ¿Y quieres saber lo que te ocurrirá? — jadeó en mi oído. Hundí mi rostro en su cuello y al oler su masculina colonia me sentí aún más débil que necesitaba acostarme en esa cama ahora mismo. — ¿Qué cosa? — susurré siguiéndole el juego en el que ahora estaría perdido por siempre. — Te haré tantas veces mío que me pedirás por más y desearás jamás despertar — gemí mordiéndome mi labio inferior con fuerza — O mejor, perderás la cabeza por mí y me desearás sólo a mi — rió siniestramente en mi oído Hizo una pausa, pero no detuvo sus caricias. — Dime Jimin, ¿Qué opción prefieres? — me preguntó haciéndome estremecer y sintiendo que mi cuerpo pedía a gritos que me hiciera suyo. 40

— Yoongi — llamé por su nombre, haciendo que el peli-gris me viera atento — Hazme perder la cordura por ti — pedí sin pensarlo más. Yoongi sonrió ampliamente — Lo que tú quieras, pequeño — respondió para luego besar mis labios con profundidad y anhelo. No lo soporté más y lo seguí rápidamente. Aunque se separó por un momento antes de quitarme la camiseta blanca y holgada que tenía. — Aunque, ¿Sabes? Hay una tercera posibilidad — comentó agitado y con el cabello despeinado a causa de mis manos acariciando su cuello y cabello. Yo arqueé una ceja y me acerqué aún más a él, besándolo así de nuevo en sus labios y mordiéndolo. Haciendo que él se callara y que me abrazara a él rodeando así con mis piernas sus caderas. Ese sueño sería mi propio cielo y nuestro propio infierno.

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Capitulo 7 Un rayo de sol chocó contra mi rostro haciéndome despertar algo adolorido y confundido, hundí mi cabeza de nuevo en la almohada y mi cuerpo lo sentía pesado y dolorido como si hubiera hecho ejercicio o algo con de mucho esfuerzo. Mi vista era algo borrosa pero sentí un olor a cigarrillo y alcohol de mi ropa que me dio algo de nauseas, junto a un dolor punzante en mi cabeza obligándome a levantarme y sentarme en el borde de la cama tratando de aliviar el dolor.

Di un leve quejido de dolor y levanté la cabeza para así encontrarme en una habitación totalmente desconocida para mí, era al parecer una habitación simple de hotel, mi chaqueta estaba en una silla a unos metros de mí y me celular estaba en el suelo y la pantalla no dejaba de estar iluminada. Fruncí el ceño y me vi en el espejo que había frente a mí, lucia terrible y simplemente quería seguir durmiendo, pero no sabía dónde estaba. Me levanté, me dirigí a mi celular a paso lento y torpe porque me sentía mareado y pude ver que en la ventana que estaba a mi lado se veía un edificio de ladrillo algo viejo y una calle algo familiar para mí. Sostuve el aparato en mis manos y me acerqué un poco más dejando ver un letrero que había en un poste en la esquina de la calle y eso me asustó aún más. ¿Qué hago en un Motel? ¿Por qué estoy aquí? Chasqueé mi lengua y busqué en mi celular mis contactos, ¿Dónde está Taehyung? Tenía tres llamadas pérdidas de Jungkook, dos mensajes de voz de Jin junto a diez llamadas perdidas y mensajes de mis amigos preguntándome donde estaba o si estaba bien, pero no había señales de Tae a excepción que había registro que lo había llamado cuatro veces. Fruncí el ceño y tenía otros mensajes de números desconocidos para mí diciéndome cosas como: Estuvo genial la fiesta de anoche, no sabía que bebías tanto Jimin o cumplidos diciéndome que era un gran bebedor y que bailaba muy bien. Me senté en el borde de la cama confundido, ¿Desde cuando salgo a fiestas o bebo mucho? La última vez que salí a una fiesta así fue en el cumpleaños de Jungkook y fue tan fuerte que terminé en la piscina de su casa durmiendo en el suelo sin camiseta, con dolor de cabeza, resaca y viendo un Taehyung gritando desesperado desnudo mientras buscaba ropa. No fue nada lindo esa vista al despertar.

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Me había prometido jamás volver a esas fiestas, pero creo que caí de nuevo. Aun así tenía la mente en blanco y lo único que recordaba era que estaba con Taehyung tomando el tren y me dormí. Entonces se me erizó la piel, sentí que mi cuerpo ardió y mi corazón se movió con fuerza al recordar que había tenido un sueño demasiado extraño con él, en el que... Escuché un quejido detrás de mí y sentí que algo se movió en la cama, me asusté y al ver quien estaba allí durmiendo junto a mi lado, deseé estar muerto. ¡Era Min Yoongi! Apreté los puños frustrado y desesperado, ¡¿Cómo es que él está aquí?! ¡En la misma cama! ¿Acaso hicimos algo? ¡¿Qué ocurrió anoche?! Aún más desesperado busqué el número de Taehyung, ¿Dónde está Taehyung? Mamá Jin, sálvame. Coloqué el celular en mi oído sin despegar la mirada del chico que estaba durmiendo mientras analizaba la situación, bueno al menos estábamos totalmente vestidos así que no pasó nada, eso espero. Esperé a que mi mejor amigo contestara pero me mandó a buzón de voz, así que colgué y me quedé allí de pie sin pensar que hacer, conocía un poco donde estaba pero estaba preocupado por mi amigo. ¡Se supone que íbamos a ir al cine! ¿Cómo terminé así? Analicé con mi mirada a un tranquilo y profundo Yoongi que se encontraba con los parpados cerrados, despeinado y con un poco de luz iluminando su rostro, se veía tan sereno y cálido que deseaba meterme de nuevo entre las sabanas y estar entre sus brazos... ¡¿Qué estoy pensando?! Mordí mi labio nervioso, quería irme de allí pero no podía irme sin Taehyung, iba a llamarlo de nuevo pero en ese instante vi que él despertó, asustándome y en ese instante me agaché desde el otro lado de la cama tratando de esconderme de él. Estaba muriéndome allí mismo y no quería enfrentármelo sabiendo que anoche me vio borracho y lidió conmigo, que vergüenza. Apreté el celular entre mis manos manteniéndome en silencio esperando a que se volviera a dormir, pero su voz cerca de mí me sorprendió. — ¿Qué rayos estás haciendo? — me preguntó él a un lado de mi rostro y demasiado cerca que me hizo saltar para apartarme de él. Me quedé de pie de nuevo y vi que él me miraba fijamente sin expresión alguna. ¡Deja de mirarme así! — Ehh yo... 43

Ambos nos quedamos en un largo e incómodo silencio, él se acomodó de nuevo en la cama dejando una imagen algo tentadora para mí: llevaba todo el cabello desordenado, sus ojitos los mantenía levemente abiertos por los rayos de sol chocando contra su rostro y podía ver que con la camiseta que llevaba dejaba ver su hombro al descubierto y un lado de su clavícula. Su piel era tan blanca y delicada como la porcelana. Me quedé como idiota viéndolo hasta que él se acomodó su camiseta y comenzó a colocarse sus zapatos, yo me sentí algo incómodo y no pude evitar preguntar lo más obvio. — ¿Q-Qué sucedió anoche? — tartamudeé nervioso. Él levantó la mirada y apoyó sus codos en sus rodillas, me analizó con la mirada de pies a cabeza y mostró una sonrisa que de nuevo hacia que mi corazón se descontrolara. — No sabía que te gustara beber tanto Jimin — me sonrojé al escuchar su comentario — Debo decir que eres algo gracioso al estar borracho. Tapé mis ojos con mis manos al escuchar su angelical risa y me sentí totalmente avergonzado al saber que él me vio en ese estado. Cuando me emborracho soy algo risueño ya que todo me da risa, no dejo de bailar aunque no haya música porque estoy imperactivo y en ocasiones lloro sin razón alguna, soy insoportable. Aunque Taehyung es aún más insoportable y extraño. Suspiré pesadamente — Dios, que vergüenza — susurré para mí mismo. — Tranquilo, he lidiado con borrachos peores que tú — comentó junto a una sonrisa de boca cerrada y manteniendo una distancia prudente entre nosotros. Hice un puchero — Entonces, ¿Cómo terminamos aquí? No recuerdo nada y no sé dónde está mi mejor amigo con el que vine. Ahora que recuerdo, creo que cuando Tae y yo estábamos bajándonos del tren, en la estación nos encontramos con unos compañeros del equipo de baloncesto y no sé como pero terminamos colándonos en el grupo que estaba celebrando el cumpleaños de uno de los miembros del equipo. Fuimos a un pub y allí vi a Yoongi, entonces fue cuando recordé mi sueño húmedo con él y me puse a beber como loco para tratar de sacármelo de la cabeza. Aunque simplemente logré que me avergonzara yo mismo y que termináramos juntos durmiendo en una misma cama. ¿Qué es lo que te sucede Park Jimin? — Bueno, después de la fiesta en el pub, algunos estaban demasiado borrachos como para volver al internado así que no hubo otra opción que quedarnos en un motel, entonces unos terminaron en otra habitación y yo estaba tenia sueño, tú estabas muy 44

borracho y me dejaron de niñera para cuidarte — explicó haciéndome poner rojo hasta las orejas. — ¿No viste a un chico también que estaba conmigo desde que llegué a la fiesta? Él se quedó pensando unos segundos y luego me miró — Creo que se fue con los demás en la otra habitación. — ¡Gracias! Debo encontrarlo — tomé mis cosas y me acerqué a la puerta para quedarme allí de pie, tomando la perilla entre mis manos — Ah una cosa más — volteé a verlo — Gracias por cuidar de mi anoche y evitar que alguien se aprovechara de mi — le sonreí amablemente. — No hay de qué — dijo devolviéndome el gesto. No dije nada más y cuando estaba a punto de irme, su voz me detuvo. — Jimin. Volteé a verlo casi en seguida — ¿Si? — Ve con cuidado. Me quedé inmóvil frente a sus palabras que me sorprendieron de algún modo y que me hacían sentir importante para él por unos segundos. — Lo haré, nos vemos — le sonreí y abrí la puerta para salir de aquella sofocante habitación que se había convertido para mí. Solté un largo suspiro para respirar con un poco de alivio y me apoyé contra la puerta para deslizarme lentamente por esta hasta sentarme en el suelo y reteniendo su voz en mí cabeza diciendo aquella frase que hacía que mi corazón no parara de latir. Apreté mis puños con fuerza contra mi pecho, ¿Cómo es qué actúa diferente a comparación de antes? ¿Por qué actúa diferente conmigo? ¿Por qué es diferente al Yoongi de mis sueños? ¿Qué es lo que quiere de mí? Gruñí por lo bajo sin comprender y oculté mi cabeza entre mis manos sintiéndome algo molesto y con dolor de cabeza por la resaca. Sonreí amargadamente para mí mismo y levanté el rostro mirando hacia el techo del pasillo. No actúes como si en realidad te importara Yoongi. Sentí que mi celular vibró, alejándome de mis pensamientos y vi que me había llegado un mensaje de Taehyung, desbloqueé la pantalla y vi el mensaje

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Tae:

Jimin, ¿Dónde estás? Desperté en una habitación de motel y no recuerdo nada de lo que pasó anoche. ¡Ayúdame! Tengo miedo.

9:45 AM

Yo:

Tae, ¿Dónde estás? Estoy en el pasillo y estaba en la habitación 310.

9:46 AM

Tae:

¡Estoy en la 315!

9:46 AM

Suspiré aliviado al leer el mensaje y me quedé de pie a mitad del pasillo esperando a que mi mejor amigo saliera de la habitación de un lado del pasillo. No recibí otro mensaje de Taehyung, así que me quedé allí esperándolo. Hasta que dos manos se posaron en mis hombros haciéndome saltar del susto y me encontré a... — ¿Jin? — pregunté confundido. Él me miró enojado y me tomó del brazo, sabía cuál era esa expresión en su rostro y sabía que Taehyung y yo estábamos perdidos frente a los regaños de Jin.

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— ¡Kim Taehyung y Park Jimin! ¡¿Cómo se les ocurre ir a una fiesta en un Pub y emborracharse para luego ir a un motel?! — nos gritó Jin llamando la atención de los demás pasajeros en el tren — ¡Kim Taehyung y Park Jimin! ¡¿Cómo se les ocurre ir a una fiesta en un Pub y emborracharse para luego ir a un motel?! — nos gritó Jin llamando la atención de los demás pasajeros en el tren. — Jin, baja un poco la voz — pidió Taehyung haciendo una mueca — Me duele la cabeza. — ¡No me digas que hacer! — le regañó la "Diva Jin" porque sí, Jin a pesar de ser nuestro mejor amigo, parecía una madre histérica que cuidaba de nosotros y a veces era demasiado diva que así nadie dudaba de que era gay. — Pero Jin... — Pero nada, ¿Qué pasa si alguien se entera de que estudiantes del instituto más famoso del país se emborrachan y van a moteles a hacer quien sabe qué? Sería un escándalo y afectaría a tu tío de una manera negativa. Taehyung se quedó en silencio y me quedé observando la escena de esos dos. Ese era otro detalle: Taehyung era sobrino del nuevo director del instituto y él había vivido prácticamente toda su vida con sus tíos, ya que sus padres lo dejaron cuando era pequeño. Mi mejor amigo también tenía una vida complicada con respecto a su familia y allí era el por qué Jin, Tae y yo nos apoyábamos mutuamente. Me pregunto cómo será la familia de Yoongi. — Si, ya entendí — susurró Taehyung arrepentido y se quedó mirando el panorama por fuera de la ventana. El rubio de mi amigo volteó a verme, cortándome con la mirada en ese instante y yo lo miré nervioso. — ¿Y tú Jimin? ¿Cómo terminaste en este lio? Miré mis manos evitando su mirada — Bueno yo... — ¡Yo no lo convencí, él mismo quiso hacerlo! — me acusó mi gran amigo. Miré mal a Taehyung y él me sonrió traviesamente. Jin se cruzó de brazos y esperó a que yo dijera algo. — Bueno, explícate ¿Por qué quisiste beber tanto? La última vez que te emborrachaste, recuerdo que prometiste jamás volver a beber ¿No? 47

— Si, ya lo sé — susurré al recordar mi pasada experiencia. — Bueno, ahora confiesa. Mis músculos se tensaron y la imagen de su rostro apareció en mi mente, su voz y el borroso recuerdo de lo que soñé con él, hacía que mis manos sudaran y que mi cuerpo ardiera con anhelo. — Yo... — las miradas de ambos chicos no me dejaban tranquilo. Vi a Taehyung, quien sonreía como tonto y decidí gritarle para evitar el tema. — Tú me abandonaste cuando estaba borracho, ¡Yoongi terminó cuidándome cuando estaba borracho y vio como pongo al beber! — lo reproché molesto. Jin miró indignado a Taehyung y el castaño sonrió inocentemente, entrecerré los ojos y lo analicé detenidamente. — No me digas que tú fuiste el que le dijo que me cuidara — lo acusé enojado. Él no dijo nada y eso fue suficiente para lanzarme hacia él, regañándolo y golpeándolo en la cabeza por haberme hecho eso. Jin nos miraba inexpresivo y se quedó observando sus uñas sin importancia alguna. Y mientras estaba al borde de ahorcar a Taehyung, no podía evitar sentirme inquieto y extraño. Mi mente recreaba las palabras, caricias y susurros que me dijo él en mi sueño y lo único que pensaba, era en que si aquello se volvería a repetir.

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Capitulo 8 — ¡¿Qué hiciste qué?! —grité sorprendido y golpeando la mesa con asombro. Jin hizo una mueca —No grites tanto que me dejas sordo. Miré asustado a Taehyung y este simplemente estaba igual de inmóvil y asombrado que yo, incluso algunas personas que estaban desayunando en la cafetería nos miraron raro, pero simplemente lo ignoré. Lo que me dijo Jin me tenía boquiabierto. — ¿Acaso escuché bien?—preguntó Taehyung haciendo enfadar un poco a Jin. —Ay, ya no les puedo decir nada porque o si no les da un infarto—comentó haciendo un ademán con la mano. Taehyung y yo nos miramos entre sí, enserio no creíamos que Jin se estaba tomando en serio lo de Namjoon. —Entonces...—tosí nervioso— ¿Tú y él se besaron? Taehyung escupió el jugo que estaba tomando por segunda vez. Jin nos miró mal y miró sus manos tratando de dar a entender que no le interesaba en absoluto, pero en el fondo sabíamos que moría por él. —Si—ahí fue cuando nos dimos cuenta de que perdimos a nuestro amigo. — ¿Cómo, cuándo y dónde?—pregunté confundido. — Fue cuando ustedes se les dio la gran idea de emborracharse, ese día tenía que hacer el examen que tenía que recuperar y era en su clase. — Se te olvidó decirnos ese pequeño detalle el viernes — comentó Taehyung. — Entonces si sabía que tenía que ver algo con ese hombre... — reflexione para mí mismo al recordar cuando Jin no dejaba de verlo en la biblioteca, él sí que no puede sacárselo de la cabeza. — ¿Y cómo sucedió? — quiso saber Taehyung que se refería a quien beso a quien. — Si piensan que yo fui el que dio el primer paso, están equivocados — Jin hizo una pausa e hizo una mueca algo desconfiado y miraba sus manos con algo de nerviosismo — Él fue el que me besó. Y Taehyung escupió su jugo por tercera vez y yo lo regañé por haberme escupido casi encima de mí. 49

— ¡¿Qué?! — después de que el grito de Taehyung resonara en toda la mesa y que Jin lo fulminara con la mirada, los tres nos quedamos en silencio, pensando y procesando lo que acabamos de escuchar. — Pero si Namjoon tiene una prometida, ¿No? —miré a Jin algo dudoso—No me digas que le correspondiste el beso, ¿O sí? — ¿Pues tú qué crees? —preguntó él muy obvio. Tae y yo nos miramos entre sí de nuevo sin saber que decir o reaccionar, en lo que Jin se estaba metiendo era muy riesgoso y si alguien se enteraba sería un escándalo. Además él se estaba interponiendo en la vida privada de Namjoon. —Jin, pero si él se va a casar con una mujer, ¿Por qué te besó? ¿Acaso es bisexual o qué? Para mí que él está jugando con Jin...No sé qué pensar. —Él me dijo que no quería casarse con ella desde un inicio, pero su familia al ver que ya tenía treinta y estaba solo, le buscaron pareja y ni se enteró de cómo termino a punto de casarse con ella —explicó —Cuando me dijo eso le confesé lo que sentía por él y simplemente pasó. Taehyung se notaba algo incómodo y yo me quedé en silencio pensando en qué palabras usar para decirle a mi amigo que eso de alguna manera estaba mal o simplemente darle una advertencia. —Jin, no pienses mal pero lo que estás haciendo está mal, si pasa algo más aparte de eso puede ser peligroso y pueden despedir a Namjoon y la escuela tendría mala reputación —dije lo más cuidadoso posible, también pensando en la situación de Taehyung, Namjoon y la de él. Él se quedó en silencio observándome por unos segundos—Gracias, tienes razón. Es nuestro último año aquí y no debería arruinarlo, hablaré con él. Sin dejarnos decir algo, se levantó, tomó su mochila y como si todo estuviera bien, se fue junto a una sonrisa. Taehyung y yo nos quedamos algo en shock y sabía que había hecho enfadar a mi amigo. ¡¿Pero que más podía decir?! Suspiré derrotado y apoyé mi cabeza en la mesa —Se enojó, ¿No? —le pregunté a Taehyung y él me sonrió levemente. —Fue lo mejor que pudiste decirle, luego hablamos con él. Asentí y mi tranquilidad se esfumó por ese sentimiento de incomodidad y extrañeza, otra vez soñé con él anoche y todas las noches es lo mismo: besos, caricias 50

y mucho más que me hacían despertar agitado y no dejaba de recrear esas imágenes en mi cabeza. Parecía tan real, que no me dejaba estar tranquilo en el día cuando tenía que ver al real Min Yoongi en clase o cuando hablábamos de vez en cuando. —Jimin...—susurró Taehyung sacándome del trance en el que estaba, comenzaba a recordar esos sueños y me sentía nervioso y se me erizaba la piel. — ¿Qué sucede? Taehyung de repente se veía nervioso y tímido. Desde que Jin nos regañó en el tren, he notado que Taehyung ha estado algo extraño durante toda la semana, no hablaba mucho como comúnmente lo hace a excepción del chisme de Jin y Namjoon, y no había hablado con Hoseok, lo ignoraba o lo evitaba y eso me parecía aún más raro, él lo ama demasiado y lo admira mucho como para hacer eso sin razón alguna de un momento a otro. ¿Será que ya se rindió y encontró a alguien más? —Oye Tae, te he notado un poco distante y extraño estos días, ¿Te sucede algo? Él hizo una mueca y apoyó sus codos en la mesa, mirándome atentamente. —Me refiero a que has estado ignorado a Hoseok, ¿Sucedió algo? —susurré algo cuidadoso porque no quería que otro de mis amigos se molestaran conmigo. En ese instante Taehyung al escuchar su nombre, se tensó y se quedó en silencio algo incómodo. Entonces me di cuenta de que algo si ocurrió con él. —Jimin, tengo algo que contarte —susurró él con miedo en su voz —Yo... Dejó la palabra en el aire y pasó saliva aún más nervioso, se quedó sin palabras y finalmente no fue capaz de continuar la frase. Yo le sonreí tratando de tranquilizarlo y no lo forcé a que continuara. —Está bien, si te es difícil de decirlo, dímelo cuando estés listo. —Lo siento. Yo negué y le sonreí — ¿Vas a ir a la biblioteca para acompañarme? Supongo que Jin no va ir hoy —hice un puchero algo desilusionado. —L-Lo siento Jimin, creo que hoy no podré, tengo que ir a la ciudad. Hice una mueca, hoy estaría solo y sería más aburrido—Bueno, ten cuidado. Él asintió y bebió de su jugo de naranja, pero prácticamente no quedaba nada por haberme escupido tres veces en la cara. Me quedé unos segundos pensando y deseaba decirle a Taehyung acerca de mis sueños de todas las noches soñaba con él y creo que

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ya iba a llegar a un punto en que eso no fuera normal, ¿Tal vez era una obsesión? ¿O me estaba convirtiendo en un pervertido? Pero... ¡Ni siquiera me gusta! Para mí que tenemos una relación normal y algo distante, simplemente compañeros de clase. Deben ser las hormonas, ¡Sí eso debe ser! — Ehhh, Tae tengo algo que contarte también — susurré jugando con mis dedos con nerviosismo. No sabía cómo él iba a reaccionar frente al hecho de que soñara todas las noches con un chico que antes odiaba con mi alma y que ahora tengo sueños húmedos con él y lo deseo. Porque si lo admito, deseo a Min Yoongi, a ese chico de a veces oscura sonrisa y angelical rostro y cuerpo, pero simplemente no tenía el valor suficiente para hacer algo, simplemente me lo guardaba y sufría con ello para mí mismo. Tal vez mi orgullo al caer a sus pies me impedía eso. — Últimamente no he podido dormir muy bien que digamos, he tenido pesadillas — digo pesadillas porque se sentía demasiado real y eso daba miedo. — ¿Qué clase de pesadillas? — preguntó él preocupado. Me quedé en silencio con las palabras en la boca y cuando iba a responderle, mi mirada se desvió mirando a alguien en específico detrás de Taehyung a unas cuantas mesas de distancia de nosotros. Estaba ese chico de cabellos oscuros y mi corazón se hundió al ver su sonrisa, estaba hablando con sus amigos y no pude evitar perderme en su limpia sonrisa que dejaba ver sus rosadas encías y que sus ojos fueran dos líneas. No pude apartar mi mirada de él. — Jimin — Taehyung me dio un codazo sacándome de trance de nuevo y haciendo que dejara ver de verlo a él. Cuando me di cuenta Yoongi ya se había ido. — ¿Qué pasa? — pregunté confundido, últimamente también estoy demasiado desconcentrado y pierdo la noción del tiempo. Taehyung rió divertido y me analizó con la mirada — ¿Estás bien? Me ibas a decir acerca de tus pesadillas, pero te quedaste mirando algún lado y no terminaste de contarme. — Estoy bien, lo siento. Simplemente estoy algo cansado. Juntos nos levantamos de nuestro asiento tomando nuestras mochilas, listos para ir a nuestras clases al escuchar el timbre — ¿Seguro que estas bien, Jimin? No volviste a volver a tomar pastillas para dormir, ¿verdad? Yo miré a mi amigo y le sonreí — Tranquilo, no he llegado a ese punto para tomarlas. 52

Lo que no sabía Taehyung y nadie, era que esas pastillas que él encontró una vez al ir conmigo a la casa de mis padres que yo tomaba cada vez que el doctor me había recomendado; no eran pastillas para combatir contra el insomnio, sino suplementos de hierro. De niño sufrí de anemia y a veces tenia recaídas, así que tuve que tomar esas pastillas por un tiempo, nadie lo sabe a excepción de mi madre y yo. De milagro con todo el estrés y dietas que he hecho no me he desmayado aún, aunque ahora aquellos sueños me dejan sin energías. Hace que mi mente esté condenada a él, al igual que mi cuerpo cuando estoy cerca de él. Pero mi corazón no, ahora no tenía síntomas de enamoramiento, sino síntomas del oscuro y doloroso sentimiento de deseo, lujuria y atracción hacia él. Tengo que ver a Yoongi y comprobar algo por mí mismo.

El silbato resonó en mis oídos con fuerza, dándonos a entender que la clase de gimnasia había terminado. Me levanté rápidamente, todo sudado de pies a cabeza y sin mirar atrás de mí, me dirigí a los vestidores de hombres que se encontraban desolados ya que todos estaban jugando afuera baloncesto. Abrí mi casillero y comencé a cambiarme de ropa mientras me secaba un poco el sudor con una toalla, cuando estuve listo me senté un poco para que mi cuerpo volviera a una temperatura normal y dejara de sudar, me dirigí a los baños y me observé en el espejo. Abrí el grifo y lavé un poco mi rostro con agua fría para refrescarme, cerré los ojos con fuerza y suspiré apretando el lavamanos de porcelana con fuerza. Escuché la puerta a lo lejos abrirse y cerrarse pero no le tomé importancia, todo estaba en total silencio y mis pasos se escuchaban por los pasillo regresando a mi casillero, pero alguien más estaba ahí. Yoongi se encontraba al fondo en su casillero, cambiándose de camiseta y dejando al descubierto su suave y definida espalda con su pálida piel, sus músculos se tensaban con cada movimiento delicado que hacia al buscar su camisa en su casillero y la delgada línea de su columna vertebral que recorría desde parte de su espalda hasta sus caderas, sus omoplatos que se marcaban un poco y su delgada figura, junto al recuerdo de esos sueños. Me hacía mal y mi cuerpo de nuevo ardió. No soporté verlo más semidesnudo vistiéndose frente a mí y al momento en que se puso la camisa de cuello del uniforme, a pasos rápidos y decididos me acerqué a él y cerré de un manotazo su casillero llamando su atención e impidiendo que se abrochara su camisa.

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Mi respiración era pesada y al sentirlo cerca de mi hizo que mi cuerpo lo deseara más, sus labios se abrieron levemente dejando escapar un leve jadeo y apoyó sus manos en sus caderas, mirándome fijamente dando a entender que no lo intimidaba. Pero claro que lo lograría, debía investigar que es lo que sentía por Min Yoongi al estar cerca de él, si era un sentimiento de enamoramiento o simplemente deseo puro. — ¿Sucede algo Park? — apreté mis puños con fuerza, como me hace débil escucharlo con la voz ronca y llamándome por mi apellido. Tomé una profunda respiración, estaba muriendo lentamente por dentro al tener la tentación de besar aquellos labios. Si ya los había besado en mis sueños ¿Cómo sería en realidad? Pues sucede que estoy muriéndome por tocarte porque tengo sueños nada sanos contigo, pero es sólo eso, nada más. Pensé en mi cabeza y de mi boca salieron otras palabras. — Eh, sólo quería preguntarte si te ha ido bien en tus practicas — dije ahora intimidado por su intensa mirada, era demasiado y no lo soportaba. Qué inteligente Jimin... Me alejé de él ahora manteniendo la distancia, no quería que se acercara porque su mirada inspiraba peligro y si se acercaba mucho a mí, estaba perdido. Sin embargo su leve risa de burla llegó a mis oídos, haciéndome sentir algo tranquilo y confiado. Aunque de repente me empujó contra su casillero, rodeándome totalmente entre sus brazos a cada lado de mi rostro y su rostro estaba demasiado cerca del mío invadiendo mi espacio personal y haciéndome enloquecer mentalmente. — Te pregunté qué sucedía, creo que tienes algo más que decirme — pasé saliva al escuchar su voz, ¡Estoy en este mismo instante muerto! Y el corazón se me va a salir del pecho. Iba a decir algo, pero de nuevo las palabras me las guardé yo mismo y al sentir su mano agarrar levemente con disimulo mi brazo, me dio fuerzas para continuar. — ¿Qué es lo que quieres de mi Yoongi? — pregunté algo desafiante, necesito respuestas. Su flequillo ocultaba levemente sus ojos y levantó su rostro para así dar más vista a sus rosados labios, algo húmedos que dejaban ver una encantadora sonrisa — Jimin — llamó por mi nombre y se acercó a mi oído — Si quieres saberlo, averígualo por ti mismo y descúbrelo en tus sueños.

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Mi corazón dejó de latir y me quedé inmóvil en ese mismo instante, no sabía como reaccionar y no sabía tampoco cómo seguía vivo frente a la sorpresa, la tensión sexual que había entre nosotros y lo que él provocaba en mí. ¿Acaso sabe que sueño de esa manera con él y lo deseo? — ¿A qué te refieres con descubrirlo por mí mismo? — susurré. Él se encogió de hombros haciéndome sentir escalofríos al tenerlo aún más cerca de mí, estaba al borde de perder la cordura por él, si seguía así no me controlaría más y todo terminaría de otra manera que nunca me esperaría. Pero no lo soporté más. — Entonces voy a averiguarlo — lo tomé de la nuca y lo jalé hacia mí con fuerza, quedando nuestros rostros juntos, nuestros miradas entrelazadas y nuestros labios a punto de juntarse, a milímetros del otro, casi rozándose. Mi cuerpo vibró con fuerza y ya comenzaba a sentirme ansioso y algo excitado. Él sonrió levemente y no tuvo tal reacción como yo, no sabía lo que estaba haciendo, pero sabía que en ese momento la desesperación y el deseo estaba controlando mis acciones. Cerré los ojos levemente sintiendo su respiración contra mi rostro y apoyé mis manos en su pecho sintiendo de nuevo su cálida piel que me hacía sentir protegido, él apoyó sus fuertes manos en mis caderas y poco a poco nos dejamos llevar. — ¡¿Jimin?! — el fuerte ruido de la puerta abriéndose y el grito de Jungkook llamándome nos separó. Me alejé de él tan rápido que al sentarme en la banca que había allí, quedé inmóvil y podía escuchar mis fuertes latidos, además mi cara estaba ardía de lo roja que estaba. Yoongi continuó vistiéndose como si un hubiera pasado nada, pero sus acciones eran algo torpes y lentas. Jungkook apareció junto a una sonrisa y se acercó a mi emocionado. — Jimin, estás aquí... — comentó aliviado y yo asentí sonriéndole nervioso, su sonrisa se borró al ver a su rival vistiéndose frente a nosotros. — Si, ¿Ya va a terminar la hora? — traté de sonar natural, pero mi amigo no despegaba su mirada de odio de Yoongi. Jungkook se acercó a pasos rápidos y molestos hacia él y estampó su mano en un casillero con fuerza junto a Yoongi, me asusté un poco y vi como mi amigo estaba a punto de armar una pelea o declararle la guerra. Yoongi suspiró frustrado y miró al pelinegro con fastidio. — ¿Ahora qué quieres Jungkook?

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Jungkook sonrió — Nada, sólo quería saber por qué te fuiste a mitad del partido, cobarde. — Tenia que discutir algo con Jimin — me quedé inmóvil en mi sitio al escuchar lo que dijo, ¿Qué? Jungkook me miró de reojo y tomó a Yoongi por el cuello — ¿Ahora vas a molestarlo a él o qué? Yoongi rió y no dijo nada, haciendo molestar a Jungkook aún más. — Escucha bien Min Yoongi, si te acercas demasiado a Jimin y si lo hieres o lo tocas, estás perdido ¿Entiendes? Sabes que no sería bueno iniciar otra pelea entre todos, así que mantente al margen y no nos provoques — ¿De qué está hablando? — No me caes para nada bien y ambos sabemos por qué, es por naturaleza. Y tú sabes que también tengo mis razones para odiarlos aún más. Yoongi asintió mirándome de reojo como si notara que aún estaba ahí y que no sabía a lo que se quería referir Jungkook. Mi amigo se alejó del peligris y lo dejó libre, se quedó de pie analizándome fijamente y sin aviso me tomó del brazo y me jaló sacándome de allí rápidamente. Salimos por la puerta de salida de atrás donde estaba más alejado y solo de los demás. — Jimin, ¿Yoongi te hizo algo? — fue lo primero que me preguntó, tomándome por sorpresa. Lo miré desconcertado — ¿Qué? — ¿Ese chico te hizo algo, te tocó o te dijo algo extraño? — volvió a preguntar algo desesperado. — ¿Qué? ¡No!. — ¿Estás seguro? — Si. — ¿Seguro? — volvió a insistir ahora sosteniéndome entre sus brazos, mirándome fijamente. — ¿Jungkook, qué te sucede? Sé qué lo odias y eso, ¿Pero... — ¿Has soñado con él? — me interrumpió dejándome asombrado de nuevo. — ¿Cómo sabes eso? — pregunté asustado. Jungkook se sorprendió por mis palabras y me miró fijamente — Jimin, son esos tipos de sueños ¿No? 56

Asentí aún sin saber lo que estaba pasando — Todas las noches es lo mismo y es tan real que despierto siempre agotado y agitado, no he dejado de pensar en él todos los días y mi cuerpo no lo soporta, Yoongi me está volviendo loco. Él hizo una mueca y colocó sus manos en mis hombros — Jimin, lo que sientes por Yoongi puede llegar a ser peligroso, estás jugando con fuego y no sabes en lo que te metiste. El deseo que le tienes podría lastimarte y luego te arrepentirás. — ¿A qué te refieres Jungkook? — pregunté asustado, no me estaba sonando muy normal y no me gustaba a donde iba esto. — Dime Jimin, ¿Quieres saber la verdad de Min Yoongi?

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Capitulo 9 Jimin, eres un querubín caído del cielo ¿Lo sabias? Eres una pieza esencial que falta en el rompecabezas y tú no te das cuenta de aquello. Porque yo soy la maldad que habita en tu corazón y todo comenzó cuando nos conocimos, pero no en aquel verano. Era cálida, fue en la cálida primavera de tu sonrisa en la que te vi. Recuerdo aquel niño que tenía mi misma edad de mejillas regordetas, manos delicadas, tierna sonrisa y acaramelada voz que me hizo de inmediato entrar en confianza contigo. Porque de eso se trataba al ser niños, hacer nuevos amigos y sonreír, porque te prometo que contigo nunca lo dejé de hacer y lograste que mi amargura que era un sentimiento desconocido para mí se alejara. Corrimos por todo el lugar de aquel parque, entre los grandes árboles que formaban sombras y provocaban en ti miedo al sentirte opacado por la luz pensando que te había dejado, reíamos y corríamos sin dejarnos de sonreír. Luego nos acostamos en el verde y vivo prado viendo aquel denso y amplio cielo azul, y comenzamos a comparar las formas de las nubes con objetos o animales, pero Jimin...tú simplemente no puedes ser comparado con una nube, tú eres el cielo completo, lo más hermoso que podía existir y lo más delicado que podría romper. Recuerdo que después de aquello solíamos jugar juntos en las tardes que tu padre te llevaba a aquel parque, y nosotros con tan corta edad que simplemente nos interesaba jugar y sonreírle al otro, no sabíamos en la realidad en la que vivíamos. No sabíamos que nosotros éramos como el agua y el aceite, simplemente no pueden mezclarse y estar juntos y todo por la extraña realidad en la que vivíamos. Una tarde como todas las tardes en que nos veíamos, te había salvado de un grupo de niños de tu escuela que te molestaban porque eras supuestamente "gordo". Me rio de eso, porque si supieras lo ardiente que estás ahora. Pero Jimin por favor, tú eres simplemente una obra de arte y no tenías por qué llorar por esas estupideces, tu sonrisa valía más que insultos. Traté de consolarte lo más que pude y entre tus lágrimas pude ver aquellos inolvidables ojos que me hicieron cambiar algo en mí, tú me miraste a los ojos y en un simple roce de nuestras manos uniéndolas entre sí, me di cuenta de que algo en ti y en mi había cambiado, algo en nosotros se había mezclado y lo siento Jimin, pero te había quitado el cielo para traerte a mi infierno.

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Nuestro pequeño momento se quebró como el sonido de una rama quebrándose por la caída de un azulejo de su nido y que se había roto un ala, juntos nos acercamos a contemplar al pequeño pájaro que al final del día una mujer que cuidaba del parque lo llevó a un veterinario, pero aun así recuerdo haberte visto llorar por tristeza y pesar al pájaro ocultando tus pequeñas lágrimas en con tus delicadas manos. Eras un llorón Jimin, pero sabía que en unos años cambiarias. Aquella tarde te despediste de mi como siempre, aunque sabía en el fondo que en mi pecho había un extraño sentimiento que no comprendía que hacia latir mi corazón con fuerza. Simplemente te sonreí y te dejé ir, porque no te volví a ver, te fuiste con una sombra detrás de ti que te cuidaba, con tu sonrisa y con una parte de mí en ti. ¿Sabes Jimin? No sabes cual amargo fue enfrentar mi realidad de nuevo y el vago recuerdo de aquel chico que conocí en la primavera vivió conmigo por unos años, hasta que la malicia y mi endemoniada alma te borró con el tiempo, dejándote escondido en una parte de mi corazón dónde tú habías dejado rastro en mí, porque esto es de esta manera: Tú eres bueno y yo soy malo, tú tienes una parte de mi maldad en ti y yo tengo una parte de tu bondad en mí. Ambas esperando a ser desatadas por el otro con el destructor sentimiento de la lujuria y el deseo. ¿Te digo otra cosa? ¿Recuerdas el pájaro que cayó del nido y se rompió el ala? Ese eras tú y juntos al quedarnos con una parte del otro, desatamos algo peligroso entre los dos, dejándonos a ti y a mí sin el lugar al que pertenecemos. Sé que me odiaste cuando te volví a conocer y te traicioné después de aquel verano, pero simplemente mi lado malo estaba controlándome y no soportaba ver aquella sonrisa que alguna vez me pertenecía con alguien más, eso me hizo desearte aún más, me hizo dejarme llevar por mis miserables instintos y sabía que quería destruir aquella delicada pieza, tenerte a ti y a tu cuerpo. Pero dime algo Jimin, ¿Después de enamorarnos dos veces sin decirle al otro, podríamos volver a hacerlo? ¿O simplemente consumiríamos la pasión dejando atrás los sentimientos?

— Jimin, antes de contarte todo, por favor te pido que no te rías y trates de reaccionar de la mejor manera posible — fue la primer advertencia que Jungkook me dio al llegar nuestra habitación, haciéndome sentar en mi cama donde él se encontraba de pie totalmente serio y con una mirada que jamás había visto antes. Reí nervioso frente a su comentario — Está bien Jungkook, me estás asustando... 59

Él arqueó una ceja algo desafiante haciendo que mi sonrisa se borrara — Tú deberías estar asustado por el gran lio en el que te metiste. — ¿A qué... — Silencio — me calló de inmediato y se apoyó contra la pared detrás de él para luego observarme por unos segundos, no sabía por qué pero sentía que estaba molesto conmigo o tal vez desilusionado. — ¿Vas a decirme por una vez de todas lo que sucede? — pregunté alarmado. Me lanzó una mirada cortante de nuevo y tomó su tiempo para preparase para lo que me tenía que decir, ¿Acaso era tan malo? — Min Yoongi... — susurró con dificultad su nombre — Min Yoongi es un peligro para ti Jimin, él no es alguien con quien quisieras lidiar, él... — ¿Qué? — Él es alguien que te podría hacer perder la cabeza y la cordura, sus supuestos encantos ponen tu mundo de cabeza y lo ves a él en un mundo de ensueño y... — Ya sé eso Jungkook — comenté algo fastidiado al recordar mis sueños con él, además la descripción que Jungkook parecía la de un ser sobrenatural o algo así. — Jimin lo que trato de decirte es que Yoongi no es alguien normal. — ¿Es retrasado o qué? Sé que lo odias Jungkook, pero... — ¡Jimin! — gritó él frustrado. — ¡Jungkook! — grité yo esperando a que él fuera al grano, porque sinceramente no entendía lo que me quería decir. — ¡Min Yoongi es un demonio! Me quedé en silencio y lo miré fijamente totalmente confundido por lo que había dicho. ¿Qué es lo que dijo? ¿Tanto así lo odia para llamarlo "demonio"? — ¿Por qué me estás mirando como si estuviera loco? — cuestionó él. Bufé frente a lo que dijo y me reí por la expresión que tenía en su rostro — ¿Un demonio? Enserio Jungkook, ¿No se te ocurrió un insulto mucho mejor? — ¿De qué te ríes? —Deberías ver la expresión que tienes en tu rostro, ahora si dime lo que realmente está pasando aquí y ¡¿El por qué estoy soñando todas las malditas noches con ese chico que no deja mi cuerpo en paz?! — grité frustrado. 60

— ¡Te estoy diciendo que Yoongi es un maldito demonio, Jimin! Es un demonio que simplemente busca almas para hacerlas sufrir y caer en la lujuria, él es un príncipe de la oscuridad que está buscando tu cuerpo Jimin y te está haciendo sufrir por medio de tus sueños haciendo que lo desees para entregarte a él en la realidad. Al momento en que dijo eso, me quedé totalmente en blanco por sus palabras. ¿Pero qué es lo que me estaba diciendo? ¿Acaso se lo estaba inventado? Miré a Jungkook con una mueca de confusión — ¿Acaso no puedes decir que simplemente quiere tener sexo conmigo y luego romperme el corazón? Las palabras que usaste eran muy anticuadas y no ibas directo al punto, simplemente di que Yoongi es en realidad promiscuo y ya. Jungkook gritó molesto y tomó una almohada golpeándose con esta en la cabeza, ¿A qué venia su ataque de ira? — Jimin, esto es serio, estoy diciendo la verdad — suspiró derrotado contra la funda blanca. — ¿Sabes que para mí no tiene sentido lo que dijiste? — soy muy escéptico a ese tipo de cosas. — Esta escuela y ni este mundo es normal, hay cosas que nosotros no comprendemos, pero te estoy diciendo que Yoongi es un demonio llamado en su clase un "Íncubo". — ¿Qué es un Íncubo? — Es un demonio en este caso un hombre que busca a un humano para seducirlo en sus sueños y provocando que lo desee hasta el punto de entregarle su cuerpo a él, quitándote así su vida y su alma. Yoongi te está quitando tu energía mientras duermes Jimin, a la vez que alimenta ese deseo por él en ti. Mi cuerpo se tensó por un indescriptible miedo al escuchar aquellas aterradoras palabras, ahora esto comenzaba a crear una gran duda en mi mente y mi forma de mirar a Yoongi de nuevo había comenzado a cambiar. — ¿Quieres decir que él me está matando lentamente? — pregunté con un nudo en la garganta, mi mente perturbada ahora por el terror había hecho aquella pregunta en voz alta. — Si. — ¿Pero por qué? Él se encogió de hombros y bufó con fastidio — Es la naturaleza de los Íncubo, simplemente están encargados de dejar caer almas en el pecado. Además te diré algo, 61

este internado es un refugio de esos demonios, parecen humanos como nosotros, pero en el fondo esconden su realidad. Debes tener cuidado Jimin. — ¿Cómo puedes diferéncialos de los demás? — pregunté curioso. Jungkook se quedó en silencio y me miró fijamente, como si tratara de encontrar las palabras adecuadas para decirme algo. Sin embargo un sentimiento egoísta que tenía en mí, me hizo sentir molesto y aturdido, ¿Qué es todo esto que Jungkook está diciendo? — ¿Acaso estás inventando todas esas mentiras sobre Yoongi para separarme de él? Mi amigo se quedó inmóvil y me miró totalmente desconcertado — ¿Qué dijiste? — Lo que escuchaste — dije a la defensiva. — ¿Jimin qué te sucede? ¿Acaso piensas que sería capaz de eso? — Responde — exigí molesto, no sabía porque pero sentía que en el fondo lo estaba defendiendo a él sin explicación alguna, cuando la realidad que sentía era el de librarme de él y librarme de esta tentación. — Jimin, no quiero separarte de él, lo que busco es protegerte y advertirte. Soy tu amigo y es mi deber el de cuidarte y advertirte el que si caes en las manos de Yoongi, estarás perdido — dijo él mirándome fijamente a los ojos dejándome pensativo. — ¿Por qué hablas como si fuera tu deber el protegerme? Jungkook apretó los puños con fuerza y no dejó de mirarme con aquellos ojos marrones llenos de indignación que en el fondo sentía que escondían un secreto. Se quedó allí de pie debatiendo mentalmente si responderme o no, pero simplemente optó por tomar su mochila y se fue de allí dando un portazo, dejándome solo. Dejándome solo con un gran lio en mi cabeza y con unas repentinas ganas de dormir y caer en sus labios, en su ilusión que al menos me podía ayudar a olvidar la realidad del exterior que me rodeaba.

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Capitulo 10 — Jimin... — susurró seductoramente en mi oído, haciéndome gemir. Sus labios no dejaban de besar los míos, succionaba, besaba y mordía mis labios con tanto deseo que yo ni lo soportaba tampoco. Como siempre habíamos terminado en la misma situación de todas las noches en aquella desconocida habitación: desnudos, hambrientos por el otro y perdidos en la pasión. — ¡Park Jimin! — escuché un grito haciéndome despertar en ese instante, mi corazón estaba latiendo con demasiada rapidez y fuerza que no sabía cómo estaba vivo, si casi el maestro me causa un infarto. Las miradas de otros estudiantes se fijaron en mí, haciéndome sentir peor y mi cuerpo estaba ardiendo en llamas. Había ocurrido de nuevo. El maestro señaló la puerta de salida y con el ceño fruncido de enojo por haberme descubierto de nuevo dormido en su clase, me ordenó que fuera a detención. Los demás estudiantes no decían nada y en esa clase estaba totalmente solo, Taehyung ni Jin estaban conmigo y el causante de mis pesadillas tampoco. — Vaya a detención señor Park, tendrá un castigo por su comportamiento en clase — me sentí de mal humor y simplemente quería irme de allí lo más pronto posible, no me sentía para nada bien y tenía un grave problema entre las piernas. Me levanté tratando de ocultar mi algo notable erección con mi mochila y sin mirar atrás salí del salón, caminé lo más rápido posible hasta llegar a un baño y pude respirar algo tranquilo al notar que no había nadie allí. Pero mi cuerpo aún ardía tanto como sus manos estuvieran aún allí recorriendo cada centímetro de mi cuerpo. Cerré los ojos con fuerza y apoyé mi cabeza en la puerta de entrada. Su cuerpo encima del mío y haciéndome suyo de las miles formas que se puede imaginar era la realidad que vivía cada noche en este mundo de ensueño, era demasiado real y me tenía condenado cada noche, arrebatándome una parte de mi vida. Min Yoongi se había hecho dueño de mis sueños, de mi mente, de mis acciones, de mis suspiros, de mi mirada y la poca inocencia que me quedaba, con esos sueños tan reales e intensos ni podía confiar en mí mismo de lo que podía ser capaz de hacerle en la vida real o él a mí. Habían pasado unos días desde que Jungkook me contó acerca de "la verdad" de Yoongi, pero no sabía si creerle. Me causó miedo lo que me confeso de él, ya que las características que él describía eran similares a las cosas que me ocurrían y sentía, 63

pero simplemente para mí era tan irreal el hecho de creer que Yoongi no es un humano sino un demonio, y más el hecho de que quiere mi alma. Además la escuela tiene un aura pesada y misteriosa, siento que todos están distantes o a la defensiva, siento que todos esconden un secreto y Jungkook al contarme aquello parecía como si hubiera abierto mis ojos a una realidad distinta. Los Príncipes de Porcelana en los pasillos están más insoportables que nunca y he visto señales de bullying o acoso por parte de unos a otros chicos, como el chico de mi clase Mark, que está actuando demasiado extraño y lo he visto con el grupo de chicos que ahora en el cual Jin pertenece. Taehyung no ha dejado de inventar excusas para ir al centro de la ciudad cada dos días y siempre que le pregunto de qué se trata, evade el tema. Jungkook ha estado algo cortarte conmigo por haberme burlado de lo que me dijo y se la pasa con Hoseok, quien al parecer es el único que no sabe lo que está pasando. Jin me ha estado ignorando en clase o cuando nos cruzamos en los pasillos, siempre lo veo hablando con el profesor Namjoon en la biblioteca. Y yo estaba sufriendo por Yoongi, por la culpa de sueños que tenía con él y simplemente nos limitábamos a las efímeras miradas que cruzábamos entre nosotros, a veces cruzábamos unas cuantas palabras pero no ha ocurrido algún tipo de contacto cercano desde lo de los vestidores. Aunque de algún modo sentía que no podía acercarme a él, lo sentía muy lejos de mi alcance. Lo sentía igual de lejos como antes. Me sentía perdido, confundido y solo, no sabía qué hacer porque este deseo tan grande por él me estaba consumiendo lentamente y haciéndome daño. Sentía que mi mente se dividía en dos: estaba desesperado en tocar a Yoongi, pero tenía miedo de ser lastimado de nuevo y mucho más con las palabras que usó Jungkook. Él es un demonio que simplemente busca almas para hacerlas sufrir y caer en la lujuria, él es un príncipe de la oscuridad que está buscando tu cuerpo Jimin. Sin embargo, sin darme cuenta me había sumergido tanto en mis pensamientos pensando todo lo que ocurría, por arte de magia me había tranquilizado y mi cuerpo estaba de nuevo en un estado normal. Suspiré algo frustrado y me acerqué a uno de los lavamanos para rápidamente lavarme el rostro con agua fría, haciendo que mis hombros se relajaran un poco. Espero que mi cuerpo no llegue tan lejos como para llegar a ese punto de auto complacerme, me sentiría demasiado necesitado y ahí me daría cuenta de que definitivamente había perdido la mente por Yoongi y lo necesitaba demasiado. La puerta del baño se abrió y alguien entró a pasos lentos y descomplicados al amplio baño que estaba en silencio a excepción de un lavamanos con la llave abierta y 64

goteando. Me miré un momento en el espejo ignorando a la persona que había entrado y al desviar mi mirada a un lado de mi reflejo, no había nadie. Me extrañé un poco al no ver nadie en el espejo sabiendo que había escuchado fuertes pasos y alguien abriendo la puerta, tomé mi mochila ignorando las ilusiones que estaba teniendo y en el justo momento que giré sobre mis talones, había un chico frente a mí. Di un brinco por el susto y la sorpresa al verlo, era Mark. El chico de cabello castaño de apariencia impecable y ordenada que siempre era el más destacado entre la clase por sus notas y que usaba lentes de marco oscuro, estaba frente a mí con los ojos llorosos y sin expresión alguna, como si sus ojos estuvieran apagados y sin vida. Estaba inmóvil con la vista perdida y con sus lentes ahora en una de sus manos totalmente destrozados. — ¿M-Mark? — tartamudeé en un susurró y me acerqué a él lentamente — ¿Qué te sucede? ¿Estás bien? Él no dijo nada y se quedó en su lugar sin hacer ningún movimiento como si no me viera o no me escuchara, se veía perdido y sin vida en sus ojos. Di un paso más al no recibir respuesta y un leve crujido resonó debajo de mis pies, había pisado un cristal roto y Mark en ese instante reaccionó lanzándose a mí con rapidez y dejándome aprisionado contra el lavamanos detrás de mí, provocando que me golpeara con el borde de porcelana y que me quejara del dolor. — ¡Déjame en paz! ¡Deja mi mente en paz! — comenzó a gritar él de una forma totalmente histérica, diciendo cosas que no tenían sentido para mí y que simplemente yo lo comprendía como un ataque psicótico. El chico no me estaba agrediendo físicamente, pero estaba lo suficientemente cerca de mi gritándome de una manera histérica que me tenía aterrado. Él no dejaba de llorar con desesperación pidiéndome ayuda como si estuviera sufriendo, pero yo no podía hacer nada porque no sabía el por qué estaba así. — Mark, cálmate — apenas susurraba con miedo. Él al parecer dejó su ataqué de ira y retrocedió como si estuviera más calmado, pero al ver su mano izquierda sangrar, me alarmó. — ¡Oye, ten cuidado! — le advertí horrorizado al ver que apretaba con fuerza los fragmentos del vidrio roto entre su mano. De repente la puerta se abrió con fuerza y me sorprendió a quien vi. Era uno de los Príncipes de Porcelana que tenía un grupo al cual pertenecía Jin y no me simpatizaba 65

para nada, Jackson. El rubio al vernos allí, salió a correr hacia Mark y sin dudar, lo abrazó y reprimió sus lágrimas entre sus brazos lo cual me sorprendió. Jackson le preguntaba lo que le sucedida, pero simplemente los llantos de Mark era lo que se escuchaba en todo el lugar con un profundo eco que me hacía sentir mal e incómodo. No supe cómo reaccionar, hasta que ahora el grito del otro chico me alertó. — ¡¿Acaso le hiciste algo?! — ¿Qué? — pregunté indignado. Jackson me miró con furia y vi su mandíbula tensarse — ¿Entonces por qué está llorando? — No lo sé, él entró y lo encontré detrás de mi llorando — expliqué totalmente aturdido por lo que estaba pasando. — ¡Tu mano está sangrando! — exclamó Jackson viendo aquel liquido carmesí pintando la pálida mano del chico. Me quedé estático de pie, viendo la escena sin saber qué hacer y cuando traté acércame a ayudar, él me alejó. — Creo que deberías irte — amenazó él con una profunda voz. Jackson me miró con una mirada tan cortante y profunda que inspiraba peligro, así que mi mente sin dudarlo me decía que no me involucrara. Y eso fue lo que hice, aunque no dejaba de recordar el rostro de Mark llorando de dolor entre los brazos de ese chico. Caminé a paso rápido tratando de olvidar lo que había pasado, el timbré sonó y los pasillos en cuestión de segundos se llenaron por completo y todos se dirigían a la cafetería para almorzar. Opté por ir a almorzar saltándome la orden a detención que me habían dado y fui a la cafetería, donde siempre planeaba encontrarme con mi amigo Taehyung, pero hoy fue la excepción. Después de tomar mi ración del almuerzo, me senté en la mesa de siempre que estaba con mis dos mejores amigos, pero esta simplemente estaba vacía. Me senté en un lado de la mesa y "disfrutando" de mi soledad comí en silencio, haciéndome sentir algo deprimido, ya que me recordaba a mis primeras semanas en esta escuela cuando era totalmente nuevo y no conocía nadie. Hasta que conocí a Taehyung, Jungkook y Jin. — Hola Jimin — escuché la voz de alguien a mi lado y al ver de reojo, se trataba de Hoseok.

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Hice un gesto de saludo con mi mano y él sonrió, no me relacionaba mucho con Hoseok porque no teníamos clases juntos, simplemente me cayó bien cuando Jungkook me lo presentó y se veía que era muy amable y gracioso, me caía muy bien. Excepto la parte en la que es el enamorado de mi mejor amigo y lo hace sufrir de forma indirecta. — Hola Hoseok, ¿Qué sucede? Él sonrió de nuevo y se dio cuenta de que estaba totalmente solo — Te venía a decir si querías ir a ver la práctica de baloncesto de esta tarde, mi hermano menor está practicando en el equipo hoy y me pidió que fuera a verlo. Le dije a Jungkook, pero no está de humor — comentó haciendo un puchero. Yo me reí frente a la ironía. Hoseok tenía un hermano menor que estaba estudiando también en el internado y le gustaba el baloncesto, así que se metió al equipo, aunque no contaba que él se quedaría en el equipo contrario, el equipo enemigo de Jungkook donde está Yoongi. — Además no quería ir solo, porque ellos si me ven solo y saben que soy del equipo enemigo de seguro comenzarán a molestar y a desafiarnos. ¿Podrías acompañarme Jimin? — pidió el castaño. Entonces no evité recordar cuando Yoongi me pidió que fuera a ver sus prácticas de baloncesto en la tarde hace unos días, aunque no logré ir porque no tenía tiempo y por cobardía. Aunque si iba hoy de seguro sería más vergonzoso el que se diera cuenta que finalmente fui días después. Traté de resistirme e inventar una excusa, pero la mirada persuasiva de Hoseok y mi lado que deseaba ver a Yoongi sudado y agitado mientras dejaba a todos atrás en el partido, simplemente no podía conmigo y al final accedí.

— ¡Jung Seung! — gritaba Hoseok a mi lado el nombre de su hermano con emoción, ganándose la miradas de todos y haciéndome sentir avergonzado. Si Taehyung y Hoseok tuvieran algo en común, era que me hacían pasar vergüenza en público al gritar en un partido de baloncesto. Yo simplemente me limitaba a observar en silencio desde una de las gradas en un lugar más alto que daba vista a la cancha, Hoseok no dejaba de animar a su hermano y comentar cualquier cosa para no crear un silencio entre nosotros, los jugadores nos veían con algo de odio y burla y ese chico y yo no dejábamos de mirarnos buscando algún significado en la mirada del otro. 67

Era lo mismo de siempre: simplemente me volvía loco el verlo a él así, me volvía loco verlo relamiéndose los labios, sudando y con la respiración agitada por el deporte, con la mirada totalmente seria y concentrada. Cualquier cosa que Yoongi hiciera me volvía loco, incluso si lo viera comer o dormir eso me excitaba de alguna manera. Solté un gemido de dolor y frustración ocultando mi cabeza entre mis rodillas, sintiéndome algo mal al darme cuenta en lo que había pensado y que estaba perdido definitivamente. Esa hora y media fue la más larga y entretenida que tuve en toda esa tarde sin despegar ni un segundo mi mirada sobre él. El silbato sonó y la práctica se había acabado, los pocos que estaban también en las gradas observando bajaron y un grupo algo grande se formó abajo en la cancha donde los estudiantes estaban hablando. Hoseok como me lo temía, me arrastró abajo junto a él porque quería saludar a su hermano y yo me estaba muriendo internamente por enfrentar a Yoongi, sentía un incómodo sentimiento de nerviosismo en mi estómago y al verlo, simplemente fue peor. Mi mundo completo dio un vuelco y sentí que mi tiempo se detuvo al momento que nuestras miradas se cruzaran, sintiendo así que éramos solo los dos los que estábamos en aquella sala. Sabía en el fondo que parecían síntomas de enamoramiento, pero simplemente me convencí a mí mismo que era el fuerte deseo de tenerlo en mis labios y el de la tentación. Se acercó a mí y con tal rapidez que ni me di cuenta, me había tomado del brazo y me llevó a los vestidores donde estaba totalmente solo y éramos definitivamente los dos. Ahora miedo consumía mi cuerpo. Su profunda mirada recorrió todo mi cuerpo haciéndome sentir inseguro e intimidado, su mirada quemaba y era como si desnudara mi alma. Aunque yo soy el que me lo imagino desnudo a él. — ¿Por qué me trajiste aquí? — fue lo único que pregunté, no sabía que más decir, además me parecía extraño que el gran y reservado Min Yoongi quiera dirigirme la palabra de una manera más privada. Él sonrió, haciendo que mis piernas flaquearan. — ¿Acaso no podemos tener un poco de privacidad? — ese tono de voz...no me gusta, creo. — ¿Y qué querías decirme? — me crucé de brazos tratando mantener la calma. — ¿Qué te pareció la práctica de hoy? — preguntó él, dejándome totalmente en blanco y sin palabras. 68

Quería decir que fue ¡Sorprendente! ¡Magnifico! Y que hubiera gritado su nombre desde las gradas y le hubiera garantizado la victoria, pero simplemente la peligrosa cercanía en la que él se veía involucrado me dejó sin palabras. Estaba demasiado cerca. Él rió con burla al notar mi nerviosismo — ¿Qué pasa, no vas a decir nada? Desvié la mirada tratando de evadir sus ojos, simplemente estaba molestándome y quería provocarme. Debes resistir Jimin. — ¿Por qué estás nervioso Jimin? — canturreó contra mi cuello, haciéndome temblar. Apreté los labios con fuerza y traté de mantener la calma — Mantén tu distancia, Min — ordené en un intento de ser cortante y frio, pero me salió como un tartamudeó y al sentir su sonrisa contra mi cuello, me hizo sentir aún más débil. — ¿Acaso me tienes miedo Park? — N-No. — ¿Entonces por qué estás tartamudeando y no eres capaz de mirarme? — me retó. Jadeé algo frustrado y comencé a mover mi pierna derecha con nerviosismo, como un especie de tic de ansiedad o desesperación. — No es que te tenga miedo, es... — traté de continuar la frase y confesarle lo que sentía, aunque yo sabía que él se había dado cuenta que lo deseaba a él y él también lo hacía, pero ninguno hacía nada, retábamos y provocábamos al otro para saber quién era más fuerte y quien caería a los pies de quien. — Si no es miedo lo que tienes Jimin, entonces deja de actuar como si en verdad no supieras lo que soy — susurró levantando así mi mentón con su cálida mano para enfrentar sus ojos. Y oh MinYoongi, definitivamente eres mi delirio.

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Capitulo 11 — ¡Jungkook! ¿Me estás ignorando? —exclamé molesto al ver que el pelinegro no se dignaba a verme o a dirigirme la palabra. Había salido de la práctica de baloncesto con Hoseok y me había ido a mi habitación lo más rápido que pude, ya que salí totalmente rojo y avergonzado de los vestidores. Yoongi me había dejado en shock de nuevo, pero no fue su repentina cercanía que me hizo intimidar, sino el hecho de que habíamos tenido otro tipo de contacto que no me esperaba para nada. — ¿Qué quieres? —preguntó él de una forma tosca y seca sin quitar su vista de su libro de texto. — ¿Vas a escuchar lo que tengo que decir? Él me ignoró de nuevo y siguió leyendo como si yo no estuviera ahí, de seguro está molesto conmigo. —Jeon Jungkook, ¿Acaso me estás ignorando? —reclamé yo también molesto. — ¿Tú que crees? Grité molesto al sentirme ignorado y me acosté boca abajo en mi cama, aún no creía lo que acababa de pasar con Yoongi. Mi cuello ardía y sentía como si tuviera una marca de sus labios allí, pero simplemente fue un pequeño roce. —Ya me di cuenta que en realidad Yoongi no es de este mundo—confesé balbuceando contra la almohada. —Qué novedad Jimin, felicitaciones —contestó él igual de cortante que antes. — ¡Ya, lo siento por no haberte creído! —me disculpé mirándolo con arrepentimiento —Pero Jungkook enserio necesito tu ayuda. No creo poder hacerlo solo, Yoongi me tiene loco y ese desquiciado me intimida y provoca cuando puede. Jungkook se giró sobre la silla de escritorio y me miró totalmente serio y sin emoción alguna. — ¿Ahora qué es lo que te hizo? Lo miré temiendo ver la reacción negativa que tendría al escuchar lo que sucedió.

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—Me besó, aunque no sé si un leve roce en el cuello cuente —dije tímidamente llevando mi mano al área donde sus labios habían estado por unos insignificantes segundos. Jungkook rió —Jimin, eso no es nada —comentó con burla como si no estuviera enojado. — ¿Entonces por qué aprietas ese bolígrafo como si... El sonido del bolígrafo negro rompiéndose en una de sus manos me interrumpió y me sorprendí frente a la fuerza de Jungkook, yo tengo fuerza pero no tanta como para romper un bolígrafo en la mano, termino lastimándome un dedo. — ¿Estás molesto? Él suspiró y abrió su mano dejando caer el bolígrafo quebrado en dos. Él sonrió causándome algo de miedo, su sonrisa era algo macabra. —No estoy enojado, ¿Por qué piensas eso? —preguntó inocentemente. Si estaba enojado. — ¿Por qué estás molesto conmigo? —mala idea preguntar Jimin. —Porque no me creíste lo que te dije, ahora sufre tú solo porque no pienso ayudarte— dijo ahora serio y volvió a leer en su libro. La habitación se quedó en un silencio algo incómodo y me sentí desesperado. ¡¿Cómo voy a lidiar con un demonio yo solo?! —Jungkook, lo siento por no haberte creído. Pero enserio necesito tu ayuda, que me digas todo lo que sabes y lo que está sucediendo. Jungkook se quedó inmóvil pensando, luego de un suspiro giró y me volvió a ver con una expresión totalmente seria. Nunca había visto a Jungkook tan serio en todos estos años de convivencia juntos, siempre llevaba una sonrisa y me molestaba cuando podía, además de que me hacía enojar cuando me despertaba a gritos. —Nunca creí que llegaría este momento—comentó para sí mismo con una mueca de disolución—Pensé que eras más responsable Jimin. — ¿Pero... —No me interrumpas—me silenció —Vas a escuchar primero lo que voy a decir y luego hablas. Asentí pasando saliva y él me miró apoyando su mentón en su mano.

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—Ahora dime Jimin, ¿Acaso recuerdas haber hecho un trato o una apuesta con Yoongi? Lo miré confuso— ¿Acaso no querías que hablara? Él gruñó molesto—Sólo responde. Le devolví el gesto molesto y negué, no recuerdo haber hecho algo así con él. Antes sólo nos la pasábamos diciendo comentarios molestos al otro, él me molestaba y yo no dejaba de odiarlo. — ¿Por qué lo preguntas? —Un Íncubo normalmente no hace ese tipo de cosas con sus víctimas, ellos simplemente se interesan en algún humano y los comienzan a acosar en sus sueños. Pero contigo fue diferente, Yoongi te pidió su permiso y tú se lo permitiste. Entonces recordé algo. — Si quieres olvidarte de mí tendrás aguantarme una vez más, dime Jimin... ¿Quieres jugar? Abrí los ojos sorprendido y salté de mi cama— ¡Lo recuerdo! Él me encontró en el jardín del instituto y me comenzó a decirme cosas raras. En ese tiempo estaba tan molesto y enojado con él y... —la frase que él dijo comenzó a resonar en mi mente y me di cuenta del error que había cometido, había aceptado entrar a su "juego". — ¿Entonces si aceptaste? —Si. Me sentí derrotado y no dejaba de pensar en lo que me metí, no creí que Yoongi me traería más problemas. Jungkook suspiró pesadamente—Enserio que no creí que esto pudiera pasar, pensé que lo tenía todo controlado. —Espera, ¿Y por qué él haría eso? ¿Por qué no simplemente hizo lo que los demás Íncubos hacen y no "pedía mi permiso"? —pregunté haciendo comillas con los dedos. —Él es diferente Jimin, sus métodos de Íncubo son diferentes a los demás y creo qué tal vez hay otra razón que él esconde —Jungkook tenía la vista perdida en el vacío y se veía preocupado. Yo por otro lado estaba confundido y una parte de mi cerebro decía que no creyera esas cosas, pero otra parte de mi sabía que todo esto era real y que por mis sentimientos impulsivos terminé en esto. 72

— ¿Cómo puedo librarme de él? —pregunté con la voz entrecortada. Jungkook frunció el ceño y lo noté aún más tenso. —Tienes que resistirte al deseo por él hasta que sea Luna Roja —respondió. — ¿Luna Roja? —Es cuando el infierno y el cielo se unen en la tierra, si soportas hasta la Luna Roja, significa que superaste uno de los siete pecados capitales que es la lujuria. — ¿Y hasta cuando es la Luna Roja? La expresión que Jungkook tuvo me preocupó más y me puso más ansioso. Espero soportar el tiempo que sea necesario, aunque es algo difícil no caer por tan atractivo chico. —No lo sé, nadie sabe una fecha exacta de la Luna Roja. Aunque en el caso de que Yoongi es tu Íncubo, tendrás que soportarlo hasta que él te diga que todo terminó — sentenció Jungkook y supe que estaba perdido. —Espera, ¿Quieres que me abstenga hasta no sé cuándo? ¡¿Estás loco?!—grité algo histérico — ¡Min Yoongi no me va a dejar tranquilo en mi sueños ni en la vida real! Ahora mismo quería darme una cachetada para entrar en razón del gran lío en el que me había metido, no sabía si podría soportarlo durante un tiempo indefinido. Nuestro anhelo por el otro va tomando fuerza cada día cuando en las noches me roba mis sueños y temo que algún día no pueda soportarlo más. ¡Estoy malditamente loco por él! —Tranquilo Jimin, podrás lograrlo —trató de animarme Jungkook con las palabras algo forzadas —Si te sirve de ayuda, sabrás que la Luna Roja llegó porque esa noche tendrás un anhelo aún más grande por él, creo que peor al de la noche en el partido de baloncesto. Lo miré indignado — ¿No qué no sabías cuando era la Luna Roja? Además si tratas de alentarme, no lo estás logrando Jungkook... Me sentía perdido y tenía miedo, además al escuchar eso me intranquilizó aún más, ¿Cómo iba a tener un deseo más grande por él que en las eliminatorias de baloncesto? Esa noche estaba demasiado hormonado, me sentía extraño y no dejaba de mirarlo que casi me lo comía con la mirada. Por poco y comenzaba a gritarle piropos sucios en pleno partido. Espera un momento... Miré aturdido a Jungkook al darme cuenta de un detalle que me había dicho. — ¿Cómo sabes que esa noche estaba así de desesperado por Yoongi? 73

— ¿Crees que no me di cuenta de la mirada que tenías en el rostro al verlo jugar? Tenías una cara de necesitado y parecía como si lo violaras con la mirada —qué increíble descripción de mi locura, gracias Jungkook. Tapé mi rostro totalmente avergonzado. ¡¿Enserio estaba así de necesitado?! —Además me di cuenta de que algo había ocurrido entre él y tú, tenía mis sospechas pero no lo creí, hasta que los encontré en los vestidores. Me puse aún más rojo — ¿Cómo sabes eso? —Yo lo sé todo Jimin, además tú rostro de vergüenza también te delató. —Estoy perdido definitivamente —suspiré y me acosté en mi cama de nuevo. —Otra cosa, cuando un humano entra al juego de un Íncubo este por las primeras semanas y días entra a un especie de trance donde no deja de sentirse curioso y atraído por el Íncubo en persona, por eso te sentías así de interesado por él de un día a otro. Asentí comprendiendo sus palabras, sin embargo ahora sentía curiosidad por otra cosa. La habitación se quedó en silencio y yo me sumergí en mis pensamientos por un momento. —Jungkook, ¿puedo preguntarte algo? —pregunté viendo cómo se ponía los zapatos y tomaba su celular en mano, listo para salir a hacer guardia en los pasillos. —Si. — ¿Cómo sabes tanto de todo esto? ¿Acaso tú también sufriste por un Íncubo? Jungkook rió frente a la pregunta que hice y me observó junto a una sonrisa. —Jimin, lamento no poder ayudarte en esto pero yo no puedo intervenir, iría contra las reglas el intervenirme si su sentimiento es mutuo — respondió cambiándome el tema. — ¡Claro que no es mutuo! —Si lo es, ahora dime ¿Qué piensas sobre Yoongi ahora que sabes toda la verdad? — preguntó desafiándome con la mirada. — Que es peligroso acercarme mucho a él, le tengo miedo y que es malvado, pero... — me quedé a media frase y me guarde el resto de palabras para mí mismo, creo que me delaté a mí mismo de nuevo. — Pero aún lo deseas, si ya entendí lo que querías decir — continuó mi frase Jungkook. — ¡Ah, no puede ser! — grité frustrado. 74

Jungkook negó para sí mismo junto a una sonrisa, pero yo lo fulminé con la mirada. — No respondiste mi pregunta. Él se quedó inmóvil a punto de abrir la puerta para irse, se colocó algo nervioso en ese instante y desvió su mirada a punto de la habitación como si tratara de ocultar algo. — Creo que no es el momento para que lo sepas Jimin. — ¿Saber qué? Él retrocedió lentamente hacia atrás haciendo que su espalda chocara contra la puerta y que con su mano detrás de su espalda buscara el pomo de la puerta. — Pronto lo sabrás, ¡hasta mañana! — y en un abrir y cerrar de ojos había escapado sin dejarme reaccionar. Ahora también él me estaba ocultando algo. Me acosté en mi cama para así tratar de tranquilizarme un poco, mi celular comenzó a vibrar y al ver la pantalla mostraba unos mensajes de texto de mi madre, no quise ponerle atención. Seguí observando el techo con aburrimiento, todo esto era demasiado extraño y confuso, pero si había pasado de odiar a Yoongi a desearlo con todo mi ser, nada podía ser imposible y simplemente me quedaba aceptar eso. El recuerdo reciente de sus cálidos y húmedos labios en mi cuello me hizo estremecer e involuntariamente mordí mi labio. Sentí mi cuerpo aún más pesado como si me hundiera en la cama y mis parpados poco a poco comenzaron a cerrarse, había caído en su sueño de nuevo.

Estaba de pie en los largos y oscuros pasillos del instituto, me encontraba en la mitad de este totalmente solo y no había ninguna puerta a los lados de cada pared, a excepción de la escalera al fondo que estaba iluminada, donde me llevaba a la habitación de arriba en la que estaba él esperándome como siempre. Mis piernas reaccionaron por sí solas y comencé a caminar por tal solitario pasillo, sin embargo al poner mi pie en el primer escalón, escuché un fuerte ruido detrás de mí y pude ver otra escalera al fondo de la habitación, esta vez hacia un sótano. Observé con curiosidad la escalera a unos metros de mí y sin pensarlo mi subconsciente decía que caminara hacia ella, pero en el fondo temía que fuera algo malo. Bajé el escalón y di unos cuantos pasos para acercarme a ese nuevo camino que me llevaría tal vez a otro infierno donde estaba él. Pero su voz me detuvo. — ¿Qué estás haciendo? 75

Detuve mis pasos al escuchar su suave voz y sentí sus brazos rodear mi abdomen atrayéndome hacia él para que le prestara atención, pero mi mirada no la podía quitar de aquella escalera al fondo. — Me has hecho esperar Jiminnie...no tienes idea de cuánto te necesito — susurró en mi odio con delicadeza y algo de ansiedad en su voz. Sus agiles manos recorrían mi abdomen hasta llegar a mi cadera mientras con su nariz acariciaba mi cuello tratando de llamar aún más mi atención, tratando de llamarme a su juego, pero por alguna razón sentí un dolor en mi pecho y que el trance en el que estaba me impedía ponerle atención. — ¿Qué es ese lugar? — susurré débilmente señalando aquel lugar que comenzaba a darme una sensación de peligro y sentía que algo horrible estaría pasando adentro. — Nada de que tengas que preocuparte, vamos mejor arriba ¿Quieres bebé? — besó levemente mi mejilla hasta llegar a mi cuello. Mi pulso comenzó a ser más rápido. — Pero quiero ir allá, por favor — pedí tratando de ser tierno para que me dejara ir a ver. Su ligera y cálida risa como la brisa llegó a mis oídos y su agarré en mi muñeca se hizo aún más fuerte sintiendo que hacia presión en esta, a la vez con su otra mano levantó mi mentón haciendo que mi vista se fijara en el vacío y oscuro techo. — Te dije que no hay nada que tengas que saber, nos queda poco tiempo Jiminnie, vamos arriba — susurró autoritariamente haciéndome estremecer. Sin dejarme reaccionar o decir algo, mordió mi cuello suavemente y con las yemas de sus dedos acariciaban con anhelo mis labios, mi cuerpo comenzó a temblar y había perdido el control de mí mismo de nuevo y estaba al control de él. Mis palabras fueron arrebatadas por sus labios y sin reclamar dejé que me llevara en sus brazos para ir a nuestro mundo donde éramos sólo él y yo. Sus labios iban a un ritmo lento tratando de tranquilizar mi ansiedad, pero simplemente lograba hacer un efecto contrario. Poco a poco con cada paso que él iba dando, entre besos y respiraciones agitadas pude ver que de aquellas escaleras subió una figura delgada de un chico. Me sorprendí pero Yoongi no me permitió moverme y al estar a mitad de las escaleras, escuché un grito. Me asusté aún más, los gritos eran horribles y el contacto que Yoongi me daba no era suficiente para no sentirme incómodo y con miedo, parecía como si aquel chico estuviera sufriendo y no podía hacer nada para ayudarlo.

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Abrí los parpados de golpe y me desperté de mi cama agitado, el fuerte tono de llamada de mi celular interrumpió mi sueño. Algo frustrad, al notar que estaba sudando frio y que ya era de noche, tomé el aparato entre mis manos cegándome con el fuerte brillo de la pantalla y con dificultad divisé el nombre de Jungkook. Gruñí molesto y respondí la llamada — ¿Hola? — susurré algo somnoliento. Escuché unos minutos de silencio — Hola Jimin, perdón por despertarte. — Gracias por salvarme — susurré algo aliviado. Le escuché suspirar — Como sea, Jimin te llamaba para decirte que no puedes salir de tu habitación hasta previo aviso y que mañana no hay clase. Todos los pasillos están vigilados y la policía está en el edificio tres. — ¿La policía? ¿Qué sucedió? Escuché un mortal silencio entre los dos y me sentí más ansioso de saber lo que estaba sucediendo. — Un chico se suicidó en su dormitorio. Un escalofrió pasó por todo mi cuerpo desde pies a cabeza, los gritos de aquel chico en el sueño me ponían los nervios de punta. La respiración se me cortó al recordar el extraño encuentro de aquel chico castaño en los baños junto a su ataque de ira y tristeza, ¿Acaso es posible? ¿Por qué todos estos recuerdos están inundando mi cabeza? — ¿Cuál era su nombre? — pregunté con dificultad, mi corazón latiendo con fuerza. — Mark.

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Capitulo 12 "Porque este juego no es simplemente lujuria, también es amor."

Lo vi a él de pie en un extremo del desolado pasillo, sentí un horrible escalofrío recorrer por todo mi cuerpo al ver su figura a unos metros cerca de mí, él estaba a punto de cruzar a mi lado para seguir su camino Lo vi a él de pie en un extremo del desolado pasillo, sentí un horrible escalofrío recorrer por todo mi cuerpo al ver su figura a unos metros cerca de mí, él estaba a punto de cruzar a mi lado para seguir su camino. Pero sentía como si su mirada esta vez estuviera sobre mí y mi mente era un caos completo, mi vida diaria se había convertido en un martirio y quería reclamarle por quitarme mis sueños, pero mi cuerpo no podía soportarlo. Estaba demasiado débil y no soportaba a la vez la tentación. Quería decirle como me sentía, pero simplemente sentía que estaba lidiando con dos Yoongi totalmente opuestos, en mis sueños tenía una personalidad oscura y llena de lujuria y en la vida real inspiraba misterio y a la vez peligro. Sentía que en cualquier momento él podría herirme de alguna manera y siempre esperaba por ese ataque, pero no ocurría. Simplemente nos torturábamos al otro lentamente absteniéndonos del otro, esperando quien hacia el primer movimiento y yo ya estaba cansado de todo esto. Continué con mi camino mirando hacia más allá de su figura, queriendo escapar de su mirada, pero al pasar justo a su lado no lo soporté y lo agarré del brazo con fuerza, logrando llamar su atención. Ambos cruzamos miradas y mi corazón latió con fuerza. — ¿Por qué no me dejaste ayudarlo? — susurré con la mirada llena de furia. Él frunció el ceño — ¿Qué es lo que dices? — preguntó incrédulo. En mi mente los recuerdos de aquel sueño que tuve en la misma noche cuando me enteré que Mark se suicidó no me habían dejado tranquilo durante estos días, me sentía inquieto y pensativo, Mark tenía alguna relación con mis sueños y estaba seguro que Yoongi tendría las respuestas. Empujé a Yoongi con más fuerza — No te hagas, tú sabes perfectamente a lo que me refiero. ¿Por qué me impediste ayudarlo? 78

El peli-gris hizo una mueca de confusión y soltó una risa llena de burla. Me hervía la sangre que actuara de esa manera. — ¡Deja de ocultarlo Min! Todas las noches no dejo de soñar y pensar en ti, tú eres el que controla mis sueños — me enojaba aún más que ocultara su real personalidad y que actuara de una manera indiferente al estar frente a frente. Él se quedó inmóvil frente a mis palabras y me sentí derrotado, lo solté de mi agarre y desvié la mirada a un lado. Sin embargo sentía su intensa mirada sobre mí, yo apretaba los puños con fuerza e ira y mi corazón no dejaba de latir con fuerza. — No te dejé ayudarlo porque él ya estaba condenado Jimin. Mark ya había caído en el juego de... — Jackson — completé la frase sin mirarlo. Sabía que su suicidio tenía que ver algo con ese chico y al recodar nuestra breve conversación, me pone nervioso. Él no dijo nada y yo no evité sentirme algo nervioso, tenía otras preguntas en mi cabeza, pero era difícil decirlas al tener su oscura y profunda mirada sobre mí. Pude sentir que él se llevaba un poco más de mi energía con su mirada. — Eso ya lo sé, Jackson era el Íncubo de Mark. — Así es. — Aun así Yoongi, dime algo... Esta vez me acerqué a él con rapidez y confianza en mí mismo. Sentí que se sorprendió por tal cercanía al quedar yo cerca de su oído y sintiendo la calidez de su cuerpo, viendo su nuca y su cuello dejando al descubierto su suave y blanca piel que pedía que lo mordiera allí dejando marcas que serían pruebas de nuestro peligroso juego. Él se quedó estático en su lugar esperando y observado de reojo cada uno de mis movimientos, esperando mi derrota, pero aún no era el momento. — ¿Harás lo mismo conmigo? — susurré en su oído con algo de lascivia. Sentí que lentamente rodeaba con sus brazos mi cintura y esta vez al sentir aquel delicado contacto sobre la tela estaba seguro de que no era un sueño. Sin embargo mi respiración se hizo más pesada y me sentí aún más débil. Llevo noches sin dormir llenas de preocupación y ansiedad por la inesperada noticia de la muerte de Mark, lleno de un ambiente sofocante y extraño donde mis únicos amigos no están conmigo, donde Taehyung me esconde algo que no me quiere decir, Jungkook está ocupado en sus estudios, mi madre me llama todos los días para sermonearme acerca de mis calificaciones, Jackson me tiene de manos atadas al no 79

poder dar pruebas de que Mark fue su víctima y este chico de apariencia engañosa, mirada fría y proveniencia demoniaca. Era mi fantasía. — Jimin...— susurró con dificultad y dejándome aún más débil. Sin poder evitarlo más lo abracé por el cuello y oculté mi rostro levemente en su cuello, mi acción lo tomó por sorpresa y retrocedió un poco para así ambos chocar con la pared que estaba detrás de nosotros. Estaba demasiado mal, estaba muy mal el gran deseo entre nosotros y lo que en un futuro las consecuencias que podría conllevar. — Yoongi, ¿Te desharás de mí? ¿Dejarías que me suicidara por ti? — susurré esta vez con la voz dolida y con miedo. ¿Acaso todos los Íncubos son así de desalmados? Sentí sus brazos abrazarme con más fuerza y escuché un suspiro de su parte, mi mente recordaba las palabras que Jungkook me dijo sobre Yoongi. No quería creer, quería creer que él no me lastimaría pero simplemente sus palabras me dejaban en duda. Min Yoongi sólo quiere tu cuerpo, él simplemente es un príncipe de porcelana que realmente por dentro está hueco y vacío. Pero necesitaba escuchar aquello de sus labios, necesitaba escuchar aquellas amargas palabras para así darme por vencido. — No. Abrí los ojos por la sorpresa y me alejé para observar su delicado rostro, estaba anonadado por su confesión y no sabía si creerlo. Pero al sentir su mano posarse en mi cuello y acariciándolo con disimulo y delicadeza hasta llegar a mi mejilla para fijar sus ojos en los míos, me hizo sentir vulnerable. Jimin, él no es un Íncubo común y cualquiera. Tú has sido el primero en llamar su atención y la razón va más allá que un simple pacto entre tú y él. Fueron otra de las palabras de Jackson. — No permitiría tal cosa — susurró con tono duro, como si le hubiera molestado mi comentario. — Entonces, ¿Por qué siento que estoy lidiando con dos personas totalmente distintas? Vi que su mirada de nuevo expresaba sorpresa y esta vez me tomó por los hombros, sin despegar aquella mirada seria y cortante. — Jimin, aún no es el momento que lo sepas. Pero cuando yo esté listo para decírtelo, confía en mí por favor. 80

— ¿Qué? — Jimin, ¿Te puedo pedir algo? — el tono que usó lleno de súplica, me preocupó y confundió aún más. Asentí sin saber lo que quería, pero confiaba en que no era nada malo. Su mirada estaba llena de arrepentimiento y me ponía nervioso. — Por favor perdóname por lo que te hice. Sentí el ambiente más denso y sofocante, me sentí mareado y con miedo por sus palabras, ¿Acaso eso significaba que me había traicionado de nuevo? ¿Había de nuevo hecho algo que me hiciera odiarlo? — ¿A qué te refieres con lo que me hiciste? — pregunté con un hilo de voz. No quería llorar de nuevo por su culpa y tener este sentimiento de odio que no era para nada sano. Él se quedó en silencio sin querer decirme algo más, su mirada me preocupó aún más y yo lo empujé lejos de mí. — ¿Qué es lo que hiciste Yoongi? — exigí saber. Ambos nos quedamos de pie observando al otro, esperando algo. De repente me sentí aturdido y la vista algo borrosa, perdí el equilibrio y con dificultad para respirar me apoyé en la primera pared que había cerca de mí. Sentí una debilidad horrenda en todo mi cuerpo y sintiendo como si mí alrededor se moviera, escuché sus pasos rápidos acercarse a mí. — Jimin, ¿Qué te sucede? ¿Estás bien? — su voz la oí como si estuviera sumergido en el agua. Lentamente me deslicé por la pared hasta sentarme en el suelo y apoyar mi cabeza en la pared, vi el rostro de Yoongi observarme preocupado y un ardor indescriptible apareció en mi espalda por unos segundos dejándome sin aire. Él apoyó el peso de mi cuerpo en el suyo sin saber lo que me sucedía y poco a poco empezaba a perder la consciencia. Yoongi...no sé hasta cuando podré soportarlo sin que me dejes caer de tus brazos, no sé hasta cuando podré soportarlo sin que me dejes caer de tus brazos.

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— Tuvo un colapso, debe descansar por un tiempo. Debe alimentarse bien y no sobre esforzarse sino tendrá una recaída de anemia — informó el hombre de bata blanca observando a Jimin quien estaba dormido en una camilla de la enfermería. — ¿Jimin tuvo anemia? — pregunté preocupado observando su tierno rostro con los parpados cerrados. El doctor observó el portafolio en sus manos y se acomodó los lentes — Esto es lo que dice en su expediente médico. Al parecer estuvo internado a los diez años en el hospital en cuidados intensivos y fue diagnosticado con anemia. ¿Diez años? Fue un año después de que no nos volviéramos a ver... Observé al pelinegro con el ceño fruncido, ¿Cómo él podía ocultar algo así? Conocí a Jimin hace mucho tiempo y sabía que tenía muchas inseguridades en sí mismo, sabía que él era alguien delicado y sufría muchas burlas por su aspecto físico. Y al escuchar que una de las razones por las que estaba así, era porque no estaba comiendo bien, no evité sentirme culpable. Yo también tenía la culpa. Me acerqué a paso lento hasta su camilla y lo observé cruzándome de brazos. El hombre comenzó a ordenar unos papeles y tomó unos cuantos papeles debajo de su brazo. — Disculpe, tengo que ir a entregar unos documentos, ¿Se quedará esperando aquí? — dijo el hombre de salida. — Estoy bien aquí, me quedaré hasta que despierte. Gracias por su ayuda — me senté en una silla que estaba cerca de su camilla. El enfermero asintió y se retiró para dejarme solo en total silencio junto a un Jimin dormido e indefenso en mis manos. Aunque lo deseara con todas mis fuerzas y también sufría en el fondo por las ganas de tocarlo, no sería tan desconsiderado en aprovecharme de él ahora. Prefería que estuviera despierto y en sus cinco sentidos, sabiendo así que él lo deseaba tanto como yo y me pediría más. Solté un largo suspiró y pasé mis manos por mi rostro con frustración, este chico me vuelve loco al pensar con él de esa manera. No debo imaginar como la pasará en sus sueños que creé para él, mi objetivo era alimentar ese deseo hasta el punto de que alguno hiciera algo al respecto. Pero Jimin sin saberlo e involuntariamente también estaba jugando conmigo y mi ego me impedía rendirme a él. Yo quería ser el primero en escuchar aquellas palabras que desatarían un paraíso entre nosotros y luego un caos total lleno de lujuria.

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Alejé aquellos pensamientos de mi mente y me quedé en blanco al ver de nuevo su rostro, se veía tan puro, delicado e inocente que no podía evitar sentirme ansioso por desatar lo que su corazón ocultaba y tenerlo a mi lado, para demostrarle a los demás cual era la verdadera realidad y así que no había porque haber una limitación en el amor entre nosotros. Me incliné un poco para estar cerca de su rostro y sonreí ampliamente al poder contemplar tal hermosa y perfecta obra de arte frente a mis ojos. Jimin era lo más hermoso que podía existir y al aparecer en mi vida, me salvó de un destino terrible lleno de sufrimiento donde hacia sufrir a las personas quitándoles su inocencia y su alma. — Quiero decirte tantas cosas Jimin, pero no me siento aún capaz — susurré levantándome y observándolo de pie. Soy un cobarde lo sé, pero si él en algún momento accedía al oscuro momento de la lujuria eso podía significar que sentía lo mismo que yo. Ladeé la cabeza a un lado sin comprender como ese chico había dejado una parte de su bondad en mi corazón y me hacía hacer cosas como esta. Porque todo este juego no era para llevarme su alma conmigo, sino ganarme su corazón. Mi cuerpo se movió por si solo y lo tenía a centímetros de mi rostro, sintiendo su suave y tranquila respiración, se veía libre de preocupaciones que deseaba también unirme a su estado de inconsciencia. Recorrí con mi mirada sus perfectas facciones, sus parpados con sus perfectas pestañas, su nariz, sus rosadas mejillas, hasta llegar a sus gruesos y exquisitos labios color carmesí. Sonreí levemente de nuevo y sentí un hormigueo en mi estómago por la ansiedad de besar sus labios. Respiré levemente tratando de llenar mis pulmones con oxígeno porque estaba sintiendo en ese mismo momento que me ahogaría por su cercanía y moriría por la atracción que le tengo. La distancia entre nuestros labios se fue acortando lenta y dolorosamente, cerré los parpados y sentí que estaban a milímetros de encontrarse. Hasta que finalmente pude saborear aquellos labios por unos segundos. ¿Seré capaz de enamorarte de nuevo Jimin sin importar mi error?

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Capitulo 13 — ¿Qué es esto? ¿Es sangre? Mis dedos estaban manchados de sangre y no dejaba de llorar por el horroroso dolor que me atormentaba en todo el cuerpo. Los relámpagos resonaron con más fuerza, el cielo estaba oscuro y sentía que en cualquier momento podría quebrarse, provocando que los pedazos ratos cayeran sobre mí y me aplastaran. ¿Quién es ese chico en el pasillo? Sollocé aún más fuerte y tapé mi boca con mi mano tratando de controlar mi respiración al ver que aquella figura cayó de pie desde el segundo piso sin golpearse o tropezarse. Las luces titilaron un poco más por la fuerte tormenta y al sentir su mirada sobre mí, pude ver la figura del chico de tez blanca, cabello castaño, con las rodillas raspadas y lo más sorprendente: unas grandes y amplias alas de plumas blancas. Me quejé de nuevo por el dolor y pasé mi mano por mi hombro, machándome aún más con aquel rojo color rubí. Levanté la mirada y sentí una cálida mano tocar mi mentón, pude ver una triste sonrisa de su parte. — Lo siento por no haber cuidado de ti — me rodeó con sus alas y sentí que algo se incrustaba en mi espalda — Siempre estaré aquí Jimin.

Abrí mis parpados con pesadez y sentí que mis ojos estaban algo hinchados por haber dormido. Me removí entre las sabanas y me di cuenta que no estaba en mi habitación, me levanté algo preocupado y vi una cortina blanca a un lado de la camilla en la que estaba, ¿Por qué estoy en la enfermería? Con mis dedos moví la cortina a un lado y vi que estaba totalmente solo, algo incómodo por dormir en el duro colchón, me senté en el borde de la camilla y me coloqué mis zapatos mientras observaba mí alrededor esperando señal alguna de alguien. Vi el reloj y este marcaba las cinco de la tarde, además por una ventana entraba toda la luz del atardecer y una calidez recorrió todo mi cuerpo. Divisé mi mochila en una silla junto a la camilla y me acerqué a esta para llevármela al hombro, acomodé un poco mi cabello y me quedé hipnotizado viendo el exterior de 84

la ventana, donde podía ver unas montañas a la lejanía y el cielo ocultándose para dar paso a la oscuridad. Recordé en ese momento aquella catastrófica tormenta. Escuché algo detrás de mí y al voltearme me encontré con un Yoongi vestido casualmente con lentes de marco negro y con una botella de agua en una mano, observándome con sorpresa. Aunque yo fui el que me sorprendí de encontrármelo, se veía muy bien con aquellos lentes. Ambos nos señalamos al mismo tiempo a punto de decir algo, aunque yo le gané. — ¿Usas lentes? — arqueé una ceja algo divertido. Podría sacar ventaja para molestarlo. Él frunció el ceño y se rió por la pregunta — Son para leer — explicó. Luego se sentó en una silla a unos metros de mí, se quitó los lentes y me observó junto a una cálida sonrisa. Me crucé de brazos e hice un mohín, me gusta verlo con lentes. — Déjatelos, te quedan bien. Él me observó y sin negarse, se los colocó de nuevo — Si tú lo dices... — ¿Por qué estoy aquí? — pregunté quedándome inmóvil en mi lugar. Yoongi suspiró — Te desmayaste de nuevo. Abrí los ojos preocupado y desvié mi mirada a un lado, de inmediato no pude evitar sentirme nervioso. No otra vez... — Jimin, ¿Por qué no le dijiste a alguien que sufrías de anemia? — su pregunta me sobresaltó y sentí molestia en su voz. — No es importante — susurré sin mirarlo. — ¿Cómo que no es importante el hecho de que no comes bien? — reclamó esta vez aún más enojado, poniéndose de pie y haciendo ruido con la silla, sobresaltándome aún más. — ¿Cómo sabes eso? — lo miré confundido. — Te conozco muy bien Jimin como para saber que la causa de tus desmayos es por no comer bien porque piensas que estás obeso. Eso me enojó y me acerqué a él arrojando mi mochila al suelo — Tú no sabes nada de mí, así que no digas eso — susurré pinchándolo con mi dedo en el pecho, me molestaba que creyera que me conocía a la perfección ignorando el hecho de que me había traicionado en el pasado. 85

— Oh sí que lo hago, así que deja de dañarte de esa forma — dijo apartando mi mano delicadamente. — ¿Por qué te preocupas por mi Yoongi? La verdadera razón por la que no puedo comer es por ti — dije sin pensarlo al estar enojado. Él me miró divertido — ¿Qué dijiste? Me sentí intimidado y avergonzado por lo que había dicho, eso podía ser malinterpretado por cualquiera y así fue, ya que ahora él me hacía sentir nervioso y vulnerable frente a sus ojos. Este chico sí que me hace de desearlo a odiarlo en unos segundos. — Dije que no he podido dormir ni comer por tu culpa, idiota. Él rió por mi pequeño insulto tratando de provocarme más — Los insultos no van contigo Jimin, mejor guárdatelos — se burló. Lo tomé de los hombros y lo empujé con fuerza provocando que se sentara en la silla detrás de él. Me observó sorprendido y yo no pude evitar mirarlo con seriedad. — Cállate — gruñí molesto. Yoongi me observó desde abajo con aquella sonrisa que envió electricidad por todo mi cuerpo y me dejó estático frente a él — ¿Y qué piensas hacer para callarme? — susurró con una voz ronca que puso todo mi mundo al revés y me hizo perder el control sobre mí mismo en ese instante. Recorrí con mi mano su delicado cuello hasta llegar a su mentón y lo levanté levemente para que me mirara a los ojos, sentí su expresión de sorpresa por tal contacto, pero aun así sus oscuros ojos reflejaban otro sentimiento: anhelo. Me incliné lentamente para acercarme a su rostro y al estar a centímetros de sus labios me había dado cuenta de que había caído en su trampa de nuevo, pero esta vez lo había aceptado por mi cuenta. Lo miré a los ojos y dejé que el deseo de encontrarnos con el otro se hiciera más grande. —Esto — susurré para luego sentir aquellos frágiles labios que desde hace semanas quería probar. Sus labios respondieron con rapidez y suavidad, mi corazón comenzó a latir con fuerza y sentía que mi mente y mi cuerpo era un caos, nosotros provocaríamos un caos si continuábamos con este pasatiempo de provocarnos al otro.

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Sus lentes me comenzaron a incomodar y en unos segundos al despegar nuestros labios para recuperar el aliento, se los quité y los arrojé a algún lugar de la habitación. Sentí mis piernas debilitarse cuando él me tomó por la cintura, escuché el sonido de la botella de agua caer y él me atrajo más hacia él sentándome así sobre su regazo, haciéndome temblar por el letal contacto sobre la tela de mi pantalón y el suyo. — J-Jimin... — jadeó contra mis labios en un sutil susurro. Miré sus ojos dilatados y pude sentir el latido de su corazón con fuerza y rapidez al apoyar mi mano en su pecho. Respiré hondo al sentirme condenado por tal íntima y peligrosa cercanía, no sabía lo que estaba haciendo y había olvidado las consecuencias que podría conllevar al hacer esto. Pero con este chico todo era posible. Traté de resistirme de querer besar sus labios de nuevo, pero su oscura mirada y el fuerte agarre en mi muñeca me lo impidieron. — Jimin, un beso no cambiará las cosas — susurró con dificultad, tratando de tranquilizar mi temor por lo que pasaría en un futuro. — Si es así, entonces...al diablo todo — sonreí levemente y nos besamos de nuevo, esta vez con más desesperación y fuerza. Sus labios eran tan exquisitos que con la manera tan sensual que me besaba, deseaba jamás separarme de ellos. Sus suaves manos recorrían mi espalda y mis caderas con delicadeza, tratando de explorar más allá, pero estaba tan concentrado en saborear sus labios y competir contra su lengua, que no estaba consciente de sus acciones. En ese momento, la habitación se llenó de sonoros gemidos, respiraciones agitadas y el erótico sonido de nuestros labios besándose me hicieron querer aún más. Rápidamente sus labios pasaron de mis labios a mi cuello e hice presión sobre su hombro, sus labios eran tan ardientes que podrían llevarme de viaje al inferno. Pasé mis manos por su abdomen para sentir la calidez de su cuerpo contra el mío y enredé mis dedos en su cabello, enredándolo y jugando con el. Pero de repente el ruidoso sonido de un celular nos comenzó a incomodar, el sonido provenía de mi celular en mi pantalón y ya me estaba distrayendo de sus labios. Gemí molesto por la interrupción y con los ojos cerrados trataba de buscar el aparato para silenciarlo y maldecir al que se atrevía interrumpir este maravilloso momento. — Ah...Yoongi, el celular — jadeé en su cuello, levantándome levemente para tratar de separarme de él. Sin embargo él no permitió que sus labios se despegaran de mi cuello y tomó el celular por mí, recorriendo desde mi cintura hasta llegar a mi trasero, sacando así el aparato 87

de mi bolsillo para entregármelo. Gemí por su contacto y me senté de nuevo sobre él con el celular en mis manos, ahora provocando que él gimiera. Vi la pantalla y pasé saliva al ver que era mi madre quien estaba llamando, iba a colgarle pero su voz me detuvo. — Contesta — susurró. — ¿Qué? Inclinó su cabeza hacia atrás dejando ver su cuello y me rodeó con sus brazos por la cintura — Contesta, pero tú no te mueves de donde estás. Lo pensé por unos segundos pero en realidad no deseaba interrumpir la situación comprometedora en la que nos encontrábamos. Pasé mis piernas de su cintura a un lado para estar más cómodo, él se acomodó levemente y no me soltó en ningún momento. —Está bien, pero no intentes hacer algo. Te lo advierto Min —dije dándole una mirada amenazante. —No me provoques —pidió junto a una sonrisa. Solté un largo suspiro tratando de calmar mi corazón que latía con fuerza, sin embargo el calor del momento y al tener su cuerpo debajo del mío me lo impedía. Le di una pequeña mirada a Yoongi por última vez y decidí contestar la llamada. — ¿Hola? —contesté con la voz algo cansada. — ¿Jimin por qué no contestabas? —fue lo primero que me preguntó mi madre preocupada y enojada. Yoongi soltó una risita al escuchar la fuerte voz de mi madre por el teléfono. Recorrí con mi mirada toda la habitación con nerviosismo, tratando de encontrar una excusa. —Estaba estudiando y tenía el celular en silencio —sentí la mano de Yoongi subir por mi cintura —Para no desconcentrarme, ya sabes... El peli-gris comenzó a recorrer con sus manos mi abdomen y poco a poco comenzaba a levantar mi camisa, mi cuerpo comenzó a temblar. Le di una mirada de advertencia para que se detuviera, pero tampoco me permitió levantarme. Mi madre no dejaba de hablarme por teléfono, pero no sabía lo que estaba diciendo. Estaba concentrado en detener a Yoongi, pero el chico aprovechaba que estaba hablando por teléfono. Con la otra mano libre lo tomé de la nuca y sin despegar el teléfono de mi oído, me acerqué a él y le robé un beso, esta vez mordiendo su labio para que se detuviera. 88

— ¡Auch! —se quejó él pasando sus dedos por sus labios. —Jimin, ¿Con quién estás? —preguntó mi madre poniéndome nervioso. —Estoy con un amigo, estamos estudiando juntos matemáticas —sonreí y con la otra mano tapé la boca de Yoongi. — ¿Y cómo se llama? —preguntó curiosa. —Ehhh —él me miraba enojado y apretó con más fuerza mi muñeca —Se llama Min Yoongi. Lo miré mal y alejé el celular un poco para susurrarle que se callara. El cedió un poco y aproveché para soltarme de su agarre y levantarme de su regazo, me sentí aliviado un poco, ya estaba comenzado a sentirme asfixiado y podría dejarme llevar por la situación. Mientras estaba hablándole a ella, mantenía vigilado al peli-gris que comenzaba a acercarse lentamente hacia mí y me tenía atrapado con la camilla detrás de mí chocando con mis pantorrillas. Él comenzó a acercarse aún más y caí en ese instante sobre el colchón golpeándome la cabeza y tomándome por sorpresa al tenerlo sobre mí, tomando mi otra muñeca y teniendo sus piernas a cada lado de mi cintura. — ¡Ah! —grité algo asustado y Yoongi se rió. — ¿Qué sucedió Jimin? —quiso saber mi madre y no pude pensar en la excusa más tonta que se me hubiera cruzado por la mente. — Me di cuenta de que equivoqué en un ejercicio, voy a pedirle a Yoongi que me expliqué. Me tengo que ir, te llamo más tarde mamá — respondí rápidamente tratando de finalizar la llamada. Aunque ella sacó el tema de mis malas calificaciones en química y el peli-gris que me tenía aprisionado con su siniestra mirada rió por el sermón que mi madre comenzó a darme. No sabía si sentirme avergonzado porque mi madre me estaba regañando enfrente de él o por estar hablando con ella mientras estamos en una indebida situación. Yoongi de repente me arrebató mi celular y sentí que mi alma se iba de mi cuerpo, traté de quitárselo pero él ya le había dirigido la palabra. — ¿Hola señora Park? — arrugué la nariz al escuchar que llamó a mi madre por el apellido de su exesposo. Esos segundos de silencio de conversación entre mi madre y él me ponían nervioso, ella no se lleva muy bien con mis amigos y odiaría que más tarde me dijera que debería alejarme de Yoongi. Sin embargo al ver la pícara sonrisa de Yoongi, me había dado 89

cuenta de que le había agradado a mi madre, incluso él se ofreció a ayudarme en clase de química. — Fue un gusto hablar con usted, tenga por seguro que Jimin mejorará sus notas — se despidió él pasándome el celular y soltándome de las manos para que lo tomara, le di falsas promesas a mi madre y por fin finalicé la llamada. Arrojé el móvil a un lado del colchón y cuando iba a moverme para quitármelo de encima, él levantó mis muñecas e impidió que me soltara de mi agarre. Me sentí enojado y estaba en ese justo momento considerando en golpearlo con mi rodilla para que me soltara. — Maldición Yoongi ¿Qué te pasa? Era mi madre, ¿No podías quedarte quieto? — reclamé molesto. — Te dije que no me provocaras — contraatacó quedando nuestros rostros a centímetros del otro. — Pero si ni siquiera me moví — susurré con dificultad al sentir su nariz rozarse con la mía levemente y al perderme en sus profundos ojos. — Jimin, todo tú me provocas. Mi respiración se cortó y no sabía que era pero algo en mí se rompió bruscamente. Algo se prendió en llamas, algo despertó y algo cambió. Y descubrimos que hasta ahora todo este camino en el que nos descubriríamos mutuamente, había comenzado.

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Capitulo 14 Recuerdo ese oscuro día perfectamente, cuando lo conocí. Cuando conocí su sonrisa que había alegrado mi amargo día y en la cual había comenzado una historia de amor algo injusta para mí. En la que yo le amaba, pero él no. Suspiré pesadamente estirándome mis brazos sobre la mesa y apoyé mi cabeza en esta para tratar de alejarme del mundo que me rodeaba, como si al esconder mi cabeza pudiera bloquear todos los pensamientos sobre él y así esconderme de su mundo en el que me sentía pequeño y excluido. Como dolía vivir así cada día. Cerré mis ojos un momento para tranquilizarme, la biblioteca era algo cálida y silenciosa, pero simplemente el ambiente tampoco ayudó. Su sonrisa apareció en mi mente haciendo que mi corazón latiera más rápido. Gruñí molesto para mí mismo al no poder dejar de pensar en Hoseok y me enderecé en mi asiento de nuevo, esta vez viendo al par de chicos que estaban frente a mí. — Jimin, cuantas veces te he dicho que cometiste el mismo error aquí — le regañó Yoongi señalando la hoja en el escritorio y Jimin trataba de comprender lo que le explicaba su nuevo tutor de química. Jimin hizo una mueca de disgusto y revisó la hoja de nuevo. El peli-gris lo observaba con seriedad lo que Jimin hacia y yo los observaba en silencio, analizando la extraña actitud que estos dos habían adaptado en estos días, ya que me había parecido extraño verlos ahora juntos en la biblioteca hablando, estudiando o peleándose por cualquier cosa, a veces se quedaban mirando como si nadie los estuviera viendo y allí es cuando yo era el mal tercio del grupo. Jimin y yo no hemos vuelto a hablar con Jin, simplemente lo vemos en los pasillos o en clase, pero nos ignora. Supongo que debe estar feliz con el profesor Kim, pero la verdad es que no me importa, nada me importa, incluso he estado perdiendo a mi mejor amigo. Lo que me importa ahora es ella... y olvidarte Hoseok, porque esto ya es suficiente dolor. Suspiré melancólicamente por décima vez en el día y opté por observar a ese par que me hacía reír y a veces preguntarme sobre su relación ahora. Por lo que tenía entendido era que antes se odiaban, pero Jimin lo había perdonado por lo que le hizo en el pasado, aunque siento que me perdí de algo más. 91

— ¡Pero Yoongi, no te entiendo cómo me explicas! — reclamó el peli-negro algo frustrado. Yoongi lo miró mal y suspiró frustrado, creo que su trabajo como tutor le ha sido difícil. Reí por la escenita de pelea que estos dos iban a montar a continuación. — Jimin...esta es la quinta vez que te he explicado. — No seas exagerado, es la cuarta. Yoongi apretó el lápiz en su mano con enojo y no dejaba de mirar fijamente a Jimin, quien ahora sonreía alegremente por hacerlo enojar. — La última vez que te explico este tema Park, quedas advertido. Jimin sonrió — Ya, explícame — dijo quitándole el lápiz de las manos, para luego mover su silla un poco y prestarle atención a lo que tenía que decir Yoongi. Él comenzó a explicar de nuevo lo que hace unos minutos le había enseñado a Jimin, yo escuchaba lo que decía y juraba que me lo sabía de memoria. Jimin era muy distraído y al juntarse con Yoongi era peor, justamente porque en ese momento se distrajo de nuevo observando al de tez pálida sin disimulo alguno. También había pillado a Yoongi observar a Jimin por largos periodos de tiempo, pero ambas miradas que se dedicaban eran distintas. Jimin cada vez que lo observaba a él era una mirada intensa y expresaba anhelo por él. Por otro lado Yoongi lo observaba con una mirada algo sutil y suave, como si estuviera esperando algo, con deseo a la vez por él, pero siempre esperando. Y esa era la mirada de un enamorado. Podría reconocer esa mirada en cualquier lugar, porque era mi reflejo cuando observaba a Hoseok. — Jimin — Yoongi se dio cuenta de que Jimin se le había quedado mirando fijamente y dejó la hoja a un lado. Mi amigo estaba en una especie de trance y yo sólo me moría de la vergüenza por él. El peli-gris le dio un leve golpe al peli-negro en la cabeza para que volviera en sí y con un simple roce, él ya había vuelto a la tierra de nuevo. Estos dos sí que actúan extraño por el otro. — ¿Qué tanto me miras Park? ¿Acaso te gusto? — lo molestó Yoongi con una sonrisa. Jimin bufó por la pregunta y apoyó su espalda en el espaldar de la silla para mantener la distancia entre él y el chico que tenía al frente. — ¿Acaso debo ver algo? Porque para mí no hay nada que ver de ti — contra atacó Jimin — Y no, no me gustas. 92

Yoongi apoyó sus codos sobre la mesa y sonrió aún más al escuchar lo que dijo él. — Pero te atraigo, ¿No es así, Park? — ambos cruzaron miradas por unos segundos como si supieran lo que el otro se refería. — Deja de llamarme por mi apellido, Min — cambió de tema Jimin rápidamente. Yoongi arqueó una ceja — ¿Acaso no te gusta que te llame por tu apellido? Jimin pasó saliva y en ese instante lo vi nervioso, Yoongi sacó aún más ventaja de eso. — ¿O acaso quieres que te llame como lo hago por las noches? Jimin y yo abrimos los ojos sorprendidos, si estuviera bebiendo algo me hubiera atorado por ese comentario. ¿Por las noches? ¿Acaso ellos...? ¿Qué está pasando aquí? Observé a Jimin sorprendido buscando explicaciones sobre lo que acaba de pasar, pero él se encontraba inmóvil en su asiento, sonrojándose de a poco a poco por la vergüenza y mirando a Yoongi con aún más ira. Creí que le iba a gritar enojado, pero simplemente se sintió nervioso al parecer por mi presencia. — Maldición Yoongi, cállate. Está Taehyung presente — le susurró. El otro chico ni se inmutó y al parecer no había notado mi presencia, porque simplemente siguió ocupado en molestar a mi mejor amigo. Aquella sonrisa no se quitaba de su rostro como si tratara de provocar a Jimin. — ¿Y cómo planeas callarme, Jimin? En ese instante Jimin se quedó sin palabras y supe que había perdido frente a Yoongi. El peli-negro refunfuñó derrotado, se levantó molesto de su asiento, tomó sus cosas con rapidez tratando de escapar de la mirada del peli-gris, se acercó a mí y me tomó del hombro para que me levantara. Y le dio una última mirada a Yoongi. — Sí que me haces enfadar... ¿Quién dijo que se volvería a repetir? — le retó Jimin, tratando de enfadar a Yoongi, pero simplemente logró que su ego aumentara. — Ya lo veremos Jimin. — Pues no lo sabremos, porque no nos volveremos a ver — dijo molesto y me jaló del brazo para alejarnos de él con rapidez. — ¡Nos vemos en tus sueños Jiminnie! — gritó por último Yoongi. Por poco y Jimin le saca el dedo del medio, pero me sacó a la fuerza de la biblioteca, quedándonos así en el pasillo. Yo sin entender nada de lo que acaba de pasar y con un enojado Jimin que me sostenía del brazo. 93

Me solté levemente de su agarre al notar que poco a poco se iba tranquilizando, suspiré algo aturdido mirándolo de reojo y no pude evitar preguntar lo obvio. — ¿Acaso están saliendo? Jimin en ese instante me congeló con la mirada y me había dado cuenta que saqué la conclusión errónea. — ¿Cómo piensas que voy a salir con ese idiota? —preguntó con el ceño fruncido, pero en su mirada sentía que escondía algo. —Pues como él te... Mis palabras se perdieron al divisar a Hoseok al fondo del pasillo hablando con un grupo de amigos. Pasé saliva y mis manos comenzaron a sudar, oh no... —Digo, por el comentario que él hizo, ya sabes...pensé que aún eras virgen. — ¡Taehyung! — ¿Entonces? —quise saber —Siento que me estás ocultando algo Jimin y para ser sincero me sorprendió tu repentina cercanía con Yoongi. Jimin se cruzó de brazos y frunció el ceño —Entre Yoongi y yo no pasa nada, simplemente me está ayudando con mis calificaciones y...Creo que no soy el único que siente que me esconde algo. Mi corazón se oprimió contra mi pecho al ver que Hoseok se comenzaba a acercar y tenía su mirada sobre mí. Apreté los puños para enfrentar a Jimin, quisiera decirle, pero no puedo. Ella me abandonaría. —Jimin, sé que nos hemos distanciado un poco, me están sucediendo muchas cosas ahora mismo. Pero no creo poder decírtelas —ella es la única que me puede salvar de este dolor por ti Hoseok. Los pasos de Hoseok se acercaban a un más y al observarlo de reojo, puede ver aquella sonrisa que me rompía el alma. Jimin me miró sorprendido por mi rechazo al confiarle mis secretos y mi cuerpo de repente sintió la necesidad de verla. —Taehyung, soy tu mejor amigo y me preocupa que algo malo te esté sucediendo. Le sonreí levemente para tranquilizarlo —Me tengo que ir, nos vemos Jimin. Iba a tratar de irme, pero él me sostuvo del brazo — ¿A dónde tienes que ir Taehyung? ¿A la ciudad de nuevo? No me digas que no estás juntándote con ese tipo de gente. —Si te refieres a que si estoy yendo a fiestas o a beber, no —lo tranquilicé. 94

Hoseok estaba lo suficientemente cerca para escuchar nuestra conversación y lo que decidí hacer me dolió en el profundo del corazón, pero simplemente lo guardé con una sonrisa. De seguro no te interesa esto Hoseok, ¿Cierto? —Encontré alguien más, Jimin. Ella es mi todo ahora, así que quiero verla ahora. Nos vemos —di media vuelta y me encontré con Hoseok totalmente serio observándome fijamente. — ¿Ella? —susurró Jimin sorprendido para sí mismo. Hoseok y yo nos quedamos unos segundos observándonos sin saber cómo reaccionar, así que él sonrió de nuevo y cuando trató de saludarme, simplemente seguí de largo ignorándolo. Sentí como otro pedazo de mi corazón se iba con él. Y otro pedazo de mi alma con ella.

Taehyung cuando me ignoró y pasó justo a mi lado, pude sentir como si una cuchilla me hubiera cortado. Sabía que nuestra relación se había roto y ya no era lo mismo, todo porque yo lo había arruinado. Había alcanzado a escuchar las duras palabras que él le había confesado a Jimin y simplemente deseé no creerlo. Pensé que sólo me tenías a mí, pensé que sólo me amabas a mí, pero me había dado cuenta de que esa ya no era la realidad. Me quedé unos segundos de pie en shock observando cómo aquel chico de tierna sonrisa y armoniosa voz, desaparecía por el pasillo para alejarse de mi vista. Y sentía como si una parte de mi vida se iba con él, lo estaba perdiendo. — Jimin, ¿Sabes lo que le sucedió a Taehyung? —pregunté como si no supiera lo que estaba sucediendo. —La verdad no lo sé... — le escuché decir con la voz dolida. Me quedé en silencio y cuando iba a seguir hablando con él, mi celular vibró en el bolsillo de mi pantalón; lo saqué y tenía un mensaje de Jungkook, quien me ordenaba ir a la azotea lo más pronto posible. Hice una mueca frente al mensaje, no tenía ánimos de escuchar sus advertencias que me ponía más triste y me hacía odiarme más a mí mismo por hacer sufrir a Taehyung de esa manera. — Ah lo siento Jimin, me tengo que ir. Hablamos luego — me despedí de él rápidamente. Caminé por el lado opuesto donde Taehyung se había marchado, seguí mi camino por unos cuantos pasillos subiendo por unas escaleras hasta llegar al último piso del 95

edificio central, subí las angostas escaleras que daban paso a otro pasillo totalmente a oscuras y me guié por la puerta de metal que era iluminada por la luz del exterior. Tomé el pomo de esta y me quedé de pie tratando de calmar mis sentimientos que se convertían en un dolor punzante al recordar como él me observaba siempre que le sonreía. De repente la puerta se abrió, cegándome la vista por la luz del atardecer y Jungkook sin decir nada me jaló del brazo y cerró la puerta detrás de él. Me quedé de pie observando el paisaje con montañas a los lejos, el frondoso bosque y el lago a lo lejos donde pasaba el carril del tren. El helado viento me hizo estremecer y sabía que pronto se acercaba el invierno. Observé a Jungkook quedarse de pie en el borde del techo, tranquilo contemplando el paisaje sin miedo alguno de caer, me daba la espalda y dejaba a la vista su camisa blanca con dos cortes en la espalda. Vestía aquella camisa siempre que salía para que no se arruinaran las demás camisas que tenían al dejar libres sus alas. — Debes tener cuidado Hoseok — fue lo primero que él dijo. Miré con fastidio a Jungkook — Me pediste venir hasta acá, ¿Para decirme lo mismo de siempre? — reclamé con odio en mi voz, pero su amenazante mirada me dejó en silencio. — Si no cuidas tus palabras y tus acciones, podrá conllevarte graves consecuencias. Al escuchar esas mismas palabras de siempre, reí amargadamente y me sentí en ese instante vulnerable, dolido y frustrado. No podía vivir más así, guardándome el dolor siempre y guardando mis sentimientos. — Dime Jungkook, ¿Por qué debería controlar mis sentimientos? ¿Por qué no podemos amar a quien queramos si Él creo el amor y nos dio la oportunidad de amar? — quise saber con frustración en mi voz. Una ráfagada de viento chocó contra mi rostro y Jungkook se encontraba frente a mí con sus gigantescas alas blancas a cada lado dándole un aspecto amenazante y desafiante, con una mirada de enfado por haberlo nombrado a Él. Me sentí amenazado, pero simplemente no podía sacar mis alas frente a un superior de la Legión de los Guardianes. — A los humanos se les dio la oportunidad de amar y sentir Hoseok. Ellos pueden amar a quien deseen sin importar su género incluso, pero nosotros no podemos darnos el lujo de amar a un humano. — ¿Por qué? — susurré aturdido. 96

— Porque Dios no quiere que nos enamoremos y suframos, porque así caeríamos en el pecado y perderíamos nuestras alas. Tú más que nadie sabe eso Hoseok — dijo él con un tono frío. Traté de decir algo para llevarle la contraria, pero él me lo impidió. — Nuestro trabajo es protegerlos a ellos y guiarlos para salir de la tentación, como el de los Íncubo. No podemos hacer nada en contra de ello. — Pero Jungkook, no soporto verlo siempre sufrir por mí. Si dices que nuestro deber es protegerlos, ¿Por qué Él deja que ellos sufran? — Deja de meterlo a Él en la conversación Hoseok — ordenó frunciendo el ceño. — Lo siento. Aunque estoy considerando perder mis alas así sea por Taehyung para dejar de verlo sufrir — confesé enfrentándome a la mirada de Jungkook. Él sonrió levemente sin sentimiento alguno. Jungkook era uno de los tantos ángeles que no sentía nada hacía alguien, simplemente le servían a Dios y cumplía su trabajo sin negarse. Pero había fallado una vez y eso jamás se lo perdonó. — No entiendo porque decidiste no ser el Guardián de Taehyung, si dices que está sufriendo. Hubieras cuidado de él, hubieras dejado atrás los sentimientos, resistido a la tentación y así no estarías como estás ahora — su voz se hizo más gruesa — No estarías sufriendo por amor ahora, a punto de perder tus alas y con un Taehyung totalmente solo, muriéndose de amor por ti — susurró él en mi oído. Sentí como si algo se clavara en mi corazón, me quedé sin fuerzas y simplemente me sentí derrotado frente a sus palabras. Jungkook se alejó lentamente de mí, tomó asiento en el borde del techo mirándome fijamente con un semblante ahora serio y pensativo. — Ahora el problema es que se desate una guerra entre nosotros y los Íncubo, y el culpable será Min Yoongi — comentó para sí mismo. Me quedé en silencio escuchando lo que tenía que decir, pero la verdad me importaba poco, ahora simplemente no quería saber nada de los ángeles. Aunque de seguro Jungkook está preocupado por aquello al tener una visión del futuro, como desearía saber mi futuro con Taehyung. — ¿Y qué debemos hacer al respecto? — pregunté sin interés. — Tendré que esperar. Si Yoongi hiere a Jimin o algo sucede entre esos dos que nos afecte, deberé intervenir. Yo sonreí para mí mismo — Tú ya no puedes intervenir en su vida, Jungkook. Sus alas se levantaron levemente y me señaló — Silencio. 97

Bufé sin tomarle importancia y me crucé de brazos. Ahora no le tenía miedo, estaba enojado por todo este lio y simplemente tenía un dolor punzante en mi corazón que me haría llorar en cualquier momento. — ¿Cuándo le dirás toda la verdad a Jimin? Jungkook suspiró pesadamente frente a mi pregunta, se levantó dándome la espalda y se quedó de pie a punto de saltar. Su silueta me tapaba la vista levemente y yo aún seguía esperando su retirada para que me dejara llorar en silencio. — Cuando sea necesario... — respondió y observó el cielo por unos segundos — Piensa mejor tu decisión Hoseok, podrías luego arrepentirte por el resto de tu corta vida. Esas fueron las últimas palabras de advertencia que me dio Jungkook, para luego desaparecer de mi vista en un abrir y cerrar de ojos, dejándome así liberar mi dolor al notar que tristes lagrimas caían de mis ojos hasta mis mejillas. Me arrodillé en el suelo y lloré para mí mismo en silencio, odiaba estar destinado a ser esto. Odiaba el no poder amar al ser destinado a lo que era. Mi tiempo se detuvo para mí y se hizo más frio, solitario y triste, en el que lloraba con odio y dolor al no poder comprender lo que estaba sucediendo. Por un momento levanté la mirada y pude ver una delgada figura el borde del techo, que me observaba fijamente; pude sentir un aura oscura y diferente a la nuestra, un Íncubo. — Creo que ya te has dado cuenta lo que se siente al no ser correspondido, ¿No es así Hoseok? — dijo la figura bajando lentamente del borde y dejando ver su identidad. — ¿Yoongi? Él sonrió levemente y ocultó sus manos en sus bolsillos, observando como yo lloraba por el chico que amaba. — Así que deseas jamás haber sido un ángel. Yo siento lo mismo... — confesó tomándome por sorpresa — Dime, ¿Quién te hace sentir así? Un nudo en mi garganta se formó y no sabía si decirle su nombre — Su nombre es Taehyung. Yoongi asintió en silencio y yo no evité sentir curiosidad por lo que él había dicho. — ¿A ti quién te hace sentir así? Él se quedó en silencio unos segundos, vi su mirada perderse en el vacío y con una sonrisa en sus labios dijo su nombre. 98

— Jimin.

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Capitulo 15 Sus labios respondieron con rapidez y suavidad, mi corazón comenzó a latir con fuerza y sentía que mi mente y mi cuerpo era un caos, nosotros provocaríamos un caos si continuábamos con este pasatiempo de provocarnos al otro. Sus lentes me comenzaron a incomodar y en unos segundos al despegar nuestros labios para recuperar el aliento, se los quité y los arrojé a algún lugar de la habitación. Sentí mis piernas debilitarse cuando él me tomó por la cintura, escuché el sonido de la botella de agua caer y él me atrajo más hacia él sentándome así sobre su regazo, haciéndome temblar por el letal contacto sobre la tela de mi pantalón y el suyo. — J-Jimin... Sentía corrientes eléctricas por todo mi cuerpo y me sentí nervioso al tenerlo cerca de mí, permitiéndome tener un amplio perfil de su rostro, su mirada llena de concentración, su profunda voz y sus delicados labios que habían besado los míos aquella vez dejándome en el limbo de su encantadora sonrisa. Aún no podía creer lo que había sucedido en la enfermería. Al inicio sentí que había sido un sueño de nuevo, pero al darme cuenta que yo había tomado la iniciativa y al sentir su piel, sus labios y su mirada. Supe que había sido algo real. Él me dijo que un beso no cambiaría las cosas entre nosotros, pero simplemente eso provocaba en mi sentimientos de incomodidad y anhelo hacia él. Pensaba que así podría saciar mis deseos por él un poco hasta la Luna Roja, pero simplemente ese deseo comenzó a crecer mucho más dentro de mí. — Necesitamos distanciarnos — fue lo que le dije esa tarde. Ambos estábamos en la biblioteca como todos los días. Él para ayudarme en mis materias y aún más cuando los exámenes de invierno se aproximaban, aunque Yoongi me había hecho pasar vergüenza frente a Taehyung con su comentario de doble sentido y me hiciera enojar. De todas formas era el chico al que mi alma estaba amarrada y podría hacer lo que quisiera conmigo, después de todo esa era el juego al que había aceptado hacer parte. Yoongi me observó fijamente y mordió su labio levemente. Odio y me encanta cuando hace eso. Hace que me ordene a mí mismo besarlo allí mismo frente a todo el mundo, pero simplemente nos limitamos a quedarnos unos segundos mirándonos mutuamente, 100

sintiendo como corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo, imaginando millones de situaciones y escenas en mi mente que nunca realizaría al cabo por mi poco valor. — ¿Por qué dices eso? — preguntó al fin él, permitiéndome reaccionar del trance en el que estaba. Suspiré pesadamente y me sentí nervioso, no quería decir que me sentía incómodo cerca de él o que deseaba besarlo de nuevo. De seguro él se burlaría de mí y me dejaría llevar más allá de lo necesario. De repente sin saber cómo ya estaba contemplando con mi mirada sus labios de nuevo, él lo notó y se acercó peligrosamente a mi rostro tomándome por sorpresa. — ¿Qué sucede? ¿Acaso quieres volver a repetirlo? —susurró él de una manera atrevida y mirándome directo a los ojos haciéndome temblar. Por supuesto que sí lo quería, pero simplemente mi ego y mi miedo al caer en su trampa me lo impedían. Ese beso fue lo más emocionante y ardiente que había sentido en toda mi vida, dándome a entender que cualquier cosa donde Yoongi estuviera incluido era fascinante. Este chico sí que dice comentarios de doble sentido que me hace querer romper mis propias reglas de abstenerme de su cuerpo. Escuché risas un poco lejos de nosotros. Observé de reojo al grupo de Jackson observándonos fijamente y me sentí avergonzado. Recordé las palabras que el rubio me había dicho después de la muerte Mark y me sentí intimidado por su mirada. —Yoongi, hay gente mirándonos. Deja de decir esas cosas —susurré apenado y me alejé para mantener nuestra distancia. Sin embargo él me acercó a su rostro de nuevo y su mano recorrió mi mejilla con suavidad, me sentí vulnerable al no detener su agradable contacto. Su sonrisa se asomó en sus labios y con su dedo índice recorrió mis labios levemente provocando que un incendio se prendiera dentro de mí. Con un leve roce sentía que nuestro contacto ya era demasiado íntimo, pero aún más su oscura mirada en la mía. —Cómo quisiera que supieras lo poco que me importa que estemos en público — comentó junto aquella sonrisa. Sus palabras me dejaron anonadado y sabía que él sentía lo mismo que yo. Ambos queríamos aquello de nuevo, pero simplemente yo me lo guardaba y me sentía abrumado por algo que odiaba de mí mismo: la opinión de los demás sobre mí.

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Retiré su mano delicadamente de mi rostro, tratando de no ser brusco o seco. Después de todo no quería dejar de sentir su cálido contacto, pero simplemente la amenazante mirada del chico en el otro lado del salón me obligaba a hacerlo. — Yoongi, yo...aprecio tu ayuda estos días, pero creo que deberíamos mantener nuestra distancia — observé de reojo a Jackson y miré de nuevo al chico frente a mí, tal vez no sonaba muy convincente. Él se quedó en silencio analizando mi rostro, pensando sobre mi petición y al parecer había comprendido. — Está bien — fue lo único que dijo para seguir haciendo su tarea dando a entender que no le importaba en absoluto. No supe que decir al respecto y simplemente tomé mis cosas con algo de torpeza y nerviosismo. Mi lado inseguro y sensible me había llevado a hacer esto. Sentí la fría mirada de Jackson sobre mí y observé al peli-gris por última vez con las palabras atoradas en mi garganta, quería decir algo aunque podría empeorarlo o tal vez no serviría de nada. Observé sus pálidas y fuertes manos donde se marcaban sus venas apretando el lápiz con algo de fuerza, su mirada estaba en la hoja en blanco y él se quedó inmóvil como si también tratara de escribir una frase en el papel. Suspiré rendido y no le tomé importancia, de todas maneras es Min Yoongi. A él no le importas Jimin. — Nos vemos. Di media vuelta a punto de alejarme de él, pero su voz me detuvo haciéndome dudar de mis sentimientos y decisiones de nuevo. — Jimin... — no me canso de escuchar su voz diciéndome mi nombre. — ¿Si? No sabía por qué, pero esperaba que dijera algo para detenerme de alejarme de su lado. — Suerte en tus exámenes — dijo junto a una amable sonrisa y pude dejar de contener la respiración. Suspiré y le devolví la sonrisa — Gracias Yoongi, igualmente. Mordí mi labio inferior levemente y continúe mi camino a la salida, dejándolo a él atrás. Cuando estaba frente a la puerta de vidrio que daba la salida, mi mirada de nuevo se centró en él y esta vez él estaba mirando fijamente a otro lugar. Mi celular en mi bolsillo vibró y observé que tenía un mensaje de Taehyung, sin pensarlo lo abrí y lo leí. 102

Tae: Jimin, sé que debes estar enojado o desilusionado conmigo por lo que sucedió la otra vez. 4:50 PM Yo: Pues estás en lo cierto Taehyung, creí que era tu amigo. 4:51 PM Tae: Lo siento. 4:51 PM Yo: Deberías disculparte en persona Taehyung, me preocupa lo que estés ocultando y temo que sea malo. 4:52 PM Tae: No es malo, pero prometo decirte cuando pueda lo que está sucediendo, ahora ¿Me podrías hacer un favor? 4:53 PM Yo: Hoseok también se preocupa por ti Taehyung. 4:53 PM Tae: Maldición Jimin, no lo nombres a él. Él no tiene que ver en nada de esto. Ahora, ¿Podrías por favor hacerme un simple favor? 4:55 PM Yo: Ya, dime lo que necesitas. 4:55 PM 103

Tae: Dejé mi libro de texto en el salón del profesor Kim, ¿Podrías por favor recogerlo por mí? 4:56 PM Yo: Está bien. Pero prométeme que me dirás lo que te está sucediendo. 4:57 PM Tae: Muchas gracias, lo haré. 4:57 PM Yo: ¿Cuándo? 4:58 PM Tae: Pronto Jimin, tenme paciencia. 4: 58 PM Yo: Está bien, nos vemos mañana. 4:59 PM Observé la pantalla de mi celular leyendo su respuesta frente a mi petición y simplemente sabía que algo le ocurría a él. Tenía que ver con Hoseok lo sentía, él no se había dado cuenta, pero sabía que una de las razones por las cuales Taehyung escapó rápido aquella tarde en los pasillos era porque Hoseok estaba cerca de nosotros y de seguro le dolió al escuchar que Taehyung había conseguido novia. Si ese es el secreto que Taehyung esconde, me pregunto cómo será esa chica. No puedo imaginar que chica puede enamorarse de mi extraño amigo, el único que soportaba sus extraños comentarios y sus sonrisas cuadradas era Hoseok. Subí mi mochila a mi hombro un poco más y caminé por todo el pasillo para llegar al salón del profesor Kim.

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Cuando ya estaba frente al salón de este, la puerta estaba cerrada y al tomar el pomo de la puerta en mis manos, escuché voces adentro. Fruncí el ceño y al querer reconocer aquellas voces pude saber de inmediato de quien se trataba y era Jin. — No me dejes... — fue lo único que pude escuchar, porque de repente mi cabeza comenzó a doler y sentí como si otro de aquellos sueños dominaran mi mente cuando estaba despierto.

Estaba de nuevo en aquel oscuro pasillo donde comenzaba mi sueño nocturno. Todo estaba en completo silencio, pero yo estaba en medio de dos personas, Yoongi detrás de mí y Namjoon frente a mí, ambos observándome fijamente. Traté de retroceder, pero algo me impedía moverme. Vi el inexpresivo rostro de Namjoon a unos metros de mí y me sobresalté al ver que dos manos salían de la oscuridad para luego atraparlo del cuello suavemente. Escuché algo quebrarse como un cristal y las manos taparon sus ojos. El ambiente se tornó tétrico y oscuro, quería protegerme detrás de la espalda de Yoongi, pero mi cuerpo no respondía. Gritos y sollozos comenzaron a escucharse sobre mí en el infinito vacío donde no había techo, parecía como si los gritos le pertenecieran a Namjoon, pero su rostro se mantenía inexpresivo. — No me dejes... — escuché un susurró detrás de mí. El rostro de Yoongi se mantenía inexpresivo también, pero al ver que apretaba sus puños con fuerza, me hacía sentir confundido. — No eres común y corriente Jimin, pronto lo sabrás — esta vez dijo una voz que no le pertenecía a Namjoon. Observé la figura inmóvil del moreno cegado por aquellas manos detrás de él que me hicieron pensar al observar una inusual pulsera de plata en la muñeca del desconocido. Y sólo una persona que conocía tenía esa pulsera con un mensaje significativo al revés de esta. De repente sentí las manos de Yoongi tomar las mías y así logrando alejarme de aquella escena, como si tratara de protegerme de lo que estaría por ocurrir. Subimos las escaleras lentamente sin decir nada, suponiendo que sería otra de esas eternas noches, pero simplemente al estar en la planta superior. Yoongi se había ido dejándome solo.

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Sin embargo sabía en el fondo que cuantas veces tratara de alejarme de él, siempre acabaría volviendo a él una y otra vez. Después de todo era su juego construido por nuestra propia pasión.

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Capitulo 16 —Jin, por favor escapa conmigo —dijo Namjoon mirándome directo a los ojos con una total decisión que me hizo reír internamente. Sonreí levemente y coloqué seguro a la puerta detrás de mi espalda. Vi que observó cada uno de mis movimientos con delicadeza y atención, me crucé de brazos y observé su silueta sentada detrás de su escritorio y me mordí el labio al recordar lo que sucedió unos días atrás en ese escritorio. — ¿Por qué dices eso? —pregunté desviando mi mirada a sus labios. —Creo que podrían descubrirlo Jin, podrían descubrir lo nuestro —comentó con preocupación en su rostro. ¿Dime, Namjoon qué es lo nuestro? Porque para mí no es nada. Pensé para mi mismo, pero simplemente me limité a actuar como si en realidad me importara. — ¿Por qué crees eso? —pregunté acercándome lentamente hacia él. Apoyé mis manos en el escritorio y me incliné levemente sobre este para tener más cerca su rostro. Este hombre sí que ha sido uno de los más atractivos que he visto en todo este tiempo, creo que fue una buena idea haber entrado a este internado. Aunque existen muchos guardianes y eso me molesta. Su morena piel, sus seductores ojos y sus gruesos labios que eran de lo más perfecto al verlos entre abiertos, era la presa perfecta que había caído en mis manos y que estaba loco por él. Sin embargo al escuchar sus aburridas preocupaciones de un adulto y su inoportuna situación de un matrimonio no deseado. Me aburría y simplemente me sentía vacío por dentro. Él seguía hablando, pero yo no le escuchaba. Acaricié con mis dedos su rostro hasta llegar sus labios y suspiré levemente, no lo dejé continuar y le robé las palabras de la boca al saborear sus labios con intensidad. Tomé su cuello con mis manos y sin separarme subí sobre la mesa y luego me encontraba sobre su regazo, besándonos salvajemente como lo hacíamos siempre. Aunque probara sus labios, me sentía aún vacío... Kim Namjoon, ya había perdido el juego hace tiempo. Desde que aceptó su rendición al besarme y al haber caído en sus propios sueños creados por mí desde meses atrás.

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Él me rodeó entre sus brazos con fuerza y comenzó a besar mi cuello con suavidad. Suspiré contra su cuello y me acerqué a su oído con una sonrisa, podía sentir mi cuerpo arder y el sentimiento de autosuficiencia me consumió. Ya eres mío Namjoon. — Está bien. Escapemos juntos —susurré en su odio dándole alivio. Ambos intercambiamos miradas — ¿Qué dirán tus padres? Me reí frente a su pregunta y apreté sus hombros levemente —Por favor Namjoon, tú sabes que no le interesan en absoluto lo que yo haga—ellos están muertos. — Dime, ¿A dónde quieres ir? — sus fuertes manos acariciaban mis muslos y yo acariciaba su cuello con suavidad. Cómo sería de fácil desnucarlo en este mismo instante. Namjoon rió levemente con aquella voz gruesa que me encantaba y besó mi mejilla con cariño, provocando que me sintiera algo incómodo. Los humanos sí que son muy ingenuos e idiotas a la hora de amar a alguien, sí que son interesantes aún más. — Jin, donde sea que sea contigo. Está bien — susurró junto a una sonrisa. Correspondí su sonrisa, eso ha sido lo más cursi que he escuchado de sus labios, hizo que mi estómago se revolviera. — Si es así, en las vacaciones de invierno sería el mejor momento para irnos — comenté observando el lugar y los asientos de los estudiantes. Observé un libro sobre uno de las mesas y me acerqué para observar la portada de esté, lo recorrí con las yemas de mis dedos mientras Namjoon hablaba. Abrí la tapa del libro y me llamó la atención el nombre escrito del dueño, Kim Taehyung. Entonces recordé a ese par con el que estaba antes, ellos habían sido buenas personas conmigo durante mi estancia aquí y aunque pude sentir cierta empatía por ellos, no hubiera sido bueno para mí seguir interactuando con ellos demasiado. Taehyung es un chico normal que a veces me sacaba de quicio que que está enamorado de un ángel y le hace sufrir emocionalmente. Es a la vez muy ingenuo y con corazón débil, cualquier Íncubo podría provocar que cayera en la tentación. Park Jimin es un inusual y llamativo chico en mi opinión, también bastante común y corriente para mí. Aunque su reputación en el pasado había sido deteriorada por cierta persona en el pasado, ya no es un chico en la boca de todos por su repentina cercanía a Min Yoongi, ahora es bastante popuar entre los Íncubo de la escuela. A la vez él convirtiéndose en un humano con un Íncubo propio desde hace años, porque Jimin siempre fue el blanco de Yoongi.

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Tomé el libro entre mis manos, me acerqué a la puerta de salida y tomé el pomo entre mis manos. Sentí los ojos de Namjoon sobre mi espalda y no logré enfrentar su mirada de un hombre hechizado por el amor que simplemente era una mentira creada por mí. — Jin. — ¿Sí? Un silencio en la habitación se hizo presente haciendo que me sintiera asfixiado y con ganas de salir de allí rápidamente. — No me dejes — dijo él con temor en su voz. Apreté el pomo de la puerta con fuerza y me quedé en silencio por unos segundos, sintiendo como poco a poco las últimas gotas de sus sentimientos y su alma caían como la arena en un reloj. Sentí voces susurrarme detrás del oído, la sangre recorrer por mis venas con rapidez y mi mente era como el vacío de mi corazón. Yo había ganado de nuevo. — Jamás lo haría Namjoon, tú corazón siempre estará conmigo — dije llevando mi mano a mi pecho sintiendo como las otras almas del pasado que me amaron vivían en el infierno de mi corazón. No dije nada más y abrí la puerta sintiendo como si golpeara algo y rápidamente vi cuadernos en el suelo que le pertenecían a alguien que estaba allí con la mirada en el suelo. Fruncí el ceño y cerré la puerta detrás de mí para que Namjoon no se diera cuenta y una cabellera pelinegra se me hizo familiar. Ya sabía de quién se trataba. — Lo siento, no sabía que estabas junto a la puerta — me disculpé en ese instante y me agaché hasta su altura — ¿Te encuentras bien? El rostro de Jimin estaba sonrojado levemente y su reparación era agitada tal vez por el susto, pero su mirada estaba perdida y observaba al vacío como si yo no estuviera allí. Observé su cuerpo tensarse frente al contacto de mi mano en su hombro y parecía sumergido en una especia de trance donde estaba totalmente inmóvil. — ¿Jimin? — llamé por su nombre, pero no respondió. Me acerqué a él aún más observando sus ojos y sus pupilas estaban dilatadas provocando que a poco a poco el iris fuera desapareciendo dejando sus ojos totalmente obscuros. Me extrañó aún más y comencé a agitarlo tratando de que entrara en razón, pero me sorprendió que su temperatura fuera demasiado caliente. — ¿Namjoon? — balbuceó él, dejándome confundido.

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De repente sentí que algo estaba mal en él, algo malo despertar en su interior haciéndome sentir curioso. Si este chico no era un Íncubo, algo dentro de él hacía que tampoco fuera un humano. — Acaso tú... — observé la pared junto a nosotros y me había dado cuenta de que en su silueta algo era diferente, confirmando así mis sospechas. — Yoongi — dijo él con una expresión de dolor y yo sonreí. Ahora comprendo. Con que él percibe cuando alguien está a punto de morir....de seguro le sucedió lo mismo con Mark. Aproveché que estaba en estado de ensueño y decidí susurrarle algo en el odio para que lo escuchara en su subconsciente. — No eres común y corriente Jimin — susurré en su oído. De eso me había equivocado al juzgarlo — Pronto lo sabrás. En ese instante en una respiración entre cortada, Jimin ya estaba de vuelta. Él es como una moneda de dos caras, tiene un lado bueno y malo. Y eso me hizo sentir en parte celoso por lo afortunado que era Yoongi al tener a alguien bastante interesante con quien jugar. Sin embargo por tanto que quiera saber lo que Jimin en realidad era, no podría interponerme en su relación de Íncubo y condenado. — ¿Jin? — escuché su voz llena de confusión por su parte. Sonreí algo incómodo y traté de no sentirme nervioso — Ah, Hola Jimin. Él me observó fijamente y vio sus cuadernos regados por el suelo. Sin decir nada comenzó a recoger sus cosas evitando tener contacto visual conmigo, yo sabía que había escuchado algo de la conversación entre Namjoon y yo, pero en realidad no me importaba. — Disculpa, ¿Acabas de salir del salón del profesor Kim? — preguntó él con timidez señalando el libro de Taehyung en mi mano. Asentí levemente y le ofrecí el libro — Encontré un libro de Taehyung, creo que deberías dárselo. Lo necesitará para estudiar para el examen del lunes. Hizo una expresión de sorpresa y tomó el libro entre sus manos algo dudoso. — Gracias. — No hay de qué. Suspiré y me levanté rápidamente, él hizo lo mismo y ambos nos quedamos en silencio. Él se acomodó mochila y me observó de arriba hacia abajo. 110

— Creo que debo irme, cuídate Jimin. Él me miró sin saber que decir y se quedó de pie allí observando como desaparecía por el pasillo. Caminé por los pasillos hasta llegar a la biblioteca y me quedé frente a la de vidrio para buscar a una persona en específico. Arqueé una ceja al observar a Yoongi discutir con el grupo de Jackson, diciéndoles una vez de seguro que se alejaran y que no invadieran su territorio. Sin dejar de ver la escena, saqué mi celular de mi bolsillo y marqué el número de alguien que seguro no le gustará para nada la idea de que Yoongi está enamorado de un chico como Jimin. — ¿Hola? — escuché su voz desde el otro lado de la línea. — Hola Señora Min — observé el peli-gris de reojo — Creo que debería escuchar lo que tengo que decir.

Aquellos chicos que vivían en un mundos totalmente opuestos, romperían el cascaron y serian uno solo.

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Capitulo 17 —Yoongi, ven aquí... — cantaba ella paseándose por los pasillos buscando donde me escondía. Apreté los puños con fuerza y traté de quedarme quieto sobre la fría baldosa de mármol, la cama era lo suficientemente grande y baja para poder ocultarme de la vista de ella. Sangre seca quedaba aun en mis labios y no podía sentir mi rostro por la golpiza, me dolía el cuerpo y simplemente estaba lleno de tristeza por dentro. Como odiaba que mi madre me obligara a hacer algo que no quería y mucho más que me golpeara. — Sal de donde estés Yoongi y sé un buen chico — le escuché decir con una voz que me hizo estremecer. Cerré los ojos con fuerza esperando a que todo eso pasara, esperando a que la calidez del sol bajo aquel árbol invadiera mi cuerpo, esperando volver a ver su sonrisa y pasar toda una tarde juntos de nuevo hablando y riendo. Comenzaba a temblar del frio y el miedo al escuchar sus pasos cerca de mí, traté de quedarme aún más quieto imaginando en mi cabeza su sonrisa que me libraba de cualquier preocupación. Yo no deseaba vivir en este corrompido y oscuro mundo donde yo había sido destinado a vivir. No quería herir a las personas y quitarles su alma, no quería ilusionarlas robándoles la capacidad de amar, no quería verlas morir. Yo simplemente quería vivir con un trozo de mi corazón puro junto a Jimin. Creí escuchar la dulce risa de Jimin junto a mí y no evité poder llamarlo por su nombre. — ¡Jimin! — en ese instante sentí que mi mundo se congeló y tapé mi boca con terror. Sabía que ella me había escuchado. Me moví hacia la pared donde daba la cama y traté de calmarme, sentía que me asfixiaba en aquel lugar tan estrecho y hacia que el frio atravesara mi piel, llegando a mis huesos haciendo que mi cuerpo me dolieran aún más. Escuché sus pasos entrar en mi habitación y supe que su mirada inyectada en sangre me buscaba por todo el lugar. — Yoongi, tienes quince segundos para salir debajo de tu cama o te quedarás sin cenar de nuevo — advirtió la mujer que me crió como si fuera su propio hijo. Pero en realidad era una vil y desalmada Súcubo. Apreté los dientes con fuerza al sentir el ardor en mis labios y mi estómago vacío por la falta de comida, nunca había comido muy bien y por eso me mantenía muy delgado. 112

Por eso me molestaba que Jimin se dijera así mismo gordo y que no se amara a sí mismo. Hace meses que no lo volví a ver desde aquella vez que estábamos en el parque y le había escuchado a mi madre decir que su padre había fallecido y que se había mudado a otra ciudad. Eso había convertido mi vida diaria en un hoyo negro que sólo era iluminado por el vago recuerdo de su sonrisa y nuestras manos entrelazadas. Escuché como mi madre comenzaba a contar hasta veinte y rápidamente traté de salir debajo de la cama, pero aunque mi figura fuera delgada, me había atorado tratando de salir y su fría mirada esperando a que saliera se encontraba sobre mí desesperándome aún más. Iba por el número ocho y rápidamente logré salir provocando que mi espalda se raspara un poco y mis rodillas entraran en contacto con el duro suelo. Agaché la mirada y me quedé frente a ella arrodillado, quieto esperando a que me golpeara o algo, pero su mano acariciando mi cabello me hizo estremecer. — ¿Qué tienes que decir después de lo que hiciste Yoongi? — susurró. Suspiré agotado y relamí mis labios — Lo siento. — ¿Y por qué lo sientes? — Lo siento por haberte insultado y por mi conducta rebelde al no querer escuchar y comprender tus enseñanzas — respondí lo más respetuoso y cordial que pude, después de todo ella quiere que sea muy educado. — ¿Ahora aprendiste tu error? — preguntó jalando levemente de mi cabello e hice una mueca de dolor. — Si. Me obligó a levantarme y agarró con fuerza de mi brazo — Ahora vamos. Así que sin resistirme y aguantando el dolor en mis rodillas y mi rostro caminamos hasta el living de aquella mansión que años antes le pertenecía a un hombre que amó a mi madre, pero ella simplemente no lo pudo amar. Ningún Íncubo o Súcubo era capaz de amar, como los ángeles que custodiaban a los humanos y caían en nuestras manos. Me senté en el sillón de cuero y estaba algo aliviado al sentir que la suavidad de aquel sillón me acogía. Pero deseaba sentir las manos de Jimin tocar las mías haciéndome sonreír así fuera por unos segundos, porque en este lugar ni podía hacerlo. Vi al grupo de hombres vestidos de traje que trabajaban para ella y pude sentir la intimidante mirada de SeokJin sobre mí. Él sí que me daba miedo cada vez que lo 113

observaba y sabía que era casi igual de despiadado y sanguinario que mi madre, simplemente lo ocultaba con una actitud engañosa e hipócrita. — Muy bien Yoongi, como te estaba diciendo antes de que me gritaras y salieras a correr como un cobarde — comenzó ella provocando risas de los demás presentes — Te estaba diciendo algo importante que deberás hacer cuando cumplas la mayoría de edad. Asentí levemente para escuchar lo que tenía que decir. Aunque ya sabía lo que me tendría que decir. — En unos años tendrás que trabajar para mí Yoongi, recolectando el alma de los humanos allá afuera, ¿No te parece fascinante? — su escalofriante sonrisa no me dejaba pensar claramente. — ¿Por qué debemos hacer esto? — pregunté nervioso. Su sonrisa se borró y me observó con una seriedad que deseé haberme mordido la lengua envés de haber dicho eso. Se acomodó su cabello y les dio una mirada a los que estaban allí de pie observando la escena. — Es lo que estamos destinados a hacer cariño. En el mundo en el que vivimos es así de simple, los Guardines deben cuidar de los humanos y nosotros nos encargamos de que ellos fracasen en su trabajo — explicó junto a una maliciosa sonrisa. Fruncí el ceño frente a su explicación y rápidamente ella me tomó del cuello, dejándome sin aire. — Y no te atrevas a cuestionarme otra vez Min Yoongi o si no te cortaré la lengua, ¿Entendido? — susurró peligrosamente en mi oído, dejándome helado. Asentí con dificultad y cuando logré respirar de nuevo, sentí mi vida una vez más arruinada. Cada día que despertaba era el blanco de sus abusos y castigos tratando de que fuera en el futuro un asesino perfecto para ella, que no sentía nada y jugaba con los sentimientos de las personas. Pero el recuerdo del chico que conocí en la primavera, me impedía hacer aquello. Ella suspiró y llevó a sus labios la taza de té que SeokJin le había ofrecido. Me observó de arriba abajo y su mirada me observaba con curiosidad. — Dime Yoongi, ¿Por qué te has vuelto tan rebelde conmigo? Antes no eras así, creo que no debiste haberte juntado con ese débil chico que jugaba contigo en el parque. No lo soporté y ya me había colocado a la defensiva — Él no es débil.

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— Claro que lo es Yoongi y tú aún más. Me haces sentir vergüenza por haberte concebido — sus crudas palabras se clavaron en mi mente una vez más, sintiendo odio por ella — Dime algo, ¿Quisieras volver a verlo? — dijo ella retándome. Me sentí nervioso por responder, aún así decidí hacerlo. — Por supuesto que sí — respondí con timidez. Escuché su risa cerca de mí y levantó mi mentón con su mano — Creo que debería hacer que te olvides de él. — ¿Qué? Apretó una de mis mejillas haciendo que me doliera la raspadura que tenía cuando me había golpeado — ¿Acaso te enamoraste de él Yoongi? — No — mentí. Ella rió — Di la verdad Yoongi, no juegues conmigo. — No. De repente sentí una cachetada de su parte dejándome sorprendido y adolorido, lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Traté de ocultar mi rostro con mis manos, pero sus manos acomodando el flequillo de mi cabello me lo impidieron haciéndome sentir vulnerable. Así fue la mayor parte de mi juventud. Viviendo en diferentes lugares bajo las reglas de mi madre y sus maltratos, en un mundo oscuro lleno de avaricia, obligado a olvidar a alguien que le tenía un amor casto y dulce, que comenzó con un recuerdo de la infancia. Pero que ahora se había vuelto en un amor apasionado y con desesperación de ser correspondido, que había prendido en llamas desde nuestro trato. Jimin, sólo deseo que pronto llegue el momento de sentir tu cuerpo y poder finalmente amarte.

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Capitulo 18 —Jimin, creo que ya es hora de que te explique lo que está sucediendo conmigo. Ve esta tarde a la cafetería junto a la estación del tren en el centro de la ciudad — fue lo que Taehyung me dijo una tarde al terminar la clase. Ahora no sabía cómo, pero me encontraba frente a la habitación de Hoseok. Taehyung me dijo que estuviera solo cuando nos encontráramos en el lugar que me dijo, ya que me iba a presentar a alguien. Aun así no pude evitar querer comentarle a Hoseok. Estos días él me ha preguntado sobre Taehyung y trata de saber lo que le sucede. Sin embargo aunque me sienta un poco aliviado que Taehyung decida contarme lo que le sucede, la extraña visión que tuve frente al salón del profesor Kim y el encuentro inesperado con Jin, me hizo darme cuenta que Jin no era un amigo para mí más. Además me sentía extraño por los sueños que tenía con Yoongi, sabiendo que en la vida real simplemente se limitaba a mirarme y actuar indiferente conmigo luego que le dije que nos alejáramos. Suspiré preguntándome a mí mismo si era buena idea hacer esto, Taehyung podría molestarse conmigo luego. Aun así decidí llamar a la puerta que quedaba a unas cuantas habitaciones cerca de Jungkook y la mía. Pasaron unos minutos y no escuchaba a nadie adentro de la habitación, supongo que debe estar en sus prácticas de baloncesto. Volví a llamar a la puerta con algo de desesperación al ver que ya casi era hora de tomar el tren. Observé mi celular decidido a llamar a Hoseok, hasta que la puerta se abrió frente a mí, dejándome sorprendido al ver quien era. — ¿Yoongi? — fruncí el ceño al verlo en el marco de la puerta con el cabello todo desordenado. ¿Acaso estaba durmiendo? Se talló los ojos levemente junto a un bostezo — ¿Jimin? — preguntó él confundido. — ¿Qué haces en la habitación de Hoseok? — ahora que lo notaba llevaba unos pantalones deportivos y una camiseta blanca dejando al descubierto su hombro y así que su pálida piel resaltara más. ¿Por qué siempre se ve tan perfecto? Él pasó saliva y se rascó la nuca algo nervioso — Hoseok y yo somos compañeros de habitación. — ¿Qué? — eso no lo sabía. 116

Él se encogió de hombros y asintió — ¿Necesitas algo? Hoseok no está porque fue a ver a su hermano en las prácticas — explicó. Me sentí nervioso al observar su cuello al descubierto y sentir su mirada sobre mí. Di un paso hacia atrás para irme, aunque su mano en mi brazo me lo impidió. — Espera, ¿Cómo te ha ido en tus exámenes? — quiso saber él con curiosidad. Observé su mano sobre mi brazo y sentí que él deseaba que no me fuera de allí. Me quedé inmóvil en mi lugar y él retiró lentamente su mano de mi brazo para sí dejar de sentir su agradable calidez. En ese instante me sentí intimidado por la influencia que él tenía sobre mí. — Me ha ido bien, ya casi termino los exámenes. Me siento muy agradecido por tu ayuda — dije con algo de timidez. Su sublime sonrisa hizo que mi corazón latiera con fuerza — No es nada, me alegra escuchar eso. Ambos nos quedamos en silencio sin saber que decir, me sentía algo incómodo por su presencia y él no notó. Así que cuando estaba a punto de retirarme, escuchamos voces y risas a lo lejos del pasillo por parte del grupo de Jackson junto a otros chicos entre ellos Jin. El peli-gris inesperadamente me tomó de brazo y me jaló hacia dentro de su habitación, cerrando la puerta detrás de nosotros y quedando juntos de nuevo en una prometedora situación. — ¿Yoongi, sucede algo? — susurré sintiendo como me tenía atrapado entre sus brazos contra la puerta detrás de mi espalda. Suspiró y no dejo que viera su rostro — Ya me tienen harto ellos, no dejan de querer acercarte a ti. — ¿De qué estás hablando? Él no me respondió y levanté su mentón para poder observar su rostro. Sentí que Yoongi en ese momento estaba celoso y tal vez molesto. — Jimin, ellos son Íncubos. Mantente alejado de esas personas, podrían lastimarte — pidió con suavidad en su voz. — ¿Jin es un Íncubo? — pregunté sorprendido. Él suspiró y se sentó en su cama, dejándome respirar tranquilo al no tenerlo tan cerca de mí. Así que de repente recordé la visión que tuve con Namjoon, Yoongi pidiendo que no me fuera y la corta conversación que tuvimos Jin y yo. ¿Acaso Jin es el Íncubo de Namjoon? 117

— Si lo es, y lo conozco desde hace mucho tiempo — comentó él mirando sus manos. Mi mente quedó en blanco y no supe que decir. ¿Todo este tiempo Jin ocultó algo así? ¿Acaso lo que supuestamente sentía por Namjoon fue una actuación? Creo que debería irme o se me hará tarde para encontrarme con Taehyung... Tomé algo de aire — Creo que debería irme, debo tomar el tren. — ¿A dónde irás? Reí frente a su curiosidad — Voy a una cafetería, ¿Por qué la curiosidad Yoongi? Él me miró relamiéndose los labios junto a una sonrisa — Tú fuiste el que llegaste a mi habitación Jimin, ¿Acaso quieres mi compañía? — me desconcerté por su comentario y sabía que siempre trataba de provocarme. — Tú fuiste el que me metiste a tu habitación Min — contra ataqué. Él rió y se levantó para caminar lentamente hacia mí. Retrocedí tratando de escapar de él, pero de nuevo me tenía atrapado entre sus brazos contra la puerta, haciéndome delirar por él y por tener toda su atención sobre mí. Aún más al tener sus labios a centímetros de los míos. — Creo que se me antojó un café, ¿Te parece bien si te acompaño? — pasé saliva al escuchar su voz ronca aún. Creo que yo me antojé de otra cosa. Bufé — Haz lo que quieras, no me interesa. Pero voy a encontrarme con Taehyung — comenté como si en realidad no me importara. Pero sabía que tendría que lidiar con él el resto de la tarde. — ¿Así que no te interesa lo que yo haga? — preguntó con un tono algo travieso y de repente pude sentir sus manos rodear mi abdomen haciéndome sobresaltar. Escuché su armoniosa risa en mis oídos y luego sentí que me jaló hacia él suavemente llevándome hasta su cama. No sabía como pero me encontraba de nuevo debajo de él, jamás había visto su provocativa mirada sobre mi desde aquella vez que nos besamos y él mordiendo y lamiendo sus labios, me hacían sentir hipnotizado. — ¿Qué es lo que haces Min? — susurré con dificultad. Frente a él nunca podía ganar en contra de la tentación. — Hago lo que quiero Park... — susurró contra mi oído. Maldición cómo me pone escuchar llamarme por mi apellido con la voz ronca. — Yoongi, voy a perder el tren. Quítate — traté de levantarme, pero su mano en mi pecho me lo impidió. 118

— ¿Por qué la prisa? ¿No te gustaría jugar un poco? — dijo con un tono tan seductor y la sonrisa más traviesa que jamás había visto en toda mi vida. Abrí los ojos sorprendido por lo que había dicho, ¿Quién eres y qué le hiciste con el acosador silencioso que tenía? Pensé que Yoongi era algo inocente a comparación de mis sueños. Vi que hizo eso de nuevo con su lengua y me desesperé. — Maldición Yoongi, no hagas eso — supliqué con la respiración entre cortada. Él inclinó su cabeza a un lado como si no supiera a lo que me refería — ¿Qué cosa? — preguntó mordiéndose el labio — ¿Esto? — y de nuevo se relamió los labios deseando así ser yo el que mordiera y besara sus labios. — Yoongi... — suspiré y sentí su peso sobre mi cuerpo haciéndome temblar. — ¿Hmm? — Deja de decir esas cosas, haces que me sienta raro. ¿Qué quieres que haga para que me dejes libre? Sentí sus codos cerca a mis hombros para así quedar él aún más cerca de mi rostro. Su respiración era serena, pero sus ojos y sus acciones querían perder el control sobre mí. No sabía por qué pero ya sentía que en esa habitación estaba haciendo demasiado calor. — Tú sabes lo que quiero Jiminnie, ¿Qué tal si me dejas probar tus labios una vez más? — pidió esta vez con un tono dulce, haciéndome dudar. Apoyé mi cabeza en la almohada y no dejábamos de mirarnos a los ojos con intensidad. Mi pecho subía y bajaba ya que me sentía nervioso, recorrí con mi mano su suave piel, cerré los ojos un momento y suspiré. — Yoongi, ambos sabemos que terminará en algo más. — Pues yo quiero averiguarlo — sentí su abdomen sobré el mío y su respiración contra mis labios. Al abrir mis ojos pude ver aquellos ojos tan oscuros y dilatados que me hicieron recordar a un felino, no estoy seguro de lo estaré a punto de hacer... — Yo... — ¿Tú no quieres averiguarlo? — me interrumpió él. Me sonrojé y sonreí levemente. No podía hacer nada en contra de un Yoongi que actuara de esta manera. — Por supuesto que sí — confesé y lo tomé de la nuca para así besarnos de nuevo.

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Sus labios estaban húmedos y eran tan exquisitos que me dejaban con ganas de más. Sin embargo esta vez fue un beso lento tratando de disfrutar al otro, tratando de dibujar una obra de arte en los labios del otro, de poder saber con seguridad que estaba ocurriendo de nuevo y poder saciar nuestra hambre así fuera por unos segundos. Extrañaba sus labios sobre los míos y sus cálidas caricias en mis brazos y mi rostro, este sentimiento tan destructivo dentro de mí que me consumía por dentro. Extrañaba las reacciones que él tenía sobre mí con cualquier frase o roce. Sabía que no podría alejarme de él y que el momento de sentirnos piel a piel poco a poco se estaba acercando. Pero ahora no era el momento, quería que fuera tranquilo haciéndonos sentir reyes del mundo como si estuviéramos solo los dos en él. Porque así debería ser y más cuando ambos sienten amor por el otro. Estuvimos unos minutos juntos probando los labios del otro y deleitándonos un poco más, hasta que ya fue suficiente. Esa había sido la primera vez que sentí algo tan tranquilo e irreal en mi vida junto a él. Nos miramos a los ojos y reímos sin razón alguna, cautivando al otro con una sonrisa. Entonces había recordado ver aquella sonrisa tan humilde y tierna en algún lugar en el pasado, que me hizo sentir seguro y dejar de llorar por algo que me hería en el pecho. A la vez que aquella sonrisa se llevó una parte de mi corazón que vivía en otro corazón latiendo con vida. ¿Yoongi, acaso te conocía desde antes? Relamí mis labios con nerviosismo y logré sentarme en la cama junto a él, quien estaba en silencio con una sonrisa pegada a su rostro. Yo estaba totalmente rojo como un tomate por lo que acaba de pasar y él parecía perdido en su mundo. Vi la hora que era y supe que debía irme — Tengo que irme Yoongi, puedes venir conmigo si quieres — cedí. Él asintió, se levantó para abrir su armario y buscó algo que colocarse para salir. No pude evitar tensarme al ver que se había quitado su camiseta y era la tercera vez que lo veía desnudarse frente a mí. Mantuve mi mirada en mi celular todo el tiempo, para evitar hipnotizarme con su bello cuerpo. Escuché su risilla — Vamos Jimin, somos hombres — se burló él. Suspiré pesadamente y levanté la mirada para verlo vestido, listo para irnos. Se veía tan bien vestido de negro. — ¿Listo? — pregunté y ambos salimos de la habitación. Menos mal que no había nadie en los pasillos, ya podrían inventar rumores de nosotros. 120

Caminamos juntos por los pasillos vacíos hasta llegar a la entrada del instituto y comenzamos el recorrido hasta la estación. Yo le escribía a Taehyung de que estaba en camino y Yoongi y yo de nuevo hablábamos como en los viejos tiempos, sin tropiezos ni momentos incómodos, con sonrisas e intercambiando miradas. Pero con el sentimiento de que algo estaba cambiando entre nosotros y que nuestra relación poco a poco iba llegando al afecto físico. A un afecto más íntimo y profundo.

Cuando ya habíamos a la estación en el centro de Chuncheon, comencé a sentirme curioso por lo que Taehyung tenía preparado para mí. Bajamos del tren logrando así divisar el único café que había en frente de la estación y me sorprendió al ver a mi mejor amigo abrazando y hablando con una chica. — Creo que ya llegamos. Yoongi y yo veíamos a la pareja de melosos mostrándose afecto en frente de nosotros. No es que sintiera repudio por los heterosexuales, sino que me parecía difícil de creer ver a mi amigo con una chica. Después de todo era el mundo en el que me acostumbré a vivir. — Jimin — escuché que mi amigo me llamó acercándose a nosotros sin soltar a la chica de su brazo. — Hola Taehyung — saludé. Mi vista estaba centrada en la chica de cabello oscuro, ojos verdes y proveniencia tal vez inglesa. Taehyung observó a Yoongi de reojo que se estaba junto a mí con una expresión totalmente seria sin saber cómo actuar, la chica no dejaba de sonreír y estar pegada a mi amigo como un chicle y yo me sentí intimidado por la mirada de total seriedad por parte de Taehyung. — ¡Oh llego tu amigo, Taehyung! — comentó la chica con alegría tratando de romper el hielo. — Mucho gusto, soy Park Jimin — saludé amablemente y señalé al amargado ahora junto a mí — Él es Min Yoongi. Taehyung rió y nos miró arqueando una ceja. De repente la chica chilló espantándome y haciendo que me tropezara, Yoongi me tomo del brazo para que no me cayera. — ¿Son pareja ustedes dos? — preguntó la muy atrevida. 121

Yoongi y yo nos miramos sorprendidos — Espera, ¿Qué? Taehyung hizo una mueca de pervertido y sabía que le había dicho algo a su novia para que creyera eso. Yoongi rió nervioso y colocó su mano en mi hombro. — ¿Por qué piensas eso? — Min Yoongi sí que quiere sacar ventaja de esto. — Oh Taehyung me dijo que Jimin estaba saliendo con alguien, pero supongo que debes ser tú. Después de todo pareces ser la persona perfecta para él — explicó junto a una sonrisa. No pude evitar ponerme rojo por ese comentario. — Entonces Yoongi... ¿Son pareja? — preguntó el muy traicionero de mi amigo. Iba a protestar pero la respuesta de Yoongi siguiéndole el juego, me lo impidió. — Si, ¿No es así Minnie? — dijo mirándome junto a una sonrisa coqueta para molestarme y actuando como si fuera mi novio. ¿A qué viene ese apodo? Y ¿En qué me metiste Taehyung? No sabía que responder, así que la chica chicle sugirió la peor idea que se le pudiera ocurrir en este mundo. — ¿Por qué no tenemos una cita doble? Taehyung se rió y Yoongi palideció, de seguro no le gustaban esas cosas. Así que decidí vengarme de ello. — Nos encantaría, ¿No es así Yoongi? — sonreí retándolo con la mirada. Él apretó mi brazo levemente y asintió, cómo amaría ver el lado cursi de Yoongi en estos momentos. Los cuatro nos dirigimos al café que estaba al frente y Taehyung se hizo a mi lado para burlarse de mí. — No pensé que aceptarían actuar algo así — susurró y yo lo golpeé con el codo en el estómago. — Ahora no me hables Taehyung... — dije entre dientes sin quitar la sonrisa en mis labios. De repente sentí la mano de Yoongi entrelazarse con la mía sorprendiéndome por completo. Lo observé anonadado y me miró junto a una sonrisa, haciéndome sentir extraño. — Después de todo no será tan malo — comentó — Serás mi novio por unas horas Park — susurró en mi oído dejándome sin palabras.

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Las cosas contigo sí que toman un giro inesperado Yoongi. ¿Acaso sientes algo por mí más que el deseo?

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Capitulo 19 Nuestras manos no dejaban de estar entrelazadas debajo de la mesa mientras charlábamos con Taehyung y su aparente novia. Sentía que mi estómago se revolvía y mi mente estaba en blanco al sentir tan confortable contacto por parte de la mano de Yoongi. No sabía como pero parecíamos una pareja juntos y estábamos actuando al natural, como si en realidad lo fuéramos. Sorprendiendo a Taehyung quien no dejaba de mirarnos. Yoongi por otro lado aparentemente no dejaba de hablar con la chica y sin soltarme de la mano comenzó a hacer pequeños círculos con la yema de su dedo pulgar, sintiendo así como mi garganta se secaba y no podía dejar de observar su rostro y analizar sus facciones que ahora me parecía lo más perfecto y fascinante que podría ver. — ¿Están listos para que pueda tomar su orden? — preguntó una chica que trabaja en el lugar llamando nuestra atención y sobresaltándome, porque no había podido ver el menú por estar viendo a Yoongi. — Por supuesto, dame un té negro por favor — pidió Taehyung. — Lo mismo para mí — dijo la chica con una sonrisa a la mesera. Observé a Yoongi y él se quedó pensando unos segundos. — Un café moca, por favor — dijo él y me pregunté si debía pedir lo mismo. La novia de Taehyung se me quedó mirando como si esperara a que pidiera lo mismo que él. — Un chocolate caliente, para mí — dije sin saber que más pedir. Yoongi rió y soltó mi mano con disimulo, apoyó los codos en la mesa y la mesera se fue para preparar nuestra orden. — Entonces... — suspiró Yoongi mirando a la pareja que estaba en frente de nosotros y que no lograba creer que era real — ¿Cómo se conocieron? — quiso saber él y de inmediato me sentí curioso por la pregunta. Mi amigo sonrió levemente con nerviosismo. Parecía enamorado de ella, pero no me convencía del todo. — Irene trabaja aquí en la cafetería y comencé a ser un cliente frecuente aquí, así que comenzamos a hablar y siempre estuvo ella para mí — explicó mirando a la chica a los ojos. 124

— Así es — sonrió ella con aquel pinta labios rojo que me parecía muy llamativo y Yoongi frunció el ceño frente aquella escena. Así que Taehyung cuando estaba en depresión por lo de Hoseok, comenzó a venir a la ciudad y supongo que ella lo ayudó en medio de su tristeza. Irene nos observó a Yoongi y a mí, y preguntó algo dejándome sin saber cómo actuar o responder. — ¿Y ustedes cómo se conocieron? ¿Cuánto tiempo llevan juntos? — preguntó ella haciéndome dudar sobre la segunda pregunta. Yoongi tosió levemente y tratando de mantener la calma, inesperadamente colocó su mano en mi muslo haciendo fricción en este. Me quedé inmóvil al sentir su contacto tan lento y que poco a poco se convertía en algo provocativo al ver que lentamente subía hasta aquella zona demasiado sensible. — Ambos estudiamos en la misma escuela y nos conocimos en el verano hace un año, ¿No es cierto Jimin? Su mano rozó mi cadera y sentí una leve corriente eléctrica haciéndome temblar, me sentía demasiado sensible y vulnerable frente a su contacto. Mucho más cuando me estaba observando con una sonrisa cómplice de una travesura que quería hacer para provocarme. — Si... — pasé saliva al sentir que jugaba con el cierre de mi pantalón — Es cierto, aunque llevamos unos meses saliendo — Taehyung se sorprendió frente a la supuesta confesión, pero yo estaba paralizado por lo que Yoongi causaba en mí. — Qué lindo — comentó ella. Yoongi seguía actuando como si no tuviera su mano sobre mí entre pierna debajo de la mesa, en una cafetería enfrente de muchas personas. Él comenzó a explorar debajo de mi camisa en mi abdomen bajo haciéndome sentir más sensible, me incliné sin saber que eso sería peor y bajé mi mano para apretar la mesa con algo de fuerza tratando de respirar. Sentí mis mejillas calientes y de nuevo un incendio se había iniciado dentro de mí, él lo notó y colocó su mano sobre la mía que apretaba la mesa. — Jimin, ¿Te sientes bien? Estás algo rojo — preguntó Taehyung algo preocupado. Me estaba mordiendo los labios y observé a mi amigo con nerviosismo — Si estoy bien — en ese instante nuestro pedido llegó, logrando así que Yoongi dejara de tocarme. Aun así mi cuerpo estaba que ardía a pesar de que el negocio estuviera frio por el aire acondicionado. Los demás siguieron hablando de cosas triviales mientras bebían sus bebidas calientes y de vez en cuando yo comentaba algo, aunque sentía que mi voz 125

temblaba un poco y me molestaba que el muy desgraciado de Yoongi bebía su café como si nada. Observé la taza de chocolate y al dar un sorbo a este, terminé quemándome los labios y que la temperatura en mi cuerpo aumentara. — ¡Auch! — me quejé y dejé la taza a un lado. Me sentí ahora avergonzado. — Está caliente Jimin, ten cuidado — comentó Yoongi. Lo miré serio, ocultando mis labios con la manga de mi camisa — Si, ya me di cuenta Yoongi. Gracias por decirme. Taehyung e Irene rieron frente al comentario y yo estaba más rojo que un tomate, sentía que la cabeza me iba explotar en cualquier momento y deseaba una cubeta de agua fría que Jungkook me daba en las mañanas para quitar la calentura y las ganas de golpear al peli-gris en la cabeza. — ¿Estás bien? Déjame ver — se acercó a mí y retiró mis manos para ver mis labios algo rojos por la quemadura. Rozó con sus dedos mis labios e hice un puchero mirándolo fijamente. ¿Por qué no me besas para que la quemadura deje de doler? — ¿Qué? — dijo Yoongi con los ojos abiertos. Me tapé la boca asustado — ¿Lo pensé o lo dije? — susurré asustado y me había dado cuenta de que me había escuchado lo que dije. Observé de reojo a Irene y Taehyung quienes no estaban prestando atención y pude respirar tranquilo. El peli-gris comenzó a reír a carcajadas de lo que había dicho y no lo soporté más. Me levanté y lo tomé del brazo para jalarlo hacia los baños. — Ya volvemos — dije para luego jalar a Yoongi entre las mesas del lugar tomándolo a él por sorpresa. Caminamos por un pasillo algo estrecho hasta que vi la señal de los baños, abrí la puerta y nos encerré en el asegurándome de que no había nadie dentro. Yoongi se quedó confundido mirándome como actuaba de una manera algo frenética y finalmente decidí enfrentarlo. — ¿Por qué hiciste eso? — ¿Qué cosa? — dijo inocentemente. Lo señalé — No te hagas, estabas tocándome debajo de la mesa en frente del todo el mundo — dije con la voz temblando. 126

— Nadie se dio cuenta. — Debí tomarme más enserio lo de poco que te importa estar en público cuando quieres hacer algo conmigo — dije para mí mismo y sentí que me acorraló contra la pared del baño y apoyó sus brazos a cada lado de mi rostro. — ¿Y por qué dijiste que te besara sin importar que ellos estuvieran frente a nosotros? — me acusó en un leve susurró. Pasé saliva y estaba avergonzado e intimidado — No lo sé... — ¿Entonces me dejarías besarte, de nuevo? — por mí y bésame cuantas beses que quieras y llévame al cielo. ¿Por qué estoy pensando estás cosas ahora mismo? Me quedé en silencio y bufé molesto — En un baño público ¿En serio? Él rió, me dejó libre e hizo un sonido de molestia con su boca — Sí que eres obsesionado de no hacer cosas indebidas en público Jimin. Cumplirías una fantasía que tengo contigo. — Pues no — me negué cruzándome de brazos, tal vez estaba haciéndome el difícil. — Como sea — dijo para luego quitarle seguro a la puerta y salir de allí. El resto de la tarde juntos transcurrió normalmente, sin más roces entre Yoongi y yo, simplemente miradas indiscretas e inventando historias sobre nuestra supuesta relación. Viendo como Irene y Taehyung se veían al otro totalmente enamorados, preguntándome si algún día encontraría a alguien así en mi vida. — Irene, ¿Puedo hacerte una pregunta? — comentó Yoongi terminando su segunda taza de café. Yo aún no terminaba mi chocolate por estar distraído pensando en nuestra corta conversación en los baños. — Claro. — ¿De dónde sacaste ese collar? — quiso saber él señalando un collar de plata que tenía en su cuello, tenía una esfera pequeña de cristal con un diminuto diamante dentro de este. Irene borró su sonrisa de su rostro y de repente se sintió el ambiente silencioso e incómodo, como si ellos dos se retaran con la mirada. Entonces supe que Yoongi estaba sospechando que algo ocurría con esa chica. Ella se quedó en silencio apartando la mirada de él e hizo una mueca. — Taehyung, creo que ya deberíamos irnos. Estoy algo cansada — dijo ella con aparente cansancio de repente. 127

Entonces ellos dos se levantaron para ir al cajero y bebí mi chocolate ahora frio con rapidez preguntándome qué era lo que acaba de pasar entre esos dos. Yoongi se quedó en silencio pensando y cuando había terminado mi bebida, me levanté para irnos y de inmediato sentí que Yoongi me tomó de la mano jalándome hacia él para sentarme de nuevo. — ¿Qué ocurre? — pregunté confundido. Su actitud de repente se tornó seria y neutral como antes, pero me miraba con la misma intensidad de siempre. Me quedé inmóvil al ver sus dedos llegaron hasta mis labios y los pasó lentamente por estos dándome a entender que tenía ganas de molestarme de nuevo, ¿Tal vez? — Tenias chocolate — dijo llevando su pulgar con la bebida dulce a su boca, haciéndome sonrojar. — Gra-acias — ¿Ahora tartamudeas Jimin? Él no dijo nada y juntos nos dirigimos hacia la caja, pero nos habíamos dado cuenta que Irene y Taehyung estaban afuera. Y cuando salimos ellos dos prácticamente se estaban comiendo la boca ahí mismo entre las luces de la estación y el frio del invierno. Carraspeé algo incómodo para que se detuvieran y Taehyung se separó de ella algo apenado, ahora la chica y el peli-gris no dejaban de verse fijamente. Nos despedimos de ella, yo como normalmente lo hice, mientras que Taehyung casi lloriqueaba por separarse de ella y Yoongi no le dirigió la palabra. Los tres tomamos el tren hacia el instituto en total silencio, preguntándome el porqué de la extraña actitud de Yoongi hacia la chica.

— Jimin, ¿Podrías acompañarme al lago un momento? — fue lo que me preguntó Yoongi en el camino de la estación al internado. Todos nos detuvimos y me quedé en silencio frente a su petición. La verdad era que deseaba hablar con Taehyung sobre su novia, pero sabía que Yoongi tenía algo que decirme, así que tuve que dejarlo para luego. Observé el sendero por el que íbamos solos y vi el letrero que indicaba donde quedaba el lago donde estaba el puente por el cual pasaba el tren. — Claro, nos vemos mañana Taehyung ¿Si? — dije observando al castaño que tenía cara de pocos amigos. — Si como sea, nos vemos — bufó y siguió con su camino. 128

Seguí a Yoongi por el otro camino y mi mente no sabía que pensar con todo lo que sucedió hoy. Habíamos demostrado demasiado afecto entre nosotros, haciendo que la tensión sexual entre ambos aumentara y mis deseos por él más. — ¡Hacen bonita pareja! — le escuché gritar a Taehyung antes de que nos adentráramos al sendero hacia el lago. Reí para mí mismo y traté de seguirle el paso a Yoongi, quien me había dejado atrás y estaba actuando algo indiferente y serio. ¿Ahora que mosco le picó? Antes se estaba divirtiendo mucho por hacerme enloquecer. Pasaron unos cuantos minutos caminando entre los árboles y el sendero hecho de piedra con faroles que iluminaban el camino hasta llegar al lago cubierto por una fina capa de hielo. Ahora que lo pienso ¿Cómo se le ocurre traerme aquí en la noche con este frio? Él se detuvo al borde de este y la luz de la luna ahora era la única luz que nos acompañaba. Me sentí ansioso y curioso sobre la actitud de Yoongi, así que no pude evitar romper el hielo al verlo allí de pie con la mirada perdida, sumergido en sus pensamientos. — Yoongi, ¿Sucede algo? — Tu amigo Taehyung corre peligro Jimin, esa chica tiene algo fuera de lo común — dijo con un tono de voz algo frio. — ¿A qué te refieres con fuera de lo común? — pregunté preocupado. Soltó un largo suspiró y ocultó sus manos en sus bolsillos — Taehyung está hechizado por una Súcubo Jimin, es un demonio como yo que le hace creer a tu amigo que está profundamente enamorado de ella. — ¿Cómo sabes eso? — pregunté sin poder creerlo. Él me observó y se veía de repente molesto — Esa chica tiene un collar de plata que todos los Íncubos y Súcubos tienen que los conecta a este mundo, debe ser del grupo de mi madre, de seguro debe trabajar con ella — explicó. Sentí miedo por lo que estaba mencionando — ¿En qué trabaja tu madre exactamente Yoongi? Él se quedó en silencio, provocando que me sintiera nervioso y luego me dio una triste sonrisa — No quieres saberlo.

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Me quedé en silencio pensando lo que me había dicho, lo sabía. Sabía que esa chica no tenía algo bueno. Taehyung debe estar tratando de olvidar a Hoseok, pero simplemente se está haciendo más daño, debo ayudarlo. — Ni intentes en resolver esto por tu cuenta — comentó como si hubiera leído mis pensamientos — Es peligroso que te metas en ese tipo de cosas, así que déjamelo a mí. Yo sé con quién tratar en este tipo de problemas. Sacó su celular para perderse en la pantalla y yo me quedé observándolo fijamente. Entonces recordé como él me había impedido ayudar a Mark y a Namjoon antes, lo cual estaba haciendo de nuevo y me hizo enojar. — ¿Por qué siempre me impides ayudarlos Yoongi? No dejó de observar la pantalla de su celular — No puedes interponerte entre un Íncubo y su condenado Jimin. — ¿Entonces por qué aún sigues sin lastimarme? — Yoongi se quedó inmóvil y me observó quedándose callado. — ¿Acaso quieres que te lastime Jimin? ¿Eso quieres? — preguntó con un tono frio y duro que me hizo sentirme inferior a él. — No. — ¿Entonces? — me acerqué a él y me quedé junto a él para observar el lago. No me sentía seguro de lo que iba a decir, pero sentí que era necesario. — Quiero que me hagas sentir seguro de que no me lastimarás, quiero saber que eres diferente a los demás Íncubos, quiero creer que tienes un lado bueno en ti Yoongi para luego no arrepentirme de entregarme a ti. Él se quedó anonadado por mis palabras y colocó sus brazos en mis caderas — Jimin yo... — Y deja de preguntarme si quieres que me beses o no, es algo que debes hacer por tu cuenta y arriesgarte de conocer mi reacción — comenté — O dime Yoongi, ¿Acaso tú... No pude terminar la frase porque sus labios estaban de nuevo sobre los míos. Me rodeó entre sus brazos y saboreé sus labios una vez más, mordimos y besamos los labios del otro bajo la luna. Sentía un caos en mi mente y sabía que las cosas con él estaban tomando otro rumbo, tal vez era el momento que tanto esperábamos se acercaría.

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Nos detuvimos para recuperar el aire, nos miramos directo a los ojos viendo como el otro jadeaba con el humo del frio salir de nuestras bocas y colocó su mano en mi mejilla. — Jimin, la razón por la que no quiero que te interpongas es otra — confesó en un susurró y con la nariz roja por el frio — Es porque no quiero que salgas lastimado, yo no deseo lastimarte Jimin — de repente me abrazó contra su pecho aferrándose a mi como si deseara hacer esto hace tiempo — ¿Podrías confiar en mí? Yoongi, creo que será difícil no querer tocarte después de esto. Así correspondí su abrazo dándole a entender que confiaba en él.

Uno de ellos roba el sueño del amado, pero el otro simplemente está cegado por la lujuria. El dolor del abandono no sólo llega antes, sino podría ser después.

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Capitulo 20 Abrí los parpados débilmente y sentí frío en ese instante, escuchaba un pitido constante cerca de mis oídos y no sabía que estaba haciendo en esa habitación de hospital. Traté de moverme pero un dolor punzante en mi brazo me lo impidió, solté un quejido de dolor al ver que tenía suero en mi brazo y me sentí asustado. Observé a mi lado y mi madre estaba durmiendo sobre mi camilla con los brazos apoyados en esta. Sólo podía mover los dedos porque me sentía inmovilizado — Mamá — susurré débilmente, despertándola de inmediato. Me hundí en la dura camilla y ella me observó con preocupación en sus ojos — Jimin... ¿Cómo te sientes, cariño? ¿Te duele algo? Se acercó a mí y acarició mi cabello tratando de tranquilizarme, pero no sabía porque estaba en esa camilla de hospital conectado a un montón de cables. — ¿Qué sucedió? Ella me observó con los ojos rojos por llorar y no supo que contestar. Sin embargo al ver la bolsa de sangre que estaba siendo inyectada a mi brazo, me preocupó aún más. Comencé a sobresaltarme y pude notar que debajo de la bata de hospital tenía un vendaje en mi torso. — Jimin cariño, tranquilízate. ¿Recuerdas algo de lo que sucedió anoche? La miré asustado y me quedé en silencio tratando de recordar. Simplemente lograba recordar relámpagos, una fuerte tormenta, mi madre no estaba en casa y yo estaba llorando en el suelo. Un chico que había caído desde el segundo piso frente a mí y yo no dejaba de llorar por mis manos ensangrentadas. — ¿Ocurrió algo malo mamá? — pregunté nervioso. Ella me estrechó entre sus brazos con cuidado de no lastimarme — Te caíste por las escaleras y sufriste un fuerte golpe y perdiste algo de sangre. No debí dejarte solo esa noche Jimin, lo siento — sollozó. No supe que decir hasta que vi al mismo chico de aquella noche detrás de mi madre cerca de la ventana, vestido de blanco y observándome fijamente con la luz del sol iluminando su rostro, apretando los puños y con los ojos irritados tal vez por llorar.

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Parpadeé varias veces y cuando iba a decirle a mi madre sobre el chico, él ya no estaba allí. Escuché unos pasos acercarse y un hombre en bata se asomó en la puerta — Señora Park, debo hablar con usted — le escuché decir al doctor y mi madre salió de la habitación mirándome junto a una sonrisa. Recorrí con mi mirada la habitación y me sentí triste al recordar a Yoongi. Lo extrañaba mucho y me sentía molesto con mi madre por haberme alejado de él después de la muerte de mi padre. Muchas cosas estaban sucediendo a mí alrededor y no las entendía, aún más ese sentimiento cálido en mi pecho cuando recordaba la sonrisa de Yoongi y el contacto de nuestras manos haciéndome sonrojar. Me sentía solo y triste, estaba débil, enfermo y las burlas por parte de mis compañeros aún no cesaban. Lloraba en silencio en mitad de la noche cuando no podía dormir a causa de la fuerte tormenta y trataba de recordar las palabras que Yoongi me dijo para hacerme sentir mejor, pero ahora las había olvidado. Observé la puerta abierta de par en par que dejaba ver desde mi camilla el pasillo vacío donde enfermeras y doctores de vez en cuando pasaban. Entonces la puerta se cerró frente a mis ojos levemente, dejándome sorprendido. Y aquel chico apareció de nuevo frente a mí. Estaba él de pie observando el suelo, tenía el cabello castaño y podía ver que gimoteaba. Me preocupé y supe que debía estar triste por algo. — Oye, ¿Estás bien? ¿Por qué lloras? — susurré tímidamente. Él al escuchar mis palabras se sobresaltó y trató de limpiar sus lágrimas rápidamente, de repente ya no estaba de pie cerca a la puerta sino ahora estaba sentado en la silla junto a mi camilla, dándome un susto y haciendo que el pitido de la máquina que tomaba mi pulso aumentara por unos segundos. — Perdí a un amigo — susurró con una adolorida voz. Su vista estaba ahora en sus manos y no me dejaba ver con claridad su rostro — ¿Por qué? — No lo logré proteger del dolor. — ¿Del dolor? — este chico ya me estaba asustando con la manera como me hablaba. Levantó su cabeza y sus ojos se centraron en los míos — Dejé que él sintiera algo cálido aquí — dijo estirando su brazo y tocando mi pecho donde estaba mi corazón — Y ahora él sufrirá por mi culpa, será condenado por mi culpa — sollozó. 133

— ¿Cómo te llamas? — pregunté y una vez más logró controlar el llanto. — Jeon Ju-Jungkook — respondió con la voz entre cortada. Sonreí — No te preocupes Jungkook, yo seré tu nuevo amigo. ¿Qué te parece? Él sonrió con las mejillas sonrojadas y asintió alegremente. Se levantó de su asiento y se quedó en medio de la habitación con los brazos estirados a cada lado junto a una sonrisa. — Ya que eres mi amigo, ¿Quieres ver algo genial? Asentí emocionado junto a una sonrisa, él pidió que cerrara los ojos y contara hasta cinco. Luego podría abrirlos y ver la sorpresa que tenía para mí. Cerré mis parpados y comencé a contar — Uno... Comencé a sentir la habitación más cálida que antes y que todo el dolor en mi cuerpo se iba desvaneciendo lentamente, haciéndome sentir feliz y tranquilo. Como cuando estaba cerca de Yoongi. Cuando llegué al número cinco él me dijo que podía abrirlos y quedé demasiado sorprendido. Jungkook tenía dos amplias alas blancas que sobresalían de su espalda, se veía muy bien y él no dejaba de sonreír. Observé de lejos ambas alas y él quitó una pluma de una de ellas, la colocó en la palma de su mano y al soplarla llegó hasta mi alcance para tomarla así entre mis manos y observar que era una delicada pluma blanca. — ¡Eso sí que es genial! — exclamé fascinado. — ¿Te gustan? — preguntó él. — ¡Si! Quisiera tener unas alas como las tuyas — dije algo celoso y vi que la sonrisa de Jungkook se apagó junto al sentimiento de sus ojos, de repente parecía como hubiera entrado en trance y hubiera recordado algo. Sus alas se inclinaron hacia abajo como si fuera la cola de un perro al estar triste y me observó con una expresión seria y el ceño fruncido. — Tú tienes alas Jimin — comentó llamándome por mi nombre. Fruncí el ceño — ¿Cómo sabes mi nombre? — Puedes ver tus alas en la sombra Jimin, sólo mírala — dijo señalando mi sombra en la pared e ignorando mi anterior pregunta. Volteé a ver pero yo no veía nada inusual en mi sombra.

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— ¿Qué estás diciendo Jungkook? — cuando lo volví a observar, él se encontraba de rodillas en el suelo con la cabeza abajo mirando sus manos. — Te fallé Jimin, lo siento — dijo esta vez con una voz algo diferente haciéndome temblar. De repente sentí mi vista borrosa y la pluma que tenía en mi mano se había convertido en polvo. Apoyé mi cabeza en la almohada al sentirme agotado de repente y el frío, la tristeza y el dolor en mi cuerpo volvió de nuevo. Apreté los puños con fuerza y sentí que algo dentro de mi pecho dolió, el recuerdo de Yoongi y las flores en primavera. Jungkook estaba junto a mi camilla y me observaba fijamente con una mirada triste y amarga. Sentí que iba a caer inconsciente y él con las yemas de sus dedos cerró mis parpados con delicadeza. — Siempre estaré allí Jimin, lo siento por esto — le escuché decir y lo último en que pensé fue en el rostro de Yoongi junto a su sonrisa. Pero luego no recuerdo verla más.

Jimin dejó de recordar al chico que conoció en la primavera quien era yo. Mi rostro y mi voz simplemente quedaba como un recuerdo vago de que alguien le hizo sentir feliz y protegido del toxico mundo en el que ambos compartíamos. Jungkook dejó de seguirlo a él como si fuera su sombra, siendo un ángel sin alguien que cuidar con el sentimiento de culpa de haberlo perdido y para así reencontrarse ellos juntos después como si fueran dos compañeros de habitación que se molestaban mutuamente. Jungkook y yo éramos los únicos que sabían sobre la verdad de Jimin. Sabía que yo había provocado que perdiera sus alas al enamorarnos y quedar con una parte del otro en nuestro corazón, sin embargo no fue la culpa de nadie el enamorarnos del otro. El amor ocurre de repente y sin pedir de quien te enamoras, pero tú eliges si aceptar aquello. Luego Jimin y yo nos habíamos reencontrado en donde era parte de mi juego y donde yo amaba a Jimin, pero él a mí no. Y juntos estaríamos a punto de compartir la manzana del pecado. Ahora Jimin se había convertido en algo diferente y oscuro, que podría ser peligroso en un futuro y que sería desatado con la lujuria.

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Capitulo 21 El invierno había llegado oficialmente y ya se acercaba Navidad junto a Año Nuevo. Lo que significaba vacaciones de invierno, visita a la casa de mi madre y de nuevo su molesto intento de conseguirme una novia, no más divertido podría ser. Sin embargo lo que me emocionó al terminar mis exámenes y obtener buenos resultados, era la invitación que recibí por parte de Hoseok para pasar Navidad junto a su hermano, Jungkook, Taehyung y el chico que no salía de mi cabeza al saber que había besado sus labios muchas veces, Yoongi. La familia de Hoseok había alquilado una cabaña en una residencia turística junto a un lago y ellos al estar de viaje fuera durante esa fecha especial, Hoseok decidió invitarnos para pasar la Navidad todos juntos. Lo cual me alegró un poco ya que Taehyung no estaría con esa chica que le está arruinando la vida, pero yo tendría que pasar fin de año en la casa de mi madre. Los únicos que ya habían aceptado la invitación e irían, eran Jungkook y Yoongi. Los que más se odiaban, aunque me parecía en parte interesante ver a esos dos molestarse entre sí durante el viaje. Ahora me encontraba tratando de convencer que Taehyung me acompañara al viaje, porque no sabría controlarme si estaba todo el tiempo con el peli-gris cerca de mí. Aunque los sueños entre él y yo habían dejado de ser mi realidad en las noches, lo cual me había resultado extraño, ya que habían dejado de ser ocurrentes desde nuestro beso en el lago. —Taehyung, ¿Cuántas veces me vas a decir que no? —pregunté agotado de tanto insistirle. — ¿Tú cuándo vas a dejar de insistirme en ir? No quiero ver a Hoseok, no sabes lo cual difícil es ignorarlo cuando tenemos clases juntos —explicó con un tono algo triste. Arqueé una ceja y tal vez pensé la posibilidad que Taehyung sentía algo por Hoseok. ¡Es que no puedo aceptar que esté saliendo con una chica! —Vamos Taehyung, ven con nosotros, será divertido. Después de todo es nuestro último año aquí y luego nos separaremos al ir a la universidad —dije dándole un leve codazo para que me pusiera atención. — ¿Tú madre te ha dicho a qué universidad irás? —preguntó él cambiando de tema. 136

—No, aunque estoy pensando en ganar una beca con la natación—dije algo pensativo— ¡Oye no me cambies de tema! Respóndeme. Él rió y luego su sonrisa fue desapareciendo hasta quedarse pensado si era buena idea hacer aquello. —Jimin, sabes que me duele mucho el convivir con Hoseok como si nada. Ahora que estoy saliendo con Irene, me parecería un error el de encontrarme con él de nuevo, pero... —tú no estás saliendo con Irene Taehyung, deja de mentir —Voy a ir contigo porque quiero pasar más tiempo contigo antes de irnos del instituto. Sonreí feliz y le di una palmada en la espalda con alegría — ¡Ese es mi amigo! Él rió —Ahora no sabré que comprarles a los demás de regalo —comentó algo preocupado. —Eso es lo de menos. Él asintió —Jimin, ¿Y tú madre que ha dicho sobre lo del viaje? —preguntó dejándome helado. —Bueno, no le he dicho aún —sonreí nervioso, no quería escuchar aún sus sermones y sobre de pasar tiempo con ella. El timbre sonó dado por terminada la clase del profesor Kim y Taehyung comenzó a guardar sus cosas con rapidez —Más te vale comentarle, nos vemos Jimin — dijo y se fue dejándome atrás. Suspiré y comencé a hacer lo mismo para ir a mi clase de natación, Yoongi estaba en el fondo del salón y cuando nos cruzamos para salir por la puerta. Se detuvo y colocó su mano en mi cabeza junto a una sonrisa. —Nos vemos después —fue lo único que dijo para irse y hacerme suspirar. Él se había convertido en alguien predecible para mí y me mantenía alerta a lo que podría hacer, ya que podría hacer cualquier cosa sin importar en la situación que nos encontráramos. Caminé por los largos pasillos y tomé un atajo más rápido para llegar a tiempo a la clase y lograr cambiarme de ropa sin prisa alguna. Cuando llegué a la piscina el reflejo del agua y el olor a cloro me hizo sentir emocionado por otra competencia más que ganar.

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—Jimin, ¿Sabes qué tendrás que venir en Año Nuevo, no es así? —preguntó mi madre por teléfono, que mejor sonaba como una orden. —Si lo sé —dije secándome el cabello mojado al dar por terminado la clase. —Me entristece el no tenerte en Navidad, pero espero que te diviertas con tus amigos antes de la universidad. Cuídate por favor. Sonreí levemente —Lo haré, gracias mamá. —Jimin, tú amigo que conocí por el teléfono cuando estabas estudiando, ¿Va a ir? — quiso saber ella con curiosidad en su voz y me sentí extraño que ella lo llamara mi "amigo" cuando en realidad nos habíamos besado muchas veces antes. Desvíe la mirada y observé el agua de color azul de la piscina —Si, así es. Escuché una leve risa por su parte — Agradécele de mi parte por ayudarte Jimin, diviértete cariño. Nos vemos pronto. — Ehh, está bien mamá. Nos vemos pronto — me despedí de ella y colgué la llamada. Suspiré pesadamente y dejé que mis músculos se relajaran, me sentí nervioso cuando mi madre había mencionado a Yoongi, siempre presiento que ella va a sacar el tema de mi sexualidad. Cómo odio aquello, aunque el recuerdo de mi primer encuentro con Yoongi en el verano me hace sonreír por su torpe intento por calmar mis lágrimas y recordar su cálido abrazo, me hace sentir mucho mejor al momento de que me siento atacado por la tristeza de que ella no me acepte. El timbre para el fin de las clases me sacó de mis pensamientos y decidí volver a los vestidores. Me acerqué a mi casillero y al abrirlo, encontré sobre mi ropa doblada una hoja de papel. Curioso tomé la nota entre mis manos y observé mí alrededor, de nuevo estaba totalmente solo y mis compañeros se habían ido antes que yo. "He visto que Min Yoongi y tú están siendo más cercanos Jimin. ¿Acaso ustedes dos tienen algo? Me siento algo celoso Jimin...felices vacaciones de invierno." — ¿Jimin? — escuché la voz de Yoongi detrás de mí tomándome por sorpresa y arrojé la nota al casillero para sacar mi ropa rápidamente. Me cubrí con la toalla y observé que Yoongi se encontraba con su mochila al hombro, apoyado en una pared y observándome fijamente. Pasé saliva acomodando mi cabello húmedo hacia atrás al verlo tan impecable y atractivo como siempre. — ¿Viniste a recogerme? — pregunté algo sorprendido. Su mirada me recorrió de arriba abajo para luego mirarme a los ojos — ¿Tú que crees? — preguntó con sarcasmo. 138

Reí y sequé las pocas gotas de agua que aún permanecían en mi abdomen desnudo, hasta que pillé al peli-gris observándome con detenida atención, con la mirada llena de anhelo y mordiéndose los labios provocativamente. — ¿Qué es lo que miras, Min? — pregunté retándolo. Él no dejó de hacer aquella expresión que tanto me encanta — Una obra de arte frente a mis ojos que no puedo tocar. Bufé — Tengo que cambiarme, espérame afuera — pedí colocando la toalla sobre mis hombros, sin hacer contacto visual con él. — Porque no mejor me quedo a ver cómo te desvistes frente a mí — dijo de una manera tan descarada que sonó hasta tentador. — ¡Largo! — exclamé rojo de la vergüenza. Escuché su hipnotizaste risa y se acercó a la salida para dejarme solo. Escuché la puerta abrirse y antes de que él se fuera, me gritó algo dejándome aún más avergonzado. — ¡Lindas piernas, Park! — elogió él para luego cerrar la puerta detrás de sí y dejándome con las mejillas calientes por ese comentario. Coloqué la toalla alrededor de mi cintura y al abrir mi casillero, divise la nota de papel y lo que decía me hizo dudar. ¿Quién podría estar celoso de la relación amistosa entre Yoongi y yo? ¿Quién podría estar dudando de que algo ocurre entre nosotros? Lo cual me había dejado algo paranoico por el resto de la tarde.

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Capitulo 22 —Jimin, ¿Puedo dormir en tu hombro? — preguntó Yoongi a mi lado, haciendo una expresión algo tierna para mí que jamás había visto antes. ¿Pero qué le sucede? Anda muy pegado a mí a todo el tiempo buscando siempre contacto conmigo, parece un gato en celo este chico. Aunque podría decirse que yo también estaba así por él, se me aceleraba el pulso cuando sentía su contacto contra mi piel y su mirada en la mía. Parecía como si ardiera y miles de situaciones y cosas que quería hacer con él no salían de mi cabeza. Los demás estaban acomodando su equipaje en la parrilla de las maletas y Yoongi y yo compartíamos asiento juntos en el bus donde nos llevaría desde Chuncheon hasta las afueras de la ciudad para quedarnos en la cabaña de Hoseok. Todas las escuelas del país se encontraban en vacaciones y nosotros habíamos comenzado nuestro viaje, donde sentía que muchas cosas podrían pasar y Yoongi era una de ellas. Lo miré algo dudoso e iba a negarme, pero la idea de verlo dormir, me ganó. Observé a los demás que se encontraban en los asientos de adelante y me tranquilicé al notar que no había nadie junto a nosotros, lo cual era alentador. No quería que nos estuvieran molestando el resto del viaje y esperaba que Taehyung no le hubiera comentado por ejemplo a Jungkook la vergonzosa situación por la que tuvimos que pasar en la cafetería. Me acomodé en mi asiento y observé el panorama afuera de la ventana, donde ya estaba comenzando a invernar un poco y los arboles ya habían perdido sus hojas a la vez se formaba una fina capa de hielo sobre las ramas. — Si, no hay problema — acepté y él acomodó su cabeza en mi hombro para relajarse. — Gracias — en ese instante me sentí inmóvil al sentir su contacto y sentí un suspiro por su parte. Lo observé de reojo y pude ver que tenía los parpados cerrados, la respiración serena, su perfecta tez blanca que resaltaba junto a su cabello y sus largas y delicadas pestañas. Esta era una mejor paronímica que el del invierno allá afuera. — ¿Cómo están allá atrás? — preguntó Taehyung sin levantarse de su asiento. — Estamos bien — escuché una risa de su parte.

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Taehyung se encontraba en el asiento de adelante junto a Jungkook quienes se llevaban muy bien y en el otro asiento se encontraba Hoseok y su hermano menor. Hoseok había estado un poco distante de nosotros y el ambiente se siente incómodo por lo que sucedió entre Taehyung y él. Mi vista se centró en los pálidos brazos de Yoongi y me pregunté si tendría frio, así que sin pensarlo, tomé su brazo y sentí sus manos totalmente frías. Sin pensar que él estuviera tal vez aún despierto, recordé cuando agarró mi mano entre las suyas y sostuve las suyas entre las mías para así sentirme relajado. Cuando comencé a sentir el sueño apoderarse de mí junto al cansancio y había cerrado los parpados. Pude sentir su mano entrar en contacto con la mía, manteniéndola aprisionada entre las suyas y sentí que ahora estaban cálidas.

— ¡Taehyung, deja de tomarme fotos cuando duermo! — le grité molesto a Taehyung quien tomó una foto de Yoongi y yo durmiendo juntos en el bus. Él rió y me hizo caer en el sofá del living en la cabaña — Pero si se ven tiernos juntos, ¿Por qué quieres negarlo? — me molesto él. — Ya, deja de molestar. Él se sentó a mi lado y sostuvo su celular en sus manos — ¿Seguro que quieres que la elimine? — preguntó junto a una sonrisa. Traté de arrebatarle el celular de las manos, pero siguió tratando de escapar de mí. Así que entre risas y burlas de su parte, Jungkook colocó las maletas en el suelo con fuerza llamando la atención de ambos. — Oigan ustedes dos, dejen de pelear y recojan sus maletas — pidió él, distrayendo a Taehyung y dándome el chance de tomar su celular. — ¡Jimin! — me gritó él, pero ya era demasiado tarde. Ya había eliminado la foto. Lo miré enojado y le arrojé el celular — Deja de interrumpir mi privacidad. Jungkook rió y sacó su celular — ¿Ahora le vas a llamar privacidad? — dijo junto a una sonrisa y tenía la misma foto de Yoongi y yo durmiendo. Me quedé en blanco, totalmente derrotado y escuché la puerta de entrada cerrarse para así todos quedar adentro. El lugar estaba totalmente helado y me quedé sentado sin decir nada, serian dos largos días junto a esos dos que me hacen enfadar. 141

— Jungkook, borra la foto — escuché una fría voz, sorprendiéndome al saber que era Yoongi quien miraba fijamente a mi amigo y ambos se retaban con la mirada. Jungkook sonrió divertido y sabía que diría algo para provocarlo más, después de todos esos dos sí que les gusta llamar la atención con sus peleas sin sentido. — Por favor — agregó el peli-gris con seriedad y Jungkook sin decir nada más, le dio un toqué a la pantalla del celular y pude saber que la había eliminado. — Jimin — escuché la voz de Seung junto a mí, sobresaltándome un poco y me sonrió con la misma amabilidad que tenía su hermano — ¿Me podrías ayudar a prender la chimenea, por favor? — Por supuesto — acepté y me levanté de mi asiento para dirigirme a la chimenea que se encontraba junto al árbol de Navidad con los regalos de nosotros para cada uno. Tenía curiosidad por lo que Yoongi podría darme de regalo, aunque no me ilusiono con él. A él no le gustan este tipo de festividades y además no somos nada como para esperar algo especial del otro, sin embargo sabría que con cualquier cosa que me diera, estaría tal vez feliz. El fuego comenzó a consumir la madera seca en la chimenea y contemplé el fuego, lográndome sentir tranquilo y cálido. A veces el fuego podría ser destructor en algunas ocasiones si no tiene límites y otras veces te hace sentir protegido. Podría comparar mi relación con Yoongi como el fuego, porque a veces es cálida y extrañamente a la vez puede ser apasionada y peligrosa si no establezco unos límites. Lo cual podría ocurrir en este momento, si él no me deja de mirar todo el tiempo de esa manera tan... — Muy bien, vamos a repartir las habitaciones — nos informó Hoseok de pie a mitad del salón. — Hay tres habitaciones, dos tienen dos camas individuales y una tiene una cama doble — explicó Seung. Miré de reojo a Taehyung y lo noté tenso al pensar en la posibilidad de quedar junto a Hoseok, sin embargo por tanto que quisiera que esos dos estén juntos, no puedo forzar a mi mejor amigo que se sienta incomodo o dolido por estar junto a él. Aunque la sonrisa cómplice del hermano de Hoseok me hizo dudar. — Así que, Taehyung y Hoseok en una habitación, Jungkook y yo en la otra y Jimin junto a Yoongi en la habitación de la cama doble. ¿Qué les parece? — propuso Seung dejándonos en silencio. Este chico sí que sabe lo que está sucediendo entre nosotros.

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Observé la incomodidad de Hoseok y él lo retractó — Creo que sería mejor que tú te quedaras conmigo, Taehyung, Jimin y Jungkook juntos y Yoongi solo en la habitación de cama doble. — ¿No habían solo cuatro camas individuales? — preguntó Jungkook. — No, al parecer hay un cuarto con tres — informó Yoongi regresando del pasillo por donde estaban las habitaciones y se cruzó de brazos para observar la discusión. — No sabes contar Seung — lo regañó Hoseok a su hermano. Él se rió — Ya, quería ver sus caras cuando ordenara las habitaciones a mi modo — confesó haciéndome pensar que no era tan inocente como creía. Aunque tiene la misma sonrisa de Hoseok, es muy amable, divertido y a veces tierno, sabía que podía ser un diablillo y quería ver el mundo arder. — Si claro, vamos a desempacar, para meternos en el jacuzzi — comentó Hoseok y me sentí aliviado al escuchar que había algo así para combatir contra el frio. — ¡¿Hay un jacuzzi?! — preguntó fascinado y sorprendido mi mejor amigo mirando a Hoseok, lo cual le sorprendió porque había sido la primera vez que le dirigía la palabra en todo el día. Hoseok le sonrió dulcemente y asintió, entonces Taehyung se fue corriendo a la habitación como el niño en el que a veces se convertía, Hoseok no dejó de observarlo. Tomé mi mochila y me dirigí a mi habitación, Yoongi me siguió y me sentí una vez más acosado. Así que rápidamente me metí en mi habitación para cerrar la puerta detrás de mí y escuché sus pasos junto a su traviesa risa por el pasillo. Luego de una tarde relajándonos en el jacuzzi junto a risas, burlas y retos divertidos que Taehyung y Jungkook se ingeniaban para mantenernos entretenidos. Había llegado la noche y juntos habíamos preparado la cena sin quemar la cocina, lo cual me sorprendió que Yoongi cocinara y siempre me pedía que probara lo que él preparaba. — ¡Está delicioso! ¿Cómo es que sabes cocinar? — le pregunté luego de llevar la cuchara a mi boca de nuevo al probar lo que había preparado. Él se encogió de hombros y me quitó la cuchara de la boca para probar un poco de lo que había cocinado, luego se llevó la porción a la boca y no pude pensar que eso había sido un beso indirecto. — Crecí siempre siendo atendido por los sirvientes de mi madre, pero alguien me enseñó algunas cosas — explicó sin entrar en detalles.

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Asentí y me quedé observándolo, sintiéndome así curioso por su familia y la relación entre su madre y él. — Yoongi, ¿Cómo es tu relación con tu madre? — pregunté al ser vencido por la curiosidad. Él detuvo sus acciones y se quedó algo pensativo con la mirada, entonces supe que no debí haber preguntado. Traté de decir algo para interrumpir el silencio incomodo que se estaba formando entre nosotros, pero su mirada llena de repentina tristeza y junto a una débil sonrisa, me dejó mudo. — No es de la mejor, tengo muchos resentimientos hacia ella por cosas que me hizo — dijo haciéndome sentir mal por haber preguntado. — Lo siento... — susurré algo apenado. Su ahora tierna sonrisa que dejaba ver sus encías, me tranquilizó — No te preocupes, creo que ya está todo listo. ¿Quieres un poco más? — preguntó él ofreciéndome una cucharada del batido de crema que estaba preparando y sin pensarlo acepté. Era tan dulce y exquisito como los labios de Yoongi. Mi vista se centró en el otro lado de la mesa y pude notar que Jungkook no dejaba de vernos a los dos fijamente con el ceño fruncido y una expresión de total seriedad en su rostro que me hizo creer que estaba molesto. Después de unos minutos, todos nos encontrábamos cenando lo que en mayor parte Yoongi y Hoseok habían cocinado, porque los otros tres miraban el celular sin hacer nada y yo era el ayudante de Yoongi. Hablábamos cosas triviales y divertidas, hasta que el celular de Taehyung sonó y tuvo que retirarse de la mesa. Pasaron los minutos y me había parecido extraño que él no había vuelto, así que sin dudarlo me levanté de mi asiento dejando a los demás atrás. Caminé por el pasillo hasta llegar a nuestra habitación que compartíamos, abrí la puerta para ver la habitación a oscuras, pero no había nadie. Observé la puerta de cristal que daba al jacuzzi cubierto y entré buscando a Taehyung por todos lados, hasta que al ver la otra puerta que conducía al porche donde podías ver el lago, vi la cabellera de mi amigo y sin dudarlo me acerqué hacia él. Sin embargo al escuchar que él había susurrado aquel nombre, me quedé inmóvil a un lado de la puerta para escuchar lo que hablaba con la persona del teléfono. — Irene, ¿Cómo se te ocurre hacer eso? — le escuché decir, dejándome fuera de contexto.

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Luego escuché que él discutía con ella al parecer, pero no me era muy claro lo que decía, el ruido del viento junto a la nieve me lo impedía un poco junto a la música a lo lejos y sentí pasos rápidos acercarse hacia el lugar. Me alteré a que me descubrieran escuchando su conversación y me escondí detrás de un mueble que había allí junto a la oscuridad no podía ser visto, eso espero. Los pasos se acercaron aún más y pude ver a un preocupado Hoseok a travesar el pasillo, rodear el jacuzzi hasta llegar a la puerta transparente y quedarse allí de pie observando a Taehyung que hablaba con esa chica por teléfono. Pude ver que él mantenía los puños cerrados con fuerza y no dejaba de hacer una expresión triste y llena de dolor, ¿Acaso él siente algo por Taehyung? La puerta se abrió para así los dos encontrarse frente a frente, sorprendiendo a Taehyung y me sentí emocionado, parecía como si viera un drama frente a mis ojos. Y esperaba que terminara bien, si o sí. — H-Hoseok... — susurró el castaño y agachó la mirada, sosteniendo su celular con fuerza — ¿Cuánto tiempo llevas allí? ¿Acaso escuchaste algo de lo que dije? — preguntó él tímidamente. Yo si escuché algo y no me gusto que fuera sobre Irene. — Taehyung, yo... — la mano de Hoseok se posó en la mejilla del otro chico y ambos se sobresaltaron por el contacto. Esto si que es interesante — Estás helado, ¿Quieres que te traiga una manta? No deberías salir a estas horas de la noche con este frio — comentó preocupado él, pero Taehyung golpeó su mano apartándola bruscamente. — Déjame, estoy bien. No tienes por qué preocuparte por mí, mejor haz eso con alguien más, yo no te intereso a ti en absoluto — dijo cortante y siguió de largo, aunque Hoseok lo tomó del brazo deteniéndole el paso. — Claro que si me interesas en absoluto Taehyung — confesó el castaño dejando helado a Taehyung y haciéndolo enojar. — ¡¿A si?! ¿Y de qué manera te intereso Hoseok? ¿Solo para jugar conmigo y herir mis sentimientos cada vez que puedes? — Taehyung... — susurró Hoseok sorprendido. — Responde — ordenó fríamente mirándolo a los ojos. — ¿Por qué dices que quiero jugar contigo? ¿Cuándo herido tus sentimientos Taehyung? Dímelo. — Cada vez que sonríes Hoseok y me tratas como si fuera un amigo más — dijo Taehyung con la voz algo inestable, dejándome con la boca abierta.

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Hoseok apretó los puños aun más con fuerza — ¿Por qué te molesta eso Taehyung? — oh no. Mi amigo se quedó en silencio observando fijamente a Hoseok y supe que por dentro estaba herido. Lo tomó de la camisa y lo observó a los ojos, entonces presentí que iba a decir aquello. — Porque me gustas Hoseok — confesó con la voz quebrada y el corazón lastimado una vez más. Luego lo soltó de la camiseta y salió corriendo de allí para encerrarse en nuestro cuarto y Hoseok se quedó allí de pie sin saber cómo reaccionar. Me quedé sorprendido en mi escondite por lo que acaba de ocurrir y me quedé inmóvil esperando a que él se fuera para poder salir, entonces Hoseok abrió la puerta trasera y observó el oscuro panorama invernal. — Tú también me gustas Taehyung — dijo para sí mismo, para luego cerrar la puerta con fuerza y quedarse afuera en el frio. Eso fue intenso.

— Buenas noches — se despidió Seung apagando las luces del pasillo, dejándonos a Jungkook, Yoongi y a mí para cada uno irse a su habitación. Las cosas entre Hoseok y Taehyung habían empeorado, y mi amigo se había encerrado en la habitación en su cama durmiendo, sin querer hablar con nadie. Jungkook nos miró a ambos y dijo "buenas noches" para luego entrar a la habitación, dejándome solo junto a Yoongi. Me crucé de brazos y vi que él me estaba mirando — ¿Qué es lo que tanto me ves? — susurré para que no nos escucharan los demás. Él se apoyó en la pared y sonrió levemente — ¿A qué te refieres? Bufé — Llevas todo el tiempo mirándome, ¿Tengo algo pegado en la cara o qué? Yoongi me tomó de la muñeca y me atrajo levemente hacia él — No puedo dejar de mirarte Jimin, ¿Recuerdas lo que te dije una vez? — ¿Q-Qué cosa? Sentí un escalofrío al tenerlo cerca de mi oído — Todo tú me provocas Jimin — dijo articulando cada palabra, sintiéndome seducido por él. 146

Sonreí e ignoré aquello — Buenas noches Yoongi. Luego cuando estaba a punto de irme a mi habitación, él me atrapó del brazo y me metió rápidamente en su habitación a total oscuras, dejándome sorprendido. — ¿Qué estás haciendo? — pregunté nervioso al sentir su respiración cerca de la mía. — Está haciendo frio Jimin... ¿Podrías acompañarme un rato? — pidió con la voz cargada de lascivia. Creo que él está mal, porque sentía esa habitación bastante caliente de repente. — Yoongi... — Ven — me jaló y sentí algo suave en mi espalda, estaba acostado en su cama. ¿Qué está haciendo? Abrí los ojos cuando lo sentí sobre mí y pude sentir una sonrisa de su parte. La habitación estaba demasiado oscura y simplemente podía sentir su contacto y sus ojos sobre los míos, con la tenue luz de la luna. Un silencio mortal se interpuso entre nosotros y no sabía lo que iba a ocurrir. Escuché su risa — Muévete Jimin, quiero meterme bajo las sabanas — pidió moviéndose a un lado y pude sentir que se arropaba con las sabanas, dejándome sin saber cómo reaccionar. Lentamente le seguí la corriente y no sabía cómo, pero me encontraba entre los brazos de Yoongi, dejándome inmóvil con un sentimiento de estar protegido y repentina melancolía en mi pecho se presentó al sentir su mano de nuevo entrelazada con la mía. Él apoyó su cabeza cerca de la mía y nos quedamos mirando el uno al otro sin decir palabra alguna. — Diablos Yoongi, estás helado — me quejé al sentir lo frio que estaba. — Tú eres siempre cálido Jimin — susurró apoyando su mano en mi frente y haciéndome sonrojar. — ¿Por qué me quieres aquí? Él cerró sus parpados — Shhh, déjame dormir. Puedo dormir bien si tú estás cerca — confesó con la voz adormilada, sintiéndome confundido por la manera en la que estaba actuando. Me quedé en silencio observando su rostro entre la oscuridad y acaricié levemente su mejilla dejando que él pudiera dormir y me sumergiera lentamente en mis pensamientos, teniendo así sueño y cansancio.

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— Yoongi — susurré su nombre — ¿Por qué actúas de esta manera conmigo? — pregunté, pero él ya estaba dormido y rápidamente también dejé que me durmiera en sus brazos en aquella helada noche de invierno. Escuché unos fuertes golpes a lo lejos que me comenzaron a incomodar. Me removí entre los brazos de Yoongi y los golpes no cesaban, pudiendo así saber que alguien estaba golpeando la puerta de la habitación con desesperación. Abrí los ojos levemente viendo frente a mí al peli-gris dormido profundamente y gruñí molesto por el repentino ruido afuera. — ¡Jimin, Yoongi! ¿Están ahí? — escuché la voz de Seung llamarnos. Como pude hacerlo aún algo dormido, me levanté de la cama sin despertar a Yoongi y sentí el suelo totalmente helado, haciéndome enojar aún más. Abrí la puerta y me encontré con el rostro desesperado de Seung. — ¿Qué sucede Seung? — susurré con la voz algo congestionada y ronca. — Hoseok y Taehyung no están — le escuché decir y prendió la luz de la habitación del interruptor junto a la puerta, despertando a Yoongi. — ¿Qué? ¿A qué te refieres con que no están? — ¿Pero qué diablos? ¿Quién prendió la maldita luz? — gruñó Yoongi enojado. — Hace poco me desperté para ir por un vaso de agua y la puerta de entrada estaba abierta, Hoseok no estaba en su habitación. Luego Jungkook me dijo que Taehyung no estaba en su habitación también — explicó dejándome sorprendido. — ¿A dónde podrían ir? — Al lago — contestó esta vez Jungkook apareciendo por el pasillo y viendo detrás de mi hombro a Yoongi. Todos nos quedamos en silencio y una repentina idea se cruzó en mi cabeza, ¿Acaso tiene que ver algo con esa Irene? ¿Qué es lo que estás pensando, Taehyung?

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Capitulo 23 El viento golpeaba mi rostro, los copos de nieve se enredaban a mis cabellos, se me dificultaba respirar por el frio y aunque llevara ropa de invierno y una bufanda, no era suficiente para combatir con el terrible clima por el que estábamos pasando todos allí en la orilla del lago. Observando el puente sobre el lago, donde estaban dos figuras de pie en el borde. Suspiré pesadamente sintiendo como el frio tornaba mis labios morados y no sentía mis manos o mi rostro. Estaba tan cómodo durmiendo con Jimin entre mis brazos y a estos dos enamorados que actúan como un drama, interrumpieron mi sueño. Aunque mataré a Jungkook por no haberse encargado de esa chica antes cuando le llamé esa noche en el lago al descubrir que era una Súcubo. — H-Hoseok, ¿Dónde está Taehyung? — preguntó Jimin temblando del frio y con las mejillas rojas y los labios morados. Hermoso. Mi amigo señaló hacia el puente y nos habíamos dado cuenta de que Taehyung estaba en problemas. De seguro ella ya se quiere deshacer de él para llevarse su alma. Observé a Hoseok totalmente serio, si él no actúa, lo golpearé bien fuerte para que deje de ser tan cobarde. Aunque Jungkook no deja de presionarlo por el riesgo de perder sus alas, si Hoseok decide salvar a Taehyung, él entrará en juicio y Jungkook decidirá si quitarle sus alas o no. — ¡Taehyung! — gritó Jimin preocupado — ¡Taehyung, baja de ahí! — gritaba él asustado al temer que su amigo se lanzara al vacío y se suicidara. — Oye Hoseok — llamé al castaño que se encontraba en trance y con lágrimas en los ojos. Chisté molesto y lo empujé para que reaccionara, él me miró confundido y lo miré molesto al ver a alguien tan vulnerable no actuaba para salvar a la persona que amaba. Si yo fuera él, ya habría salvado a Jimin un millón de veces. — Si en verdad lo amas y quieres demostrar que no te agrada ser lo que eres. Entonces ve y sálvalo — le dije, así logrando que entrara en razón y saliera a correr hacia las escaleras que conducían hacia el puente. Seung salió corriendo detrás de él y Jungkook me miró con total seriedad, siguiendo a Hoseok también. No me gusta la idea de que él pudiera perder sus alas por Taehyung al querer salvarlo por haberse enamorado de él, pero era la realidad en la que ellos 149

vivían y no podía hacer nada en contra de ello. Además Jimin atravesó lo mismo hace años, aunque ambos fuimos afectados, aquello es diferente. Jimin trató de correr detrás de ellos, pero lo detuve tomándolo del brazo — Tú mejor te quedas aquí, no quieres ver lo que está sucediendo allá arriba — Jungkook es un cobarde al no querer que Jimin se entere de lo que en realidad es. — ¡Pero Yoongi! — reclamó forcejeando mi agarre. — Pero nada, tú te quedas. No quiero que ahora ella te seduzca, eres mío — dije colocando mis manos en sus hombros, atrayéndolo hacia mí y logrando que se quedara quieto sin decir nada. De seguro esta rojo como una fresa. Sentí su espalda contra mi pecho, la calidez de Jimin derritiendo mi corazón que definitivamente lo había logrado a través de los años llenos de espera para volver verlo a ver, su pesada respiración y el frio congelando nuestros cuerpos como si lentamente nos congeláramos juntos formando un glasear en el que nunca nos separaríamos de nuevo. Me hacían sentir muy bien. Sonreí levemente y supe que de seguro estaría preguntándose muchas cosas en su mente. Aunque un extraño y perturbador sentimiento me había estado acompañando todos estos días, el sentimiento del anhelo y deseo descontrolado por sentirlo, me estaba haciendo entrar en razón que la última etapa se estaba acercando y el momento de tal vez sentirlo se estaba acercando. No quería forzar a Jimin, quería que él me dijera que lo deseaba tanto como yo. Porque deseaba que el momento de que esa noche llegara, fuera especial y que jamás olvidara el rastro de mis labios en su piel. — Jimin — susurré levemente llamando su atención. — ¿Hmm? — Tengo algo que darte — lo solté dejándolo libre para llevar mis manos a mi cuello y quitarme la bufanda que llevaba — Pronto amanecerá y será Navidad, así que quería darte tu regalo. Él me miró fascinado y coloqué la bufanda de tela con cuadros rojos, azul oscuro y vino tinto en su cuello. Me encantaba como resaltaba con su adorable rostro, con sus ojos que inspiraban inocencia aunque en el fondo no lo eran, tapando sus labios hasta su nariz para que no se resfriara y su cabello algo desordenado con copos de nieve derritiéndose en este. — Feliz Navidad — susurré contemplando la belleza en el frio que tenía frente a mí.

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Vi una amplia sonrisa asomarse en sus labios, cautivándome por completo — Es perfecto Yoongi, muchas gracias — susurró quitando la bufanda un poco para luego besar mi mejilla con delicadeza cerca a la comisura de mis labios. Abrí los ojos sorprendido por tan tierna muestra de afecto de su parte y pude sentir un dolor en mi pecho junto a un nudo en mi garganta. De repente me sentí dolido y rechazado porque no sabía si él sentía lo mismo por mí, no sabía si él me amaba o simplemente estaba siendo abducido por el deseo, tenía miedo de salir lastimado después. Aunque si tuviera que pasar por dolor de nuevo para que él me amara, lo haría sin pensarlo. Mis manos comenzaron a hormiguear no sabía si por el frio o por el sentimiento de querer tomar sus manos y decirle gracias por haber estado en todo momento en los momentos más oscuros de mi vida, en mi mente sonriéndome y alentándome a que siguiera viviendo para poder volver a verlo después. Por alucinar con él cuando no sentía mi cuerpo por las golpizas y tenía el rostro desfigurado entre lágrimas. — Jimin... — tomé su mano entre la mía con delicadeza y se me hizo difícil hablarle al saber que estaba en frente a la persona que más amaba en mi vida — G-Gracias por no apartar tu mano de la mía, me hace sentir seguro — dije con algo de vergüenza, lo cual notó porque mostro aquella angelical sonrisa que tanto me encantaba. — No hay de qué Yoongi — respondió, apretando mi mano con algo más de fuerza. Ambos nos quedamos observando al otro como lo solíamos hacer siempre, esta vez logrando que el contacto visual no se rompiera. A excepción de que un fuerte grito que provenía del puente, nos alertó. Hoseok al parecer había empujado a Taehyung evitando que se arrojara del puente y Jimin y nos dirigimos hacia este para saber lo que había sucedido. Tomamos las escaleras evitando que nos resbaláramos o que nuestras manos quedaran pegadas a los barrotes de la escalera. Cuando logramos llegar, Jimin se quedó petrificado al ver que Hoseok tenía sus alas en su espalda, él sosteniendo a Taehyung inconsciente en el suelo y Seung junto a Jungkook sostenían a Irene de los brazos logrando inmovilizarla para que no los lastimara. — ¿Qué sucedió? — pregunté con la respiración agitada. — Trató de saltar — explicó Seung y la chica comenzó a reír como la loca desquiciada que me hizo recordar a mi madre.

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Me acerqué a Hoseok y este estaba algo pálido, Jungkook le dejó a la chica a Seung y ella no dejaba de reírse como si estuviera fuera de sí. Jimin se quedó detrás de mí sin poder creer lo que estaba sucediendo a su alrededor. — ¿Vas a borrarle la memoria? — le pregunté a Hoseok, pero había sido una pregunta indirecta para Jungkook. — Él se desprendió de ella, pero ella aún puede lograr aferrarse a cualquier cosa que se le acerque excepto nosotros — advirtió Hoseok y de repente se sobresaltó al ver que Jimin había tocado una de sus alas para sentir las plumas de estas — Jimin, no toques — pidió algo molesto. Reí a la inocencia del chico y se quedó quieto en su lugar. Jungkook no dejaba de estar en silencio, pensando seriamente en qué hacer. — Esto haremos — susurró él para que Jimin no lo escuchara — Le borraremos la memoria y te la dejaré pasar Hoseok, después de todo esa Súcubo la hemos buscado desde mucho tiempo por el país y como lograste atraparla. No te juzgaré — sentenció Jungkook tranquilizando a mi amigo, pero la risa de esa chica me estaba hirviendo la sangre. — ¡Maldita loca, cállate de una vez! — grité enojado y se quedó en silencio de inmediato al sentir mi mirada. — Sabia que eras como yo — comentó ella. — Silencio — dijo esta vez Hoseok con dureza. Me levanté para alejar a Jimin de ellos dos para que Jungkook hiciera su trabajo como lo hizo con Jimin hace años y el peli-negro no dejaba de estar en shock por lo que acaba de suceder. — Hoseok, ¿Es un ángel? — preguntó sin poder creerlo. — Sí, creo que no somos los únicos que hay en el internado. — ¿Hay ángeles e Íncubos en la escuela? Asentí y guardé mis manos en mis bolsillos — Todo este tiempo él ha estado enamorado de Taehyung y al no poder ser guardián de él, una Súcubo se aprovechó de la situación — expliqué. — Oh... Observé a Jimin con una sonrisa y acomodé su bufanda para que no le afectara el frio. Aunque aún me sentía incómodo al saber que esa chica trabajaba para mi madre y también sus intenciones pueden haber sido otras. 152

— Quiero hablar con ella — pidió Jimin. — ¿Qué? — Por favor, quiero saber por qué le hizo eso a Taehyung. Suspiré sin querer cumplirle ese favor — Jimin, no hay razón por la que hizo eso. Es nuestra naturaleza y punto. Sentí él tomándome del brazo con fuerza — Por favor — pidió con aquella mirada que me lograba persuadir en cualquier momento. Lo pensé unos segundos, pero sabía que no dejaría de insistirme hasta que le permitiera hablar con ella. — Está bien, pero debes mantener una distancia prudente, ¿Entendido? — es peligroso en estos momentos. Asintió y ambos nos dirigimos hacia Seung quien sostenía a la chica de los brazos y aunque se viera agotada y débil ahora, sabía que podía ser agresiva en cualquier momento. Jimin se quedó de pie frente a ella y se sorprendió al ver que sólo llevaba un vestido en aquel terrible clima. Me crucé de brazos y la observé detenidamente, ese collar no dejaba de incomodarme y quería romperlo en cualquier momento para así borrarla de este mundo. Pero eso era considerado como traición y ya estaría condenado del cuello por mi madre. Jimin iba a decir algo, pero ella habló primero — Pero que tenemos aquí...sí que eres sexy, ¿Te han dicho eso? — dijo la muy atrevida. — Yo se lo he dicho, así que cállate — interrumpí esta vez sintiéndome, lo admito, celoso. — Sabia que tú lo tenías condenado a ti — comentó mirándome con seriedad — Es un placerte conocerte Min Yoongi — dijo junto a una sonrisa y supe que mi madre le había estado hablando a esas personas patéticas sobre mí. — ¿Así que ella habla mucho sobre mí? Ella rió — Como no tienes idea. — Deja de hablarme como si me tuvieras confianza, me fastidia que ustedes se metan en mi camino — me acerqué a ella lentamente y observé con más detalle la cadena de plata que llevaba en su cuello.

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Ella se asustó al ver que comenzaba a acercar mi mano para poder quitárselo y sin saber cómo había sucedido, golpeó a Seung apartándose de él y estaba entre los brazos de Jimin abrazándolo del abdomen y a punto de querer llevarse su alma. Hoseok y Jungkook observaban la escena, asombrados y sentía como si el tiempo corriera antes de que los labios de ella entraran en contacto con los de Jimin. Sentí la ira consumiendo mi cuerpo y una vez más las razones del porqué odiaba a mi madre se sumaron a la lista. Corrí rápidamente a ella y la empujé para evitar que ese contacto que pudiera ponerle fin a lo nuestro. Entonces en cuestión de segundos, sentí estar en el vacío cayendo desde el puente hasta la oscuridad que se había convertido para mí. — ¡Yoongi! — escuché el grito desgarrador de Jimin y sentí caer sobre la gruesa capa de hielo con fuerza, aunque ella amortiguó el golpe. Se me fue la respiración por unos segundos y me moví a un lado para estar acostado en el hielo, pude ver el rostro de Jimin a unos metros de mí observándome desde el puente. Irene estaba en shock y tal vez herida por el golpe, aunque nosotros no somos tan débiles como un ser humano, si lo fuera ya estaría muerto. Ahora solo me quedarán unos cuantos moretones y dolor general, pero no era la gran cosa. — Sí que lo amas, ¿No es así? — rió con sangre brotando de su cabeza por el golpe y sin poder moverse. Me quejé levemente y me moví para poder tomarla del cuello, amenazándola con la mirada — Escúchame bien, vas a irte de aquí y cuando puedas moverte, le iras a decir a ella que no intente buscarme ni contactarme. Que no se atreva a meterse en mi camino, es mi problema que esté con él, no el suyo — dije con la maldad controlándome y zarandeándola — ¡Yoongi! — escuchaba los gritos de los demás al borde del lago. — ¿Entendido? — amenacé y sostuve el collar entre mis manos a punto de quitárselo si era necesario. Ella apartó mi mano bruscamente — Si. Me aparté de ella y me levanté con algo de dificultad, dejándola allí tirada sintiendo como bajo mis pies lentamente se iba quebrando el hielo. Caminé lentamente para llegar al otro extremo del camino, pero su voz me detuvo. — Veo que no tienes un portador de plata, Yoongi — comentó ella refiriéndose a algo de plata que me mantuviera en este mundo y guardara las almas que había obtenido. 154

Bufé y decidí ignorarla — No necesito tal cosa, yo tengo a la persona con quiero conmigo y no necesito asesinarla para que se quede conmigo por siempre. Lentamente a medida que me iba acercando a Jimin, escuché algo crujir y pude ver un agujero en suelo. Ella se había hundido en el agua y finalmente todo esto había terminado. Observé el cielo pintado de azul claro que poco a poco iba perdiendo color al ser remplazado por un naranja brillante que provenía de las montañas, ya que el sol se iba asomando y la luna se estaba ocultando lentamente. Sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo y Jimin y yo intercambiamos miradas, sintiendo que algo estaba despertando en ambos y nuestras pupilas estaban dilatas al vernos. La Luna Roja se estaba aproximando y sería la última oportunidad para poder probarte Jimin.

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Capitulo 24 Me encontraba sentado en el sillón observando en silencio por la ventana el patio trasero de la casa cubierto de nieve, dejándolo totalmente blanco que me sentía hipnotizado y tranquilo. El aroma a té verde llegaba a mis fosas nasales y aún permanecía la taza intacta reposando en aquella mesa, olía a comida y sabía que mi madre de seguro estaría aun preparando la cena. Mi padrastro se encontraba trabajando en su estudio en la casa y yo sostenía la bufanda en mis manos con fuerza que me hacía sentir seguro y me recordaba a Yoongi. Era extraño...me sentía con descontrolarle deseo de verlo de nuevo, de sentir sus labios con desesperación y emoción. Hace unos cuantos días nuestro viaje en la cabaña de Hoseok había terminado por el incidente que ocurrió con Irene, dejándome sorprendido por más secretos y cosas que podían suceder. Lo que faltaba ahora era que Jungkook fuera un vampiro. Taehyung había despertado de su estado de inconsciencia y me sorprendió que volviera a actuar como lo hacía antes con Hoseok, esta vez él siendo también algo cariñoso con Taehyung. Dándome a entender que la relación de esos dos poco a poco iba avanzando, aunque Jungkook siempre estaba allí observando en silencio, disgustado viendo como los demás estaban actuando como enamorados y él estaba sólo. Hoseok me pidió mantener el secreto de lo que había sucedido, ya que al parecer Taehyung al ser humano no podía enterarse y yo era la excepción al estar condenado a Yoongi. Repartimos los regalos y cuando menos lo habíamos pensado, estábamos despidiéndonos ya que cada uno tomaría su camino para pasar año nuevo tal vez con su familia. Recuerdo haberme despedido de Yoongi y aunque estuviera perfectamente bien a pesar de la caída que me asustó demasiado, me preguntaba si pasaría Año Nuevo con su familia o solo. Sería más interesante estar con él en cualquier parte que en esta sofocante casa. Observé la taza con aquel verdoso liquido con sabor amargo y un poco de menta que mi madre siempre me servía y una vez más sabia que si viera a Yoongi, lo besaría sin dudarlo y terminaría en algo más. Hoy no era mi día, mi cuerpo estaba reaccionando fuertemente con simplemente recordar su nombre y tal vez sería la última etapa que mencionó Jungkook, Luna Roja. 156

Mordí mis labios con fuerza y decidí distraerme observando la ventana de nuevo. Me ponía mal pensar en la posibilidad de que Yoongi estuviera consumido en su soledad. Escuché los pasos de mi madre acercarse hacia mí — Jimin, cariño, ¿Por qué no te cambias de ropa que pronto estará la cena y llegaran los invitados? — serán los vecinos con una odiosa chica que mi madre querrá hacerme pareja con ella de seguro. Suspiré pesadamente y asentí, levantándome para ir a la habitación de huéspedes y cambiarme de ropa. Subí las escaleras, abrí la puerta y me acerqué a mi maleta para buscar algo que ponerme, aunque no me interesaba en absoluto y no me importara dicha cena. Simplemente quería dormir, no celebraba demasiado el cambio de un año a otro nuevo. Cuando había sacado la ropa que me iba a colocar, algo llamó mi atención y pude darme cuenta de que esa billetera no era mía. Curioso la tomé y al abrirla dejando ver la identificación de a quien le pertenecía, me hizo sonreír. De repente mi celular vibró en mi pantalón y como si estuviéramos conectados telepáticamente, Yoongi me estaba llamando de seguro al saber que su identificación estaba conmigo. Contesté rápidamente, observando en mis manos las tarjeta con la foto en esta que me hacía reír un poco. — ¿Hola? — La encontraste, ¿No? — preguntó él directamente junto a un suspiro, enviando corrientes eléctricas por todo mi cuerpo. — Si, ¿Cómo llego ahí? — pregunté acostándome sobre la cama y observando el techo. — Seung de seguro la puso ahí, ese chico es algo travieso — comentó — No me había dado cuenta hasta hoy que revisé y no la encontré, hoy iré a una fiesta y necesitan mi identificación para dejarme pasar. Llamé a todos los que fueron al viaje y pensé que de seguro la tendrías tú. Sonreí ampliamente al escuchar su aterciopelada — ¿Quieres mi dirección? — Por favor. Le indiqué a donde llegar y comencé a sentirme nervioso por verlo de nuevo. — Llegaré en una hora — fue lo último que dijo para colgar la llamada, dejándome un nudo en la garganta y con ansiedad por ver su rostro. Ahora me sentía como una chica enamorada. ¿Pero qué rayos?

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Pasó un buen tiempo, mientras le estaba ayudando a mi madre a ordenar la mesa para la cena y esperaba a la vez el timbre de la puerta para ver a Yoongi. Entonces sucedió. — Yo iré a abrir, mamá — dije y me fui directo a la puerta para abrirla. Cuando tomé el pomo de la puerta y abrí está dejando ver a quien era, incomodidad y molestia se apoderó de mí. Era una familia de seguro amigos del esposo de mi madre, junto a una sonrisa totalmente falsa y una chica de mi edad, que me miró al mismo instante que atendí la puerta. — ¡Ya llegaron! Los estábamos esperando, pasen por favor — apareció mi madre detrás de mi junto a una sonrisa y les hizo pasar. Cerré la puerta algo desilusionado y todos pasamos a la mesa, para así presentarme a ellos. — Mucho gusto, soy Park Jimin — me presenté junto a una sonrisa y la chica dijo su nombre también, aunque no lo escuché porque no me interesaba en absoluto. El nombre Min Yoongi en mi cabeza era suficiente para mí. Éramos seis personas cenando juntos, todos hablando de cosas aburridas, negocios, lugares turísticos, política y mi madre diciendo cosas sobre mí para que despertara interés en la chica. Yo mantenía mi vista en el reloj, observando como lentamente avanzaba el tiempo y él no estaba aquí aún. — ¿En qué instituto estudias Jimin? — preguntó la chica llamando mi atención. Tomé un poco de vino de mi copa y decidí contestarle para no ser tan descortés — En el Internado Masculino de Chuncheon — expliqué. Ella al parecer se quedó sorprendida y rió levemente, tapándose con la servilleta de tela, como si le hubiera causado risa. Me miró asombrada y se acercó a mí, invadiendo demasiado mi espacio personal. — ¿El internado con más chicos gays del país? — susurró ella, desconcertándome por completo. — ¿Disculpa? — pregunté arqueando una ceja. — ¿Eres gay Jimin? — susurró y no sabía cómo reaccionar — ¿Acaso te gusta que te den? Me levanté sorprendido por lo que había dicho y todos me miraron preguntándose por mi repentina conducta, tengo suficiente de esta chica ya que me había sentido 158

ofendido y de seguro es igual de homofóbica a mi familia. Escuché el timbre de la puerta sonar y sin pensarlo, salí de allí para atender la puerta. Yoongi se encontraba de pie a mitad del frio, con aquella pálida piel, su sedoso cabello teñido de gris y vestido con un traje negro, que le quedaba muy bien, resaltando la delicada y pequeña cintura que tenía. Además de que sus labios eran tan rosados que pedían besarlos de nuevo. — Hola Jimin — saludó él junto a una sonrisa y me lancé a sus brazos rodeándolo del cuello, sintiéndome protegido por unos momentos. Como odiaba venir aquí. — Te extrañé — confesé contra su cuello y él correspondió el abrazo tomándome de la cintura. — ¿Qué sucede? ¿Todo está bien? — preguntó confundido. No dije nada y me separé de él para entregarle su billetera junto a una débil sonrisa, él lo aceptó guardándola en su bolsillo y cuando deseaba acercarme a él para besarlo en los labios. Escuché los pasos de mi madre con tacones acercarse a la entrada, así que me hice a un lado y mantuve la distancia entre él y yo. — Jimin, ¿Quién... — no terminó la frase al ver a Yoongi de pie en la puerta. — Ah, mamá él es Yoongi. Mi amigo — vi de reojo a Yoongi morderse el labio al escuchar eso y las ganas de besarlo aumentaron — Venia porque accidentalmente tenía su identificación. Mi madre sonrió ampliamente — ¡¿Pero por qué permaneces allí afuera?! Pasa por favor, ¿Te gustaría unírtenos a la cena? Yoongi me miró algo dudoso a los ojos y pude sentir su incomodidad, que vergüenza esta situación. Él lo pensó por unos segundos, pero al entrar en la casa y limpiarse los zapatos con el tapete por la nieve, me hizo sentir algo mejor. — Por supuesto, me encantaría — accedió él e hizo una seña a algo afuera, mi madre cerró la puerta y siguió para guiarlo hasta la mesa. Todos tomamos nuestros anteriores asientos y menos mal que había uno vacío junto a mí, así que Yoongi se sentó a mi lado, mientras que la rubia esa me comenzaba a molestar a mi lado al quedarse viendo a Yoongi fijamente, sintiéndose de seguro atraída por él, ¿Pero quién no?. Suerte que a él no le gustan las chicas. Mi madre presentó a Yoongi y toda la atención se centró en él, haciéndome sentir incómodo. Sin embargo con el tiempo que la cenaba transcurría, él y yo no podíamos mirarnos con disimulo como si quisiéramos hacer algo, pero esta vez se controló al estar en público, lo cual por primera vez me molestó. 159

La rubia que me había ofendido minutos antes, no dejaba de hacerle preguntas a Yoongi sobre él y tratando de que se interesara en ella, pero al parecer no le colocó atención durante toda la cena. Porque ambos nos entretuvimos hablando dejándola a ella atrás. Entonces cuando pensé que las cosas estaban yendo un poco mejor, mi madre decidió sacar otro tema que no me agradaba demasiado discutir: mi futuro. — Como lo teníamos planeado, tal vez Jimin podrá estudiar en el extranjero. Está a punto de ganarse una beca con la natación — le escuché decir a ella, haciéndome sentir presionado. No quería irme a otro país, no quería pensar en la posibilidad de alejarme de mis amigos y de Yoongi aún más...no quería pensar en eso aún. Observé a Yoongi quedarse en silencio escuchando aquella conversación y no me dirigió la mirada, simplemente sacó su celular de su bolsillo debajo de la mesa y se quedó mirando la pantalla. La sonrisa de mi madre me sacó del trance en el que estaba al quedarme viendo a Yoongi todo el tiempo. — Creo que sería bueno que Jimin y Rachel se conocieran un poco más — propuso ella y rodé los ojos. Ni loco, aquí va otra vez... Sentí mi celular vibrar y sin prestar atención a lo que los demás hablaban, lo saqué de mi bolsillo y observé el mensaje que me había llegado. Yoongi: ¿Quieres irte de aquí Jimin? No te noto muy bien. 9:30 PM. Observé de reojo al peli-gris junto a mí y asentí levemente, me levanté de la mesa con la excusa de que volvía pronto y sin pensarlo subí las escaleras para llegar a mi habitación a comenzar a guardar mis cosas con rapidez. Sabía que ella tal vez se molestaría, pero estaba cansado de que pensara en mi propia felicidad, cuando no sabe en realidad como me siento. Otro mensaje había llegado y lo abrí. Yoongi: Estoy esperándote en la entrada con la excusa de ir al baño. Creo que tu madre se va a dar cuenta de que no has regresado. 9: 40 PM. Yo: 160

Ya bajo. 9:41 PM. Terminé de empacar la poca ropa que quedaba, cerré la maleta y me coloqué la bufanda que él me había dado en mi cuello por el frio que estaba haciendo afuera. Luego bajé las escaleras tratando de no hacer mucho ruido, encontrándome con Yoongi de pie esperándome y cuando me había encontrado con él, mi madre apareció por el pasillo mirándonos a los dos con una expresión de total confusión. — Jimin, ¿Qué sucede? ¿Por qué no están en la mesa? — preguntó ella, hasta que observó mi mochila a mi hombro. — No soporto estar en esta casa donde simplemente piensas en mi felicidad, pero no te das cuenta lo que en realidad siento — expliqué con odio en mi voz — Así que voy a pasar mis vacaciones con Yoongi, lo siento mamá — dije con una sonrisa de boca cerrada. Ella suspiró y frunció el ceño — ¿Pero de qué hablas? Volvamos con los demás y puedes hablar con Rachel para salir con ella luego, hacen una linda pareja juntos — comentó tomándome del brazo para llevarme, pero me solté de su agarre molesto. — No... — No creo que sea posible eso Señora Park — intervino esta vez Yoongi tomándome de la mano, haciendo que mi pulso se acelerara y mi madre se molestara esperando una explicación. — ¿P-Por qué dices eso? — quiso saber ella con nerviosismo en su voz. — Jimin es mi novio. De repente todo el ambiente quedó en silencio, en un terrible suspenso que me hacía sentir ansioso y lleno de nerviosismo al ver como ella reaccionaria. Entrelacé mis dedos con los suyos para darle a entender que era cierto y la mirada de ella llena de asombro, hacia como si una astilla se enterrara en mi corazón, pero Yoongi no permitía que doliera demasiado. — Jimin — sollozó ella acercándose lentamente a mí, como si estuviera a punto de darme un abrazo. Pero lo que hizo me dejó sorprendido. El fuerte golpe de su mano entrando en contacto con mi mejilla resonó en la habitación, dejándome en blanco y dolido al sentir como el ardor se esparcía por mi mejilla. Agaché la cabeza sintiendo como mis piernas se debilitaban y me sentía humillado. Yoongi no me soltó e hizo presión en nuestro agarre tratando de transmitirme apoyo. 161

— ¡Estoy harta de tener un hijo como tú! ¡¿Cómo te puede gustar un chico?! ¡Largo de mi casa! — gritó ella tan fuerte que sentí que podría romper un vidrio por su desgarrador grito, a la vez que su rostro estaba lleno de lágrimas y rojo por la ira. Me sentí débil y triste, entonces fue cuando sentí la nieve bajo mis pies a mitad de la oscuridad de la noche, el fuerte viento y Yoongi arrastrándome levemente para alejarnos de ese infierno que se había convertido para mí. Fue entonces cuando sentí las lágrimas rodar por mis ojos sin control alguno sobre mí y comencé a respirar con dificultad. Yoongi abrió la puerta de un auto negro y me dio paso para que pudiera entrar. Un hombre vestido de traje era el conductor y nos observó a ambos desde el retrovisor, me sentí más vulnerable y escondí mi rostro entre mis manos. La puerta se cerró con fuerza y Yoongi le dio indicaciones al hombre de que condujera a algún lugar, creo que el barrio más lujoso de la ciudad. Sentí mi pecho doler y no dejaba de llorar desesperadamente, como odiaba a veces esta parte de mí. — Jimin — susurró él suavemente, acercándome hacia su cuerpo para así sentir su presencia haciéndome entender que no estaba solo. — Odio esto... — sollocé en su pecho dolido. Él me rodeó con sus brazos y suspiró apoyando su mentón en mi cabeza — Deja de llorar, no me gusta que estés así. Yo también pasé por esto Jimin, no estás solo. Levanté mi cabeza para mirarlo al rostro y casi me daban ganas de llorar aún más, cuando limpió mis lágrimas con su pulgar. — Gracias Yoongi — susurré débilmente en sus brazos y recuerdo haberme dormido en sus brazos, deseando que todo mi dolor se lo llevara el viento.

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Capitulo 25 — Jimin, despierta — escuché un suave susurro en mi oído, seguido de una leve respiración en mi nuca. Abrí los ojos lentamente con algo de dificultad y pude reconocer el rostro de Yoongi mirándome con algo de preocupación y supe que me había dormido en sus brazos durante todo el camino mientras me desahogaba llorando. El auto se detuvo y él me estaba esperando para bajar. — Vamos — abrió la puerta del auto y me ofreció su mano para levantarme y seguirlo. Me sentí algo cansado y con los ojos hinchados por haber llorado, aún sentía un dolor punzante en mi pecho, pero al saber que él estaba a mi lado me permitió olvidar por unos momentos lo que había sucedido y su mano sosteniendo la mía con fuerza sin querer soltarme, me hacía sentir seguro. Juntos caminamos por aquel camino de rocas cubierto de nieve que conducía a una elegante casa de ventanas amplias, luces que iluminaban el interior, me hizo preguntarme donde nos encontrábamos. Observé detrás de mi hombro y el auto se había ido. Nos detuvimos en la entrada de la vivienda y Yoongi sacó unas llaves para abrir la puerta y darme paso adentro dejándome sorprendido. Era una casa demasiada elegante y lujosa, con suelo de madera, cuadros de pinturas colgadas en las paredes, adornos por doquier que lo hacían ver agradable y junto a la entrada había un living bastante confortable al estar cerca del fuego de la chimenea junto a una gigantesca alfombra. A la vez que un ventanal dejaba a la vista la calle de al frente cubierta de nieve, que me transmitía tranquilidad al querer quedarme observando el panorama como si estuviera dentro de una bola de nieve, en la que ahora Yoongi y yo estábamos en ella. — ¿Acaso vives aquí? — fueron las primeras palabras que salieron de mi boca contemplando mi alrededor y causando que él riera. Se quitó su abrigo que tenía encima, dejando ver con más detalle su traje y me quité la mía, esperando una explicación de su parte. — Donde crecí siempre había dinero y mi madre es millonaria gracias al quedarse viuda varias veces — explicó acomodando el cuello de su camisa y se dirigió a la cocina. Yo le seguí — ¿Vives con ella? 163

Él destapó una botella de champán que había allí y sirvió la bebida en dos copas, después de todo ya faltaba poco para Año Nuevo. Me ofreció la bebida espumosa que me hizo algo de cosquillas al probarla y suspiré al verlo tomar de un sorbo toda la bebida, dejando ver la nuez de su garganta y escuchando aquel sonido tan inexplicablemente seductor. — Estoy solo, hace tiempo que pude vivir por mi cuenta — comentó colocando la copa vacía en el mesón y relamiéndose los labios. Asentí sosteniendo la copa entre mis manos y sentía que algo no estaba bien con su familia, tal vez ambos teníamos también problemas en casa y éramos algo similares. Nos teníamos el uno al otro ahora. — ¿Tienes frio? — preguntó él tocando con el dorso de su mano mis mejillas. Negué frente a su pregunta, sin embargo estaba más que caliente. Por dentro ese sentimiento destructor comenzaba a despertar en mí cuerpo al sentirlo tan cerca, queriendo besar sus labios. — Puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras, incluso hasta que volvamos al internado si deseas — ofreció sin molestia alguna. — ¿Qué hay de la fiesta que tienes esta noche? — pregunté preocupado al estar aquí en su casa y que él tuviera que irse. Miró hacia el vacío y se encogió de hombros — Tengo asuntos más importantes que atender, como tú — aclaró mirándome junto a una sonrisa haciéndome sonrojar. Desvié la mirada sin mirarlo al rostro — Gracias. — No es nada, Jimin. Después de todo siempre te lo he dicho — levantó mi mentón — No dejes que las demás personas te lastimen, tú eres simplemente perfecto tal y como eres. Sé que todos tenemos inseguridades, pero poco a poco tú debes saber manejarlas y seguir adelante. Apreté mis labios con fuerza y sentí mi cuerpo temblar, jamás me habían dicho algo así desde...hace mucho tiempo en una radiante primavera. No desde que sentí aquellos brazos rodear mi cuerpo diciéndome que todo estaba bien y que no llorara, creía que aquella persona sólo existía en mi mente. Abracé del cuello a Yoongi sin querer contenerme y él me tomó de la cintura con delicadeza — Muchas gracias Yoongi — susurré contra su cuello, oliendo su colonia. Él acarició mi cabeza y me estrechó en sus brazos — Jimin, tú también siempre estuviste para mí en todo momento — susurró lentamente, enviando corrientes eléctricas por todo mi cuerpo y logrando que nuestras miradas se entrelazaran. 164

Su rostro era simplemente maravilloso y perfecto, que me hizo sentir en un mundo de ensueño de nuevo al tenerlo con aquel sentimiento en mi pecho que comenzaba, a la vez que comenzaba a rodearnos la expresión misma del deseo y la lujuria. Observé sus labios y como si estuviera dudando dolorosamente en probarlos, fuimos acortando la distancia entre ambos y pude sentir una explosión de emociones inundarnos a ambos. Nuestros labios no dejaban de encontrarse una y otra vez, con lentitud y dulzura al inicio, pero luego fue tomando fuerza, constancia y nuestras lenguas eran casi que enemigas del otro tratando de buscar más allá de lo que ofrecíamos y trazando una línea de la tentación en la cavidad bucal del otro. Yoongi me tomó de la cintura con más fuerza y yo apoyé mi mano en su pecho, a la vez que sostenía aun la copa con mi otra mano. Lentamente comenzamos a caminar con algo de dificultad sin rumbo, cegados por la atractiva canción de querer encontrarnos corporalmente con el otro. Sentí una pared detrás de mí espalda y al no poder evitarlo, solté la copa dejándola caer al suelo llevando mis manos a su cuello. Aquel emocionante sonido se escuchó en mis oídos, junto al excitante sonido de los labios de Yoongi ahora recorriendo mi cuello, lamiendo sin descaro alguno y dejando un sendero de besos hasta mi clavícula. Tomé su cabello con fuerza y mantenía los ojos cerrados al sentir que así las emociones eran aún más fuertes, vivas y frescas listas para ser controladas por ambos. — Y-Yoongi — susurré con dificultad — Me siento extraño — suspiré pesadamente al sentir un inexplicable sentimiento de placer por todo mi cuerpo, junto a un escalofrió en mi espalda. Él apoyó su mentón en mi hombro, sobresaltándose como si estuviera sintiendo lo mismo que yo. Luego me miró a los ojos y estaban dilatados hasta no más poder, expresando una fuerte emoción de anhelo. Mi cuerpo estaba comenzado a despertar y a reaccionar por el salvaje beso con el que comenzamos todo. — Jimin... — jadeó debilitándome aún más — No creo soportarlo más, te necesito, te deseo como no tienes idea — confesó con la respiración en mi nuca y recorriendo levemente con su nariz mi piel. Lo tomé del rostro y de nuevo dejé una mortal distancia entre nuestros labios, haciendo que el temblara por querer besarme. — Yo también te deseo Yoongi, como no tienes idea — susurré y esa había sido la gota que rebosó el vaso. 165

En ese instante sus labios atacaron los míos, sintiendo como inesperadamente me levantó del suelo para llevarme en sus brazos, subiendo las escaleras al segundo piso con algo de dificultad, pero sin querer detenernos. Cuando habíamos llegado al último escalón, rápidamente me bajé y lo jalé del brazo para estamparlo contra la pared más cercana, probando con más adicción aquellos delicados labios. — Hmmm — le escuché tratar de decir algo siendo prisionero de mis labios. Sus manos comenzaron a bajar por mi cintura, queriendo infiltrarse en mis pantalones, pero yo le tomé desprevenido y le quité el saco negro del traje tirándolo al piso del pasillo. No habíamos ni llegado a su habitación y ya lo quería desvestir. Logró separarse de mí y al ver la primera prenda tirada en suelo, sonrió juguetonamente para tomarme de la mano y jalarme hasta la habitación. Apoyábamos nuestras frentes, jadeando y caminando con dificultad, hasta que sentí la suavidad de la cama en mi espalda haciéndome sonreír. Lo observé a él en el borde de esta, desabrochando su camisa dejando al descubierto su abdomen plano de tez blanca, provocándome lentamente una erección en mis pantalones al verlo y sentirlo sobre mí, observándome a los ojos como si quisiera escuchar aquellas palabras que podría romper las cadenas de lo que sentíamos y que despertara el demonio de la lujuria que llevábamos adentro. Apoyé mi mano en su mejilla y le di un casto beso en los labios — Hazme tuyo Min Yoongi — susurré y definitivamente creí escuchar el crujido de una manzana ser mordida por ambos. Ese era el arte de la lujuria y el final de nuestro juego.

En el mismo instante que creí escuchar aquellas palabras de sus esponjosos y exquisitos labios, no logré contenerme más y sabía lo que ambos queríamos en ese momento. Ataqué su cuello lamiendo y mordiendo el hueso que con delicadeza se asomaba en su clavícula y dejé unas cuantas machas moradas por todo su cuello quitándole la camiseta por completo que llevaba y que él se deshiciera de la mía, quedando así ambos con el abdomen desnudo. Y vaya que Jimin ha estado trabajando en sus abdominales. — Pareces una hermosa escultura Jimin — dije recorriendo con mis labios desde sus pezones hasta su abdomen, llegando a sus caderas donde se encontraba su pantalón — Pero quisiera verla por completo, sin estos molestos pantalones — entonces lo

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tenía en bóxer, dejándome contemplar sus piernas que me cautivaron desde la vez que lo vi en los vestidores. Le escuché gemir cuando comencé a besar sus piernas con suavidad, sintiendo su piel y pude notar que ya estaba igual de excitado que yo. Sentí sus manos agarrando mi cabello, temblando levemente al sentir que estaba cerca de una zona bastante sensible. Así que lo besé de nuevo en los labios sin darme cuenta que él comenzó a quitarme el pantalón y su mano estaba en mi entrepierna haciendo gemir desprevenido. Lo mordí en el labio por la fuerte corriente eléctrica que paralizó mi cuerpo y al sentir que comenzaba a mover su mano lentamente calmando mi erección, llevé mi mano a su entrepierna y no permití que él estuviera tan tranquilo. De repente ambos nos encontrábamos en la misma situación, provocando una masturbación al otro, gimiendo y jadeando sin cuidado alguno. — Yoongi...mhhh — gemía él con fuerza — N-No te detengas. Los gemidos de Jimin me ponían aún más y así no dejaba de darle placer a él. Cuando sentí que mis piernas comenzaban a debilitarse, la respiración se me hacía más pesada y un fuerte calor consumió mi cuerpo. Jimin gimió con vigor llevando sus manos a mi espalda, aferrándose con fuerza y que un leve ardor recorriera toda la extensión de esta por donde pasaban sus dedos. Terminé mi trabajo cuando se había corrido en mi mano y no pude evitar saborear ese líquido blanquecino que había salido de él y lo probaba mientras miraba a Jimin a los ojos con provocación. Él gruñó con la frente y el cabello ya sudado, me empujó levemente y me dejó bajo sus piernas a cada lado de mis caderas, acariciando mi cuello y mi abdomen con adoración. Observé su afilada y húmeda lengua recorrer sus labios con picardía, sin dejar de recorrer con sus suaves manos mi cuerpo. Lo observé apoyando mi cabeza en la almohada, limpiándome el rastro de semen de mi boca y al ver su sonrisa, sabía lo que iba a hacer. — Que juguetón eres, ¿No es así Jimin? — comenté pasando saliva nervioso y casi atragantándome al sentir sus labios en mis piernas y su mano yendo lentamente al elástico de mi bóxer. Me observó desde abajo directo a los ojos, produciendo que un gemido se atorara en mi garganta al ver sus ojos oscuros llenos de maldad, provocación y erotismo. Mi respiración y mi corazón estaban latiendo con fuerza al sentir que quedaba completamente desnudo frente a su mirada y que creía escuchar mis propios latidos, esperando el momento a que él me probara. 167

— Sí que lo soy — le escuché decir, maldición. — Mhhh, J-Jimin ah... — gemía al sentir su boca y su húmeda lengua que comenzaba a sentirme fuera de sí y no dejaba de jadear con dificultad al sentir tan placentera sensación que él hacía a la perfección. Mi vista era un poco borrosa, pero fue aún más excitante el ver su cabellera oscura entre mis piernas, saboreando con vehemencia dejándome escuchar aquel sonido tan erótico en mis oídos. Apreté las sabanas con fuerza cerrando los ojos al sentir que no podía soportarlo más al sentir mi cuerpo temblando y demasiado caliente. Entonces fue cuando me había corrido en su boca dejando escapar un fuerte gemido de mi parte, dejándome aturdido y con el deseo de sentirlo. — Jimin... — llamé por su nombre sin dejar de jadear. Él apoyó su mentón en mi abdomen mirándome con unos ojos llenos de inocencia, pero su sonrisa morbosa y su rostro húmedo con el cabello desordenado me hizo sentirme débil y mordí mis labios queriendo grabar esa imagen en mi cabeza por el resto de mi vida. — No hagas eso, maldición — susurró él frunciendo el ceño al parecer excitado por verme morder mis labios. Sonreí y arqueé una ceja — Tú deja esa sonrisa que me vuelve loco o te haré mío en este mismo instante — comenté, pero gemí con fuerza al sentir sus labios contra los míos, saboreando y jugando con ellos entre gemidos, dejando un rastro de saliva en mi mentón. Apoyó su frente sobre la mía y no pude evitar apretar con fuerza sus muslos hasta llegar su trasero, este chico me va a volver más loco de lo que estoy por él. Sonrió de nuevo observándome a los ojos con oscuridad pura y lascivia, sintiendo así mi corazón más agitado de lo normal. — Pues hazlo en este mismo instante — susurró con la voz ronca y con un tono que jamás había escuchado de su parte, como me encanta el Jimin en el que se convertía durante el sexo al parecer. Comencé a besar su cuello lentamente para así moverse a un lado quedando yo sobre él y él boca abajo dejando ver su fuerte espalda y aquel redondo trasero que me encantaba. Besé su nuca bajando por su espalda, repartiendo besos por doquier y llevé mis dedos a mi boca mojándolos de saliva para poder prepáralo. Le dolerá, pero estará pidiendo por más. — Relájate, Jimin — fue lo único que le dije, antes de introducir un dedo. 168

— ¡Yoongi! — se quejó él molesto. Besé la parte baja de su espalda con suavidad, tratando que se tranquilizara. Cuando yo lo había logrado, el momento en que pudo sentirme fue como estar un paso cerca al cielo. Ambos estábamos llenos de pasión, sintiendo al otro con delirio de más, sintiendo como mí alrededor giraba en torno sólo a él y como si todo nuestro alrededor estuviera en llamas, como si la cama estuviera en llamas y fuera a derrumbarse por nuestros gemidos. — ¿E-esto es un sueño? — le escuchaba susurrar algo sofocado por el placer. — No Jimin, está es la realidad — le susurraba en el odio, mordiendo el lóbulo de su oreja. Era como susurrarle una canción de cuna al oído, queriéndole decir cuanto lo amaba. Jimin no dejaba de gemir pidiéndome más a la vez que yo besaba su espalda embistiéndolo sin cuidado alguno y él moviendo sus caderas sin pudor alguno, sentía que me comenzaba a sofocar por el placer que lentamente era demasiado al escuchar mi nombre de su boca. A la vez que los fuegos artificiales en aquella esplendida noche se escuchaban a lo lejos y la luz de la luna se infiltraba por la ventana. Mi cuerpo temblaba a un más y en un espléndido suspiro juntos habíamos llegado al orgasmo, a la vez que el agudo gemido de Jimin escapó de sus labios dejándome satisfecho. Sin embargo en el momento que sentí mi cuerpo reaccionar por la sobrecarga de placer corriéndome dentro de él, sentí mi vista algo borrosa y había creído que la luz de la luna se había tornado roja, dejando ver por unos confusos segundos dos cicatrices en forma horizontal en la espalda de Jimin. Abrí los ojos de nuevo tratando de aclarar mi vista, pero no había ninguna marca en su perlada piel decorada por el sudor. Creí que había alucinado y me acosté a su lado, sintiendo sus labios por última vez, abrazados y enredados entre las sabanas, entre los brazos del otro con una sonrisa, con los labios rojos y marcas en el cuello por tal fascinante noche que después de mucho tiempo se había convertido en realidad. Apoyamos la cabeza en la almohada, mirando al otro en silencio y era como si la pasión aun permaneciera alrededor de nosotros con una agradable calidez y somnolencia. Acaricié su rostro con delicadeza, dibujando cada una de sus imperfecciones, finas facciones y aquel hermoso lunar en su frente. Besé su frente deseándole buenas noches y él rió. Jimin entrelazó su mano con la mía y mordió su labio algo nervioso — Yoongi, quédate a mi lado por favor — susurró con algo de temor en su voz y yo me aferré con más fuerza a su mano. 169

— Estaré siempre aquí Jimin, duerme — prometí con toda la sinceridad que tenía en mi corazón. Él sonrió y cerró los ojos para caer dormido entre mis brazos, quedándome así en silencio observando su rostro a mitad de la noche. Pensando en lo que ocurría entre nosotros y que ahora todo era diferente, esta vez Jimin provocó algo diferente entre los dos. — Te amo Jimin — susurré en la oscuridad, esperando una respuesta de su parte pronto. Pero él estaba profundamente dormido.

Esta vez el Íncubo se había enamorado de un ángel caído y el ángel estaba cegado por la pasión, que tarde o temprano seria aclarado por un amor único digno de compartirlo por toda la eternidad.

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Capitulo 26 ¿Cómo terminamos así? Me preguntaba mentalmente mientras observaba el rostro dormido de Yoongi con los parpados cerrados, dejando al descubierto su hombro desnudo con un pequeño lunar en este, suspirando tranquilamente y con el cabello desordenado sobre la almohada. Él era simplemente perfecto e irreal para este mundo. Anoche fue una de las mejores noches de toda mi vida, una vez más junto a Yoongi donde no tenía idea que nuestros deseos nos llevaran a tanto e incluso creí que estaba en un sueño. Sin embargo fue real, tanto que pude sentir su piel con mis dedos y besar sus labios sin descanso alguno, hasta que nos encontrábamos durmiendo en la misma cama, desnudos entre las sabanas. ¿Cómo terminamos así? ¿Por qué sigo vivo? ¿Jungkook acaso me mintió acerca de que él se llevaría mi alma? ¿Qué pasará después de esto? Y ¿Cómo es que sigo deseándolo después de todo? Suspiré levemente sin moverme de mi lugar, después de todo no quería despertarlo, aunque me sentía algo incómodo. Además sabía que si trataba de levantarme, ese dolor allí abajo me impediría caminar del todo bien por unas horas. Mordí mi labio al recordar aquellos ardientes momentos, pero un leve ardor en mi labio me interrumpió la fantasía. Llevé mi dedo a mis labios y estaban algo hinchados y de seguro algo rojos por las mordidas que Yoongi me dio, aunque los chupetones que le dejé en el cuello me causaban risa. — ¿Acaso quieres que te reviente el labio con un beso, Jimin? — le escuché decir tomándome por sorpresa, mirándome fijamente. Qué romántico eres Yoongi, la primer frase del día. — ¿Estás despierto? — dije sin evitar preguntar lo obvio. Él hizo una mueca que me pareció sumamente tierna — Ahora estoy despierto y me encuentro con la sorpresa de que me estabas mirando — comentó divertido apoyando un codo en la almohada. — Yo no te estaba mirando — me defendí haciendo un mohín. — Si claro, y anoche no tuvimos sexo — comentó haciéndome sonrojar.

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No supe cómo reaccionar y me tapé con la sabana ocultándome de su mirada llena de burla. Escuchar eso de sus labios me hace saber una vez más que fue real, haciendo que mi corazón latiera con fuerza y mis mejillas se tornaran rojas. Lo escuché gruñir y me quitó la sabana de la cara — Ya deja la vergüenza y acepta lo que sucedió anoche. — ¿Cómo es que sigo vivo? — pregunté confundido. Creí que él se iba a llevar mi alma e iba a morir como Mark o algo parecido. Creo que retraté a Yoongi como alguien bastante malvado con cuernos y cola, sabiendo que ha tratado de protegerme varias ocasiones, siempre me sonríe, me hace enojar y sonrojar con sus comentarios y su contacto con mi mano y la suya me hace sentir protegido. — ¿Acaso quieres estar muerto? — preguntó con seriedad observándome esperando una respuesta, aunque al estar desnudos y él relamiéndose los labios no ayuda para nada. — Creí que ibas a quitarme el alma o algo por estilo — comenté tímido. Suspiró y se acostó de nuevo mirando al techo — Esa es la naturaleza de un Íncubo, pero yo no soy así, nunca me ha gustado ser lo que soy por la culpa de mi madre. Además ¿Para qué quiero hacer eso, si te tengo a ti? — Yoongi... — Así que deja de pensar en eso, de seguro Jungkook te lo dijo. Pero yo no soy como los demás Íncubo — comentó esta vez con algo irritado y me sentí arrepentido por haber pensado en él de esa manera. Ahora podía confiar completamente en él. Apoyé mi cabeza en su hombro, observando también el techo y sentí sus brazos rodear mi cintura. Yoongi era alguien especial y me hacía sentir cosas que nadie ha logrado antes, me hacía sentir vivo y despertaba aquel lado en mí que no conocía. — ¿Quieres darte una ducha? — susurró contra mi nuca haciéndome estremecer. Asentí levemente y sentí su peso sobre mí con delicadeza, se encontraba de nuevo sobre mí apoyando sus manos en el colchón, observándome de arriba abajo con una sonrisa y besó mis labios de nuevo dejándome sin aire. Me dejé llevar y cuando sentí que se había apartado de mí, cerré mis ojos sintiéndome ahora tranquilo por su compañía. Lo escuché caminar por la habitación hasta abrir una puerta y el sonido de la ducha llegó a mis oídos. Abrí los ojos de nuevo y me senté en la cama, moví las sabanas y cuando iba a moverme al borde de esta, un incómodo y horrendo dolor en mi cadera 172

se hizo presente. Hice una mueca de dolor y apoyé mis manos en el colchón con fuerza, para poder bajar. Cuando me encontraba de pie, el dolor aún permanecía allí y observé el desorden de ropa en el suelo. Me agaché para tomar mi ropa interior, conteniendo un quejido de dolor y respirando hondo para luego ocultar mi desnudez con la prenda. Yoongi sí que se excedió anoche. Caminé lentamente hacia el baño, podría decirse que cojeando un poco lo cual me daba algo de vergüenza. Observé adentro y el vapor del agua caliente rápidamente había inundado el amplio baño, a la vez que los espejos estaban empañados. Yoongi se encontraba de pie frente a la ducha abriendo la llave del agua y tenía puesta ahora una bata blanca. Me acerqué a su lado y arqueé una ceja al ver que su piel resaltaba aún más con la bata blanca haciendo ver su piel blanca y delicada, me encanta. — ¿Acaso vas a ducharte conmigo? — me atreví a preguntar y fui mala idea al ver aquella traviesa sonrisa de su parte. Se acercó a mí, a la vez que retrocedía queriéndome alejar de él, pero terminé acorralado en la pared de nuevo. Cómo le encanta atraparme en este tipo de situaciones. — No dije que ibas a ducharte solo, ¿O sí Jimin? — susurró recorriendo con sus labios mi cuello, rosándolo provocando que aguantara un gemido de mi parte. Sus manos comenzaron a acariciar mi abdomen y mis muslos reclamando de nuevo que fuera suyo, a la vez que sus labios besaban suavemente mi cuello sin apuro alguno, esta vez con calma y un delicado deseo de hacerme suyo con lascivia escondida en sus ojos. Suspiré pesadamente y sentí que lo necesitaba de nuevo, necesitaba sentir su contacto sobre mi piel. Rodeé con mis brazos su abdomen y lentamente mientras nos besábamos con sosiego, fuimos caminando hacia la ducha y el vapor me nublaba un poco la vista a la vez que me sentía excitado por sus manos recorriendo mi cuerpo. Apoyé mis manos en su nuca y comencé a querer quitarle la bata de encima, él besaba mi cuello y cuando su espalda estaba al descubierto, me sorprendió lo que vi con dificultad en su espalda en el reflejo del espejo. — Oh dios mío Yoongi, ¿Yo hice eso? — pregunté pasando mis dedos por las líneas rojas en su espalda. Él rió y desvió su mirada tratando de ver su espalda en el espejo.

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— Deberías verte también en el espejo, Jimin — comentó tomándome por los hombros y quedando frente al espejo dejando a mí vista las marcas moradas en mi cuello y clavícula. La siniestra sonrisa de Yoongi apareció detrás de mi hombro y me abrazó de la cintura sintiendo su contacto haciéndome temblar. Nos observamos por el espejo y acarició mis labios con lentitud, recorriendo a la vez con su nariz mi espalda y sintiendo como miles de emociones revivían dentro de mí. — ¿Qué te parece si continuamos lo de anoche Jiminnie? — susurró haciéndome débil al escuchar su voz canturreando ese apodo en mi odio. Me quedé inmóvil observando nuestro reflejo en el espejo y era demasiado ardiente el ver sus manos recorriendo mi abdomen y su cabellera gris detrás de mi nuca, a la vez que me sentía asfixiado por mi respiración irregular al sentir su contacto como el fuego. Así que sin decir nada lo tomé de la muñeca con fuerza y de nuevo mis deseos oscuros por sentirlo nos llevaron una vez más juntos a más allá límite, deleitándonos con el otro, con ese sentimiento burbujeante de la pasión bajo nuestra piel, queriendo hacer saber al otro que con aquella muestra de afecto las cosas cambiarían entre nosotros y perdiendo el control entre besos bajo el agua y el vapor de nuestros gemidos.

La taza de té se encontraba entre mis manos y mi vista estaba concentrada en la tormenta de nieve que se presentaba afuera de la ciudad en aquel invierno. Eran las dos de la tarde y ambos después de "ducharnos", comimos algo que Yoongi había preparado, yo le había ayudado a recoger la copa que rompí anoche y ahora nos encontrábamos juntos en el sillón observando el glaciar paisaje de afuera. Estábamos cubiertos con una manta, con ropa algo cómoda, pero aun así sentía frio en mis pies y piernas a pesar de que la chimenea estuviera encendida. Tomé mi celular entre mis manos y tenía llamadas perdidas de mi madre, las ignoré y tenía otras llamadas pérdidas de mis amigos de seguro para desearme Feliz Año Nuevo. Suspiré y mi hundí entre el sillón dando un último sorbo al té para dejarlo a un lado. Yoongi me observó y notó que tenía frio, así que sin decir nada se movió para quedar mucho más cerca a mi lado, con el brazo apoyándolo en mi hombro para así apoyarme en su pecho sintiendo su calidez. — ¿Cómo vas a ignorar eso ahora? — le escuché decir a él, pero no entendí lo que me había dicho. 174

— ¿Qué? Él me observó — ¿Qué cosa? — ¿Qué acabas de decir? — pregunté curioso. Él frunció el ceño — Pero no dije nada — susurró confundido y cuando iba a decir algo en contra, me sorprendió ver a la persona que estaba de pie en el fondo de la habitación. — ¿Pero qué... — susurré para mí mismo y me enderecé para ver mejor a la persona que estaba allí. Era Yoongi, pero ¿Cómo podía ser él, si estaba sentado a mi lado? — Jimin, ¿Qué pasa? — le escuché decir a él y el otro Yoongi que estaba en la habitación se cruzó de brazos, dedicándome una sonrisa de boca cerrada. Observé al chico que era exactamente igual a él físicamente, vestido totalmente de negro, con su piel blanquecina, pero su cabello era también de color negro y sus ojos me causaban temor e inseguridad al verlo al rostro. Era alguien opuesto a él, expresaba imponencia y peligro. Miré al Yoongi junto a mí que me observaba con el ceño fruncido y cuando iba a preguntarle si no lo veía. El otro chico me quitó las palabras de la boca. — ¿Ahora qué harás Jimin? — preguntó él sin entender yo lo que preguntaba. — ¿A qué te refieres con qué haré? — me atreví a preguntar y el peli-gris me observó confundido al ver que de seguro le estaba hablando al vacío. El peli-negro sonrió y me miró desafiante — ¿Qué harás con él? ¿Cómo ignorarás lo que siente por ti? — preguntó refiriéndose a su otro reflejo, que estaba a mi lado. — ¿Lo que siente por mí? Él hizo una expresión de enojo y cerró los puños con fuerza — Sí que estás ciego Jimin — hizo una pausa junto a un suspiro — Min Yoongi te ama Jimin — confesó como si estuviera hablando de él en tercera persona y como si no fuera él mismo. Mi respiración se detuvo dejándome sin aire y escuchando mis latidos con fuerza en mis oídos. No podía creer que él sintiera algo por mí, jamás se lo he escuchado decir de su parte. — ¿Cómo no te diste cuenta en la manera que te trata? — preguntó el peli-negro. Me sentí nervioso y recordé en la manera que actuaba conmigo, sus sonrisas, miradas y caricias. Pasé mis dedos por mis labios recordando sus significativos y únicos besos.

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— ¿Acaso no sientes algo cuando te besa? — preguntó de nuevo dejándome aturdido al darme cuenta que todo este tiempo no había pensando en algo más allá y simplemente me dejaba llevar. — Por supuesto que siento algo — reclamé. — Mentiroso — me regañó como si supiera lo que sentía. Aún no comprendía como es que se encontraba otro Yoongi allí de pie, hablándome y que sabía lo que yo sentía. — ¿Quién eres? — exigí saber molesto. Él guardó las manos en sus bolsillos y se encogió de hombros — El otro lado de Min Yoongi, un Íncubo mismo — explicó con una voz demasiado oscura y que me causaba escalofríos. — ¿Esto es un sueño? — pregunté, observando a mi lado, ya que el otro Yoongi con el que me encontraba no estaba a mi lado. De repente el lado malo de Yoongi se encontraba a mi lado tomándome por sorpresa y sentándose totalmente relajado y despreocupado de su alrededor. — Así es, que inteligente Jimin — se burló él. Me alejé de él para mantener una distancia prudente — ¿Cómo es qué puedo verte y qué es lo que quieres? — Soy el que te acompañó todas tus noches en tus sueños Jiminnie, soy el encargado de hacer delirar a los demás por medio de sus sueños. El otro Yoongi hace su trabajo en carne propia, sin embargo él terminó cometiendo un error — quedé anonadado con lo que estaba escuchando de su parte. ¿Eso era posible? — ¿Entonces el objetivo de Yoongi si era sólo usarme para luego hacerme daño? — pregunté aturdido. Él mostró su dedo índice negando — Él está enamorado de ti Jimin, esto era una estrategia para poder volver a estar contigo y que lo amaras de nuevo. Me quedé en blanco sin palabras logrando salir de mi boca, en silencio observando aquel rostro tan similar y terroríficamente igual, que inspiraba algo demoniaco y oscuro. ¿Todo este tiempo acaso él me amaba? ¿Acaso actúa de esa manera porque está enamorado de mí? — ¿Cómo no lo vi antes? — susurré arrepentido y sin saber cómo reaccionar, ocultando mi rostro en mis manos. — Estás cegado por la lujuria y la pasión Jimin, para ti nada es claro a excepción que no sea sólo mirarlo a él — le escuché decir. 176

Me sentía horrible y sin saber que hacer o decir, este sueño parecía demasiado real como todas las veces y el sentimiento de culpa al saber que él me amaba en secreto, que incluso podría estar hiriéndolo como Hoseok a Taehyung sin darme cuenta estaban consumiéndome lentamente. ¿Cómo no podía amar a Yoongi después de todo? ¿Por qué sentía que mi corazón no respondía a ello? — Tranquilo Jimin, no es que seas insensible con los sentimientos — comentó él como si hubiera leído mis pensamientos — Tú no puedes amar, después de todo antes fuiste algo totalmente bueno y puro. Aunque mi maldad aún vive en tu corazón. — ¿De qué estás hablando? — susurré sin comprender y con la voz temblando por el repentino sentimiento de querer llorar. — Luego lo entenderás, no te preocupes — sentí su mano sobre mí cabello y levanté la mirada para encontrarme con aquellos oscuros ojos como un pozo sin fondo. Mi cuerpo comenzó a adormecerse y lo sentía pesado, el sentimiento de culpa y tristeza en mi corazón fue desaparecido como si su contacto lograra hacer eso y su mirada me ordenara volver a la realidad, despertando así de este sueño. — Cuando despiertes no recordarás esto, pero tu subconsciente y tus acciones luego te harán recordar cuando sea el momento adecuado — susurró en mi oído, dejándome sin fuerzas y cerrando mis parpados lentamente — Despierta, pequeño querubín — fue lo último que escuché. Abrí los ojos de golpe y me sentí asustado. Levanté mi cabeza del sillón y el silencio de la chimenea consumiendo la madera, me hizo sentir aturdido. La taza de té estaba vacía ya que me la había bebido buscando entrar en calor por el frio de invierno y Yoongi estaba a mi lado durmiendo tranquilamente cubierto con la manta que compartíamos. Ambos en el living de su casa. Suspiré y pasé mis manos por mi rostro, me sentía extraño y sentía que había tenido un sueño demasiado extraño cuando estaba durmiendo en los brazos de Yoongi. Pero no logro recordarlo. Desvié mi mirada a un lado de la habitación en el fondo de esta y no había nadie, después de todo solo estábamos Yoongi y yo en toda la casa pasando el invierno juntos. La pantalla de mi celular se iluminó y con algo de pereza lo tomé entre mis manos para observar un mensaje de Taehyung que llamó mi atención. Le di una última mirada al rostro dormido del peli-gris y leí el mensaje dejándome sorprendido. Jin había desaparecido, el profesor Namjoon se había suicidado anoche y sabía que el juego después de todo no se había terminado.

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Capitulo 27 —Buenos días estudiantes, damos inicio al último semestre del año y desde ahora seré su nuevo profesor de literatura — se presentó el nuevo maestro que definitivamente no era Kim Namjoon, lo cual me sorprendió al confirmar el rumor de su suicidio. Le di una mirada a Taehyung de reojo y ambos agachamos la mirada al recordar a Jin. Después de que pasara el resto de las vacaciones de invierno con Yoongi, habíamos regresado al internado de nuevo y las cosas eran algo problemáticas por el rumor de lo que sucedió con ellos dos. Esta situación nos pone aún más nerviosos a Taehyung y a mí al saber lo que sucedía entre Jin y Namjoon. El hombre comenzó a hablar sobre la materia y demás cosas aburridas para mí, haciendo que me sumergiera en mis pensamientos. Comenzaba a darme cuenta de que el tiempo había pasado demasiado rápido y la hora de graduarme e ir a la universidad que mi madre quería que asistiera, se acerca poco a poco. Aunque mi madre se molestara conmigo y tuviera aquel lado que no me aceptaba como era, ella me deseaba lo mejor y por ello quería que fuera a una universidad en Estados Unidos. Suspiré pesadamente y observé los demás estudiantes en el salón, había personas nuevas transferidas a la clase. Como mi compañero de natación Taemin y otras personas como Jackson, no las volví a ver. Aunque Yoongi sigue allí como siempre, pasando tiempo juntos, provocándonos cada vez que podíamos con besos y lanzándonos miradas indiscretas. La mayoría de personas pensarían que éramos pareja, incluso Taehyung y Hoseok. Pero la realidad es que no éramos nada, tal vez estábamos disfrutando del otro y nada más, ya que jamás le he escuchado a decir a Yoongi algo acerca de sus sentimientos hacia mí. Otros simplemente no decían nada, como Jungkook. — Señor Min Yoongi, ¿podría leer el siguiente párrafo a seguir? — le indicó el maestro al peli-gris y rápidamente abrí el libro que estábamos leyendo al estar distraído. Me encanta escuchar su voz recitando palabras de poesía o simplemente como su voz lo decía con un tono tan sutil y armonioso. Yoongi se encontraba a unos asientos lejos de mí, totalmente concentrado en la clase y como el inteligente y educado que era, buscó con su dedo donde comenzaba el párrafo en la página. Se aclaró la garganta y comenzó a leer. 179

Él leía aquellas palabras del fragmento del libro y me quedaba abducido por su voz, tenía una profundidad y sentimiento de tristeza frente a lo que decía el libro. La historia trataba de un muchacho que se había enamorado de una estrella en el cielo que adoraba en el mar y todos sus pensamientos eran para ella, incluso sus sueños; pero él sabía que no podía abrazar a la estrella ya que era humano. Él creía que su destino era amar a la estrella sin esperanza, así que le dedicó un poema a la estrella al querer dejarla de amar. Un día él se sintió ardiendo de amor hacia ella y se arrojó al vacío, pensando en el último instante que era imposible quedarse con ella; así que murió sin saber amar y si hubiera creído firmemente en la realización de su amor, él se hubiera quedado junto a la estrella en el cielo. No dejé de observar a Yoongi en ningún momento, observando como sus labios se movían al compás de lo que decía y expresaba, como apretaba el libro con fuerza entre sus manos y sentí un dolor punzante en mi pecho como si algo estuviera mal, tenía un presentimiento de que algo malo podría ocurrir. Por un momento creí ver a alguien sentado junto a él como un reflejo pero con el cabello negro, sonriéndome maliciosamente y manteniendo sus ojos en los míos por unos segundos que me hicieron creer que estaba alucinando. El ruidoso timbre interrumpió la voz de Yoongi y salí de trance dándome cuenta que efectivamente estaba imaginando cosas. Aunque sentía que el peli-gris recitaba aquellas palabras desde el fondo de su corazón como si sintiera que amaba a una estrella que no podía alcanzar, siendo interrumpido por lo que verdaderamente era por naturaleza, viéndose obligado simplemente a soñar y pensar, observado la estrella junto al mar. — Jimin, te veo luego — se despidió Taehyung tomando su mochila para ir a su otra clase, él estaba aún un poco en shock como yo por la desaparición de Jin. Asentí algo desorientado con la imagen de aquella sonrisa grabada en mi mente, hasta que lo sentí a él detrás de mí con la mochila al hombro y ladeando su cabeza a un lado esperándome para salir. — ¿Vamos? — preguntó él y yo asentí caminando a su lado. Él tenía clase la siguiente hora en un salón cerca de la piscina y juntos íbamos por el mismo camino, acompañándonos por unos cortos minutos en los cuales eran los mejores para mí, ya que podíamos seguir hablando. Esta vez yo me quedé en silencio mirando por el pasillo sin saber de qué hablar. — ¿Tienes aún la bufanda que te di? — preguntó llamando mi atención.

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Lo miré rápidamente — ¡Sí! Por supuesto que la tengo, está en mi habitación, no puedo ponérmela junto al uniforme — expliqué con rapidez haciendo sonreír a Yoongi. — Esta bien...me alegra que te haya gustado — comentó esta vez quitándome el libro pesado que llevaba en mis manos, había olvidado dejarlo en mi casillero. — No tienes por qué hacer eso — reclamé queriéndole quitar el libro. — Pues yo quiero hacerlo, así que déjate ayudar — me tranquilizo siguiendo nuestro camino y logré ver las escaleras donde ambos tomábamos caminos distintos. Caminamos un poco más hasta llegar a las escaleras y nos quedamos frente al otro, me ofreció el libro que ni bastante tiempo había llevado en sus brazos y bufé agarrándolo de la tapa, él sin soltarlo sosteniéndolo con su brazo y contra su pecho. — Gracias por tu ayuda de pocos minutos — me burlé frente a su actitud sin sentido. Él se encogió de hombros — No hay de qué. — Idiota — susurré entre dientes, creyendo que no me había escuchado. — Pero siempre quieres besar a este idiota, ¿no es así? — comentó como siempre sacando ventaja de ello y molestándome. Lo golpeé levemente en el pecho forcejando un poco más para que me diera el libro — Cállate — mala idea decir eso. — No me vengas con esa frase Park, porque ambos sabemos cómo es tu manera de callarme — hice una expresión indignado y sonreí nervioso al recordar nuestro primer beso en la enfermería. Dios. — ¿Así cuál es, Min? — le seguí el juego sin importar que no hubiera nadie en los pasillos y que ya estaríamos tarde para ir a clase. Relamió sus labios y lo sentí más cerca de mi rostro — Besarme después de que me burlo de ti o te hago enojar — susurró sin querer romper el poco espacio que quedaba entre nosotros. Se alejó y aún no soltaba el maldito libro para poder irme, pero me encantaba que jugara así conmigo queriendo que no me fuera. El segundo timbre de advertencia resonó y no me importó en absoluto. — ¿Irás esta tarde a la práctica? — preguntó y mordí mi labio, ver a Yoongi jugando baloncesto, sudado y agitado. Buena idea. Reí levemente — No tienes por qué preguntarme, siempre me encantará verte entrenar. 181

— Cuidado con tus pensamientos impuros, Jimin — comentó con una mirada llena de diversión. — Cómo si tú no los tuvieras conmigo — comenté para mí mismo y sentí que por fin había cedido el libro para entregármelo. — Tú ganas, nos vemos luego — le escuché decir. De repente sentí que me jaló del brazo suavemente para robarme un beso de los labios, fue demasiado rápido para luego seguir caminando al otro lado del pasillo dejándome plantado con la temperatura algo caliente por el fugaz beso. Reí para mí mismo por su actitud y me volteé para continuar mi camino por el otro pasillo. Llegué a la puerta de vidrio que daba a la piscina y entré ganándome un sermón del entrenador junto a las miradas burlonas de mis compañeros ya vestidos con el traje de baño. Sin embargo después de todo no fui el único en ganarse un regaño por falta de puntualidad, ya que Taemin había llegado minutos después que yo.

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Capitulo 28 — ¡Min Yoongi! — grité a todo pulmón desde las gradas, observándolo a él corriendo con la pelota de baloncesto entre sus manos queriendo encestar. Escuché unas cuantas risas por parte de sus compañeros que se encontraban sentados en la bancas y todo el mundo me observaba, después de todo llevaba un buen tiempo gritando su nombre, tratando de alentarlo. Taehyung se removió incomodo en su asiento y me miró sorprendido. — Dime que no lo hiciste otra vez — suspiró agotado. — ¿Qué cosa? — cuestioné y me senté en la banca sin dejar de ver a mi jugador favorito. — ¿Te cambiaste al equipo de Yoongi? Me encogí de hombros sin tomarle importancia — Sí, ¿Por qué? — Jungkook te ahorcará — comentó y no le presté atención. Grité de nuevo cuando vi que había encestado limpiamente con precisión y agilidad. — Él no lo sabrá, además no pasa nada. Escuché a Taehyung quejarse y yo observé a lo lejos al hermano menor de Hoseok, Jung Seung. Le di un codazo a Taehyung para llamar su atención e hizo una mueca de dolor al darle un poco fuerte el golpe. — Mira quien está allá — señalé levemente un punto en la cancha y Taehyung buscó con la mirada al chico. — Ah, Seung — comentó sin interés y se me ocurrió la idea de comprobar si Taehyung estaba una vez más enamorado de Hoseok. — Oye, Taehyung ¿No crees que deberías brindarle apoyo a tu futuro cuñado? — comenté disimuladamente tratando de llamar su atención. — ¿De qué hablas? — preguntó él y me reí. — Digo que deberías apoyar a Seung, de seguro él le dirá a Hoseok y él te agradecerá por apoyarlo cuando no está aquí — así se dice Park Jimin. Creo que la necesidad de ver a esos dos juntos me gana en hacer cosas como esta.

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Taehyung se quedó en silencio pensando en lo que le había comentado y sin aviso alguno comenzó a gritarle al chico que se encontraba en la banca sentado observando como los demás participaban en el partido. — ¡Jung Seung! — gritaba Taehyung haciéndome reír demasiado fuerte. Todo el mundo comenzaba a vernos y no podía estar más avergonzado, entonces vi a Yoongi acercarse a las bancas buscando algo en su mochila. Desvié la mirada de él, observando al hermano de Hoseok quien se encontraba saludando a Taehyung desde abajo con el rostro algo sonrojado por la vergüenza. Ese chico si es demasiado pasivo a comparación de su hermano, aunque puede ser un completo travieso. Yo no tengo esa impresión de ser pasivo ¿O sí?...Creo que no debería atreverme a preguntarle a Yoongi. En ese momento mi celular vibró en el bolsillo de mi pantalón y en la pantalla indicaba que Yoongi me estaba llamando. Fruncí el ceño frente a su repentina llamada. — ¿Hola? — contesté por la línea observándolo desde las bancas, cruzándose nuestras miradas en el camino y sentí su penetrante mirada sobre mí. — Te espero en los vestidores después de las prácticas — le escuché decir con un jadeo por el cansancio. Maldición se escucha demasiado sexy. — ¿Por qué... — Te estaré esperando, no tardes — me ordenó para luego colgar la llamada y guiñarme un ojo observándome fijamente. Guardó su celular y regresó al partido. Me quedé con las palabras en la boca, el celular en mi oído y el corazón latiendo con fuerza. De repente me comencé a sentir ansioso y nervioso, la mirada de Yoongi se veía demasiado obscura y su voz ocultada un tono atrevido que sólo había visto desde aquella noche. Pasé saliva sin dejar de verlo ni un segundo y el guiño que me había dedicado me había dejado alejado de este mundo por unos minutos, junto a la necesidad de verlo a solas. Cuando ya habían dado por terminada la práctica de baloncesto, me escapé de Taehyung rápidamente sin que me viera porque sabía que me haría muchas preguntas. Entonces me quedé esperando por el corredor de los vestidores de hombres en una esquina ocultando mi rostro con la capucha de la chaqueta deportiva que llevaba. Sentía que mis piernas temblaban al esperar que todos los jugadores se fueran de allí lo más pronto posible. Después de unos minutos de estar con la cabeza en las nubes por estar pensando en él, decidí entrar en silencio esperando no encontrarme con alguien que no fuera Yoongi. 184

Cerré la puerta detrás de mí y caminé por los pasillos llenos de bancas y casilleros a cada lado, el ambiente estaba algo caluroso y algunas luces estaban apagadas. Cerré con llave detrás de la puerta por donde había entrado, me quité la capucha descubriendo mi rostro acomodando mi cabello un poco. Y comencé la búsqueda de ese chico. — ¿Yoongi? — llamé lo suficientemente alto para que se escuchara por todo el lugar — Yoongi, ¿Estás aquí? Luego de estar caminando por el lugar, lo divisé sentado en una de las bancas descansado con la mirada en el vacío y me molesté por no haberme respondido. Me acerqué a él y se percató de mi presencia. — ¿Por qué no me respondías? — comenté molesto y le estiré la botella de agua que llevaba conmigo para dársela, de seguro tenía sed — Toma, debes estar sediento. Yoongi observó la botella de agua que le ofrecía y no dijo nada, estiró su mano haciendo un leve contacto con mis dedos. Nuestras miradas se entrelazaron de nuevo y sentí mi respiración más pesada, nos quedamos en silencio sintiendo una extraña fuerza que nos atraía al otro y nos llevaba a perder el control. — Yoongi, ¿Estás bien? — susurré acercándome hacia él involuntariamente y sintiendo que ahora entrelazaba mis manos con las suyas apartando la botella a un lado. Me senté a su lado quedando demasiado cerca como siempre, sintiendo su respiración agitada contra mis labios queriendo hacerlos suyos de nuevo, sintiendo su excitante mirada sobre mí con intensidad y pasión de nuevo. Siempre que ocurría tal contacto íntimo o cercanía con él, siempre estaba cargada de pasión y con cada caricia llena de anhelo. ¿Pero amor también? Su mano se dirigió a mi mentón y besó mis labios una vez más, lo tomé de la cintura y lentamente sin dejar de sentir como una batalla entre nuestras lenguas se desataba, sentí que estaba acostado sobre la banca y él sobre mí sin querer dejarme libre. Escabullendo sus manos y acariciando mi piel a su antojo con seguridad y suavidad. Estabas sediento de mí, ¿No es así Yoongi? Comencé a querer quitarle la camiseta deportiva que llevaba y aunque estuviera sudando, lamí y mordí su cuello sin pudor alguno, provocando que gimiera con fuerza. Levanté su camiseta un poco más, recorriendo con mis manos su espalda hasta llegar a su trasero mientras que él buscaba la manera de quitarme el pantalón. Suspiré pesadamente sintiendo sus labios en mi cuello y sintiendo como lentamente la excitación iba consumiendo todo mi cuerpo, a la vez de la emoción al hacer esto en 185

un lugar como este en la escuela. Cada vez más Yoongi va cumpliendo sus fantasías sexuales conmigo. — ¿Por qué eres así? — susurré lentamente en su oído y haciéndome gemir al sentir sus manos en mis pezones. — ¿Qué cosa, Jimin? — respondió él con la voz ronca que con sólo escucharlo mordí el lóbulo de su oreja aguantando un gemido. Suspiré suavemente en su nuca y apoyé mi mentón en su hombro ahora quedando prácticamente abrazados rodeando con mis piernas sus caderas y él respirando agitadamente escuchando lo que tenía que decir. — Me haces cambiar en unos segundos a querer desearte hasta el punto de perder el control — hice una pausa observando a su reflejo de Yoongi con el cabello negro observándonos desde una esquina, pasé saliva nervioso y mis palabras se habían disuelto al ver aquella persona allí. Yoongi mismo, pero diferente. — ¿Jimin? — me llamó Yoongi entre sus brazos y me aparté de su hombro para verlo al rostro, ahora me observaba preocupado. Pero yo no podía evitar despegar mi mirada de la persona en el fondo — Jimin. Observé a Yoongi al rostro acariciando su mejilla y mirándolo al rostro — Yoongi, ¿Me amas? — susurré provocando que un terrible silencio entre nosotros nos asfixiara lentamente. Sentí mis manos temblar levemente y me mordía los labios queriendo saber su respuesta. Aquella pregunta se había cruzado en mi mente de repente, pero sentía como si el otro Yoongi la hubiera puesto en mis labios. No sabía con exactitud este tipo de relación que teníamos entre los dos, ambos actuábamos como algo más allá que una relación de sólo sexo y la manera en la que Yoongi me observaba, sonreía y trataba, me hace dudar sobre lo que sucedía entre nosotros. Ahora no temía en salir lastimado, temía en que él saliera lastimado por mi culpa. Observé asustado la figura del otro Yoongi detrás de nosotros, dejándome perplejo una vez más. Mi corazón no dejaba de latir con fuerza esperando la respuesta de Yoongi por su parte, pero al sentir aquella infernal mirada sobre mí me dejaba helado. — Jimin, si te lo digo te alejarás de mí y sé que terminaré lastimado — susurró Yoongi en mi nuca sin querer mírame a los ojos, ocultado sus sentimientos de mí. — ¿A qué te refieres, Yoongi? — pregunté y en ese instante sentí como si el tiempo se detuviera porque de repente vi que lágrimas recorrían las mejillas del otro Yoongi que se encontraba de pie observándonos en silencio. 186

Me sorprendí al ver sus lágrimas bajando por sus mejillas y sentí un ardor indescriptible en mi espalda, como si fueran rasguños o algo inexistente quisiera ser liberado de mi interior. De repente el sonido de un celular tomando una foto, nos sorprendió a ambos. Nos separamos a la velocidad de la luz y pudimos notar que Seung se encontraba allí de pie donde anteriormente el otro Yoongi se encontraba. El chico tenía su celular en su mano junto a una traviesa sonrisa y sabía que nos había tomado una foto. — Pero qué diablos, ¿Seung? — exclamó Yoongi indignado y molesto. — ¿Qué haces aquí? — pregunté avergonzado pensando en la posibilidad de que nos había visto o escuchado. — Eso debería preguntarle a ustedes dos, ninfómanas — comentó dejándonos aún más indignados y sin saber que decir. — ¿Disculpa? — preguntó Yoongi irritado. Él rió y mostró su celular dejando ver varias fotos de nosotros minutos atrás. Yoongi y yo abrimos los ojos hasta no más poder, me sonrojé en ese instante y Yoongi tuvo el impulso homicida de lanzarse encima de él y ahorcarlo ahí mismo. — Sólo quería comprobar unas cosas por mí mismo — explicó apartando su celular evitando que Yoongi se lo arrebatara — Ahora puedo decir con firmeza que el YoonMin es real — sonrió para sí mismo. — ¿El Yoon...qué? — exclamó Yoongi. — Seung, ¿Acaso nos escuchaste? — pregunté rojo como una cereza. Él me observó y rió — Oh sí que lo hice, pero me alegro por ello — dijo con un tono extraño, ¿No tendrá novia? ¿O acaso le gusta ver porno? Todos nos quedamos en silencio incomodos por la situación, aunque Seung no dejaba esa sonrisa que me daba miedo. — No sabía que eras tan pasivo, Jimin — comentó él haciéndome reaccionar de inmediato. — ¡¿Qué dijiste?! — grité levantándome de la banca. Yoongi me sostuvo de la cintura con su brazo tratando de calmarme para que no le diera un golpe a ese niño — Oye tranquilo...Seung, Jimin es mayor que tú, tenle más respeto — exigió él tranquilizándome un poco.

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Mes senté de nuevo a su lado. Ambos se miraron entre sí cómplices de algo y no me gustó aquellas miradas. — Seung — le llamó Yoongi — ¿En verdad que él es muy adorable, para ser pasivo? — comentó Yoongi haciéndome explotar de la ira. Ahora en estos momentos quería ahorcar al de piel pálida hasta la muerte para ver si tomaba otro color de piel. Me aparté bruscamente de los brazos de Yoongi, sentándome en el otro extremo de la banca, cruzándome de brazos enojado. Maldito seas Min Yoongi, aunque él es un demonio en sí. Las carcajadas de esos dos me estaban frustrando y trataba de respirar hondo para controlar mi ira como Jin me lo había enseñado. De repente la amigable sonrisa de Yoongi se transformó en una mirada asesina y una seriedad que hizo que Seung dejara de reír. — Ahora Seung, si te llega interesar Jimin, estarás muerto porque no se lo dejaré a nadie — comentó con un tono lleno de celos y siendo posesivo conmigo — Ahora borra esas fotos y ni se te ocurra espiarnos de nuevo, tenemos derecho a la privacidad. — Para ti no existe la palabra "privacidad" o "lugar público" Yoongi — susurré para mí mismo, recibiéndome una mirada asesina de su parte. Como si intentara decir: "más tarde te dejaré sin caminar por días y me pedirás por más". Seung hizo lo que le habían obligado a hacer, se disculpó y se fue de allí de seguro para ir con su hermano Hoseok. Yo me quedé en silencio subiendo mis piernas a la banca y abrazándolas contra mi pecho, mientras que Yoongi comenzó a cambiarse de ropa sin decir nada. Observé el suelo y debajo de la banca se encontraba su mochila, donde se encontraba su celular con la pantalla iluminándose varias veces por mensajes que le llegaban. Sin pensarlo dos veces y con curiosidad, lo tomé rápidamente sin que se diera cuenta. La pantalla de bloqueo tenía un fondo negro como el aburrido que era él, junto a varios mensajes de entrada, los cuales todos eran al parecer imágenes. Elegí uno y este se abrió sin pedir clave, que descuidado es. Mis mejillas se pusieron rojas al darme cuenta de que eran las mismas fotos que Seung tenía en su celular y se las había enviado a Yoongi. — Yoongi, dime por favor que no guardas estas fotos para luego tocarte pensando en mí — comenté en voz alta sin poder evitarlo, de nuevo pensé que aquello lo dije en mi cabeza.

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Él se volteó con el abdomen desnudo, sosteniendo una camisa en su mano — Así que revisando si te soy infiel ¿No es así Park? — dijo con una sonrisa burlona. — Cállate. — Oblígame. Gruñí molesto fulminándolo con la mirada y no dije nada más para que supiera que él ganaba. Nuestras peleas eran dignas de una pareja, pensé de nuevo con una mueca en mi rostro. Salí de la aplicación de mensajes y al ver el fondo de pantalla que Yoongi tenía, me sorprendió por completo dejándome la mente en blanco, sin saber que pensar. Acaricié con el dedo pulgar el rostro de Yoongi dormido en la foto. — Yoongi, ¿No habían borrado esa foto? — le pregunté observando la foto que Taehyung y Jungkook nos había tomado en el autobús en Navidad, cuando Yoongi durmió en mi hombro y luego me dormí apoyando mi cabeza en la suya. — Jungkook me la envió antes de que la borraran — explicó sin mirarme. ¿Jungkook? Iba a preguntarle el por qué Jungkook le hubiera enviado esa foto, él se veía molesto cuando la vio y el hecho de que ambos no se caen para nada bien, es extraño. Además siento que yo estoy en mitad de su duelo. Sin embargo aquel dolor en mi pecho y el miedo de que algo malo estaba ocurriendo o podría ocurrir desde la noche de Luna Roja, me impidió decir algo al respecto. Yoongi, ¿Acaso estás sufriendo por mí? ¿Me amas en realidad y si lo haces, por qué no me lo dices? ¿Qué nos impide estar juntos? ¿Lograré amarte? Tengo miedo de que salgas lastimado por mi culpa.

— Jungkook, ya pasó Luna Roja y Jimin no resistió — fue lo que me dijo Hoseok aquella tarde en la que nos encontrábamos en la azotea, observando el paisaje. Con nuestras alas libres en el viento. Me quedé en silencio y aunque estuviera bastante serio y molesto por fuera, por dentro las esperanzas de poder otra vez ser su Ángel Guardián me consumían en tristeza junto a la amargura de la derrota definitiva. Jimin había decidido dejar llevar por Yoongi, aunque sabía que no le haría daño, ya no tendría oportunidad de cuidar de él como antes.

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Min Yoongi se había convertido en definitiva su propio ángel, incluso podría convertirse en el amor de toda su vida si Jimin también llegara a corresponder sus sentimientos. Entonces sería la guerra entre el cielo y el infierno. — ¿Jungkook? — me llamó Hoseok, sacándome de mis pensamientos. Lo miré con el ceño fruncido, después de todo ha estado muy feliz por lo que pasa entre Taehyung y él. Ese es otro problema, el de un romance entre un ángel y un humano. Entre Hoseok y Taehyung. — Eso ya lo sé, Hoseok — respondí de mala gana pensando en esos dos. Yo sabía muy bien lo que había sucedido entre ellos y sobre sus dos personalidades que viven en cada uno de ellos. Después de todo acompañé a Jimin todo el tiempo de su vida. Así que pensando detenidamente sobre ellos, tenía mi explicación con respecto a sus personalidades. Min Yoongi es un Íncubo, pero tiene un lado humano con la que interactúa con Jimin, en realidad es mitad Íncubo y humano, ya que un lado bueno y puro de Jimin vive con Yoongi. Aun así, el otro lado el cual apareció en los sueños de Jimin, es el lado obscuro e impuro que es un Íncubo por completo. Park Jimin tiene también dos personalidades. La que interactúa con Yoongi y aceptó el juego es el lado del deseo puro y morboso de Yoongi (parte del deseo de un Íncubo) por eso él no ama a Yoongi, ni siente algo por él más que la lujuria. Por otro lado la otra personalidad pura y buena de Jimin (el ángel), la cual aún está dormida. Y siempre que estoy cerca de él, siento que intenta salir. Sin embargo después de todo en lo que sigo pensando es en la verdadera naturaleza de Jimin, la cuál va más allá que un simple ángel que perdió sus alas por amar a Yoongi en el pasado. Por lo tanto esta vez en un juego como este, el Íncubo y el humano que antes era un ángel cambiaron papeles. Obteniendo un resultado diferente al esperado. Observé el paisaje queriendo volar sobre el para buscar tranquilizarme, aunque la melancolía me invadió al recordar como Jimin me había tratado al encontrarse conmigo en el hospital de pequeño al verme llorar por la pérdida de un amigo que aunque en parte era Jimin. Me refería a otra persona que conocí mucho tiempo atrás, ya que llevo miles de años viviendo en este mundo mortal y podemos cambiar de edad con respecto a lo que Dios ordenara. Suspiré pesadamente cerrando los puños con fuerza. Yo también tengo mis secretos y un pasado oscuro, en la que una vez me enamoré de un chico mortal, que terminó en 190

las manos de una Súcubo, dejándome sin oportunidad de ayudarlo. Por esa razón había dejado que Hoseok se quedara esta vez con Taehyung, no quería ver que él sufriera como yo lo hice. Aunque no perdí mis alas al no ser correspondido por su parte, perdí mi corazón. Recuerdo que simplemente me limitaba a observarlo de lejos, contemplarlo y nada más. Hasta que lo vi morir, entonces Dios me entregó otra tarea de cuidar a un familiar del chico y ese era Jimin, su primo. Del cual me aferré al recordarlo cada vez que veía a Jimin sonreír. Nuestra vida entre los demonios y ángeles es muy restringida, donde el amor está prohibido y el que se atreva a vivirlo e ir en contra, terminará con un final trágico. — ¿Vas a hacer algo al respecto, vas a reportar lo que está sucediendo? — preguntó Hoseok. Lo miré confundido — Pero si el que corre peligro es Yoongi, los Íncubo son los que deben saber. Jimin ahora es un ángel caído — dije lo último no tan seguro, de que él no sea más un ángel. — Está bien. — Hoseok, ¿Te digo algo? — observé el hermoso cielo, sonriendo para mí mismo con algo de tristeza — En el fondo de mi ser, deseo ver a Jimin y Yoongi juntos. Después de todo Dios se daría cuenta de que no está cumpliendo con su palabra de decir que todos tenemos derecho a amar, incluso sin importar el género. Hoseok suspiró y sonrió — Yo también deseo ver aquello — admitió y lo observé junto a una sonrisa. — Te diré otra cosa — comenté. — ¿Qué? — Yo también quiero verte a ti feliz Hoseok, junto a Taehyung — confesé dejándolo anonadado y en silencio totalmente sorprendido. De repente me sorprendió que tuviera los ojos cristalinos y se lanzó a darme un abrazo — ¡Jungkook! ¡¿Por qué eres tan humilde?! No me hagas llorar, mocoso — balbuceaba dejándome sin aire por su abrazo. A veces le daban ataques de sentimentalismo. — Caballo, quítate — exigí molestándolo por sus otros apodos que le teníamos en el cielo. — Sí que no respetas a los mayores — comentó molesto, dejándome libre. 191

— Te recuerdo que en esta ocasión no importa la edad, yo soy tu superior. Él gruñó molesto y no dijo nada. Entonces aquella pregunta que realizó, me dejó helado con el corazón en la mano y con el vago recuerdo de mi pasado atormentándome. — Jungkook, ¿Por qué quieres vernos felices, si dices que no está permitido enamorarnos? — preguntó el curioso de mi compañero. Suspiré y la respuesta la tenía perfectamente en mi cabeza. Simplemente quería verlos a ellos felices, antes tuve mi felicidad y la perdí, así que yo deseaba que las personas a mi alrededor fueran felices. Sonreí sin apartar la mirada del hermoso panorama frente a nosotros, donde nos encontrábamos en el borde del techo sentados hablando. — No sabes lo suficiente de mí Hoseok para saber una respuesta, tengo mis propias razones — fue lo único que le dije, manteniendo aquel secreto en mi corazón junto a aquel amor que alguna vez pudo ser mío.

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Capitulo 29 —Así que si conocías a Kim SeokJin, pero dices que no sabes dónde está ¿verdad? — fue lo que dijo el hombre que era un policía y que me estaba haciendo un interrogatorio sobre la desaparición de Jin. Mi cuerpo se tensó frente al tono intimidante del hombre, junto aquella actitud de autoridad que buscaba sacar la más mínima verdad que tratara de encubrir. Además nos habían sacado a Taehyung y a mí de clase de repente, para luego ir a otro salón vacío donde nos comenzaron a hacernos preguntas sobre Jin y nuestra relación con él. — Es la verdad, Jimin y yo nos alejamos de Jin por un tiempo, así que no hablábamos mucho — comentó Taehyung algo nervioso, yo también estaba nervioso y tenía el impulso de decir lo que Jin planeaba con el profesor Namjoon. ¿Podría ser acaso que juntos escaparon? — ¿A qué se debió eso? — inquirió el hombre curioso. Recordé nuestra conversación casi pelea entre Jin y yo, cuando se levantó de la mesa molesto sin decir nada. Observé a Taehyung de reojo, preguntándome mentalmente si comentar aquello. — Teníamos algunos desacuerdos con él — respondí. — Aunque Jin fuera nuestro amigo, hacia algunas cosas que no nos agradaba del todo — agregó mi amigo sin entrar en detalles, pero al parecer despertó más curiosidad en el policía. — ¿Cómo qué? — Taehyung y yo nos quedamos en silencio, recordando como Jin admiraba a Namjoon. Entonces me había sumergido en mis pensamientos, recordando a mi amigo, los momentos que pasamos, su contagiosa risa, sus regaños y su actitud que me hacía reflexionar en que él era una persona algo traviesa. Además que siempre interactuaba con tipos matones o con mala reputación como Jackson, lo cual me había parecido extraño. Y de repente el recuerdo de lo que Yoongi me había dicho sobre Irene se vino a mi mente, junto a lo que característica especifica que un Íncubo tenía: — Esa chica tiene un collar de plata que todos los Íncubos y Súcubos tienen que los conecta a este mundo. 193

Ahora que lo pensaba Jin tenía un brazalete de plata que siempre lo tenía puesto, lo apreciaba mucho y no dejaba que alguno de nosotros se lo quitara. Aunque debe ser una coincidencia, sí eso debe ser. — Entonces, ¿SeokJin tenía alguna actitud extraña o algún secreto que guardó con ustedes? — preguntó el hombre llamándonos la atención y suspiré pesadamente, debía decirle. Tal vez él podría decirnos información sobre lo que han avanzado en la investigación o algo por el estilo. — Jin... — susurré y Taehyung me miró asustado. — ¿Le vas a decir? — me preguntó mi amigo. Me encogí de hombros — Taehyung, Jin desapareció y el profesor Kim falleció. ¿No crees que tiene algo de relación? — le dije a mi amigo, mientras que el policía nos miraba atentamente. — Está bien — cedió Taehyung cruzándose de brazos, negándose a hablar. Asentí levemente dispuesto a comentarle sobre el supuesto romance entre Jin y el profesor de literatura. Cuando comencé a relatar sobre el enamoramiento de Jin, el policía se quedó en silencio escuchando a la vez analizando lo que le decía y frunciendo el ceño con extrañeza. Aunque su rostro de seriedad después de terminar de decirle todo lo que había observado en él, me perturbó un poco. — Eso es todo lo que sé — finalicé quedándose la habitación en silencio y en suspenso esperando respuesta por parte del policía. Me sentí algo aliviado al confesar el secreto que Jin tenía, así dándome cuenta que un amor prohibido como el de ellos dos, terminó en algo trágico e inesperado. En el que tal vez ambos salieron lastimados, fue algo prohibido que traía consecuencias y no era destinado a ser. — ¿No te parece que es una comparación bastante acertada, Jimin? — escuché una voz totalmente diferente que me asustó. Era la voz de Yoongi, pero era imposible ya que en ese salón solo nos encontrábamos el oficial, Taehyung y yo junto a unos maestros fuera del salón. Me quedé inmóvil en mi lugar, dándome cuenta de que yo era al parecer el único que podía observar y escuchar aquella figura vestida de negro en un extremo de la habitación, detrás del hombre uniformado. Traté de articular palabra alguna, pero no lo logré.

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— ¿No crees que el de "un romance prohibido" es exactamente lo que los define entre tú y yo? — preguntó con la voz gruesa, mirándome fijamente y causándome escalofríos de nuevo. ¿Esto era real? ¿Cómo es qué puedo verlo? ¿Quién es él? El peli-negro de Yoongi se cruzó de brazos y suspiró — Ya te lo había explicado Jimin, pero es mi culpa por haberte borrado la memoria aquella vez... — susurró como si supiera lo que estaba hablando, ¿Acaso lo conocí antes? ¿Cómo puede leer mis pensamientos? Lo señalé levemente tratando de buscar las palabras adecuadas para preguntarle el cómo podía verlo, de qué me estaba hablando y ¿Por qué lo había visto llorando en los vestidores cuando le pregunté a Yoongi lo que sentía por mí? — Estás ciego Jimin — comentó él — Como para no darte cuenta de que lo que sucede entre ustedes, es algo prohibido — susurró articulando lentamente las últimas palabras. Me quedé en silencio, incapaz de poder hablar o reaccionar. Escuchando sus palabras que se clavaban en mi cabeza, dejándome confundido y haciéndome delirar. De repente en un parpadeo, la figura de Yoongi se había ido sin dejar rastro, poniéndome aún más nervioso y paranoico de lo que estaba. — Jimin — me llamó Taehyung — ¡Jimin! Estaba en estado de trance, con la vista fija en aquel punto en la habitación. Mi amigo no dejaba de llamarme y pasaba sus manos por mi rostro tratando de llamar mi atención. Entonces reaccioné y me asusté al darme cuenta de que después de todo había sido el único en verlo, tal vez debió ser una ilusión ¿O estaba soñando despierto? Las cosas se habían puesto algo extrañas desde aquella noche, cuando habíamos vuelto al internado y tomaba aún más fuerza cuando me preguntaba sobre los sentimientos que Yoongi tenía hacia mí. En ese momento comencé a querer sentir los brazos de Yoongi rodearme y alejarme del resto, escondiéndome en su mundo, donde éramos únicamente los dos. — ¿Qué sucedió? — cuestioné confundido. — El oficial estaba hablando y te quedaste mirando algún lugar de la habitación sin prestar atención — explicó Taehyung y me sentí apenado. — L-lo siento, puede continuar — me disculpé y el hombre suspiró agotado retomando lo que estaba diciendo anteriormente.

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— Estaba opinando que aunque fuera algo sorprendente lo que me comentaste sobre SeokJin y su maestro de literatura. Tiene algo de sentido con respecto a nuestras investigaciones y confirma nuestras sospechas. — ¿Sospechas sobre qué? — Sobre algún romance entre ellos dos — respondió el oficial — Cuando investigamos el hogar de Kim Namjoon encontramos su armario vacío, junto a una carta de despedida en la que describía que había escapado con alguien que amaba, el renuncio a su matrimonio y el sentimiento de depresión junto a dolor en la que se hallaba. Indicando así que se había suicidado. Recordé la corta conversación que escuché entre ellos dos, aunque no sabía por qué pero no creía que se podría haber suicidado. — ¿Acaso encontraron el cuerpo? — me atreví a preguntar provocando incomodidad en el oficial. Taehyung se tensó y el hombre se cruzó de brazos — Me temo que no, pero por el contenido de la carta se concluyó que cometió suicido — entonces puede tal vez estar vivo y escapó junto a Jin... — ¿Los padres de Jin reportaron su desaparición? — preguntó Taehyung, lo cual me hizo preguntarme sobre la familia de Jin. — Un pariente con el que vivía el chico, reportó su desaparición. Al parecer también empacó sus cosas y parece que se fugó de su hogar adoptivo. — ¿Hogar adoptivo? — Jin era huérfano — ¿Qué? Tae y yo nos quedamos anonadados por la notica, quedándonos en silencio y percatándonos una vez más que no sabíamos casi nada sobre él, siempre era un misterio y escondía muchas cosas sin que nos diéramos cuenta. Pasaron unos minutos en el que el oficial nos dio unas sugerencias a que número llamar si teníamos más información sobre la situación para localizar la parada en la que se encontraba Jin. Luego de eso regresamos a clase, Taehyung se fue a otra clase y me mantuve distraído pensando sobre Jin. Preguntándome si Yoongi al conocerlo un poco, podría decirme algo que supiera de él. Después de todo estaba comenzado a sospechar en que Jin fue o es un Íncubo que sedujo a Namjoon.

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— ¡Jimin! — escuché que mis compañeros de natación detrás de mí me llamaban, pero no presté atención. Ahora me encontraba en la última clase del día, desanimado y pensativo sentado en el borde de la piscina con los pies en el agua, observando mi reflejo. Escuché sus quejidos y risas por su parte, para luego se fueran a los vestidores a cambiarse supongo. Yoongi me vendría a recoger pero aún no me había cambiado de ropa y no evitaba quedarme allí contemplando mi reflejo. Suspiré pesadamente y apoyé mis codos en mis rodillas, entonces escuché pasos descalzos acercarse lentamente hacia mí. Pude observar de reojo que Taemin se encontraba a mi lado, uniéndose al plan de sumergir los pies en el agua. El chico de cabello negro, encantadora sonrisa que aunque no fuéramos tan cercanos transmitía ser una persona agradable y confiable, se quedó allí a mi lado haciéndome compañía. — ¿Te pasó algo Jimin? Te noto algo extraño hoy — comentó él observando el agua. Me encogí de hombros — Simplemente estoy algo pensativo y agotado. De repente sentí una toalla sobre mis hombros y me había dado cuenta de que había traído una consigo para dármela. Me sobresalté frente a su amabilidad y me sequé el cabello con esta. — Gracias — agradecí tímidamente junto a una sonrisa. — No hay de qué — respondió él y me reí al ver que tenía su toalla sobre la cabeza en un especie de turbante. — Te ves muy gracioso — dije tratando de contener mis risas. Él se avergonzó y se colocó la toalla ahora en los hombros tapando parte de su espalda y abdomen. Suspiré con un poco más de ánimos y nos quedamos de nuevo en silencio observando el no tan sorprendente panorama de la piscina, el olor a cloro ya me estaba incomodando un poco junto al calor del lugar. Sin embargo noté ahora a Taemin algo pensativo y extraño. — Nadaste hoy muy bien, de nuevo — elogió sin mirarme — Espero ser algún día como tú, igual de rápido y apasionado — comentó al aire con un extraño sentimiento de melancolía y tristeza. Sonreí algo apenado — Gracias, aunque no doy todo de mí en la natación. No es algo que me apasione demasiado. Considero que lo hago bien por años de práctica — expliqué.

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Él me observó junto a una sonrisa — Entonces no puedo imaginar como de bien lo harías si dieras todo de ti — comentó con admiración. Este chico sí que era algo fanático de mí. Asentí sin saber que decir y me cubrí con la toalla, fijando mi mirada de nuevo en mi reflejo. Aunque no dejaba de sentir su mirada sobre mí, haciéndome sentir algo incómodo. — Jimin, ¿Puedo preguntarte algo? — cuestionó con timidez. Levanté la mirada para verlo — Sí, claro ¿Qué cosa? Él apretó los labios levemente como si estuviera incómodo y suspiró — No es que te esté espiando o algo por el estilo, pero un día iba tarde para la clase de natación y en los pasillos te pude ver con Min Yoongi, hablando. Me sorprendí por lo que había dicho y no pude evitar sentirme avergonzado, esa vez Yoongi estaba siendo demasiado empalagoso y atento, además me había robado un beso dejándome hechizado. De tan solo recordarlo mis mejillas se sonrojan y ya sabía la pregunta que me haría Taemin. — Oh... — no pude evitar decir. — ¿Tú y él son pareja? — sentí mi corazón sobresaltarse y me quedé en silencio. Si ya nos habíamos llegado a besarnos e incluso a mucho más, se considera como una pareja, ¿Verdad? — Nosotros... — susurré sin saber que decir y observé mi reflejo en el agua sintiéndome algo culpable por lo que diría — Nosotros no estamos saliendo — concluí. Taemin de alguna manera pareció comprender ese tipo de relación informal y asintió. Sin embargo otra pregunta me atormentó la consciencia y la tranquilidad, — ¿Lo amas? — no pude evitar sentirme más presionado e intranquilo. — No — respondí sin dudarlo. Entonces en ese justo momento, cuando decidí voltearme para mirar a Taemin. Parecía como si todo estuviera en contra de mí, porque Yoongi se encontraba detrás de nosotros de pie, en silencio totalmente serio y sabía que había escuchado nuestra conversación. Abrí los ojos sorprendido — Yoongi... — susurré su nombre anonadado y su mirada no se atrevía a querer verme a los ojos como siempre lo hacía. Traté de levantarme, pero él reaccionó primero — Te espero afuera Jimin, las clases ya terminaron — fue lo único que dijo con un tono tan profundo que supe que me 198

escuchó. Y finalmente se alejó de nosotros para salir por la puerta principal de la piscina. Me quedé sorprendido y escondí mi cabeza entre mis manos, sintiéndome terrible. ¿Por qué ya no sentía nada por él? ¿Qué me sucede? En ese momento quería escapar de todos, yendo a mi escondite en la escuela bajo aquel árbol. Aunque sabía que Yoongi sentiría mis lágrimas y me encontraría, entonces sería más dolor para los dos.

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Capitulo 30 Caminaba por los largos pasillos de aquella mansión donde la Señora Min se encontraba, después de todo había llegado hasta aquí para hablar con ella personalmente sobre al problema que nos enfrentaremos con los ángeles. O mejor dicho ella y los demás Íncubo enfrentarán, porque yo ya había decidido salir de esta guerra. Además ya estaba harto de ser el perro guardián de la Señora Min y su mensajero de paso. Habían dos hombres uniformados haciendo guardia en la entrada de la habitación que era su oficina, me quedé de pie frente a ellos y sin siquiera preguntarme o dirigirme la palabra me reconocieron. Apartándose y dejándome entrar. Cuando me encontré adentro, me quedé de pie frente al sillón en el que ella se encontraba y al verme sonrió con aquella maldad pura que nos caracterizaba. Apartó el cigarrillo de sus labios y lo apagó en el cenicero que tenía cerca. — Pero que sorpresa... — comentó — ¿Ya te cansaste de vigilar a mi hijo en ese mundano lugar de humanos, SeokJin? — preguntó con burla. Reí levemente por su comentario y rápidamente entré en confianza, nadie logra intimidarme ni ella con sus diabólica e intensa mirada. Tomé asiento en uno de los sillones de cuero frente a ella, quería decirle lo que había visto y luego largarme de aquí para no volver a este lugar. — Señora Min, ¿Acaso no tiene idea del por qué vine aquí? — pregunté cruzándome de brazos. La mujer frunció el ceño molesta — Señorita para ti SeokJin — me corrigió y me abstuve de rodar los ojos, sólo ambos sabemos en realidad cuántos años lleva en este mundo y se ha mantenido joven gracias a tantos hombres que asesinó. Asentí levemente — Como dije Señorita Min — dije enfatizando aquella palabra — ¿Sabe por qué estoy aquí? — ¿Mi hijo al fin logró condenar a un humano? — quiso saber ella con admiración, después de todo nunca tiene contacto con Yoongi y yo soy el único que le podía decir cómo iba avanzando Yoongi en la tarea de un Íncubo. — Así es — afirmé.

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Ella aplaudió y me miró curiosa — ¿Una chica o un chico? — preguntó ella pero no me dejó terminar — Ah, da igual. Ahora estoy ansiosa de que por fin se convirtiera en un verdadero Íncubo. — Existe un problema, Señorita Min — interrumpí. — ¿Cuál? Suspiré recordando a Jimin en ese instante y la manera en que ellos dos interactuaban junto a las sonrisas, las miradas que intercambiaban y el notable amor que Yoongi le tenía. — El condenado es un ángel — la mujer abrió los ojos con sorpresa y seguí hablando — Era un ángel en el pasado al parecer, sin embargo tiene algo anormal en su interior que trata de despertar y a la vez un lado Íncubo vive con él. Pude notar como ella mantenía los puños apretados con fuerza, tratando de controlar su ira en su interior — ¿Cuál es su nombre? — exigió saber con un tono cortante. — Park Jimin. En ese instante pareció incrementarse su ira y estado de confusión — Ese nombre ya lo he escuchado... — comentó tratando de recordar — Con que es ese niño. Debí hacérselo olvidar a Yoongi de una vez por todas — dijo para sí misma. — Sin embargo, creo saber la razón por la que ese chico tiene una parte Íncubo en él — comenté captando su atención. — ¿Qué cosa? — Min Yoongi lo marcó mucho antes de que lo condenara, ya que está enamorado de él. Así que el hecho de que Park Jimin quedara condenado a Yoongi, fue algo predestinado — expliqué recordando la sombra de Jimin la cual reflejaba sus alas, sin embargo sus ojos y capacidad de percibir la muerte de otras personas. Me hacía pensar en una posibilidad de su real naturaleza. La señora Min se quedó inmóvil en estado de shock procesando lo que le había dicho. Pensando en cómo su hijo había podido cometer el error más grande de un Íncubo, el de enamorarse de su condenado. Ella suspiró pesadamente tensándose un poco en su silla y como si tratara de mantener la calma, llevó una copa de vino a sus labios que tenía a su lado para darle un pequeño sorbo. Me quedé en silencio algo divertido al esperar su reacción y su mirada no dejaba de estar en el vacío. Vi que comenzó lentamente a apretar la copa en su mano con fuerza y de repente comenzó a reírse como la oscura y llena de maldad que era. Entonces la 201

copa estalló en su mano manchando su mano con sangre y vino, incrustándose el vidrio en su palma. — ¿Sabes algo Jin? — susurró forzando su voz y arrojó los restos de vidrio en su mano al suelo — Aunque Yoongi me quiera lejos de él e incluso que ataque a otros de su raza como Irene — hizo una pausa — No se la dejaré pasar, ese chico tiene que morir — susurró con una amplia sonrisa en su rostro reflejando locura. Después de todo, su palabra favorita era "muerte". — ¿Qué planea, señorita Min? — quise saber. — Esperar. — ¿Pero no quiere verlo muerto? — cuestioné y ella me amenazó con la mirada dejándome en silencio. — No cuestiones mis acciones SeokJin, yo veré cuando sea el momento. Ahora quiero dejar que Yoongi sufra con su propio amor, el chico no puede amarlo aún — dijo mirándose las uñas de una mano y dejando su otra mano manchada de sangre inmóvil. Asentí levemente y me levanté del sillón, ya era hora de irme de este lugar. Sin decir nada más me acerqué a la puerta y cuando iba de salida, escuché su voz de nuevo. — Gracias por tu información y fidelidad Jin — le escuché decir junto a un suspiro y percibí un olor a cigarrillo — Tú no cometerías los errores que hace mi hijo, ¿No es así? Escuché su voz en un tono retador y me reí levemente, tomando el pomo de la puerta con fuerza — Por supuesto que no — mentí, después de todo hasta nosotros los Íncubo cometemos errores. Continué mi camino para salir finalmente de aquella sofocante habitación dejando aquel lugar atrás. Salí a la calle, donde los autos pasaban de un extremo a otro y el frío que aún no terminaba ahuyentaba a todos a excepción de mí. El frío chocaba contra mi piel sintiendo lentamente como me hacía temblar, mis labios se tornaban morados y mi cuerpo se tensaba frente a las voces que no podía dejar de escuchar detrás de mí, las voces que llevaba conmigo. Sintiendo cómo si la sangre que derramé por mi culpa manchara mis manos y rostro, escuchando lágrimas y lamentos. Sintiendo el duro vacío de mi corazón junto a la amargura. Mi última víctima quien fue Kim Namjoon, decidí que sería la última persona en este mundo que tendría el privilegio de morir en mis brazos y que perdiera el juego junto conmigo. Después de todo después de su muerte, no le vi sentido ni gracia a todo esto.

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El aburrimiento junto a la soledad, mezclados con una vida llenad de hipocresía, mentiras y amargura no me hicieron bien. De repente no sabía cuánto había caminado en aquel oscuro y frio día, que con el cielo pintado de gris anunciaba una tormenta cercana. Entonces me encontré en un puente demasiado alto por donde pasaban muchos autos y un gran rio pasaba por debajo, donde la corriente era demasiado fuerte junto a las heladas aguas. Me quedé de pie junto al borde del puente que era un poco alto y observé los autos pasar de a un lado a otro. Entonces fue cuando lo vi a él, vi una ilusión de Namjoon desde el otro lado de la carretera mirándome fijamente sin expresión en su rostro y suspiré pesadamente. En el momento que un auto pasó frente a él, desapareció. Agaché la mirada y cerré los ojos un momento, las gotas de lluvia comenzaron a caer sobre mis hombros, en un inicio con suavidad y pasando desapercibidas. Pero luego la tormenta se fue tornando aún más fuerte mientras me sumergía en mis pensamientos y sentía que aquel hombre había hecho que el rumbo de mi vida cambiara radicalmente. Porque estaba consciente con lo que estaría a punto de hacer. Pasé mis dedos por mi muñeca izquierda tomando mi brazalete de plata y me lo quité con fuerza, para luego cerrar mi puño y tratar de romperlo. Al hacer presión y con la gran fuerza que poseía, sentí como si algo se fisurara en mí. Después lo arrojé al río y sin pensarlo me subí al borde del puente hecho de concreto mirando desde arriba el obscuro y profundo río. Mi cuerpo lentamente comenzaba a debilitarse, mis sentimientos comenzaron a salir a flote y mi egoísmo e insensibilidad se vieron vulneradas. Las lágrimas inundaron mis ojos lentamente, bajando por mis mejillas junto al impulso de saltar y caer. Fue en ese instante en el que deseé jamás ser un Íncubo frente a la capacidad de no poder amar y deseaba que aquellos dos chicos lograra amarse sobre lo prohibido con libertad y marcando la diferencia. Di un paso al vacío y cerré los ojos. Lo siento Namjoon, pero tal vez de esta manera me será posible amar.

— Jimin, ¿No te parece genial? En unos meses cuando te gradúes podrás ir a esa universidad — hablaba mi madre por teléfono con emoción en su voz, pero yo me sentía vacío y horrible por lo de Yoongi. Después de que al parecer escuchara la conversación entre Taemin y yo, Yoongi siguió actuando como siempre, burlándose de mí y siendo atrevido en algunas 203

ocasiones. Queriendo evadir mis comentarios sobre si había escuchado aquello y escondiendo a la vez lo que sentía tras aquella sonrisa. Ahora sabia con más claridad que él me amaba y yo simplemente me decidí a limitar a continuar aceptando sus caricias esperando que yo lo pudiera amar con mi corazón. Pero después de todo sentía que me era impedido aquello, era como si ahora no pudiera controlar mis emociones sobre nosotros. — ¿Jimin? — escuché que mi madre me llamó por la línea. — ¿Sí? — respondí algo ido por estar pensando en la situación. — ¿Estás bien? No has hablado mucho desde que te llamé — comentó ella algo preocupada, pero simplemente me sentí fastidiado a que ella esperara una respuesta de mi parte sobre el tema de mi futura universidad. Observé mi habitación con algo de cansancio y solté un quejido — Mamá, yo...la verdad no me siento muy bien. Un silencio entre nosotros se hizo presente y simplemente deseaba que me dijera que comprendía para luego colgar la llamada y dejarme solo. Aunque a quién nombró me sorprendió bastante. — ¿Tiene que ver algo acaso con ese chico? — inquirió ella de la nada como si supiera lo que estaba sintiendo. Me sentí tenso e incómodo — ¿Cómo... — Instinto de madre, Jimin — me interrumpió ella junto a una pequeña risa, aunque no me sentía del todo confiado. No quería que me gritara de nuevo y empeorara las cosas haciéndome sentir mucho peor de lo que estaba. Suspiré y no pude ocultárselo — Así es. Entonces me sentí incomodo frente al hecho de que tendría que explicarle sobre lo que sucede entre él y yo, agregando mentiras de más. No puedo decirle a mi madre que terminé siendo acosado por un demonio que buscaba acostarse conmigo, terminaría matándola de un infarto. Aunque ella cree que Yoongi y yo somos novios por lo que él dijo en la noche de Año Nuevo. Qué complicado es todo. — Jimin, tú sabes lo que pienso sobre ello. Pero quiero decirte que lo siento por mi reacción tan grosera e intolerante, sé que debió herirte mucho — sollozó ella con lamento. — Mamá.

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— Así que quiero que sepas que sigues siendo mi único hijo, quiero lo mejor para ti y te seguiré amando tal y como eres — escuché sus palabras y por unos momentos alegría y tranquilidad me invadió. Aunque sabía que era difícil para ella el de aceptarme, sabía que poco a poco lo aceptaría por completo, después de todo ese el amor de una madre. Sonreí levemente aunque ella no pudiera verme — Gracias mamá. — Te amo cariño — susurró con cariño. — Yo también mamá — respondí y alguien en ese momento golpeó la puerta — Bueno, creo que trataré de tranquilizarme un poco. Hablamos luego mamá — dije levantándome de mi cama para abrirle de seguro a Jungkook que olvidó sus llaves de nuevo. — Está bien cariño, adiós — respondió y colgué la llamada. Quedé frente a la puerta y al abrir para ver quién pareciera que con tan sólo pensarlo o nombrarlo lo invocara y apareciera frente a mí. Yoongi se encontraba frente a la puerta con unos pantalones holgados y un hoodie ocultando su rostro con la capucha. Me quedé allí sorprendido y sin saber cómo reaccionar. — ¿Tú? — pregunté confundido. — ¿Puedo quedarme un rato? Hoseok se fue con Taehyung al cine y me sentí solo en mi habitación — explicó junto a un puchero de molestia, que hizo mi corazón hundirse. Juro que lo pensé por unos momentos, pero su expresión no me lo permitió del todo. Vacilé y me hice a un lado para dejarlo pasar — Sí, claro — a Jungkook no le gustaría la idea, pero bueno él no está aquí. Él entró y cerré la puerta detrás de mí, Yoongi sin pena alguna o timidez se sentó en mi cama quitándose la capucha de la cabeza y mirándome con una sonrisa burlona. Era yo ahora el que me encontraba con repentina timidez de pie a mitad de la habitación sin saber que decir. Respiré hondo— Así que ¿Hoseok y Taehyung están saliendo? — fue lo único que se me ocurrió decir. Él rió y se quitó su hoodie dejándolo a un lado, dejando al descubierto la holgada camisa que me encantaba al ver que su cuello y clavícula quedaban al descubierto. Los chupetones que tenía ya se habían borrado de su blanca piel y me preguntaba si mis rasguños en su espalda también. Aunque yo estaba demasiado asustado cuando las manchas moradas de mi cuello no se quitaban y al tener clase de natación podría ser muy evidente para muchos. 205

— Eso creo, aunque Hoseok me dijo que era "su primer cita" — dijo él haciendo comillas con sus dedos y desviando la mirada a un lado. — ¿Qué? — ¡El maldito de Taehyung no me dijo nada! La habitación se quedó en un profundo silencio, Yoongi se acostó en mi cama apoyando su cabeza en mi almohada viendo el techo por unos segundos y cerró los ojos junto a un suspiro. — Tengo sueño — susurró agotado como si no estuviera en mi cama y en mi habitación. — Oye Yoongi — me acerqué a él — Estás en mi cama, ¿vas a dormir aquí? ¿No era sólo por un rato? Jungkook se enojará — le decía moviendo levemente su brazo tratando de llamar su atención pero no me respondía, parecía un niño pequeño. Así me acerqué mucho más observando su rostro con los ojos cerrados, para comprobar si estaba dormido. Sin embargo sin saberlo sentí sus labios sobre los míos con suavidad en un fino y suave toque, me tenía agarrado del brazo y había levanto levemente su cabeza para besarme. Separó sus labios de los míos apoyando su cabeza en la almohada con una inocente sonrisa en su rostro, me moví un poco tratando de alejarme, pero me empujó rápidamente sin dejarme escapar. Quedando él sobre mí, obligándome a quedarnos juntos en la misma estrecha cama. Estaba más que despierto sin duda. — ¿Quieres dormir conmigo Jiminnie? — susurró contra mi cuello diciendo ese apodo que lo decía de una manera única con su hermosa voz. — No, estás en mi cama — fue la única excusa que logré sacar. Él rió — Pero si tú ya dormiste en mi cama Jimin, no seas reservado. Ya hemos hecho esto antes — dijo cubriéndonos con las sabanas a ambos y quedando a mi lado, arrinconándome contra la pared sin poder moverme. Mis mejillas se tornaron un poco rosadas al recordar lo que había sucedido en esa cama exactamente. — ¿Ahora, por qué te sonrojas? — preguntó observándome pícaramente con un brazo apoyado en la almohada y colocando su otra mano en mi cintura para acercarme a él. — Por n-nada — tartamudeé nervioso desviando la mirada. Comencé a sentir su mano bajar lentamente por mi espalda. — Tranquilízate, no voy a intentar nada. Nos podrían escuchar y no me detendría — comentó descaradamente mordiéndose el labio. 206

Lo miré indignado — ¿Estás insinuando que hacemos mucho ruido? Él arqueó una ceja — ¿Tú qué crees Jimin? Aunque el que grita más aquí eres tú — susurró lo último para sí mismo. — ¡Yoongi! — lo miré enojado y sentí que me pellizco el trasero — ¡Ah! — grité por el dolor. Él me observó inocentemente como si no supiera lo que estaba haciendo y lo fulminé con la mirada. — ¿No es que no vas a intentar nada? — lo regañé enojado. Él se encogió de hombros y ahora acarició con su mano mi mejilla — Quería comprobar que ese bonito trasero es mío — me guiñó un ojo dejándome callado. Me relamí los labios y arqueé una ceja retándolo. Si quiere jugar, yo también lo puedo hacer, así que lo empujé y quedé sobre él para luego besar su cuello dejando mordidas y lamidas por su delicada piel, para luego pasar mi mano por su entre pierna y hacer presión levemente. — J-Jimin — se quejó junto a un leve gemido y reí. — Lo siento, también quería comprobar lo que es mío — dije junto a una inocente sonrisa y él al verme no se abstuvo de atacar mis labios con fuerza y pasión. En ese momento cuando creí que las cosas comenzaban a ir por otro lado algo caliente e intenso, terminé llorando minutos después de la risa por el ataque de cosquillas que Yoongi tenía para mí. Nuestras risas se llenaron en aquella habitación rápidamente, logrando un ambiente tranquilo y agradable, así distrayéndome de ese dolor punzante en mi pecho por un rato. — Y-Yoongi, d-detente no puedo — reí con fuerza forzando las palabras y tratando de respirar. — ¿Pero por qué quisiera detenerme? Quiero escuchar tu armoniosa risa, Jimin — dijo él. — N-no respiro — susurré entre carcajadas y dándole manotazos para que me dejara, era demasiado para mí hasta que creía que podría morir de la risa. — Dime que vas a dejarme dormir contigo y me detendré — le escuché decir mirándome con travesura, aunque tenía la vista algo borrosa por las lágrimas, a la vez que sentía mucho calor en mi cuerpo y tal vez estaba rojo como un tomate. — ¡Está bien! — exclamé y dejó de hacerme cosquillas. 207

Levantó sus manos y se acostó a mi lado de nuevo, estiró su brazo hacia la lámpara de la mesa junto a mi cama. Dejándonos ambos a oscuras y yo tratando de recuperar el aliento. — Buenas noches Jimin — le escuché decir. — Sí que eres un... — quise insultarlo, pero su voz me lo detuvo. — ¿Un qué? — sentí su respiración muy cerca de mi rostro. Me incomodé por la cercanía y me sentí nervioso — N-nada, buenas noches — dije rápidamente para voltearme dándole la espalda. Escuché su risa y colocó su brazo en mi cintura manteniéndome entre sus brazos y su pecho. Sintiendo su calidez y compañía en aquella fría noche donde pequeñas gotas de lluvia comenzaron a caer sobre el techo y sabía que una tormenta se acercaba. Cerré los ojos tratando de dormir, después de todo no tengo buenos recuerdos con las tormentas por el accidente de niño que me ocurrió. Un fuerte relámpago resonó en el cielo, uno que jamás había escuchado con tanta fuerza desde hace tiempo. No evité sobresaltarme entre los brazos de Yoongi, así que me quedé estático en mi lugar. — ¿Acaso le tienes miedo a la lluvia? — susurró entre la oscuridad. Me sentí avergonzado — No es eso, sino a los relámpagos. Tengo un trauma de niño — expliqué. Él me rodeó más entre sus brazos y sentí su mentón en mi cabeza — Entonces creo que no te podré besar bajo la lluvia — le escuché decir. — Que te dije que no... — Tranquilo, no pasará nada — me interrumpió y de nuevo logró tranquilizarme para tratar de conciliar el sueño. Pasaron unos minutos en los que me quedé escuchando las gotas de lluvia, con mi mente hecha un lio y aunque sabía que arruinaría el momento. Aun así me arriesgué a preguntarle sobre ese mal entendido. — Yoongi — susurré. — Mmhh — Quería preguntarte algo — susurré algo tímido — Ayer cuando acabó mi clase de natación, ¿Escuchaste la conversación entre Taemin y yo? — logré decirlo finalmente, con los nervios consumiéndome y mi corazón latiendo con fuerza. 208

Yoongi se quedó en silencio por unos segundos como si tratara de analizar la pregunta, poniéndome más nervioso y ansioso. Ese silencio para mí fueron como años de tortura y me hicieron sentir mucho peor. Lo escuché suspirar y me apretó entre sus brazos levemente — Duérmete Jimin — fue su única respuesta dándome cuenta de que definitivamente había escuchado mi respuesta. Suspiré pesadamente tratando de tranquilizarme y con algo de tristeza y arrepentimiento me dormí en sus brazos bajo aquella noche de tormenta sintiéndome protegido por su parte. ¿Por qué eres así Yoongi? ¿Por qué te esfuerzas demasiado en estas situaciones, cuando sales tú lastimado? — Lo siento Jimin, espero verlos felices a ambos — dijo aquel chico que se encontraba en el borde del puente a punto de dar un paso y caer en el vacío. Yo me encontraba inmóvil en mi sueño, observándolo sin poder hacer algo. No podía ver muy bien su rostro pero algo me decía que aquel chico era Jin y se encontraba empapado de pies a cabeza por la fuerte lluvia con la voz muy inestable y a la vez llena de tristeza. Él cerró los ojos y me pregunté a mí mismo si estaba él estaba llorando o tenía el rostro mojado por la lluvia. Estiró los brazos en el aire y me quedé aterrado al ver que se dejó caer hacia atrás para caer por el puente. — ¡Jin! — grité aterrado y comencé a gritar su nombre desesperado. Tenía miedo y sabía que de nuevo había presentido ver a alguien morir, pero esta vez Yoongi no logró protegerme de aquella realidad. — ¡Seung! — escuché un leve gritó cerca de mí y abrí los parpados de golpe, encontrándome con el rostro de Yoongi dormido frente a mí. Con la luz de la mañana inundando la habitación. Escuché murmullos cerca de nuestra cama. Me removí levemente entre las sabanas, tratando de levantarme para ver que sucedía y pude ver de reojo a Jungkook y Seung discutiendo en voz baja en la puerta. — Ya les tomaste fotos, ahora vámonos — susurró Jungkook y fruncí el ceño. — Pero quiero tomarles una más cerca — reclamó Seung. Jungkook lo silenció — Cállate, puedes despertarlos. Escuché la risa de Seung — ¿Y por qué no quieres que se despierten? ¿Estás celoso? 209

— ¿Pero de qué hablas? — exclamó Jungkook confundido, haciendo que Yoongi se quejara un poco por el ruido. Esos dos no se habían dado cuenta de que estaba despierto y los observaba fijamente. — Bueno, yo sé que también shippeas el YoonMin — comentó el raro hermano de Hoseok. — ¿Shippeas, YoonMin? ¿Qué te pasa Seung? — susurró confuso mi amigo — Mucha interacción con humanos, te hace daño. Fuera — fue lo único que dijo Jungkook para luego cerrar la puerta y ambos quedarse afuera. Fruncí el ceño molesto, ese niño otra vez tomándonos fotos ¿Qué le pasa? Apoyé mi cabeza en la almohada tratado de acomodarme mejor y observé el rostro de Yoongi, analizando así cada una de sus facciones con admiración y perfección. Yoongi... ¿Por qué te sigues hiriendo a ti mismo y de paso a mí también?

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Capitulo 31 Me encontraba en clase de Literatura a cargo del nuevo profesor que un millón de veces más prefería al serio y aburrido de Namjoon. Aunque no nos dieran más noticias sobre lo que les sucedió a ambos, Taehyung dedujo que Namjoon en realidad había fallecido, aunque yo preferí creer que habían escapado juntos y Jin por fin estaría feliz de estar con una persona como él. El día era oscuro y estaba lloviendo, durante el transcurso del día sentía melancolía mezclados con el sentimiento culpable acerca de lo que sucedía entre Yoongi y yo. Sin embargo fueron remplazados por la situación algo incomoda que estaba ocurriendo en este momento. El maestro nos había asignado un proyecto para la clase en el cual teníamos que estar de a parejas y no pude evitar emocionarme por la posibilidad de quedar con Yoongi. Así que Taehyung me preguntó si quería al peli-gris de compañero y ambos intercambiamos los papeles que decidirían nuestros compañeros. Aunque Taehyung no leyó la etiqueta y terminé con Taemin de compañero y mi mejor amigo con Yoongi. Taemin y hablábamos acerca de cómo íbamos a realizar nuestro proyecto, decidiendo el horario adecuado para encontrarnos en la biblioteca. Aunque en todo momento pude sentir la para nada amigable mirada de Yoongi sobre nosotros, no entendía muy bien su ataque de celos pero ya me podía hacer una idea de lo que se trataba. Después de todo él te ama. Pensé en mi mente como la causa de sus celos apretando el bolígrafo en mi mano con amargura. El chico que me correspondía de compañero no dejaba de hablarme y sonreír, después de todo aunque fuéramos compañeros en clase de natación no teníamos tantos chances de hablar ya que él se la pasaba la mayor parte del tiempo con Minho. El timbre para finalizar la clase terminó y observé a Yoongi de reojo levantarse rápidamente para acompañarme en el camino de la próxima clase. — ¿Entonces esta tarde vamos a la biblioteca? — preguntó el Taemin y esperé que Yoongi no lo hubiera escuchado. — Sí, claro — respondí y llevé mi mochila a mi hombro para dirigirme la salida. Aunque Yoongi me encontró fácilmente. — ¿Vamos? — preguntó mirándome directo a los ojos y cuando iba a decirle algo, Taemin se nos adelantó. 211

— ¿Puedo ir con ustedes? Después de todo tengo la misma clase con Jimin — dijo Taemin junto a una risa, mirándome esperando una respuesta y con un Yoongi mirándolo fijamente, apretándome ahora del brazo. Lo dudé por unos segundos al sentir el agarre de Yoongi — S-si claro, no hay problema — respondí nervioso y el peli-gris en efecto me asesinó con la mirada. Me despedí de Taehyung y los tres salimos del salón para tomar el mismo camino en el que todos los días nos dirigíamos. Caminando en silencio con algo de incomodidad y yo en el medio, Yoongi tomándome de la mano con algo de fuerza como si intentara decir que era suyo. Dejándome pensar en la posibilidad de que ellos dos ya se conocen. Taemin observó disimuladamente nuestro agarre y sonrió para sí mismo dándole una corta mirada al chico a mi lado. — Así que... ¿Cómo te ha ido Yoongi? — preguntó Taemin rompiendo el hielo, Yoongi bufo y se quedó mirando el camino en todo momento — Mejor de lo que piensas — respondió seco. — Ya veo... — susurró para sí mismo y se dio cuenta de que Yoongi no tendría intensiones de dirigirle la palabra. Cuando ya habíamos llegado al punto donde Yoongi y yo nos separaríamos, él me jaló de la mano impidiéndome que continuara y pidiéndome con la mirada que hablara con él por un momento a solas. Taemin lo notó y se detuvo para esperarme. — ¿Jimin? No dejé de mirar a Yoongi a los ojos — Taemin, tú sigue. No tardaré mucho — fue lo único que dije y junto a la amenazante mirada del peli-gris, él continuó su camino dejándonos solos. El pasillo se encontraba desolado y los pasos de Taemin bajando las escaleras hasta alejarse lo suficiente me ponía nervioso con respecto a lo que Yoongi quería hablarme. Aunque quería saber la razón de su extraña actitud y las miradas de enojo que le daba a Taemin. Sin embargo no puedo evitar amar los ataques de celos que le da a Yoongi, hasta el punto de querer ser más cariñoso conmigo. Su mano aún estaba entrelazada con la mía — ¿Por qué estabas actuando así? ¿Es por Taemin? — pregunté y en el instante apretó levemente mi mano como signo de que en realidad esa era la razón. — Aléjate de él Jimin. — ¿Qué? 212

— Te digo que te alejes de Taemin, él no es una persona de fiar — ordenó fríamente y no creía lo que estaba diciendo. Lo miré desconcertado — ¿Por qué dices eso? Él suspiró y no logró decir más palabras para explicar su repentina orden de alejarme de Taemin. ¿Acaso... — ¿Taemin es un Íncubo? — pregunté de repente con temor de que fuera cierto. Yoongi me observó y bufó — No, no lo es. De lo contrario estaría muerto por mi culpa si se llega a meter contigo — un cincuenta por ciento de mí no le agradó escuchar ese comentario pero mi otro cincuenta por ciento le pareció encantador el lado celoso y protector de Yoongi, aunque sigue siendo algo paranoico. — ¡Yoongi! — me reí y le golpeé en el hombro levemente causando que él sonriera. — Ya, pero mantente alejado de él Jimin — dijo entre risas — Tú eres sólo mío — susurró manteniéndome entre sus brazos y apoyando su mentón en mi cabeza. — ¿Por qué dices que él es malo? Ni siquiera lo conoces — susurré contra su cuello. — Si lo conozco, hacia parte a la banda de Jackson y tú eres el que no lo conoce bien — me separé de él y lo observé molesto. — ¿Por qué siempre eres así? Siempre tratando de alejarme de cualquiera que para ti sea malo o sospechoso. — Jimin... — No creo que Taemin sea malo, confío en él lo suficiente para no estar dudando en que me hará algo malo — dije frunciendo el ceño. Yoongi tomó mis manos de nuevo y las llevó a su pecho — Deberías confiar en mí Jimin — pidió. En ese instante sentí como si yo no fuera yo mismo y estuviera consumido en la repentina ira e incomprensión del querer protegerme de los demás. Porque sabía a la perfección que por una parte Yoongi hacia aquello ya que me amaba como no tenía idea. — Tú y yo no somos nada como para decirme que hacer, Yoongi — susurré lentamente cerca de su rostro mirándolo a los ojos, sintiendo como aquello le hería y me hacía sentir odiado hacia mí mismo. No quería decir eso.

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Yoongi soltó nuestro agarre bruscamente y lo noté molesto. Una vez más había arruinado todo de nuevo. ¿Qué es lo que me sucede? Quise decir algo para remediarlo pero no lo logré. — Escucha Jimin, si tanto dices que no somos nada entonces haz lo que quieras — no, por favor no — Después de todo te diré que aunque Taemin no sea un Íncubo, tiene una personalidad que esconde que puede llegar a ser el reflejo mismo de un Íncubo en forma de humano. Me quedé anonadado frente a sus palabras y cuando quería detenerlo para evitar que se fuera dejándome solo. Sus cortantes palabras me lo impidieron. — Nos vemos luego — dijo él para luego seguir su camino por el lado contrario del pasillo, dejándome solo. Donde poco a poco iba sintiendo que una fisura estaba comenzando a formarse entre nosotros.

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Capitulo 32 Esto es horrible, odio que esto suceda entre nosotros, odio separarme de él y que ahora las cosas entre Yoongi y yo se estén tornando algo complicadas e incomodas por mi culpa. Desde nuestra pequeña discusión con respecto de tener que alejarme de Taemin, Yoongi ha estado actuando algo distante como si tratara de remarcar esa línea que nos separa en la que dije que no éramos nada. Pero para ser verdad deseaba en el fondo de mi corazón que fuéramos algo. Comenzaba a odiar que él se comenzara a guardar sus impulsos de querer abrazarme o besarme. Odiaba nuestra repentina distancia y yo terminaba arruinándolo pasando mucho más tiempo con Taemin, haciendo perfectamente lo que él no quería que hiciera. Un viernes al finalizar la última hora, cuando los demás comenzaban a irse de los vestidores, yo me quedé pensando cómo una hora antes le había pedido a Yoongi que nos encontráramos aquí en la piscina para hablar. Pude notar su mirada llena de indiferencia pero por más que quisiera rechazarme, no lo hizo y aceptó hablar conmigo después. Me encontraba frente a mi casillero sentando en la banca, mojado de pies a cabeza aún sin querer cambiarme de ropa, simplemente con una camiseta que comenzaba a pegarse a mi cuerpo por la humedad y pensando como enfrentaría a Yoongi en unos minutos. Después de todo estaba algo nervioso al recordar cómo me sentía cuando me miraba a los ojos, haciéndome sentir demasiado vulnerable y con tan solo un gesto o una palabra las cosas podrían terminar en otro resultado. — Jimin, ¿No vas a cambiarte? — me preguntó mi compañero del que Yoongi estaba celoso y no confiaba en él. Lo observé algo nervioso — Me tardaré un poco más, si quieres no me esperes — dije tratando de incitarlo a que se fuera para dejarme solo. Taemin llevó su mochila a su hombro y me sonrió — Está bien, nos vemos luego. — Adiós — respondí fijando mi mirada en mi casillero tratando de ocultar mi ansiedad. Justo cuando pensé que se iría, escuché que me había llamado por mi nombre — Ah Jimin, se me había olvidado preguntarte algo. — ¿Qué cosa? — pregunté algo impaciente. 215

— Me preguntaba si te gustaría ir a ver una película juntos el domingo — preguntó y al verlo al rostro, tenía una amplia sonrisa sin pizca alguna de timidez o nerviosismo. Me quedé en silencio absorto en sus palabras y no sabía si pensar que se estaba refiriendo a querer salir conmigo, así que me quedé mirándolo con algo de temor al no saber que responder o cómo reaccionar. Una vez más los sentimientos de Yoongi y míos estaban en juego. — Yo...creo que lo pensaré — fue lo único que pude responder, sin quitar aquella felicidad de sus ojos reflejada a la vez en su sonrisa. — No hay problema, envíame un mensaje cuando hayas decidido. — Está bien — sonreí levemente para luego él desaparecer por la puerta de los vestidores dejándome por fin respirar algo tranquilo. Solté un largo suspiro tratando de tranquilizarme por tal incómoda situación y me acosté sobre la banca observando el techo y sintiendo algo de frio por estar simplemente con el bañador sin secarme con una toalla. Aunque la voz de la persona que estaba tanto esperando, me sorprendió interrumpiendo mi pequeño momento de tranquilidad, — ¿Muy cómodo, Park? — le escuché decir a Yoongi asustándome un poco. Giré mi cabeza y lo encontré de pie apoyado en una pared observándome fijamente junto a una expresión neutra. ¿Cómo había llegado tan rápido? ¿Acaso se pudo encontrar a Taemin de camino? — Yoongi — él observó sus manos por un momento desviando mi mirada — Me encontré a Taemin por el camino y muy amablemente me dijo dónde estabas — dijo ahora mirándome al rostro — ¿Te hizo algo? Levanté mi espalda para quedar sentado en la banca observándolo — No. Él asintió algo pensativo — Me alegra, porque en realidad ya no me interesa lo que te suceda — confesó de una manera tan cortante que me molestó. — ¿Qué es lo que dices Yoongi? — Lo que escuchaste — respondió dándome la impresión de que el Yoongi que conocía antes había vuelto. ¿Su lado Íncubo lo estaba controlando? Me reí frente a su comentario, me negaba a creerlo — Mientes, yo sé que serias incapaz de decirlo.

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— ¿Entonces no me crees? Si escuchaste que ya lo dije — dijo a la defensiva. No me estaba gustando como las cosas iban tomando otro rumbo. No pude controlar mis impulsos y me levanté molesto para acercarme a él, retándolo con la mirada y quedando a una corta distancia del otro. Sintiendo como ambos estábamos molestos con el otro, yo temiendo que las cosas terminaran de mal en peor. — Ven — lo tomé del brazo y lo jalé bruscamente fuera de los vestidores. — ¿Qué haces? ¿A dónde me llevas? — exigía él saber, pero lo obligué a que se sentara en una de las bancas frente a la piscina. — Tú solo observa — le ordené para soltarlo del brazo y dirigirme al otro extremo de la piscina donde era la banca de salida. — ¡¿Ahora quieres que te vea nadar o qué?! — preguntó molesto elevando algo la voz para que lo escuchara. Lo observé al rostro y le sonreí quitándome la camiseta húmeda que tenía ya algo pegada al abdomen. Pude sentir ahora su ardiente mirada sobre mí recorriéndome de pies a cabeza, sabía que si hacia algo así se nos bajaría un poco la ira y tensión sexual entre nosotros se comenzaría a formar. Sabía que Yoongi lo iba a disfrutar y después de todo, la pasión que nos teníamos el uno al otro nunca iba a cambiar. Ya que fue lo primero que nos unía y nos obligaba a querer estar juntos. Arrojé la camiseta a un lado dejando mi abdomen al descubierto, me estiré un poco para poder nadar sin complicaciones y me coloqué las gafas para nadar a la vez que acomodaba un poco el gorro látex en mi cabeza ocultando mi cabello. Yoongi me observaba desde lejos con atención y ladeó su cabeza a un lado de seguro tentando a decirme algo que me hiciera sonrojar. Me coloqué en posición para salir y nuestras miradas se cruzaron tan perfectamente que me hizo suspirar y provocó una sonrisa de su parte. Traté de tranquilizarme al sentirme algo emocionado por tener toda su atención sobre mí y él se inclinó sobre su asiento apoyando sus codos sobre sus rodillas dándome toda la atención que podía ofrecerme. — Muéstrame todo lo que tengas Park — le escuché decir y una vez más aquellas palabras bastaron para impulsarme a dar un clavado en el agua. Sentí mi cuerpo entrar en contacto en el agua y no dejé de nadar en línea recta con furor y vigor, teniendo en mente al chico que me observaba. Iba sintiendo como mi

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cuerpo quemaba frente al esfuerzo, junto a mis extremidades y trataba de mantener una respiración estable. No sabía por qué pero sentía que este había sido el recorrido más largo que había tenido, ya que sentía como si el tiempo pasara más lento para mí y me diera tiempo de recordar unas cuantas cosas. Como el chico que conocí en la primavera hace muchos años. De repente recordé aquellos alegres y tranquilos días en una cálida primavera cuando reía y corría entre los arboles cuando jugaba con aquel niño de cabello negro, pálida piel, muchos más delgado que yo y sublime sonrisa que en raras ocasiones me dejaba contemplarla. Pero que en mis más tristes momentos llenos de depresión y odio hacia mí mismo, lograba hacerme sentir feliz y con una extraña calidez en mi corazón. Comenzaba a recordar las miradas inocentes que nos dedicábamos, las palabras llenas de consuelo que nos dábamos mutuamente, ambos observando el cielo y viviendo en un mundo que creamos para ambos libre de diferencias, en el que éramos uno solo. Aquello era el vivo recuerdo del primer amor que apareció en mi vida. Recordé como nuestras manos permanecieron juntas entrelazadas, como su muñeca era más delgada que la mía. Que con aquel inocente y tierno gesto cambiaron las cosas entre nosotros, sintiendo como algo me era robado de mi interior. De repente cuando iba a mitad de camino en la piscina, me sentí débil y un dolor inexplicable en mi espalda apareció. Como si algo caliente me quemara en la espalda, como si un hierro caliente pasara por mi espalda de forma vertical obligándome a tener que parar y tratar de retomar el aliento. Luchando por no ahogarme en una piscina tan honda. Mi vista era algo borrosa, pero sentí mi cuerpo hundirse por unos segundos al sentirme débil. Obligándome a tener que luchar por salir a flote, observando aquel panorama azul de toda la piscina en la que creía que estaba solo, pero pude ver que en el suelo debajo de mí había alguien más. Sentí como si pudiera escuchar voces y susurros en mi oído ahogados en el agua, lo cual me estaba comenzando a aterrar al ver a un reflejo de mí flotando con los parpados cerrados pero tenía el cabello rubio. Flotando en el fondo, tal vez inconsciente con los parpados cerrados. — ¡Jimin! — escuché el grito de Yoongi llamarme y pude escuchar que nadaba hacia mi dirección. Rápidamente logré poder moverme para salir a la superficie sintiendo como me faltaba aire en mis pulmones. Me apoyé en el carril que flotaba en el agua tratando de 218

no hundirme, Yoongi se había tirado al agua para ayudarme y decidí mirar el agua una vez más sorprendiéndome al ver que no estaba la persona que había visto inconsciente al parecer en el fondo. Me quité las gafas dejándolas colgando en mi cuello y me quité el gorro de natación sintiéndome algo aturdido por lo que había sucedió. Yoongi se había mojado la camiseta negra que llevaba junto a los shorts deportivos que vestía y se veía agotado con preocupación de saber que me había sucedido. — ¿Q-Qué sucedió? — jadeó el agotado apoyándose en el carril flotante y apartando su cabello del rostro. Yo estaba en estado de shock tratando de procesar los recuerdos que habían llegado a mi mente, tratando de pensar quién era ese niño en mis recuerdos. Aunque al sentir los brazos de Yoongi rodear mi cintura levemente acercándome a él, nuestros rostros húmedos por el agua y nuestras miradas perdidas en el otro aceleraron con fuerza mi corazón. Logrando tranquilizarme un poco. Sentía que mi pecho dolía, dolía demasiado y no podría soportar el verlo más lastimado. De repente vi tristeza en su mirada, temiendo que él dijera aquellas palabras que me dejarían en el olimpo por no poder corresponderlas. Pero cuando nuestros labios se unieron de nuevo entre respiraciones entre cortadas y besándonos en el agua tratando de no hundirnos, sentía que mis sentimientos por Yoongi comenzaban a cobrar vida en mí. Sus labios besaban los míos con dulzura sin querer dejar el anhelo atrás, nuestras lenguas moviéndose al compás de nuestros sentimientos y mordiendo con disimulo los labios del otro incitándonos a jamás detenernos. Sin embargo por tan perfecto que fuera aquel beso, sentí que algo se rompió entre nosotros en el momento que observé el rostro de Yoongi provocándome un dolor indescriptible en mí. — Y-Yoongi... ¿Por qué estás llorando? — susurré asustado y acariciando su mejilla, viendo como de sus ojos rodaban las lágrimas. Él apoyó su mano sobre la mía y por primera vez lo vi roto y triste — Estoy cansado Jimin — susurró mirándome a los ojos. Mi cuerpo comenzó a entumecerse poco a poco, sintiendo como algo comenzaba a quebrarse dentro de mí. Yo amaba a Min Yoongi, lo amaba como no tenía idea y como jamás lo había hecho en mi vida, deseaba quedarme con él por siempre. Eso era lo que yo sentía realmente en el fondo de mi corazón, pero algo me lo impedía decirlo. — Me cansé de querer esperar a que me ames Jimin — sollozó dejándome sin aire.

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Abrí los ojos sorprendiéndome por completo y me sentí débil en ese instante — ¿Por qué Yoongi? ¡¿Por qué ahora?! ¡Si tan solo todo esto ha ocurrido en tan poco tiempo! — grité desesperado. Él rió y se mordió el labio conteniendo las lágrimas, a la vez sosteniendo mi muñeca entrelazando nuestras manos — No tienes idea Jimin de cuánto tiempo he estado amándote — susurró y fue en ese momento que mi todo se vio en pedazos dejándome claro la realidad en la que Yoongi se había cansado de esperar a que lo amara. Jimin, estás cegado por la lujuria y la pasión que sólo el dolor te hará despertar. Escuché una voz en mi cabeza recordando las palabras de parte de un Íncubo mismo, en este caso que el otro lado de Yoongi me había dicho.

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Capitulo 33 —Hoseok, ¡¿A dónde me estás llevando?! — preguntaba Taehyung entre risas mientras le cubría los ojos sin dejar que se diera cuenta de donde nos encontrábamos. Me reí frente a su curiosidad y cuando ya habíamos llegado al lugar perfecto en la azotea donde se podía ver una sorprendente vista desde lo alto me había comenzado a sentir nervioso. Era una vista increíble que quería compartir con Taehyung y sentía que podría ser el momento indicado para decirle con claridad lo que siento por él. — Ya llegamos — dije para quitar mis manos de su rostro dejando que él pudiera observar el panorama. Me quedé a su lado y no pude evitar sentirme feliz al ver su maravillosa sonrisa de admiración. Este chico me había hecho sentir tantas cosas por él dese hace poco tiempo que me hacía pensar a veces que no era un ángel y sabía en el fondo que esto era algo prohibido que podría traer consecuencias en un futuro como el de perder mis alas convirtiéndome en un humano. Pero aun así deseaba quedarme a su lado. — ¡Esto es genial! ¿Cómo antes no había venido aquí? — comentó para sí mismo causándome risa. Observé las montañas de pie junto a él y no pude evitar sentirme hipnotizado por su sonrisa — Jungkook y yo venimos aquí muy seguido — comenté sin entrar en detalles. Él comprendió y su mirada se perdió en el panorama que teníamos en frente, sin embargo sentí como mi corazón latía con fuerza al tener a la persona que más amaba a mi lado, permitiéndome contemplar su rostro que transmitían miles de emociones en mí. Taehyung y yo habíamos salidos unas cuantas ocasiones los fines de semana juntos como citas informales en las que aun manteníamos nuestros sentimientos ocultos pero con cada mirada y sonrisa sabíamos que ambos sentíamos lo mismo por el otro. Observé de reojo su mano y lentamente sin poder evitarlo mi mano entró en contacto con la suya y entrelazamos nuestros dedos en un suave contacto. Él me observó sorprendido por mi repentina acción y no dejé de verlo a los ojos con intensidad. Estaba perdidamente enamorado de él, perdidamente enamorado de un humano que logró hacerme sentir vivo. Lo jalé levemente hacia mí provocando que nuestra distancia fuera más cercana y que mis impulsos por querer besarlo aumentaran. En ese momento lo noté algo nervioso 221

sin dejar de mirarme a los ojos para luego observar mis labios, para luego relamerse sus labios con nerviosismo. — Taehyung — llamé suavemente por su nombre y llevé mi mano libre a su mejilla logrando que me mirara a los ojos. Él me observó atento, inmóvil en su lugar y esperando lo que tuviera que decir. Desde el momento en que me fijé en él, desde el momento que causó un suspiro en mí y desde que acepté haberme enamorado queriendo estar a su lado; ya estaba condenado. Aunque con lo que estaba a punto de decir, me ponía un paso más en romper las reglas de lo prohibido. Había tantas cosas prohibidas para nosotros pero que el amor nos conducía a querer ir contra las reglas. — Taehyung, me enamoré de ti — dije con la voz temblando y robándole el aliento — Desde hace tiempo he estado enamorado de ti, nunca tuve el valor de decirlo o aceptarlo. Hasta que había visto tu sonrisa y había aceptado mis sentimientos — comenté recordando cuando él estaba sufriendo por mi culpa en las manos de esa chica. — Hoseok... — Así que por favor déjame estar contigo siempre y no te alejes de mi lado — él me observó a los ojos y le sonreí — Te amo Taehyung. Él me miró totalmente sorprendido y rió algo nervioso frente a mi confesión, aunque sabía lo que podría decir. — No sabes cuánto había querido escuchar eso — comentó junto a una sonrisa y la distancia entre nuestros se hizo más escasa — Yo también te amo Hoseok — susurró contra mis labios tomándome de la nuca y así permitiéndome besar sus labios, convirtiéndose en el primer beso de toda mi existencia. Él apoyó sus manos en mi nuca y yo llevé mis manos a su cintura atrayéndolo más hacia mi cuerpo. Sus labios eran suaves y delicados, que a medida que continuaba besándome dejándome sin aire, me sentía algo torpe por no saber cómo reaccionar a sus movimientos. Aunque pude dejarme llevar por nuestros sentimientos convirtiendo aquel beso en algo maravilloso. Nos separamos por la falta de aliento apoyando nuestras frentes y con la respiración algo agitada, aunque me sentía algo avergonzado. Taehyung sabia más que yo en cosas como esta y no podría pensar en lo que podría ser capaz. Nuestras miradas se cruzaron un momento y logré robarle un beso de los labios, mejor como un pequeño roce. Taehyung rió tomándome de la mano. 222

— Qué inocente eres Hoseok — comentó junto a una sonrisa. — ¿Qué? — pregunté desconcertado y avergonzado. Él negó para sí mismo — Nada, me gustas así — comentó y no pude evitar sonreírle tímidamente. En ese instante la puerta de la azotea se abrió con fuerza tomándonos por sorpresa y por reflejo ambos deshicimos el agarre de nuestras manos. Seung se encontraba en el marco de la puerta agitado y jadeando al parecer por estar corriendo, ambos lo miramos confundido y él se percató de lo que sucedía entre nosotros. — Hoseok — dijo él con la respiración entre cortada. — ¿Qué sucede? — ¿Sabes dónde podría estar Yoongi? — preguntó él preocupado y supe que algo entre Jimin y él, había ocurrido.

— ¡Yoongi! ¡Yoongi, detente! — le gritaba al peli-gris que se encontraba caminando a unos pasos de mi sin querer detenerse. Yo me encontraba algo agotado por haberlo buscado por todos los rincones del instituto y cuando había ido a nuestra habitación encontré una nota de su parte en la simplemente decía "Entrégale la carta que está en mi cama a Jimin en su cumpleaños por favor, nos vemos pronto Hoseok." Luego supe que estaba intentando abandonar el internado y me lo encontré afuera caminando hacia la salida entre el bosque. Yoongi pareció escuchar mis gritos llamando su nombre y se detuvo en el sendero que era la salida del internado, prácticamente se estaba fugando del lugar. ¿Pero qué sucedió para que decidiera irse así? Él se detuvo a mitad de camino y me miró con una frialdad que jamás habida visto, expresaba tristeza y a la vez peligro advirtiendo que no se acercaran a él. — ¿Ahora qué Hoseok? Quiero estar solo — dijo seriamente con la voz algo débil y que a la vez su mirada me ordenaba mantener distancia entre nosotros. Me quedé de pie tratando de recuperar el aliento y lo miré confundido — ¿Qué estás haciendo? — fue lo primero que logré decir. — ¿Qué crees que estoy haciendo? Me largo de aquí — dijo dándome la espalda y llevando su mochila a su hombro. 223

— ¿Por qué harías eso? — Ya me cansé de esperar Hoseok, Jimin no me ama y lo tengo claro — respondió de manera cortante y con la voz algo dolida. Sabía que había recibido el dolor del rechazo. — ¿Y qué planeas hacer? ¿Crees que él te va a amar abandonándolo de esta forma mientras sufre de dolor por ti? ¿No vas a quedarte a su lado, luchando y esperando para ganarte sus sentimientos? — comenté tratando de hacerlo entrar en razón — No seas un cobarde Min Yoongi. Después de todo no quería que él cometiera el mismo error que hice al alejarme de Taehyung causando dolor entre ambos. Aún existe la posibilidad que Jimin sienta algo por Yoongi y si lo llega a hacer, poco a poco ese sentimiento tomará fuerza y le logrará decir lo que siente. Ambos nos quedamos en silencio, yo esperando a que digiera algo de su parte. Sin embargo su escalofriante risa me dejó helado al sentir aquella imponente y peligrosa esencia que tenía un Íncubo mismo. — ¿Qué lógica tiene todo esto, sin el dolor Hoseok? — le escuché decir — Después de todo cuando comencé a jugar con Jimin en un inicio pensando que él saldría lastimado y al final como resultado las cosas tomaron otro rumbo, siendo yo el que está lastimado. — ¿Y eso que tiene... — Tal vez el dolor y el de estar separados un tiempo nos ayudé a amarnos — dijo él sorprendiéndome más por su actitud, ¿Ahora qué le sucede? — ¿Pero qué estás diciendo? Tú no quieres lastimar a Jimin, tú lo amas Yoongi, ¿Para qué quieres hacerlo sufrir? — pregunté algo molesto por las decisiones que estaba tomando y su manera de pensar sobre el dolor. — ¡Si lo hago! ¡Yo amo a Park Jimin con toda mi vida, pero el amor también conlleva dolor, Hoseok! — me gritó desesperado mirándome con tristeza y suplicio. Me quedé en silencio, sin saber cómo responder. Tenía en cierta forma razón sobre ello, a la vez que el amor podría conllevar consecuencias convirtiéndose en una de los sentimientos más difíciles y complejos que podrían existir que lograba jugar con todos los tipos de emociones que existieran. A la vez en que se convertía en algo hermoso y doloroso. En ese momento me sorprendió al ver que Yoongi tenía lágrimas en los ojos y se veía totalmente destrozado y dolido. Se limpió las lágrimas del rostro rápidamente junto a 224

un suspiro y una vez más me sorprendí al notar que estaba comenzando a tener sentimientos humanos que lo alejaban de ser un Íncubo. Aunque en realidad no sabía que la parte buena que llevaba consigo, le permitía tener compasión o sentimientos como esos. — S-Simplemente, dale esa carta a Jimin, por favor — fue su última petición para luego seguir caminando en silencio sin mirar ni decir adiós.

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Capitulo 34 —Jungkook — me llamó Hoseok en el momento que lo vi asomarse por el pasillo. Dejé de apoyar mi espalda en la habitación que compartía con Jimin y lo miré ansioso por una respuesta acerca de lo que había sucedido con Yoongi después de que Jimin lo hubiera mencionado entre sollozos cuando lo encontré en la habitación llorando. Aunque la expresión que llevaba Hoseok en su rostro me dio a entender que las cosas no habían salido tan bien, ya podía darme una idea de lo que todo esto se trataba. — ¿Qué sucedió? ¿Lo encontraste? — pregunté y él suspiró pesadamente cruzándose de brazos con una expresión de decepción en su rostro. — Si lo encontré, pero ni siquiera mi charla con él lo detuvo para irse — explicó derrotado. — ¿Se escapó? — pregunté un poco sorprendido. Conociendo a Min Yoongi, me parece algo extraño de su parte el actuar así, aunque todo esto se trata de Jimin y él. — Me dijo que no lo soportaba más, simplemente se dio por vencido. Bufé frente a sus palabras — Min Yoongi no se da por vencido tan fácilmente, simplemente está agotado Hoseok. Él sólo se agotó de esperar a Jimin y ahora consideró en alejarse a esperar a que Jimin reaccione — comenté comprendiendo la razón por la que Yoongi tomó esa decisión. — ¿Crees que funcionará? — Tal vez si pero lo que hay entre ellos dos no es sólo amor, Hoseok. Recuerda que Jimin no era un ángel común y corriente, además Yoongi sigue siendo un Íncubo después de todo — le hice recordar. Con la decisión de Yoongi al alejarse un poco, provocaría que ambos entraran en dolor y se dieran cuenta de sus verdaderos sentimientos. Jimin podría aceptar la capacidad de amar, dándose cuenta más tarde de la verdadera naturaleza que posee. A la vez que Yoongi podría regresar, pero podría llegar a ser diferente. Luego de quedarnos en silencio un rato, Hoseok rió y me miró junto a una sonrisa. Yo fruncí el ceño sin saber que le causaba gracia. — ¿Qué se te hace divertido? — pregunté algo seco. A veces me odiaba el de parecerme un poco a Yoongi. 226

— Pareces Cúpido — comentó él con un tono gracioso. — ¿Qué? — Pareces un Cúpido tratando de juntar a Jimin y Yoongi — explicó haciéndome reír. — Yo no los junté, ellos se dejaron llevar por la lujuria en un inicio que terminó en amor. Hoseok suspiró desviando la mirada por los pasillos vacíos — Sí, sí. La pasión por una persona y el amor son demasiado fuertes, que cualquiera puede caer. — ¿Cómo tú? — comenté junto a una sonrisa, refiriéndome a su relación con Taehyung. — Me refería a ti — dijo dejándome en blanco e inmóvil por su comentario. Me quedé en silencio sin saber que responder o decir, estaba en shock por su inesperado comentario que sin siquiera saber acerca de mi pasado, había acertado. La intensa mirada de Hoseok tratando de intimidarme, me hacía sentir nervioso y tenía algo de temor por ser descubierto con respecto a que no he sido un Ángel Guardián tan leal como debería ser. Después de todo en ambos mundos tanto como el cielo y el infierno existe las tentaciones. — ¿Pero qué estás diciendo? — balbuceé nervioso. Hoseok se quedó unos segundos más en silencio observándome como si ya supiera mi más profundo secreto, aunque su pregunta llena de curiosidad. Logró tranquilizarme, sacándome de sospechas. — Me pregunto si tú alguna vez caíste por un humano o alguien en algún momento, Jungkook — comentó y por supuesto que nunca estaría dispuesto a responderle. — Déjate de estupideces, yo te tengo una pregunta más seria — hice una pausa cruzándome de brazos y desafiándolo con la mirada — ¿Aún estás dispuesto a perder tus alas por Taehyung? — pregunté con un tono bastante serio y delicado. Hoseok cambió la expresión en su rostro, borrando su sonrisa — Sí, aún no he cambiado mi decisión y ahora más que nunca estoy seguro de querer hacerlo — afirmó con una total seguridad que por un momento deseé haber sido él para tener la valentía de haberme quedado tiempo atrás con el chico que amé. Sonreí levemente y apoyé mi mano en su hombro dándole apoyo — Cuando llegue ese momento, Hoseok quiero que sepas que fue un placer haber trabajado contigo — después de todo si Hoseok decide dejar su vida como un Guardián, deberé borrarle la memoria y ahora sólo yo junto a Seung seriamos los únicos que sabrían de su pasado. 227

— Gracias Jungkook — hizo una pausa — Veo que has cambiado un poco. — ¿A qué te refieres? — fruncí el ceño. Él sonrió — Creo que el querer ver la felicidad de otros, queriendo contradecir a Dios sobre el amor entre ángeles, humanos y demonios. Te hizo cambiar a ser alguien menos insensible — dijo riendo junto a la última frase. Al escuchar aquellas palabras, sentí que algo en mí se había clavado en mi corazón herido. Oculté el dolor junto a una triste sonrisa con la que demostraba que estaba de acuerdo a su pensamiento sobre mí. Sin embargo nadie en esta vida es insensible, simplemente que algunos están tan heridos que ya no sienten la necesidad de amar o el de querer mostrar sus sentimientos con mayor facilidad. Además desde un inicio aunque actuara como alguien lleno de odio y resentimiento hacia los Íncubos. Yo no puedo ser alguien que discriminase o rechace a otras personas por su verdadera naturaleza, después de todo aunque Min Yoongi no me cayera muy bien. Me había dado cuenta que nadie tuvo la culpa de que Jimin perdiera sus alas, después de todo ellos se habían enamorado y sus decisiones fueron las que provocaron aquel resultado. Hace unos meses yo fue en parte quien le dio un empujón a Yoongi para que así él demostrara sus sentimientos hacia Jimin. Aunque jamás pensé que se le ocurriría condenar a Jimin a su juego algo morboso con el objetivo de querer enamorarlo. Qué gran idea Min Yoongi. — Tal vez tengas razón Hoseok — susurré para mí mismo. — ¡Casi se me olvida! — exclamó él de repente y buscó algo entre el bolsillo de su sudadera — Toma esto — sacó un sobre blanco algo doblado y me lo entregó. Observé el sobre en mis manos — ¿Qué es esto? Oh... — no terminé la frase al ver en la parte posterior del sobre el nombre de Jimin escrito a mano. — Yoongi la dejó en su cama junto a una nota que decía que se lo diera a Jimin en su cumpleaños — explicó y no quise abrir el sobre por respeto. Aunque tenía algo de curiosidad. — El cumpleaños de Jimin ya casi se acerca, se la daré ese día — asentí obedeciendo las indicaciones que Hoseok me había dado. — ¿Se lo dirás? — preguntó él — ¿Le dirás a Jimin que Yoongi se fue de la escuela? — preguntó él. Ambos sabíamos que para Jimin podría empeorar su estado de ánimo. — No lo sé, aunque tarde o temprano se dará cuenta de que Yoongi se ha ido. 228

— Está bien, nos vemos luego Jungkook — se despidió él de repente para luego irse a su habitación. Suspiré pesadamente y tomé el pomo de la puerta para adentrarme de nuevo a la habitación que se encontraba en total silencio. Jimin se encontraba acostado en su cama entre las sabanas, al parecer se quedó dormido por haber estado llorando y rápidamente cerré la puerta para ocultar el sobre detrás de mi espalda para así guardarlo en uno de los cajones del armario entre mi ropa. Cuando terminé de asegurarme que estaba lo suficientemente oculto, me senté en mi cama apoyando mis codos en mis rodillas observando el rostro dormido de Jimin. Todos estábamos algo agitados por lo que había sucedido con ellos dos y esperábamos a que todo se mejorara un poco, aunque lo que me preocupaba ahora era la salud y estado de ánimo de Jimin. Él es alguien bastante sensible que hasta yo sabía que era capaz de volver a no comer muy bien por situaciones como esta, el amor mezclado con la tristeza hería demasiado y no eran una buena combinación. Vi que los hinchados y pequeños ojos de mi amigo se fijaron en mi — Jungkook... — susurró algo adormilado. — ¿Qué sucede? — odiaba ver a Jimin en ese estado. — ¿Qué hora es? — preguntó sin ánimos de querer tomar su celular en la mesa junto a su cama. Observé mi celular unos momentos y sabía que tenía que irme — Son las ocho. Él se quejó y cubrió su cabeza con las cobijas para así querer seguir durmiendo. Ahora esperaba que no tuviera pesadillas que lo hicieran perder el control o que le causara mayor dolor. Tomé mis cosas que aún después de todo este tiempo Jimin creía que hacia guardia en los pasillos de noche, lo cual no era cierto. Tengo deberes y cosas que hacer al ser un servidor de Dios. Aunque me sentía algo mal por dejar a mi amigo en ese estado, sin embargo sentía que él quería permanecer solo en estos momentos. — Me tengo que ir Jimin — comenté a punto de salir pero sin recibir respuesta. Me quedé allí de pie junto a su cama, observando el bulto entre las sabanas en la que Jimin de seguro estaba hecho bolita queriéndose alejar de todos. La pantalla de su celular se iluminó y disimuladamente le eché un vistazo, tenía un mensaje de un tal Taemin. Ese nombre lo he escuchado antes...creo es el chico que permanecía con un grupo de Íncubos en la escuela, a la vez que había escuchado que su madre era una Súcubo. Prácticamente hijo de una prostituta, lo cual no lo convierte en un Íncubo pero si en una persona fácil de controlar por el mal como lo eran sus compañeros. 229

Ese chico no es de fiar. Le di un leve toque a la pantalla del celular eliminando el mensaje para que Jimin no lo viera, sin que él se diera cuenta. Estaba lo suficiente adormilado. — Jimin — lo llamé y él asomó su cara entre las sabanas. — ¿Sí? Tal vez con lo que le estaba a punto de preguntar empeoraría las cosas — ¿Amas a Yoongi? — susurré tratando de ser lo más cuidadoso posible, aunque sabía que si estuviera en esa situación. Me pondría furioso y dolido, queriendo sacar a patadas al que me había hecho semejante pregunta. Sus ojos cristalinos y algo irritados por las lágrimas me observaron, él hizo una mueca de disgusto y se mordió el labio algo molesto. Tal vez tratando de contener las lágrimas. — Ahora no Jungkook — susurró débilmente con la voz algo inestable, casi un sollozo. Me sentí avergonzado y miré mis manos un momento — Lo entiendo, lo siento Jimin — tomé mi mochila y me dirigí a la puerta. Sí que soy un gran amigo y un gran idiota. Di un último vistazo a la habitación con algo de preocupación, di un suspiro y tomé el pomo de la puerta dispuesto a irme. — Buenas noches Jimin, nos vemos luego — susurré y no obtuve respuesta. Cerré la puerta detrás de mí y me dispuse a caminar por los pasillos ahora totalmente oscuros del edificio, donde supuestamente todos deberían estar durmiendo. Me dirigí hacia unas escaleras de emergencia que llevaban directamente hacia la azotea del último piso del internado, abrí la puerta algo pesada de metal y pude divisar la figura de Seung de pie en el borde del techo. De espaldas dejando a la vista sus blancas alas, con el viento chocando contra su cuerpo y observando la luna en silencio. — Ya llegaste Jungkook... — comentó él y sin tener la necesidad de voltearse, sabía que era yo. A veces Seung me acompañaba en la caza de esos demonios en la noche, remplazando a su hermano Hoseok. Aunque ellos no son hermanos de sangre. — ¿Agradable la vista? — pregunté arrojando mi mochila y quitándome la camisa que llevaba para ponerme otra camiseta para no arruinar la que llevaba cuando tenia mis alas. — Cómo no tienes idea — respondió junto a un suspiró y se volteó para observarme como me cambiaba de camiseta. Él no tenía expresión alguna en su rostro, pero sus ojos lo decían todo. 230

Terminé de vestirme ocultando mi abdomen desnudo y reí levemente apoyando mis manos en mis caderas. Él guardó sus alas por un momento. — Sí que eres un pervertido Seung — comenté con extrañeza al conocer un ángel no tan puro que digamos. — ¿Dé qué estás hablando? — exclamó junto a una sonrisa. — Vamos, no aceptaré ninguna de tus propuestas — Seung muchas veces me había estado acosando y diciéndome que hiciera yaoi con él. Lo cual al saber que significaba, me avergoncé y me negué. — ¡Pero si somos dos ángeles! No es ninguna mezcla rara — opinó él como si aquello no estuviera mal. — Seguimos siendo Guardianes y está prohibido. — Te haces el difícil Jungkook — chistó algo molesto y no podía comprender aun como es que un chico como él, con tan amble personalidad y cara bonita. Podía ser un total pervertido en el interior. — ¿Acaso te gustan los chicos? Él iba a decir algo y lo interrumpí. — Aunque no lo creo, tú lo que eres es un pervertido. — ¡Hey! — se quejó él y me reí. — Seung, recuerda que te gusta espiar a Hoseok y Taehyung. También Jimin y Yoongi, eso es enfermo — le recordé con el ceño fruncido. Eso era demasiado extraño. — Sin comentarios — dijo él evitando el tema, haciéndome reír. — Está bien, pero deja de decir esas cosas — pedí algo cansado de sus comentarios y me dirigí a su lado para observar el cielo nocturno. — Jungkook — me llamó él a mi lado y lo observé de reojo — ¿Puedo decirte algo? — ¿Qué cosa? Él suspiró y sonrió levemente mirándome directo a los ojos y apoyando su mano en mi pecho justo donde quedaba mi corazón. Sabía lo que estaba haciendo, era su habilidad. — Creo que tienes algo en tu corazón que te está atormentando desde hace mucho tiempo — dijo dejándome sin aliento y abrí los ojos apretando mis puños con fuerza. 231

Me sentí un poco molesto, pero no podía culparlo o regañarlo por haberme leído. Seung tiene la capacidad de ver hasta el más mínimo sentimiento y dolor de una persona, de esa manera puede ayudar a los humanos que custodia entre otras habilidades que posee. — Seung, ¿Por qué... — Sabes que no lo puedo evitar, además si Hoseok va a perder sus alas para quedarse en el mundo humano. Yo seré tu compañero y no quiero estar con alguien que oculta secretos que en algún momento podrán perjudicarlo a sí mismo — explicó seriamente — Sólo quiero ayudar, eso es todo. No me sentía muy bien al respecto de contarle, era doloroso recordarlo y el más decirle a alguien. Pero este secreto me ha estado ahogando desde hace bastantes años, provocando que me odiara a mí mismo por la tan poca valentía que tuve esa noche. — No sé si pueda decirlo, sentiría que he sido un hipócrita al dar un ejemplo a seguir a los demás del que soy un perfecto Guardián — expliqué con algo de temor. — Nadie es perfecto Jungkook, sólo Dios es una representación más cercana a la perfección — dijo él tratando de tranquilizarme e intentar a que hablara. Tal vez luego me sentiría un poco mejor. Tomé aire tratando de estar listo para lo que iba decir y evitar que los recuerdos dolorosos inundaran mi mente. De repente el recuerdo de cómo lo había visto suicidarse tirándose al vacío de un edificio y el de mi cobardía al haberme quedado en el aire observando como él moría frente a mis ojos. Me hizo temblar y cerré los puños con fuerza. — Me enamoré de un humano en el pasado — susurré con las palabras perdiéndose en el aire. El amor definitivamente eran muchas cosas, tanto que ni siquiera puede ser definido y describió con palabras. Aunque sé con claridad que duele demasiado como si te quemaras en el infierno. Era como estar en el cielo y en el infierno a la vez.

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Capitulo 35 ¿Pero en qué estaba pensando cuando robé esas pastillas para dormir de la enfermería? Hace unos días me desmayé en uno de los pasillos al ir a mi clase correspondiente en la hora, me había sentido demasiado débil y era consiente que no me estaba alimentado muy bien. Mis amigos me llevaron a la enfermería lo más pronto posible, ganándome miles de regaños y sermones sobre el de comer bien ya que podría poner en riesgo mi salud. Me sentía horrible no sólo físicamente, sino sentimentalmente me sentía triste, dolido, abandonado y solo. Después de todo ese día todo se empeoró al saber que Yoongi se había ido del internado, recuerdo haber estado tan encerrado y distraído en mi dolor recordando cuando él había llorado frente a mi, diciéndome que se había agotado de todo, que no me di cuenta de que Yoongi se había ido de mi lado. No tenía ganas de nada, no tenía ánimos, ni fuerzas. Sentía que todo era mi culpa y por más cliché que sonara, era como si estuviera muriendo lentamente por amor. Lo extrañaba demasiado, extrañaba sus caricias, sus miradas y sus sonrisas. Ahora simplemente me mantenía todos los días sumergido en mis pensamientos, pensando en Yoongi, queriendo escapar de todos, rechazando las invitaciones de Taemin, perdiendo el apetito y sin poder dormir muy bien por culpa del insomnio. Así que ahora aquí me encontraba con un puñado de pastillas para dormir en mi mano que robé en una enfermería pastillas de la enfermería al sentirme cansado y enojado. Yoongi me había dejado y el doloroso recuerdo de la primera vez que lo besé en aquel lugar. Me atormentaron todos los días. Me miré una vez más en el espejo del baño y lucia terrible. Observé la palma de mi mano con las pastillas y a pesar de que estuviera desesperado por dormir, no pude ser capaz de hacer algo tan estúpido como tener una sobredosis. Guardé las demás pastillas en el tarro, quedando así solo una y la coloqué en mi boca para así pasármela de golpe sin la ayuda de alguna bebida. Suspiré pesadamente apoyando mis manos en el lavamanos y decidí ir a dormir. Dejé mi celular a un lado, ignorando los mensajes de mis amigos y mi madre preguntándome si me encontraba bien. Me metí entre las sabanas protegiéndome del frio, guardé el frasco bajo la almohada y apagué la luz quedando solo entre la

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oscuridad. Cerré los ojos e imaginé que Yoongi me abrazaba por la espalda atrayéndome hacia él, transmitiéndome calor. Por un momento creí sentir alguien detrás de mi abrazándome y su respiración en mi nuca, pero al estirar el brazo entre las sabanas. Simplemente toqué el colchón y no había nadie allí. Entonces recordé que uno de los síntomas de las pastillas podrían ser alucinaciones.

— Jimin, ¿Vas a comerte eso? — preguntó Hoseok señalando mi plato totalmente intacto, ahora estábamos en la hora del almuerzo y faltaban dos horas para acabar el día. Se supone que tendría Literatura después de esto y vería a Yoongi. Empujé el plato de comida hacia él, ganándome las miradas de todos en la mesa — Comételo tú si quieres, no tengo apetito — susurré. — Jimin... — susurró Hoseok y alguien lo interrumpió. — Tú te lo vas a comer así si tenga que obligarte — exclamó Taehyung algo molesto y preocupado por mí salud. — No gracias — dije observando gris y aburrido día que había afuera por la ventana. — ¿Quieres desmayarte de nuevo? — preguntó ahora Jungkook. — No — respondí cortante. — Entonces come — dijo él moviendo el plato con comida, que simplemente me daba ganas de querer vomitar. Rodé los ojos y moví el plato — No quiero. — Jimin, ¿Te has visto en un espejo? Luces terrible, estás pálido y has adelgazado. Además practicas natación y te da mucha hambre, necesitas comer — dijo Taehyung tratando de hacerme entrar en razón, la verdad es que normalmente un ardor y un vacío indescriptible en mi estómago me pone incomodo muy seguido. Me quedé en silencio observando a mis amigos que me miraban fijamente pidiéndome que comiera, incluso obligándome a hacerlo. Eres demasiado testarudo Jimin. Me crucé de brazos observando el plato de comida, ahora de seguro frio pero simplemente no me interesaba, tenía mucha hambre y comenzaba a no poder disimularlo aún más tiempo. Tomé el tenedor entre mis manos y llevé una porción de comida a mi boca, lo cual me hizo estremecer. Ya que acabé comiéndome todo lo que tenía en el plato con una rapidez exagerada, que me dejó con nauseas al final de todo. 234

Mis amigos se encontraban algo felices y aliviados por verme comer, aunque no me estaba sintiendo del todo bien. Entonces lo que llegó a mis oídos por parte de Taehyung, me dejó indignado y en shock. Provocando que la sangre me hirviera de furia y con el impulso de salir a los baños a querer vomitar. — Jimin, tú lo que quieres es que Yoongi se preocupe de ti ¿No? — le escuché decir de repente junto a una extraña sonrisa — No te interesa lo que digamos, sólo tienes oídos para él. Tragué el último bocado de comida que tenía en mi boca y observé a Taehyung desconcertado — ¿Qué es lo que dijiste? — susurré tomándolo del hombro para llamar su atención e interrumpiendo su conversación con Hoseok. — ¿Qué? Pero si no dije nada, estaba hablando con Hoseok — explicó él confundido. — Taehyung no te hagas, me estabas mirando y me dijiste eso — dije esta vez elevando algo la voz. Todos me miraron raro como si estuviera loco. — ¿Estás bien? — rió Hoseok — Taehyung estaba hablando conmigo, Jimin — dijo él defendiendo a Taehyung. — ¿Qué es lo que dijiste Taehyung? ¿Por qué dices eso? ¡¿Qué te sucede?! — grité esta vez estando fuera de sí, todos me miraron sorprendidos y unos cuantos estudiantes me miraron al llamar su atención con mi grito. Aquella frase que escuché de sus labios, era el pensamiento egoísta que tenia de mí antes. Cuando odiaba a Yoongi, pero aquello expresaba el deseo que le tenía y me hacía enfadar. ¡Me hace enfadar que él se alejó de mí! — Jimin, ¿Estás bien? ¿A ti qué te sucede? — preguntó esta vez Seung preocupado al verme actuar de esa manera. ¿Acaso Taehyung no habló en realidad? — ¿C-cómo pueden preguntarme si estoy bien? — tartamudeé con la voz rota — ¿Acaso no lo ven? No estoy bien — sollocé levemente e intenté contenerme. Mordí mis labios con fuerza inclinándome levemente en mi asiento y temblando levemente, con los ojos cristalinos con el impulso de querer llorar. Me sentía un inútil, me sentía usado y débil. Sentía como si Yoongi me hubiera usado y me hubiera dejado, como si las cosas que había dicho sobre lo que sentía sobre mí. Había sido una vez más un simple truco para seducirme y así quedarme a su lado, donde era adicto a sus besos y sus caricias. Escuché la risa de alguien bastante familiar a mi lado haciendo temblar — Sí que eres un ingenuo Jimin, yo no te dejaría después de decirte cursilerías como esa de amarte — Yoongi se encontraba a mi lado observándome con una sonrisa y penetrándome 235

con su mirada — No sé si eres ingenuo o estúpido — comentó él ladeando su cabeza en duda y se acercó a mi oído para susurrarme algo — Sí yo hubiera deseado dejarte, lo había hecho hace tiempo— le escuché decir en un susurro provocando que un escalofrío me recorriera de pies a cabeza. — Oye, ¿Qué me ves? — preguntó alguien a la defensiva a mi lado que antes juraba que estaba allí sentado la otra personalidad de Yoongi. — ¿Jimin? Sentí que no podía respirar como si estuviera encerrado en una habitación y me quitaran la respiración, sentía que iba a colapsar por todo lo que estaba sucediendo y no lo soporté más. Me levanté de la mesa de golpe, sintiendo la mirada de todos sobre mí y salí a correr hacia los pasillos para encerrarme en los baños. Cerré la puerta con seguro sin saber si había alguien y el impulso de querer vomitar me obligó a encerrarme en uno de los cubículos. Observé el inodoro y no aguanté más, fue horrible. Sentí como las pocas energías que tenía se me iban junto a las lágrimas. Bajé la cisterna y salí del cubículo para lavarme la cara en el lavamanos, tenía la vista borrosa por las lágrimas, me dolía el estómago y mis piernas no podrían soportar el peso del dolor sobre mis hombros. No sabía por qué pero no dejaba de sollozar el nombre de Yoongi entre lágrimas como un estúpido con el corazón roto. Creo que ya había conocido el infierno en el cual Yoongi me había metido. Me observé en el sucio espejo frente a mí, controlando mi llanto al ver lo horrible que me veía llorando y decidí ir a casa al escuchar el timbre. Durante toda esa hora ignoré a Taehyung a mi lado, quien no dejaba de pasarme notas de papel preguntándome que había sucedido. Simplemente me limité a leer una y otra vez el párrafo de la historia que Yoongi había leído una vez. Creo que estaba a punto de ser el chico que se lanza del abismo, sin querer comprender y creer que el amor que le tenía por la estrella podía llegar a ser real. — ¿Podemos hablar? — me dijo Taehyung obstruyéndome el paso hacia la salida justo cuando la clase terminó. Lo cual me enojó. — No, ahora apártate — respondí seco. Definitivamente el día iba de mal en peor y estaba actuando totalmente en contra de mis principios hiriendo a mis amigos. — Jimin... — Ahora no Taehyung, quítate — dije seco y al ver que mi compañero Taemin estaba a mi lado, observándonos esperando poder salir. Sin pensarlo lo tomé de la mano para irnos a nuestra clase y salir de allí empujando a Taehyung en el camino. 236

Caminé junto a Taemin tomados de la mano, causando algo de furor por los pasillos al vernos así y lo arrastré por todo el camino. Mientras que él balbuceaba cosas para sí mismo algo confundido. Cuando supe lo que estaba haciendo, lo solté bruscamente de la mano antes de entrar a la piscina. — L-lo siento, e-estaba enojado y fue un impulso — me excusé algo apenado, ganándome una encantadora sonrisa de su parte. — No pasa nada, me tomó por sorpresa — dijo algo nervioso. — Mejor entremos, ya van a tocar la campana — dije rápidamente tratando de que la situación no se volviera más incómoda. En esa clase no fui capaz de nadar, me sentía demasiado mal y el entrenador me dejó afuera por hoy en las bancas. Aunque recibí otra nota anónima en mi casillero, que me hizo sentir peor frente a la posibilidad de que fueran otra de mis alucinaciones.

Estaba de pie frente a una casa bastante familiar de ventanas amplias. La casa de dos pisos, alta e imponente tenía las luces prendidas y pareciera como si fuera la única señal de vida en aquel lugar, ya que lo que lo rodeaba estaba consumido en el silencio. Caminé hasta la entrada al querer entrar. Tomé el pomo de la puerta y sentía una vez más como si estuviera viviendo una especie de deja vú. Adentro era una casa demasiada elegante y lujosa, con suelo de madera, cuadros de pinturas colgadas en las paredes, adornos por doquier que lo hacían ver agradable y junto a la entrada había un living bastante confortable al estar cerca del fuego de la chimenea junto a una gigantesca alfombra. En el momento que caminé sobre ese lugar, algo crujió bajo mis pies y noté que había pisado una copa rota en el suelo con champán regado por el suelo. Escuché en ese instante risas y pisadas sobre mí, en el piso de arriba. Salí corriendo hacia las escaleras, sabía que estaba alguien allí y encontré un saco negro de un traje en el piso. Escuché unos gemidos a lo lejos. Caminé lentamente por el pasillo hasta una puerta que estaba cerrada y escuché voces y gemidos adentro. Los recuerdos atacaron salvajemente mi mente y sabía que esto era una recreación de aquella noche, apoyé mi frente en la puerta cerrando los ojos y sintiéndome horrible por escuchar los gemidos de ambos adentro. — Jimin — escuché la grave voz de Yoongi llamando mi nombre y me inmovilizó por completo. Creí que los ruidos iban a ser más obscenos e incomodos, pero de repente todo quedó en silencio y poco a poco todo comenzó a oscurecerse. 237

Me quedé frente a la puerta preguntándome si todo se acabó o qué había sucedido. De repente un líquido salió por debajo de la puerta chocando contra mis zapatos y pude ver una luz naranja debajo de esta que hacia una especie de línea. Tomé el pomo de la puerta dispuesto a abrir y quedé sin aire al observar lo que estaba sucediendo. La cama de Yoongi estaba en llamas y la gasolina regada por el piso comenzaba a prenderse, él se encontraba en los pies de esta sentado inmóvil sin querer moverse. El fuego lentamente podría comenzar a consumirlo y estaba aterrado, además vi que él tenía un encendedor en sus manos. — ¡Yoongi! — exclamé con un grito desgarrador junto las lágrimas queriendo salir. Me levanté de golpe, despertándome inmediatamente de la horrible pesadilla que estaba teniendo en ese momento. Mi corazón latía demasiado rápido por el susto, estaba sudando y sabía que las pastillas contra el insomnio me estaban provocando todos estos síntomas. Tallé mis ojos dándome cuenta que era demasiado tarde y todo estaba a oscuras, no sabía qué hora era. Lluvia comenzó a caer afuera y un trueno resonó en el cielo, iluminando por un momento la habitación. Mis ojos se abrieron de terror al ver por unos cortos momentos alguien de pie en la habitación. Sentí terror, esperando que esto fuera un sueño y que todo esto terminara. Sin embargo al sentir que taparon mi boca empujándome levemente sobre mi cama, supe que no estaba solo en aquella habitación.

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Capitulo 36 Me encontraba inmóvil en mi cama, tenía mucho miedo y la fuerte lluvia afuera junto a la oscuridad de la habitación no me permitían tranquilizarme. Sentí que alguien estaba junto a mi cama de pie mirándome, pero no podía ver el rostro de aquella persona. Hasta que sentí el peso de alguien sobre mi cuerpo, sosteniéndome de las muñecas y haciendo que me quedara sin aire. Con algo de dificultad para ver, me había dado cuenta que era Yoongi. Sentí terror al sentir su mirada sobre mí, su escalofriante expresión y esa extraña sensación que me daba. Era él pero totalmente diferente, se había convertido en alguien peligroso. ¿Pero cómo había entrado en mi habitación? ¿Era el real Yoongi? Me preguntaba mentalmente, pero ahora sentía mucho miedo. Me siento asfixiado...no respiro, mi cuerpo no responde y lo siento a él de nuevo sobre mi cuerpo. Sollocé provocando que él me tapara la boca con sus bruscas manos entre la oscuridad, lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas por la reacción que él lograba sobre mí, ahora el del miedo. Su frenética respiración contra mi cuello me hizo estremecer y comenzaba a desesperarme. Traté de gritar pero él apretó mi muñeca con fuerza y su oscura mirada me paralizó, era como ver el infierno dentro de sus ojos. Sus manos comenzaron a escabullirse con destreza por debajo de mi camisa y comenzaba a acariciar mi cuerpo, me sentía aún más peor y no dejaba de llorar. Este no es el verdadero Yoongi...no lo es él. —P-por favor detente —supliqué con mi voz totalmente débil y quebrada. Escuché su profunda y suave risa que no me dejaba escapar de este sueño que ahora era real. Recorrió con sus manos mi entrepierna y me mordí los labios con fuerza. No ahora por favor. —Shhh, no llores, ambos sabemos que en el fondo de tu corazón lleno de mentiras me deseas y deseas —susurró entre la oscuridad. Apreté las sabanas con fuerza y sentí que cubría mis ojos de nuevo con ese vendaje que me hacía sentir aún más vulnerable. Era como volver a recrear los sueños eróticos que tenía con Yoongi antes de que todo esto sucediera.

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Él se acomodó de nuevo encima de mi cuerpo y sentí frío, pero rápidamente el calor de sus labios hizo que mi corazón se acelerara. Me sorprendí por el repentino contacto y me asustó aún más el hecho de que se sintiera demasiado real, el deseo que le tenía por besarlo de nuevo era demasiado fuerte. ¿Pero todo esto era real? No podía, no debía caer en la tentación, no podía dejar caerme en sus brazos porque sabía que al momento de que me atrapara me soltaría de nuevo y me dejaría caer en el infierno. En su propio infierno en el que me dejó abandonado desde su partida. En esos momentos no pude evitar corresponder al beso, obligándome a tomarlo de la nuca e introducir mi lengua en su boca. Saboreando cada centímetro de sus labios que alguna vez fueron sólo para mí y comencé a sentir aquel destructivo sentimiento de la lujuria en mi cuerpo. Entonces cuando sentía que mis oscuros deseos me estaban ganando, le pregunté algo. — ¿Qué eres? — susurré separándome de sus labios, queriendo besarlo de nuevo a ciegas. Pero sabía que él no era el Min Yoongi que amo. Sentí su macabra sonrisa cerca de mi rostro —Tú propio infierno Jimin — lo sabía. — ¿Y yo qué soy? Besó mis labios dejándome sin aire y provocando que comenzara a arder todo mi cuerpo. —Mi propio cielo en la tierra — susurró y fue en ese mismo instante que me di cuenta de que estaba perdido. Sentí de repente que una fisura apareció en mi mente, haciéndome despertar de la realidad. Esto no era real, no podía serlo ya que Yoongi se había ido. Lo que ahora sabía era que todo este tiempo en medio de mi dolor y mi tristeza, estaba lidiando con la personalidad opuesta de Yoongi. Un Íncubo despreciable y morboso que trataba de abrirme los ojos a la realidad en la que Yoongi me amaba y yo estaba ciego frente a ello. — Yoongi — susurré suavemente buscando con mi mano su mejilla y en ese momento la pesadilla que estaba viviendo se había convertido en un sueño. Porque sentí sus mejillas húmedas por las lágrimas. No sabía por qué pero sentía que ahora estaba hablando con el verdadero Yoongi. Sentí que él lentamente retiró el vendaje de mis ojos permitiéndome ver ahora su rostro iluminado con la tenue luz de la luna, la lluvia había cesado y al ver la expresión triste en su rostro llena de dolor. Provocó que mis lágrimas quisieran salir.

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— Yoongi, por favor regresa — sollocé mordiendo mis labios con fuerza tratando de no llorar — Te necesito por favor, no quiero que te alejes de mí. No quiero perderte, no quiero que tu lado malo te controle... — lo abracé del cuello atrayéndolo hacia mí — Yoongi, por favor vuelve. Quédate a mí lado — exclamé contra su cuello y sintiendo lágrimas levemente caer por mis mejillas. — ¿Por qué debería hacerlo? — preguntó él alejándome de su hombro con suavidad y me sostuvo mi rostro entre sus manos. Suspiré suavemente con un dolor punzante en el pecho. Deseaba decirle esto en persona para que me hubiera podido escuchar y se hubiera quedado a mi lado, pero ahora sentía que de alguna manera lo podría comprender y ya había aceptado mis sentimientos finalmente. — Porque te amo Min Yoongi y no quiero perderte, no de nuevo. Desde hace tiempo cuando Yoongi me observaba a los ojos y me abrazaba junto a una sonrisa, sentía que lo conocía desde hace mucho tiempo pero no lograba recordar algo que me lo permitiera. Hasta el día que nadé en la piscina y recordé la voz y sonrisa de un niño que me hacía sentir como él lo hace ahora. — Jimin, yo también te amo y te prometo que no me perderás — susurró. La luz de la habitación de repente se tornó roja como si se tratara de la Luna Roja de nuevo. Sentí pesadez en todo mi cuerpo y antes de que cerrara los ojos, me vi a mi mismo atrás de Yoongi en el fondo de la habitación observándonos fijamente. A diferencia que mi reflejo tenía el cabello rubio y ahora parecía estar despierto, ya que la otra vez lo vi en el agua flotando estaba inconsciente. Observé la sombra detrás de él y mi reflejo me sonrió al ver que me había dado cuenta que en su sombra tenía dos grandes alas como un ángel. Algo en mí había despertado.

El pitido del reloj despertador sonaba una y otra vez por toda la habitación, yo me encontraba acostado inmóvil en mi cama. Me sentía vacío y aturdido por todo lo que había sucedido, después de todo el encuentro con Yoongi anoche en mi habitación había sido un sueño también. Todo había sido un sueño dentro de otro sueño. Suspiré pesadamente pasando mis manos por mi rostro tratando de pensar en qué hacer al respecto. Busqué con mi mano las pastillas para dormir bajo mi almohada y leí los síntomas junto a todo lo que pudiera decir sobre alucinaciones o algo por el 241

estilo. Aunque sentía que mis alucinaciones eran provocadas por la otra personalidad de Yoongi. No encontré nada útil en las advertencias de uso de las pastillas y con furia lancé el tarro a algún lugar de la habitación. Apagué el maldito reloj despertador levantándome rápidamente de mi cama para sentarme en el borde de esta. Mi celular se iluminó por mensajes que me habían llegado y no me digné a querer leerlos, estaba tan distraído y perdido que no quería hablar con nadie y no sabía qué fecha era hoy, aunque sabía que era un fin de semana de nuevo. Me levanté para quedarme de pie observando la habitación sola, ya que Jungkook no estaba y recordé haber visto un reflejo de mí de pie en la pared junto a la puerta. Los recuerdos se hicieron algo borrosos y opté por seguir de largo al baño para darme una ducha. Cuando ya estaba vestido completamente y me había relajado un poco con la ayuda del agua tibia, decidí ir al cafetería para comer algo. Me dirigí a la puerta de la habitación y vi una nota de papel en el suelo que de seguro había deslizado por debajo de esta. Observé la hoja y la levanté para poder leerla. Ahora que tenía tantas alucinaciones, definitivamente no sabía si estaba loco o si lo de las notas, al parecer de un admirador secreto eran reales. "Encontrémonos en el pasillo fuera de la librería. Me gustaría decirte algo Jimin. -Taemin." Leí la nota y abrí los ojos sorprendido al ver su nombre escrito al final de la hoja. ¿Acaso Taemin todo este tiempo fue el que me dejaba notas en mi casillero? ¿Por qué él? Todas las veces que encontraba esas notas tenían mensajes positivos y llenos de admiración hacia mí, sin embargo me extrañaba que una vez antes de salir a vacaciones de invierno. Expresó sus celos por mi cercanía a Yoongi y lo que aún más era extraño era el notorio odio que ambos se tenían. Guardé la nota en mi bolsillo y abrí la puerta para dirigirme hacia el lugar en el que él me citaba. Después de todo no podía ser tan desconsiderado en dejarlo plantado, cuando en ocasiones anteriores me había negado a salir con él. Justo cuando cerré la puerta detrás de mí, Hoseok junto a Seung se encontraban hablando por el pasillo afuera de su habitación, donde de seguro habían asignado a otro estudiante por la ausencia de Yoongi. Ambos hermanos me miraron y Hoseok sonrió.

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— ¡Jimin! — me llamó con repentina emoción en su rostro y se acercó rápidamente hacia mí — ¿Cómo te sientes? ¿Estás mejor? ¿Ya la leíste? — comenzó a bombardearme con muchas preguntas y no sabía a lo que se refería. — Si me siento un poco mejor — susurré — ¿Leer qué? ¿De qué hablas? — fruncí el ceño. Hoseok y Seung se miraron entre sí como si estuvieran escondiendo algo — ¿No has leído la carta? — preguntó Hoseok. — ¿Cuál carta? Seung suspiró y yo no sabía que estaba ocurriendo — Jimin, ¿No sabes qué día es hoy? Miré a todas partes tratando de recordar algo importante, pero me era imposible. Ahora estaba concentrado en hablar con Taemin acerca de lo que me quería decir. — No — respondí y su expresión cambió a una de total decepción y preocupación. — Jimin, hoy es... — Hablamos después, me tengo que ir — lo interrumpí sin dejar que hablara — ¡Nos vemos! — rápidamente caminé por el pasillo para bajar las escaleras y caminar hasta el lugar donde divisé a Taemin de pie apoyado en una pared esperándome. Caminé lentamente hacía él por el pasillo ahora vacío, donde la mayoría de estudiantes estaban adentro de la biblioteca y uno que otro maestro caminando por los pasillos. Taemin apenas notó mi presencia, sonrió alegremente y le devolví la sonrisa con algo de timidez. — Hola — saludó él acercándose lentamente hacia mí, invadiendo mi espacio personal un poco. — Hola Taemin — devolví el saludo alejándome un poco, tratando de mantener la distancia — ¿Así que eras tú el de las notas anónimas? — pregunté yendo directo al punto, sacando la nota anterior de mi bolsillo. Él pareció avergonzarse y desvió su mirada hacia un lado — Si fui yo — confesó. — ¿Por qué? — era un detalle agradable de su parte, pero me daba algo de miedo el pensar que tuviera una obsesión conmigo o sintiera algo más por mí que sólo amistad. — Porque me gustas Jimin — dijo él tomándome por sorpresa y sentí que me tomó de la muñeca levemente, acercándome hacia él.

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Lo observé anonadado sin saber cómo responder, aunque estaba seguro de que no me gustaba esto para nada. Yo sólo tengo sentimientos hacia una sola persona y ese es Yoongi. Aunque lo que me dejó aún más desconcertado fue al sentir los labios de Taemin contra los míos. Solté la note de papel de mi mano y sin poder evitarlo, me separé de él y lo empujé con fuerza enojado por haber hecho eso. Pasé el dorso de mi mano por mi boca bruscamente queriendo retirar todo contacto que tuve con él por unos segundos. — ¡¿Qué te sucede?! — exclamé y respiré hondo tratando de no perder el control — Lo siento Taemin pero no puedo corresponder tus sentimientos, yo amo a alguien más — dije sin entrar en detalles pero al parecer él ya lo sabía. — ¿Acaso se trata de Yoongi? — ¿Cómo sabes eso? — pregunté confundido y ahora su sonrisa que no me transmitía confianza me dijo que algo ocurría con él. — Lo sabía desde un principio Jimin, todo el tiempo te he estado observando — confesó indignándome por completo. — ¿A qué te refieres con que me has estado observando todo el tiempo? Él se acercó a mi oído y me hizo estremecer por su cercanía — Estoy malditamente obsesionado contigo Jimin y estoy bastante celoso porque Yoongi te tiene sólo a ti. Y yo no puedo interponerme — susurró, ¿Acaso él sabe que Yoongi es un Íncubo? — Quiero que seas mío Jimin — sentí su mano pasar por mi cintura y la aparté rápidamente alejándome de él. — ¿Qué es lo que dices Taemin? — exclamé molesto, ahora le tenía miedo por lo que me pudiera hacer — Aléjate de mí, no quiero que me vuelvas a hablar. Y si lo haces podrías meterte en problemas — le advertí tratando de hacerle entender que Yoongi le daría una golpiza. Él rió — Vamos Jimin, ambos sabemos que él no está contigo. Además el que se meterá en problemas eres tú. — ¿Qué? El peli-negro se cruzó de brazos y me miró atentamente con una mirada oscura, si él no es un Íncubo como me dijo Yoongi. Entonces debe estar loco o es bastante malo. — Alguien te está buscando y te quiere ver muerto — susurró con un tono escalofriante haciendo que temblara de pies a cabeza — Y ella es capaz de hacer todo lo necesario para alejarte de Yoongi. 244

— ¿Quién es? — pregunté sin saber de quién hablaba. ¿Será esa Súcubo de nuevo? — La madre de Yoongi — eso fue lo suficiente para dejarme sin aire y que temiera ahora por mi vida. Me quedé en silencio sorprendido, analizando sus palabras y me negué a creerlo. No podía confiar muy bien en sus palabras, después de todo ya sabía porque Yoongi me decía que él no era de fiar. Además Yoongi jamás me habló de su madre, simplemente se veía algo decaído cuando le pregunté sobre ella y se veía que le tenía resentimiento. ¿Qué está sucediendo? Miré a Taemin con odio y sin decir nada me fui de allí a paso rápido, casi corriendo sintiendo que todo se derrumbaba a mí alrededor. Haciéndome sentir débil y desprotegido, queriendo ver a Yoongi y que me dijera que todo estaría bien. Quería que me abrazara entre sus brazos dándome su calidez, pero simplemente ahora me encontraba solo de nuevo en mi habitación sin saber que hacer al respecto de toda esta situación. Caminé hacia mi cama sintiendo la necesidad de ocultarme entre las sabanas de nuevo para llorar en silencio, queriéndome ocultar de todos. Pero entonces encontré un sobre blanco sobre esta que me sorprendió al ver mi nombre escrito en esta y con un mensaje que me hizo recordar el día especial que era hoy. Mi cumpleaños. Abrí el sobre para sacar la hoja doblabada cuidadosamente que había dentro y supe que se trataba de una carta, en primer lugar pensé que había sido Jungkook. Pero al leer las primeras líneas de la carta, no evité sentir un vacío en mi corazón junto a las ganas de llorar. "Hola Jimin, soy Yoongi. De seguro debes estar preguntándote por qué estoy escribiéndote esta carta, pero quiero decirte que el objetivo al leerla es que comprendas mis sentimientos una vez más, porque de seguro ya te habré dicho que te amo. Y me he dado cuenta de que tú no sientes lo mismo por mí, aún. Quiero también que recuerdes y comprendas lo que para mí nuestro amor significa Jimin. Porque ambos nos conocimos mucho tiempo atrás, en unas circunstancias extrañas que terminaron separándonos para encontrarnos de nuevo. Para encontrarnos de nuevo esta vez apostando en un juego algo peligroso y lleno de lujuria, que al fin y al cabo sólo esperaba que nos amaramos aún más. Jimin, eres un querubín caído del cielo ¿Lo sabias? Eres una pieza esencial que falta en el rompecabezas y tú no te das cuenta de aquello. Porque yo soy la maldad que 245

habita en tu corazón y todo comenzó cuando nos conocimos, pero no en aquel verano..." Apreté la hoja de papel entre mis manos con fuerza en el transcurso que leía sus palabras, explicando cómo nos habíamos conocido antes de niños en una primavera y pude sentir como si sus palabras fueran mis recuerdos de aquella primera vez que nos vimos y caímos en un amor inocente sin saberlo. A la vez que describía las dos personalidades que vivían con Yoongi, la de mis sueños y otra totalmente humilde y pura. Característica la cual compartíamos ambos. Mis manos temblaban al leer cada hermosa palabra y frase de la carta que me hacía sonreír entre lágrimas. "Tú simplemente no puedes ser comparado con una nube, tú eres el cielo completo, lo más hermoso que podía existir y lo más delicado que podría romper Jimin." "Jimin por favor, tú eres simplemente una obra de arte y no tenías por qué llorar por esas estupideces, tu sonrisa valía más que insultos." "Jimin, te había quitado el cielo para traerte a mi infierno. Lo siento." "Dime algo Jimin, ¿Después de enamorarnos dos veces sin decirle al otro, podríamos volver a hacerlo? ¿O simplemente consumiríamos la pasión dejando atrás los sentimientos?" Frases como esas, me hicieron sentir que el amor que le tengo es tan grande e irracional que ahora me dolía demasiado y quería estar definitivamente a su lado sin importar las consecuencias. Leí la última frase de la carta y aguanté un sollozo de mi parte, ya que por aquellas dos palabras daría todo por escucharlas siempre: "Te amo Jimin." Sostuve la carta en una de mis manos y observé un pétalo de rosa rojo en mi regazo al parecer que estaba adentro del sobre. El color rojo era intenso y poco a poco estaba comenzando a secarse, pero para mí seguía siendo una hermosa flor. Sostuve el pétalo entre mis manos y la coloqué levemente en mis labios, recordando con claridad la primavera que juntos pasamos y cuando entrelazamos nuestras manos. Ahora las cosas tomaban vida en mí y sabía que este no sería el fin, porque tenía esperanza de volver a verlo de nuevo. — Jimin, al parecer fuiste el ángel que cayó por un demonio — susurré para mí mismo y sonreí. Después de todo, en este mundo existen muchas cosas que creemos que no son reales pero todo es posible y el amor también es una de ellas. 246

Capitulo 37 Las luces de la discoteca me impedían ver a las personas que me rodeaban quienes bailaban al ritmo de la música a todo volumen. Mis amigos me habían traído a la ciudad para festejar mi cumpleaños en un pub subterráneo donde estaba bastante lleno de gente y la mayoría ya estaba ebrios. Incluyéndome ya que Seung junto a Taehyung me daban bebidas cada vez que podían. Los cinco nos encontrábamos en el centro del salón donde todos estaban bailando y prácticamente era una noche de sólo amigos, celebrando mi cumpleaños en el cual los únicos que estaban disfrutando eran ellos. Yo simplemente estaba siendo víctima del alcohol en mi sistema que me mantenía despierto y sonriente, aunque por dentro me estaba quebrando de dolor y tristeza. Hoseok y Taehyung no dejaban de estar bailando juntos demasiado cerca, ya con el alcohol afectándoles por la necesidad de querer interpretar una película porno en frente de todo el mundo. Aunque Seung al parecer no le molestaba porque lo veía bastante interesado en el asunto. Jungkook era el único sobrio y en todos sus sentidos, ya que se había negado a beber desde un inicio diciendo que no tenía la necesidad de tomar para estar disfrutando la noche. La nueva parejita al parecer bastante caliente, comenzó a besarse y de inmediato se ganaron unas cuantas miradas de odio y desprecio por parte de algunos de seguro homofóbicos que estaban bailando. Seung, Jungkook y yo dejamos de bailar mirándolos a ellos queriendo detenerlos para evitar insultos y peleas. Estábamos en una discoteca normal porque no quise que me llevaran a un pub gay, sabía que terminaría muy mal estando ebrio y cualquier extraño se aprovecharía de mí. Aunque preferiría que ese extraño fuera Yoongi...maldición lo extraño demasiado. Jungkook tocó el hombro de Hoseok para llamar su atención — Oigan, no quiero interrumpirles el momento. Pero recuerden que estamos en público — le escuché decir con la voz lo suficientemente alta para que lo escucharan. Ellos parecieron comprender y dejaron su escenita para después — Lo siento — se disculpó mi amigo con una sonrisa pícara pero sin dejar de ver a Hoseok a los ojos. Ver como mi mejor amigo estaba enamorado y feliz junto a la persona que amó durante bastante tiempo que ahora era su pareja. Me dejaba fuera de lugar y me sentía demasiado celoso por la culpa del no tener a Yoongi a mi lado. 247

Seung al parecer notó que estaba viéndolos a ellos dos y tal vez tenía una expresión de tristeza mezclada con envidia — ¿Qué sucede Jimin? — me llamó él dándome un leve codazo. Suspiré y aparté la mirada, de nuevo ellos se volvieron a unir con nosotros para bailar. Sin embargo la mirada interesada de Seung no me dejaba tranquilo. — No pasa nada — susurré. — ¡¿Qué?! — gritó él acercándose a mí para poder escucharme. — ¡No sucede nada! — respondí alzando la voz y en esos momentos sentí una botella de cerveza en mi mano. — Entonces sigue disfrutando de tu cumpleaños Jimin — exclamó emocionado y no dejaba de lado aquella mirada llena de emoción y felicidad repentina. Jungkook lo reprochaba con la mirada y no podía dejar de pensar como este chico era tan diferente a lo que aparentaba. Chisté fastidiado y llevé la botella a mis labios ayudándome a mí mismo ahora a querer olvidar este dolor que le tengo a Yoongi por esta noche. Observé a Seung quien hablaba con Jungkook y fruncí el ceño al recordar lo que hace tiempo sucedió en Navidad cuando Irene trató de asesinar a Taehyung. Además de que me enterara que Hoseok era un ángel. — Seung, ¿Eres un ángel? — pregunté directamente con las palabras arrastradas y provocando que él riera. Jungkook tenía una expresión de seriedad en su rostro. — ¿Por qué la pregunta tan inesperada de repente Jimin? — dijo Seung sin responderme. Me encogí de hombros — Estaba recordando que vi las alas de Hoseok pero jamás me pregunté si tú siendo su hermano eres un ángel — creo que ya me veía como un temible ebrio a quienes todos les da risa. — Sí, soy un ángel Jimin. Creo que ya no es algo que deba sorprenderte — comentó acertando en la verdad, después de todo ya existían muchas cosas extrañas en este mundo que no me sorprendía del todo. Asentí — ¿Entonces puedes probar los vicios de los humanos? — pregunté con la curiosidad ganándome, quería saber un poco más sobre los ángeles. Jungkook y Seung se miraron entre ellos unos segundos — Si, es parte de nuestro trabajo incorporarnos con el mundo humano.

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— ¿Puedes enamorarte? — pregunté está vez como un tema algo delicado, según la carta que me dejó Yoongi decía que un ángel perdía sus alas al enamorarse. Seung sonrió — Sí podemos, pero no deberíamos hacerlo — aclaró mirando esta vez a Jungkook directamente y este le devolvió una mirada de enojo — Aunque existen las excepciones — comentó arqueando una ceja y sonriendo levemente mirando a Jungkook como si supieran de lo que estaban hablando. Eso significa que si es cierto, entonces Hoseok podría perder sus alas por Taehyung ¿No?. Creo que estoy algo lento con todo esto por no darme cuenta de lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Las luces del lugar me dieron algo de mareo en ese instante y tuve que apoyarme en una de las columnas que habían allí entre la gente para no caerme. Pude notar que Hoseok y Taehyung continuaron besándose de nuevo sin que nadie los parara y Jungkook les gritó para que detuvieran su ataque hormonal. — Oigan, ¿Por qué no consiguen un motel mejor? — comentó con un tono de burla Seung y ninguno esperó que Taehyung le siguiera el juego o mejor que aceptara la sugerencia. — Entonces vámonos Hoseok — dijo mi amigo totalmente ebrio y tomó de la mano al castaño, quien lo miró sorprendido. — Esperen, ¿En serio? — exclamaron Jungkook y Seung al unísono. — ¿Estás hablando en serio? — preguntó ahora Hoseok indignado viendo a su novio con algo de vergüenza. Taehyung no dejaba de sonreír como un idiota. En ese momento me sentí algo agotado del ambiente y decidí alejarme entre la multitud sin que ellos se dieran cuenta para buscar algún sitio con aire fresco o por lo menos despejado de gente. Caminé entre la multitud subiendo por unas escaleras que conducían a un pasillo por donde estaban los baños y atravesé el pasillo encontrándome una con otra pareja besándose. Observé el lugar y había un letrero que indicaba la salida sobre una puerta que estaba cerrada. Sin pensarlo me acerqué a esta y en cambio de ser la salida era una especie de habitación amplia con paredes blancas totalmente vacía con otra puerta en el extremo de la habitación, supongo que la salida al callejón. Suspiré aliviado y me encerré para luego dejarme caer agotado en el suelo apoyando mi espalda con la puerta. Quería estar solo y extrañamente este lugar estaba desolado, lo cual para mí era bueno, aunque el cuarto estaba totalmente pintado de una luz purpura y la música aún se escuchaba pero en un sonido ahogado y lejano. 249

Apoyé mi cabeza hacia atrás dejando la botella de cerveza a un lado y de inmediato me sentí terrible por haber tenido un ataque de envidia y celos allá abajo. Esa noche no era la mejor para mí, mi mente no dejaba de darle vueltas a la carta que Yoongi había escrito junto aquellas hermosas palabras, no dejaba de recordarlo a él, recordar nuestros momentos y de querer llorar en silencio por no tenerlo a mi lado. Tenía un sabor amargo en la boca junto a al dolor del abandono y la soledad, no me importaba ahora mi cumpleaños. Sólo quería verlo a él y poder decirle de una vez por todas que lo amo tratando de que se quede a mi lado y remediar mi error de no ver lo que realmente él sentía por mí. Mordí mis labios conteniendo las lágrimas, cuando vi a Hoseok y Taehyung besándose y estando juntos no pude evitar comparar lo que Yoongi provocaba en mí y sentí como si me hubiera visto a mí mismo besando a Yoongi frente a mis ojos. El dolor era tanto que hasta seguía imaginándome cosas como esa por la necesidad de verlo y sentirlo de nuevo. Me limpié las pocas lágrimas que habían escapado de mis ojos con el dorso de mi mano y saqué del bolsillo de mi chaqueta la carta que horas antes había leído. La llevé todo este tiempo conmigo como si lo tuviera a él conmigo y al ver el sobre blanco de nuevo me pregunté si esta sería la última vez que tendría algo relacionado con él. Suspiré de nuevo con melancolía en aquella noche — Yoongi, tengo tantas cosas que quiero decirte — sollocé para mí mismo y cuando estaba a punto de seguir hablando para mí mismo en aquella oscuridad llena de dolor. Alguien se me adelantó. — ¿Cómo qué cosas Jimin? — levanté la mirada al escuchar su voz fuerte y clara haciendo eco en la habitación. Abrí los ojos sorprendido al verlo allí de pie junto a la otra puerta, observándome fijamente, con seriedad en su rostro y vestido con una chaqueta de cuero, con el cabello teñido de negro dándome otra impresión totalmente nueva. — ¿Yoongi, eres tú? — exclamé sin creer que él estaba allí, anteriormente he estado alucinando con la otra personalidad de Yoongi y este tenía el cabello negro. Él ladeó su cabeza a un lado — Sí. — ¿Eres real? — susurré con algo de miedo y guardé delicadamente la carta en mi chaqueta de nuevo sin dejar de mirarlo. Yoongi rió por mi reacción y agachó la mirada pasando su mano por su nuca — Supongo que la has pasado mal como para alucinar conmigo — comentó ahora enfrentando sus ojos con los míos — Pero si soy yo Jimin, simplemente me teñí el 250

cabello a mi color natural — explicó mordiéndose el labio inferior sin cuidado y mi corazón latió con fuerza, esta vez por el amor y deseo que le tenía. — ¿Cómo llegaste aquí? — me levanté del suelo apoyándome en la pared manteniendo nuestra dolorosa distancia, ambos sin dejar de mirarnos con atención. Él hizo una mueca y dejó sus manos a ambos lados de sus caderas, fue cuando pude notar que tenía los nudillos lastimados. ¿Qué le sucedió? — Me metí en una pelea con unos idiotas y no tenía ganas de hacerme más daño, así que me metí en la primera puerta que encontré — explicó él dando unos cuantos pasos hacia mi como si hubiera notado mi preocupación — Aunque no esperaba con encontrarme con un chico tan apuesto como tú solo en un lugar como este — comentó y no pude evitar sonreír levemente. Su lado seductor junto los piropos no se le va nunca. — ¿Pero tenías la intención de verme de nuevo? — pregunté acercándome a él y ambos quedando frente a frente de pie en medio de la habitación. Suspiró ocultando sus manos en sus bolsillos — Sí — respondió sinceramente — No sabes cuantas ganas tenía de verte y cuanto he estado sufriendo por ti — dijo como si tratara de culparme por su delirio junto a una mirada traviesa, pero ambos éramos culpables del dolor del otro. Relamí mis labios y le sonreí sabiendo que esos pequeños gestos lo provocaban — Eso debería decir Yoongi, no sabes tampoco cuanto dolor pasé por ti. Tanto que ya logré abrir los ojos para saber lo que en verdad siento — dije dando unos pasos más hacia él, quedando aún más cerca que antes. — ¿Cómo qué es lo que en verdad sientes Park? — quiso saber arqueando una ceja curioso y haciéndome delirar por ver lo tan apuesto que se veía con el cabello de ese color y al ver de nuevo cada una de sus perfectas facciones. Lo tomé del brazo sacando lentamente su mano de su bolsillo y entrelazarla con la mía. Yoongi no dejaba de estar atento a cada uno de mis movimientos, como si esperara en algún momento perdiéramos juntos el control de nuestras acciones como antes. Ambos deseábamos eso y lo sabíamos, a la vez que ambos sabíamos perfectamente lo que sentíamos por el otro. — Tú sabes lo que siento ahora Min — susurré acortando la distancia entre nosotros y llevando su mano a mi pecho, sintiendo así él los incontrolables latidos de mi corazón por tenerlo cerca y no por el simple sentimiento de la excitación — Tú mismo lo dijiste en la carta — susurré ahora contra sus labios — Te amo Yoongi — jadeé y cerré los ojos — Y daría hasta mi alma para quedarme contigo, te amo — fue cuando 251

besé sus delicados labios, logrando revivir una infinidad de emociones dentro de nosotros. Yoongi al instante sin contenerse más pasó sus manos por mi cintura atrayéndome hacia él e introduciendo su lengua en mi boca con destreza y rapidez mientras mis manos recorrían su espalda. En ese mismo instante estaba consciente de que el dolor se había disminuido, estaba consiente que esto era real y él estaba de nuevo a mi lado. Aunque ahora estábamos sufriendo por el dolor que causaba el antiguo deseo de la lujuria que ha sido nuestra manzana del paraíso y del pecado desde el inicio de nuestra propia historia.

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Capitulo 38 Me encontraba a mitad de la calle, en shock inmóvil de pie observándolo a él en suelo inconsciente con vidrios rotos alrededor de su cuerpo. Todos los autos se habían detenido, las personas miraban sorprendidas preguntándose lo que había sucedido y mi tiempo junto a mi corazón se detuvieron. Dando paso a las lágrimas y el miedo. Todas las personas de alrededor esperaban a que alguien reaccionara a ayudarlo. Me hirvió la sangre al ver al conductor del auto que chocó con él y corriendo le di un puño en el rostro con fuerza, absorto en preocupación y dolor. Corrí preocupado hacia él y lo observé con la vista borrosa por las lágrimas. Sus parpados estaban cerrados, tenía moretones y rasguños en su rostro que me rompían aún más el corazón. Mi respiración se hizo aún más frenética cuando lo llamaba por su nombre tratando de despertarlo pero era en vano. Acaricié su cabello suavemente y sollocé asustado, fue cuando escuché las ambulancias a lo lejos acercándose a nosotros. En ese momento estaba consumido en el terror y el dolor de perderlo. — Por favor despierta — sollocé con la voz quebrada y besando su frente, recordando como minutos antes ambos estábamos bien.

— Te amo Jimin — gimió Yoongi contra mis labios sin poder dejar de besarme con intensidad y pasión como siempre. Él me mantenía entre sus brazos con fuerza como si al soltarme me podría perder de nuevo. Aun así el intenso momento por el que estábamos pasando, me dejaba sin aire con el cuerpo hirviendo y sin querer pasar un segundo menos sin estar junto a él. Tal vez esta era nuestra reconciliación y estábamos siendo consumidos por la necesidad de querer encontrarnos piel a piel de nuevo. Incliné la cabeza hacia atrás levemente en el momento que sentí sus labios entrar en contacto con mi cuello, mordiendo y queriendo dejar marcas de nuevo en este. Apreté con fuerza sus brazos que me sostenían de la cintura y comencé a balancearnos de un lado a otro, mientras que él me empujó para tenerme atrapado contra una pared.

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— Yoongi, ah... — traté de decir algo pero al sentir sus manos pasando por debajo de mi camisa tocando mi abdomen dejando un ardiente contacto, me lo impidieron. Él me besó de nuevo mordiendo mi labio inferior suavemente provocando un gemido más fuerte de mi parte. Fijó sus manos en mis caderas apretando levemente hasta llegar a mi trasero y sentí que me levantó levemente, para así como instinto lograr subir mis piernas para enroscarlas en sus caderas y que me tuviera aprisionado contra la pared, besándonos entre aquella luz morada que hacía más interesante la situación. Pasé mis manos por su nuca para acercarlo más a mí y no dejábamos de quedarnos con falta de aire por querer besarnos cada segundo disfrutando al otro aún más. Yoongi recorría sus manos desde mi espalda hasta mi trasero, dándome un pellizco que me dolió pero que al parecer le causaba gracia al cortar el beso junto a una exquisita sonrisa. — ¡Auch! — me quejé con el ceño fruncido y me pareció demasiado sexy al verlo sonreír con aquel toque lujurioso en sus ojos junto al cabello teñido de negro — Te ves malditamente sexy con ese nuevo color de cabello — comenté tomando un mechón de su cabello y él me dejó de nuevo en el suelo con delicadeza. Él se relamió los labios de seguro con mi saliva en ellos — Tú siempre has sido malditamente sexy Jimin, desde la primera vez que te vi sonreír — susurró contra mis labios y jalé levemente de su cabello para levantar su mentón, logrando una interacción entre nosotros demasiado intensa y provocativa. — Me estás volviendo loco Min — canturreé tratando de recuperar el aliento que él me robaba. Su suave risa junto a su mano acariciando mi muñeca me parecía un gesto demasiado sublime y tierno que él tenía. Aunque las intenciones que ambos teníamos en ese momento le quitaban lo inocente y tierno a nuestro encuentro. Vi de reojo su mano en mi mejilla con sus nudillos lastimados y rojos por estar en peleas callejeras estos días. La idea de un Min Yoongi malo y rudo que mantenía una expresión fría y seria mientras caminaba por las calles con ropa negra, mientras su mente lo torturaba al recordar nuestros momentos juntos. Sería algo que me encantaría ver. Mi corazón latió con fuerza al ver que me miraba en silencio mordiéndose el labio como si me estuviera contemplando en silencio y recordé la frase que me dijo una vez. — Eres una pieza de arte que no puedo tocar — cité sus palabras que una vez me dijo y él mostró una sonrisa traviesa — Eso dijiste una vez de mí, ¿No Yoongi? — ¿A qué quieres llegar Jimin? — susurró recorriendo con su nariz mi cuello. 254

Lo tomé de la muñeca y lo empujé esta vez quedando él contra la pared y sosteniéndolo con sus manos arriba de su cabeza apoyadas contra la pared, nuestras manos a la vez entrelazadas juntas. — Quiero que rompas esa regla en este momento — ordené sonando algo ansioso y dándole una indirecta de lo que quería hacer en este momento. Aunque hubiera estado bebiendo casi toda la noche, estaba seguro que Yoongi estaba aquí conmigo, me había besado y estaba seguro de que tenía una erección ahora mismo por su culpa. Él rió — Estás borracho Jimin, sería aprovecharme de ti — comentó burlón haciéndose el difícil. — Si te digo que lo hagas, no es aprovecharse de mí — le contradije junto a una sonrisa. — Sí que eres un pervertido en estas situaciones — jadeó mordiéndose el labio, odio que haga eso — Pero me gusta — dio un suave beso a mis labios y lo solté de las manos para así él querer empujarme pero no se lo permití. — Espera. — ¿Qué sucede? — preguntó confundido y le dediqué una sonrisa para nada inocente. Yoongi me hace romper mis propios principios, hasta el punto de querer cumplir los sueños nocturnos que tenía con él y decirle miles de cosas sucias al oído asegurándome de que sea sólo mío. Bajé mi mano hasta su pantalón — Voy a romper la regla que creaste tú pero contigo — susurré tocando su notable erección por encima de la tela, provocando que gimiera. Me miró absorto en mis palabras y bajé con delicadeza sus pantalones junto a sus boxers besando su mejilla sin que se diera cuenta. En el momento que acaricié sus muslos mirándolo a los ojos y me arrodillaba, lo noté nervioso o más bien ansioso por él estar jugando con sus labios sin saber cómo reaccionar. Reí consumido en la lascivia y le guiñé un ojo — Tranquilo te llevaré al cielo después de esto. Escuché un gemido de su parte a la vez que cerraba sus ojos y apoyaba su cabeza en la pared — J-Jimin. Me reí de mi propia morbosidad y me sorprendí de mí mismo, sentía como si Yoongi y yo hubiéramos intercambiado personalidades. Aunque todo este tiempo he llevado una parte Íncubo dentro de mí al parecer.

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— Creo que he sido un ángel bastante malo, ¿No Yoongi? — susurré queriendo provocarlo. Gimió de nuevo — ¡Maldición Jimin, deja de decir esas cosas! — jadeó ahora consumido en el placer que le daba de mi parte. En ese momento la habitación para nosotros se había convertido en un lugar estrecho y pequeño, donde sólo cabíamos los dos quedándonos sin aire por el calor de nuestros gemidos, el sonido de nuestros labios besándose y nuestras caricias. Ambos sonriéndonos al hacer una travesura y por la felicidad de vernos de nuevo, con el alcohol y la adrenalina recorriendo por mis venas. Luego de mi primer movimiento, ambos nos encontrábamos en el duro suelo que no nos interesaba ni el lugar, la situación o si hubiera gente que bailaba afuera al ritmo de la música que se escuchaba en un ahogado sonido. Yoongi estaba sobre mí besando con descontrol mi cuello dejando chupetones, ambos sin camisa y yo movía mis caderas contra su pantalón simulando una embestida aunque no habíamos llegado a ese punto. Mi vista era algo borrosa y tenía la respiración agitada a causa de los fuertes sentimientos que provocaba en mí. Giré mi cabeza a un lado para ver la otra puerta de la habitación y reí frente a la posibilidad de que entrara alguien. Lo cual desgraciadamente sucedió en un parpadeo pero lo que me sorprendió fue al ver que el intruso era Taemin y que sólo había logrado vernos unos cortos segundos. — Yoongi — lo llamé a él algo más consciente de lo que había visto, la puerta estaba cerrada de nuevo. Juraba que lo había visto a él asomado por la puerta un momento. — ¿Mmmh? — su mano bajó a mi pantalón y lo detuve. — Alguien nos vio — comenté algo confundido y lo miré asustado ahora con él con el cabello algo sudado pegado al rostro. — ¿Qué? ¿Hablas en serio? — exclamó sin creerme, de seguro porque aún estaba algo ebrio. — Si. Él suspiró y de repente toda la pasión entre nosotros se acabó por la incomodidad y la duda de que alguien nos estaba viendo. Y no era cualquier persona, era Taemin. Él se sentó en el suelo algo pensativo aun dejando al descubierto su perfecto torso de tez blanca y delicada como la porcelana. Él comenzó a colocarse su camiseta junto a su chaqueta acomodando su cabello y su ropa. Me coloqué mi camiseta al sentirme expuesto. 256

— Me tengo que ir — dijo de la nada dejándome totalmente indignado. — ¿Qué? Yoongi me dio una mirada llena de preocupación como si tuviera miedo de algo — Me tengo que ir Jimin, no puedo estar contigo aún — explicó provocando que la sangre me hirviera de furia. — ¿Qué acabas de decir? — exigí saber molesto. — Lo siento — susurró apenado y fruncí el ceño. — ¡¿Lo sientes?! ¡¿Qué estás diciendo Yoongi?! Te fuiste sin decir adiós, ni darme una explicación — grité con fuerza — ¡No sabes cuánto sufrí al odiarme a mí mismo por haberte herido! Y cuando te digo lo que en verdad siento y que te amo, ¿Me dejas? Sentí las lágrimas rodar por mis mejillas sin mi permiso por sus palabras que me hacían pensar si no me amaba o en definitiva era un Íncubo frio e insensible. Eso debe ser, después de todo Yoongi sigue siendo un despiadado demonio que hace sufrir a los demás. — Jimin, por favor no llores — susurró con la voz débil y acercándose a mí, aunque no se lo permití al fulminarlo con la mirada. — ¿Por qué lo haces Yoongi? — sollocé tratando de controlar mis lágrimas. Él me veía con dolor e impotencia. — Jimin, ella te hará daño. Mi madre quiere herirte y apartarme de ti, te hará daño si se entera que estoy contigo y te encontrará — explicó con un tono lleno de rencor y odio hacia ella — Ahora estoy siendo constantemente vigilado y podrían saber dónde estoy. — Yoongi — ¿Taemin estaría involucrado en esto también? Él nos ha estado observando todo el tiempo en la escuela y conoce muchas cosas sobre mí. — Jimin, te amo y por eso no quiero que te lastimen — sentí sus brazos rodearme para atraerme hacia su pecho y logré calmar mi llanto — No soportaría perderte de nuevo, por favor confía en mí — sostuvo mi rostro entre sus manos y limpió con su dedo pulgar mis lágrimas — Pensaré en algo para quedarme contigo, te lo prometo Jimin. No dije nada y dejé que me abrazara con fuerza contra su pecho, sintiendo como su corazón latía con fuerza pero el mío parecía estar congelado de nuevo. Sentía desesperación por ver que se tenía que ir y me dejaría solo de nuevo, deseaba estar con él más que nada en el mundo. Pero sabía que también quería protegerme. 257

Los minutos que pasamos juntos abrazados para mí parecieron segundos. Se separó de mí dándome un beso en la frente y sin saberlo ahora me encontraba solo en aquella habitación. Llorando en silencio como si Yoongi jamás hubiera estado allí. Se fue por la puerta por donde había llegado y me quedé inmóvil sentando en el suelo con la espalda apoyada en la pared, sintiendo como me quedaba vacío por dentro y el amor que le tenía me rompía el alma. Observé la botella de cerveza que había dejado a un lado y de rabia la arrojé a un lado de la habitación provocando que se rompiera. Suspiré pesadamente tratando de pensar en qué hacer, entonces fue cuando mis impulsos de no querer dejarlo ir me obligaron a ponerme de pie y salir a correr por aquella puerta para buscarlo. Corrí por el callejón oscuro que daba a la calle principal por el ruido de los autos y las luces. Si tan sólo se había ido sin decirme nada, por lo menos quería encontrarlo y decirle que lo amaba. El frío entró en contacto con mi piel incomodándome un poco. Antes en aquella habitación sentía que hacía mucho calor y aquí afuera estaba aún pasando el frio pero por lo menos no estaba nevando. Caminé por la cera donde habían unas cuantas personas caminando y en el momento que decidí mirar hacia el otro lado de la calle lo vi. Yoongi se encontraba de pie junto al semáforo, observando el suelo distraído y no evité soltar un grito para llamar su atención — ¡Yoongi! Él pareció sorprenderse y sus ojos se fijaron en los míos, lográndome sacar una sonrisa con la nariz roja por el frio. Debí haber traído la bufanda que él me regaló en Navidad, aunque por las noches la ocupaba entre mis brazos para dormir. Caminé por las líneas blancas de la calle que permitían cruzar la calle y no tuve el cuidado de ver la señal que prohibía cruzar la calle. Estaba demasiado absorto en sus ojos, ambos absortos en nuestro propio mundo que me hacía sentir un poco mejor. Hasta que escuché su desgarrador grito. — ¡Jimin cuidado! — en ese instante vi de reojo un auto acercarse a mí y la mirada llena de terror de Yoongi sobre mí.

Los paramédicos llegaron en cuestión de minutos y yo no dejaba de llorar asustado al ver a Jimin inmovilizado en una camilla en la ambulancia, con una mascarilla de oxígeno y tres personas atendiéndolo. No podía dejar de llorar al recordar como minutos antes lo vi a él desangrándose en el suelo con el rostro herido y lastimado, sabiendo que segundos antes estaba sonriendo felizmente al verme. 258

Me subí a la ambulancia diciéndoles a los paramédicos que iba con él y me senté a un lado de la camilla a su lado. Me limpié las lágrimas del rostro y tomé su mano que estaba helada, haciéndome sollozar suavemente. Besé el dorso de su mano y mi corazón estaba al borde de destrozarse por las miles de emociones que había dentro de mí. Cerré los ojos apoyando su mano contra mi frente, sintiendo que la ambulancia iba rumbo al hospital y deseé que todo estuviera bien. Deseaba poder decirle una vez más que lo amaba.

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Capitulo 39 — ¿Parientes de Park Jimin? — llamó un hombre vestido de bata blanca que se asomó en el pasillo de la sala de espera. Justo en el momento que escuché su nombre, me levanté de mi asiento y corrí hacia él de querer saber cómo se encontraba. Había estado esperando toda la noche en el hospital, sentado en una de las sillas con los nervios de punta y tratando de no sollozar en público por la angustia. Ya casi iba a amanecer y las enfermeras que se encontraban de turno no dejaban de verme con algo de lastima. — ¿Cómo se encuentra? — pregunté con un nudo en la garganta al ver su expresión llena de seriedad. El hombre miró sobre mi hombro tratando de buscar a alguien más — ¿No se encuentran los padres del paciente? — preguntó y se me fue la respiración al sentir como si el doctor estuviera por decir una noticia demasiado mala. Suspiré fastidiado por el cansancio — Soy su novio, no sé cómo contactar a sus padres — expliqué rápidamente — ¿Me puede decir por lo menos que está bien? — exigí saber con los puños apretándolos con fuerza y con un escalofrío recorriendo mi espalda. El doctor suspiró y se acomodó los lentes que llevaba — Es un chico con mucha suerte, acabó de salir de cirugía y ahora se encuentra estable. Si el hombre que iba conduciendo no hubiera reducido la velocidad antes de tiempo, él no estaría vivo — explicó con cierto asombro y yo pude respirar finalmente con algo de paz, sintiendo mi corazón de nuevo. Suspiré y me cubrí el rostro con mis manos ahora algo tranquilo. Después de todo Jimin siempre ha estado protegido, aunque en el pasado fuera incluso un ángel. — ¿Cuándo lo podré ver? — pregunté con la esperanza de estar allí para acompañarlo. El doctor se negó — Aun no puede verlo, debe descansar. Luego le avisaré cuando puede visitarlo. No dije nada al estar algo desilusionado y el doctor me guió hasta un cuarto por el pasillo donde una enfermera me entregó al parecer las pertenencias que Jimin traía consigo. La mujer me dio su celular y cuando vi que sostenía en sus manos un sobre blanco algo arrugado y rasgado, me congelé al instante. 260

Tomé el sobre con un cordel delgado alrededor de este con las manos temblorosas y lo observé. Sentí un dolor profundo en mí al recordar nuestra niñez, al recordar mi triste niñez cuando lloraba pidiendo verlo de nuevo y las palabras en esa carta que expresaban el amor tan puro y verdadero que le tengo. Ahora nuestra verdadera naturaleza en ambos había despertado y ahora aquello no era un obstáculo, ahora simplemente le deseaba por el hecho de que lo amaba. Estaba seguro de que ambos queríamos pasar el resto de nuestras vidas juntos y él ya había despertado del sueño de lujuria en el que estaba dormido. Ahora el problema era la mujer que se hacía llamar mi madre. Levanté la mirada y miré al doctor — ¿Puedo saber por lo menos dónde está? — insistí de nuevo en querer verlo. El doctor suspiró y cedió, indicándole a la enfermera que me llevara hasta él. Ambos salimos de esa habitación por el pasillo, dirigiéndonos a otro pasillo algo alejado de los demás consultorios y habitaciones. Para luego llegar a una habitación con una ventana frontal que dejaban ver la camilla, donde adentro Jimin se encontraba acostado con los parpados cerrados, suero en su brazo y con un montón de cables a su alrededor conectados a maquinas que indicaban como estaba su salud. También pude ver que llevaba un cuello ortopédico. — Jimin — susurré su nombre apoyando mi mano en el cristal y apretando la carta entre mis manos con fuerza. Me quedé unos minutos en silencio allí de pie observándolo a él, sin querer irme y cuando la enfermera se había ido por el pasillo dejándome solo. El sonido del celular de Jimin en mi bolsillo me sacó de trance. Saqué el aparato de mi bolsillo para ver la hora y ver que tenía una llamada entrante de Jungkook. Dejé que siguiera sonando absorto en mis pensamientos y cuando la llamada se cortó, pude notar que tenía muchos mensajes y llamadas perdidas de sus amigos. Sostuve el celular en mi mano y toqué la pantalla para llamar a Jungkook de nuevo. Apoyé el teléfono en mi oído dándole una mirada a Jimin desde la ventana y rápidamente escuché a alguien desde el otro lado de la línea. — ¡Jimin! ¡¿Dónde diablos estás?! No has contestado nuestras llamadas — se escuchó el grito de Taehyung y ruido de fondo — Taehyung dame el teléfono, tú estás ebrio — escuché la voz de Jungkook discutir con él. Reconocí las voces de los demás chicos y supe que estarían preocupados por no saber dónde se encontraba Jimin.

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— ¿Jimin dónde estás? ¿Estás bien? — quiso saber Jungkook desde el otro lado de la línea y no le di una respuesta — Jimin, ¿Estás ahí? — Jungkook, soy Yoongi — respondí finalmente tomando algo de aire. — ¿Yoongi? — preguntó él confundido — ¿Qué haces con el celular de Jimin? ¿Está contigo? Suspiré pesadamente buscando la manera de explicarle lo que estaba sucediendo — ¿Están todos juntos? ¿Dónde se encuentran? — Sí, estoy con Taehyung, Hoseok y el idiota de Seung. Estamos en una habitación de motel — explicó fastidiado — ¿Qué sucede? — exclamó enojado sin saber lo que estaba ocurriendo. — Jungkook, Jimin tuvo un accidente — fue lo único que dije para luego que el silencio entre nosotros nos consumiera.

Habían pasado ya unas horas desde que Jimin había sido internado y había llamado a Jungkook, quienes junto a los demás vendrían pronto. Me encontraba en la sala de espera sin querer irme a mi casa hasta poder verlo, tenía la misma ropa de la noche anterior, no había dormido, estaba cansado y no tenía ganas de comer para nada. Sólo llevaba conmigo el celular de Jimin y la carta que le había dejado, para mí era suficiente. Además hace una hora había llamado a la madre de Jimin diciéndole lo que había sucedido y en el estado que se encontraba. Le tenía algo de rencor por lo que ella le había dicho la noche de año nuevo, fue cuando me dolió verlo llorar y luego lo llevé conmigo buscando consolarlo. Cerré los ojos apoyando mis codos en mis rodillas encorvándome en mi asiento y no pude evitar el recordar la calidez que él me transmitía, su sonrisa y sus besos. Aunque aún tenía el horrible recuerdo de verlo herido e inconsciente en el suelo. Ahora sólo podía esperar verlo despierto. — Disculpa, ¿Eres Min Yoongi? — escuché una voz femenina a mi lado y al levantar mi mirada con suavidad. Pude reconocer que era la madre de Jimin junto a un hombre que reconocí como su padrastro. Tomé una mejor postura para poder verla al rostro, quien se veía igual de angustiada y preocupada como yo por la salud de Jimin. 262

— Sí, ehhh soy yo de nuevo — respondí levantándome para ofrecerle mi mano en forma de saludo por respeto y me sorprendió al ver que me miró unos segundos y me abrazó tomándome por sorpresa. Sentí los brazos de aquella mujer alrededor de mi espalda y escuché que estaba sollozando. Aunque yo estaba sorprendido por su reacción hacia mí, la cual creí que iba a ser llena de hostilidad y odio. Jamás había recibido un abrazo por parte de mi madre que me hiciera sentir tranquilo, como ella me hacía sentir ahora. — Muchas gracias por cuidar de Jimin — sollozó con la voz dolida — No sabes lo doloroso que es para mí el verlo de nuevo en un hospital, gracias por preocuparte por él — se separó de mí y me sonrió amablemente limpiándose las lágrimas. — S-Señora, yo... — no sabía cómo reaccionar, quería decirle que yo amaba a Jimin a más que nada en el mundo y haría cualquier cosa por mantenerlo conmigo a salvo. — Sé que lo amas Yoongi y por eso estoy feliz de que por fin él tenga a alguien que lo ame y lo cuide como siempre he querido — comentó con una voz tan sutil y suave que me inspiraba tranquilidad y confianza. Agaché mi cabeza algo avergonzado — Gracias... — hice una pausa — Pero debería escuchar a Jimin con respecto a lo que quisiera hacer, nadie debería ser obligado a hacer cosas que no desea — dije con algo de respeto, refiriéndome a lo que vi en la cena de aquella noche donde ella deseaba conseguirle una novia a Jimin. Ella pareció entender y asintió — Tienes razón — aceptó arrepentida. — Así es — susurré y no evité comparar lo que le había dicho con la relación entre mi madre y yo. Ella seguía queriendo obligarme a ser algo que desde un inicio no deseaba a estar destinado. Un Íncubo. Ella sonrió — Además, dijiste que eres el novio de mi hijo, ¿No es así? — comentó dejándome sin palabras. Y recordé que lo dije en frente de ella tratando de defender a Jimin, lo cual antes no era cierto. — Sí, es verdad — afirmé. Park Jimin ahora fue, es y será la única persona que ocupa mi endemoniado corazón. La mujer sonrió aún más tratando de calmar su preocupación — Más te vale hacerlo feliz y que ni se te ocurra lastimarlo — comentó y su esposo me dirigió una leve sonrisa para colocar su mano en mi hombro en forma de apoyo. En ese momento una enfermera llegó hacia nosotros junto a una sonrisa, dándonos muy buenas noticias.

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— El paciente Park Jimin, ya está apto para visitas — fue lo único que dijo para que su madre se sobresaltara por la noticia. Tuve el impulso de querer salir a correr para poder verlo pero dejé que su madre lo viera primero. Así que me quedé allí esperando, hasta que por la entrada principal del hospital vi entrar al grupo de locos que llamo amigos. Todos vestían ropa casual y se veían devastados, no sabía si por la condición de Jimin o el alcohol de anoche, aunque Seung era el único que se veía resplandeciente y positivo. Ellos me vieron y se acercaron a mí para así yo decirles cómo se encontraba — Él está mucho mejor, ya están aceptando visitas. — Qué bien... — suspiró aliviado Taehyung con la voz ronca y al parecer con una resaca terrible al hacer una mueca de dolor. Taehyung y Hoseok llevaban lentes de sol. — ¿Qué les sucedió? — reí al ver su rostro y tomamos asiento. Taehyung apoyó su cabeza en la pared, Jungkook estaba en silencio, Seung no dejaba de tener una sonrisa de burla en su rostro y Hoseok me miró con una expresión seria. — Terminaos ebrios por la culpa de Seung — explicó Hoseok también con la voz ronca y de seguro avergonzado por lo que hizo. Solté una carcajada — ¿En serio? — miré de reojo a Seung y pensé que de seguro él no era un ángel bastante santo que digamos. También nos anda espiando a Jimin y a mí. — Ellos dos parecían un chicle cuando estaban bailando, tuvimos que evitar que se quedaran solos en un cuarto de motel haciendo quien sabe que cosas — agregó Jungkook y Hoseok se levantó avergonzado. — Yo no recuerdo eso — exclamó y por unos momentos pareció pensarlo — Bueno, recuerdo que Taehyung trató de violarme — dijo esta vez dándole una mirada a su novio con reproche. Los demás no dejábamos de ver la escena de esos dos divertidos. — A la próxima será con tu consentimiento, ya no te quejes más Hoseok — se defendió el castaño. — ¡Taehyung! — exclamó Hoseok avergonzado. Escuchamos unos pasos acercarse hacia nosotros y era la misma enfermera que tiempo atrás había llevado a la madre de Jimin hacia su habitación. La mujer me sonrió amablemente.

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— Creo que ya puede ir a verlo — me dijo y me levanté en ese instante con rapidez para que me guiara hacia donde él se encontraba. Cuando llegué a la misma habitación de anoche, la madre de Jimin estaba afuera sollozando abrazada a su esposo y me asusté un poco. Caminé hacia la puerta para querer entrar a verlo y la voz de la enfermera me detuvo. — Puede verlo pero aún está inconsciente, es recomendable que le hable. Tal vez así pueda despertar — dijo ella y ya entendía la preocupación de su madre. — Gracias — asentí y entré para permitirme ver la luz de la mañana que entraba por la ventana iluminando el lugar. Estaba haciendo algo de frio adentro y el sonido de la máquina que tomaba su pulso resonaba en la habitación. Fue cuando pude verlo más de cerca, allí acostado dormido en esa camilla de hospital con vendas en sus brazos, ropa de hospital, cuello ortopédico y con suero en su muñeca. Para mí seguía siendo hermoso y no dejaba de querer besarlo. Me acerqué lentamente a su camilla y observé su rostro con admiración, observando sus largas pestañas, su pequeño y bello lunar en su frente, su hermosa nariz, sus labios rojos y esponjosos labios, su delicada piel ahora algo pálida y su cabello color negro que descansaba en la almohada. Se veía aun así perfecto. Me acerqué a su rostro y besé su frente con suavidad — Hola Jimin — susurré junto a una sonrisa en mis labios y lo tomé de la mano con delicadeza. No dejaba de verlo ni un segundo, sintiendo sus frías manos entre las mías y esperé que lo que a continuación iba a decir lo pudiera escuchar. — Me tenías bastante preocupado, lo siento mucho Jimin — susurré con la voz inestable — No quiero dejarte solo de nuevo, sin estar contigo para mí fue mi propio infierno Jimin. Parecía como si el infierno que hay en mi corazón me consumiera cuando no estoy contigo — dije mordiendo mi labio inferior — Pero cuando tú estás conmigo yo estoy en el cielo Jimin y quiero vivir cada momento a tu lado — me arrodillé en el suelo y apoyé mis codos en la camilla a un lado de su brazo. Observé sus manos y acaricié con mi dedo pulgar el dorso de su mano, tomé aire y lo miré desde arriba imaginando como si sus ojos estuvieran sobre los míos mientras él mantenía una sonrisa tímida. — ¿Serías mi novio, Jimin? — pregunté con dulzura — ¿Serías el amor que desde hace tiempo deseé tener? — dije esta vez refiriéndome a todo por lo que hemos pasado, desde nuestra infancia hasta este momento. 265

Me quedé en silencio como si estuviera esperando su respuesta y suspiré derrotado apoyando mi frente suavemente en sus manos, cerrando los parpados para sentir por unos momentos su compañía. Y cuando todo estaba en silencio haciéndome la idea de que él se encontraba inconsciente, escuché su voz. — Yoongi — un débil susurro de los labios de Jimin se escuchó y me levanté para ver su rostro. Él se encontraba allí con los parpados abiertos, mirándome a los ojos con un sentimiento único de amor puro.

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Capitulo 40 —No lo voy a repetir Park, vas a comer o yo mismo te daré de comer — le amenacé a Jimin tratando de que comiera pero decía que la comida del hospital le sabia horrible. Jimin hizo un puchero y me sacó la lengua actuando como un niño pequeño haciendo berrinche. Él ya había despertado y se encontraba en observación para saber cómo estaba su salud, lo que al parecer era sorprendente para los doctores era que se estaba curando demasiado rápido. Lo cual para mí era bueno, ya que lo quería ver sano y feliz. Además que esperaba que le dieran el alta para poder llevármelo a mi casa, quería cuidar más de él pero no en un horrible hospital. — Yoongi pero ya está fría la comida — se quejó él y rodé los ojos. Le di un vistazo al plato de comida y me llevé el tenedor con comida a la boca para demostrarle que no era tan mal. Aguanté hacer un gesto de repugnancia en frente de él haciéndome pasar por valiente y tragué rápidamente para después tomar algo de agua para pasar el horrible sabor. Le sonreí — Te dije que no pasa nada, ahora te la vas a comer aunque esté fría. No quiero que pases hambre — lo regañé y él no parecía muy convencido. Me levanté para darle de comer ya que Jimin aún estaba inmovilizado a la camilla y sin poder hacer algunas cosas por su cuenta por algunas lesiones que sufrió. Yo venía todos los días a visitarlo para quedarme a hablar con él a veces junto a los demás y en ocasiones me encontraba con su madre. Ahora no podía dejar de querer quedarme a su lado, hacerlo sonreír y mantener nuestras manos entrelazadas. — Ahora come — ordené ofreciéndole el tenedor y parecía como si estuviera cuidando de un niño — Si no vas a aceptar que te de comer, lo hará la enfermera y me pondré muy celoso — comenté con la voz gruesa y enfatizando el "muy" — Y no quieres verme celoso, ¿O si Jimin? — susurré mirándolo a los ojos y mordiendo mis labios. Sabía que eso lo volvía loco. Escuché un jadeo de su parte y sus ojos miraban mis labios con anhelo — Yoongi... ¿Por qué siempre me provocas así? Prefiero comer tus labios mejor — reí frente a sus palabras y acerqué el tenedor a su boca poco a poco sin que se diera cuenta. Arqueé una ceja — ¿A sí? ¿Cumplirías otra fantasía que tengo contigo? — comenté de broma. Él pareció sorprendido — En un hospital, ¿En serio?

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Me encogí de hombros — También casi lo hicimos en una enfermería y es algo parecido. Él bufó y cuando iba a reclamar, le embutí la comida en la boca tomándolo desprevenido con una sonrisa triunfante. Lo escuché quejarse y lo miré divertido, después de unos segundos logró tragar la comida y tomó aire como si estuviera a punto de ahogarse. — ¡Yoongi! — se quejó y me miró mal. — Te ves tan lindo cuando te enojas — dije queriendo molestarlo, su carita me daba la necesidad de querer abrazarlo y protegerlo del mundo que nos rodeaba. Es tan lindo. — Cálla... — él iba a decirme que me callara e interrumpí sus palabras robándole un beso. Ambos quedamos demasiado cerca del rostro de ambos, observándonos en silencio y vi que sus mejillas se tornaron rosadas levemente. En estos momentos estaba siendo muy cursi y tierno con él, pero maldición Jimin me vuelve loco y estoy perdidamente enamorado por él. Acaricié su cabeza con suavidad — Sí que tengo un novio bastante infantil a veces — comenté junto a una sonrisa y no pude recordar como hace unos días estaba destrozado esperando a que él despertara. Él mostró aquella sublime sonrisa llena de felicidad — Igual me amas siendo así — quiero comerme a besos a Jimin en este mismo instante y que su lado pervertido salga de nuevo. Jimin podía ser tierno y sexy al mismo tiempo, lo cual a veces no entendía. — Por supuesto que sí — afirmé y apoyé mi mano en su mejilla para así poder besarlo de nuevo. Esta vez con suavidad y lentitud disfrutando los labios del otro pero aun con el profundo deseo y pasión que le teníamos al otro. Sus labios no dejaban de querer soltar los míos y sentí su brazo detrás de mi espalda apoyando su mano en mi nuca, a la vez que enredaba sus dedos en mi cabello y atrapaba mi labio inferior con sus dientes con suavidad, no pude evitar soltar un gemido de mi parte. Todo iba perfecto hasta que escuché la voz de alguien interrumpiendo el momento. — Wow veo que Jimin ahora se encuentra bastante bien — escuché la voz de alguien y supe que se trataba de Seung. Ambos nos separamos algo avergonzados por la repentina aparición de Jungkook, Taehyung y Seung en la habitación. Seung y Taehyung tenían una sonrisa pervertida en el rostro y Jungkook estaba serio como siempre. 268

— ¿Por qué no tocaron antes de entrar? — me quejé molesto. — Oh, ¿Interrumpimos algo? — sonrió Jungkook ahora haciéndose el inocente y cruzándose de brazos. Los tres nos miraban fijamente como si estuvieran contentos de lo que sucedía entre Jimin y yo. — Por favor, no sean tímidos. Sigan — dijo Taehyung. ¿Ahora él también es como Seung? — ¿Qué? — Jimin y yo nos miramos entre sí confundidos por la actitud de estos tres. Jungkook suspiró — Bueno, vinimos a visitar a Jimin para saber cómo se encontraba — cambió de tema el pelinegro y observó a Jimin. — Te traje algo para comer — Taehyung mostró una bolsa en su mano y sacó un trozo de pie de manzana — Esta vez no diré nada para que no me arrojes el pie a la cara — Jimin y él rieron. — Gracias, al fin podré comer algo que sepa bien — comentó mi novio mirándome de reojo y lo miré mal haciéndole una señal de que lo tenía entre ojos. Jimin comenzó a comer su postre mientras hablaba con Taehyung — ¿Dónde está Hoseok? — le pregunté a Jungkook. — Está investigando si a Jimin le pueden dar el alta — respondió y me sentí aún más contento. Si lo dejaban salir, yo me haría cargo de él en mi casa y su madre estaba de acuerdo con ello. Después de todo le dije que lo amaba mucho y quería estar con él. Ella me lo permitió con la condición que lo llevara de visita a su casa, punto para Min Yoongi. Me gané el apoyo de la suegra. — Hacen una perfecta pareja ustedes dos — comentó Jungkook de repente sacándome de mis pensamientos, lo cual me dejó sorprendido — Espero que cuides muy bien de él — me dijo y sabía que lo decía por el afecto que le tenía a Jimin al cuidarlo tiempo atrás. Asentí — Está bien, aunque Jungkook ya hablamos de esto. No fue tu culpa lo que sucedió — le dije refiriéndome al momento cuando Jimin perdió sus alas por mí y Seung pareció estar atento a nuestra conversación. — Lo sé — susurró él con una triste sonrisa y por alguna razón Seung no dejaba de observarlo fijamente.

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Los tres nos quedamos en silencio escuchando las risas y los comentarios de Jimin y Taehyung. Hasta que Seung decidió decir algo para romper el hielo y la incomodidad que se estaba formando, por el sentimiento de culpa de Jungkook. — Bueno ahora todos tienen pareja, creo que Jungkook y yo estamos solos — comentó Seung junto a una risa — Creo que ahora seremos los siguientes, ¿No Jungkook? — dijo de broma este y Jungkook lo miró atónito. El pelinegro golpeó a Seung en el hombro molesto — Déjate de estupideces Seung — ambos se quedaron mirándose por unos segundos. Jungkook con una mirada molesta y Seung sonriente, lo cual me hizo sentir extraño con respecto a la relación de esos dos. La puerta del cuarto de repente se abrió y un Hoseok con una amplia sonrisa apareció — Le dieron la alta a Jimin, mañana ya podrá salir — dijo este y todos se sintieron aliviados por la buena noticia. Observé a Jimin con una sonrisa y él me sonrió de vuelta. Jimin, no sabes cuánto esperé por ver que soy el responsable de una parte de tu felicidad y tú de la mía.

— ¿Entonces mañana podré salir? — preguntó emocionado Jimin sin poder creérselo que hasta le estaba preguntando a la enfermera. La mujer le sonrió y le dijo que si era verdad, ella le había traído unas mantas a Jimin para dormir después de que lo bañaran. Lo cual me tenía bastante disgustado y celoso porque de seguro lo vieron desnudo, igual que más da si una enfermera también lo vio desnudo cuando bebé. De seguro vieron su redondo y hermoso trasero... ¿Pero en qué estoy pensando? Yo no dejaba de estar de pie observándolos en silencio como hablaban, para mí significaba que estaban coqueteando y quise inventar una excusa para que ella nos dejara solos. — ¿Puedo hacerlo yo? — interrumpí de repente la conversación refiriéndome a que si podía arropar a Jimin para que durmiera. La enfermera me miró sorprendida — Ah, pero es mi trabajo... — Yo lo haré, no se preocupe — interrumpí intimidándola con la mirada sin quitar una falsa sonrisa de mi rostro. La mujer y Jimin junto a medio mundo se dieron cuenta que estaba celoso. 270

— Está bien, pero la hora de visitas acabará pronto. — Pronto me iré, no se preocupe — dije amable y por fin desapareció por la puerta dejándome sólo con mi chico. Jimin se quedó en silencio observando la escena sin saber lo que había ocurrido y me dispuse a extender cada una de las mantas para poder acomodárselas encima con tal de que no le diera frio. Él logró sentarse con algo de dificultad, ya más cómodo sin estar con el cuello ortopédico y dejando que sus muslos se vieran un poco al levantarse su bata de hospital con su movimiento. — ¿Qué sucedió? — preguntó él y mi vista se fijó en sus esbeltas y perfectas piernas que me volvían loco. — Nada — susurré tentando de querer acariciar su piel. En estos momentos agradecía por tener a un chico con un perfecto cuerpo gracias a la natación. Tomé la primera manta en mis manos, quedando cerca de su camilla — ¿Acaso tuviste un ataque de celos? — preguntó él de repente tomando mi muñeca y mirándome con una sonrisa que hacía que sus ojos fueran dos pequeñas líneas. Hermoso. — ¿Fue muy notable? — pregunté arqueando una ceja. — Demasiado — rió y coloqué la manta en sus pies mientras que con mi otra mano levantaba su mentón levemente. — Lo lamento pero no puedo evitarlo, quiero que seas sólo mío — susurré contra sus labios queriendo besarlo y mi mano llego a tocar su suave piel. Lo cual lo hizo temblar. Ambos nos quedamos en silencio él mirándome fijamente y yo esperando alguna frase de su parte que me hiciera perder el control. Porque estaba a punto de hacerlo al tener un Jimin tan indefenso en mis manos que me hacía provocar demasiado. Jimin apoyó su mano en mi nuca e hizo presión levemente — Soy todo tuyo Yoongi — susurró haciéndome temblar y ataqué sus labios con fuerza. Estaba muriendo por querer tocarlo. Me senté sobre su camilla a un lado de su cadera sin hacerle daño y él se encontraba sentado abrazándome por la espalda besando y mordiendo mis labios. Manteníamos los parpados cerrados mientras que yo recorría con mi mano desde sus rodillas que tenía algunos moretones hasta sus muslos, sintiendo su delicada piel bajo la palma de mi mano trazando un mapa que me ayudaría a descubrir su cuerpo. Mis labios pasaron a su cuello y comencé a dejar pequeños besos junto a mordidas que lo hacían temblar entre mis brazos haciendo que me abrazara con fuerza y aguantara sonoros gemidos. Menos mal que lo trasladaron de habitación y no había 271

ventanas en donde nos pudieran espiar, aquella habitación de cuatro paredes me hacía sentir que tenía un contacto más íntimo con él. Sentí sus manos enredarse en mi cabello cuando subí mi mano por sus muslos llegando hasta su cadera tocando la tela del bóxer que llevaba y subí mi mano hasta sentir su plano abdomen creado por los ángeles y dioses literalmente. Porque Jimin era un ángel traído desde el mismísimo cielo que terminó en las manos de un demonio como yo que había cambiado mi corazón al conocerlo. Hice presión en su nuca y mis labios succionaban su cuello queriendo dejar una marca morada para que todo el mundo pudiera ver. Su cuerpo se tensó contra el mío y lo escuché gemir en el aire junto a un suspiro. Me separé de él y pude ver aquella marca. Sonreí satisfecho — Para que toda enfermera que te atienda sepa que me tienes a mí — dije acariciando sus labios con mi dedo pulgar y él se aferró a mi cuello hundiendo su cabeza en este, queriendo dejar un chupetón en mi cuello. Retiré mi mano suavemente debajo de su bata mientras que con lentitud lo empujaba a él contra la camilla para que se acostara de nuevo y no dejaba de gemir en su oído. Finalmente se separó de mi cuello y apoyó su cabeza en la almohada para luego relamerse los labios algo rojos e hinchados junto a una sonrisa llena de satisfacción también. Tomé las mantas que se encontraban en sus pies y cubrí su cuerpo guardándolo del frio, para que así estuviera más cómodo a la hora de dormir. Él se encontraba ahora un poco más tranquilo y cuando supe que era la hora de irme, me levanté y besé su frente deseándole buenas noches. — Nos vemos mañana, ¿Está bien? — entrelacé nuestras manos juntas y con mi dedo pulgar acariciaba el dorso de su mano. — Está bien, estaré esperando — susurró y le di un último beso en aquellos labios que tanto me encantan. Tomé mis cosas, Jimin acomodó su cabeza en la almohada dejando al descubierto su cuello con una mancha morada y cerró los parpados para poder dormir junto a una sonrisa en su rostro. Sonreí y apagué la luz para dejarlo descansar. Caminé por pasillo del hospital hasta la recepción para firmar una lista de visitas y allí me esperaba la misma enfermera que le andaba coqueteando a Jimin. Me ofreció un bolígrafo para firmar y sentía que no dejaba de mirarme fijamente, de seguro ya notó el chupetón que tenía en el cuello lo cual me hizo reír internamente. — Gracias — dije y le pasé la lista junto al bolígrafo mientras trataba de acomodar mi cabello con una mano, ya que Jimin me lo había dejado desordenado. 272

Ella sonrió y no hice alguna expresión al ver que en su mano tenía un anillo de plata que adornaba su dedo anular. De seguro debe estar casada y anda coqueteando con los pacientes. Me retiré del hospital y no pude esperar la hora para poder ver a Jimin de nuevo. El amor me tiene mal, ¿No es así?

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Capitulo 41 Había un salón totalmente vacío de paredes blancas que lo hacía ver amplio e infinito. Me encontraba de pie a mitad de aquel lugar sin saber que estaba ocurriendo y de nuevo supe que estaba soñando. Aunque esta vez me sorprendí al ver a dos personas mirándose entre sí a través de un espejo a unos cuantos metros cerca de mí. Eran yo mismo. Había una copia exacta de mí de pie mirando a través del espejo a mi otro reflejo, ambos eran diferentes ya que uno de ellos vestía blanco y tenía el cabello rubio. Y el otro era pelinegro. Ambos se miraban en silencio, entonces sentí que había alguien junto a mí. Giré mi cabeza y me encontré con una mujer que vestía un elegante vestido, su piel era blanca, oscuros ojos, cabello negro y labios pintados de un rojo intenso. A la vez que sus delicados rasgos faciales me recordaban a alguien más. — ¿Quién es usted? — fueron las únicas palabras que pude decir y ella sonrió ampliamente bajando su mirada levemente hacia el suelo para luego analizarme de pies a cabeza. — Más bien deberías preguntarte eso a ti, Jimin — dijo ella y me quedé absorto en sus palabras. Aquella mujer inspiraba un aura diferente y obscura, algo me incomodaba de ella. — ¿Cómo sabe mi nombre? — quise saber sin comprender lo que me estaba diciendo. Ella desvió su mirada hacia el vacío, dejando al descubierto un collar de plata que colgaba en su cuello con un extraño adorno en el, una esfera pequeña de cristal con un diminuto diamante dentro de este. Creo haber visto algo así antes. — Sé lo suficiente de ti como para saber que no eres del todo humano Jimin — dijo cruzándose de brazos — ¿Eres alguien totalmente valioso y único Jimin? — dijo ella y me quedé en silencio, ¿Dé qué estaba hablando? La mujer volteó a mirarme y al ver mi rostro de total confusión, soltó una risita para sí misma llena de burla y malicia. — ¿Por qué no lo ves por ti mismo? — susurró señalando un punto de la habitación donde mis reflejos se estaban mirando entre sí, pero había algo distinto en ellos. No entendía lo que estaba sucediendo. Escuché como si un vidrio comenzara a agrietarse y de repente pétalos de rosas rojas comenzaron a caer con lentitud y delicadeza acumulándose en el suelo. El espejo que 274

separaba a ambos reflejos se rompió y sentí un dolor agudo en mi pecho, a la vez que me quedaba sin aire al sentir tan extraño dolor. Tuve que arrodillarme en el suelo, apoyando mis manos en este para tratar de respirar. Levanté la mirada y la mujer desconocida ya no se encontraba, ahora estaba Yoongi de pie mirándome y estirando su mano hacia mí como si intentara ayudarme.

— Yoongi... — susurré su nombre buscándolo con mis manos entre las sabanas, esperando a que él se encontrara a mi lado pero no estaba allí. Abrí los ojos levemente y me sentí adolorido tal vez aun por las consecuencias del accidente que tuve. Fui estúpido al no haber mirado a los lados de la calle antes de cruzar, un simple error y casi me hubiera costado la vida. Sin embargo les causé dolor a las personas de mí alrededor, incluyendo Yoongi. Aunque ahora las cosas parecían estar mucho mejor lo cual me alentaba un poco. Observé la habitación ahora fría y solitaria en la que se tornaba para mí cuando nadie me acompañaba. Me acomodé en la camilla tratando de encontrar una posición más cómoda para que mi espalda dejara de doler, vi la hora en el reloj de pared y era aún bastante temprano. Yoongi me recogería al medio día y yo no podía evitar sentirme demasiado ansioso por salir de aquí. Suspiré pesadamente mirando mis brazos a cada lado, los cuales aún tenía suero entrando por mis venas en una muñeca que con moverla me incomodaba un poco. A la vez que noté que tenía algunos moretones y raspaduras en mis brazos. Fruncí el ceño y quité la sabana sobre mí para observar mis piernas, anoche Yoongi no se abstuvo de querer tocarme y aunque él era consciente del estado en el que me encontraba, no quise que se hubiera detenido. Pasé mis dedos por los moretones en mis piernas y me sentí avergonzado por estar así de lamentable a los ojos de Yoongi. Escuché la puerta abrirse y rápidamente me cubrí de nuevo ocultando mis piernas, la enfermera que me atendía se asomó en el marco de la puerta junto a una sonrisa. — Buenos días Jimin — saludó ella amablemente y vi que tenía una bandeja de comida que al entrar dejó junto a mi camilla. — Buenos días — respondí junto a un bostezo y solté un quejido cuando abrió las persianas de la ventana, provocando que la luz de la mañana me irritara.

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— ¿Cómo te encuentras el día de hoy? — preguntó ella tomando ahora el tensiómetro que se encontraba en uno de las mesas junto a mi camilla y me lo puso en el brazo para tomarme la tensión como algo rutinario para revisar mi salud. — Estoy bien, algo adolorido por estar acostado todo el tiempo — reí levemente y ella asintió comprensiva. — Hoy vas a poder salir, así que en unas semanas te sentirás mucho mejor. Asentí — ¿Sabe en cuanto tiempo los moretones desaparecerán? — pregunté con algo de curiosidad apoyando mi cabeza en la almohada y mirando al techo, me da vergüenza que Yoongi me vea así de lastimado. Escuché una risa de su parte — Creo que ese moretón no es causado por el accidente — comentó algo cuidadosa señalando mi cuello y no evité con una mano taparme el chupetón que Yoongi me dejó. — Ehhh n-no me refería a ese — tartamudeé nervioso desviando la mirada a un lado. — Tal vez en unas semanas, ten paciencia — informó y me quitó el tensiómetro del brazo para luego cruzarse de brazos — Veo que causé un malentendido anoche — comentó ella y recordé la notoria expresión de celos por parte de Yoongi cuando estaba hablando con la enfermera. Reí y agaché la mirada algo apenado — Lo siento, él es alguien bastante celoso. Escuché su risa — Ya entiendo. Mi mirada rápidamente se fijó en una de sus manos que tenía un anillo en su dedo anular — ¿Usted está casada? — pregunté con algo de curiosidad. Ella sonrió y asintió — Llevamos ocho años juntos — se limitó a decir sin entrar en muchos detalles. No evité imaginarme a Yoongi y a mí casados en unos años. Aunque por el momento me conformo con la relación que tenemos ahora, ambos finalmente nos amamos mutuamente. Me quedé unos momentos en silencio, hasta que la enfermera me sacó de mis pensamientos — Tengo un paciente que atender, así que vendré después para revisar cómo te encuentras. Disfruta tu desayuno Jimin — dijo ella junto a una amable sonrisa para dejarme solo de nuevo en la habitación tras desaparecer por la puerta. Observé la bandeja de comida a un lado y esta vez se veía algo apetitoso, pero no tenía mucha hambre. Me quedé quieto en mi camilla ahora aburrido y escuché que la puerta

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de la habitación se había abierto de nuevo, pensé que había sido la enfermera pero al ver quien había entrado. Me dejó sorprendido. — ¿T-Taemin? — él se encontraba de pie en el marco de la puerta mirándome fijamente y una sonrisa se asomó por su rostro. — Hola Jimin — me observó con burla al ver que estaba en camilla — ¿Cómo van las cosas con Yoongi? ¿Ya lograron reconciliarse? — ladeó su cabeza a un lado y me miró lográndome intimidarme. — Eso no te incumbe — respondí seco al tenerle rencor por haberme besado antes. ¿Qué hace él aquí? ¿Cómo sabía dónde estaba? Él rió y se tronó los nudillos de sus manos dando la apariencia de un chico rudo y malo. Aunque antes no tenía esa impresión de él, ahora mismo le tenía miedo por lo que me pudiera hacer a causa de la obsesión que tenía conmigo. — Yo creo que si están mucho mejor... — susurró y caminó adentrándose en la habitación — Qué celos le tengo a Yoongi por tenerte a ti, Jimin — comentó y lo ignoré. — ¿A qué viniste Taemin? — pregunté ya fastidiado por su presencia. Él sonrió y no despegué mi mirada de él, vigilando cada uno de sus movimientos con cuidado — Yo sólo vine a cumplir un trabajo que tenía, alguien quiere hablar contigo y yo me encargaré de llevarte con ella — explicó con una mirada que no me gustaba para nada e inspiraba desconfianza. El pelinegro dio unos cuantos pasos acercándose hacia mí, mientras ocultaba algo con su mano detrás de su espalda. Yo no entendía de lo que estaba hablando y sentí pánico al momento que vi una jeringa es su mano. De repente sentí algo clavarse en mi piel junto a un ardor. Estaba en problemas.

"Te advertí que te alejaras de él. Ahora ten el valor de visitar a tu madre y sé un buen hijo una vez por todas." Leí aquellas palabras que sabía perfectamente que todo esto era culpa de ella, la mujer que creía ser mi propia madre. Me sentí enojado y arrugué la hoja con una mano con fuerza. Cerré los puños consumido en la ira, esto no podía estar pasando, no de nuevo. — ¡Maldición no! — grité enojado y golpeé con mi puño la camilla del hospital ahora vacía. Ella se había llevado a Jimin. 277

Taehyung, Jungkook, Seung y Hoseok me habían acompañado a recoger a Jimin ya que le habían dado el alta pero estaban totalmente confundidos al ver que alguien más había sacado a Jimin del hospital antes. Después de todo cuando llegamos la enfermera que le coqueteó a Jimin anoche nos guio a su habitación y nos encontramos con la sorpresa de que no había nadie. Aunque yo sabía perfectamente que mi madre lo tenía de algún modo en sus manos. — ¿Cómo pudo ocurrir esto? — susurró Taehyung confundido sin poder creer que se Jimin no se encontraba allí. Apreté la mandíbula con fuerza y me arrepentí por mis decisiones apresuradas, terminé exponiéndome frente a los planes de ella y había puesto en riesgo a Jimin de paso. Metiéndolo en un conflicto que desde hace muchos años tenía con ella e incluso con toda la raza de los Íncubo por el no aceptar lo que fui destinado a ser. ¿Acaso está mal amar a la persona que quieres amar? No dije nada al estar consumido en mis propios pensamientos y odio hacia ella, estaba tan enfadado que comenzaba a tener el sentimiento homicida de asesinarla. Todos estos años ella ha estado causando dolor a muchas personas y si llega a herir a Jimin, no creo soportar más quedarme en silencio sin hacer nada en contra de ella. — Yoongi, ¿Sabes dónde puede estar Jimin? — preguntó Jungkook y sentí mi cuerpo tensarse al saber que tendría que ir a la horrenda mansión donde ella vivía esta vez, definitivamente es una bruja esa mujer. — Sí y sé perfectamente cuál es su plan — ella quería tener a Jimin en sus manos para atraerme a mí y hacer una especie de negociación conmigo. En la que alguno de los dos tenía que morir, después de todo para ella todo problema se soluciona con asesinar a alguien. Pero conmigo no lo logrará. — Entonces vamos. Asentí y arrojé la nota al suelo. Jungkook y Seung iban a ayudarme, lo cual era algo arriesgado el hecho de que tenía a Guardianes de mi lado. Taehyung no sabía lo que estaba ocurriendo y Hoseok tenía miedo de que su secreto de ser un ángel fuera descubierto por culpa de este conflicto. — Yo iré — dijo Taehyung para unirse a nosotros pero Hoseok lo tomó de la muñeca impidiendo que este avanzara. Suspiré agotado, esto sería aún más complicado. Un humano, ángeles, Íncubos y Súcubos todos juntos era una locura definitivamente.

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— Taehyung es muy peligroso. Quédate por favor — le ordenó el castaño tratando de convencerlo pero el otro chico se veía bastante decidido a querer salvar a su amigo. — No — se soltó de su agarre — Iré con ustedes — Hoseok lo vio con preocupación y los otros dos ángeles intercambiaron miradas entre sí. — Déjalo Hoseok, después de todo sabía que este momento tendría que llegar — ambos intercambiaron miradas y noté a Hoseok algo decaído por sus palabras. Me acerqué a él y apoyé mi mano en su hombro, tal vez serían las últimas horas para Hoseok en la que sea un ángel. Sin embargo no evitaba estar demasiado preocupado por Jimin. Mi madre era una de las personas más desagradables y horrendas que he conocido, siendo una verdadera Súcubo que quería herir a las personas. En realidad todo ángel y demonio tiene la capacidad de amar. No somos insensibles, simplemente nos adaptamos a el de no querer amar. Además el amor puede hacer grandes cosas, que incluso puede cambiar a las personas. Como a Jimin y mí.

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Capitulo 42 Abrí mis parpados con lentitud, sintiéndome totalmente desorientado, noté que estaba arrodillado en el suelo totalmente inmóvil con el cuerpo entumecido y algo mareado. Me sentía agotado y observaba a todos lados tratando de asimilar lo que estaba sucediendo. Ahora me encontraba en una especie de salón grande con suelo de mármol, altas columnas, candelabros y un gran espejo colgado frente a mí donde veía mi reflejo. — ¿Dónde estoy? — susurré débilmente totalmente desorientado. Traté de moverme pero sentí que estaba encadenado de los pies y muñecas detrás de mi espalda, impidiendo poder moverme. ¿Qué está sucediendo? ¿Quiénes son estás personas? Habían unos cuantos hombres y mujeres todos vestidos formalmente que no dejaban de mirarme de una manera algo escalofriante y extraña. Agaché mi mirada para ocultarme de ellos y noté que vestía la bata de hospital aún, dejándome casi semidesnudo con sólo unos boxers y temiendo lo que estas personas me pudieran hacer. De repente sentí una cálida mano posarse en mi mentón, obligándome a mirar hacia arriba. Había una mujer frente a mí sonriéndome ampliamente, se me hacía algo familiar. — Hola Jimin — saludó ella amablemente — Veo que debes estar preguntándote lo que está sucediendo aquí, ¿No es así? — susurró esta vez en mi oído haciéndome temblar. Vi de reojo a aquellas personas que me miraban fijamente — ¿Qué está sucediendo? ¿Quién es usted? ¿Por qué estoy aquí? — comencé a preguntar desesperado en busca de respuestas, no entendía porque algo así me podría ocurrir a mí. ¡Estaba siendo secuestrado! Risas inundaron la habitación como si estuvieran burlándose de mí, lo cual me enojó y traté de moverme bruscamente. Sin embargo la mirada obscura y amenazante de aquella mujer me dejó helado. Ella hizo una señal con su mano y las demás personas se quedaron en silencio. — No tienes idea en el problema en que te has metido Park Jimin — comentó y aun no comprendía como sabia mi nombre — ¿Acaso Yoongi no te ha mencionado quién soy? — fruncí el ceño sorprendido al nombrarlo a él y ella lo notó. La mujer se levantó y comenzó a caminar en círculos a mí alrededor sin dejar de analizarme detenidamente. Aunque su mirada se tornó fría y llena de odio, como si me odiara por algo que hice. 280

— Soy la madre de Min Yoongi, Jimin. Y tengo que decir que terminaste seduciendo a mi hijo en su propio juego — comentó junto a una leve risa y supe que ella debía ser una Súcubo — Yoongi sí que no deja de decepcionarme... ¿Cómo es que ama a un chico de tu clase? — me miró con desprecio y no pude sentirme inferior frente a ella, ¿De mi clase? — ¿Qué es lo que quiere de mí? — dije a la defensiva. Ella se quedó de pie y sonrió de nuevo para sí misma — Quiero que Yoongi se convierta en un verdadero Íncubo y tú eres un obstáculo para él, incluso para mí. — ¿A qué se refiere? Ella suspiró y no logró ser más directa expresando su odio por mí — Quiero verte muerto Jimin y Yoongi hará ese trabajo por mí — entonces comencé a temer por mi vida. — ¿Qué hice para que me quiera muerto? — no comprendía su odio hacia mí. Aunque Yoongi me dijo que el odio y maldad de los demonios no se cuestiona, es su razón de ser. — Has estado siempre en el camino de mi hijo y ahora sé que tú eres alguien bastante valioso para todos nosotros. ¿No quieres saber tu verdadera naturaleza Jimin? — dijo con una repentina emoción en su voz y recordé las palabras de aquella carta. "Jimin, eres un querubín caído del cielo ¿Lo sabías? Eres una pieza esencial del rompecabezas y tú no te das cuenta de aquello." — ¿Un ángel? — susurré para mí mismo y al parecer mis palabras llegaron a sus oídos. Ella rió y pude ver que tenía una copa en su mano. Se acercó a mí y me tomó de la nuca para permitirme ver un extraño y espeso liquido negro que tenía la intención de obligarme a beberlo. Traté de resistirme pero ella tenía más fuerza que yo y me sentía débil por el tranquilizante que Taemin me había inyectado. — Fuiste creado como un ángel para servir a Dios, viviste con humanos y aún no eras consciente de tu propia naturaleza — sentí aquel liquido de sabor amargo y repulsivo entrar en contacto con mi boca — Conociste a un demonio y ambos sintieron el primer inocente amor, cálido como una primavera — ella me agarró del cabello y me obligó a tragar la bebida mientras no dejaba de hablarme — Terminaste siendo un ángel caído, dejando dormido tu lado seráfico en tu corazón. Pero también llevabas un lado Íncubo dentro de ti y Yoongi terminó viéndose involucrado al llevar consigo un lado puro en él, el cual esperaba que tú lo amaras — mi garganta comenzó a arder y trataba de resistir aquel repugnante sabor — Ambos entraron en el juego de la pasión y seducción, el cual terminó con resultados diferentes. Ahora ambos aceptaron su amor 281

por el otro y tu lado ángel despertó de nuevo en ti Jimin — finalmente retiró la copa de mis labios con el contenido ya vacío. Apoyé mis manos en el suelo, tratando de recuperar el aliento y de mantenerme consciente. Sentía mi cuerpo demasiado pesado y caliente, mi mente era un caos con todo lo que ella había dicho y comenzaba a recordar retrasaos de mi niñez cuando conocí a Yoongi, su sonrisa, nuestra lejanía, mi accidente de niño cuando terminé siendo internado en un hospital, entre otras cosas que antes había olvidado. Comencé a sentir un inexplicable dolor en mi espalda, era un ardor repentino que me dificultaba el poder respirar bien al sentir como mi cuerpo entero dolía. Era como si algo quisiera salir de mí, era aterrador y no sabía lo que me estaba sucediendo. Sólo comencé a retorcerme en el suelo del dolor y a soltar quejidos. — ¿Q-Qué era l-lo que bebí? — pregunté con la voz entre cortada y apretando los puños con fuerza, mi vista comenzaba a ser borrosa. Apoyé mi frente en el suelo y cerré los parpados tratando de soportar el dolor. — Veneno, aunque tiene otro objetivo de no sólo intoxicar tu cuerpo — sentí su mano recorrer mi espalda, provocando que me retorciera en mi lugar al sentir su desagradable contacto en mi piel — Ahora podrás ver tus propias alas — susurró en mi oído y solté un desgarrador grito de dolor. Mantenía los parpados con fuerza, mientras me abrazaba a mí mismo y sentía lagrimas rodar débilmente por mis mejillas del dolor que estaba sufriendo. Escuché como si muchas voces estuvieran hablándome al mismo tiempo al oído, pero estaba consciente de que todo el lugar se encontraba en silencio. Mi cuerpo se tensó y me retorcí del dolor pidiendo que todo esto se detuviera. Abrí los ojos para verme en el espejo frente a mí, con la vista nublada a causa de las lágrimas y pasé mis manos por mi espalda al sentir que el dolor provenía de allí. Comencé a rasguñar mi espalda con desesperación y no dejaba de llorar, estaba asustado y sólo esperaba que Yoongi llegara de algún modo y me salvara. — ¡Ah! — me quejé al sentir algo extraño incrustado en mi espalda y al traté de sacármelo para ver de qué se trataba. Aguanté la respiración y de un jalón, una pluma blanca ensangrentada se encontraba en mi mano. Parpadeé varias veces tratando de analizar si lo que estaba sucediendo era real. Sin embargo otro desgarrador dolor en mi espalda me impidió poder tomar un respiro, llevé mi mano izquierda a mi espalda e hice la misma acción. Provocando que soltara un grito y esta vez una pluma negra reposara en mi mano. 282

— ¿Pero qué... — ¡Jimin! — escuché el grito de alguien bastante familiar cerca de mí y al levantar mi vista. Yoongi se encontraba de pie, provocando que ambos nos quedáramos sin aire al vernos a los ojos. Pude ver que los demás estaban detrás de él, incluyendo a Taehyung. Los demás Íncubos y Súcubos parecieron sorprendidos, a excepción de la madre de Yoongi, quien tenía ahora una amplia sonrisa al ver a su hijo. Yoongi se vio desconcertado al verme en ese estado, llorando y sufriendo de dolor. — Al fin llegaste hijo — saludó ella y Yoongi pareció arder en furia. — ¡No soy tu hijo, maldición! ¡¿Qué diablos le hiciste?! — gritó molesto Yoongi y se acercó corriendo hacia mí, pero dos hombres lo tomaron de los brazos impidiendo que se moviera. Los demás se vieron vulnerables y terminaron inmovilizados como él. Las personas alrededor reían como si todo esto fuera una especie de espectáculo. Grité aún más fuerte y cerré los parpados de nuevo con fuerza, sintiendo ahora todas las miradas sobre mí — ¡Jimin! —gritó Yoongi. — Silencio — escuché como si alguien hubiera recibido una cachetada — Disfruta del espectáculo Yoongi — le escuché decir a ella con un tono tan despreciable y oscuro, que por unos momentos sentí que hubiera sido lo último que hubiera escuchado en mi vida. Ya que sentí como si algo saliera de mí y el tiempo se hubiera detenido para mí. En ese pequeño instante sentí mi cuerpo totalmente mío de nuevo y el dolor había desaparecido por unos momentos. Levanté mi mirada hacia el espejo y quedé totalmente sorprendido con lo que estaba viendo frente a mis ojos. Aplausos comenzaron a inundar el salón y yo estaba en shock sin comprender lo que estaba sucediendo. — Eres la unión entre el cielo y el infierno Jimin — le escuché decir a la madre de Yoongi — Mitad Íncubo y ángel, producto de un amor prohibido — agregó ella y me observé en el espejo. Ahora dos grandes alas sobresalían de mi espalda. Sin embargo una de ellas era de plumas blancas y la otra era de plumas negras. —Has despertado finalmente — susurró ella ahora en mi oído.

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Capitulo 43 Mis ojos no dejaban de observar a Jimin con asombro y admiración, me encontraba en estado de shock por ver algo tan sorprendente y bello en toda mi vida. Los aplausos cesaron poco a poco, miradas tanto de fascinación y confusión se fijaban ahora en el chico de cabello negro que tenía aquellas dos alas de diferente color. Jimin seguía siendo un ángel y era simplemente demasiado hermoso para mis propios ojos. Los profundos y asustados ojos de Jimin se fijaron en los míos, no pude evitar sentir una extraña corriente eléctrica recorrer mi cuerpo de pies a cabeza con emoción al ver su bello rostro. Sabía que tenía miedo de lo que estaba ocurriendo y simplemente me limité a sonreírle, tratando de darle a entender que todo iba a estar bien. Sentí el fuerte agarre del hombre detrás de mí dejándome atado de manos, ella me tomó del cabello con fuerza y me obligó a inclinar mi cabeza hacia atrás para verla a los ojos. Su mirada era demasiado oscura y llena de ira por el mundo entero, una sonrisa se asomó en su rostro y sentí mi mejilla arder de nuevo en el momento que me golpeó en el rostro dándome otra cachetada. — Pero mira lo que has provocado Yoongi — dijo ella y me soltaron bruscamente dejándome caer de frente al suelo. Me quejé por el golpe y me moví para quedar acostado mirando hacia arriba. Ambos lados de mi cara me ardían por las dos cachetadas que había recibido. Sin embargo la golpiza que comenzaron a darme en el suelo por parte de dos hombres que trabajaban para ella, hicieron que mi doloroso pasado saliera a la luz de nuevo. Haciéndome sentir estúpido y vulnerable por el de no poder defenderme, le estaba dando el gusto a ella de verme sufrir. Escuchaba gritos de aliento y emoción por parte de los invitados de ella, a la vez que escuchaba las cadenas de Jimin tratándose de moverse y sus gritos diciendo mi nombre, pidiendo que se detuvieran. Aunque yo sabía que podía ser más fuerte que esto, cuanto disfrutaría mi venganza en unos minutos. Ya que todos habíamos elaborado un plan antes de llegar aquí. Mi cuerpo había sido víctima de la paliza que me habían dado por unos minutos, sentía la sangre brotar de mis labios y todas las miradas sobre mí. Después de unos minutos decidieron dejarme en paz y me quedé inmóvil en el suelo buscando recuperar el 284

aliento, Jimin me miraba con preocupación y me sentí miserable de que él me hubiera visto de este modo. Jungkook, Seung y Hoseok permanecían inmóviles buscando alguna oportunidad para poder tener libertad y hacer algo en contra de ella. Taehyung se encontraba en estado de shock aun sin creer que estaba viendo a Jimin en su forma de un ángel. Ella dio un especie discurso a sus invitados dando por terminada el supuesto espectáculo que había realizado. La sala comenzó a vaciarse y ahora quedamos todos nosotros atrapados en las garras de esa mujer que estaba totalmente dispuesta a deshacerse de nosotros. Un hombre más fuerte que yo me levantó del suelo y me dejó de rodillas, totalmente expuesto a los ojos de los demás, con el rostro casi desfigurado. El salón se quedó en silencio y ella estaba de pie mirándonos a cada uno de nosotros con una sonrisa. Su mirada se centró ahora en Seung, Jungkook y Hoseok, quienes estaban totalmente serios y ella les miraba con diversión. — Vamos, ya dejen de estar ocultándose. Ya los descubrí — comentó ella junto a una sonrisa — Sé que vinieron aquí para ayudar a alguien de su especie — los tres Guardianes se tensaron y Seung fue el primero en dejar a la vista sus alas con total seguridad, casi desafiándola. Jungkook le siguió y Taehyung miraba asustado a ambos chicos sin saber lo que ocurría — ¿L-Los ángeles son r-reales? — tartamudeó él asombrado. Escuché una maliciosa risa de su parte — Sí que lo son, humano idiota — le regañó ella silenciando a Taehyung y el castaño de mi mejor amigo Hoseok se sintió en apuros. Ella se acercó hasta el castaño, quien mantenía la mirada en el suelo sin querer tener el valor de revelar sus alas. El sólo acto de revelar su verdadera naturaleza a humanos como Taehyung, significaba que podría poner en peligro sus propias alas y entraría en juicio con Jungkook quien decidiría el castigo más apropiado para él. Aunque fuera un Íncubo, sabia también cosas de los ángeles y la mayoría de lo que sabía era gracias al sirviente de mi madre, SeokJin. — ¿Qué hay de ti? — ella levantó el mentón de Hoseok con fuerza, obligándolo a verla al rostro — ¿Tendré que hacerlo a la fuerza? — susurró ella y Hoseok se vio asustado, lo cual ella notó al darle una mirada de reojo a Taehyung. — Hoseok, hazlo — le ordenó Jungkook con seriedad sin dejar de mirar al frente. El nombrado pasó saliva y ella le sonrió — Ya veo...qué sorpresa tenemos aquí, un ángel y un humano — sus ojos brillaban con fascinación y lentamente se alejó de 285

Hoseok para ahora acercarse a un indefenso Taehyung — El mundo sí que se volvió loco — comentó con desprecio y me hirvió la sangre. — ¡Cállate, la maldita boca! Tú eres la demente aquí — grité molesto frente al hecho de su desprecio ahora por una relación como la de ellos dos. Ella chistó y recibí un codazo en el estómago para que me callara. Hoseok seguía sin hacer nada y justo en el momento que vio una pistola contra la cabeza de Taehyung, se desesperó. — ¡No le haga daño! — la mujer se estaba resistiendo a tirar del gatillo, preocupando demasiado a Hoseok y de paso a Jimin al temer que le hicieran daño. Ella lo miró con arrogancia esperando a que dejara sus alas al descubierto. — ¡Hoseok, deja la cobardía! — le gritó Jungkook sorprendiéndonos a todos. — ¿Jungkook? — susurró Hoseok asustado y este lo vio con repentinas lágrimas en los ojos, lo cual al parecer sorprendió a Seung. — ¡Sí tanto lo amas has algo por salvarlo, no te quedes sin hacer nada! ¡Haz lo que dice! — le gritó Jungkook desesperado — ¡Hoseok! — Jungkook agachó su mirada y comenzó a sollozar, lo cual me dejó sorprendido al no haberlo visto así antes. Seung no quitaba su mirada de él y se veía dolido. — Qué emocionante es el amor juvenil — comentó ella y apretó con su mano las mejillas de Taehyung para levantar su cabeza al tomarlo del cabello — Qué repugnante es el amor. Hoseok no pareció soportarlo aún más tiempo y finalmente extendió sus alas, sentenciándose a sí mismo al decidir quedarse con Taehyung. Ella pareció satisfecha y dejó libre a Taehyung, Jungkook permanecía sollozando en el suelo mientras Seung se mantenía alerta esperando a terminar todo esto de una vez por todas. En el instante que la vi acercarse a Jimin con esa pistola en su mano, fui yo el que se comenzó a desesperar. — Ahora, ¿Qué haré contigo Jimin? — lo observó de arriba abajo y tocó con su mano sus alas en su espalda. Provocando que este se moviera incómodo. Él y ella intercambiaron miradas, luego Jimin se quejó al parecer por el dolor que ella le provocaba con sólo mirarlo. Me enfadé demasiado y al tratar de moverme, el susurro de Seung llamando mi nombre me detuvo. Vi de reojo sus manos moviéndose detrás de su espalda y sabía que había logrado librarse, aunque todavía no podía hacer nada al respecto. — Déjalo — dije molesto y ella me retó con la mirada. 286

— ¿No tienes el mínimo deseo de verlo sufrir Yoongi? — susurró ella y fruncí el ceño. — ¡Vete al diablo! — recibí otro golpe en el estómago y solté un quejido — ¿Cómo piensas que le haré daño si yo lo amo? — dije con la voz débil y provoqué que su ira aumentara en ella. — ¿Qué es lo que acabas de decir? — preguntó ella articulando cada palabra y apretando los puños con fuerza. En estos momentos era como revivir mi infancia cuando ella me insultaba y me golpeaba cuestionando mis sentimientos que le tenía a Jimin. Yo sonreí — Lo que acabas de escuchar — afirmé — Amo a Jimin más que nada y sería hasta capaz de dejar ser un Íncubo para permanecer a su lado, entiéndelo de una vez por todas. Jimin en ese momento pareció tranquilizarse un poco gracias a mis palabras, cesando sus quejidos y ella se mantenía inmóvil de pie mirándome con odio, respirando frenéticamente tratando de controlar su ataque de ira. Yo me mantenía firme viéndola a los ojos a la defensiva y relamí mis labios probando mi propia sangre en estos. Ella comenzó a acercarse lentamente hacia mí — Retráctate Min Yoongi — ordenó fríamente muy cerca de mi rostro. De niño siempre me decía que me retractara. — No. Recibí otra cachetada aún más fuerte y su grito resonó en todo el lugar — ¡Te odio! Suspiré y reí — Ódiame todo lo que quieras, porque es lo único que sabes hacer. — Cállate — exclamó ella y me empujó bruscamente hacia el suelo. Me quejé por sentir mi cuerpo adolorido y me arrodillé de nuevo como pude con dificultad, le di una mirada a Jimin y este estaba totalmente preocupado por mí. Agaché la mirada avergonzado ya que no quise que me siguiera viendo de este modo. — Veamos...ya agotaron mi paciencia, así que haremos esto rápido — dijo ella e hizo una señal a sus guardaespaldas. Uno de los hombres levantó la cabeza de Jungkook con brusquedad y este se movía asustado al ver que le iban a inyectar algo en el cuello. Otro hombre hizo la misma acción con Seung y este se mantenía lo más natural que podía. Taehyung estaba desesperado por ver a Hoseok en el mismo estado y yo no tenía idea de lo que le podían hacer.

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Ella le dio una mirada a los tres — Los Guardianes sí que son una molestia — dijo junto a un suspiro y chasqueó los dedos para así ordenarles a los otros que inyectaran ese líquido desconocido en su cuello. — ¡Deténgase! ¡Hoseok! — comenzó a gritar eufórico Taehyung, tratando de moverse y en ese instante comenzó a recibir una fuerte golpiza. — ¡Taehyung! — gritó Hoseok y se creó una especie de distracción que le dio ventaja a Seung de dejar sus manos libres y rápidamente golpeó al hombre que tenía atrás. Jungkook pareció también tomar ventaja de ello e hizo lo mismo, librándose de ser inyectado seguro con veneno. Seung le quitó rápidamente el arma que el guardaespaldas tenía para luego noquearlo y Jungkook le siguió para así quedar junto a él con un arma en su mano, ambos actuaron demasiado rápido que ni siquiera los demás pudieron reaccionar. Eran bastante agiles a decir verdad. Seung mantenía la mira en ella y quedaban cuatro hombres restantes en la habitación. Jungkook me liberó, mientras Hoseok y Taehyung permanecían inmóviles en su lugar. Los cuatro hombres parecían armados y Seung sin pensarlo dos veces les disparó a una velocidad impresionante. Tanto como Jungkook y yo quedamos sorprendidos. En el instante que otro trató de atacar a Seung por la espalda, Jungkook esta vez le disparó logrando salvarlo. — Gracias — susurró Seung y ahora ambos la tenían a ella en la mira, quien estaba armada y estaba dispuesta a querer ganar. — Dame el arma Jungkook — ordené molesto y él no me lo permitió. — Si te mueves, llevo a Jimin conmigo — dijo ella junto a una sonrisa y pude ver que Hoseok se había soltado, permaneciendo aun inmóvil con la intención de tomar un arma que había en el suelo. — Deja la maldita obsesión con Jimin — exclamé harto de su intención de querer herir a mi chico. Jungkook hizo una señal con su mano diciéndome que guardara silencio, se veía demasiado serio y frío a decir verdad. — Jimin es valioso para nosotros, así que nos haremos cargo de él — dijo Jungkook — Sí él es una prueba en carne propia de que un ángel y un demonio pueden ser uno solo, no permitiré que le haga daño. Además también fue un humano y yo sigo siendo su propio Guardián — explicó este y Jimin lo miró sorprendido. Ella rió y colocó su dedo en el gatillo a punto de disparar. De repente un disparo resonó en todo el salón dejándonos helados al pensar que ella había disparado. Sin 288

embargo quien recibió el disparo fue ella misma, al momento que vi a Hoseok con un arma en sus manos. Ella recibió el disparo en el pecho justo donde quedaba su corazón, provocando que soltara el arma y se apoyara en la pared de atrás. Hoseok se acercó a ella, apartó el arma con su pie y le arrebató el collar con la esfera de cristal que tenía en su cuello. Ella se desesperó y Hoseok lo arrojó en el suelo para destruir el dije con un disparo. — ¡No! — gritó desesperada y de una vez por todas todo esto había terminado. Los demás nos encontrábamos en silencio, Hoseok arrojó el arma a un lado, caminó unos cuantos pasos y se derrumbó en el suelo de rodillas totalmente débil. Taehyung con el cuerpo algo lastimado por la golpiza, se acercó a él corriendo y lo abrazó contra él. Sus alas comenzaron a tornarse negras y lentamente las plumas comenzaban a desprenderse de estas, convirtiéndose en polvo en el suelo. Hoseok se veía débil y Seung se acercó a ellos dos para decirle a Taehyung que todo estaba bien. Ahora Hoseok había elegido ser un humano para quedarse junto a Taehyung y ambos olvidarían todo lo que habían visto, seguirían amándose mutuamente pero en una vida totalmente normal. Jungkook arrojó el arma a un lado y ocultó sus alas de nuevo, quedando con su camisa rota en la espalda. Ambos observamos a esa mujer que jamás en la vida consideré como una madre, ahora sin vida en el suelo con los parpados cerrados. — Yoongi — me llamó Jimin quien aún se encontraba sin poder moverse. Salí corriendo hacia él y sostuve su rostro entre mis manos — ¿Estás bien? ¿Te duele algo? — pregunté preocupado. — Me preocupas tú Yoongi, ¿Te duele el rostro? — preguntó él y Jungkook logró quitarle las cadenas. Rodeé mis brazos en su cintura, logrando que una agradable calidez recorriera todo mi cuerpo al estar él entre mis brazos. — No te preocupes por mí bebé, yo estoy bien con tal de que estés conmigo — susurré contra su cabello y él se alejó para verme con una amplia y hermosa sonrisa que me enamora cada día más de mi vida. — ¿Acabas de decirme "bebé"? — me cuestionó junto a una risita infantil y llena de ternura, como si eso lo pusiera feliz. Me avergoncé y hundí su cabeza en mi pecho para abrazarlo de nuevo — Cállate Park, no arruines el momento — balbuceé tratando de mantener mi seriedad, pero vamos 289

Jimin ya me había cambiado en muchos aspectos y me encantaba el nuevo yo en el que me había transformado. Jimin se rió y lo solté de mis brazos de nuevo, ambos mirándonos a los ojos como siempre lo hacíamos. Provocando un millón de sensaciones dentro de mí, que me hacían volver loco por él y sabía una vez más que lo amaba demasiado. Observé a Jimin con una sonrisa, contemplando su rostro, sus mejillas, sus labios y sus alas que lo hacían ver demasiado perfecto y hermoso. — Chicos... — escuché la voz de Jungkook impidiendo que le diera un beso a Jimin — Creo que ya es su turno — dijo él. — ¿Cómo va a ser tu juicio? — pregunté algo curioso. Según lo que he escuchado los ángeles tienen una forma diferente e inusual de juzgar a alguien. Jungkook sonrió y guardó su mano en el bolsillo de su pantalón — De una forma bastante fácil — rió y en el momento que sacó su mano de su bolsillo, tenía una manzana roja en su mano. — ¿En serio? — dije no tan emocionado y viendo la fruta que representaba el pecado en sí. — Si — afirmó y me lanzó la manzana para así yo tenerla en mis manos — No es una manzana normal — nos guiñó un ojo y se quedó esperando a que decidiera morderla. Mantuve mi mirada en la fruta que a simple vista se veía demasiado provocativa y deliciosa de probar. Jimin me observó dudoso y sin esperar más, la acerqué a mis labios y le di un mordisco, probando un dulce sabor en mi boca. Le di la manzana a Jimin y él también decidió darle una mordida. A él le pareció agradarle el sabor tanto como a mí, hasta que sentí un amargo y nauseabundo sabor en la boca como si hubiera comido otra cosa. Ambos hicimos una mueca por el repentino cambio de sabor y Jungkook nos miró. — No la pueden escupir — explicó y como pude tragué la porción de manzana en la boca. — ¿Qué era eso? Sabía horrible — me quejé tapándome la boca y tratando de pasar saliva. Jimin también pasó la porción de manzana en su boca y luego tenía una expresión de desagrado en su rostro, de todas maneras seguía viéndose tierno.

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— No les borraré la memoria pero pido que mantengamos todo esto en secreto de Hoseok y Taehyung, ¿entendido? — dijo Jungkook y ambos asentimos frente a las indicaciones de él — ¡Nos vemos! — dijo para luego alejarse de nosotros. Me sentí algo aliviado con sus palabras. Si Jungkook decidía borrar nuestros recuerdos, también se podría llevar muchos momentos valiosos entre Jimin y yo. Ya que sabíamos que una parte de nuestra relación comenzó con el juego del pecado y la lujuria, donde ambos terminamos siendo condenados.

Me quedé allí de pie observando a Jimin y Yoongi juntos, esperando a que lo que habían comido les hiciera efecto. Ellos dos siguieron hablando por un rato y me acerqué a Seung, quien miraba a Hoseok y Taehyung ambos inconscientes en el suelo. De repente escuché la voz desesperada de Jimin llamando a Yoongi y este también había terminado inconsciente en el suelo. Le di una mirada a Jimin y cuando este estaba a punto de decirme algo, vi que también comenzó a sentirse débil y cayó inconsciente junto a Yoongi. Las alas de Jimin comenzaron a debilitarse y se tornaron de un solo color negro, mientras que poco a poco comenzaban a caerse las plumas y se convertían en ceniza. Esta vez sí había perdido sus alas y ambos finalmente serían uno solo. Si Jimin permanecía siendo mitad Íncubo y ángel, significaría una guerra entre el cielo y el infierno. Lo cual no debería ocurrir por el momento. Así que la mejor decisión que pudieron tomar había sido el de elegir pertenecer al mundo mortal y morder la manzana del pecado. Seung y yo ahora quedamos solos en silencio. Él no dejaba de mirarme y mi mente estaba perdida en algún lugar de mi pasado. Cuando le grité a Hoseok pidiendo que salvara a Taehyung, no pude evitar sentir que era yo mismo en la situación por la que viví. Quería que Hoseok hiciera algo y no terminara cometiendo el mismo error que yo hice, en el que perdí a la única persona que amé. — Jungkook, ¿Estás bien? — quiso saber Seung. No tuve el valor de querer mirarlo al rostro — Si te refieres a lo de hace unos momentos, sí — respondí seco refiriéndome a mi ataque de lágrimas mucho antes. — Estás mintiendo — le escuché decir y me quitó las palabras de la boca al sentir que me abrazó por detrás — Sé que no estás bien Jungkook — sentí su aliento detrás de mi nuca y sus brazos rodeaban mi abdomen. 291

No me moví de mi lugar y reí nervioso — ¿Pero qué estás diciendo? — traté de soltarme de su agarre, pero no me lo permitió. — Déjame ayudarte, por favor — me quedé helado con sus palabras. — ¿De qué hablas? — susurré casi sin poder hablar al saber de lo que todo esto se trataba. — Déjame ayudarte a olvidar al humano que amaste, Jungkook — susurró en mi oído y me quedé en total silencio frente a sus palabras. ¿Seung qué sucede contigo?

Los demonios no son inmortales ya que en algún momento deberán volver al lugar que pertenecen. Y todo demonio tiene su propio pecado por el cual alguna vez cayó en amor.

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Capitulo 44 Solté un suspiro y abrí los parpados lentamente, despertando del sueño tan pesado que tenía. Sentí mi cabeza apoyada en una almohada y la luz de las persianas me nublaban la vista, un olor a café llegó a mis fosas nasales y dos brazos delgados me rodeaban por la cintura. Moví mi cabeza levemente entre las almohadas y vi la mesa junta a la cama con una taza de café al parecer. La luz de la mañana se infiltraba por la ventana y una calidez recorrió todo mi cuerpo. Moví mis pies entre las sabanas sintiendo las piernas de él entrelazadas con las mías, su suave respiración estaba contra mi nuca y sabía que esta era una de las mejores formas de las que me gustaría despertar. Tallé mis ojos los cuales estaban algo hinchados al despertar y la camiseta holgada que llevaba dejaba al descubierto las marcas de sus besos en mi clavícula. Sonreí levemente y escuché un gemido de su parte al estar despertándose. Me moví entre sus brazos y quedé frente a frente para observar su rostro al despertar. Tenía todo el cabello desordenado, sus labios estaban rojos y un poco hinchados por las mordidas que la había dejado la noche anterior. Acaricié con mi dedo su mejilla y Yoongi abrió los ojos lentamente para luego sonreír levemente al verme — Buenos días — dije junto a una sonrisa y él suspiró. — Buenos días, bebé — Yoongi estos días no me ha dejado de decir "bebé" lo cual me encantaba — Te traje café pero me quedé dormido al querer abrazarte — susurró con la voz ronca haciendo un puchero bastante tierno a mis ojos. — Gracias — besé su mejilla y me levanté para sentarme en la cabecera de la cama. Estiré mis brazos, sintiéndome totalmente tranquilo al dormir en una cama tan cómoda como era la de Yoongi. Después de que había salido del hospital, he estado descansando en la casa de Yoongi y he visitado de vez en cuando a mi madre. A la vez que nos vemos con mis amigos en una cafetería cerca de la estación del tren para el internado. Podría decir que las cosas estaban mucho mejor para todos y estaba bastante feliz de estar con Yoongi de este modo después de todo lo que pasamos. Agarré la taza de café, olí ese agradable olor por unos segundos y luego le di un sorbo a la bebida que ahora estaba fría. Aun así lo estaba disfrutando, a la vez que Yoongi me tomó de la mano y se quedaba allí mirándome tomar café como si fuera lo más interesante del mundo. 293

— ¿Qué me ves? — pregunté dándole una mirada picara y escondiendo mi boca en la taza. Él se quedó en silencio y acariciaba con su dedo pulgar el dorso de mi mano — Eres hermoso — dijo sin rodeos y con una expresión de total admiración que logró sacarme una sonrisa. Dejé el café a un lado en la mesa, me quedé allí observándolo desde arriba mientras estaba sentado y él me miraba con aquellos oscuros ojos que ahora me recordaban a un felino. Se vía demasiado adorable como para ser mi novio. Me acerqué lentamente a él sin decir nada, ni despegar mi mirada de sus ojos y sintiendo la pasión entre nosotros a la vez que era algo cálido y suave que aceleraba nuestros corazones. Me quedé sobre él, apoyando mis piernas a cada lado de sus caderas y sentándome suavemente sobre su abdomen. Entrelazamos nuestras manos y me agaché para llegar hasta su rostro, contemplándolo en silencio. Nuestros ojos siendo testigos del sentimiento y deseo profundo que teníamos hacia el otro, a la vez que con una sonrisa radiábamos felicidad. Yoongi soltó una de sus manos y la subió desde mis caderas hasta llegar a mi nuca, mientras que nuestras manos entrelazadas las llevaba hacia su pecho al ritmo de que iba acortando la distancia entre nuestros labios. — Tú eres aún más hermoso Yoongi — jadeé contra sus labios y cerré mis parpados. Sus labios y los míos se encontraron una vez más, dibujando una obra de arte con nuestros labios. Yoongi me tomó del cuello, rodeando ambos brazos en mi nuca y yo apoyé mis manos en la cama a cada lado de cabeza. Escuchaba el sonido de nuestros labios besándose y sin contenerme, mordí su labio inferior con fuerza atrapándolo levemente entre mis dientes. Él soltó un gemido y cuando tuve la oportunidad introduje mi lengua en su boca. Me aferré a su cuello con fuerza, queriendo abrazarlo para tenerlo más cerca y él se levantó para quedar yo sentado sobre su regazo, rodeando así mis piernas en su cintura. Enredé mis manos en sus cabellos, Yoongi colocó sus manos en mis caderas e inclinó levemente su cabeza sin querer dejar que me separa de sus labios. Después de unos segundos ambos tratamos de recuperar la respiración, sintiendo nuestros latidos contra el pecho del otro mientras apoyábamos nuestras frentes junto a un suspiro. Yoongi me empujó levemente hacia atrás para quedar con la espalda apoyada en el colchón y él quedó sobre mi cuerpo. Sus brazos estaban a cada lado de mi rostro, la camiseta que llevaba era algo también holgada para él y su sedoso cabello caía sobre 294

su rostro. Entrelazó sus dedos con los míos de nuevo, sus labios eran rojizos, suaves y pequeños que acompañaban su pálida piel que ya no tenía rastro alguno de los golpes que había recibido. Aunque los siguiera teniendo, se vería simplemente perfecto. — Jimin... — llamó por mi nombre con una total suavidad y sutileza que me encantaba. Yoongi se inclinó sobre mí y besó esta vez mi frente con dulzura, luego para depositar un beso en mi nariz y en mis parpados con delicadeza. Besó mis mejillas para luego darme un corto beso en los labios que con sólo unos segundos lograron completar todo mi mundo y me hacía sentir aún más afortunado de haberlo conocido hace tiempo. — Tal vez fuimos destinados a conocernos desde hace mucho tiempo Yoongi — susurré apoyando mi mano en su mejilla y dejando que nuestra propia felicidad y tranquilidad nos consumiera. Como si una llama a fuego lento fuera dejando cálido nuestro corazón. Él rió y suspiró — Sí tú lo dices. Una de las cosas que había aprendido con Yoongi, era que absolutamente todo era posible, como el hecho de que habíamos entrado en un juego bastante peligroso de la seducción, encontrándole también el lado puro y seráfico de nuestro amor. Ya que podíamos ser ambas cosas en uno sólo y que todo también era posible con el amor. — Te amo Yoongi — susurré conectando nuestras miradas y convirtiéndose en una sola. — Yo también te amo Jimin — respondió acariciando mi mejilla y una sonrisa se asomó en su rostro. Mis mejillas se tornaron de un color rosa y ambos sonreímos, abrazándonos en aquella tranquila y perfecta mañana, donde nos daba a entender que ahora muchas cosas se avecinaban para ambos.

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Epilogo Se encontraban dos chicos juntos en aquel amplio y adornado parque el cual conocían desde hace mucho tiempo. El cielo estaba pintado de un color azul índigo, donde el sol estaba en su resplandor, las flores y los arboles eran un carnaval de colores por la primavera que había comenzado. Había unas cuantas personas caminando entre los árboles o niños jugando a perseguirse entre sí, los cuales a Jimin y Yoongi les hizo recordar a ellos años atrás. Ambos adultos ahora, observaron el lugar con admiración y las memorias pasadas que habían sido nubladas por el tiempo se fueron aclarando para los ojos de Jimin. El pelinegro sintió una extraña melancolía en su pecho pero al sentir la mano de Yoongi con la suya, recordó la razón por la que ambos se encontraban allí. Después de todo habían transcurrido cinco años desde que se habían sido novios, desde que abandonaron ambos mundos sobrenaturales al que pertenecían, permaneciendo así juntos, viviendo una nueva vida que ambos compartían con alegría en cada beso, caricia y palabra que se decían. Jimin había terminado su escuela y ahora estaba a punto de terminar la universidad juntos. A la vez que sus amigos también estaban disfrutando de sus vidas, ya que Hoseok y Taehyung aún seguían amándose y vivían juntos como en el caso de Yoongi y Jimin. Además que Seung y Jungkook también llevaban una relación bastante cercana entre los dos. Ambos iban en un solo camino donde lentamente y con delicadeza iban creando una relación que tal vez podría conllevar a un romance, lo cual sería algo caótico ambos ángeles, pero ¿Por qué no? Después de todo ambos anhelaban que alguien sólo los amara. El grupo de amigos no se habían visto hace unos tres meses desde que organizaron juntos un viaje a una isla tropical, donde ocurrieron muchas cosas que cambiaron el rumbo de las vidas de ellos. Incluyendo a Jimin y Yoongi, quienes ahora eran prometidos. Jimin y Yoongi caminaron entre los arboles tomados de las manos, ganándose unas cuantas miradas de algunas personas pero ambos eran lo bastante felices para no dejar que eso les afectara. Observaron un árbol el cual dejaba que se infiltrara los rayos del sol con suavidad y decidieron tomar asiento bajo aquel árbol.

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Se miraron entre sí con una sonrisa y observaron sus manos entrelazadas con aquel sencillo anillo de oro en su dedo anular, el cual sería el mismo que usarían al casarse en unos meses. Yoongi tomó la mano de Jimin entre la suya y contempló la muñeca de este, acariciando a la vez el tatuaje que llevaba en su delicada piel, el cual ambos compartían. Aquellas delgadas y curvas líneas negras en su muñeca se entrelazaban y se encontraban entre sí formando casi dos infinitos entre este. Aunque era una forma algo abstracta, para ambos chicos les significaba ese tatuaje de alguna forma en lo que representaba su amor. Ambos se quedaron allí en silencio, disfrutando la compañía del otro y el ambiente que los rodeaba. Dándoles el significado que después de todo, ambos habían encontrado su propio Edén en la tierra. Ya que una vez existió un ángel y un demonio que cayeron en el amor por el otro. Mezclando lo seráfico y demoniaco, al principio creando algo peligroso pero que al final se convirtió en algo sublime. Y esa fue la historia de ellos dos. -Íncubo.

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Sólo Ámame Honolulu, Hawaii Las olas del mar resonaban en mis oídos a los lejos al ritmo de los labios de Yoongi contra los míos. Mi cuerpo estaba debajo del suyo sobre la blanca y húmeda arena por las gotas de mar que goteaban por nuestros cuerpos, ya que minutos antes nos habíamos metido a aquel profundo mar con diferentes tonos de azul. A la vez que el viento y el sol, junto a un leve sabor salado en nuestras bocas y los suspiros agotados del otro. Convertían todo esto en las mejores vacaciones que había tenido en meses desde que Yoongi y yo habíamos estado viviendo juntos. Pasé mis manos por su espalda desnuda que tenía pequeñas gotas de agua como perlas y con mis dedos las iba borrando de su piel. Se escuchaba música a lo lejos, junto a bulla de las personas disfrutando de la playa bajo la sombra de una sombrilla. Una vez más el chico que tenía como novio, dejaba en claro en público a todo el mundo que yo era de él y que me amaba. Después de todo con los cuatro años que llevamos juntos, aprendí a tomar un poco de riesgos con él y gracias al deseo que le teníamos al otro. Aunque teníamos nuestros propios límites claro. Los labios de Yoongi fueron deteniéndose poco a poco, en un ritmo ahora suave y totalmente dulce. Abrí los parpados levemente queriendo contemplar su bello rostro con los parpados cerrados, se alejó unos centímetros de mí después de que me besara con tanta emoción y deseo. Yoongi siempre al final de besarme era tan delicado y tímido, que simplemente nos quedamos mirándonos a los ojos con una sonrisa en nuestros labios. Sentimos unas cuantas miradas sobre nosotros, pero simplemente me importaba poco ya. Después de todo cada uno en aquella isla tenía su propia vida, hacia lo que quería y nadie lo cuestionaba. Yoongi se hizo a mi lado, sentándose en la arena y tomó una toalla para colocársela en el cabello y secárselo un poco. Me quedé quieto, contemplando cada uno de sus movimientos y como él observaba las olas del mar golpear con fuerza contra la arena haciendo de vez en cuando tropezar o caer a las personas que estaban tratando de salir a la orilla. Sus ojos y la expresión que llevaba en su rostro lo hacían ver un chico serio y frío. Aunque Yoongi a veces actuara de ese modo con los demás, conmigo era una persona totalmente distinta, es la cosa más tierna y cariñosa que podía existir.

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— ¿Tienes hambre, bebé? — mi piernas flaquearon al escuchar su gruesa voz llamándome por ese apodo. Min Yoongi me sigue volviendo loco cada vez más y por el simple hecho de que lo amo. Sentí un poco de frío al momento que viento chocó contra mi cuerpo y negué suavemente — Estoy bien, tal vez podemos pasar un rato más hasta que los demás salgan del mar — él tomó otra toalla seca y me la colocó sobre los hombros, colocando su brazo en mi cintura para atraerme hacía él. Todo el día habíamos estado en la playa desde la mañana, el hotel ofrecía el servicio de poder ir a la playa o a la piscina que había en el círculo de edificios que formaban este. Jungkook, Hoseok, Seung y Taehyung también venían con nosotros en este viaje en el que nos esforzamos por conseguir, gracias a las horas extra en mi trabajo después de la universidad, con algo de ayuda de mis padres y el dinero que Yoongi poseía de su madre aún. Habíamos entrado a la universidad y Yoongi y yo aunque estuviéramos en el mismo instituto, no nos veíamos casi nunca en todo el día a excepción de la hora de descanso y luego cuando nos encontrábamos a la salida para irnos juntos a la casa que compartíamos. Así que finalmente después de unos largos días de exámenes y otras cosas, logramos tener unas vacaciones nada más y menos que en Hawaii. Ya que Yoongi y yo teníamos el mismo deseo de visitar aquella gigantesca isla. Los seis habíamos visitado varias ciudades de Hawaii por los anteriores días, yendo a la playa, caminando por la ciudad, hicimos buceo, visitamos cascadas y nos tiramos de un paracaídas, lo cual Hoseok terminó aceptando por petición de su novio haciéndose el valiente y terminó llorando del susto al borde de tener un colapso cuando llegamos a tierra firme. Taehyung y Hoseok era la pareja más melosa y feliz del viaje, para ellos todo era de color rosa. Aunque por más extraño y no creíble que sonara. Ellos dos no habían llegado a dar el siguiente paso en su relación, la cual Yoongi y yo…pasamos hace bastante tiempo. — ¿Sabes que cumpliste otra de mis fantasías en este viaje, Jimin? — dijo Yoongi apoyando su mentón en mi cabeza, mientras veíamos que Seung alzó a Jungkook y lo botó al mar a la fuerza provocando carcajadas en Taehyung y Hoseok. Mis mejillas se sonrojaron — Tú y tus fantasías conmigo — gruñí — No me lo recuerdes, por favor — dije avergonzado recordando esos momentos. Aun siento que el lado pervertido y rudo de Yoongi sigue viviendo en él, lo cual a veces me encantaba. — Pero bien que lo disfrutas — suspiró junto a una sonrisa pícara en su rostro y lo miré mal. 299

— Cállate — balbuceé avergonzado, aún sigue intimidándome y no dejo de lado mi timidez. Él me observó con aquella sublime sonrisa en su rostro con el cabello aun húmedo pegado a su frente — No se diga más — entonces me besó de nuevo, logrando que me tranquilizara y mis sentimientos cambiaran en un suspiro. Maldición, él lograba cambiar mis sentimientos en tan pocos segundos. Además de que la palabra “cállate” significaba para él como bésame, dejándome sin fuerzas ni fuerza de voluntad para resistirme a sus encantos. Creo que cuando discutíamos o nos hacíamos enfadar al otro, simplemente se remediaba con una caricia, una mirada o algún gesto. Después de todo si durábamos bastante tiempo sin hablarnos o enojados con el otro, no lo soportábamos más y terminábamos bien de nuevo. Además, ¿Para qué estar enojado con la persona que amas todo el tiempo? Simplemente terminas haciéndote daño. Sus labios jugaban con los míos entre suaves caricias en mis brazos que expresaban cariño y transmitían una inigualable calidez, seguridad y tranquilidad. Nuestras lenguas se encontraban una y otra vez, ya conociéndose desde bastante tiempo, junto a leves suspiros y mordidas a los labios del otro. Una vez más sentí que estaba en el paraíso. Yoongi y yo seguimos besándonos en ese tropical paraíso en el que estábamos los dos. Como si no hubiera ninguna prisa u obstáculo para ambos, hasta que escuché a alguien toser cerca de nosotros, tratando de llamar nuestra atención. — Oigan, seguimos en una playa pública. No es una playa nudista — le escuché decir a Jungkook y en ese instante corté el beso, aguantando una risa de mi parte. Todos nuestros amigos estaban de pie allí mojados de pies a cabeza, mirándonos atentos y con una sonrisa burlona. A excepción e Jungkook quien al parecer estaba amargado porque Seung lo había arrojado al mar. Todos se sentaron en el suelo. Hoseok y Taehyung se quedaron mirando el cielo como dos idiotas enamorados que eran, Jungkook se secaba con la toalla ya incomodo por la arena pegada a su piel mientras bebía agua y Seung lo miraba divertido con una pisca de picardía en su mirada. Ellos dos tenían una relación algo…complicada y extraña podría decirse. No eran pareja, simplemente amigos que al parecer Jungkook metió a Seung en la friendzone y este no deja de molestarlo o darle indirectas, lo cual era notable que este le gustaba a Jungkook. Aunque estuviera un poco preocupado por ellos dos, ya que siguen siendo ángeles. Sé que Jungkook actuaria según lo que en realidad siente. 300

— ¿Qué tal si vamos a una playa nudista? — comentó de repente el castaño de Seung como si fuera lo más normal del mundo y sin dejar de mirar a Jungkook. Quien al escuchar sus palabras se atragantó con el agua y abrió los ojos sorprendido. Todos miramos al chico como si fuera un bicho raro, aunque bueno él es raro — ¿Qué? — ¿Quieres vernos desnudos o qué, Seung? — comentó Yoongi arqueando una ceja. Podría decirse que Yoongi y Seung son bastante compatibles de personalidad, ya que se llevan bien, aunque Jungkook sigue siendo igual de arisco y seco con los demás. Seung pareció pensar — Mmh…tal vez, pero a una persona en específico — comentó y desvió la mirada de Jungkook, haciéndose el desapercibido. Yo fui el único al parecer que captó el mensaje, a la vez que Jungkook de pasar a nervioso, se veía furioso. — Vete a la… — ¿Con esa boca dices un querubín, Jungkook? — le reprendió Seung en voz baja, asegurándose de que Hoseok y Taehyung no escucharan. Yoongi y yo éramos testigos de sus roces y peleas entre ellos. Lo cual me hizo recordar a alguien en el pasado. Para ser más exactos a Yoongi y a mí, quienes nos odiábamos hasta no más poder y terminamos donde estamos ahora. — ¿Con esa actitud dices ser un Guardián, Seung? — se defendió mi amigo, dejando callado al nombrado quien sonrió satisfecho. — Touché — comentó él y no podía ser más gracioso ver a estos dos pelándose. ¿Soy el único que siente una gran tensión sexual entre esos dos? Seung se acostó sobre la arena y cerró los ojos, como si hubiera ganado la batalla contra Jungkook. Quien no dejaba de mirarlo a este en silencio y suspiró — Hoy duermes en el balcón, porque no te dejaré entrar — comentó este amargado y se levantó para irse a caminar por las orillas del mar. — Como quieras, Jeon — susurró para sí mismo Seung, totalmente despreocupado. Yoongi y yo nos quedamos en silencio, sorprendidos por lo que había sucedido. Otro detalle en contra de Jungkook, era que él y Seung terminaron compartiendo habitación en este hotel que era nuestro último destino por visitar, que era la capital de Hawaii, Honolulu. En los anteriores lugares, compartíamos habitación todos por la lo costoso que a veces podía llegar a ser y en esta ocasión al parecer hubo un problema con la reservación y terminamos en parejas en tres habitaciones distintas. Vamos, ese fue Seung quien organizó todo. 301

Aunque en los anteriores días no hubiéramos podido tener del todo intimidad ya que compartíamos habitación con los demás. A Min Yoongi no le queda pequeño ese obstáculo y seguía haciendo lo que quisiera conmigo, cuando y donde fuera. Creo que no podré olvidar para nada este viaje. — Bueno, creo que nosotros nos vamos — dijo Yoongi de repente y se levantó mirando a los demás — Jimin y yo tenemos una cita, así que nos vemos luego — dijo el pelinegro tomándome por sorpresa y me ofreció la mano para levantarme. — ¿Cita? ¿De qué hablas? — pregunté confundido, él no me había dicho nada. Yoongi sonrió, besando mi frente con suavidad y me tomó del brazo para sacarme de allí — Vamos, tenemos que cambiarnos — fue lo único que dijo para jalarme a través de la playa y yo me limité a confiar en él. Después de unos largos minutos de recorrido para llegar a nuestra habitación que estaba en el piso once, ambos llegamos al cuarto y busqué en mi maleta que colocarme. Aunque al parecer Yoongi tenía todo planeado, porque observé un conjunto de ropa doblada sobre la cama que compartíamos. Yoongi regresó del baño al dejar abierto el grifo de la ducha y se acercó detrás de mí para depositar un beso detrás de mi nuca. Me sentí extrañamente emocionado y ansioso por lo que me tendría preparado, él notó mi sonrisa de un niño alegre por estar en una especie de feria y me tomó de la cintura para arrastrarme hacia el baño. — Ve a cambiarte, la sorpresa que te tengo está esperándote — susurró en mi oído y cerró la puerta del baño detrás de mí, dejándome aún más ansioso por descubrir aquella sorpresa. Luego de una rápida ducha, asegurándome que quedara limpio e impecable con la ropa que Yoongi me había preparado. Me quedé sentado esperándolo en una de las sillas que había en un pequeño living de la habitación, donde daba vista al balcón al otro edificio del hotel, donde también podías ver la piscina que había abajo. Observé la mesa que había junto a mí y en ella se encontraba una botella intacta de champán que habíamos comprado en una licorera. Aunque aún no habíamos decidido abrirla. Sentí los recuerdos invadir mi mente, mis manos sudaron y una sonrisa tímida apareció en mi rostro. Recordé aquella noche de Año Nuevo. — ¿Estás listo, Jimin? — preguntó él detrás de mí, sacándome de mis pensamientos. Me levanté y asentí con las ganas aún de destapar esa botella y probar el peculiar y efervescente sabor del champán en mi boca de nuevo.

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Yoongi se cruzó de brazos — Te diré algo — comentó él y fruncí el ceño — Mi sorpresa consiste en dos planes, uno A y B. Así que tienes que elegir. Me quedé pensando unos segundos — ¿Cuál es el A? — quise saber. Él rió y mordió sus labios algo nervioso, lo cual me provocó demasiado — ¿Quieres saber? — Sí. Yoongi rió nervioso como si tuviera alguna idea loca en la mente y vaya que sí la tenía — Hacernos un tatuaje juntos — dijo mirándome a los ojos y el silencio se interpuso entre ambos. Yo lo miré serio, procesando sus palabras y él me miraba nervioso esperando una respuesta, sintiéndose avergonzado por tener la idea más descabellada que había escuchado de su parte. Aunque no se compara a otras que me ha dicho. — ¿Un tatuaje? — pregunté sintiendo que tenía ganas de reír por la idea de que el gran Min Yoongi que era, se le podría ocurrir hacer algo así. Y mucho más si es un tatuaje de pareja. — Si. — ¿Tú y yo? — dije sin creérmela. Observé la tierna expresión de Yoongi en su rostro y se veía bastante avergonzado. Sus mejillas tomaron un color rosado levemente, movía su pierna derecha con nerviosismo, no dejaba de mirarme con un semblante tímido y comenzó a morderse el labio inferior. Parecía como si hubiera dicho algo mal o hubiera cometido un error. ¿Cómo puedo negarme a este Yoongi? Es demasiado tierno para mí. — Jimin, hablo en serio — dijo con aquel tono en el cual sabía que no estaba jugando. Mi corazón latió con fuerza y sentí una indescriptible felicidad en todo mi cuerpo. ¿Era posible que Yoongi me amara tanto como para querer hacerse un tatuaje de pareja conmigo? ¿Acaso él quería tener una marca en su cuerpo para toda la vida que demostrara que me amaba? — Yoongi, yo… — di unos cuantos pasos hacia él y lo tomé de las manos para verlo junto a una sonrisa que lo dejó inmóvil — No sabes lo feliz que me hace el de ilusionarme que quieres hacer algo así conmigo — susurré. La verdad no me agradaba muy bien del todo el hacerme un tatuaje permanente que me recordara a alguien, para luego que saliera algo mal y todo se terminara, dejándome con el arrepentimiento de haberme hecho algo así. Sin embargo me 303

agradaba la idea de intentar hacerlo, después de todo la vida en ocasiones es para tomar riesgos y hacer algo diferente ¿No? — Me encantaría, pero no sé si mis padres no se lo tomen muy bien — comenté algo inseguro ahora de pensar en cómo reaccionaría mi madre por hacerme un tatuaje. Escuché su risa y colocó su mano en mis hombros — De eso no te preocupes, ambos sabemos que tu madre me adora — comentó como si estuviera orgulloso de ello y me reí. Él se quedó en silencio esperando mi respuesta y aun así me sentí inseguro de querer aceptar su propuesta. Tenía que prepararme mentalmente, después de todo dicen que es doloroso y no quiero elegir un tatuaje del cual me arrepentiré luego. — Déjame pensarlo un poco más, ¿Quieres? — susurré y él beso mi frente con cariño, rodeándome entre sus brazos. — Cómo tú digas, bebé — susurró comprensivo y luego de darme un corto beso en los labios, me tomó de la mano — Así que vamos al plan B, este te encantará — dijo con una sonrisa atrevida y una mirada con algo de lascivia. — ¿Qué estás planeando ahora, Min? — pregunté con diversión, llamándolo por su apellido. Lo cual a veces me encantaba hacer. — Ya verás, Park — dijo y me guiñó un ojo. Iba a decir algo, pero de repente interrumpí mis palabras al sentir la mano de Yoongi en mi trasero al darme una nalgada. Lo miré confundido y él se mordió los labios como si no hubiera hecho nada, haciéndose pasar por inocente. — Me encanta que uses este short — se acercó a mi oído — Tu lindo trasero se marca aún más y sé que todo eso, es sólo mío — susurró con una voz demasiada provocativa que me hizo erizar la piel y sentí mi cuerpo temblar. Lo jalé hacía mí y sin contenerme ataqué sus labios, a la vez que mordí con fuerza su labio inferior con deseo. Tenía ahora ese fetiche con él que incluso una vez le saqué sangre por todo el deseo y excitación que esa noche tuve. Él gimió contra mis labios y me separé para verlo a los ojos — ¿Acaso quieres que te reviente el labio de nuevo? — susurré con una expresión seria, lo cual le encantó aún más — No me provoques Yoongi… — canturreé y seguí de largo dejándolo anonadado a mitad del living. …

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Un gemido resonó en mis oídos con fuerza, Jimin se aferró con fuerza a mis brazos que descansaban a cada lado de su rostro. Él se encontraba sobre el sillón del bote que había alquilado para los dos para nuestra cita, ambos estábamos en la orilla de una isla a unos minutos del hotel. La cual era una isla pequeña en Honolulu conocida por ser la isla del amor por parejas que visitaban la isla. Así que traje a Jimin a este lugar, después de todo ¿Quién querría perder esta oportunidad de tener un poco más de privacidad? Yo no, ya que amaba a Jimin más que a nada y por lo tanto, tenía otra sorpresa para él. El cuerpo desnudo de Jimin bajo mi cuerpo, se tensó por completo por la excitación y sus piernas acariciaban las mías. Recorrí con mis labios todo su cuello, dejando como siempre marcas y mordiendo suavemente su piel, provocando que su cabeza la inclinara hacia atrás. Sentí que su cuerpo tenía leves espasmos por mis caricias, a la vez que masturbaba su miembro sin descanso alguno. Recorrí con la punta de mi nariz su cuello, estaba llegando al límite de nuevo por tercera vez desde que habíamos llegado aquí y decidí dejarlo con las ganas un poco más. Jimin suspiró agitado y tal vez ya algo cansado — Y-Yoongi, hazlo y-ya — pidió él desesperado y con casi un sollozo por el placer. Alejé mi mano de esa zona bastante sensible para él y besé su frente mientras que él mantenía sus parpados cerrados. Jimin frunció el ceño al sentir que dejé de tocarlo y respiraba pesadamente. — Espera un momento, bebé — susurré y él me miró aún más nervioso al ver que me bajaba del sillón para luego acercarme a pequeña caja donde se guardaban bebidas frías, saqué la botella de vodka, tomé un tarro pequeño de sal y limones en rodajas. Lo tenía todo preparado. Me acerqué a él y vi su cabecita levantarse, mirándome con curiosidad sin saber lo que tenía planeado — ¿Qué vas a hacer? Sonreí y le di un largo trago al vodka, sintiendo que me quemaba la garganta pero simplemente mi cuerpo no dejaba de lado la excitación y la emoción. Vi su perfecto cuerpo desnudo acostado y dispuesto exclusivamente para mí y me acerqué a él para darle un beso en los labios. Para así sentir el sabor reciente del vodka. Tomé el limón en mi mano — Verás, vamos a jugar algo. Voy a hacer un rastro con el jugo de limón desde tu abdomen hasta tu cuello agregándole sal, tomarás un shot de vodka y luego llegaré hasta tu boca para que tú me des la rodaja de limón que tendrás en tu boca — expliqué y él con algo de dificultad logró sentarse para darle un sorbo a la botella con vodka — Sencillo, ¿No? — le sonreí y él hizo una mueca por el alcohol. 305

Apoyé mi mano en su pecho para que se acostara de nuevo y se relajara, él mantenía el ceño fruncido y aún se notaba que estaba demasiado caliente y no lograba tranquilizarse. — ¿De dónde sacaste esto, Yoongi? — quiso saber él y sentí su abdomen contraerse al momento que comencé a exprimir el limón sobre este formando un camino hasta su cuello y clavícula. Sonreí y seguí con colocarle la sal — Lo vi en una película americana, lo hacían con chicas pero contigo será mucho mejor — dije sin entrar en detalles. Diablos, la mirada que él tenía, sus labios y sus expresiones me volvían simplemente loco. — No me digas que… — le impedí que hablara al colocar una rodaja de limón en su boca, él frunció el ceño y no pude evitar relamerme los labios al ver sus mejillas sonrojadas por el calor. Rápidamente cuando dirigí mi boca a su abdomen, casi llegando a su zona bastante sensible. Lamí el rastro de limón limón su piel con mi lengua y sentí que él se tensó frente a mi contacto, como si quemara. Pero al parecer a medida que dibujaba un camino con mi lengua, recorriendo su pecho y sus pezones. Podía escuchar los gemidos ahogados de Jimin con la fruta en su boca. Llegué a su clavícula y mordí levemente hasta llegar a su cuello y sentir el sabor salado y acido en mi boca. Me acerqué a su rostro, sus pupilas dilatadas hasta no más poder me miraban esperando a que hiciera algo y con lentitud primero besé sus mejillas, su frente, el puente de su nariz y llegué hasta sus labios. Intercambiando el limón a mi boca y sintiendo aquel acido sabor. Me alejé de él y saqué la rodaja de limón de mi boca, le sonreí y al parecer se veía aturdido y ansioso. Sabía que le había gustado. Le indiqué a Jimin que se colocara boca abajo para mí e hice el mismo procedimiento con el limón y sal por su espalda. Ambos bebimos un poco de vodka, sintiendo que nos quemaba la garganta y también la pasión nos quemaba el cuerpo. Hice el recorrido con mi lengua por su perfecta y esbelta espalda, sintiendo que él temblaba levemente. Llegué a su cuello, sintiendo su cabello contra mi frente algo húmedo por el sudor y el calor. Me acomodé detrás de él y lamí su cuello suavemente con lentitud, produciendo un suspiro de alivio por su parte. — Ahora si podemos continuar, Jimin — susurré en su oído con la voz gruesa por el placer — Gime todo lo que quiera para mí, nadie nos podrá escuchar — un gemido reprimido salió de su garganta por mis palabras y sonreí lascivamente. — Y-Yoongi… — dijo casi con un sollozo por la excitación. 306

Besé su hombro y cerré los parpados un momento — Sabes que te amo Jimin, más que a nada. Sentí su mano entrelazarse con la mía — Lo sé Yoongi, yo también te amo — respondió él y una vez más me sentí en un paraíso en cual estábamos sólo los dos.

Abrí los parpados con dificultad para luego sentir un indescriptible dolor en mi cabeza, a la vez que sentí demasiada sed. Solté un quejido mientras que me movía entre las sabanas de mi cama y con los ojos algo hinchados, busqué con mi mano mi celular sobre la mesa junto a la cama. Toqué con mis dedos la pantalla y estiré mi mano, hice una mueca de dolor al tener una horrible resaca por la fiesta de anoche. Miré la hora y era las once de la mañana, tenía mensajes y llamadas perdidas de Jimin y Taehyung. Suspiré agotado, de seguro están en la piscina y les extrañará que no baje temprano. Aun así no sabía en qué lio me había metido anoche, ¿Cómo es qué me permití beber hasta el punto de quedar ebrio? No podía recordar muchas cosas del todo, bien hecho Jungkook… Sentí una suave brisa del aire acondicionado hacer contacto con mi hombro desnudo y me moví entre las sabanas al otro lado de la cama. Sin embargo cuando pensé que estaba totalmente solo, me encontré con el rostro de Seung a centímetros del mío, con los parpados cerrados y sus manos a un lado de su rostro. Fruncí el ceño y fue cuando noté que estaba totalmente desnudo, abrí los ojos hasta no más poder y todo mi cuerpo se paralizó al pensar en la posibilidad más obvia de todas. ¿Acaso anoche tuvimos sexo? No, no, eso no es posible, ¿O sí? Me moví de nuevo, dándole la espalda. Tratando de controlar mi respiración y el fuerte latido de mi corazón en mi pecho, mi mente estaba en blanco y no sabía si estaba mal interprendo la situación o era la realidad. De repente sentí la mano de Seung posarse en mi cadera con delicadeza, enviando un escalofrío por todo mi cuerpo. Escuché que soltó un suave quejido y colocó su otra mano en mi cabello, dando una leve caricia con dulzura — Jungkook… — susurró cerca de mi oído y mi piel se erizó en ese momento al escuchar mi nombre de sus labios. Cerré los parpados un momento y suspiré sin saber qué hacer en esta situación. Tuve las ganas de girarme para ver su rostro con el cabello desordenado, sus labios abultados en un leve puchero, sus mejillas sonrojadas, sus largas pestañas, su fina 307

nariz y ese singular lunar que tenía en su parpado derecho que sólo lo podías ver cuando cerraba los ojos. Porque sí, ya he visto a Seung dormir antes y aquel lunar era un secreto que al parecer él le encantaba que yo fuera el único en verlo. Diablos, este chico desde hace mucho tiempo me tenía desesperado. Hace cuatro años cuando realicé el juicio de Jimin y Yoongi, él había declarado sus sentimientos hacia mí y vaya que en cuatro años yo había terminado enamorándome también de él. Sin embargo seguía viendo las consecuencias que podríamos tener y yo no era tan valiente como lo fue Yoongi al querer quedarse con Jimin. Me mantenía como un cobarde guardando mis sentimientos por él y me limitaba a ignorar las frases o miradas que Seung me dirigía. Hace mucho tiempo no recibía este tipo de cariño por parte de alguien, ni la calidez que ahora residía en mi corazón y estaba seguro que Seung tampoco lo había hecho antes. Somos dos ángeles esperando a poder enamorarse otra vez en contra de lo prohibido. Aunque él me había dicho que quería hacerme olvidar del chico que amé hace mucho tiempo. Simplemente ahora el dolor en mi corazón se había aliviado un poco con los besos, caricias y miradas sinceras de Seung. Porque ahora que lo recordaba, anoche él no bebió para nada junto a Yoongi y al parecer fue el que me cuidó. Sin embargo lo que ahora sentía, era miedo. Tenía miedo nuestro destino y de que me equivocara en elegir amar a Seung. Siempre había querido que las personas a mí alrededor como Yoongi y Hoseok dejaran de ser lo que eran por encontrar el amor, en lo cual yo salí lastimado. Pero ahora sentía que tal vez mi momento de amar y romper el cascaron para salir de este mundo, había llegado. Sentí el cálido cuerpo de Seung acercarse lentamente hacia en mí y me rodeó entre sus brazos mientras dormía. Me quedé inmóvil, cediendo a sus labios en mi nuca pidiendo que me quedara un rato más allí. Cerré los ojos y suspiré tratando de relajar todo mi cuerpo, para así tratar de recordar lo que sucedió anoche y vaya que lo recordé, sintiéndome una vez más patético. Las luces de colores, el ambiente caluroso y húmedo del lugar el cual estaba lleno de gente, a la vez que la fuerte música resonaba en mis oídos me hacían tambalear un poco mientras llevaba a mis labios aquella bebida de sabor amargo pero realmente adictivo. Así es, ya estaba demasiado borracho esa noche y ni sabía cómo había aceptado a ser parte de todo esto. Sentí mi cuerpo tambalearse un poco entre la multitud, chocando mi espalda contra el pecho de alguien detrás de mí. Moví lentamente mi cabeza sin poder ver muy bien y lo vi a él mirándome a los ojos con ahora una seriedad que me causó risa. 308

Giré sobre mis talones para quedar frente a frente, con nuestros a centímetros del otro. Sintiendo el calor y tal vez la emoción en mis venas por causa del alcohol. El castaño no se vía demasiado contento que digamos, fruncí el ceño y sonreí extrañado por su actitud. — ¿P-Por qué tan amargado, Seung? — le pregunté con un tono burlón, llevando mis manos a sus caderas para sostenerme y no tratar de caer — Todo el viaje te la has pasado molestándome, ¿a qué viene tu amargura ahora? — mis palabras eran torpes y me sentía agotado con solo hablar. Seung notó que lo agarraba de la cintura con fuerza y me tomó del hombro tratando de mantener nuestra distancia — Jungkook, estás ebrio — hizo una mueca de disgusto y yo me acerqué aún más hacia él, provocando que su espalda chocara contra la pared que había detrás él. — ¿Y tú por qué no te estás divirtiendo? — susurré con la respiración agitada y casi rosando mi nariz con la suya. Él ladeó su cabeza a un lado, chocando mi rostro así con su cuello como si quisiera evitar que lo besara — No estoy de humor — respondió con sequedad y me reí. Arqueé una ceja — ¿Acaso es por lo de esta mañana? — pregunté en su oído y tuve que tomarlo del mentón para que me mirara a los ojos — No te enojes conmigo, lo siento por haberte dejado desnudo en el pasillo ¿Sí? — me reí al recordar que esta mañana cuando Seung se estaba duchando, le escondí la ropa y toallas para luego esconderme en la habitación de Yoongi y Jimin de un molesto y desnudo Seung. Él suspiró sin moverse de mi agarre que le obligaba a mirarme a los ojos — No es eso. — ¿Entonces? — quise saber y relamí mis labios al sentirme sediento — ¿Por qué estás molesto conmigo? — pregunté al ver que su mirada era profunda y seria, totalmente lo opuesto a lo que comúnmente era llena de picardía y diversión. — No es nada — frunció el ceño y logró alejarse de mi para de nuevo mantener aquella distancia entre nosotros que me enojaba al sentir que estábamos a kilómetros de distancia. — Entonces si no te sucede nada, ¿me dejarías ver el lunar que tienes en tu parpado? — pedí junto a una sonrisa y con las palabras arrastradas. Seung hizo una mueca — Ahora no Jungkook, estás muy ebrio y creo que debería ya llevarte al hotel — me tomó del brazo con fuerza — Jimin está igual de borracho que tú y Yoongi se lo va a llevar también — hizo una seña con su cabeza hacía la pareja del fondo y los divisé a los dos. 309

Chisté fastidiado — No me quiero ir, quiero ver tu lunar — siempre que veía aquel pequeño punto marrón en su parado al dormir, tenía ganas de besar suavemente sus parpados. — Vamos — él trató de jalarme pero lo tomé del brazo, empujándolo de nuevo contra la pared y quedando mi rostro a centímetros del suyo. — ¿Qué tendré que hacer para que me dejes ver? — susurré mirándolo a los ojos y lo noté nervioso. — Jungkook. — ¿Esto? — llevé mi mano por su cadera hasta llegar a su entrepierna y apreté suavemente sobre la tela de su pantalón, provocando que su cabeza se inclinara levemente hacia atrás apoyándose en la pared y que cerrara los ojos por un momento. — Mhhh — escuché un delicado gemido de su parte y luego me miró totalmente desconcertado — ¿Qué rayos estás haciendo? — me preguntó alterado y me tomó por las muñecas. Desvié mi mirada hacia su entrepierna y luego lo miré al rostro con una sonrisa — Veo que estás bastante caliente Seung. Dime, ¿Acaso es por mí culpa? — susurré en su oído. — Deja de jugar Jungkook, tú ya sabes una respuesta — me reprochó con el ceño fruncido y yo me enojé, tomándolo así del cuello para acercarlo a mi rostro. — No estoy jugando contigo, entiéndelo de una vez — fue entonces cuando sentí sus labios entrar en contacto con los míos por primera vez. Él pareció sorprenderse por mi reacción, pero jamás se alejó en todo el tiempo que permanecimos besándonos, jugando con la lengua del contrario y ladeando nuestras cabezas en diferentes direcciones buscando continuar sintiendo aquel emocionante y destructivo sentimiento del deseo que teníamos por el otro. Vaya que ahora le deseaba. Seung y yo nos separamos por falta de aire, él tenía el cabello algo desordenado por mis manos en este. Sus rojos y húmedos labios estaban entre abiertos tratando de tomar aire y yo lo tomé del brazo para jalarlo entre la multitud. — Vamos — le dije con una sonrisa y ambos salimos de ese lugar para ir directo al hotel. Él teniendo cuidado de que yo no tropezara y yo con el afán y la ansiedad de llegar rápido a la habitación. Cuando logramos llegar al ascensor de la recepción, lo empujé dentro de este, oprimí el botón para el piso once y se cerraron las puertas. Ambos quedando totalmente solos y yo ahora con el deseo en la cabeza más que el alcohol. 310

Nos miramos unos segundos, quedando en silencio como si estuviéramos auto controlándonos de tocar al otro y simplemente no nos abstuvimos de lanzarnos a los brazos del otro, besándonos como jamás lo habíamos hecho y que desde hace tiempo queríamos que fuera realidad. Sus manos recorrían mi cuerpo encima de mi ropa con desesperación de querer sentirme y yo lo besaba en el cuello, dejando besos y mordida por este. Seung me levantó con fuerza, para así yo rodear mis piernas en su cintura y seguir besándonos, esperando a que llegáramos al piso once. Me reí internamente al pensar que tal vez nos estarían viendo por las cámaras del elevador. — Mhhh — tratábamos de decirnos algo pero simplemente el calor y el deseo que teníamos, nos quitaba el aliento y las palabras. Unos segundos después y el sonido de las puertas abriéndose en el piso, me alertó para así bajarme de su cintura y caminar juntos a paso rápido por la habitación. Yo sin querer dejar de besar su cuello en todo momento. Atravesamos el pasillo totalmente vacío para llegar al cuarto del fondo, me apoyé en la puerta sosteniendo el rostro de Seung entre mis manos, besando su cuello y sus labios mientras que él trataba de abrir la puerta con la tarjeta de la habitación. Sentí la puerta abrirse detrás de mi espalda, provocando que perdiera un poco el equilibrio y él me tomó con fuerza para que no me cayera. Cerró la puerta con el pie, arrojó la tarjeta a un lado y rápidamente como encontró la cama, me empujó con fuerza a esta. Quedó el sobre mí después de quitarse su camiseta y atacó mi cuello sacándome demasiados gemidos y suspiros de mis labios. Pasé mis manos por su espalda hasta su trasero queriendo quitar su pantalón y él logró despojarme primero de toda mi ropa quedando solamente frente a sus ojos en bóxer. Suspiré con algo de alivio y él se mordió el labio al verme de ese modo frente a sus hermosos ojos. — Eres perfecto — susurró y mordió mi cuello sacándome un gemido y que inclinara la cabeza hacia atrás. — S-Seung… — el alcohol definitivamente ayudó un poco en que sintiera mi cuerpo literalmente en llamas, sentía mi piel arder con sus labios y ya no había marcha atrás — Creo que debí aceptarte esa propuesta hace tiempo — dije entre risas al sentir tal placentero sentimiento. — Jungkook, sí mañana te arrepentirás de esto — susurró en mi oído — Entonces me encargaré de que te arrepientas toda tu vida — jadeó y mordió el lóbulo de mi oreja sacándome un gemido — Se sólo mío. 311

En ese mismo instante que escuché sus palabras, sentí como si algo se hubiera roto dentro de mí. Dejándome totalmente desorientado y escuchaba el sonido de sus besos y gemidos muy lejos de mis oídos, como si hicieran eco y mi cuerpo se sintiera debilitado. Siendo invadido por el dolor de mi atormentado corazón. No supe cuando tiempo había pasado, pero el intenso deseo que le tenía junto a la desesperación de sentirlo. Fueron remplazados por las lágrimas que involuntariamente comenzaron a rodar por mis mejillas, preocupando a Seung por verme en ese estado. Un sollozó escapó de mis labios y ahora me encontraba con la espalda apoyada en la cabecera de la cama. Él con un semblante de preocupación en su rostro. — ¿Jungkook? — susurró mi nombre asustado y llevó su mano a mi mejilla — ¿Qué sucede? — el tono de su voz era tan con dulce que no evité soltar un sollozo por sus ojos mirándome con ternura. — Y-Yo…me siento patético, Seung — dije con la voz rota y sin siquiera poder hablar — Estoy harto de llorar por un pasado que me rompió el corazón, sólo quiero olvidar. Él acarició con su dedo pulgar mis lágrimas, borrándolas de mi rostro — ¿No es eso lo que te prometí hace cuatro años? — preguntó y su mirada demostraba ahora tristeza — Sin embargo, no me dejas ayudarte. No me has dejado entrar en tu corazón, Jungkook — su voz sonaba dolida y sabía que él estaba sufriendo por querer amarme y que yo le correspondiera. — Seung… — Dime Jungkook, ¿Qué quieres que haga por ti? — me interrumpió dejándome sin palabras — ¿Qué quieres que haga para poder hacerte feliz? — preguntó él y mi corazón latió con fuerza, casi dejándome sin aires. Yo amaba a Seung y no quería perderlo a él, no quería tampoco perder la oportunidad de amar que alguien también me ama. Coloqué mi mano en su rostro, acariciando su suave piel y sus labios — Sólo ámame por favor — susurré con la voz débil. Seung al escuchar mis palabras, mostró aquella sonrisa que hizo mi corazón latir con fuerza — Siempre lo he hecho, Jungkook. — susurró contra mis labios y nos besamos de nuevo bajo aquella estrellada noche, en una isla donde había podido finalmente encontrar el amor y quedarme junto a él.

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Parpadeé varias veces ahora acostado entre los brazos de Seung a la mañana siguiente, al recordar lo que sucedió anoche. Y en parte me sentí aliviado de que me hubiera entregado mi cuerpo a él, cuando ambos nos amamos y no fue un simple error por culpa del alcohol. Aunque aún seguía teniendo miedo de lo que pudiera venir después. El chico detrás de mí, se removió una vez más entre las sabanas y sentí que se había sentado al haberse despertado. Lo observé y aquella imagen al verlo despertar, era simplemente perfecta. Me quedé en silencio e inmóvil, hasta que su mirada se encontró con la mía. Percatándose de lo que había sucedido anoche entre nosotros, provocando que una dulce risita escapara de sus labios. — ¿Dormiste bien? — fue lo único que me atreví a preguntar con algo de timidez, ¿Cómo se supone que debería actuar con él después de que anoche me vio borracho, lloré y acabamos teniendo sexo? Seung sonrió y desordenó un poco su cabello — Mejor que nunca, pero ¿te sientes bien? — preguntó con algo de preocupación. Suspiré y me acosté boca arriba — Si te refieres a la resaca, no estoy para nada bien — reí amargadamente. — No me refería a eso. Giré la cabeza para verlo — ¿Entonces qué cosa? — una sonrisa se asomó en su rostro y algo le pareció divertido, lo cual me dejó confundido. — ¿Puedes pararte? — preguntó y en ese instante mis mejillas se sonrojaron de la vergüenza. — Oh… Él rió y besó mi frente en un gesto delicado y cálido. Tomándome por sorpresa pero que me había encantado — Debe ser algo tarde, deberíamos bajar para ver a los demás. Seung se levantó sin problema alguno, dejando a la vista su desnudez y se colocó sus boxers para luego tomar asiento en una de las sillas que había junto a la cama. Esta vez en todo el viaje tuve que compartir cama con él, sin embargo las noches anteriores prácticamente dormíamos en el borde de la cama con almohadas en la mitad de esta con tal de que no terminara despertándome con un Seung abrazándome. Aunque esta fue la excepción. Seung tomó asiento cómodamente en esa silla, mirándome fijamente con una sonrisa como si le causara gracia verme en este estado. Me senté en el colchón, mirándolo mal al ver que él se me quedaba viendo sin hacer nada. Sentía cierta dolor algo incómodo. 313

— ¿Qué es lo que me ves? — pregunté molesto y él se encogió de hombros sin decir nada. Rodé los ojos fastidiado tomando el borde de la sábana blanca, rodeé mi cuerpo desnudo con esta y suspiré haciendo un mohín con mis labios. Escuché a Seung chistar y fue cuando lo vi arrodillado frente a mí, mirándome directo a los ojos poniéndome nervioso. — Te ves tan tierno — comentó él junto a una amplia sonrisa en su rostro, sacándome una mueca de molestia por su comentario. — No... — sus labios besaron los míos dejándome sin aire e impidiendo que dijera algo en contra de su comentario. Mi respiración se hizo más pesada y sentí mi corazón latir de golpe como loco. En un inicio me sentí algo inseguro e inquieto por sentir sus labios en los míos, pero poco a poco fui cediendo de nuevo. Lo tomé de la nuca con fuerza sin querer separarme de sus labios y al momento que lentamente lo sentí de nuevo sobre mi cuerpo, dejando así mi espalda sobre el colchón y saboreando sus labios entre los míos, a la vez que nuestras lenguas jugaban entre sí como si se conocieran desde hace tiempo. Era como si hubiéramos estado hechos para el otro y desde hace mucho tiempo debería haber sido así. Seung pasó suavemente su mano por mi cuello apoyándola en mi pecho y nos separamos quedando a centímetros del otro, mirándonos fijamente a los ojos. Él sonrió y yo me sentí abrumado por la intensidad que fue aquel beso y como su mirada podía derretirme. — Tú corazón está sanando poco a poco Jungkook, podrás ser feliz muy pronto — comentó acariciando mi mejilla y sintiendo los fuertes latidos de mi corazón. — ¿Lo sientes? — susurré llevando su mano a mi pecho donde quedaba mi corazón y él asintió emocionado dándole una apariencia muy tierna y dulce para mí — Es por tu culpa, Seung — susurré y él pareció sorprenderse por mis palabras. Él me miró como si hubiera escuchado mal o como si estuviera jugándole una broma, sin embargo estaba hablando en serio y por la expresión que llevaba en mi rostro, pareció creerme. Seung se rió algo avergonzado y se relamió los labios para mirarme junto a una sonrisa. — Jungkook, ¿puedo decirte algo? — preguntó sin quitar aquella expresión de picardía y emoción que llevaba en su rostro. — ¿Sí? — susurré llevando mi mano a su rostro y acariciando con mi pulgar su cien. 314

— Todo tú me gustas, Jungkook — dijo dejándome inmóvil y sentí mi corazón detenerse por un momento — Sé que tal vez tardes un tiempo en que tú sientas lo mismo, pero esperaré lo que sea necesario. Logré respirar de nuevo y reí levemente por sus palabras, sintiendo que todo esto era demasiado irreal. Lo que Seung sentía por mí era demasiado irreal pero el sentimiento del amor que jamás creí que volvería a vivir dentro de mí, también lo era. Después de todo el amor eran muchas cosas que no pueden ser descritas con solo palabras. — Seung, todo tú me gustas. En ese momento fue cuando logré después de muchos años permitir que mis sentimientos salieran a flote y que algo nuevo entre nosotros iniciara y lograra cambiar el rumbo de nuestro propio rumbo. El amor entre dos ángeles también era algo prohibido, ya que lograba ser bastante puro y hermoso. Transformándolo en algo irreal.

Escuché lluvia a lo lejos golpeando con suavidad la ventana junto a la cama, los brazos de Yoongi me mantenían atrapado y podía sentir la calidez de su pecho. El mantenía apoyado su mentón en mi cabeza y nos manteníamos en silencio escuchando música que compartíamos con un auricular para cada uno. Observé la ventana con pequeñas gotas en el vidrio y no pude sentirme una vez más tan feliz en mi vida. Estos cuatro años junto a estos días, se había convertido en un paraíso para los dos y el amor que nos teníamos por el otro no dejaba de crecer. Además el pequeño tatuaje en mi muñeca derecha lo podía comprobar. El aire acondicionado de la habitación lo hacía totalmente frío pero ambos nos encontrábamos entre las sabanas, cómodos gracias a la compañía del otro. Yoongi con su dedo pulgar acarició el tatuaje sobre mi piel para luego entrelazar mis manos con las suyas. La combinación de nuestras manos entrelazadas con aquel tatuaje que compartíamos, entre las sábanas blancas, en una tarde de lluvia, escuchando música que parecía ser creada solo para los dos y regalándonos dulces susurros en el oído del otro como una canción de cuna. Era nuestro propio paraíso, donde alguna vez Yoongi fue mi propio infierno y yo su propio cielo. Sentí los labios de Yoongi besar mi cuello con suavidad sacándome una risita por la sensación de las cosquillas — Cierra los ojos — susurró en mi oído haciéndome sentir como si flotara en aire, su voz era llena de delicadeza y serenidad.

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Sin dudarlo, hice lo que me dijo y dejé que la suave melodía en mi oído me acogiera al sentir que su cuerpo se alejó del mío por unos momentos. Sentí el peso de su cuerpo levantarse de la cama para dejarme unos momentos solo en la habitación, escuché sus pasos por el lugar y mordí mi labio al sentirme nervioso y ansioso por otra de sus sorpresas. Tal vez sea algo que no conlleve sólo sexo, eso espero. — ¿Yoongi? — susurré sin abrir los ojos, sintiéndome desprotegido al no tenerlo junto a mí. Sentí que me tomó de la mano y colocaba algo en mi dedo, pero simplemente con la armoniosa melodía y voces de la canción me distrajeron de lo que él podría estar haciendo en ese momento. — Aquí estoy, abre los ojos — dijo y al abrir mis parpados lo primero que vi fue mi mano entrelazada con la suya, provocando que miles de emociones dentro de mí se desataran al ver un pequeño detalle que hacía la diferencia: un anillo de oro en mi dedo anular. Fue cuando la única cosa que se me vino a la mente, me la fue arrebatada de los labios, dejándome sorprendido y con mi corazón latiendo con fuerza. Esto no es posible. — ¿Jimin, te casarías conmigo? — le escuché decir de sus rosados labios, con su aterciopelada voz y con sus obscuros ojos. Eso fue lo que el chico que amé desde un inicio me dijo y sentí que quería llorar por tal sentimiento de felicidad. Lo vi morderse el labio con nerviosismo y me reí con los ojos cristalinos al recordar en tan sólo unos segundos todo lo que vivimos juntos. Una propuesta de matrimonio es como si estuvieras a punto de morir y vieras toda tu vida frente a tus ojos, sin embargo esta vez recordabas todos los momentos que tienes con aquella persona que amas y que compartirías hasta la muerte. Apreté sus manos con fuerza y sonreí — Si, por supuesto que sí — los labios de Yoongi atraparon los míos, reprimiendo mis lágrimas de alegría y que simplemente le susurrara cuento le amaba. En ese momento no bastaba con decir la misma frase, con besarnos, tomarnos de la mano, provocarnos el uno al otro o incluso sentir la piel del otro. Ambos sabíamos que simplemente nos amábamos y habíamos sido esa combinación tan dulce y lujuriosa donde una vez existió un ángel y un demonio que cayeron en el amor por el otro. Mezclando lo seráfico y demoniaco, al principio creando algo peligroso pero que al final se convirtió en algo sublime. Y esa fue la historia de nosotros dos. -Íncubo.

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Agradecimientos Gracias es esa bella palabra que caracteriza a una persona al valorar algo que se le da con mucho cariño. Para mí aquella palabra la podría decir un millón de veces a cada persona que haya leído este libro y lo convirtió de algo simple a algo maravilloso. Aunque un escritor convierta una historia en algo extraordinario, siempre necesitará al lector que lo convertirá en algo sublime y valioso para el escritor. En este momento tanto como ustedes y yo, no podemos creer que ya haya llegado el final de esta historia que tanto amé y disfrute escribir. Me siento muy feliz por todo el apoyo que me han dado y quiero agradecer en primer lugar a mi abuela que me enseñó la valiosa lección de la paciencia y la pasión por lo que te gusta hacer, si no tuviera paciencia creo que no habría llegado hasta donde estoy ahora. Algunos escritores serán más famosos que otros, pero jamás dejarán de ser pequeños e inferiores entre sí. Todos somos iguales en todos los aspectos y este libro más que todo lo demuestra. Quiero agradecer en primer lugar a ti querido lector por haber llegado hasta este punto de la historia y por hacerla tuya, como si fuera parte de ti. Le agradezco a mi mejor amiga por tanto apoyo y amor que le da a mis escritos y en mi vida, que siempre está allí para alentarme y no dejarme caer. Le agradezco a mi familia que siempre me ha apoyado en el arte de escribir y que algún día los haré llenar de orgullo. Agradezco a esas pequeñas cosas que sucedieron en mi vida que me dieron inspiración y a cada una de las personas que se siente parte de la historia. El amor es tan grande e indescriptible que no lo puedes comparar con nada pero sin representar. Por eso siento que aquellos dos personajes que llevan el nombre de Jimin y Yoongi, son ejemplo de lo que el amor puede ser bello y corrompido a la vez. Simplemente quería hacer una reflexión de lo que siento ahora mismo y nada más puedo estar agradecida de que logré terminar otro libro hecho por mi mano y mi mente. Les dejo antes de despedirme unos datos curiosos de Íncubo que tal vez les interese. Algunos son ideas que fueron descartadas: •Íncubo es el segundo fanfic que realizo en esta cuenta, primer libro que escribo acerca de ángeles y demonios. •Al terminar el libro, rompí un record personal. Convirtiéndose en el libro con más hojas en formato PDF que he escrito al momento, con un total de 318 hojas.

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•Íncubo sería el tercer y último libro de la serie LoveMeForever series, aunque al inicio no se tenía una idea concreta. •Primero creé el título y la portada de Íncubo, ya que descubrí aquel término navegando en internet al buscar enfermedades mentales para otro libro que sería el segundo de la serie. Aun así lo encontré de casualidad y me interesó demasiado para así quedar como borrador. •El libro aún se encontraba en el tintero sin algún escrito o idea aún, hasta que comencé a escribir “Oblivion”. En el cual consistía en un hospital mental, donde Jimin había sido internado con amnesia y tenía una gran obsesión y deseo por su psicólogo, Yoongi. El libro no continuó debido a que no obtuve lo que esperaba y así decidí arriesgarme a publicar Íncubo sin una idea inicial. •Con el transcurso que iba a escribiendo, las ideas fueron llegando y planeaba eventos futuros que ocurrirán en el libro. Las notas y borradores con las ideas para el libro están en mi celular y así no se me perdía nada. •Jamás tuve la idea de crear a un Yoongi malo y arrogante, hubiera sido muy cliché para mi gusto. Por eso decidí que él tuviera una parte seráfica de Jimin en él. •Desde el inicio de la historia, hice referencias de que Jin era un Íncubo. Ya que según la información que leí, los demonios de este tipo siempre se caracterizan por llevar un accesorio de plata que los conecta al mundo con ellos. Desde el capítulo tres mencioné este detalle en Jin. •La actitud de Jungkook contra Yoongi y Jimin se confundía con el amor, pero todo el tiempo fue el rencor que se tenía al perder al humano que amó. •Seung y Hoseok no son hermanos de sangre. Esa fue una mentira piadosa por parte de Hoseok. •Un ángel puede vivir por muchos años, siendo asignado a varios humanos, cambiando de aspecto y edad. Sin embargo pueden dejar de ser ángeles al enamorarse. •Jin y Namjoon cometieron suicido. Ambos están juntos en algún lugar que ni es el cielo o el infierno. •Jin iba a tomar el papel de Taemin al querer tener a Jimin para él, aunque no me fue posible verlo con esos ojos y era suficientemente malo con respecto a lo que le hacía a Namjoon. •Jin estuvo presente en la mayor parte de infancia de Yoongi y también lo espiaba en la escuela a orden de la Señora Min.

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•Taemin no es un Íncubo. Simplemente fue hijo de una Súcubo (prostituta), los cuales son humanos que son muy fáciles de controlar por el mal y el odio. •El ático con el cual soñaba Jimin todas las noches con sus encuentros con Yoongi, existe por los recuerdos de Yoongi, ya que él de niño solía esconderse en un sótano cuando su madre lo buscaba para golpearlo. •El primer beso de Jimin y Yoongi, fue cuando Jimin estaba dormido en la enfermería. •De seguro te acordarás de Íncubo cuando veas una joya de plata. •La mención de la muerte de Mark y Namjoon en los sueños de Jimin, era debido a que Jimin tenía la capacidad de saber cuándo alguien iba a morir en las manos de un demonio. En el caso cuando soñó con Yoongi donde estaba sentado en una cama en llamas, simbolizaba el sufrimiento por el que estaba pasando al no tenerlo a su lado. •El separador que aparece en el transcurso del libro, el cual significa cambio de perspectiva de personaje o de tiempo. Es el tatuaje de pareja que Yoongi y Jimin se hicieron en Hawaii en la muñeca. Desde un inicio se tenía el objetivo de darle un significado a ese símbolo, ya que en la portada también aparece. •El romance entre Taehyung y Hoseok, no iba a tener un final feliz. En el final del libro Hoseok salvaría a Taehyung y este aun no estaría seguro de perder sus alas, por lo tanto Taehyung se quedaría solo a esperarlo. •El libro muestra cuatro tipos de amor diferentes entre los personajes los cuales son: -Ángel y demonio (Íncubo): Jimin y Yoongi. -Ángel y humano: Hoseok y Taehyung, a la vez Jungkook por el humano al que amó. -Humano y demonio (Íncubo): Namjoon y Jin. -Ángel y ángel: Jungkook y Seung. Sigan viviendo y amando en sus vidas, tengan un corazón abierto y mente abierta al mundo. Muchas gracias por leerme y espero seguir sorprendiéndolas con mis próximos proyectos. Gracias.

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INCUBO LIBRO

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